La secuencia es la misma, obstinadamente la misma:
todos los días, a las 18 horas, un hombre comienza a perforar el otro lado de la
pared de mi apartamento. El taladro me mortifica por diez minutos, luego se
produce un corto silencio y enseguida se escuchan los gemidos de una mujer. Los
grititos no duran más de 5 o 6 minutos y desembocan en un largo y ametrallador
sollozo. Finalmente, ponen algo de música together-forever, chocan copas y se
deshacen en risas post orgásmicas. Todos los días se repite la rutina, a las seis en
punto de la tarde, con una exactitud y esmero dignos de un cobrador de
impuestos medieval.
Claro que ya escuché hablar del jueguito de la
enfermera, el verdugo, el profesor y la alumna, incluso Batman y Robin, según las preferencias sexuales; pero esto excede mi
imaginación: La fantasía del perforador de paredes. En ese aspecto, se trata de una
pareja innovadora, no lo puedo negar. Lo cierto es que todo este dislate ha llegado a preocuparme, pues si en verdad el sujeto agujerea la pared antes de tener sexo,
los hoyos y rajaduras deben ser innumerables, lo que estaría poniendo en serio riesgo la
estabilidad estructural del edificio. Tampoco puedo ocultar que asocio ese trepidante sonido invasor con la potencia de su miembro viril... bueno, es que estoy comenzando a sentir
menoscabada mi masculinidad.
Acuciado por la incertidumbre y la angustia, hoy decidí aclarar la situación de una buena vez, así que, después del rito diario que acabo de comentar, me dirigí presuroso al apartamento de mi vecino. Aporreé la puerta y me paré con los brazos cruzados, mientras mascullaba amenazas y daba golpecitos de impaciencia en el piso con el pie derecho, actitud que abandoné en el acto cuando vi que se asomaba un tipo enorme y con cara de pocos amigos. Me increpó:
-Pero ¿qué carajo quiere?
-Verá usted… yo soy su vecino del B y resulta que… ¿no me prestaría el
taladro? Es que hoy viene mi novia y... -pero el puñetazo no me permitió terminar la frase.
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por las visitas y los comentarios para ‘La mirada de Baker Street’.
La semana pasada estuve un poco atareado, pido disculpas por mis ausencias.
Una buena semana para todos y un fuerte abrazo.
Humberto.
RSRSRSRSRSRSRSRSRSRSRRSRSRSSRS Teve medo?????? Afinal não havia berbequim nenhum isso é que é verdade!! Desde pequeno que eu ouço um conto em que um homem pregava pregos na testa e arrancava-os com os dentes, deve ser dsa mesma familia rsrsrsrsrsrsrs.
ResponderEliminarPara um final de tarde de segunda-feira não podia haver melhor para ler. Eu ri a "bandeiras despregadas"!!!
Beijinhos Humberto, feliz semana.
Flor
Eu queria dizer que o homem pregava pregos com a testa.
EliminarPregar com a testa e arrancar com os dentes? Sem dúvida, da mesma família, nem quero imaginar as atividades sexuais desses sujeitos!
EliminarComo já disse, é uma honra para mim que você tenha sido a primeira... como, aliás, é no meu coração...
Beijos, Florzinha.
EliminarEu penso que esses tipos são uns brutamontes na sua intimidade. Há que ver as companheiras também devem meter medo.
Como dizem os brasileiros "está rolando um clima" entre nós rsrsrsrs. Costuma-se dizer que a primeira nunca se esquece.
Beijossss!
Rolado um clima, a nossa idade! Rsrsrsrsrs...
Eliminarrsrsrsrsrsrsrs o sol quando nasce é para todos. Hora de dormir, até!
EliminarAté, minha querida...
Eliminar¡Ja, ja! ¡Qué bueno!
ResponderEliminarSe me ocurren: 1) Hay gente pa tó, que decía aquel torero, y 2) la explicación improvisada tras la petición es un modelo de lo que no se debe decir NUNCA en situaciones similares.
Así que podemos extraer moraleja...
Un abrazo y gracias por el relato.
Es cierto, no fue la mejor petición, cada uno tiene sus propias herramientas ;)
EliminarUn fuerte abrazo y gracias a ti por la visita.
como se arma uno historias detras de otras puertas...
ResponderEliminarlo que no apresuramos a imaginar quiz{a es el personaje que nos saldrá a abrir
:)
Es que hay paredes muy delgadas, difícil no dejar volar la imaginación.
EliminarUn beso, Jo.
:)
ResponderEliminarHace algunos años, cuando la inseguridad no estaba tan desatada, tenía unos negocios, saliendo de uno de ellos, siempre ya entrada la noche, alrededor de las ocho, caminaba unos pasos hasta llegar al auto, por varios años escuché, ruiditos, sonidos, gemidos, susurros, detener, seguir, en fin, siempre apuraba a cerrar rápido y caminar acortando el tiempo para no "invadir su privacidad", nunca supe como hacían para que se escuchara hasta afuera y bueno, me tienes sonriendo, me encantó tu relato Humberto, yo aquí veo lo divertido :)
Besos y apapachos Humberto, te cuidas
Brindemos porque una vez coincidimos en las cosas que suceden en nuestros países, ya vamos mejorando.
EliminarMe encantó tu anécdota, hasta pude imaginarte apurando el paso para no ser indiscreta.
Un beso enorme, Ame.
Me cuido, como siempre te prometo.
No te podía prestar el taladro, tenía que ir en persona y... bueno dos mujeres a la vez iba a ser mucho trajín. Buen relato Humberto.
ResponderEliminarUn abrazo.
A juzgar por la foto, prefiero hacerlo con mi destornilladorcito.
EliminarUn abrazo y gracias, Jaal.
Jajaja!!! Y leer este texto es la mejor manera de terminar mi break de mediodía. Un mini sainete genial. De principio a fin! La hilaridad irónica me puede totalmente. "Perforador de paredes..." Buenísimo, doc!
ResponderEliminarBig hug for you, me dear!!! ;)
P/D: Un show infernal de "comas", "puntos y comás", "dos puntos" y demases ejemplos de solvencia. Usted sabe sobre lo que hablo. Divertido e instructivo. Combo ideal! Cheers!
Sé que te gusta la ironía, pero, como habrás notado, es de las inocentes, no como ciertos comentarios que algunos dejan en blogs ajenos, en fin...
EliminarA big kiss, my BeeBee.
JajajajajajaHumberto,muy bueno,pero que muy bueno,cada uno puede entender lo que quiera:acercandose a la verdad.
ResponderEliminarMe encanta las cosas que te pasan,por el interior de tu himaginación.una abraçada amic
Com solen dir: la imaginació al poder, Julio.
EliminarUno siempre se acerca a la verdad, aunque sea un textito divertido, pero nunca la alcanza. Creo que eso es bueno.
Un afecte per a tu i la teva família.
Viste Diba?, hay que dejar en paz el juego del taladro, tú taladra un cuerpo desnudo, el vecino sabe lo que hace, y duele morir atado a una Cruz.
ResponderEliminarFue lo primero que imaginé, que iría a encontrarse con una Jesusa Crista en pleno goce, pero no... Ahí me desilusionó el cuentito.
EliminarUn abrazo, Sarca.
Realmente es un relato muy sugestivo que juega con la imaginacion del lector.
ResponderEliminarMuchas gracias, Laura.
EliminarUn abrazo.
Dios te conserve esa imaginación privilegiada Hum, jajaja..
ResponderEliminarNo puedo imaginarme porque la perforado afecta la masculinidad del pobre hombre, es algo que tendrias que contar!!!
Besazos
Son cosas de hombres, que lo miden todo con... Bueno, imagínalo.
EliminarUn beso y muchas gracias.
¡Qué bueno, Humberto! Me gusta como has resuelto el final, que dice tanto como mantiene la intriga.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Sara, cada vez se hace más complejo resolver bien sin repetirse. Es todo un desafío.
EliminarUn abrazo.
Jajaja el final es de película!
ResponderEliminarMe ha encantado el relato, como siempre :)
Saludos :3
Me alegra que te haya gustado, eres muy amable con tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Hola, Humberto.
ResponderEliminarGenial. Mantienes la espectación y rematas con un estupendo final.
Me encantó.
Un abrazo.
Como decía más arriba, estoy buscando una fórmula de final sorpresa que no sea el típico giro final sorpresivo, pero es muy difícil, como resolver un gol en 1 metro cuadrado... Perdón por la mala analogía futbolera.
EliminarUn abrazo.
Al taladrador nunca le puedes pedir el taladro. Lo heriste en sus sentimientos. Es como si a un perro ladrador, le pides que te enseñe a ladrar y él, por supuesto, te muerde.
ResponderEliminarHas recibido tu merecido... y deja de fantasear con los supuestos juegos eróticos de los vecinos. La mujer grita y solloza, porque el animal, jugando con el taladro, le está destrozando el departamento, que les regaló su mamá, Doña Rosa...
Me dejas frío, no sabía que estaba ocurriendo todo eso apenas a una pared de distancia. Un puñetazo bien merecido, recién ahora lo entiendo.
EliminarBesos, Lucrecia.
Jajaja, qué inesperado el final. Excelente! me ha encantado como todos! Te dejo mi cariño y mis besos.
ResponderEliminarMuchas gracias, RoseMarie, eres muy amable.
EliminarTe debo una visita... como a muchos.
Besos.
El final me hecho reir por un rato... me imagino tu cara cuando se ha parado frente a ti ese corpulento tipo del taladro.
ResponderEliminarMuy buen final y además divertido.
He pensado seriamente en poner en practica esta nueva fantasia.
Te dejo un abrazo que voy corriendo a comprar un taladro.
CArlos
Mira que tiene que sostenerse con el tamaño de otras partes del cuerpo, imagínate semejante pedazo de taladro y una herramientita pequeña. Piénsalo, no es por nada ;)
EliminarUn abrazo, Carlos.
Genial. La comparto en la Fan Page de Observando Cine.
ResponderEliminarSaludos
David
Muchas gracias, David, eres siempre muy amable.
EliminarLo digo aquí también: felicitaciones por tus logros.
Un abrazo.
Te leo todas las semanas, eres magnífico tío, dejas un cuento magistral y luego nos haces respirar una semana para atacar de nuevo!
ResponderEliminarEres la leche.
Dary
Una manera sutil de decir que el anterior no te gustó, je.
EliminarSe agradece, Dary, un abrazo.
Me encanta ese final, Humberto. Te advierto que yo hubiera actuado igual viendo el aspecto del vecinito. O espera, igual no. Igual saco mi taladro y ...
ResponderEliminarUn abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Tú eres corpulento, Mos,no le vas a la zaga a ese tipo, así que confío en que con tu taladro, lo habrías hecho cagar el las patas. Perdón, me emocioné.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Nos has regalado un cuento fresco y divertido, Humber, con mucho de picardía y de cosas que pueden pasar en la realidad.
ResponderEliminarSiempre pienso de donde sacas los temas, o tienes una vida muy variada o una imaginacion de envidiar?
Un beso amigo.
Un poco y un poco, creo que la imaginación está comenzando a mermar, voy a tener que caminar más por las calles... y escucha, eso sí, escuchar ;)
EliminarUn beso y gracias.
El tema "ruidos" de los departamentos vecinos da para fantasear bastante. También escribí uno, hace ya un tiempo, más largo, que tal vez publique en algún momento.
ResponderEliminarMe interesó seguir las elucubraciones del personaje sobre el orden habitual en que se daban los acontecimientos. El final fue muy divertido,
Humberto, un abrazo
Más ahora que se hacen tan delgadas las paredes, Mirella. Por suerte mi pared no da a ningún departamento, así que zafé de esa situación.
EliminarUn personaje medio raro, ¿es que no le molestaban los ruidos, sólo os ruidos?
Muchas gracias.
Un abrazo.
EXCELENTE divertido y rocambolesco, jaja.
ResponderEliminarGrande maestro.
Balbi
Muchas gracias por la visita, Balbi.
EliminarUn abrazo.
Conozco :
ResponderEliminar"A las cinco de la tarde
Eran las cinco in punto de la tarde.
Un nino trajo la blanca sabana
A las cinco de la tarde..."
Fue la primera vez que he querido poesia...
Hay un guiño, allí, como bien te has dado cuenta, Norma. Aunque esto, de poesía no tenga nada. Lorca me mataría.
EliminarUn abrazo.
jajajaja, ¡ay!, el taladrador es como el empotrador: cuestión de percutor...
ResponderEliminarUn beso.
Son profesiones que piden herramientas muy potentes...
EliminarUn beso.
El complejo hormonal creo que lo has contagiado a todos tus lectores; no se me ocurrirá llamar jamás a una puerta vecina cuando escuche un ruido extraño, puede ser el preludio de una fiesta a la que ni he sido invitado, ni se me espera, ni se me recibe de buen grado. Creo que un filete crudo en el lugar del puñetazo te vendría bien. Jajaja.
ResponderEliminarEs lo que me aconsejaron, también me dijeron que si me aplicaba la hoja de un cuchillo... Bueno, en algún momento se deshinchará.
EliminarUn fuerte abrazo, Francisco.
¡Ay qué bueno! ¿no sería ella la que hacía agujeritos? ¡jajaja! mejor no doy ideas.
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno, parece que la imaginación puede llegara límites... pero me ha gustado la idea, podría escribir una parte II.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.
Primero y principal: " Al que mucho quiere saber se le dice poco y al revés".
ResponderEliminarSegundo y sigue siendo principal: "No te metas en camisa de once varas".
Tercero: Cómprate un taladro. Agujereále la pared al vecino. Trágate a su pareja y que siga la onda expansiva. Por inútil y bestia (el otro)
Es verdad: Expectación hasta la nuca.
Besos
Me aconsejaron que arrollase su pared con una de esas máquinas excavadoras, no es mala idea.
EliminarLo de 'hasta la nuca' me ha sonado extraño, me dio un poco de miedo ;)
Un beso, Pilar.
Como decía uno: A alguno le da por afilar bombillas.
ResponderEliminarAhora hay que tener cuidado que la innovación no sea el martillo percutor de suelos.
Abrazos.
Uf, con un martillo percutor de suelos puedes hacer milagros... pero no querría probarlo, mejor a la vieja usanza.
EliminarUn abrazo, Pedro.
¡Qué bueno, Sr Dib! ¡Me has arrancado una buena carcajada!
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra mucho, Pedro, una carcajada vale más que decenas de análisis profundos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me has hecho reir Humberto, está genialísima tu imaginación y un final soprendente. Habrá una segunda parte después del puñetazo?
ResponderEliminarAbrazos y buena semana wapo.
Tal vez haya una segunda parte, pero ya cambiaríamos de género, sería terror o violencia urbana, algo así.
EliminarUn beso enorme y muchas gracias.
jajajaja, a quién se le ocurre pedir el taladro??? lo mismo el buen mozo quería repetir más tarde jejejej. Un besazo.
ResponderEliminarY claro, esas cosas no se piden, Tamara... ¿desde cuándo?
EliminarUn beso y gracias.
Humberto, me has hecho reír con el pedido que comenzaste a hacerle al ropero que se paró delante tuyo. Fuera del relato, los tiempos son cada vez más violentos, los reclamos justos a un vecino molesto habrá que hacerlos con escafandra y gas pimienta en mano, por las dudas.Un abrazo.
ResponderEliminarEs cierto, Migue, hay mucha violencia, por cualquier tontería la gente se va a las manos, creo que este relato intentó ponerle un poco de humor a esa desgracia.
EliminarUn fuerte abrazo.
Dib:
ResponderEliminar¡Hay herramientas que no se prestan...!
Salu2.
Ni la mujer ni el caballo ni la guitarra, dicen en el campo.
EliminarUn abrazo, Diego.
ResponderEliminarA las cinco y cuarto en punto de la tarde:
Él, con voz susurrante y profunda, lee las características del taladro; mientras, ella escucha con atención y respiración entrecortada.
TALADRO PERCUTOR BLACK & DECKER
Taladro percutor de Black & Decker con maletín y 5 brocas incluidas realizado por el mayor productor mundial de herramientas eléctricas:
500 W de potencia adecuados para las tareas del hogar
Acción percutora para taladrar en mampostería
Bloqueo del eje para un cambio de la broca sencillo y un agarre máximo del accesorio.
La velocidad electrónica variable le ofrece mayor control y es esencial para atornillar
Portabrocas automático de 13mm de alta calidad
Empuñadura auxiliar para tener mayor control
Botón de bloqueo del interruptor para mayor control
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Después de las instrucciones llegan la demostración práctica, el silencio y el placer.
Me has hecho poner hot, Ishtar, con sólo leer las instrucciones uno puede llegar a límites de sensualidad impensados, uf...
EliminarMejor paso a leer el siguiente comentario, porque si no... Uf...
Un beso enorme.
Hacer reír es lo más difícil y tu hoy lo has conseguido, cada vez que leo el final se me escapa una carcajada. XDDD
EliminarUn beso con sonrisa.
Me pone muy feliz, el humor es un género que me encanta, pero tiene que ser un humor irónico, ácido, hasta disparatado. En una época lo usaba bastante, pero no siempre me entendían, eso me desalentó.
EliminarMás besos.
Hoy te has ganado el aplauso...
ResponderEliminarQué honor... Muchas gracias.
EliminarMe hiciste reír con tu relato amigo Humberto,
ResponderEliminarsiempre es un deleite leer tus textos
Abrazos.
Hermosas palabras de ánimo, Jorge, estás dentro del grupo de gente que viene aunque sepa que a mí se me hace casi imposible retribuir el afecto como lo merecen. Eso vale más que el oro.
EliminarMuchas gracias.
¡jajajaja Magnífica entrada!
ResponderEliminar¡Yo también estaría preocupada por la integridad del edificio!
Pero innovadores eran un monton :P
Besazo
Al menos en el seno de su pareja, ellos la pasaban MUY bien.
EliminarUn beso enorme, muchas gracias, Dolega.
Cada vez que oiga un sonido extraño en mi piso, voy a desvariar con la imaginación.
ResponderEliminarPor lo que cuentas das la imagen de un vecino rudo. ¿Pero que diablos hará con ...?
La imaginación vuela ante cualquier pequeño sonido que viene del exterior, un chillido es un asesinato, un camión de residuos un plato volador y así, al menos a mí me sucede, soy demasiado soñador.
EliminarUn abrazo, Marcos.
Creo que tu vecino no utilizaba un taladro, era una Termomix, que trituraba el hielo para hacer una buena batida de coco para tomárselo, como aperitivo indulgente. Con el tiempo, que hace que nacimos, el oído también nos falla. jajajjajaaaa.
ResponderEliminarun abrazo
Paco
No, no, me contó el personaje que temblaban las paredes, que se le caían los adornos, eso era una Black & Decker... ;)
EliminarUn abrazo, Paco, muchas gracias.
es todo un alivio que sólo haya sido un puñetazo y no que haya utilizado el taladro y que (censurado, porque sino blogger cierra el blog, je)
ResponderEliminarsaludos.
Yo imaginé lo mismo (creo), hasta pensé en darle un final así, pero tenía que colocar la advertencia de contenido, como mínimo.
EliminarUn abrazo, Draco.
Es muy original y lleno de humor. :)
ResponderEliminarUn saludo.
Bueno, muchas gracias y bienvenida.
EliminarUn abrazo.
Egoístas existen en todas partes...
ResponderEliminarSaludos
J.
No es por justificarlo, pero era SU herramienta, tan íntima.
EliminarUn abrazo.
HD
jajajaja....y no se te ocurrio otra pregunta? :)
ResponderEliminarun abrazo
Sí, si me prestaba la novia, ¡pero habría sido peor!
EliminarUn beso, Mery.
Si quieres yo te puedo cuidar en mis brazos y despues los ruidos los hariamos nosotros..
ResponderEliminarMe tienes atrapada en tus manos
Y mira que miro mis manos y no te veo, ¿será eso de que el amor es ciego?
EliminarEEHHHH QUE REGALITO NEGRO! JAJAJAJA
EliminarJJJJJAAAAAAAAAAAAA me hiciste morir de la risa, Humbert, pude imaginarme TODA la situación como si estuviera ahi!!!
ResponderEliminarEres grande GRANDE!!
Besotes.
Quién sabe si no serías la novia del perforador... ¡con perdón!
EliminarUn beso, Sabrina, muchas gracias.
Tu sentido del humor al imaginar lo que ocurre en el apartamento de al lado es increíble, rsrsrss (como tu me enseñaste a reír en portugués) y el final, sorprendente, como siempre.
ResponderEliminarabrazosss
Acabas de sorprenderme, no recordaba que yo te hubiera enseñado a reír en mi idioma, ¡pero me encantó! (rsrsrs, viene de riso riso riso, es decir, risa risa risa)
EliminarMe has hecho sonreír, gracias por eso.
Genio total, te admito mucho, con todo respeto te lo digo.
ResponderEliminarUn saludo.
Guille.
Muchas gracias, Guille, yo te lo digo con humildad.
EliminarUn abrazo.
Muy bueno,
ResponderEliminarcon un final inesperado que no me deja escribir xq todavía me estoy riendo :)
Bueno, muchas gracias, Fernanda, siempre lo digo y eso hace que parezca una simpleza, pero una risa es el mejor premio para mí... cuando el texto es gracioso, ¡claro está!
EliminarUn abrazo.
Muy bueno y oportuno para mí que estoy teniendo problemillas últimamente con los vecinos ¿Y quién no? Es evidente la alusión sexual en un taladro que perfora un tabique. Las Black-Decker se tendrían que vender en sex shops.
ResponderEliminarPor cierto, mañana es el aniversario de mi blog, pásate algún momento que se te echa de menos.
Abrazos, amigo. Borgo.
Es un subrogado del órgano sexual para ese hombre, jeje.
EliminarMuchas gracias, Borgo, voy a pasar, te lo prometo.
Un fuerte abrazo.
¡ Ja ja ja ja Era de esperar ! Saluditos. Carmen Ubeda.
ResponderEliminar¿Era de esperar el puñetazo o la fantasía? ;)
EliminarUn beso, Carmen.
Jajajaja Humberto, me ha encantado. La imaginación al poder.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Marina.
EliminarUn fuerte abrazo.
Jajajaja Humberto, me ha encantado. La imaginación al poder.
ResponderEliminarUn abrazo
Ahora que caigo, a mi vecino se le oye encasquillar un revólver y apretar (en vano) el gatillo... Mejor no paso a preguntar.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Ni se te ocurra, por favor!
EliminarEsos son los peores.
Un abrazo y gracias.
"Cuando los hombres de 120 kilos hablan los de 60 obedecen"...
ResponderEliminarTe aconsejo hacer agurejos por tu parte a ver si os encontrais en un orgasmo comun ?
Me muero de risa... post-lectura !!
¡Pero qué buena idea, Manouche! Jamás se me habría ocurrido, eso es lo bueno de los amigos que pasan por aquí, le dejan a uno técnicas nuevas e interesantes.
EliminarUn beso.
Que bueno Humberto, y encima el tío es un armario empotrado, que cualquiera le dice que deje de joder con el taladro, con el mecánico y con el de "verdad". Este tío con el taladro no hay pared de hormigón que se le resista, lo usa como Dios, y dónde penetra, la penetrada queda bien servida y satisfecha. Pues que será cuando los maneje los dos al compás y al mismo tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo Humberto.
Yo tendría miedo de imaginarlo, por suerte es un cuento, ¿no? Mi vecino real es un tipo esmirriado, con él podría aprovecharme tranquilamente, pues no puede hacer mucho, de hecho creo que ni sexo tiene, ja.
EliminarUn abrazo, Rafa.
Jejeje,vaya tela!! pobre lo que hay que aguantar a los vecinos,y encima como para decirle algo y esperar una buena respuesta ^_^
ResponderEliminarMuy buen post Humberto.
Gracias por visitarme y dejar constancia de ello,vuelve siempre que puedas y lo desees,serás bienvenido siempre.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu amable invitación, claro que voy a volver porque me gustó.
EliminarUn fuerte abrazo.
Jajaja. Muy gracioso el relato... Hay gente con fantasías muyyy extrañas... Besotes.
ResponderEliminarYo no... yo no... je.
EliminarUn abrazo.
La verdad digno de Asimov, la parte de "todos los días" - A modo de recuperar cierta dignidad, conste la duración - digna de un quinceañero ansioso y no sabría como caratular lo del sollozo...
ResponderEliminarOtra alternativa: boquetero con una grabación - yo que vos guardo los dólares en otro lado.
Abrazo!
Bueno, pensemos que lo hace todos los días, eso le quita... aguante. ¿Qué dólares, o crees que tengo alguno? ;)
EliminarUn abrazo, Ato.
Con este texto te has superado, ese juego de significados del taladro nos ha dejado a todos muertos de la risa. ¡¡Fantástico!!
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, José Manuel, es que el taladro es una imagen... potente, digamos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Siempre me sorprenden tus relatos; lo triste de esta historia (aunque parezca graciosa) es que estos energúmenos que haberlos los hay en todas partes, la fuerza que desarrollan no la empleen en hacer cosas positivas. Vamos, que mejor es que no te toque algo así al lado.
ResponderEliminarBuen comienzo de semana, está muy bien empezar con una de sexo, el sexo es el motor de la vida. Un relato que da para echar a volar la imaginación.
Un abrazo
Hay un concepto técnico en psicología que siempre me interesó, se llama 'sublimar' y está tomado de la química creo, pero hace referencia a volver socialmente aceptadas actitudes o situaciones que, de expresarse como en la fantasía, serían rechazadas. Eso sucede con este texto, es un intento de encontrarle lo positivo a tener un vecino violento y un poco loco. Y claro, por suerte (bueno, no sé si por suerte) mi vecino parece que ni respira.
EliminarEl sexo es bueno para todo momento ;)
Un abrazo, Mª Rosa.
Pues a mí lo del taladro me daría miedo...
ResponderEliminarFantástico relato.
Saludos
A mí también, ni lo dudes...
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Siempre idéntico a la misma hora...mmmmmm....sería una gravación y el taladro no le funcionaría en realidad :)
ResponderEliminarEl personaje me dijo que cuando tocaba la pared, se movía todo, así que si era una grabación estaría a gran volumen.
EliminarUn abrazo y gracias.
Taladro y agujerito. No podemos negar que el pensamiento nos lleva directos al sexo, jejeje. Esta muy bien lo de pedir el taladro porque venia su nov... pummmmmmm
ResponderEliminarEste relato merece una continuación Humberto.
Beixos.
Ya son varios que piden una continuación, nunca lo hice, pero podría marcar una diferencia.
EliminarUn beso, Ohma, y muchas gracias.
Muy buen relato Humberto,pero eso no impide que me saques una sonrisa con el personaje inventado.
ResponderEliminarjajjjaja, no puedo parar de reirme, lo siento, Precioso tu Relato. Es muy Bueno, de verdad.
Pobrecito,soportar esos ruidos Siempre a los mismas horas, le entiendo, Eso cansa. Besos.
Un abrazo. Creador de historias. Lindo blog, enhorabuena. Besos.
Muchas gracias por tus palabras y por tu forma de ser tan abierta, Amapola.
EliminarUn beso enorme.
¡Muy bueno Humberto!!!!!!!!! ¿me imagino que el tipo se habrá ido a comprar un taladro, no? Digo, para sacarse el gusto...
ResponderEliminarPara competir, al menos, y llenarle la pared de agujeros.
EliminarUn abrazo, amigo.
La palabra "taladro" me trajo el recuerdo de la famosa escena de "Body double", la vieja película de Brian De Palma, pero este caso es bastante menos grave (aunque no me hubiese gustado recibir esa piña). De todos modos: taladrar a las 18 indica que el vecino es respetuoso del reglamento del consorcio.
ResponderEliminarSaludos, HD.
De eso no podemos quejarnos, respeta los horarios, pero no sé... es un poco insistente.
EliminarAhora caigo, es verdad, del tipo que espiaba con el telescopio...
Un abrazo.
Acongojantemente divertido.
ResponderEliminarMuchas gracias, Cybrghost.
EliminarUn fuerte abrazo.
jajjajajjajajajaja qué divertido!!!! juro que me compro un taladro ahora mismo!!!!!!
ResponderEliminarNo querría saber para qué... me da miedo preguntar.
EliminarUn beso.
Ja,ja,ja... Eso le pasó por meterse donde no le llaman.
ResponderEliminarUn abrazo
Es que... ¡algo tenía que hacer!
EliminarUn abrazo, Antorelo.
jaja, pobre mal pensado!
ResponderEliminarabrazo*
¿Y donde habrá quedado ese 'piensa mal que pensarás bien?
EliminarUn abrazo, Silvia.
Insuperable tu sentido del humor. Me he partido de de la risa acompañando tu texto con mi imaginación. ¿A quien se le ocurre e tal desatino de pedir prestado el taladro ajeno"
ResponderEliminarPuñetazo merecido por inmiscuirte dónde no debes. Espero que el edificio no se venga abajo jiji
Un abrazo
El Black & Decker no se presta, ya quedó claro.
EliminarMuchas gracias por tu amistad, Katy.
Un beso.
¡Hola Humberto! lo que más me llamó la atención fue "todos los días" jejejej, imagino que las paredes de su casa serán como un queso gruyere. Estoy segura que si fuera real no irías a llamar a la puerta y obsequiarías a tu bella dama con un solo de violín.
ResponderEliminarUn abrazo
Y claro, en la vida real las cosas no son tan bizarras, o sí, me retracto, hay mil anécdotas que si las contara, nadie me creería.
EliminarUn beso, Alondra.
No fue demasiado explícito el grandote, ¿el taladro viene con las instrucciones?
ResponderEliminarQue se mude, no queda otra. El vecina le acapara la fase completa con el taladro y no le queda potencia para nada...
Saludos!!
De hecho dejó a todo el edificio sin luz varias veces, mudarse es la mejor opción. En esas charlas que suelo tener con mis personajes, se lo voy a comentar.
EliminarUn abrazo y gracias.
tu historia me dio un motivo a considerar, tras la renuencia de mi hermano y mi cuñada devolverme mi taladro... parece que no se acaban más las reformas... jaja..
ResponderEliminarbeso grande Dib. Espero que marche todo bien por ahí
Marcha muy bien, Ro, gracias.
EliminarMirá vos a tu hermano y cuñada, cuidado que las reformas no afecten tu inocencia ;)
Un beso.
Sabes que? las herramientas de trabajo son muy interesantes para las fantasías sexuales, piensa en destornillar, clavar, agujerear, se pueden hacer muchas cosillas, no??
ResponderEliminarEres grande Hum.
Besos.
Me has dejado helado con las cosas que te imaginas, así que te gusta el jueguito del plomero o el carpintero, qué cosa este blog y sus lectores.
EliminarPor cierto, no soy tan grande, 1.77 m. y no muy corpulento.
Un beso y gracias.
Tremendo. Me hiciste descostillar de la risa. Lo bueno de pasar por aquí es que uno nunca sabe con que se puede encontrar... Che Humberto... ¿pudiste averiguar en dónde venden esos taladros?
ResponderEliminarMientras no te encuentres con un tipo que quiera taladrarte, está todo bien.
EliminarEs un Taladro Perforador De Banco Black & Decker 13mm 1/3 Hp Bt1200, en mercado libre hay varios, ¡pero cuidado con el uso!
Un abrazo, César.
Jajaja! siempre es bueno saber improvisar respuestas, para los casos de emergencia. Se ahorran muchos bofetones. Ay Dios! que divertido eres, caray!!
ResponderEliminarBesorongos.
SD
Es que este hombre iba a golpear y terminó recibiendo, sorpresas te da la vida.
EliminarUn abrazo y gracias, Sara.
Hola Humberto! Que gusto visitarte de nuevo después de tanto tiempo, es que he estado un tanto alejado de este mundo de los blogs, pero me alegro ver que sigues escribiendo relatos originales, que tu sitio sigue creciendo y no te detienes en tus pasos.
ResponderEliminarMe alegra por ti, que puedas alcanzar todo lo que te propongas.
Un abrazo sincero.
Muchas gracias por tus palabras, Guille. A mí también me gustó reencontrarte.
EliminarUn abrazo grande.
Muchísimas gracias por pasar por mi sitio, siempre recibo con mucha alegría las personas que se acercan a leerme.
ResponderEliminarYo ya era de hace mucho tiempo seguidora de tu blog, te dejo un fuerte abrazo desde Uruguay!
Es tan anónimo esto que a veces me sorprende, sea como fuere, muchas gracias por tu visita, tienes un blog de maravillas.
EliminarOtro abrazo.
Jajaja ¿Quien dijo miedo?
ResponderEliminarEs que (parece) era un tipo MUY bestial...
EliminarUn beso, Malque.
Olá, buenas tardes! Muito bom!!! Seu conto daria uma bela minissérie para a TV .Parabéns!
ResponderEliminarGracias por sua visita ao meu blog e por estar na lista de amigos seguidores.
Abrazos do Rio de Janeiro.
Uma minissérie! Vamos pensá-lo então, rsrsrs.
EliminarValeu mesmo, Lau.
Beijos.
Maestro de maestros. Nada mas!!!
ResponderEliminarLucho
Exagerado, pero simpático.
EliminarGracias, Lucho.
QUE GRANDE NEGRO ME HICISTE PARTIR DE LA RISA, ME GUSTA CUANDO ESCRIBIS COSAS DIVERTIDAS, BAH ME GUSTA TODO PORQUE SOS MUY BUEN ESCRITOR.
ResponderEliminarUN ABRAZO DESDE CÓRDOBA LA DOCTA.
Una risa es el mejor premio, ya lo dije.
EliminarUn fuerte abrazo hacia Córdoba.
Gracias.
Para algunos hombres el taladro y el coche son símbolos fálicos. Y claro, pedírselos prestados es como robarles la masculinidad. El puñetazo es, en consecuencia, el único método disuasorio que conocen.
ResponderEliminar¡Te quedó muy divertido!
Exactamente, Sícoris, un símbolo fálico, de eso se trata...
EliminarMuchas gracias, amiga.
Encantada de visitar tu espacio, Humberto, me ha hecho reír este sufridor irreversible jejeje.
ResponderEliminarSaludos desde España
Setefilla
Bienvenida Setefilla, muchas gracias por tu comentario.
EliminarUn fuerte abrazo.
Estaba tentado de escribirte que "yo era el del taladro", pero no, no tengo esa suerte, ajjajj. Lo que me he podido reir con el relato!! Fantástico. Saludos.
ResponderEliminarUna risa es un gran halago, Malagar. Me alegro que te haya gustado.
EliminarY si eres el del taladro... pues es para felicitarte ;)
Un abrazo.
Me dejas una enorme sonrisa con tan estupendo relato, y yo te dejo un beso a cambio. Genial siempre.
ResponderEliminarHasta la próxima conexión Humberto.
Qué bueno verte por aquí, Teresa, muchas gracias por el beso, voy a escribir más escritos así para recibir más.
EliminarHasta la próxima.
Un beso.
jajajajajajaja lo peor es que se quedó sin saber si el sonido era producido por el taladro o por el miembro viril del macho en cuestión!!!!!!!
ResponderEliminarEXCELENTE TEXTO HUMBERTO.
ABRAZOS
La duda va a doler más que el puñetazo, eso seguro.
EliminarMuchas gracias, Escarcha.
Besos.
Arriesgo la teoría de que hay muchos arreglos que hacer que involucran taladro y que la mujer, sea quien sea, se lo pone como exigencia, como condición para tener sexo. Por lo cual, presumo que debe ser atractiva.
ResponderEliminarLa frecuencia se podría explicar a que lo hace mal, por lo cual lo tiene que repetir. O que la mujer le hace creer que es necesario cuando no lo es. O incluso que está construyendo los muebles.
Toda una teoría, Demiurgo, me inclino ante tu imaginación, ¿no escribirías una continuación? Lo digo en serio...
EliminarUn abrazo y gracias.
pobre pared y pobres oidos tuyos,
ResponderEliminarsaludos y gracias por entrar en mi blog,
Fue un placer.
EliminarGracias por venir, un abrazo.
Jajajajaja, "La fantasía del perforador de paredes" es sensacional tu forma de expresar la afición incontrolada de este buen señor. Hacía mucho que no reía tanto Jajajajaaja, GRACIAS. Me imagino la pose mientras esperaba a que se abriese la puerta, muy visual la descripción que haces. Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja. Dicen que no hay nada escrito sobre gustos. Las personas necesitan salir de la rutina, claro que es genial, pero no a costa de perturbar la tranquilidad de los demás. Cada vez que te leo, más me gusta tu estilo, eres genial, me alegro de haber encontrado tu blog. Un abrazo.
ResponderEliminarA mí también me encanta que nos hayamos conocido, Lumi, las palabras que dejas aquí siempre llegan profundo. Eso vale más que el oro.
EliminarUn beso.
Se me olvidó comentarte que igual ella es amante de los buenos cuadros jajajajaja. Abrazos.
ResponderEliminarPero por supuesto, no van a convencerla con cualquier cosa colgada en la pared ;)
EliminarGRACIAS HD, POR LA EMOCION!!! NO EXISTEN PALABRAS, PARA ELLA, aprovecho que hay luz, va y viene...leí un reportaje de hace unos años, en ñ, genial!!!!
ResponderEliminarun abrazo fraterno!
lidia
Sí, Lidia, un premio de Ñ de 2007, creo.
EliminarMuchas gracias por tu emoción, es cierto, no existen palabras que la describan bien, pero se siente, no lo dude.
Un abrazo y gracias.
En el departamento B, cada tarde, a las cinco en punto suela un ruido vibratorio, se acompaña de unos quejidos a media voz, y me constan que su propietaria es una mujer de treinta y pocos, que trabaja en la barra de un cabaret.
ResponderEliminarMe decidí ayer a pulsar su timbre, ataviada con un pantalón corto, una coleta y zapatillas de estar por csa, con la azucarera vacía en mi mano. Me abrió despeinada y. Amablemente entró a prestarme azúcar de su cocina, y de regreso por el pasillo iba diciendo:
- Dirás que es una tontería, pero no me animo a la depilación lásser. ¿ No te molestará el ruido de mi máquina depilex, no?
No la expliqué, ni me planteo hacerlo, que a las cinco de la tarde, su actividad de aseo me ha inspirado cada tarde, mi homenaje a mí misma.
Un abrazo, Humberto. Me he reído contigo. Espero mi comentario te haya hecho sonreír.
Pero mira que juego de seducción entre las vecinas, cada vez me sorprendo más de cómo es este mundo de la sexualidad y sus vericuetos.
EliminarMe encantan tus historias, ya se puede decir que eres colaboradora de este blog... sin dudas. Me encantó.
Un beso enorme, gracias por tu humor.
Uy las cosas que suceden en las casas vecinas Humber, tienes que tener cuidado porque esa bestia puede matarte, déjamelo a mí nomás!!!
ResponderEliminarJeje. Un besazo.
Voy a cuidarme, Stefanía, je. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Cada casa es un mundo y cada pareja una historia para contar como has hecho en este post tan divertido. Besicos
ResponderEliminarDe eso no hay dudas, Ana, muchas gracias por tu comentario.
EliminarUn beso enorme.