12 de noviembre de 2012

Amor 2.0


Cuando abrió la galleta de la fortuna, se encontró con que estaba vacía. Al principio se sorprendió, luego se puso muy triste, pero al final fue presa de una indignación tan feroz que tuvieron que detenerla para que no hiciera pedazos el restaurante chino ni ahorcase a Chow y a Fan, los dueños del lugar. Es que a sus amigos las galletas les habían augurado Felicidad, Salud, Viajes, Dinero, y a ella nada. Al llegar a su casa, lo primero que hizo fue contar su desventura en un extenso y exaltado reclamo a través de Facebook, ya que era una de esas personas dadas a hacer pública cada experiencia de su vida -incluso con fotos-. Un amigo de un amigo de un amigo leyó la anécdota y le escribió que a él también le había sucedido lo mismo, entonces ella le regaló un "me gusta" y así se conocieron. Juntos descubrieron que la galleta no estaba tan vacía.