Pedro acababa de cumplir 47 años y todavía estaba soltero, por
primera vez en su vida sintió que la presión de los cánones sociales comenzaba a hacerle
mella. Todos sus amigos ya se habían casado hacía años y tenían unas bestias adolescentes como hijos que, cada vez que lo veían, le decían tiito para hacerlo
cabrear. Él los detestaba por eso. Pero valga aclarar que no es que a Pedro le
molestara estar solo, sino que a los demás parecía incomodarles que no tuviera
una pareja o algo que se le asemejara. Sin embargo, cada vez que intentaba quitarse
este estigma ignominioso invitando a alguna dama a salir, la candidata lo rechazaba de
plano, pues existía una seria sospecha de que Pedro escondía algún defecto muy grave. En realidad,
todas las mujeres creen que un hombre soltero con más de 40 años debe tener
alguna tara inconfesable, no sin cierta razón. Era paradójico, pues por más que él lo deseara, no podía escapar de esta encerrona trágica, así que la idea le
pareció genial, una conclusión perfecta que también le pondría fin a los tantos
sinsabores que había tenido en su vida amorosa: se casaría con él mismo. Si
había matrimonios heterosexuales, homosexuales, uniones de hecho, sociedades de
convivencia y otras tantas cosas más, no veía por qué no podría casarse -o como se llamara- consigo mismo. Estamos en el siglo XXI, carajo, todo es posible, se
alentó, aunque está claro que la iglesia no va a admitir este vínculo, reflexionó
de repente, pero enseguida se dio cuenta de que no sería exactamente un vínculo y de que él jamás había sido un tipo
religioso, por lo tanto, ese obstáculo estaba sorteado desde el principio.
Buscaría un juez liberal, o un jefe espiritual, o un capitán de barco -quienquiera
que avalase la boda- y dos testigos; alquilaría un salón de fiesta para muchos invitados, se compraría una alianza de oro blanco y el traje más caro de Armani, y
también se regalaría una luna de miel inolvidable en la Islas Vírgenes, tampoco
iba a ser tan mediocre y cursi como para llevarse a sí mismo a Acapulco o a Miami. Algunos
de sus amigos creyeron que había perdido la
razón, que deliraba, a otros les pareció que la determinación se adecuaba muy bien a su
tipo de personalidad narcisista, aunque nadie supiera muy bien qué significaba
aquello, pero todos coincidían en que querían pasar una noche divertida y con
buena comida, nada más. Pedro programó el
acontecimiento para el sábado 22 de agosto, en apenas dos meses, y se
dedicó a organizarlo todo de manera que fuese el casamiento soñado. Durante ese
tiempo pudo escuchar las diferentes campanas, las que estaban a favor y las que no,
ya que al hacerse pública su decisión, la sociedad se había dividido y luego
enfrentado en violentos debates televisivos, pero nada de eso modificó sus
planes. En fin, el día llegó. La ceremonia se celebraba en un colegio laico de
su barrio y desde la mañana la calle fue llenándose de personas -animales más que personas- que se
empujaban para tener un lugar privilegiado y así ver en detalle el ingreso del novio.
También había muchos medios de prensa, porque todo el mundo estaba
pendiente de este acontecimiento insólito. Incluso una firma de indumentaria
deportiva que promueve el Just
do it había costeado la totalidad de los
gastos a cambio de que él usara las famosas zapatillas
deportivas en la boda y que el hecho quedase registrado por las cámaras. Después de atravesar la multitud de curiosos, Pedro entró en el colegio y caminó por el pasillo del salón de actos con paso firme y sentido, de fondo sonaba I don’t
want to miss a thing, de Aerosmith, le había parecido la música más
apropiada, a pesar de que estaba bastante trillada. Miraba hacia los bancos, a ambos lados, con los
ojos enrojecidos por la emoción, tanta que terminó contagiando a los presentes. Llegó al púlpito improvisado al frente del
salón y se dispuso a disfrutar del rito. En vista de que era una sola persona, no hubo
demasiados prolegómenos, pero igual tenía que conocer cuáles eran las obligaciones
que debía cumplir para consigo mismo, el juez podía ser un viejo notario, borracho y retirado,
pero aun así insistió en que había ciertos pasos que no podían obviarse. Escuchó la perorata con atención hasta
que finalmente llegó el momento más esperado, el funcionario le hizo la
pregunta de rigor: Pedro Vázquez Soriano, ¿aceptas a Pedro Vázquez Soriano como
legítimo esposo y te comprometes a serle fiel y a cuidarlo, tanto en la salud
como en la enfermedad, hasta que la muerte…, en fin, hasta que la muerte te
sobrevenga? Después de un breve silencio, se escuchó un “no” ahogado y sin
embargo claro. El estupor fue general, hasta para el propio Pedro que no sabía
por qué se había negado a aceptarse, pero era evidente, había dicho que no, una
voz que no parecía la suya había salido desde el fondo de la garganta y se había
recusado. Entre angustiado y furioso, arrojó el anillo y el arreglo
floral al piso y salió corriendo del lugar, sin permitir que nadie lo detuviera.
Ya en la calle, los periodistas lo rodearon y le pusieron los micrófonos en la
boca para que se explicara, pero, a los golpes, Pedro logró desembarazarse de ellos y escapar en el auto de un amigo,
sin hacer comentarios. Así fue como sucedió. Pasaron varios meses de aquella noche
catastrófica y la gente muy pronto se olvidó del asunto, como siempre, aunque Pedro
no deja de preguntarse por qué se negó. Sin embargo, lo que más lo atormenta no es
que no pueda determinar qué parte de su ser no quiso unirse
consigo misma, sino que sigue soltero, y que todas esas bestias adolescentes continúan llamándolo tiito.
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por las visitas y comentarios para “Aula Magna”.
Este texto es una versión bastante reducida de un relato del nuevo libro, me decidí a mostrarlo, espero que les guste.
Les agradezco mucho a todos los que hacen que este blog continúe vivo.
Un fuerte abrazo.
Humberto.
Lo había olvidado, feliz verano y felices vacaciones para los amigos del norte, quienes son los que más visitan este blog. Uno nunca es profeta en su tierra, ni en la de donde vive, como es mi caso.
EliminarA pasarlo de maravilla.
Hola Humberto,
ResponderEliminarMe inclino a pensar que quizá el "no" por respuesta se lo diera su propio contrario, yo sí creo que somos duales y que todas las cosas tienen un doble aspecto, en realidad, ese criterio forma parte de la filosofía de la dialéctica. Bueno, por ahora, dejemos que su otro yo se vaya aclarando...Quizá Pedro tuvo celos de sí mismo y por eso se negó...jajaja
Me ha parecido un relato muy original, escrito con inteligencia, en la línea y tesitura de todo lo que sueles escribir. Te felicito, porque me has hecho pasar unos momentos muy amenos.
Un fuerte abrazo
Estoy de acuerdo, Marisa, es que a veces una parte de uno no conoce la otra, o incluso conociéndola la desconoce y así aparecen los grandes problemas.
EliminarMe alegra que te haya gustado, y te agradezco por tu comentario.
Un beso.
Muy bueno maestro.
EliminarMuchas gracias, Leonardo.
EliminarUn abrazo.
Lo único q puedo decir ! Es usted genial!
ResponderEliminarTe lo dije allá, te lo repito acá: Muchas gracias.
EliminarComo norma, cada cual suele casarse contra alguien. Nada comparable a autodarse un sí quiero por los siglos de los siglos.
ResponderEliminarPedro no sabe bien contra quién se ha metido, pobre!!!!!!, jijijijji
Eres increíble, Humberto!!!
Besos
Yo creo que jamás va a perdonarse ese desplante, que te dejen así frente al pseudoaltar debe ser demoledor.
EliminarY tú eres una persona maravillosa, Pilar.
Un beso enorme.
Como norma, cada cual suele casarse contra alguien. Nada comparable a autodarse un sí quiero por los siglos de los siglos.
ResponderEliminarPedro no sabe bien contra quién se ha metido, pobre!!!!!!, jijijijji
Eres increíble, Humberto!!!
Besos
Como norma, cada cual suele casarse contra alguien. Nada comparable a autodarse un sí quiero por los siglos de los siglos.
ResponderEliminarPedro no sabe bien contra quién se ha metido, pobre!!!!!!, jijijijji
Eres increíble, Humberto!!!
Besos
Muy bueno
EliminarSoy Alondra
¿El comentario de Pilar o el relato?
EliminarSea como fuere, muchas gracias por los dos.
Tus relatos siempre tienen varias lecturas. Pero este se lleva la palma...jajaja.
ResponderEliminarUn novio a la fuga....eso lo primero y más cinematográfico. Bueno, en realidad se podrían sacar varios guiones para una peli. Veamos, aquí a la gente mayor soltera se le suele decir que "se le ha pasado el arroz". Y claro, casarse uno con una persona tan mayor como él mismo...tampoco apetece. Le sale del alma decir no.
Pero lo más interesante que yo le veo es en la encrucijada que se mete uno cuando se va haciendo mayor y no se casa...Los solteros mayores siempre son sospechosos de algo...y si hasta entonces han vivido solos...pagan el precio de la dudosa reputación.
Para una peli argentina con psicólogos, abogados y mucha dialéctica por medio me parece esto último un guión muy interesante.
Como siempre, Humber, tú engrasando las neuronas al personal.
Un abrazo grande.
Te confieso que estoy muy metido en el nuevo libro y siento que estoy abandonando el blog, pero tampoco quiero escribir cualquier cosa como si fuera un trámite, por eso me estoy demorando en subir escritos aquí, pero cuando lo hago es porque realmente me convencen, porque creo que la lectura puede disparar varias líneas de interpretación.
EliminarPor eso me da mucho placer ver que hay gente que capta el esfuerzo, y lo agradezco de corazón.
Cuando quieras filmamos la peli, hasta conozco un director.
Un beso grande.
Solo a una mente como la tuya se le puede ocurrir una boda semejante.Más allá del histrionismo, me pareció genial.
ResponderEliminarLa actitud del novio da para pensar en varios desenlaces.
Un abrazo genio.
Muchas gracias, querido Luis. Me llamó la atención eso de "más allá del histrionismo", ¿te parece que el histrionismo le quita algo? Te lo pregunto con sinceridad, porque sé que tu opinión es muy válida.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Su propio mismo sabía todos sus defectos... hay quien dice que se babeaba.dormido y su aliento olía a rayo... pero no me lo creas.
ResponderEliminarTu imaginación es poderosa amigo. Por un momento pensé que cuando el juez preguntara... hay alguien que se opone a esta union?... aparecería la primera novia de sexto de primaria y se harían novios y serian felices para siempre.
Abrazos
CD
Como te dije en FB, a veces ni yo sé qué demonios va a suceder al final, yo mí mismo voy sorprendiéndome con el devenir, posiblemente esté enloqueciendo, pero alguien vendrá a visitarme. ;)
EliminarEse Pedro debe ser un tipo insoportable, amigo.
Un fuerte abrazo.
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ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminareso que después de los cuarenta... es un prejuicio. no me pasa con mis amigas mujeres, siento que si a los cuarenta no formaron una pareja es porque no se dieron las cosas, pero cuando un hombre de más de cuarenta no tuvo una convivencia me parece raro, lo dicho, un prejuicio.
ResponderEliminara esta altura de la vida, si tuviera que elegir con quien casarme no dudaría que conmigo, es una buena idea festejar una boda con uno mismo y no creo que me escaparía. pero hay que llegar habiendo estado casada veintipico de años y con el proyecto de familia realizado para saber que esa es la gran boda.
excelente texto. un beso
En la base de muchos prejuicios hay sombras de verdades, posiblemente quien no logra armar un simple Dos, difícilmente pueda armar un buen Uno.
EliminarNo sé, se me ocurrió.
Muchas gracias por tu opinión,
Un beso grande.
¿Casarse con uno mismo? Me parece de lo más absurdo. Y encima ser rechazado. Iba decir que lo agrava. Pero a último momento pienso que eso sí tiene sentido. Por lo menos una parte de él mismo tenía sensatez.
ResponderEliminarNo le propongo casamiento a Mara Laira, porque seguro me dice que no. Es que se lo toma muy en serio lo de la autonomía de los personajes.
Claro, una parte dijo "estás loco" y terminó decidiendo por él, aunque no queda claro quién es él y quién el otro, pero como se vuelve muy confuso, prefiero dejarlo acá.
EliminarCreo que usted, mi querido Demiurgo, tendría que hacer lo que desea con Mara Laira... mientras me inviten a fiesta.
Un fuerte abrazo.
Que puedo decirte Humberto? Ingenioso, imaginativo, divertido, profundo.. GENIAL.
ResponderEliminarNo creas que mis pocas palabras son por falta de ganas de decirte cosas sino que me quedé muda.
Un besazo.
Una simple palabra sirve, Sabrina, no te preocupes.
EliminarMuchas gracias y un beso enorme.
Me parece una historia interesante. Pienso que no hay dualidad sino que siempre ocultó sus sentimientos y su preferencia sexual. Pero estaba martirizado con los prejuicios sociales llegando a darse cuenta que no es fácil vivir con la parte prejuiciosa. Por ello, salió corriendo tal cual hace una persona débil de carácter.
ResponderEliminarMuchas gracias por la interpretación, Fernando, te pedí que la trajeras aquí porque en muy interesante.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias, otra vez.
Tenga cuidado con lo que dice, buen hombre, que tiene usted seguidores solterones todavía mayores que Pedro y se le podrían ofender. Eso te pasa por escribir tan bien, que te siguen hasta las gentes más extrañas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Humberto.
Es que no soy yo quien escribe, mi querido Chema, al menos no todo yo, sino esa parte que, de querer casarse con la otra, seguramente no lo haría.
EliminarLo mío es puro prejuicio de adolescente tardío ;)
Un fuerte abrazo amigo y muchas gracias.
jajjajajajajjjajaj Me encantó!!!! Creo Humberto que más de uno de nosotros huiría igual que el protagonista del relato, y otros tantos nos casaríamos con nosotros mismos, asumiendonos asi de locos como estamos( o en todo caso haríamos un trio jajajajaj).. Y por alli aparecen los mandatos sociales benditos que dicen hasta que edad es potable casarse, tener hijos y demàs... y ni hablar de todas las suposiciones que elucubran nuestras mentes cuando alguien permanece "soltero/a", o sin pareja ....y de nuestras crueldades a la hora de "etiquetar". Brillante y entretenido relato. Un abrazo enorme!Placer leerte!
ResponderEliminarMe alegra mucho que te haya gustado, Eli. Para etiquetar somos mandados a hacer, pero alguna razón existirá.
EliminarUna cosa está clara: yo conmigo no me caso.
Un beso grande.
Hola Humberto estuve un tiempo ausente y vuelvo a leerte y como siempre muy interesante tus escritos.
ResponderEliminarCariños
Qué sorpresa más agradable, Romi, seguiremos leyéndonos entonces.
EliminarUn beso y gracias.
Leerte es un placer y hacia mucho que no lo hacia, me alegra tu visita me brindó poder visitarte a ti. Gracias Humberto.
ResponderEliminarUn beso querido
A veces nos olvidamos de lo importante, vaya uno a saber por qué. Lo cierto es que volvemos y eso vale.
Eliminarun beso grande.
Hola Humberto.Me ha gustado este singular relato.¡Ay este Pedro que su yo lo traicionó!
ResponderEliminarBueno al fin y al cabo no necesitaba papeles para quererse a si mismo.
Me ha encantado y sabes lo he leido de buena mañana con la mente despejada después de haber dormido muy bien.
Un abrazo desde Valencia, Montserrat
Yo creo que no le interesaban a él los papeles, que solo quería mostrárselos a los demás, y así le fue, pobre.
EliminarUn beso grande, Montserrat, muchas gracias.
Hay quien piensa que para casarse uno debe primero quererse a sí mismo. Y este Pedro se ve que no cumple el requisito. Por otro lado, la gente tiende a no aceptar otras formas de vida diferentes a la suya propia. Algunos incluso la rechazan de plano por temor a que con esa vida sean más felices que ellos mismos. Quisieran eso y al tiempo odian eso.
ResponderEliminarHace muuuucho tiempo que la soltería no implica soledad. Y desde luego hay mucho mal casado que nunca debió cambiar de estado civil. No sirven para casados, pero la presión social les puede.
Bicos desde esta orilla, Humberto.
Tal vez él se quisiera a sí mismo, pero no soportaba el peso de los otros simbolizado en esa palabra, Tiito. La gente critica todo, cada vez más, principalmente cuando ve que alguien la está pasando mejor que ellos.
EliminarEn lo personal, yo no sirvo para estar casado, pero puedo vivir años con una señorita y pasarla de maravillas, hasta que un día...
Un beso grande.
Aún sin ser sorpresivo, me gustó el texto, el planteamiento de esta sociedad cargada de condicionantes, comportamientos gregarios de obligado cumplimiento, todo ello patrocinado convenientemente para aprovechar las ansias morbosas del respetable.
ResponderEliminarUn acierto grato de leer, como me tienes acostumbrado.
Un abrazo.
Creo que hay un fuerte choque entre las mentalidades siglo XXI y las mentalidades siglo XX, eso se nota mucho. Al menos yo lo noto mucho y quería retratarlo de alguna forma.
EliminarEn relación con lo de "no sorpresivo" fue adrede, sabes Alfred, voy a hacer algo que NUNCA debe hacerse, voy a autodriticarme. Creo que el defecto de "La comodidad de lo sólido" fue que un relato sorpresivo seguía a otro sin solución de continuidad, entonces la técnica pierde sentido. Lo que sucede es que el blog nos fuerza a textos cortos que necesitan de ese artilugio, pero llega un momento en que satura, aburre, al menos a mí me pasa, porque leo pensando que tengo que sorprenderme. Muy lentamente voy despojándome de la fórmula final inesperadamente esperado para disfrutar de la metonimia, del "cómo" más que del "por qué".
Te mando un fuerte abrazo, amigo, y muchas gracias por tu (siempre) valiosa opinión.
Ay pobre tiito ! El asunto era imposible, casi mas que rechazar à los demas nos peléamos con nuestro ego ...
ResponderEliminar¡NO lo llames tiito! Ja ja.
EliminarYo conmigo tengo unas discusiones infernales, a veces paso días sin hablarme.
Un beso, Manouche.
Aunque por falta de tiempo no puedo apenas entrar y comentar, cuando lo hago leo varias entradas de un tirón.
ResponderEliminarSiempre es un placer.
Un abrazo.
Muchas gracias por tomarte un tiempo para hacerlo, Chary, el tiempo siempre falta así que lo valoro mucho.
EliminarUn fuerte abrazo.
Humberto,
ResponderEliminarMe he llevado una sorpresa con el texto. La verdad es que porque una persona esté soltera sea cual sea la eedad, siempre se le criticará y sinceramente no entiendo porqué. Cada uno es libre de escoger lo que quiere hacer en la vida. Hasta terner hijos y ser padres solteros. No hay mejor persona que nos conozca que nosotros mismos. Por un lado el hombre de la historia ha tenido sensatez para no casarse consigo mismo. Yo quizás, tampoco me casaría conmigo misma.
Un abrazo.
Coincido en la primera parte de tu comentario, nada debería importar, solo cómo queramos estar, sea soltero, casado o unido, como tampoco no importa la edad. Sin embargo, no solo no creo que nosotros mismos seamos los que más nos conocemos, sino que somos quienes más nos desconocemos. Esa es la "ley" primera para creer que no necesitamos de psicólogos, para afirmar que podemos solucionar nuestra vida cuando, en realidad, vemos apenas una parte de nosotros, casi siempre la más egosintónica, la que nos cierra los ojos a la Verdad.
EliminarFinalmente, también concuerdo contigo, yo ni loco me casaría conmigo mismo.
Un beso y muchas gracias por tu opinión.
Me alegro que coincidamos en la primera parte. Interesante lo que dices en la segunda parte. Mejor no casarnos con nosotros mismos, jaja.
EliminarUn beso y encantada de comentar.
Y yo encantado de que vengas, Éowyn.
EliminarOtro beso.
Genial .... Ameno ..entretenido y profundo....
ResponderEliminarCreo que tuco miedo.... Al peder su libertad casandose consigo mismo quedaría atrapado en su propia eternidad.
Tuvo una decisión muy acertada a mi parecer!!!
Imagínate Sara, vivimos perdiendo la libertad con los demás y encima vamos a perderla con nosotros mismos... Un absurdo.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, te mando un beso grande.
Muy divertido, ingenioso, abierto a interpretaciones, como suelen ser muchos de tus relatos. Gracias, me has hecho pasar un buen rato; con relectura.
ResponderEliminarSi me das tu permiso, me lo llevo para lo que supones...; voz de chica.
Un abrazo.
En algún momento me dije: este texto es bastante "teatral", qué bien quedaría en la Taberna, pero jamás te lo pediría. Así que me alegra que coincidamos.
EliminarVa a ser un honor y un placer.
Un fuerte abrazo, Javier.
Entiendo a Pedro completamente... Yo no sé si aguantaría unirme a mi mismo para toda la vida...
ResponderEliminarBueno, lo que se dice para toda la vida ya es demasiado, eso podemos reverlo, modificarlo, al menos después de la luna de miel.
EliminarUn abrazo y muchas gracias, Alex.
Insólito relato Humberto, que no deja indiferente por lo inverosímil dentro de lo posible a tenor del protagonista que buscaba justificar lo no justificable, su acción de soltería in asumida por perjuicios de una sociedad que pretende encasillar, marcar los roles para dar pábulo a variantes comerciales y o distracciones circunstanciales...
ResponderEliminarUn abrazo
http://dialtri.blogspot.com/2015/06/a-veces.html
El protagonista lo lleva al extremo, pero yo tengo la sensación de que todos buscamos justificar lo injustificable. Este relato es una caricatura de mi propio espejo, pero seguro que el de algún otro.
EliminarUn abrazo, Dionisio, gracias por el link, después pasaré.
Eso es tener miedo al compromiso y, lo demás, tonterías. Tal vez se diera cuenta de que si había pasado los 40 sin casarse, algo malo tenía que tener... Jajajaja. Hay que ver cómo nos pueden las convenciones sociales a veces. Un besote!!! (Espero ansiosa el segundo libro)
ResponderEliminarClaro, tanto se lo hicieron sentir que lo pensó y... se arrepintió.
EliminarMe parece que nadie puede escapar de las convenciones sociales, bueno, sí, un eremita.
Un beso grande, Alter, muchas gracias por estar.
Casarse con un niño barbado es una temeridad garantizada,incluso peor que hacerlo con una Barbie.
ResponderEliminarTodavía no probé con ninguna de esas opciones, ahora me queda claro que no debo hacerlo.
EliminarUn beso, muchas gracias.
Se perdió una noche de bodas espectacular!!
ResponderEliminarSaludos
Epa, epa, epa... ¿Es que tú sabes algo que yo no sé de su desempeño sexual?
EliminarUn abrazo, Fernando.
Conociéndose Pedro no se aceptó a si mismo. Cualquiera lo hubiese hecho. No nos aceptamos por eso es que dejamos en manos de otro la aceptación y aún más, se le condena a quedarse con nosotros hasta el final. Parece trabalenguas pero así mismo es.
ResponderEliminarUn abrazo
Pobres los demás, encima que nos aceptan los condenan, vaya tragedia.
EliminarLa vida es un trabalenguas, yo no lo dudo.
Un beso, mi querida Malque.
Pedro no sabes lo que te pierdes.
ResponderEliminarEres el segundo que parece saber algo más de Pedro que yo, cuéntenlo, ¡por favor!
EliminarUn abrazo, amigo, muchas gracias.
Casarse es algo serio y si lo haces contigo mismo seria una cadena dificil de romper.
ResponderEliminarComo siempre me encantó leerte.
Espero el proximo post, con impaciencia.
Un fuerte abrazo.
Imagínate solo el hecho de tener que dividir los bienes, sería una locura.
EliminarMuchas gracias, Josefa, tú eres una de las preferidas aquí.
Un beso.
Humberto por más que quiero ser de las primeras en comentar tus entradas no lo consigo, tu numerosa familia de amigos y seguidores siempre se me adelanta muchísimo, pero bueno a lo que voy, me parece genial este cuento, es muy original, esta bien eso de casarse con uno mismo, pero lo malo es que al final no se quería lo suficiente a si mismo como para dar ese paso, y tienes razón la gente ve como algo raro que la gente continúe soltera después de los cuarenta, y lo que no saben es que la soltería es un estado civil como lo demás, no es necesariamente impuesto, muchas veces es porque no se encuentra la media naranja con la que compartir tu vida.
ResponderEliminarBesos Humberto, y gracias por compartir estas historias tan entretenidas.
Puri
Una anécdota: Siempre quiero dejar el primer comentario a modo de saludo y pequeño diálogo, en la época que los blogs hacían furor y los comentarios llegaban a más de 300, una vez alguien escribió algo antes que yo, y te aseguro que fue rápido, apenas lo subí. Así que hasta yo me resigné que puedo no ser el primero, pero tal vez el mejor, como tú ;)
EliminarYo encontré mi media naranja en un patio andaluz, pero la dejé olvidada allí, después de tomas unas cerveza, no quiero ni recordarlo.
Un beso grande, Puri, muchas gracias por estar siempre.
Buena reflexión sobre la presión que los cánones sociales ejercen sobre nosotros, de otra parte, un "papelón" como ese no podía acabar en éxito, si bien hay que saber leer el trasfondo de esa negación...
ResponderEliminarUn relato que me parece muy original.
Te envío un abrazo de los de siempre, claro.
Muchas gracias por captar el trasfondo del texto, pues en sí es un sinsentido, aunque, te soy sincero, cada vez me atrae más el sentido del sinsentido.
EliminarUn beso grande, Sete.
Pues "A bodas me convidas" como decimos acá cuando nos ofrecen algo que nos apetece mucho. Sí, los solteros han sido estigmatizados durante mucho tiempo, sospechosos de cualquier desvarío hasta que llegaron los tiempos actuales y los solterones pasaron a llamarse "singles".
ResponderEliminarMe encanta ver que sigues con tus relatos. Que no falten.
Saludos!
Borgo.
Me dejan tantos dichos extranjeros que me gustan y que los hago propios que cuando los uso (porque los uso) la gente me mira como un bicho raro. A bodas me convidas va a patrimonio. Y fíjate que dije "patrimonio" no "matrimonio".
EliminarUn fuerte abrazo, Borgo, muchas gracias.
Como se te ocurren estas cosas Humberto?!?!?!?!?! buenisimo!!!!!!
ResponderEliminar...seriamente, es para pensar, analizar ....
un beso
No sé, yo voy caminando por la calle, veo a un señor que parece pensativo y ya se dispara una historia. Es en serio, no tengo una fórmula, por suerte.
EliminarMe alegra que veas que detrás del ridículo intento decir algo más.
Un beso grande.
A Pedro le convendría visitar los sitios de encuentros, donde abundan mujeres de más de 40 años que siguen buscando al "amor de su vida"- También es posible que Pedro desea permanecer encerrado en su armario. O más que deseo sea el temor a que los sobrinos lo comiencen a llamar tiita. En fin, sólo me queda reflexionar sobre la similitud entre "cánones y cañones" y su efecto en las personas. Abrazo!
ResponderEliminarHay cuatro momentos:
EliminarSe me ocurre una idea.
La escribo.
La corrijo (el más demorado)
La leo como si no fuera mía.
En ese último paso se me ocurrió exactamente lo que a vos, creo que este Pedro intuía que detrás del tiito sus "sobrinos" le decían tiita. Es muy complejo eso, es decir, cuando los demás ven que tu elección sexual va para un lado y tratan de sostenerla desde donde sea.
Y sigo, en mi último viaje en micro, me dieron unos sándwiches marca "Cañón", te lo juro.
Un abrazo, Ato.
Hola Humberto, bueno, Nuestro Pedro hizo bien por una parte, dijo "NO" pues no estaba haciendo lo que él quería, se iba a casar porque otros querían. Por otra parte, yo pienso que había escogido a la pareja perfecta, ÉL mismo.
ResponderEliminarPreciso relato querido amigo, muy bueno. Te dejo un fuerte abrazo y te deseo un lindo y feliz verano.
Lola Barea.
Bueno, Lola, no sé si él mismo era la persona perfecta, yo lo pienso desde mí y no veo en mí mismo la persona perfecta, pero puede ser que, simplemente, yo no lo sea.
EliminarUn feliz verano para ti, te lo digo desde los 10 grados del sur.
Un beso.
En un texto en apariencia sin sentido nos quieres decir mucho mas!! Claro que sí, tantas cosas que sería difícil enumerarlas.
ResponderEliminarMe recomendaron que viniera, no se nada de blogs pero algo sé de escritores.
Felicitaciones por este espacio cuidado en todos los aspectos.!
Un abrazo..
Luisa,
Es verdad, Luisa, intenté decir muchas cosas, ojalá se hayan entendido un par, con eso me conformo.
EliminarMuchas gracias por tu opinión, principalmente si sabes de escritores.
Un abrazo.
voy a serte sincera, no sé porque se me vino a la cabeza la película Runaway Bride protagonizada por Julia Roberts, si bien acá tu protagonista arma la ceremonia consigo mismo ( cosa que tampoco concreta), me parece que en este mundo existen seres que nacen para solitarios literalmente , personas que no desean hijos, personas que no desean ayudar a personas pero si a animales, personas cuyo enfoque y percepción del mundo difiere absolutamente con los que el resto a concordado como "normal" , para mí son personas únicas, pero no son extrañas , lamentablemente la masa y el statu quo obliga a seguir el paso
ResponderEliminarsi bien necesitamos de consensos para funcionar como sociedad, también es cierto que cada persona en sí mismo es un mundo independiente, cómo hacer para que nuestros sueños no dejen de ser nuestros o no tener que renunciar a ellos por parecer "normal" y ser aceptados por el resto
besitos y buen fin de semana
Después de que una persona lo mencionó, fui a buscar esa película para ver de qué se trataba y posiblemente a mí también se me habría pasado por la cabeza, el tema es que no veo muchas películas, y las pocas que veo son de ciencia ficción, mi género preferido. Así que es lógico que se te haya venido a la cabeza.
EliminarEn lo demás, creo que a muchos de nosotros nos salva el arte, pues el arte es un territorio intermedio entre lo que está aceptado y lo que no, eso es magnífico, pues me imagino a ciertas personas que necesitan revelarse contra las convenciones y no tiene cómo.
En lo personal, muchas veces me veo actuando como dos personas, una es para los que no me conocen, un sujeto bastante extraño y antipático, la otra, para los ya conocidos, bastante más amable.
En fin, buen fin de semana, Elisa, y un beso grande.
ay Humberto, sin el arte este mundo sería plano
ResponderEliminaro quizá lo plano nos dejaría parejitos a nosotros jejeje
me gusta saber que hay extraños dentro de nosotros
todos somos un poco así
saber que somos mucho más que dos
besitos :D
Un mundo plano y con monstruos en los confines...
EliminarEnhorabuena Humberto, tu relato mantiene la sorpresa de principio a fin y ademàs hace pensar porque toca muchos temas y paranoias tan actuales...
ResponderEliminarHa sido un gustazo leerte.
Un abrazo!
Muchas gracias, Chusa, me alegro de que te haya gustado, es cierto, hay demasiado material, pero se deja leer, creo.
EliminarUn abrazo grande y muchas gracias.
El que tiene espíritu y afán de soltero, nace así y así se muere, porque hay gente que a las ataduras le tienen miedo. Yo no he sido nunca muy partidario de la soltería en el hombre, quizás porque en este aspecto fuera yo, quien tuviera miedo de vivir sólo. Y siempre he pensado que lleva mejor la soltería la mujer que el hombre, porque creo que éste en este aspecto se desenvuelve peor y es más torpe. No sé si lo sabrás, pero en Andalucía a los que se quedan solteros, o solteras, les dicen "mocito o mocita vieja", por lo menos hace años. Otra cosa que quería apuntar es que; en aquella España oscura del franquismo, con una dictadura que nos golpeó cuarenta años; los hombres que se quedaban solteros, estaban muy mal, pero muy mal vistos. Lo primero que pensaba la gente al quedarnos tantos años enclavados al pasado, es que uno era homosexual; y cuchicheaban: "mira ese se ha quedado soltero porque es maricón".
ResponderEliminarAbrazo Humberto.
Yo no creo en la institución casamiento, Rafa, pero sí creo que la vida, sea de un hombre o una mujer, debe ser compartida. Y eso que a mí me encanta la soledad, el tema es encontrar una persona que maneje bien los tiempos de presencia-ausencia.
EliminarAmérica Latina sabe mucho de años duros, también se corrían los mismos chismes, es más, creo que todavía no cambió demasiado.
Un fuerte abrazo, amigo, muchas gracias.
Al final no quiso comprometerse porque descubrió que había sido infiel consigo mismo.
ResponderEliminarUn saludo.
No me animo a preguntarte cómo lo descubrió...
EliminarUn fuerte abrazo, Cayetano.
Pedro no es un ser extraño; quizás incomprendido, sí. Hay otros como él que se niegan aceptarse a sí mismos. No hay nadie más solitario en este mundo cruel que aquel que teme comprometerse a amarse en las buenas y en las malas. Pensando en esto último ya entiendo por qué motivo hay tantos solitarios... Y la cuestión es jorobada porque, quien no puede unirse a sí ¿cómo podrá unirse a otro? (por favor, que esto no lo lea un psicólogo). Abrazo, Dib (pido disculpas por tenerte tan abandonado). Loretta Maio
ResponderEliminarEstán los que se aman en las buenas y se odian en las malas, es difícil no caer en estas polaridades nefastas.
EliminarAmar, se amado, unirse, qué complejo se vuelve todo.
Un beso grande, Loretta y no pidas disculpas por nada.
Madre mía qué bueno, si ya era tremenda una boda consigo mismo el colmo es ser rechazado. Claro que bien pensando no es tan raro. ¿Quién se acepta totalmente tal cual es? Precisamente una de las tareas más difíciles del ser humano aceptarse a sí mismo. Humberto qué genialidad, siempre me sorprendes gratamente. Abrazos.
ResponderEliminarFíjate que parece delirante, pero si uno profundiza un poco hay muchos que actuamos casi como este personaje.
EliminarEn relación con aceptarse a uno mismo, en lo personal, suelo aceptarme, aunque tengo discusiones bastante acaloradas.
Un beso grande, querida Yashira.
Me encantó el relato. Pienso que la vida de a dos es más fácil. Quedarse solo, muchas veces es una elección. Cariños.
ResponderEliminarUna elección respetable, siempre que sea una elección libre, claro.
EliminarUn abrazo fuerte, Norma.
ERES UN PUTO GENIAL!!!!! EXCELENTE!!!!!
ResponderEliminarABRAZOS
Eres muy efusivo, ReltiH, eso me encanta.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Hola Humberto, pues creo que hay muchos Pedros, pero que no hacen la parafernalia de inventarse una boda para acallar las exigencias de la sociedad.
ResponderEliminarHay por decirlo de alguna manera, vocación de casado, juntado o como quieras llamarlo y por supuesto la de quedarse soltero. La libertad es lo más importante y ser libre para elegir, es saber usar esa libertad.
Nos vemos en septiembre, pues me tomo un largo descanso.
Un abrazo
Sor. Cecilia
Eso es lo más importante, la libertad, como la libertad que tú tienes para opinar de todo, eso me encanta.
EliminarQue disfrutes de tu descanso, estimada Sor Cecilia.
Un fuerte brazo.
Creo que debería denunciarse a si mismo por los gastos de los preparativos de la boda y luego cobrarse a si mismo la indemnización.
ResponderEliminarTodo quedará igual que estaba.
Saludos.
Eso es lo bueno de tener un abogado a mano.
EliminarUn abrazo, Toro.
Novio a la fuga! Sorprendente tu relato, pues cuando ya estaba yo festejando la excelente idea de casarse con uno mismo,en un arrebato de cósmica new age.,.el tío va y no quiere...
ResponderEliminarAdemás... me dejas pensando con qué parte de nosotros mismos no podríamos o no podemos convivir? Ay nuestras sombras!
genial Humberto..siempre sorprendes!
Si yo pudiera responder esa pregunta que haces, no escribiría ficción, haría libros de autoayuda y me llenaría de dinero ;)
EliminarMuchas gracias, mi estimada LunaRoja, un beso.
Cómo sería su carácter que no atrevió a casarse consigo mismo. Verdaderamente si escondía algo dentro de su soltería.
ResponderEliminarEres sorprendente en tus relatos.
Un abrazo
No lo dudo, como todos, a mí me encantaría saber lo que escondo.
EliminarUn abrazo grande, José, muchas gracias.
Quien no aspira a casarse consigo mismo? En el fondo es lo que muchos desean.
ResponderEliminarQuieren que su pareja piense como él o ella, que le guste lo mismo, que tengan el orgasmo al mismo tiempo y, de se posible, que ganen lo mismo.
Quienes consiguen este sueño terminan, por lo general, terriblemente aburridos. Creo que esto fue lo que intuyó el protagonista, por eso desistió. Saludos y una solitaria felicidad.
Lo del orgasmo al mismo tiempo me encantó.
EliminarGracias por tu opinión, querida Dora.
Un beso.
Humberto, eres GENIAL
ResponderEliminarQué originalidad de texto y sobretodo el hecho de no aceptarse.... me parece bárbaro, y realmente ¿quien de nosotros se acepta sin fisuras?
Genial.
Un abrazo.
Yo trato de aceptarme, a veces lo consigo bastante bien.
EliminarUn beso grande, querida Tracy, muchas gracias.
No me paré a contar cuantas líneas tiene esta narración, ni mucho menos las suficientes para cuanto he podido visualizar en este "guión" , sobre la paradoja en que vive Pedro no me resulta desconocido, lo resumo en un -vivir para los demás aunque no los soportes-.
ResponderEliminarDonde quede embrujada es con tu imaginación tan extravagante, descabellada que me atrapó y aplaudo con fuerza y largo tiempo por tu aumento de pericia.
Saber crear una gran historia a un personaje, en mi opinión papanatas, es del todo una excelente osadía convertida en un triunfo.
¡IMPECABLE¡
Beso Humberto
tRamos
Bueno, mi querida, te agradezco mucho por tu comentario tan afectuoso, sinceramente me llega al corazón.
EliminarYo creo que muchos viven para los demás y se olvidan de sí mismos, en diferentes grados y niveles. Hasta cierto punto está bien tener una evaluación de cómo estamos ubicados en relación con la sociedad, pero nunca dejar que ésta nos maneje.
Un beso muy grande, estamos siempre en contacto.
Si supiéramos decir que no en muchos momentos, cuantos errores y problemas hubiésemos evitado!!.
ResponderEliminarUn relato realmente bueno y,como siempre, original y muy agradable de leer.
Enhorabuena.
Un beso grande.
Ni me lo digas que me da escalofríos.
EliminarMuchas gracias por tu visita, Amalia, un beso grande también.
Ub relato lleno de ingenio que mantiene expectante al lector hasta la última línea
ResponderEliminarFuerte abrazo
Muchas gracias, Yolanda.
EliminarUn abrazo grande.
Ub relato lleno de ingenio que mantiene expectante al lector hasta la última línea
ResponderEliminarFuerte abrazo
Ub relato lleno de ingenio que mantiene expectante al lector hasta la última línea
ResponderEliminarFuerte abrazo
Me atrapo este relato, los prejuicios de la sociedad estigmatizan a ciertas personas y conductas. Y ya ves, ni él se ha querido casar por estos mismos mitos.
ResponderEliminarEs un tema para reflexionar y debatir.
Saludos
Me alegra que te haya atrapado, Karin.
EliminarPodríamos hablar horas de este asunto, es verdad, aunque, seguramente, no llegaríamos a nada definitivo.
Un abrazo y gracias.
Siempre digo que no "viviría con alguien como yo", prefiero los contrarios en el amor, así que mucho menos me casaría, por eso entiendo que al final tratando de ajustarse a los convencionalismos su yo más lúcido le diera plantón frente al altar.
ResponderEliminarAcabas el relato con el novio a la fuga, pero creo que unas líneas más allá se sintió aliviado, aunque le siga molestando no su "soledad" según normas, sino las miradas y los prejuicios que conlleva su decisión.
Lo leí con una sonrisa, Humberto. Me gustó mucho, como siempre, esa manera que tienes de contar, que atrapa y a la vez hace pensar.
Un beso,
En lo personal, me gusta la diferencia, pero no sé si lo contrario, pues he estado con varias mujeres que eran lo puesto a mí y, la verdad, era una confrontación constante, así que la diferencia, sí, lo opuesto, ni loco, jaja.
EliminarSin dudas, lo que al final lo masacra es lo que siguen diciendo los demás.
Un beso grande, Tesa, muchas gracias.
Me encanta el punto en que se pasa de decisión personal a debate televisivo, hay siempre algo que se debe comentar, porque nos han criado para que de todo tengamos opinión, para que sentemos cátedra y juzguemos. O quizás sin crianza, ¿pero por qué nos creemos con derecho a extrapolar nuestras preferencias en ley para los demás? Evidentemente hay un par de precedentes indiscutibles y de peso: el derecho y la moral. El capitalismo también se hace un hueco porque siempre hay que tratar de convencer al consumidor de que consuma, no se nos vaya a olvidar que el domingo toca centro comercial, que algo habrá que comprar. Me gusta su pragmatismo ante su propio “no”: no le importan las causas sino los efectos, fue precisamente su pragmatismo lo que lo llevó ante el altar. Por otro lado debe ser muy triste no quererse a uno mismo, curiosamente tu protagonista es de las pocas personas a las que les pasa esto y que lo aceptan aunque no lo aprueben. Como siempre hay mucho mensaje y mucho juego en tus relatos (por cierto, ya te he contestado, acepta mis disculpas que últimamente ando muy desconectado y falto de tiempo).
ResponderEliminar¡Un abrazote, Humberto! ^_^
Yo creo que hay una diferencia entre opinar y juzgar, no está mal que todos opinemos, pero juzgar ya no. Eso sí, hay que tener paciencia y buena voluntad para escuchar opiniones totalmente contrarias a las nuestras.
EliminarExacto, es pragmático hasta el tuétano.
Te aseguro que no habría dicho nada más después de tu comentario, porque es lo que es, y es muy profundo, pero hoy tenía un poco de ganas de hablar.
Un abrazo grande, Jorge.
Lástima que se dijo que no, me hubiera encantado ver cómo se las arreglaba para soportarse todos los días a la mañana, que deje los calzones colgando de la canilla, los reproches y comparaciones odiosas, las omisiones, el mate lavado a propósito...
ResponderEliminarSi duraba un tiempito, diría que había encontrado la receta!
No es que no se quiera a si mismo, se dio cuenta que no era compatible!
Abrazo H!
Voy a tener que escribir otro relato en donde el personaje se acepte, entonces veremos en qué termina todo, creo que mucho peor que este Pedro.
EliminarUn abrazo grande y muchas gracias, Etienne.
Humberto, mi felicitación por este original y enigmático relato en el que, además de tu estilo ágil, percibo un tema muy interesante sobre la presión social para someternos a unos modelos establecidos y sobre la dualidad del ser humano manifiesta en muchos de nuestros actos. Con frecuencia nos enfrentamos a disyuntivas y hay una voz interior discordante con lo que decidimos. Hay un yo que se acepta y otro crítico dentro de la misma persona.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es Fanny, el texto apunta básicamente a esa dicotomía entre lo social y lo particular, pero también a la que existe entre las instancias de una misma persona. Y otras cosas más, claro.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, me alegra que te haya gustado.
Un gran abrazo.
Muchas gracias por los deseos de verano. La verdad es que de momento se sufre más que se disfruta, entre alertas por tormentas y alertas por calor.
ResponderEliminarEl relato es estupendo, va encerrándote en la boda y la negativa era lo último que me esperaba.
Salud.
Yo no disfruto jamás del calor, creo que soy el brasileño menos brasileño que existe.
EliminarMuchas gracias por tu visita, Miguel Ángel, un abrazo.
Genial Humberto me encanta estas puestas en escena que nos atrapa hasta el último punto.
ResponderEliminarPues el tiito de los adolescentes que se vaya replanteando otra salida a esa soltería...Que en el fondo no quiere soltarla ni con el mismo.
Feliz invierno y por estos lares estamos ya con los calores.
Un abrazo.
Algo va a hacer, te lo prometo, ya que a mí me escucha y me hace caso ;)
EliminarUn beso grande, Bertha, muchas gracias.
por suerte no se aceptó, un divorcio hubiera sido terrible!
ResponderEliminarNo quiero ni imaginarlo, Elisa, ¡por favor!
EliminarUn beso.
Es un relato muy original y muy imaginativo, que no deja indiferente por el mensaje que encierra.
ResponderEliminarHumberto, eres genial. Un abrazo.
Muchas gracias por tu opinión, Cristina.
EliminarUn abrazo grande.
Excelente relato! Por un lado la muestra absoluta de una sociedad llena de prejuicios y normas que deberíamos cumplir para dejar felices a los demás, sin mirar si realmente a nosotros nos hacen felices todas esas imposturas que nos rodean.
ResponderEliminarEs muy realista, un hombre de esa edad y soltero para las mentes pequeñas es raro. Para mí es una persona que ha elegido vivir como se le antoja, con quien se le antoja y atento a sus propias necesidades, sin decisiones forzadas.
Lo de la boda es genial, le da un toque de humor con todos los preparativos, los pensamientos de las personas y ese final inesperado que termina de mostrar una definida personalidad del protagonista. Me alegra que se haya escapado, después de todo casarse consigo mismo, es demasiada responsabilidad.
Un abrazo enorme. Feliz domingo para vos.
No tengo mucho más para decirte, Sindel, tu comentario no necesita de otro comentario, pero sí quiero agradecerte por la lectura profunda y detallada.
EliminarUn beso y buena semana.
Es un placer leerte siempre! Un abrazo!
EliminarQuién sabe qué oscuro secreto sobre sí mismo conocería el pobre Pedro que lo llevó a reaccionar de ese modo...
ResponderEliminarY sobre las subordinadas... cuando sepa lo que son sabré de qué forma las uso, nunca me formé en literatura ergo desconozco los nombres técnicos de, prácticamente, todo.
Saludos!
J.
Yo lo conozco, José, pero no puedo decirlo...
EliminarBueno, lo de las oraciones subordinadas no importa, escribiste un texto muy bueno y recomendable, eso es lo que realmente vale.
Un abrazo.
Excelente relato...
ResponderEliminarBesitos en el alma, Scarlet2807
Muchas gracias por los besos.
EliminarOtros para ti.
Casarse con uno mismo es tan difícil que solo se consigue con los años, cuando apartas obstáculos, preguntas, temores, timideces, complejos ... entonces el matrimonio es hasta que la muerte los separe.
ResponderEliminarEntonces yo todavía tengo que mantenerme soltero de mí mismo, sin dudas.
EliminarUn abrazo, Trimbolera.
Qué buen psicólogo eres, porqué nos importaran tanto las vidas de los demás, cuando a veces no sabemos ni vivir la nuestra, al final Pedro hizo algo inteligente, decidió que nada ni nadie le condicionara a vivir como él quería hacerlo.
ResponderEliminarEspero con impaciencia ese nuevo libro que estoy segura de que será tan bueno e interesante como el anterior.
Un fuerte abrazo
Creo que Pedro está bastante confundido, que no sabe si hizo bien o no, pero si siente la presión de los demás cada vez más opresiva.
EliminarTendría que ser mejor que el anterior, querida Mª Rosa ;)
Un beso grande y muchas gracias.
Excelente Humberto!
ResponderEliminarMuchas gracias, querida Carmen.
EliminarUn beso grande.
Como siempre tu narrativa es excelente, Humberto.
ResponderEliminarHas tocado un tema que me parece muy curioso pues he visto a personas muy serias preguntándose por qué fulanito aún de se ha casado.
Casarse consigo mismo parece descabellado, aunque no para un egocéntrico; pero la idea podría ser un capítulo del teatro del absurdo donde el marketing, la curiosidad y la sinrazón prevalecen.
Feliz semana
Feliz semana, Rud, y gracias por tu opinión. Si no agrego nada más es porque no me parece necesario, tu comentario encierra lo importante.
EliminarEso sí, muchas gracias por tu visita y tus amables palabras.
Muy buen comentario de Rud, enhorabuena!
EliminarPido disculpas, no debería ser yo quien agradece, pero me asocio a tu opinión.
EliminarUn saludo anónimo para un comentarista anónimo.
Me desculpe não reparei que tinha publicado. Tenho andado enfermita e sem paciência.
ResponderEliminarAdorei adorei o seu texto e li-o todo com um sorriso de orelha a orelha. Que se lixem o que dizem os outros, se casa, se não casa, se tem defeito, se não tem... Uma coisa que eu adoro é quando o noivo ou a noiva foge e deixa todos de boca aberta. É preciso muita coragem e este homem também foi corajoso. No entanto vou ter de me referir à parte dos comes e bebes. Não me diga que foram todos para casa com o estômago a dar horas????
Bem vou fazer óó. Beijocas. <3
Oi coucou!! Sou eu, a Florzinha!!
EliminarQuem é Isabel Figueira, disse para mim mesmo!
EliminarAgora que você o esclareceu fico mais tranquilo, visto que não recebo beijocas de qualquer uma, rsrsrsrs.
E fique tranquila que isto aqui não é uma obrigação.
Isso sim, se cuida, hem!
Beijos enormes.
Uff! já mudei de máscara!! Feliz semana Humber! bjs.
Eliminar:-)
EliminarRetrato de un neurótico por exceso de socialización. Cualquier día aparece alguien así. Escribir aporta dones proféticos. Sigo pintando más y escribiendo menos. Por lo menos la pintura no exige el conflicto; basta intentar la belleza. Cualquier día de éstos expongo unos cuadritos en facebook.
ResponderEliminarEspero esa exposición virtual, Carlos.
EliminarYo también querría tener una variante artística, de hecho la tengo, pero no la ejerzo: soy músico.
Un fuerte abrazo, amigo.
He disfrutado mucho leyendo, felicidades. Y el final es el broche perfecto.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Abril.
EliminarUn fuerte abrazo.
Es lógica esa huida, seguramente, en el último momento se dio cuenta que un tipo de 48 años soltero no es de fiar y existe una seria sospecha de que esconde algún defecto muy grave. Una cosa es convivir, pero una boda ya son palabras mayores.
ResponderEliminarLos prejuicios, como casi siempre, se impusieron.
Un fuerte abrazo.
Alberto.
Por supuesto, no hay que poner la firma así porque sí, menos con un tipo de esa edad y que... se parezca tanto.
EliminarUn abrazo grande, Alberto.
Gracias.
Negarse a uno mismo es, seguramente, de lo más terrible que puede hacer una persona que desea ser feliz (o sea, todos). Este relato, aparentemente jocoso y absurdo, plantea una de las batallas más intestinas y desasogante que puede librar un ser humano: convivir con uno mismo.
ResponderEliminarSaludos.
Me alegro que hayas visto tan bien lo que se esconde detrás de lo aparentemente grotesco.
EliminarUn abrazo, Ibso, muchas gracias.
Jajajaja, que buenísima historia y que bien me lo he pasado leyéndola, estaba deseando llegar al final para ver en que terminaba.
ResponderEliminarSeguramente Pedro se dio el no, por si se llevaba mal consigo mismo y se tenía que divorciar, jajaja.
Me ha encantado Humberto, me lo he pasado estupendamente.
Un abrazo.
Me alegra mucho que lo hayas pasado bien, Elda, antes y después de todo se trata de eso.
EliminarUn gran abrazo y gracias por comentar.
Llego tarde... llego tarde... pero llego!
ResponderEliminarTu relato me pareció a decir poco genial, como siempre. Ya te lo he dicho, tienes un estilo, un modo de contar lo cotidiano, de hacer de una historia cualquiera, un "algo" de interesante, que no puede no maravillar.
Conozco a alguien muy cercano que se parece a tu protagonista, y no me extrañaría si en unos años más optara por esta idea, lo que no estoy segura es si diría de no! ...me sonreí en el momento que el tema pasó de la crítica familiar y de amigos, a "debate televisivo"; y es que no hay caso, cuánto fácil resulta ver "la paja en ojo ajeno"!
Felicitaciones sinceras. Un beso.
Creo que lo importante es llegar, no importa tanto cuándo, Alma.
EliminarCreo que en algún momento te lo comenté, trato de encontrar la perla que siempre brilla en el barro de lo cotidiano, no siempre lo consigo, claro.
La pasé muy bien mientras lo imaginaba, después vino la pesadilla de bajarlo al papel y corregirlo, finalmente vuelvo a pasarla bien viéndolo terminado.
Muchas gracias por tus palabras.
Un beso grande.
Excelente Humberto!
ResponderEliminarTe respondí más arriba, Carmen.
EliminarMuchas gracias de nuevo.
Si es un golpe para nuestra estima ser rechazados por los demás, imágínese usted si el rechazo viene de uno mismo...
ResponderEliminarEste relato es para darle a usted un sobresaliente cum laude.
Salu2 laurea2.
¿Y ahora quién me para, Diego?
EliminarCon tu Cum Laude ya no necesito nada más... Bueno sí, escribir otro mejor.
Un fuerte abrazo, amigo.
Grandiosa historia de ese solterón. Pero cometió el error de ir a la persona inadecuada para su casamiento. Una persona que se quiere casar consigo misma, es muy probable que estuviera poseída por el diablo. Debió recurrir a un exorcista para tal función. No lo hizo, y el maligno le jugó una mala pasada. Muy buena la musiquita de Aerosmith; un grupo que tengo injustamente olvidado.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Humberto :)
No pensé en la posibilidad de una posesión demoníaca, pero es muy valedera, claro. Voy a tener que consultarlo con un sacerdote ;)
EliminarUn fuerte abrazo, amigo Antonio.
Me alegra el arrepentimiento de Pedro en el último momento, prefiero pensar que al final solo renunciaba a cumplir con convencionalismos, aunque fuese a su manera, y sucumbir a la idea de matrimonio a cualquier precio. Interpretaré que mas que rechazarse, lo que rechazaba era una sociedad que no puede entender de lo que no considera normal sin estigmatizarlo.
ResponderEliminarComo soltera cuarentera, me niego a cuarentonar, cuenta con mi apoyo, "no estás solo Pedro!!!" :)
De nuevo genial leerte y caminar por esas historias que solo una fascinante cabeza puede montar.
Un gran beso Humberto
Creo que no va a ser necesario que yo intervenga, a Pedro le va a llegar tu mensaje de forma directa.
Eliminar¿En serio cuarentera? No te creo.
Un beso enrome y muchas gracias por ser siempre tan amable.
Muy bonito relato...gracias por tu visita ...un placer verte aqui un abrazo
ResponderEliminarMarina
Muchas gracias, Marina.
EliminarUn abrazo.
Es un placer leer un relato absurdo pero no tanto. Es divertido y te atrapa en su desarrollo, nos hace pensar sobre la relación que tenemos sobre nosotros mismos, y la reacción del resto de personal ante hechos insólitos. Con un fino humor y un final reflexivo, que sin duda nos lleva a analizarnos, qué parte de nosotros no nos gusta ni a nosotros. Un relato que disfrutaré en el libro.
ResponderEliminarMuchas gracias por detectar todos esos detalles, Ximens, escribir es un hecho placentero, pero se vuelve más placentero cuando el lector es bueno también.
EliminarNo dudes que serás uno de los primeros en leerlo, ya que, en caso de llevarlo a España, la "propuesta Madrid" está en pie.
Un abrazo grande.
Muy bueno, Humberto, creo que a veces es mejor y más fácil encarar los problemas y sombras de los demás que las de uno mismo...
ResponderEliminarUn abrazo, nos pusiste a pensar, amigo
Los otros son más fáciles de controlar, siempre.
EliminarUn abrazo, María, muchas gracias.
Tal vez no todos los días es un buen día. Pero siempre hay algo bueno en cada día.
ResponderEliminarSin dudas sea así, Manfaat, aunque no sepa bien por qué.
EliminarUn abrazo.
jajaja casi no se nota que aborreces el matrimonio ... más que tu prota y lo digo además de todo por haber elegido ese precioso( aun trillado) I Don't Want To Miss a Thing
ResponderEliminar... su letra que dice algo así como ... Podría permanecer despierto sólo para escucharte respirar,
Mirarte sonreír mientras duermes... Mmmm ... si no fuera porque tb. es el tema de Armageddon jaja.. ¿sabes lo que he llegado a pensar sobre le matrimonio con el tiempo? que uno solo debería casarse un segundo antes de morir para que de verdad fuera cierta la promesa de unidos por toda la eternidad en lo bueno, lo malo etc.. etc... ( pero claro... recuerda que soy abogada matrimonialista ;)
Un placer leerte siempre, casado soltero o viudo jaja
Muchos besos y mil gracias por tus letras!
PD
Te vi hoy tb de pasada deseando que tus textos despertaran sentimientos parecidos a los que tú sientes al escribirlos en Goggle+ pero no me dio tiempo a decirte nada allí.. sí que sucede HUMBERTO... no siempre pero sí que sucede...a veces incluso la realidad parece ficción ;)) Muaaaaaaaks! y hasta otro ratito... si te pillo aun soltero de letras y yo soltera de tiempo ;))
Estoy de acuerdo con tu idea de en qué momento casarse, pero mira si justo la persona elegida te rechaza, te vas al otro mundo con un hermoso rechazo... No sé, no me convence.
EliminarEs verdad, a veces sucede, yo no puedo quejarme, pero es imposible con un texto dejar conforme a todo el mundo. De todas formas, es una fantasía que no sé si me gustaría cumplir, ya que necesito de una dosis de rechazo.
Te mando un beso enorme, querida María. Muchas gracias por traer tu alegría a este blog.
¡Que original!
ResponderEliminarFue extraño, es verdad.
EliminarUn abrazo, Pseudo (ya tomándome mucha confianza).
Buenisimo!!!!!!
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias por la opinión, Abuela.
EliminarUn abrazo grande.
Yo me casaría conmigo mismo por interés. Lo haría si tuviera plata, solo para heredarme.
ResponderEliminarMuy bueno lo suyo.
Un saludo.
Jodido está Pedro y muchos otros especímenes que no se aceptan a sí mismos... aceptarnos tal cual somos, es parte de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.