"Otra
vez measte la tabla del inodoro".
Cuántas veces en nuestra vida masculina
tuvimos que escuchar esta queja. Cuántas malditas veces ustedes tuvieron razón,
pero permítanme explicarles la causa, señoras, porque los acontecimientos
siempre tienen una lógica, un principio, que -en este caso- excede el
mero capricho de ensuciar un artefacto del hogar, o de dejar nuestra impronta
viril sobre el mismo como si fuésemos animales salvajes marcando su espacio,
obedeciendo así a la más simple y -a su vez- compleja ley del instinto
territorial.
Me propuse desvelar un secreto que los hombres hemos ocultado por mucho tiempo. Apelo a la madurez de las lectoras para
poder exponer de manera objetiva y detallada, con las palabras más acordes -sin
ser en exceso técnicas-, la causa, el principio básico que hace que
-efectivamente- meemos la tabla.
Ante todo es bueno aclarar: tener pito no es
fácil. Si en estos tiempos que corren hay tantos sujetos que desean quitárselo,
debe existir un fundamento serio para ello, pues no basta con la justificación
simplista de llamar “marica” al que no quiere cargar más con ese lastre, porque
tener pene no es nada fácil, no es algo con lo que todos puedan lidiar.
Freud dio una interesante explicación al
respecto con su Complejo de Edipo (no el de él, me refiero al concepto), pero
la gente se encargó muy bien de achatar la idea y reducirla a un popular “El
niño lo tiene, pero teme que el padre se lo corte porque quiere usarlo con su
mamá, entonces abandona a su mamá y sale por allí a buscar alguna (zorra) que se
le parezca”. ¿Y la niña? En la niña es al revés -dicen-, como la madre es una bruja y no quiere darle un pitito, la nena se siente defraudada y sale a buscar uno que no
sea el del padre. Asunto terminado: Todos buscamos lo que no tenemos. El
varoncito busca una (zorra) con quien pueda usar su pene sin mayores riesgos, y
la nena busca el preciado miembro ya no en su propio cuerpo, sino en alguien
que lo posea para usufructuarlo a gusto y placer. En un caso, lo que se
pretende es el continente donde depositarlo, en el otro, el objeto en sí, pero
todos buscamos lo que no tenemos… Bueno, en fin, algunos buscan lo que ya tienen,
porque -después de todo- siempre es bueno tener uno de repuesto, aunque allí
surge la gran pregunta: “Si el mío lo tengo aquí delante, este otro, ¿dónde lo
pongo?” Hasta aquí llego yo. No voy a explicar el Edipo freudiano ni voy a
responder a semejante pregunta inconveniente. Ya sé, van a decir que arrojé la
piedra y que ahora escondo la mano, pero viéndome dentro de tan fangoso
terreno, preferiría salir lo antes posible para no verme hundido
en la ciénaga de mi propia inconfidencia. En definitiva, lo que trato de hacer
entender es por qué meamos la tabla del inodoro.
Repito hasta el fastidio: tener pito no es
algo simple.
Se le parece, pero no es un dedo. Con un dedo
uno puede apuntar, rascar, dirigir, hurgar, doblar o apretar… y a
voluntad del poseedor. Sin embargo, el pene tiene un funcionamiento polarizado:
o no sirve para nada, o se convierte en la estrella. El tema es que la mayoría
de las veces que vamos a orinar, está en su momento de no sirve para
nada. Digámoslo más apropiadamente, está en el momento en el cual sirve
como canal, conducto, vía de escape de nuestros residuos líquidos. Pero nada
más. No tiene esa vida propia de dragón rampante que le asignamos en ciertas
ocasiones; está dormido, flácido, desganado, caído como un gorrión muerto.
Entonces, la dificultad inicial se presenta al querer tomarlo, pues hay que sacarlo de su nido -valga la analogía del gorrión-, que para
él es el calzoncillo. No es tarea fácil, porque en general, y por circunstancias
un tanto indelicadas aunque del todo normales, suele estar adherido a la ropa
interior, entonces tenemos que agacharnos un poco, meter la mano por debajo de
todo el conjunto y hacer unas rápidas y cortas flexiones de piernas -una
especie de Haka Maorí- para que se produzca el desprendimiento. Ya con el
miembro en la mano, en una actitud inconsciente, procedemos a
palparlo, a evaluarlo, como queriendo confirmar que es -en efecto- el nuestro,
o como deseando constatar que no se han producido cambios significativos desde la última vez que lo tomamos. Por lo general, esto se realiza con
unos pequeños golpeteos sobre la cara inferior, sobre el pecho -digamos- del
miembro. Una vez hecho esto, se procede a retirar hacia atrás la piel que
protege el… cráneo, para que el chorro no salga disparado en cualquier
dirección, salpicando de esta forma el ambiente en su totalidad, incluso
nuestro propio cuerpo. Sólo aquel que nunca haya tenido pene puede obviar las
tareas simples hasta ahora mencionadas. Continúo. Es en este momento donde se
produce una divisoria de… aguas entre los hombres. Se constituyen dos categorías
bien diferenciadas, llamémoslas la clase de los cuidadosos y
la de los indelicados. El cuidadoso antes de orinar procederá a
quitar pelusas, vellos púbicos, arenilla y otras partículas indeterminadas que
suelen adornar el glande en su estado larvario; mientras que el indelicado
orinará sin mayores contemplaciones para con su herramienta. Creo que hasta
aquí queda claro que el 100% de los sujetos que no realizan correctamente estas
labores elementales, será el que meará la tabla del inodoro. Pero el procedimiento
es más complejo, porque aún con los máximos cuidados prodigados por el
delicado, nada lo exime de que, por causas fisiológicas normales, se le haya
unido el orificio, la boquita de su miembro, produciendo un lanzamiento alocado, o el conocido disparo a dos voces, que aun
habiendo tomado las precauciones de apuntar el instrumento hacia el centro del
inodoro, producirá el efecto fuente de plaza o chorro
múltiple que irá a dar sobre ambos bordes del aro del sanitario,
adyacencias del artefacto, o mismo sobre pantalón y zapatos del usuario. Han
sido registrados casos extremos de micción, pero mi intención es reflejar la
generalidad, por lo que dejaré de lado estos hechos inusuales.
Prosigo. Si la suerte estuvo de nuestro lado
y el reguero salió dirigido hacia el lugar elegido del inodoro (ya que hay
diferentes gustos: apuntar directo hacia el agua
produciendo el famoso meo equino, bordear la loza, tratar de borrar la marca
del sanitario, golpetear con la orina alternadamente sobre la loza y el agua
ejecutando así una música rítmica y jovial), todavía debemos tener en
cuenta la caída de la presión del líquido, la pérdida del volumen mingitorio,
pues cualquier mal cálculo en este momento de tan sutil coordinación
visomotora, producirá un goteado final que provocará la suciedad de la tabla.
Con lo dicho, ya se puede emparentar el acto masculino de mear con la
construcción de las pirámides egipcias. No obstante, aún falta hablar de las
sacudidas higiénicas finales. Estos movimientos tónico-clónicos -movimientos
similares a los del azote de un látigo- deberán ser efectuados con la máxima
precisión y concentración, pues es muy difícil evitar que unas gotas traidoras
caigan sobre la tabla, el piso, o queden depositadas infamemente sobre nuestra
ropa interior.
Son más las materias que dejo de lado que las
que abordo, pues dar rienda suelta a la explicación de las innumerables
variables que entran en juego en el acto de micción masculina, excedería el
marco y objetivo que me impuse, por ejemplo, la incidencia de los dos hermanitos sobre los cuales reposa el pene, el tamaño, la consistencia del mismo a la hora de la
evacuación de aguas, el infortunio de pellizcarse la piel con el cierre del
pantalón, etcétera.
Aun ponderando las falencias de mi exposición,
considero que toda mujer que haya seguido atentamente este relato explicativo,
podrá visualizar hacia que… meandros nos vemos arrastrados cada vez que
queremos orinar, sabrá entender que no es una fácil labor como la de sentarse y
dejar que las aguas fluyan cada vez que la
Naturaleza nos llama, admitirá que los hombres debemos poner en práctica todas
nuestras habilidades cognitivas y pragmáticas para no provocar la -para todos
indeseable- micción de la tabla.
Por lo tanto, queda en ustedes, señoras, saber entender cuánto hay en juego en esta simple pero titánica actividad. Y es de ustedes la decisión de perdonarnos y no seguir torturándonos con el cruel y ofensivo: "Otra vez measte la tabla del inodoro".
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por las visitas y comentarios para ‘Discusión letrada III’.
Un fuerte abrazo a todos.
Humberto.
uffff... tan jodido es mear allá... ??? jajaja
ResponderEliminarNi te imaginas, Bruxina, ni te imaginas...
EliminarUma beleza de descrição!! Mas é tão fácil resolver esse problema. É levantar a tábua e já está. Depois é só fazer pontaria acho eu. Para não dar muito trabalho é adquirir numa loja de artigos hospitalares um urinol de vidro. Vão ter cuidado ao despejar o dito cujo no inodoro porque senão é pior a emenda do que o soneto. Se tiver jardim aí é mais fácil. É só dirigir-se a uma arvore mais proxima.
ResponderEliminarEspero que as ideias que aqui lhe dou sirvam de alguma coisa rsrsrsrs.
Ahhhh!! pensava que eu não ia comentar????
Beijinhos Humberto,
Flor
Sabia que alguém iria dizer isso, é verdade, com só levantar a tábua, tudo estaria resolvido.
EliminarPor que eu podia pensar que você não iria comentar?
Beijinhos, minha querida Flor.
Porque o tema me pareceu demasiado profundo para uma jovem mulher inocente, imberbe e inexperiente nestas coisas de vida doméstica rsrsrsrs.
EliminarAh, agora entendi... claro, uma sinhá moça!
EliminarSomos unos incomprendidos, mientras nos esforzamos tremendamente, somos generalmente considerados unos guarros. Genial disertación.
ResponderEliminarUn saludo.
Eso es un hombre, necesito del apoyo ;)
EliminarUn abrazo.
Debo decir que jamas imagine que hicieras una entrada de este tipo, digo al aparecer el titulo en mi escritorio, me imagine algo distinto por lo que mi asombro se mezclo con la risa que me quitabas con cada verso leído.
ResponderEliminarRealmente te felicito, has "tocado" el tema con tacto (seguramente pensado en nosotras)con humor irónico (al que adoro)y lo mezclaste con nada menos que Freud(al que le diste un palito jaja)
Maravilloso, realmente un MAESTRO!!
Gracias por hacernos entender vuestra tarea titanica y si es por mi, pueden seguir meando la tabla tranquilos...de hecho jamas me molesto pues siempre pensé que era una de esas cosas que los hombres hacen por descuido natural.
Cariños...
Siempre me pregunto, ¿qué puede imaginar una persona sobre lo que voy a escribir? Si siempre cambio de temas, formas, técnicas, etc. En serio que me da curiosidad.
EliminarMuchas gracias por aceptar esta humorada, Oriana.
Besos.
Ay... Bueno, están disculpados.YA!. Mira que con semejante discurso cualquier mujer termina sin argumentos! ;)
ResponderEliminarPero si van a seguir así,limpien,ok? Háganse responsables,digo yo! ;)
No sé si felicitarte o mandarte a revisar tu inodoro,por si acaso...
Besos,Humberto!
En el próximo discurso será tratado el tema de limpiar el desastre, prometido ;)
EliminarUn beso, Maritza.
Me has hecho reir hasta el cansancio. Hace unos dias precisamente tuve una discusión con mi mujer por el tema de las goteras en el WC y por más que uno trata de no, pues ahi van...ya opté por mear sentado y asi me evito de tener que tener cuidado jajajaja.
ResponderEliminartu relato excelente. jovial, dinamico y hasta una catedra del uso del pito y sus implicaciones psicologicas. jajajaja
Al rato se lo leo a mi mujer para que entienda y me perdone.
Un abrazo amigo
y seguimos leyendote.
Carlos
Son muchos años de uso, para algo tienen que servir, ¿no?
EliminarUn abrazo grande, Carlos.
Divertido, muy divertido. Un abrazo señor Dib.
ResponderEliminarMuchas gracias, Enrique.
EliminarUn abrazo.
JaJaJaJa!!!Brillante disertación Maestro, imagino tratar de dársela a la bruja enojada,cuando está protestando, me tira con el balde, trapo de piso, todo.
ResponderEliminarAhora como dice Flor, lo mejor es la aire libre disfrutando la naturaleza o escribiendo nuestro nombre en el piso (Ellas no pueden)
Amigo este artículo te salió como un chorro y creo que salpicaste a varias.
Te dejo un abrazo (luego de lavarme las manos)
Por favor, el abrazo después del lavado de manos, la higiene en primer lugar.
EliminarUn cariño, Moli.
No me venga con una posición de pobre víctima ni me enrosque la víbora esperando a dar pena.
ResponderEliminarNI AHI!
Sépalo, la cosa es bien simple, orine como quiera, prolijo o desprolijo, utilice las prácticas que le resulte más o menos conveniente, es asunto suyo, y no me haga ir por vericuetos femeninos que no le va a agradar que le explique.
Ud y todos los otros:
SOLO TIENEN QUE LEVANTAR LA TABLA. Digo ¿Qué parte no se entiende? No le pedimos mas de lo que pueden. Es tan simple…
¿Pueden usar el cráneo cerebral al momento de tomarse el otro con la mano???
Es que... si levantamos la tabla es peor.
EliminarEn fin, mi estimada Magah, veo que usted ha entrado con ganas de polemizar, puedo darme cuenta de que no es de las que se dejan convencer con un discurso bien planteado.
Y no, lamento decirle que TODOS los hombres tenemos un problema, cuando usamos uno de los cráneos, el otro queda anulado. Es ley.
Un saludo contemporizador.
Vivir con cuatro varones no ha sido tarea fácil al momento de encontrar una tabla en condiciones...
EliminarPor eso fui contemporizador, porque puedo entenderla. ¡Cuatro, por el amor de Dios!
EliminarMuchas veces he dicho en este blog que la originalidad es una constante...pero hoy alcanza su máximo escalón. El relato es buenísimo, y le aseguro ahora miro desde distinto enfoque este tema. Recuerdo haber reñido a alguno de mis hijos alguna vez, aunque imagino, tras leer este relato, que, el motivo por el que lo he la tapa o tabla ha estado limpia la mayoría de las veces, es, tal vez que la limpiaban con la bayeta que suele estar en los cuartos de baño, destinada a su limpieza. Si ese proceso es así...seguro que millones de tapas se manchan todos los días en todo el mundo jaja...y no merece reproche alguno, desde luego.
ResponderEliminarMi cordial saludo.
Muchas gracias por el humor, Paqui.
EliminarMe has hecho pensar, es verdad, la de tapas y tablas que se ensuciarán por día.
Me alegro que haya servido para que veas los buenos hijos que tienes, higiénicos por sobre todas las cosas.
Un fuerte abrazo.
Y pués, ja, mejor jajajaja, creo reconocer que infinidad de veces repetí lo mismo, será que carezco de aquello, me hace tanto chiste, un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarNo es ningún chiste, Soledad, deberías saber que es un... instrumento muy complejo ;)
EliminarUn abrazo.
nunca imaginé lo difícil que es para ustedes, los varones, orinar... pero creo que como son tan hábiles e inteligentes al poder coordinar tantos movimientos y factores... que pueden irremediablemente, limpiar las consecuencias de mear afuera!!!!
ResponderEliminarpd: también odio cuando dejan la tabla arriba!!!
Todo lo que lees en este blog es ficción... bueno, hasta esto que acabas de decir, has tocado un tema candente en la casa de este escritor: sí, dejo la tabla arriba, de a una genialidad por vez, mi querida, je.
EliminarBesos.
JAJAJAJA, Me has hecho m..... de la risa, Humberto ya no se que no podrás escribir, este es un blog donde TODO puede pasar, una caja de srpresas.
ResponderEliminarVendra una defensa femenina??
Besotes
Y yo que siento que los temas se acaban... y se acaban...
EliminarUn beso y muchas gracias.
Sarca mea sentada, no se complica, y mientras mea se hace las uñas.
ResponderEliminar(Pero Sarco sufre con el disparo a dos voces)
Abrazos. Genial post.
Lo imaginé, Sarca es muy coqueta y no deja de cuidar su belleza ni un segundo. Un beso para ella, por cierto.
EliminarAbrazos y muchas gracias.
JA JA JA Humberto en medio de mi "no poder dormir más"por hoy me has sacado "de buena mañana" carcajadas con tu texto. Ya me queda muchísimo más claro vuestro problema...jaja Un abrazo
ResponderEliminarY ya está, es muy tarde para dormir y demasiado temprano para morir, así que mejor disfrutar de lo que nos haga felices.
EliminarUn fuerte abrazo.
Eres un irreverente, Dib, un irreverente GENIAL, por favor nunca te detengas, di lo que te plazca que siempre lo haces de maravillas!!
ResponderEliminarUn saludo de tu admiradora Maru (perdón pero aparezco como anónima)
Aun sabiendo qué significa 'irreverente', me tomé el trabajo (nunca ocioso) de ir al DRAE, y entonces sí pude tomar tu comentario como positivo.
EliminarGracias Maru, igual yo sé que no eres una NN, que existes ;)
Estoy ANONADADA!!! Toooodaaa esa ceremonia hacen para orinar?????? Y yo que me pasé toda la vida gritando del otro lado de la puerta:
ResponderEliminar"Daaaaleeee, apurate que se hace tarde!!!"
Lo de ustedes es un sacerdocio!!! Jejeje!!! Y madre mía, los riesgos que corren!!! Que se pega en el calzoncillo, que se agarre con el cierre del pantalón, que se despeluce...
Naaaaaaaaa!!! No puedo seguir, estoy absolutamente muerta de risa!
Una joyita de cotidianeidad literaria!!!
Great work, master!!!
Kisses for you and keep your hands clean!!!! ;)
I will, BeeBee, I will, mainly if I'm going to touch somebody's hands or face, innit?
EliminarTal vez alguna vez cuente sobre otras intimidades, si es que antes no me exoneran de la comunidad de los machos.
A big kiss, my darling...
Esto es el acabose, este blog no tiene desperdicio!!! Como haces para renovarte cada semana y mantener este nivel?? Te lo pregunto de verdad amigo, ME SUPERAS!!
ResponderEliminarBesazos.
Lula
Y yo que cada vez creo que estoy peor... bueno, realmente lo creo, más allá de tu gentil halago.
EliminarUn beso y muchas gracias.
No podía dormir, pero al menos me iré para cama sonriendo hasta que me duerma...
ResponderEliminarPocas veces he tenido problemas con ese tema. Cuando era niña y hasta que me casé, en casa eramos todas mujeres, excepto mi padre, quien nunca en su vida (que yo recuerde) dejó mojada la tapa del inodoro ni sus alrededores. Y si alguna vez tuvo algún "accidente", estoy completamente segura de que antes de salir del cuarto de baño, limpió todo.
Cuando me casé, ya mi marido iba bien enseñado y tampoco no recuerdo problemas, excepto que alguna vez haya dejado la tapa levantada. El mayor problema, con mi hijo pequeño. La historia daba la vuelta, todos varones en casa menos yo. Y el pequeño acabó aprendiendo... hasta que cambiamos de vivienda y ahora tenemos dos baños, uno exclusivamente para mi, y otro para los chicos (mi ex, por supuesto, ahora deberá dar cuentas a su nueva esposa, jejeje). Y como no coincidimos, ni yo voy a su baño ni ellos al mío, el único conflicto es que cuando viene alguien a casa cierro la puerta del de ellos: ya son mayores para limpiar, y si no les da la gana, es su problema; por mi, como si se van el uno a la yugular del otro, pero yo aquello no lo limpio ni en broma.
Pues eso: a aprender a levantar la tapa, limpiar, y bajar la tapa después de terminar...
¡Biquiños!
Carmen
(P.D.: sigo convaleciente y aburrida de no poder hacer mucho, y con el sueño descontrolado; pero al menos no he perdido el buen humor: te invito a la lectura de la más reciente lección de Carlita en "¡A que no funciona!"
Muaks!!!!!!!!!
Muchas gracias por la anécdota personal, Carmen, sabes que es lo que más me gusta de este espacio de comentarios.
EliminarClaro que esta es una visión caricaturizada de los hombres, pues los hay de todo tipo.
Te prometo que hoy paso a ver a Carlita, hace mucho que no aprendo nada de ella, eso se extraña.
Un beso enorme y ten paciencia, sabes que siempre intento mandarte todas las fuerzas, pero sé que no sirven de mucho...
Un momento breve y rutinario convertido en un mini-ensayo para que me despierte con un verdadero pasmo de narices.
ResponderEliminarPues... solución salomónica: ¡que se sienten en el inodoro, coño, que se sienten! y dejen de apuntar de pie.
Un abrazo Humberto, iré a trabajar pensando....
besos.
¡Te imaginas a todos los hombres sentados para orinar!
EliminarUf, sería vergonzoso, je.
Un beso, Laura.
Me gustó mucho el fragmento de Freud para dommies. El resto no tiene desperdicio, tus textos humorísticos son un contrapunto notable.
ResponderEliminarAbrazos
Muchas gracias, Susana, eres muy amable.
EliminarUn beso.
Gracias a tu sensacional relato, esta noche la creatividad me ha vuelto, he diseñado un inodoro imposible de salpicarlo en los bordes se llama Oceano, desierto, o detras de un arbol.
ResponderEliminarUn abrazo
Dicen que es la mejor opción, pero allí tienes que tomar mucho cuidado con las sacudidas higiénicas, ah, tampoco exageres, pues puedes arrancarlo, ¡no quiera el señor!
EliminarAbrazos.
Has probado a sentarte???...
ResponderEliminarBueno, en mi caso particular, tendría que crear una 'conferencia' aparte, pero no creo que me sentara, me vería demasiado femenino ;)
EliminarEs por lo que a mí no me gusta saludar de mano... Dale! Cuéntales de una buena vez, ya para completar el cuadro, que un porcentaje mínimo de hombres, se lava las manos después de todo ese ritual.
ResponderEliminarEs muy desagradable encontrar un inodoro mojado... deben ser más considerados y ni siquiera tu prosa genial, justifica lo feísimo que se siente.
Abrazo.
¿No vas a decirme que unas caricias con las manos todavía húmedas no son... románticas?
EliminarAl final no convencí a nadie.
Abrazos.
¡Me encantó el relato! Se te da muy bien el humor. En cuanto al tema se me ocurre que, siendo tarea tan ardua como describes, ¿no se facilita todo si se bajan el calzoncillo y se sientan, cual féminas? :)
ResponderEliminar¡Un beso!
Y... no sería muy digno, ¡sentarse jamás! ;)
EliminarUn beso, Moona.
Tantos problemas en el pobre mundo!
ResponderEliminarEso es cierto, cada pequeña cosa puede convertirse en un problema, la vida es demasiado complicada.
EliminarAbrazos.
Y yo me pregunto, ¿entonces por qué no se sientan? De hecho, tengo la inmensa suerte de tener un HOMBRE que se sienta siempre que puede. Libérense!!
ResponderEliminarEh... en la última reunión de machos realizada en Ginebra, se decidió expulsar a todos los que accedieran a sentarse en el inodoro. Así son de exigentes ;)
EliminarDivertidísimo estudio sobre la micción masculina y las dificultades por la que pasamos los hombres para no manchar la tapa del retrete. Espero que este estudio de los frutos deseados y seamos en adelante comprendidos en la difícil situación a la que nos enfrentamos varias veces al día.
ResponderEliminarUn abrazo
Hasta ahora creo que muy pocas se dejaron convencer con la perorata... vamos mal, Francisco.
EliminarUn abrazo.
I have never had any of these problems in our home but I can imagine those that do. Great piece of writing here.
ResponderEliminarHaven't you had, really? I thought we all had a problem like this!
EliminarCheers!
Quizá seria mejor, mearse la corbata que la tapa del inodoro, al menos mas divertido para las señoras. Saludos.LUZ.
ResponderEliminarEstán entre los casos excepcionales... esos que no traté, pero sí, ha pasado...
EliminarUn abrazo.
PD: Por cierto, siempre busco tu blog y... nada.
Ahora me queda todo más claro. Pero, porfa, no mear fuera del tiesto.
ResponderEliminarOK, prometido... mientras haya convencido a una, me siento feliz, je.
EliminarAnte tal explicación quedan disculpados y entendidos...pero ya serían perfectos si limpiaran esos accidentes. Lo inevitable es mear la tabla, lo perfecto es limpiarla...y ya sabemos que ustedes son casi perfectos, jajajaja
ResponderEliminarUn abrazo y muy buena explicación.
Muy bien, una mujer comprensiva, así sí, ahora me ha cambiado el día. De limpiar no he hablado, pero creo que la mayoría limpia sus desastres.
EliminarUn abrazo.
¡ Hola! Bien recuperar, Humberto. El idioma español es muy hermoso, y yo soy como un niño que aprende los primeros pasos. Gracias por estas lecciones literarias en español. Quiere tomar notas altas-ha ha! ellos aprender este idioma también.
ResponderEliminarMe alegro de que estos divagues sirvan para algo, Cristian.
EliminarUn abrazo.
Después de una explicación tan detallada tendré que perdonar todas las anormalidades de este tipo, me he divertido mucho leyéndote y repito: eres genial! Me ha encantado. Y lo que me reído... Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra mucho, Julie, siempre que subo uno de estos 'divertidos' el mejor premio es la sonrisa del lector.
EliminarUn abrazo.
Muy interesante y real como la vida misma, igual es que por instinto animal los hombres aún marcamos territorio, como los tigres. Casualmente hoy también hablo de inodoros, de sus luces exactamente. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarEntonces no me lo pierdo, luego voy a ver de qué se trata, Borgo.
EliminarMuchas gracias.
Se puede decir más alto pero más claro i m p o s i b l e.Apartir de ahora ya no voy a mortificar a mí adosado(poverello).
ResponderEliminarMuchísimas gracias Humberto; esto solo lo hace un amigo(...)estaran eternamente agradecidos la inmensa mayoría de los poseedores de dicho atributo:)
Un abrazo.
Esperemos, porque hay algunos desagradecidos, je.
EliminarUn abrazo, Bertha y muchas gracias.
Humberto, me he divertido mucho y me ha encantado esta entrada tuya. Imagínate mi caso, cinco machos y con mi marido seis. Menos mal que ahora tengo sólo a dos en casa, jaja. Aparte de la imagen y la música que le has puesto a todo, yo sugiero dos cosas a las mujeres que estén en un caso parecido al mío: pedirles a los señores que se sienten (sólo en casa), aunque no les guste, o ponerles al lado un spray con líquido multiusos y que limpien bien la zona salpicada y la sequen con el papel higiénico que luego desecharán tirando de la cisterna.
ResponderEliminarTodo el proceso de principio a fin, tan bien explicado, te aseguro que me lo conozco de memoria, son casi treinta años con lo mismo...
Te mando un beso enorme, eso sí, muy aseado.
Es cierto, Malena, habría que dar una conferencia sobre lo mucho que nos aguantan las féminas, eso sí que es un apostolado.
EliminarUn beso MUY aseado.
Una maratónica descripción para pedir disculpas a las señoras... Lo hiciste de una forma tan divertida y nunca pensé que esta misión fisiológica de la naturaleza de evacuarse cada tanto alguien la metiese en la literatura como lo hiciste vos. Te veo escribiendo y sonriendo al mismo tiempo y me has hecho reir a carcajadas.
ResponderEliminarEntretenido, atrapante y divertidísimo HD.
Un abrazo cálido de martes.
Una descripción que trato de no dejar materias afuera, jeje.
EliminarMe alegra tu risa, es el mejor premio, siempre lo digo... bueno, cuando es un escrito de este estilo ;)
Un abrazo, Genessis.
Dib:
ResponderEliminarUna explicación detallada, minuciosa, veraz, empíritca, científica y lógica.
Salu2.
Y sí, tenía que ser bien fundamentada...
EliminarUn abrazo, Diego.
Meandros inextricables...
ResponderEliminar¡Si lo sabremos!
EliminarMis respetos por hacer de algo tan cotidiano toda una obra literaria amigo Humberto. Eso se llama creatividad, pero de la buena. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Rafael, es un honor recibir tus palabras.
EliminarUn abrazo.
Agradecido por tan brillante exposición - ni hablar de cuando se nos da por orinar con un principio de erección o erección completa o inclusive jugar a pegarle a algún resto de papel o mosca de letrina que tuvo la osadía de posarse en el interior. Pero "having said that" uno también podría recriminarles a las mujeres esa maldita costumbre de no subir la tabla. Alguna vez vi en alguna película, el Ultimo Boyscout, por citar una, que ver una tabla subida ha sido motivo de sospecha y hasta confirmación de infidelidad. Por eso un consejo que les doy a las mujeres adúlteras es que su amante no suba la tabla. La flexibilidad tiene sus beneficios. Abrazo!
ResponderEliminarEs una de las materias que dejé de lado: la erección o semi erección, pero me pareció un poco fuerte para este respetable espacio ;)
EliminarNunca pensé lo de la tabla y la infidelidad, soy un bebé de pecho, Ato, podrías dar cátedra... ¿te pasó? No, mejor no respondas, es retórico.
Abrazos.
Qué es lo fuerte de una erección o semi? No son ellas lo suficientemente respetables para su espacio estimado?
EliminarSon muy respetables, pero sé de cierto prurito que causan esos temas, preferí dejarlo para la próxima conferencia que irá con advertencia de contenido... igualmente será recién en 2013, creo.
EliminarUd. un bebé de pecho...yo soy la reencarnación de Douglas Fairbanks and Bob's your uncle...anda!! jaja!
EliminarDouglas Fairbanks o Douglas Fairbanks Jr? ;)
EliminarSenior. Saludos a Dolly Parton...:-)
EliminarUn estudio realizado en un laboratorio sueco reveló que las bacterias registradas en el teclado del ordenador de uso frecuente, superan en más de 260 veces la de las bacterias encontradas en el asiento de un inodoro de uso cotidiano. Por lo tanto, es menos riesgoso orinar en el teclado del ordenador que en el asiento del inodoro. Así que, mojar un poco la tabla del inodoro, es una pavada...
ResponderEliminarbesos
Es verdad, mucha escherichia coli, ni pensar lo que podemos encontrar en el teclado de un cybercafé, mejor andar con un frasco de desinfectante siempre a cuestas.
EliminarUn beso.
La Virgen!! has hecho una tesis sobre el proceso del acto de evacuar las aguas menores jajaja
ResponderEliminarPero ciertamente, es así, recibís broncas, una tras otra por el mismo hecho.
Si es tan difícil realizar ese menester, pues no hay otra que pasar papel para secar las huellas delatoras de tal acción .. Ojos que no ven... jajajja
No me podía imaginar que el tema pudiera dar tanto de si jajaja eres un crack Humberto :D
Besitos azules a manos llenas querido, muasssssssssssss
Muchas gracias, Kanet, eres tan cariñosa que me dejas sin palabras.
EliminarBesos enormes.
Humberto, me he dado cuenta leyendo los comentarios masculinos y me he convencido del todo, que lo vuestro es un "deporte de riesgo" jajajaja
EliminarAntes de llegar al final del proceso, es toda una carrera de obstáculos, necesitáis vuestro tiempo y aún así no estáis exentos del peligro.
Un gran abrazo para ti y un no menos grande beso azul (son los mejores no lo dudes jeje), muasssssssssssssss
Jajaja!!! Las disculpas se aceptan, pero las gotas en la tabla del inodoro siguen estando!!!
ResponderEliminarYo entiendo las terribles complicaciones que vienen aparejadas debido a la tenencia de uno de esos miembros colgantes, pero lo que no entiendo es que no limpien los estragos que el mismo causa. No nos olvidemos que más de uno te deja sobre la tabla el regalito, entonces te preguntás: ¿es ciego?, ¿es manco?, ¿pretende que yo lo limpie?
Muy gracioso su relato señor Humberto, un beso
Ojo, ahí te doy la razón, el conferenciante ni quiso tocar el tema de la higiene, si todo se resuelve tan simplemente, ¿no?
EliminarEstoy con las mujeres en ese punto.
Un beso.
ja ja ja, si si, muchos problemas, pero existen soluciones, quien mancha, limpia.
ResponderEliminarUn besote.
Así que simple, ¡qué embromar!
EliminarBesos, Odry.
A la problemática general se le suman algunos inconvenientes adicionales como le sucede a mi amigo Motumbo, los cuales te detallaré en privado.
ResponderEliminarMuy bueno, estimado Humberto.
Un gran abrazo
Con ese nombre ya me da miedo, me lo imagino rompiendo el inodoro de un golpe, uf...
EliminarAbrazos.
Todas estas circunstancias, que han quedado reflejada en este relato es normal y yo diría que hasta natural, es verdad que si limpiamos la tabla del inodoro con un poco de papel higiénico el problema quedaría zanjado. Pero señoras, no olvidemos que las estadísticas dicen, que los baños públicos femeninos están mucho mas perjudicados que la de los hombres. Quiero imaginarme, la guerra que debe soportar esos baños, cuando las señoras utilizan formas y maneras extrañas para evacuar.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
fus
Tengo la experiencia de haber trabajado muchos años en hospitales y de haber visto el baño de mis colegas mujeres... pero ¿para qué vamos a hablar de eso, Paco, o quieres que nos abandonen las féminas en masa?
EliminarUn fuerte abrazo.
Años de sufrir los achaques de mi mujer, de agacharme a limpiar y sin mencionar cuando recien nos levantamos con el pene más erecto que el obelisco.
ResponderEliminarListo, en mi casa meo sentado, terminada la discusión (alguna vez, sobretodo en el apuro, meo parado.... tabla, piso, bidet y hasta la punta de mis dedos de los pies, pero solo una vez al mes quizá)
Ahora, meo parado en cualquier otro baño, total, siempre se puede culpar a alguien más, en mi casa son todas mujeres y hasta el gato me salio hembra.
Saludos con olor a amoníaco HD... por la fiebre quizá.
Uh, todas mujeres, ahí sí que no puedes echarle las culpas a otro.
EliminarTe compadezco, amigo. Pero tienen sus cosas ellas, cosas que las hacen tan especiales.
Un abrazo y si hay fiebre, que se vaya.
Siempre haciéndome reir con tus fantástico relatos.
ResponderEliminarImaginación desbordante la tuya.
Me encanta. besos.
Muchas gracias, Amapola, eres muy dulce y muy amable.
EliminarTe dejo un beso y muchas gracias.
Después de este post donde comparás mear con la construcción de las pirámides de Egipto, puta que me dio penita! Pobrecitos!! Igual te aclaro que sin nada que manipular alguna vez se te pasó por preguntarte el equilibrio que debemos hacer las féminas también con la misma preocupación de no salpicarnos la ropa cuando tenemos que embocar con las piernas semiflexionadas, sosteniendo la cartera, una camperita que nunca falta en una mano mientras que con la otra tenemos la puerta que se abre, todo a 50 cm del inodoro en un baño público?? Mear sin ensuciar/se es un arte y lo has sabido fundamentar debidamente. Entendido. Ya.
ResponderEliminarDetalle: me mató lo de sacarse la pelusa, una ternurita.
Saludos van, Dib!
Su tema, señora Montelpare, será tratado en una próxima reunión que versará sobre la micción femenina, no se crea que la ciencia es misógina. Será realizada en Viena el 17 de diciembre del corriente año.
EliminarSe agradece por la ternura de la pelusa.
Un saludo.
Pero bueno, definitivamente hay una explicación detrás, sin duda. Sin embargo, ello no implica necesariamente la posición que debe emplearse para desalojar. Los filipinos, en su avanzada, han empezado campañas para acercarlo al inodoro y no hacerlo desde lo lejos. ¿Cómo puede alguien atinarle al vaso de jugo con la jarra a medio metro de distancia? Ese fue su pensar y suproceder es ahora hacer fuerza para que hombres lo hagan sentados. Habrá que ver. ¿Cómo pasó que resultáramos de pie? No sé. También depende de cuanto de envergadura tiene el cuerpo entero. Las piernas de zancudo aumentan el riesgo de fallar. En mi caso, de piernas cortas, atino en la mayoría de los casos. ¡Saludos! F:
ResponderEliminarSiempre lo dije, Mista, debería haber dos artefactos, uno para las deposiciones simples que debería estar más alto, como en los baños de estaciones, así todo estaría resuelto.
EliminarCuando habló de la 'envergadura' temí lo peor.
Un abrazo.
Estoy de acuerdo con Sandra, las mujeres tenemos que hacer malabarismos para poder orinar en un baño público.
ResponderEliminarEres sorprendente, pero ya nos tienes acostumbrados.
Un beso.LU
Creo que le corresponde a una dama bloguera hacer ese descargo... ¿no?
EliminarUn beso y gracias.
Fuiste demasiado delicado, maestro, yo hubiera dicho cosas peores jajaja
ResponderEliminarUn abrazo
Gonzalo
El tema requería cierto recato, Gonzalo ;)
EliminarMuchas gracias.
Finalmente el tema es la puntería, y habilmente lo desviaste a flashar con tus lectoras.
ResponderEliminar¡Ojalá sólo fuera puntería, Carlos!
Eliminarse puede volver a comentar!!!! extrañabas??? amigo, me hiciste mear de risa... menos mal que en el taller hay mingitorios!!!
ResponderEliminarBueno, de eso se trataba, de mear...
EliminarUn abrazo.
Por fiiiinnnn!!! Uno que me lo aclara jajajaja
ResponderEliminarUn besote
Alabada sea la ciencia, 40añera ;)
EliminarUn besote
¡Lindísimo relato, lleno de poesía y encanto!.
ResponderEliminarQuedo esperando la segunda parte, aunque nunca, segundas, fueron tan buenas.
Un abrazo, amigo.
¿Lleno de poesía y encanto? Rosi, ¿leímos el mismo texto?
EliminarBueno, sobre gustos no hay nada escrito, dice.
Un abrazo.
Una tesis doctoral muy acertada. Creo que te faltó sin embargo mencionar, (no he leído todas las respuestas a los comentarios) la meada mañanera. Esa de cuando te levantas de la cama. Muy complicado ir calculando la longitud, a medida que la "prestancia" decrece. Posiblemente la solución seria volver a tiempos pasados en que se empleaban aquellas llamadas "placas turcas". Pero esto, que sería bueno para las aguas menores de los hombres, no sé yo si valdría para las mujeres; igual se mojan los zapatos.
ResponderEliminarSalu2.
Esa es terrible, aunque peor es la de mitad-de-la-noche, pues ahí uno está semiinconsciente y no dirige bien su susodicho.
EliminarTodos en algún momento nos mojamos.
Un abrazo.
¡Pobrecitos míos!, de verdad que sois unos incomprendidos, pero yo me pregunto, como muy bien decía Flor, ¿habéis probado a levantar la tabla? y para el último acto, a lo mejor secarse con un trocito de papel, como hacemos las señoras, os ahorraría el latigazo final.
ResponderEliminarBueno ahora en serio, me he divertido mucho leyendo tu escrito y creo que lo de tener pene, no siempre es una ventaja.
Un cariñoso abrazo
El papel higiénico es traidor, puede quedar... adherido a las partes, lo que sería increíblemente antisensual, entre otras desgracias.
EliminarUn fuerte abrazo.
La verdad es que yo soy del club de los raritos que gozan de una extraordinariamente buena puntería y, supongo, una alta dosis de fortuna. El caso es que yo, como si nunca hubiera pasado por allí. Hago el meado ninja jajajaja.
ResponderEliminarPues felicitaciones, me imagino que debes haber practicado desde la niñez. Querría más información sobre el meado ninja, me interesó.
EliminarUn abrazo.
Sencillamente genial. Felicidades.
ResponderEliminarLuego viene la influencia de la edad. El instrumento ya no funciona como antes. Recuerdo la siguiente anécdota:
—Abuelo, que se está usted meando en los zapatos.
—Pues debo ir empalmao, porque normalmente me meo en los cojones.
Un abrazo.
La anécdota es muy divertida, la voy a guardar entre ms preferidas.
EliminarUn abrazo.
i want to understand your language .. and i tryed translate but i can t.. thank you to your visit
ResponderEliminarfethi kahraman
No prob, Fethi...
EliminarCheers!
Es una de las mejores explicaciones que he leido, ojala las mujeres lo entiendan mejor despues de leer esto, aunque, como dice un amigo al respecto: "Mi pene es como mi mujer, llevo años domandola, y aun asi es impredecible"
ResponderEliminarAsi que no esperen mucho de un "gorrion" que no siempre tiene intenciones de obedecer al dueño :)
Abrazo, Humberto!
Tal vez esté bien que sea impredecible, cuando ya lo conocemos demasiado, puede aburrir. Los gorriones son aburridos, ¿o no?
EliminarUn abrazo.
yes i can translated now.. it s very nice
ResponderEliminarPerfect, Fethi, thank you so much!
EliminarMe alegra que hayas vuelto a abrir los comentarios, Humberto.
ResponderEliminarMe has hecho reir muchísimo. ¡Genial!, lisa y llanamente genial.
Un abrazo,
Muchas gracias, Pedro, eres muy amable. Qué mejor que una risa cuando lo vale.
EliminarUn abrazo.
al principio me 'alía mal'
ResponderEliminarpero luego de leer esta oda reivindicativa
de la chispeante tragedia de salpicar
abrazo
Muchas gracias, Omar.
EliminarUn fuerte abrazo.
Si es que cuando las cosas se explican....
ResponderEliminarUn abrazo.
Era una explicación necesaria, Pilar.
EliminarUn abrazo.
Y qué tal utilizar la ducha? ¡Qué más da¡
ResponderEliminar¡Uf¡ Los movimientos tónico-clónicos.
Un abrazo
Muy cierto, en la ducha hombres y mujeres solemos soltar aguas. Qué indelicados....
EliminarUn abrazo.
Muchas gracias, después paso.
ResponderEliminarJajajajajaja.... necesitaba reirme así de verdad, pero que bien me ha venido pasarme por esta tu casa.
ResponderEliminarPobrecitos míos,después haber leído con atención hacia que meandros os lleva esa gran faena que os supone orinar dentro de la taza, creo Humberto, que el día que tenga que entrar en mi casa un "posible", estoy pensando disculparle de toda pena...¡vaya trasiego de movimientos y habilidades que se os ha impuesto para el simple hecho de orinar...! verdaderamente que necesitais ingenio simplemente para ello ¡Madre mia!!!
Y yo me pregunto si no os sería mucho más fácil orinar sentados,
y sinó mucho más fácil, ¿porque no levantaís la tapa? ¿cual sería el problema?
Me hacía mucha falta el ingenio y el humor de tu escrito, eres un líder amigo y me he reído un rato pero a gusto.
Un beso grandote.
Las mujeres no entienden: sentados NUNCA, no es de machos, jeje.
EliminarHas visto, son muchas las complicaciones que trae la micción masculina, que ese 'posible' me agradezca la mano que le he dado... metafóricamente hablando, claro.
Un beso enorme y muchas gracias.
Espléndida e ingeniosamente explicado el acto tan complicado de micción masculina. Aceptando esa dificultad de ángulos, medidas y demás avatares que originarían el "inevitable" ensuciamiento de la tabla, lo que realmente NO entiendo es POR QUÉ NO LO LIMPIAN si es tan inevitable ensuciarlo.
ResponderEliminarAcepto la ecuación de segundo grado que puede suponer para un hombre no ensuciar la tabla, pero les aseguro que limpiar el estropicio es muuuucho más fácil. ¡Lo conseguirán!
Aparte de la disidencias amables, te felicito por el humor inteligente y la prosa fluida de un texto que trata un tema tan cotidiano y que en tus manos se ha convertido en literatura.
Un beso, Humberto.
El disertante lo afirma: las mujeres tienen razón, sólo pide un poco de compasión ;)
EliminarMuchas gracias, Marisa, un beso.
ése tal freud sí que pensaba en cosas raras. ahora ya estoy esperando con ansias tu explicación del porqué dejamos levantada la tapa del inodoro, jajajaja.
ResponderEliminarun abrazo.
Ah, es fácil, porque somos vagos, je. O porque no queremos tocarla porque nos da asquito.
EliminarUn abrazo, Draco.
Yo lo lamento por mis zapatos, siempre va alguna gotilla para ese lado!
ResponderEliminarAl margen del detalle personal, celebro la encendida defensa de nuestras complicaciones y la inusual reacción obtusa de las mujeres ante estas situaciones, seres que normalmente son comprensivos y solícitos...
¡Viste, Etienne, la cantidad de mujeres que se niegan a comprendernos!
EliminarYa no sé qué hacer, ¿tendré que escribir poesía y hablar de amor?
En fin... muchas gracias.
La decisión está tomada:
ResponderEliminarJamás aspiraré a un pito
pito
gorgorito.
De la tapa, mejor no menealla (Lo pacté con Freud.)
Esto como las reglas de acentuación: Que a los hombres les queda tajo por aprender. Y mira que no aprenden. (Freud ya lo previó)
Abrazos.
Mira que están vendiendo unos muy buenos en las rebajas, son los que se quitaron algunos que no los soportaban más.
EliminarPiénsalo.
Un beso.
Clap, clap, clap. Ya, que lo lea mi mujer.
ResponderEliminarSúmese el estado del orinador que puede contener estas variantes que hacen más escandalosa ( o mojada) esta cuestión: borracho, dormido, borracho y dormido, apurado, apurado y borracho, apurado y dormido y así sucesivamente. Ni hablar si toca mear en medio de la transmisión de un partido y no se llega al entretiempo.
Que agradezcan que no meamos todo el recorrido jajja
Abrazón amigo
No quería hablar de fútbol, pero es cierto, en la mitad de un partido me llevo la pelela (orinal, para los no-argies), jaja.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
vayaa con la tremenda explicación, que a decir verdad me suena a pretexto,(sin ofender ) :p por que digo, con todo lo complicado que es ese ritual, no podrían acaso agregarle para terminar la limpieza final al aro del inodoro? digoo solo comentoooo ..
ResponderEliminaruna lectura genial, llena de ingenio
un abrazo!!
Y sí, es un pretexto, Cookyta ;)
EliminarUn beso.
¡Excelente explicación!Pero discrepo un poco,creo que las pirámides fueron mas sencillas.
ResponderEliminarNo estaba enterado lo de la convención de Ginebra,pero desde ya tienen todo mi apoyo.
Un abrazo
En la próxima disertación serán tocados temas candentes, ni lo dudes, je.
EliminarMuchas gracias, paisano.
Una forma ilustrativa y original mi querido amigo de argumentar en favor de un desliz masculino que, continuará molestando a las mujeres por los siglos de los siglos. Igualmente, delicioso relato, Humberto. un fuerte abrazo.
ResponderEliminarNunca dejará de molestar, como hay cosas que a nosotros nos saca (esperarlas por horas para TODO, por ejemplo). Eso es lo bueno de esta 'batalla de los sexos'.
EliminarUn abrazo, Zuni.
Tal vez el hombre deba renunciar a otro de sus signos de identidad y mear sentado. ¿Por qué parece que todo lo que las hace felices a ellas pasa por desprendernos de nuestra identidad? Supongo que porque primero lo hicimos nosotros con ellas. En fin, que siga la batalla de sexos y por mucho tiempo. Lo contrario sería muy aburrido...
ResponderEliminarEs lo que más han pedido las señoras: que meemos sentado. Sería MUY raro, ¿no?
EliminarQue siga y nos divierta, Mr. M.
Un abrazo.
Muy bueno, te has lucido maestro. Lo comparto en la Face.
ResponderEliminarSaludos
David
Muchas gracias, David.
EliminarUn abrazo.
Hola Humberto. Felicitarte por lo bien detallada y explicativa entrada. He leído paso a paso cada una de tus palabras para poder "comprender", el por qué del hecho que a muchas mujeres nos desespera y a veces es hasta motivo de discusión.
ResponderEliminarAsí que antes de pegar el grito al cielo, respiraré profundamente y contaré hasta cien... luego más tranquilita, recordaré tu post de hoy. Jijijiji.
Por otro lado, me ha gustado mucho la forma elocuente en cómo lo cuentas.
Besos!
Si el grito tiene que salir, que salga... tampoco es cuestión de reprimir los impulsos.
EliminarUn beso y muchas gracias, Nuria.
Hay una costumbre que es muy sana, y que yo practico - tanto en casa como fuera de ella - que consiste en levantar la tapa entera antes de iniciar la micción, con lo cual se evita las salpicaduras de ácido úrico sobre la tapa. Luego, se presiona el botón de agua para que quede limpia la taza, se vuelve a cerrar la tapa, y ya está. ¡Como si no hubiera pasado un hombre!
ResponderEliminarSaludos, hermano.
Sí, pero también queda sucio el borde de la loza. Creo que es inevitable que algo quede sucio, es el destino de inodoro.
EliminarUn abrazo, estimado Carlos.
Olá Humberto, bom dia!
ResponderEliminarObrigada pelo comentário em meu blog!
É...rsrs foi uma experiência e tanto...
O colchão seria o de menos (já estava até me conformando pra comprar outro).
Mas enfim, o meu velho colchão me levou a uma reflexão...
E isso é o que realmente importa no final das contas!
Um grande abraço, que Deus o abençoe.
Adelisa.
P.s.: vc recebeu meus e-mails anteriores (em que peço uma opinião sobre meu blog – eu acho que estão caindo no seu spam).
Em outra oportunidade voltarei pra ler seu post
Só ontem li o seu e-mail, porque estava na caixa de correio de Gmail, mas essa conta é só para promoção de postagens novas, a de Hotmail é a minha 'oficial'. Assim que tiver um tempinho te dou uma resposta.
EliminarUm abraço, Adelisa e muito obrigado.
HOLA HUMBERTO:LUEGO DE UNA PEQUEÑA AUSENCIA, POR TRAMITES MEDICOS Y ALGUNAS TAREAS DE RENOVACION EN MI CASA, POR SUERTE LLEGUE A CONCLUIR.-
ResponderEliminarTENGO LA VISITA DE MI HIJA EN ESTOS DIAS, VIENE DE SEVILLA, PARA BRINDARNOS ESA SIMPATIA PATRIMONIO DE SU HERMOSO CARÁCTER.-
ESPERO ESTAR MAS ASIDUAMENTE VISITANDO LAS ENTRADAS.-
CON EL CARIÑO DE SIEMPRE:
Thony Caro.-
No te hagas problemas, Thony, vos venías cuando puedas.
EliminarY que disfrutes de la vista de tu hija, me imagino que grato momento.
Un fuerte abrazo.
Con levantar la tabla se soluciona todo, no?? Ay los hombres los hombres!!
ResponderEliminarMuy aclaratorio tu texto y divertido, jiji
Besos
Tarde piaste, Stefanía, argumento ya muy rebatido ;)
EliminarUn beso.
TODOS LOS HOMBRES ESTAMOS CON USTED DIB, ES INEVITABLE QUE ALGO SE ENSUCIE, EL INODORO ESTÁ MAL DISEÑADO.
ResponderEliminarSALUDOS.
NICO
Absolutamente de acuerdo, el inodoro tendría que tener otra forma, siempre siempre salpica, es ley.
EliminarIntentemos crear el inodoro del siglo XXI ;)
Un abrazo.
Hombre, una exposición tan bien desarrollada que debería ser obligatoria en las prepas o las universidades.
ResponderEliminarAhora queremos la versión femenina, que venga pronto.
Un abrazo desde Madrid.
Pedro
Tu amistad te hace ser exagerado, Pedro, pero muchas gracias por tus palabras siempre amables.
EliminarUn abrazo.
Tenés alma de profesor, la lección fue implacable, hasta se puede llegar a ser comprensiva porque queda poco por imaginar. Mirá que se pueden tener años conviviendo, pero si no te lo explican así no terminás de conocer el tema. Y no continúo para no meterme en un lío (vertiente psicológica...). Ahora falta una valiente que se atreva a explicar ALGUNO de nuestros pormenores, inconvenientes, etc. a la hora de ir al baño. Muy simpático, muy completo, muy ingenioso, muy conocedor, en fin, es para leerlo prestando mucha atención y conocer, bueno o comprender...
ResponderEliminarMe imagino que también deben tener ustedes pormenores, pero mi conocimiento del órgano sexual femenino es de otra índole, no podría arriesgarme a tanto ;)
EliminarUn beso y muchas gracias.
Tienes razón, Humberto. Más de una vez, me he asombrado la cantidad de problemas que puede ocasionar un pito insatisfecho. En cuanto a mearse fuera....me estoy acordando que en la mili nos decían que había dos tipos de artillería; obús o mortero, y la artillería antitanque. La del primer tipo, era imprecisa; donde caiga, cayó. En cambio, la otra, tiene más precisión, ya que debe darle un leñazo al "war machine blindado". Así que, vistas las numerosas protestas de las amas de casa, la artillería antitanque, es cada vez más escasa. Casi todos, tenemos obuses ;)
ResponderEliminarLa analogía con las armas de guerra me pareció un hallazgo, Antonio. Pero, ¿está en juego también el tamaño en la comparación? Digo, por si alguno apenas tiene una .22 corta.
EliminarUn abrazo.
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ResponderEliminarRegards
Oh, really?
EliminarY toda la realidad que supera a esta ficción...!
ResponderEliminarTremenda odisea no me genera un mínimo de compasión, lo lamento (no, en realidad, no lo lamento), cuando el broche de oro es un baño que irremediablemnte terminará limpiando una mujer y unas manos sucias con las que recibirá la mujer una palmadita en la espalda. Sin contar a uno de los graciosos de mi trabajo que no tira la cisterna dejando el baño con un intento de "aromaterapia" bastante frustrante.
Creo que te darás cuenta de dónde acabo de salir!
cariños Dib
Uh, un shot in the cul de Romina al disertante (porque no creas que yo estoy de acuerdo con él).
EliminarA ver... no puedo afirmar exactamente de dónde salís, pero se me ocurren un par de lados no demasiado agradables.
Besos.
jajaja
Eliminarte sorprendí?
tengo un amigo que dice que soy demasiado Zen, que tengo que dejar salir un poco al "alemán" que todos tenemos. Después de salir rezongando del baño del laburo y justo leer tu texto, creo que se me salió un poco sin permiso!
besos
Me sorprendiste, mucho...
EliminarBueno, Humberto, pues yo después de mearme de risa voy al Wc a echar una meada y ver si mi pito no mancha la tapa.
ResponderEliminarMi chica también se meará cuando lo lea pero seguro que ella no mancha la tapa.:):):):):):)
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Cuídate y cuídalo, querido Mos ;)
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.
siempre me gustó esta explicación...
ResponderEliminarRomina
Fue muy divertida cuando la escribí (d'ya remember?), ahora está retocada (la explicación, digo).
EliminarBesos.