Avanzaba por la acera con un andar elegante de cabeza erguida. Sus muslos eran generosos y terminaban, bien abajo, en tobillos delicadamente torneados. Hasta donde se discernía, tenía la piel rosada y los ojos claros. Sus pechos -muy abundantes- se balanceaban al ritmo de sus pasos. Caminaba entre los transeúntes sin darle la menor importancia a las miradas -entre atónitas e incrédulas- que todos le dirigíamos. Sin dudas, se trataba de una hembra ejemplar, era natural que llamara la atención.
Cuando llegó al cruce de la avenida, bajó el cordón y cruzó la calzada muy lejos de la senda peatonal, sin siquiera advertir el semáforo. No hubo manera de que el automóvil pudiese frenar. La arrojó a varios metros de distancia, donde dio unos estertores horribles a la vista de todos los testigos.
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios para “Mentiras in blue”.
Quiero dedicar “Hembra” a Dany, del blog http://no-more-wall.blogspot.com/
Que estén todos bien, qué embromar.
Un abrazo.
Humberto.
Dib:
ResponderEliminarMe confundió la "piel rosada"...
Una buena broma, jejej.
Seguro que si la cabra hubiese estado en el más alto de los riscos no se hubiese lastimado...
saludos caprinos.
Las apariencias engañan a la gente y a la que camina,que piensa: "ANCHA ES CASTILLA..."
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo siempre Humberto.
M.Jesús
Tenías que habernos advertido que tenía mucho pelo.
ResponderEliminarPobre almita.
Besos.
La belleza, o tiene algo de trágico, o no es belleza. Un saludo HD
ResponderEliminarSin duda es muy buena "hembra" cuando les gusta hasta las cabras.
ResponderEliminarfeliz semana.
Algunas veces me pregunto... ¿se habrá entendido?
ResponderEliminarQue te he de decir humberto, al igual que todos y viendo la fotografia que presentas, imagine un preciosa dama, pero jajaja que buen relato amigo, siempre me regocijo con tu fenomenal ingenio, saludos desde mi querida Guatemala
ResponderEliminar¿Semáforos en un Pueblo?
ResponderEliminarPobre cabra, maldita sea la modernidad.
Seguro que se entiende, pero la palabra hembra y además la foto, nublan cualquier raciocinio.
Cuídate Humberto, luego nos leemos.
ps. Espero haberlo entendido o ando igual que la cabra de despistado, jajajaja
ResponderEliminarTú sí lo entendiste, Starlight, pero por otros comentarios...
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que a esa cabrita no le habian enseñadp en la escuela Educación Vial, jajajaja.
ResponderEliminarUn abrazo bromista.
M confundio la foto, muy bueno. Un abrazo
ResponderEliminarBueno, si ponía una foto de una cabra, se rompía el desenlace, fue difícil, no te creas, jeje
ResponderEliminarBesos.
(San) GENIALLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe encantan estas cositas tan lindas que usted escribe, hacía tiempo que no entraba en su blog y he querido hacerlo esta noche. Besitos desde España.
ResponderEliminarMuy cariñoso tu comentario, Iluminada.
ResponderEliminarBesos.
ingenioso. saludos.
ResponderEliminarMuy buena, crei que era una mujer hasta el final, gracias por hacerme sonreir.
ResponderEliminarEra Hermosa la muy cabrita, jajajaja
ResponderEliminarMuy bueno Humberto
Un beso
En primer lugar gracias por la dedicatoria, inesperada, por cierto.
ResponderEliminarEntro como siempre, para leer tus nuevos relatos, para leer los comentarios y me encuentro con esta gentileza. Gracias Humberto!
A los lectores les quiero aclarar que la dedicatoria me excluye de cualquier parecido físico con la foto o mi reputación de cabrón.
Por supuesto, hace referencia al humor siempre presente en tu blog, Dany ;)
ResponderEliminarNo hay de qué...
Jajaja, que penita de hembra, destrozada quedo la cabrita. Buen giro el final, me despisto el principio o quizás mi mente se lo imagino antes de tiempo? Da igual, muy bueno si señor. Un bessito
ResponderEliminarQue cruel eres...
ResponderEliminarMerecía ser bella e inteligente, ya me estaba emocionando... jajaja.
Un saludo.
ja ja y yo que pensaba en una hembra "de aquellas colosales".
ResponderEliminar¿Así que te gustan las cabras ???
ResponderEliminarNo, no, ya lo entendó !!!
El que entré como un animal, fui yo!!!
Se lo paso a mi mujer, para que lo utilice con sus alumnos, debido a los primeros comentarios.
Me parese vien la aclarasión de dibino !
Un abrazo.
Me ha encantado!!! Abrazosss
ResponderEliminarQue decirte Humberto, como siempre sorprendes, aunque da pena de la pobre cabra.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
paco
Pues habrá sido de montaña
ResponderEliminarPorque de pueblos sabia poco
Gracias por el buen rato
Un abrazo
Tamally maak
Hola Humberto.
ResponderEliminarBuen comienzo para llegar al giro que le has dado luego. La verdad es que al final una se queda pensando si es que la protagonista era un ejemplar hembra de cabra, o si a la hembra, por ser de alguna manera en particular, se la acaba llamando cabra... (esto podría ser muuuuuy fuerte...)
Es que anoche, en un comentario, en forma de broma, Diavola calificó con el diminutivo masculino de esa palabra a Draco, y todavía no lo he olvidado, je.
Por cierto, que esa tontería me hizo saber que no se le da la misma acepción a la palabra aquí que en otros lugares... (aparte de que sea la cría de dicho animal).
Biquiños!
Carmen
No me gusto Humberto, me pareció un poco mas de lo mismo, de esos chistes tontos que se escuchan por ahí... me sorprendió que venga de vos...
ResponderEliminarLucía, como dice el dicho popular, "sobre gustos no hay nada escrito".
ResponderEliminarPero hay uno que me atrajo más, lo dijo un colega de blog: "Hasta el mejor torero tiene su tarde mala".
Que no te sorprenda, no podés imaginarte cuán malo puedo ser como escritor... según tu criterio, claro está.
Un cariño y gracias por marcar los defectos. De alabanzas estamos cansados.
Muito bom o texto como sempre... nos faz prender na leitura!! Parabens!! Abração, Cirino
ResponderEliminarQue alivio me has hecho sentir al ver que se trató de una cabra , hoy probablemente recuerdo de barbacoa, y no la hermosa chica de la foto, la cual como mínimo quisiera tener aunque sea impresa en mi camiseta.
ResponderEliminarMuy ingeniosa la vuelta final, creí que hablabas de una mujer!!!
ResponderEliminarHumber, creo que Lucia no lo entendió y te salió a pegar, jejeje.
Un beso de flor.
LU
Espero no haberte ofendido.. no soy muy diplomática como veras, es que esperaba algo mejor (para mi gusto), y bueno.. será que la tarde mala la tuve yo, ja
ResponderEliminarbesos
Lucia:
ResponderEliminarSe sabe que las críticas o halagos van a estar en relación directa con el nivel de exposición que uno tenga. Si me expongo a escribir y subir textos, soy conciente de que a alguien no puede gustarle, lo cual me parece más que válido.
Te cuento una anécdota. Murakami, escritor muy famoso, fue a dar una conferencia a una universidad de EEUU y un tipo lo agarró a golpes porque no le había gustado cómo había terminado su libro "Tokio blues".
Desde el Himalaya de Murakami al cerrito de Dib, te digo: No me ofendí.
Más cariños.
Esta vieja señora recuerda la hermosa foto de esta mujer en la revista Life.
ResponderEliminarNo te entendí "hombre terrible", pero una imagen tan bella sólo debiera inspirarte admiración ¿no crees?
De todos modos te quiere doña Ku
Ayyyy!! Esta entrada dolió!Porque no está lejos de alguna situación real.
ResponderEliminarGracias! Abrazo
....bueno, bueno.....y... se rompió la mágia.
ResponderEliminarUn abrazo Humberto
y la femina responde:tenemos la libertad,absoluta,de saltar al espacio, que querrá,sin permiso de nadie...
ResponderEliminarme causa gracia esa ironía, en cada uno de tus trabajos,que subyase,allí!
me ha gustado siempre,esa manera de escribir...que pena qu no nos hayamos conocido!
un abrazo
lidia-la escriba
blog ectualizado
Las cabran no deberían andar por muchos lugares... aunque siempre lo hacen.
ResponderEliminarBeijo
Ola,meu querido amigo,cada vez que passo por aqui mais me impressiono com teus contos geniais e supreendentes.Adoro cada um deles.Abrss.
ResponderEliminarSí, no me esperaba este final. Me quedé como idiota. Muy bueno.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Hasta pronto.
Ufff... que susto!!!
ResponderEliminarUm beijo, poeta.
La palabra "hembra" me sonó fuerte en uno de tus relatos, pero bueno, me dije, hoy Humberto estará en uno de esos días especiales, aunque bueno... mejor no sigo... Ja jaja!! Al fin no sé si me da más pena la supuesta mujer o la pobre cabrita. Humberto!!
ResponderEliminarNotable su habilidad de dar vuelta el sentido del texto en las últimas cinco palabras, sin respetar el semásforo.
ResponderEliminarhttp://enfugayremolino.blogspot.com/
Se entiende y se disfruta.
ResponderEliminarDicen que la cabra siempre tira al monte, al parecer quiso hacer una excursión y se olvidó de contratar un guia turístico.
ResponderEliminarSaludos y cariños.
Kasioles
Me gustó mucho. Parece que la dama tuvo la misma suerte que la pata de cabra.
ResponderEliminarUn abrazo enorme!
Eleonora.
El conductor debiera fijarse que lo que pasa adelante es una hembra de lujo, no cualquier verdura.
ResponderEliminarMe había compenetrado tanto con la descripción de la "hembra" que llegando al final me dije, ¿y qué tendrán que ver las cabras del pueblo? Ja, ja, después caí. Te cuento que sufro más por una cabra aplastada que por una yegua, digo perdón, por una hembra... (como la de la foto) Besos y gracias por la sonrisa!!!!(Ya venia "de chiste" desde la dedicatoria me parece). (Me gustó el comentario último, del Hombre llamado cuervo!)
ResponderEliminaray, no era el hombre, era el joven, por qué no aprenderás a leer...
ResponderEliminarHumber!! Genial tu relato! Brillante, sugestivo, ácido, de inesperado final.. Te felicito! Gracias x darme la sonrisa q necesitaba :)
ResponderEliminarUn gran abrazo y todo mi cariño.
VANUCHY OLABE
Muy interesante pasar por tu espacio y encontrar esos relatos maravillosos, aunque al final tuve que leer varios comentarios para poder entender que se trataba de una cabra y no de una mujer. Y es que si la foto engaña, pero tus relatos son los mejores!!!!
ResponderEliminarbesos y abrazos!!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCon lo bonito que empezo todo, para terminar con su pechos en el asfalto, sorprendente, como poco.Pobre cabra difunta.
ResponderEliminarAbrazo
Jajaja, y si hubiera sido vaca, ni sonando el claxon, jajaja. Muy cómicos los comentarios y todavía más, tu cierta arrogancia para contestar.
ResponderEliminarBesos.
Jajajaja!!!
ResponderEliminarNi pienso hacerme la mujer superada! Me hiciste entrar como una mismísima "cabra"
Desde el título, pasando por la imagen y transitando el relato, tejiste la red y adentro!
Además merecidísima dedicatoria a mi amigo Dany (genio y figura)
Me voy a dormir riendo y eso no tiene precio!
Great work, funny boy! Big kiss 4U!
Keep in touch! ;)
Terrible final para una cabra montañesa, con todos los atributos que tenía la hembra, jaja.
ResponderEliminarMuy divertido.
Un beso.
Sabri!!
This is a fantastic image Humberto.
ResponderEliminarReally love this one!
:S, pobre cabra, ni una cabra ni nigún animal debería de andar suelto por muy pequeño que sea el pueblo, sobre todo los animales no domesticados que para nada entienden de semáforos coches y demás cosas ajenas al entorno natural.
ResponderEliminarsaludos
Humberto: eres asombroso. Me imagine una terrible diva y que quede con la boca abierta con tan genial final.
ResponderEliminarMaravilloso!!!
Un beso......
La ciudad siempre es un peligro. Para muestra tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Y...se comieron a la hembra?
ResponderEliminarMe he estado riendo por buen rato, XD
See ya!
Y de ojos claros ? Apa ! que hembraza !
ResponderEliminarjejeee
Bss de Gitana♥
¡Bien! Me gustó el distractor. Ahora sé que tu lector puede caer en una trampa. ¡Exquisito!
ResponderEliminarSaludos.
sensual la cabrita que parece tuvo un final tràgico; me disculpo por el poco tiempo que encuentro, un saludo y un abrazo
ResponderEliminarBlas
Pues me has engañado bien, con la maquiavélica aportación de la foto de entrada. Y ¿será que en los pueblitos de montaña sólo tienen cabras? No debe ser un pueblo de esquí...
ResponderEliminarMuy divertido, abrazos.
Porque nadie le daría unas clases de seguridad vial...?
ResponderEliminarSaludos,
Las apariencias engañan a la gente aveces...Muy buen trabajo.Un abrazo
ResponderEliminarMe gusta el buen humor...
ResponderEliminar;)
saludos
Buen texto. Un gusto leerte amigo.Te envío un fraternal saludo, deseándote un buen día.
ResponderEliminarY yo que me estaba enamorando.
ResponderEliminarLas apariencias engañan y las palabras también. Tú nos han enganado con las dos.
ResponderEliminarPero ha sido divertido caer en el engaño.
Sólo una buena "hembra" es capaz de despertar tanta espectación... Abrazos
ResponderEliminarCreo que la próxima vez que vea una cabra, me acordaré de tí Humberto, jejeje. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusto tu historia, se ve que los conductores no ven mas alla de sus narices, tenia que haber esquivado la cabra, ella no estaba familiarizada con los semaforos..
ResponderEliminarMuy buen giro, me ha encantado
Un abrazo
Qué bien engañas. Me has obligado a una segunda lectura y a una tercera. Muy hábil. Divertido y bien escrito.
ResponderEliminarMe ha sobresaltado la entrada.
ResponderEliminarUn abrazo Humberto.
La belleza, la estampa, lo llamativo de una persona no es síntoma de cordura y mucho menos de respeto por las señales de tráfico.
ResponderEliminarCaramba qué final más sorprendente!
ResponderEliminarJajajaja
En serio que mirando la imagen y leyendo el texto,me has llevado al error impepinable de creer que era una mujer la que caminaba así de portentosa.
Muy bueno,sí señor.
Besos.
Has vuelto a tocar mi talón de Aquiles!...Adoro a los animales y no puedo soportar ni que muera una cabra atropellada!
ResponderEliminarAunque el relato fantástico, me gusta leerte!
Saludos!
¡Pobre cabra! sería daltónica...
ResponderEliminarMe pareció que era un pueblo centroamericano... por la vestimenta de la cabra y los transeúntes...
;-)
abrazo
No me esperaba nunca esa frase final. Con tu permiso lo comparto en mi facebook para que entren a leerlo! (mediante el enlace que hay bajo tu entrada, por supuesto) :D
ResponderEliminarEste tipo de relatos tienen la seguridad de que van a ser leídos dos veces, para darnos cuenta de qué manera habíamos caído en la "trampa".
ResponderEliminarAquí solo una cosa que me chocó es que los muslos terminen "más abajo". Siempre terminan más abajo en los tobillos y más arriba en... el tronco ¿o empiezan en el tronco? no sé, a mi me sobra la explicación.
Un abrazo
Yo no hubiera esperado a tal final, antes de llegar al cordón cuneta, una soga al cuello y marche p'al corral!!
ResponderEliminarAbrazo!!
Jjaja, ay, qué bueno. Qué inesperado. Y ya iba yo a criticar por lo de los omnipresentes pechos abundantes... ;)
ResponderEliminarSludos!!
Me sorprendió ya que yo me imaginaba una burra.
ResponderEliminarEn realidad muy divertido.
Se mascaba la tragedia y al final, diste un giro. Aunque menos, pobre cabra, jeje
ResponderEliminarPermíteme un apunte, imagino que se te ha pasado, será "-entre atónitas E incrédulas-
Un saludo indio
Aunque me da mucha pena de la pobre cabra, me ha gustado el relato... las descripciones perfectas y ese giro final.
ResponderEliminarUn saludo.
Este humor es negrísimo ¡¡¡!!!.
ResponderEliminarUn beso
Muy bueno ¡¡¡, ésta sí que no me lo esperaba.
ResponderEliminarUn saludo.
Pero ya sabes, la cabra tira al monte como dice el refrán y de calles no esntiende nada...
ResponderEliminarSaludines
jajajaja me encanta tu sentido del humor!! no hablaste del pelo y claro!! de hay la confusión,aunque los pechos abundantes ya me dieron una pista jajjaja.un abrazo Humberto!
ResponderEliminarjeje, todos andábamos tomando para los tomares y zas! apareció la finada cabra
ResponderEliminargenial!
saludos
Pobrecita la cabra!!
ResponderEliminarAhora, sos medio tramposo, la imagen engaña!!! jajajaja
PD: "e incrédulas"
Apenas y me enamoraba de la "hembra" y la matas... Chico malo, chico malo.
ResponderEliminarMe encantó el final, siempre trágico e inesperado. No seremos primos?
Sí, sí, se me pasó el "e", porque antes decía "atónitas y maravilladas". Cambié "maravilladas" pero dejé el "e".
ResponderEliminarGracias a los lectores atentos.
Abrazos.
Muy bueno... realmente te destacaste. besos.
ResponderEliminarSegún las estadísticas hay más mujeres que hombres y recién ahora entiendo la razón. Tu relato no hace más que ratificar lo difícil de la vida en lugares dónde la presencia femenina es insuficiente.
ResponderEliminarUn gran abrazo, qué embromar.
Vaya tragedia. Esperaba ver una buena moza y me encuentro una cabra tirada en el suelo, que se ha dado un golpe con la furgoneta del boticario del pueblo ¿No podía ir en burro como los demás? A ver si salva.
ResponderEliminarFuerte y cáustico; la belleza con el horror; el sinsentido de la vida, el aroma a femme fatale; el humor negro de la absurda existencia.
ResponderEliminarComo siempre, pocas palabras e inteligencia a raudales, Humberto.
Un abrazo de Federico.
Genial, aunque lo de "hembra" ya comenzaba a dar alguna pista, tu excelente descripción de sus andares y la mezcla de términos humanos como -muslo- en la redacción, han jugado muy bien al despiste. Me gustó. Abrazos.
ResponderEliminarVaya hembra qué manera de acabar. Sí, yo también creo, como alguien dice por ahí, que la belleza puede ser trágica. Empieza fulminándote y acaba fulminada de un modo fulminante jajaja.
ResponderEliminarBuen micro.
UN abrazo.
Será relevante el saber qué pasó con la salud de la señorita?. No sé, me imaginé que pudiese estar grave.
ResponderEliminarAbrz.
Lo que pasó es que... aprovecharon y se la comieron, ¿para qué desperdiciar una cabra? con lo bien que saben.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me anoto entre otra de las que cayeron, jeje.
ResponderEliminarHicieron bien en comérsela, por distraida.
Besotes.
Stefi
¡Qué triste Humberto! Yo me esperaba otra cosa. Bueno, excelente como siempre y sorprendente final.
ResponderEliminarEl texto, al margen de su sentido del humor, se da a múltiples interpretaciones, algunas de ellas bastante zoofílicas, en las que no me adentraré por decoro y prudencia... Besos.
ResponderEliminarMagnífica tu sensual entrada de palabras con letras
ResponderEliminarHugs
De lo que se trata es de sorprender e interesar al lector como tu lo haces cada vez que escribes estos pequeños relatos, ese es el verdadero valor de un escritor.
ResponderEliminarUn besote
Que cabra tan atractiva.
ResponderEliminarPor aquí no hay ninguna así.
Saludos.
No esperaba ese final, que forma de quedarte con la gente. Un saludo
ResponderEliminarHola Humberto
ResponderEliminarAgradezco mucho tu visita a mi blog. Los comentarios son escasos quizá por eso, tienen los que se extravían a mi jardín un valor especial.
No sabría decirte, cuál fue el primer relato tuyo que leí, pero si recuerdo que me interesó tu manera de escribir. Depués he visto tus textos en otros blogs, como el Microrrelatista. Y me siguen gustando. Al entrar en tu blog me asusté un poco. Tus palabras arrastran diariamente a cientos de personas que responden, sugieren y elogian lo que escribes. Somos un poco la antítesis. Pero no lo digo exáctamente con envidia. Ahí tienes quizá un poco de razón tú, cuando dices me asusten las masas. Pero bueno, ni tanto ni tan calvo.
En todo caso, eres bien recibido en mi blog y prometo que dejaré comentarios en el tuyo de vez en cuando. ¡Ah! Me alegra que te gusten algunos de mis relatos.
Un abrazo sincero
Si es que tenemos las mentes calenturientas !!!!!! Muy bueno!
ResponderEliminarContundente final.
ResponderEliminarUna abrazo
Octavius Bot
Ella seguia cminando y mientras lo hacia no pensaba nada más que en el encuentro de ése hombre que la poseia sin darse cuenta...
ResponderEliminarMovía su cintura al compás del ritmo de ansiedad y locura que sentia hasta que......se vió el auto casi encima....rodando su voluptuoso cuerpo pudo ir dando vueltas haste el cordón donde él la esperaba con los brazos abiertos...
:)
Qué bueno, un relato genial, me habías engañado con la foto del post. Tendrías que habernos advertido que la hermosa hembra lucía abundante pelambrera, y exhibía orgullosa adornos córneos en su testuz, igual me hubiera hecho otra idea.
ResponderEliminarUn saludo
¡Vaya, me engañaste! Lo consigues de lleno para llegar a ese final en el que no sé si reir o llorar por el fatal desenlace de la cabra...
ResponderEliminarBesitos
¡Qué bueno! No me esperaba para nada ese final.
ResponderEliminarBesotes!!!
Un gran escritor Eso es lo que eres
ResponderEliminarPobre cabrita.....
ResponderEliminarEra su hora, sin duda.
Abrazos Humberto.
Una cabra loca,muy buena y muy guapa pero una cabra loca a fin de cuentas.En las caídas y en los accidentes nadie sale bien en la foto,ni las mejores cabras.Un abrazo Humberto.
ResponderEliminarya estaba yo por señalar el sesgo machista! ejjeje
ResponderEliminarSaludos.
Perfecta la trampa visual . Muy buen relato . Gracias por la sonrisa del día . Dios contigo
ResponderEliminarReconozco que me conmueve cuando alguien dice que le alegré el día o el momento, ¿qué mejor elogio?
ResponderEliminarEso sí, no siempre serán textos divertidos, jeje.
Muchas gracias a todos.
Abrazos.
Querido Humberto: Breve y sensual, sorpresivo. Un encantador Microrrelato. Me ha encantado. Un tema que me gusta tocar en los míos . Avasallante imaginación la tuya. Hoy he venido a visitarte y a disculparme por mi ausencia expresa, ya que siempre te leo, al mismo tiempo quiero informarte, y lo hago porque eras seguidor de mis blogs literarios (solo prosa)que he fusionado y habiendo al fin concluido mi labor, te informo que ya está en la Blogósfera Escribiendo. . . (http://zmescribiendo.blogspot.com) Te estaré esperando para compartir mis escritos. Gracias y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarZ Millz M
Si es que la envidia es muy mala...
ResponderEliminarBesos.
Para mi,era una mujer con unos cuernos bien grandes,por eso la confundian con una cabra!!
ResponderEliminarJajaja...buenisimo!
Saludos!
almazulada es igual a sildelsur.
ResponderEliminarBesos!!!!!
Me confundís con tantos nicks... jeje
ResponderEliminarBesos.
HD
Cabras o no, mujeres así deberían andar libres por la calle. Solo hay que cuidarse de las consecuencias.
ResponderEliminarBacana entrada.
Saludos :)
¡¡¡Fenomenal!!! no me he dado cuenta hasta que no he llegado al final.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Muy bueno, me ha encantado! Lástima por la cabra, me caen bien estos animalitos.
ResponderEliminarAbrazos
Pues, como buen macho cabrío, es decir como todo un cabrón. Me he creído toda la historia de amor y seguiré llorando a mi amada voluptuosa, así la sirvan de cena en algún estofado. Atte. El cabrío mustio.
ResponderEliminarapología a la zoofilia..jajaja, me encantan tus breves relatos con estos finales que descolocan..abrazo
ResponderEliminarNEGRO, SOS UN HDP, ME COMÍ LA HISTORIA DE LA MINA Y ERA UNA CABRA, CAI LO RECONOZCO. ME ATRAPAN TUS HISTORIAS SIEMPRE TAN DIFERENTES.
ResponderEliminarUN ABRAZO DESDE CÓRDOBA LA DOCTA.
CHRIS
Buenísimo!
ResponderEliminarQuién iba a imaginar que esa hembra, era un ejemplar de cabra!
Un abrazo!
;)
Muy bueno.
ResponderEliminarHola Humberto...me dejé llevar por la fotografía...y ¡Sorpresa! Era una linda cabra, también tienen lo suyo. Me gustó el relato por el inesperado final. Te felicito con un fuerte abrazo.
ResponderEliminarSiempre es triste la muerte de una hembra. Muy bueno lo suyo.
ResponderEliminarUn saludo.
Me encanto tu entrada, me sentí identificada. Gracias, besos.
ResponderEliminarUna gran confesión, Norma... sorprendente.
ResponderEliminarUn beso.
HD
Ja! Me pareció divertido Humb.
ResponderEliminarUn beso grande
Interesantísima confusión se obsequia al lector después del punto final. Además de la natural sonrisa por el juego, cuán cerca está nuestro lenguaje de confundir cabras con mujeres, estupores con bellezas...
ResponderEliminarExcelente, un abrazo Humberto.
Humberto,tienes un blog de maravilla,me encanta leerte ,pero desde hace unos meses no puedo dejar mis comentarios,con los cambios no entiendo como hacerlo ,por el momento yo no he publicado,por el mismo motivo trataré de informarme, de que forma hacerlo,si tu lees lo que te escribo ,por favor deja en mi bolg un mensaje,felicitaciones saludos...
ResponderEliminarSugerente relato que "fácilmente" puede inspirar la foto de esa mujer. Es posible que ese "sin darle importancia a las miradas" se debiera a la aureola de la belleza, que como vaho puede empañarlo todo a su alrededor, hasta la senda peatonal. Seguro que el conductor ni vio el semáforo. Me ha gustado tu relato.
ResponderEliminarLo mejor de tu relato, es la sonrisa que se esbozó en mi rostro al leer la última frase. Lo cierto, es que la foto ayuda a confundir al lector, pero, estoy seguro que, sin ella, el efecto sobre el lector, hubiese sido el mismo. Maravilloso Humberto. Un gran Abrazo.
ResponderEliminarJajaja, están muy bien estas cosillas, hasta la foto que has elegido. Cómo siempre, todos miran menos el que tiene que mirar.
ResponderEliminarSaludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarOh Pobre cabra......
ResponderEliminarJugaste al despiste y lo conseguiste...
Me gustó este relato con final inesperado.
Un abrazo
Estupendo relato. Ingenioso y contundente.
ResponderEliminarUn saludo
Benditas cabras.
ResponderEliminar¿Habrá sido una hermosa cabra?..jeje!!
ResponderEliminar- jajajaja!!! Caii!!! :D habia engranado por el lado de "hembra"! tipo insulto callejero onda "que no tuvo madre???" ah - jaja -
ResponderEliminarMe encantó!
Sejidora dibina que tampozo save escrivir O.o
Leer tu blog fué la frutillita que corona un dia precioso, gracias Humberto.
Marcela, como dije por ahí, un comentario como el tuyo me pone muy feliz. Alegrar un instante la vida de otro no tiene precio.
ResponderEliminarUn cariño a todos.
Hola Humberto , la verdad es que es algo desconcertante , y lleva a engaño , pero yo digo si es una cabra hay que ver que cabra mas sexy y guapa ,no? yo estoy como casi todos los que te han comentado , un beso de Lm.
ResponderEliminarJolines, Humbeto, qué bueno. "La esencia no viene en barriles". Eso es, diste en el clavo.
ResponderEliminarAyer vino a mi pulpe un viejo indio chamán a pedirme consejo (jajaja!). Le hablé del parásito que crece en nosotros desde niños, ese que se alimenta de falsedades, antivalores, prejuicios, perjuicios, machismo, desviaciones... y que al final es nuestra personalidad. Secuestra nuestra mente, espíritu...
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank Ruffino.
P.D. Ese parásito es un engendro que nos meten nuestros padres, sociedad, iglesia de mierda, desde pequeños cuando nos quieren ahogar en un maldita pila bautismal. Hay que ser libres y un poco infantiles. De ahí mi puta manera de ser, no encuentro otra explicación.
Concuerdo, la religión nos idiotiza con sus prohibiciones, pero aún así respeto a los que creen de verdad. Hay gente pura todavía, no mucha, pero hay.
ResponderEliminarAbrazos.
Yo creo... o quiero creer. Pero no me prohíbo siquiera las prohibiciones a veces.
ResponderEliminarAbrazo!
Bue-ni-si-mo!!!
ResponderEliminarLula!
Besitos
Termino el trabajo y la semana con tu escrito, así que después de poner cara de preocupación y de horror con los estertores, me he partido de risa, juas!!!
ResponderEliminarComo me pasa siempre he vuelto a leerlo y mientras lo releía me reía de acordarme de mi primera impresión.
¡Fenomenal y mil gracias amigo !!!
Genial !!!
ResponderEliminarLa foto es la culpable del despiste, pero deberás explicarme eso de las cabras de piel rosada.
Un texto incómodo sin duda para una dama.
Un abrazo.
¡IMPACTANTE! el texto engaña con tanta sutileza que al final parece que murieron dos :) un saludo
ResponderEliminarPechos abundantes y balanceantes, jajajaja, muy bueno llevando al despiste con esto, imaginamos un pecho generoso que se balancea al igual que las caderas al andar, y lo que es, son las ubres de ese color rosaceo que dices. Lo que hace la imaginación calenturienta, jajajaja.
ResponderEliminarQué animales somos! Por eso la cabra iba tan campante por la calle.
Gracias por el buen rato Humberto!
Buen finde, besos.
más de unose hizo la cabeza jaja y seguro que te enviaron mensajes privados, aquellos que no leyeron el final.
ResponderEliminarte felicito.
Un abrazo!
Genial¡¡¡¡,Nada es lo que parece.Muy buen relato.Besos
ResponderEliminarolá amigo, obrigado por me seguir, bjus tere.
ResponderEliminarHola, Humberto
ResponderEliminarAlgo maquiavélico el relato; parece broma, pero a todos nos puede llegar la hora cuando menos lo pensemos.
Que pases un maravilloso fin de semana
Y sí, Rud, a las cabras suele llegarles más rápidamente... muchos hombres (maquiavélicos) las comen asadas.
ResponderEliminarGracias por tus deseos.
Una cabra en la ciudad siempre se siente perdida...¡me encanta! siempre digo lo mismo,pero es la verdad.
ResponderEliminarEspero que vaya todo genial, que ningún coche atropelle tus ideas.
Besos mil.
Cuando he leído " que sus pechos se balanceaban, he pensado en una cabra , fíjate, jajajaja al parecer ambos pensamos " en verde", luego lo de que esos mismos pechos eran abundantes, me a pegado una rallada que para qué, he pensado " jolín pues cuantos tiene", y claro, no es que eran muchos si no que andaban tan llenos, por eso el balanceo, en fin, que me gusta , este tipo de escritos, y sobre todo la foto que acompaña, que todas las miradas, a la mujer de muslos prietos y "torneados" tobillos jejejej, genial!!!!!
ResponderEliminarDe nuevo por tu casa amigo, disfrutando de las cosillas que nos dejas. Gracias por compartir.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
jajajajjajajajajaja....ya te iba yo a preguntar en donde habías mirado mi andar....pero cuando escuche el frenazo del coche me detuve jajajja y mas que no soy cabra aunque este mas loca que una de ellas...Muy buena entrada...besos amigo..
ResponderEliminarjajaja, nos has engañado a todos. Un abrazo.
ResponderEliminarLo de seguir las normas de circulación para evitar como transeúnte un atropello creo que es válido en la mayoría de ciudades excepto en Roma (ahí más vale no mirar los semáforos) y creo que también en Nápoles.
ResponderEliminarBss.
http://melancora.blogspot.com
jajajaj, pobre cabra.
ResponderEliminarMuy bueno tu micro, gracias por estas risas.
Un abrazo.
La foto fue tu aliada para mantener el guiño hasta el final.
ResponderEliminarla descripción de la "dama" me pareció un poco animal, pero no sopechés.
Pobre cabrita.
Un beso con una sonrisa.
Eh!!, que gran giro, me dejaste con mis acusaciones en el bolsillo, jajaja. Muy bien, yo también pensaba que era un texto sexista y buscaba alguna reflexión. Bien, bien, ha sido otra, pero igualmente satisfactoria la experiencia.
ResponderEliminarUn saludo.
Tan ingenioso como siempre, nos despistaste a todos! jejeje
ResponderEliminar:)
ResponderEliminarNada es lo que parece...que pena, cuanta realidad nos perdemos :)
Besote
Me ha gustado.
ResponderEliminarUn saludo desde España.
LLevo varios días pensando en tu relato, y la verdad es que sigo desorientada, no sé muy bien como interpretarlo. Lo releo, y al final me quedo con la misma sensación de desasosiego casi ofensivo de la primera vez.
ResponderEliminarDe todas formas enhorabuena porque has captado mi atención.
Un abrazo.
Gosto muito dos seus contos.
ResponderEliminarAs cabras estão habituadas a andar à vontade sem automoveis ou semaforos.
beijos
Me a encantado el relato! me has conseguido engañar con la descripción del principio, pensaba que era una mujer jaja y luego resulta que era una cabra jaja muy bueno.
ResponderEliminarUn Saludo
jaja muy buen giro, lograste despistarme
ResponderEliminarPobre cabra, le hicieron mal de ojo!!
ResponderEliminarO estaba loca ( mi madre, de vez en cuando, las toma de ejemplo de locura cuando se refiere a mí)
Un abrazo
jaja... ¡Loca como una cabra!
ResponderEliminarMe encantó, muchas gracias por la invitación, me quedó por acá...
Beso, Nuri.