Estábamos sentados en la vereda, apoyados contra la
pared de una casa vecina, era de noche, tal vez demasiado tarde
como para que dos críos estuviesen en la calle. Hacía un poco de frío y por
eso nos apretábamos hombro contra hombro. Sobre las piernas sosteníamos una
revista de historietas abierta al azar, pero por debajo de esas hojas
colorinches comenzábamos a conocer los secretos del sexo. Entonces me
pareciste la más linda, la más dulce, la más amada de todas las nenas.
A partir de esa noche decidí tomar fotos… fotos
móviles de todos mis momentos idílicos, fotos que guardo en el álbum que
los tontos llaman memoria y que, de tanto en tanto -cuando el sopor de la
siesta me asalta y comienzo a adormecerme-, saco y hago correr para que se unan imágenes
a emociones. Entonces caigo en una especie de realidad narcótica, metamensaje visual
que se acerca -y se aleja- tanto de la verdadera
realidad: juego de espejos enfrentados, calidoscopio y vórtice al que nos
arrastra la somnolencia vespertina. Lo cierto es que tus fotos siempre son
las preferidas, fotos como las de aquella noche fría de dedos palpitantes y
húmedos, trémulos e inseguros.
Pero el tiempo pasó y me dediqué a hacer un
hombre de mí, rechacé -como era la regla- todo lo femenino. Preferí el fútbol,
las peleas, las malas palabras, el tonto engaño de la insensibilidad varonil,
sin embargo, en mi interior te fuiste haciendo cada vez más fuerte, tu efigie comenzó a acometer con tal energía contra esa puerta tallada con emblemas
masculinos, que todo el edificio
se resquebrajó hasta caer. Y es por eso que cuando salgo del
letargo hipnótico de la siesta, no puedo cerrar los ojos por mucho
tiempo, pues las escenas se anudan tan fuertemente a los afectos que creo verte en todos lados -fantasma mío-,
y una especie de dolor líquido comienza a llenarme el alma que se vuelve un
cántaro henchido por este sufrimiento tibio que me recorre el cuerpo, que
avanza lento, silencioso y delicado como los pasos de un lobo en el corral de
las ovejas. Entonces tiemblo de deseo de apretarte contra mí para
llorar -sin pudor- mis prematuras lágrimas seniles, para hallar en ti
aquello que me faltó en el momento en que no debía faltar, o que tuve pero no me
di cuenta de que lo tenía y por eso me parece que faltó. Pero no hago más que vomitar esta parrafada corrosiva e inútil, porque
aún creo que por el oscuro camino de las letras, que por este espurio reino de mandatos sintácticos y
preceptos semánticos, pueda volver a encontrarte…
Bebo de tu vino como si fuese veneno,
Bebo de tu copa como si fuese de fuego;
Esta tarde algo se agita aquí dentro,
En esta alma acostumbrada al mismo desencuentro.
Te pido que no me entiendas,
Porque si me entendieses caería el último de mis
espejos.
Te pido que me dejes tragar tu amarga ausencia,
Porque con ella construiré un nuevo recuerdo.
Un recuerdo adolescente que vibra dentro de mi
cuerpo,
Y que parpadea frente a mis ojos.
Una inocente risa tuya que me asesina sin
remordimientos,
Y yo que me dejo arrancar la piel con sólo saberlo.
Eres la única -pero todas- con el mismo cetro,
La caricia al que ya se sabe muerto,
La cruel obstinación del que ya conoce este
desierto.
Lo que más recuerdo son tus ojos oscuros, y esas pequeñas bolsitas en los párpados inferiores que encendían tu mirada
cuando reías, bolsitas que con los años odiarás. Creo que Guadalupe
era tu nombre, o María Guadalupe, nombre de santa, qué más da.
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por las visitas y comentarios para “Bunker Hill”.
Escribí “El lobo…” hace muchos años, tantos que me da vértigo recordarlo. Es un escrito que, después de un muy breve paso por este blog, desaparecerá para siempre.
Una buena semana para todos.
Muchas gracias a los que siempre están, más allá de todo.
El primer amor, que permanece, perturba y corroe.
ResponderEliminarNo va a ser difícil hacer desaparecer este escrito. Terminar con el recuerdo no parece sencillo.
Un gran abrazo
Absolutamente de acuerdo, no va a ser nada difícil hacerlo desaparecer.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hay personas a las que no se olvida nunca, especialmente si son parte de nuestro renacer o crecimiento.
ResponderEliminarUna entrada muy completa.
Un beso nostágico ( o dos).
A veces pienso si fue una persona verdadera o si es el resultado de lo que hace el tiempo con nuestra imaginación. Todo muy confuso... y nostálgico, sí.
EliminarMuchas gracias, Kayla.
Gostei muito do teu texto e hoje até tivemos direito a um poema. Na verdade hoje em dia os rapazes na primeira adolescência já não estão nada afastados das meninas. Cada vez mais os jovens iniciam a sua actividade sexual muito mais cedo e as meninas ficam grávidas também. ´É uma pena pois parece-me que todo o encanto de que falas na aproximação entre um menino e uma menina se esteja a perder e que o amor esteja a ser substituído por puro sexo.
ResponderEliminarBeijinhos
Flor
Bom, não chega a ser um poema, é uma forma imperfeita de verso, uma forma bastante naïf.
EliminarÉ verdade, você me fez pensar que hoje a rapaziada se aproxima da sexualidade de uma forma bem diferente.
Beijinhos, minha querida Flor!
Lo noté un poco distinto, al texto. Será el tiempo que ha pasado, dices, que ya es viejito (digo el texto, no tú). Pero no lo lances, ¿por qué? hay recuerdos que nunca van a borrarse.
ResponderEliminarMucho más que un poco distinto, Francesca, siento como si lo hubiera escrito otra persona, pero creo que fui yo.
EliminarLos recuerdos deben quedar como recuerdos, los relatos también.
Un beso y muchas gracias.
Dib, te gustaría casarte conmigo? Si dices que sí, pido tu mano la próxima semana.
ResponderEliminarTodo muy bien, pero habría que solucionar un par de inconvenientes, ¿no te parece? Por ejemplo, no sería mejor una unión civil o algo así ;)
EliminarUn beso, mi querida.
wuau...me ha encantado...versos y prosa al compás de un amor, del primero quizás, del paso del tiempo en el recuerdo...
ResponderEliminarmis felicitaciones!!
Un beso enorme desde mi Mediterráneo!!
Acepto ese beso con mucho cariño, de acuerdo a un texto que habla (o eso intenta) de amor.
EliminarMuchas gracias por estar.
Necesito decirte cuánto me alegra que hayas publicado este texto? Claro que no! Y más me complace que hayas zarandeado al vértigo... Muchas veces, es genial recordar cómo fuimos, cuánto cambiamos y rescatar aquel tiempo. Forma parte de quienes somos, no?
ResponderEliminarMe alegraste el día, milord!
القبلات للذئب
Y sí, BeeBee, quería despedirlo acá, en el blog, éste era el espacio y el momento, por varias razones.
EliminarCasi no me reconozco en el texto, pero si me asaltara la somnolencia vespertina, tal vez me vería frente a mi espejo.
A big kiss, my dearest.
Sería interesante saber por qué, luego de tantos años, decidiste mostrar, fugaz, este maravilloso texto.
ResponderEliminarBueno, no tan fugaz. Seguro más de uno lo copiaremos en el cuaderno de los textos valiosos.
Gracias por compartirlo, Humberto.
Un abrazo.
Sergio:
EliminarLa vida nos va llevando por caminos diferentes y uno cree que creció o algo así, y considera que ciertos escritos son inocentes, no merecedores de ser mostrados. Ésa es la razón principal.
Te agradezco por el afecto que le pones a tus palabras.
Un abrazo
Hola Humberto!!!
ResponderEliminar¿Hacerlo desaparecer??,pero si es maravilloso,creo que eres tú en esencia,tu ser antes de serlo,tu primera inicial,digámoslo así,me entiendes?.
Es un recorrido,por una adolescencia que para nada hay que olvidar,es muy bonito ese "primer"amor,esa primera ilusión,ese deseo,ese sueño inalcanzable,por no atreverte,por no saber...en tu interior durante mucho tiempo se quedaron esa fotografías,mientras te hacías hombre,duro e infranqueable a las cosas del amor,jaja,que complicados sois los hombres!.
Me ha gustado muchísimo la poesía,no te he leído en alguna parte decir que no sabrías escribir poesía???,pues tu poema es conmovedor,tierno...vaya si tras toda esa coraza se esconde un corazón ardiente que late!!!!!!
Que no desaparezca tu emotividad,ni tu poesía,sigue dejando las puertas abiertas,no las cierres.
Sin duda,eres un excelente escritor,pero también un gran poeta!!!!
Un fuerte abrazo corazón!!!!!!
Estrella, muchas gracias, pero por favor, no llamemos poesía a esas palabras mal encadenadas, si no, los verdaderos poetas me van a colgar del mástil mayor.
EliminarY es muy cierto, los hombres somos MUY complicados, principalmente si fuimos criados en un país machista, como es mi caso.
Eres tan amable que... que...
Un beso enorme.
Dos por uno, un relato muy bello y un poema!
ResponderEliminarCuando los recuerdos juegan con nosotros, perdemos la batalla, cuando además cuentan con las musas en su bando, lo hacemos de forma estrepitosa. Lo más bonito es que el amor nos haga bialar en su cuerda floja.
Me gustó leerte Humberto.
Un abrazo
Es muy interesante y bello lo que dices, hay batallas catastróficas que hemos perdido en cuestión de minutos.
EliminarMuchas gracias, Paloma.
A pesar de cierta dureza este texto está cargado de nostalgia y habla de amor. Ese amor primero que tanto nos hace o hizo vibrar y soñar.
ResponderEliminarMe parece un texto para conservar a través de los años. Es la vida misma, la de la gran mayoría, expuesta en unos cuantos párrafos.
"Pero el tiempo pasó y me dediqué a hacer un hombre de mí...". Pero hay cosas que se remueven en la memoria y salen cuando menos te lo esperas.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras en vacaciones.
(Leer tu blog forma parte de mis lecturas preferidas en vacaciones. Pierde cuidado.)
Lo dije en la entrada anterior, querido Mos, es un gran honor el que me haces, que en vacaciones uses tu tiempo para leer este blog.
EliminarSucede que, muchos lo sabemos, eres una persona muy querida en el mundo bloguero, y eso no sucede por casualidad.
Muchas gracias, una vez más.
Veo que no solo tus relatos son magnificos, tu forma versar es impecable, emotiva y llena de sentimientos. Esos recuerdos amigo mio son los que nos han ayudado a contruir bien o mal el hombre que somos, todos recordamos con nostalgio momentos especificos de nuestra vida y esos recuerdos son los bellos luceros que nos acompañan en nuestra aliteñida vida. Saludos estelares desde mi querida Guatemala
ResponderEliminarMuchas gracias, SL, te acepto hasta 'emotiva', pero 'impecable' es mucho para mí.
EliminarEso es cierto, mal o bien, somos un producto de la historia, propia y de la que ayudamos a construir desde lo social.
Un fuerte abrazo.
Bello y personal relato. Felicitaciones Humberto, es un placer leerte.
ResponderEliminarSaludo cordial desde Mérida -España-.
Ramón
Muchas gracias, Ramón, es tal vez intimista, pero no personal... bueno, tal vez todo lo que hagamos sea personal, no dije nada.
EliminarUn abrazo.
Es cierto. Hay unos cuerpos vestidos de nostalgias con rostros aveces confusos que nos persiguen en ocasiones con ganas de fiesta, en otras con antojo de lágrima. Será porque toda felicidad pasada es confusa con sueño y arcoiris táctiles. O porque ese que tocamos y nos estremeció no lo hizo para el presente -ahora pasado- sino para un futuro -siempre en presente-. ¡Un abrazo pues! F:
ResponderEliminarEl concepto de tiempo es muy difícil de capturar. Posiblemente el concepto sea tan difícil de capturar como el tiempo mismo, entonces todo queda en una especie de nebulosa confusa que sólo se hace sincrónica en los sueños.
EliminarUn fuerte abrazo.
Ese Amor que se niega a huir de nuestra mente y en casi todos los días de nuestra existencia aflora. Cuanto más queremos olvidar más insistente es su Recuerdo...Me ha encantado este Relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo has dicho mejor que el texto, Pedro.
EliminarMuchas gracias.
Lo más intenso poético que te he leído. Bien maestro.
ResponderEliminarSaludos
David
Sí, es raro, lo siento lejano, pero ahora aquí está.
EliminarMuchas gracias, David.
Suele ser tarde cuando nos damos cuenta que relegamos los mejores momentos de nuestras vidas por situaciones como ese machismo invasivo que todo lo corrompía (o corrompe aún) y se hace tarde para mirar atrás. Sólo queda el refugio de la nostalgia porque cualquier atisbo de esperanza está perdido.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un buen análisis, yo no podría decir que todo lo que siente el personaje se deba al machismo, pero hay una gran parte de sus vivencias que están teñidas de este mal.
EliminarUn abrazo.
Un buen relato, Humberto. No reniegues de él, aunque si es algo personal sí debes apartarlo de tu vista. Ojalá pudiera hacerse lo mismo con determinados recuerdos.
ResponderEliminarMe ha resultado muy tierno el personaje que persevera en su interior hacia ese ser plasmado en una fotografía, alguien que lo acompaña a lo largo de su existencia siempre silente y, con toda probabilidad, joven. Una fijación desde la niñez que resuelve en soledad. Y esa soledad es lo que me ha aterrado al tiempo, la soledad infinita del personaje.
Un abrazo.
No, no es personal, Isabel, nada de lo que escribo en el blog es personal, pero hay algo en este texto de aquellas primeras armas con las letras que a uno le da pudor mostrar.
EliminarPosiblemente también me 'duela' ser el creador de un personaje con tan profunda e infinita tristeza.
Un abrazo.
Hola Humberto, yo también viví una historia parecida a la que narras en tu entrada de hoy, y no entiendo como a pesar de los años transcurridos sigue tan vivo dentro de mi algo que ni siquiera ocurrió, quizá sea por que no hay nada tan bello como lo que nunca se tubo.
ResponderEliminar¿Sebes,creo que me estoy enamorando de ti,a pesar del miedo que me inspiras.
Uf...
EliminarCuando uno es muy feo, casi no hay salida, al igual que Quasimodo sólo inspiramos miedo. Perdón.
En una época, yo vivía asaetado por este tipo de nostalgias por amores que no fueron, pero luego te das cuenta de que es la tendencia del ser humano: engrandecer lo que no fue, lo que casi fue, lo que le faltó un poquito para ser.
Un beso.
Es posible que el texto -como entrada del blog- desaparezca de este espacio, Sr. Dib; pero dudo que llegue a desaparecer de nuestras memorias.
ResponderEliminarUn relato que exuda tristeza y que puede llegar a generar añoranza por lo no sucedido.
Un abrazo,
Aquí has estado marcadamente afectuoso, Pedro. No quiero decir que lo lo seas, pero hoy te has superado.
EliminarMuchas gracias y un abrazo enorme.
Cuando el alma se llena de añoranzas.
ResponderEliminarPrecioso!! Un saludo.
Muchas gracias, Lur, la del texto es un alma saturada de añoranzas.
EliminarUn abrazo.
Es una prosa poética con poema incluído. Añoranza, memoria, sentimiento, poesía... Me ha encantado.
ResponderEliminarMuchas gracias, Julie, me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn beso enorme.
No hay que tirar lo que se haya escrito, porque forma parte de uno. Y a veces también es una forma de acercarnos a nosotros, a los verdaderos nosotros con recuerdos que quisiéramos hacer desaparecer. Los que sean, de amor fracasado, infancias tristes, errores grandes, personas que pasaron pero que se quedaron con parte de uno.
ResponderEliminarLa primera vez que lo leí me cayó más triste, pero sigue llegando a algún lugar importante de los sentimientos, aunque uno tenga ya por filosofía no mirar para atrás. Si pasa que mirás, ves exactamente eso que cuenta el relato, fotografías de momentos importantes, de personas, que creo tienen que ver con el paso largo del tiempo, pero que por suerte (o no) todavía están en el álbum de la imaginación para seguir llenando.
Tu relato es como un canto desesperado a lo que no fue (o no fue como quisimos) o a lo que se perdió. ¡NO LO HAGAS DESAPARECER!
Muy pocas veces me pasó esto, Ana, pero quiero despedirme de este texto. Fue uno de mis preferidos cuando comencé a escribir, pero creo que ya cumplió su ciclo, hoy ni siquiera lo sumaría a un libro. Demasiada desesperación, ahora soy más perverso con los personajes ;)
EliminarUn beso enorme.
La nostalgia del primer amor a veces es difìcil de olvidar. Un prodigioso relato donde el pasado ha llamado a la puerta del autor.
ResponderEliminarun abrazo
paco
Ha llamado a mi puerta, lo dejé pasar y ahora lo estoy despidiendo. Fue un gran amigo, la verdad.
EliminarUn abrazo, querido Paco.
El primer amor, siempre es maravilloso recordarlo, con ternura o con aflicción depende del caso, leyendo me a recordado un beso que dí una vez, algo que tal vez pudo ser y no fue, un amor pasional, pero que se quedó en un simple paseo por las calles del viejo Toledo, envueltos en belleza y misterio, a la sombra del viejo Alcazar, y entre casas antiguas, y calles empedradas, dos almas, que se miraban que sentían y que no podían dejar de hacerlo, para el amor, no es necesario escritos ni palabras, por que yo sé, tú sabes, lo que sentimos y amamos.
ResponderEliminarUn millón de gracias por compartir este bello relato.
Que pases un feliz día, amigo.
¿Sabes una cosa? No, claro, si no te lo conté.
EliminarLos comentarios que más me gustan son los que traen alguna anécdota personal, esos que muestran que hay un punto de identificación entre el texto y la persona que lo lee. Pude imaginarme la sombre del viejo Alcazar, y pude sentir ese beso que quedó allí, en las calles de Toledo.
Un beso y muchas gracias.
Nunca olvides, primer amor, primer dolor. un abrazo
ResponderEliminarPero si al protagonista no le fue mal con esa niña... Eso es lo extraño, le fue tan bien que nunca más pudo salir de su alma.
EliminarUn cariño, Chus.
Me encantó!
ResponderEliminarDe los viejos recuerdos siempre salen otros nuevos.´
Cuánta magia y cuánta luz desprende éste texto, sería una pena que lo hagas desaparecer...aunque también formaría parte de la magia.
Besitos Humberto.
Me das una gran alegría, Adriana, en su momento, cuando lo escribí, sentí una gran magia, exactamente como la que describes. Y es como dices, que se despida y vaya al cajón de los recuerdos, es algo que él se merece.
EliminarUn beso enorme.
Siempre tenemos la tendencia de imaginarnos que hubiera sido si tal... o cual...Pero la única verdad es que lo que no fue tiene un solo final y es que no fue, lo demás es nuestra imaginación jugando a imaginar.
ResponderEliminarPero lo que tienen esos amores truncados es que nos dan tema, papel y tinta para escribir. Este texto que presentas hoy lo siento triste y nostálgico. Alejado de lo que normalmente entregas. Quizás por lo que dices que te separan años de lo que en ese tiempo has escrito.
Pero genial. A medida que leía me identificaba contigo. Lo de las revistas... Ja. ¿Quien no?. Me has hecho pasar un buen momento con esta lectura.
¡Ah! Mentiste dijiste que lo tuyo no es la poesía...Un abrazo amigo
Definitivamente, Daniel, como poeta soy un gran neuropsicólogo.
EliminarEl texto es triste y nostálgico, nació de una frase de Nabokov, tal vez un día en privado o en persona (no vivimos tan lejos) te lo cuente.
Muchas gracias por tu compañía.
Un fuerte abrazo.
Humberto, creo que has denudado tu alma, al igual que tu lo mío no es la poesía, (Pero que bien la escribes) pero el sentimiento que nos mostraste no es ficción.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Bueno, es ficción, pero tranquilamente podría adscribirse a una persona real. El alma se desnuda en cada texto, me parece, aunque lleve el ropaje disimulado de la ironía o la diversión.
EliminarUn abrazo.
Humberto:
ResponderEliminarCreo comprender tu sentir sobre el escrito. Pertenece al Humberto de hace un buen tiempo. Es un fetiche. Lo compusiste en un momento en que significó un logro en comparación a los escritos previos. Se ganó su lugar y hoy le rindes homenaje.
Ya ni la temática, ni la composición del texto se acerca a tus visiones de cómo deberías expresarte. Tengo algunos textos, con los que me siento a gusto -más allá de su escaso valor artístico-, pues fueron hitos en mis pasos timoratos del principio; los escritos de hoy, ¿lo serán en el futuro?, quizá.
Por lo que expresas en tus comentarios, hoy no te interesaría tocar ciertas temáticas; pues tu interés se enfoca en otras cuestiones. Eso es lo bueno de evolucionar.
Del texto en sí no hablé, aunque, conviene decir, pienso que lo cito en su real magnitud.
Un abrazo.
Ése es el problema, hoy vemos como 'pequeñitos' aquellos textos que alguna vez nos parecieron enormes, pero seguro que mañana vamos a ver los actuales como pobres e imperfectos... bueno, en el mejor de los casos.
EliminarMe gustó lo de 'texto fetiche'.
Un fuerte abrazo.
Siempre la mujer es poseedora del mejor dulce recuerdo.
ResponderEliminarY no es que algunas no hayan resultado auténticas perras; pero entre ellas buscábamos a las Diosas; y algunos tuvimos la fortuna de encontrarlas.
Yo tuve de toda clase, gracias a la vida. Diosas y demonios, perras o santas, todas me dieron (y me están dando) una gran vida.
EliminarEso sí, no me quedé con esa espina de que perdí la mejor.
Un fuerte abrazo.
Humberto:
ResponderEliminarCreo comprender tu sentir sobre el escrito. Pertenece al Humberto de hace un buen tiempo. Es un fetiche. Lo compusiste en un momento en que significó un logro en comparación a los escritos previos. Se ganó su lugar y hoy le rindes homenaje.
Ya ni la temática, ni la composición del texto se acerca a tus visiones de cómo deberías expresarte, hoy tu interés se enfoca en otras cuestiones. Eso es lo bueno de evolucionar.
Tengo algunos textos, con los que me siento a gusto -más allá de su escaso valor artístico-, pues fueron hitos en mis pasos timoratos del principio; los escritos de hoy, ¿lo serán en el futuro?, quizá.
Del texto en sí no hablé, aunque, conviene decir, lo cito en su real magnitud.
Un abrazo.
Bonitos recuerdos esta edad. Porque creo entender que ya es anciano,Pero los recuerdos de un amor que ha resistido el paso de los años y con solo mirar unas fotos le retrotrae hasta su niñez cuando comenzo a enamorarse de ella...
ResponderEliminarOjalá nos durara tanto tiempo esa sensación!
Un saludo Humberto.
Me dejas pensando, Bertha, nunca se me ocurrió pensar que el personaje era anciano, yo me lo imagino de mediana edad, pero muy nostálgico.
EliminarUn beso.
Tal vez tú no ya no valores este escrito pero yo quisiera escribir la mitad de bien que está, me parece que eres muy exigente contigo mismo, no??
ResponderEliminarUn saludo
Ale
No te equivoques, Ale, alguna vez yo amé este texto, hoy lo veo lejano, pero quería despedirlo con todos los honores.
EliminarPara que tengas una cabal idea. Desde de momento en que decidí subirlo ya supe que tendría menos de un tercio de los comentarios habituales (ya lo verás), pero me importa mucho más el texto y todo lo que significó que el 'qué dirán'.
Un saludo.
Es marcadamente diferente, pero que quieres que te diga? yo te prefiero así, es una faceta que pocas veces muestras y que a mí me va de maravillas.
ResponderEliminarBesotes.
Sabri!!
Pues me alegro mucho de que te guste esta faceta, hay muchas escondidas, ¿para qué mostrarlas todas? ;)
ResponderEliminarUn beso enorme.
Totalmente poético en esta ocasión, el primer amor, descubrir esos sentimientos, lo merece.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
Muchas gracias, David, yo también creo que lo merece.
EliminarUn abrazo.
Creo que este paso de la acción a la pintura de emociones lo bordas. Realmente llevas contigo al lector en el buceo de sentimientos, recuerdos, dolorosos olvidos... difícil equilibrio, la remembranza sin caer en melancolía ni empalago. Un texto brillante.
ResponderEliminarSiempre sorprendente. Abrazos, Humberto
Eres muy amable, Susana, es un texto al que le tengo mucho cariño, un texto diferente.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.
Imágenes que guardaré en mis bolsillos, para sacarlas de vez en cuando y disfrutarlas. Me gusta mucho. Enhorabuena por tu blog, Humberto. Un saludo.
ResponderEliminarMe gusta que pienses hacer lo mismo que el personaje, yo, en su honor, a veces lo hago... durante la siesta, claro.
EliminarMuchas gracias, Malena.
Como todas tus entradas, ésta me anima a seguir viniendo a visitarte, esta vez además me ha dejado sabor a añoranza de otros tiempos, otras caricias, qué bonito saber que aún cuando un hombre lucha por ser hombre según los cánones establecidos, aún así, no todo puede perderse, y guarda ese corazoncito escondido bajo la piel que le hace llenarse de recuerdos, de deseos, qué pena que haya hombres que tenga que perder su sensibilidad o renegar de ella para sentirse más varoniles, para mí, una lágrima y un abrazo tierno es lo más varonil que se pueda imaginar.
ResponderEliminarBesos Humberto y gracias por estar ahí y seguir enriqueciéndonos con tus palabras.
Pero claro, Yashira, el hombre en su interior no es tan diferente de la mujer, sólo que la sociedad nos presiona a mostrar durezas innecesarias. Algunos se acartonan y nunca muestran su sensibilidad, otros logramos vencer los cánones y nos amariconamos un poco ;)
EliminarUn beso enorme y gracias por tus palabras siempre tan amables. No lo dudes, eres una de las preferidas aquí.
La nostalgia de un recuerdo de nuestra juventud ya pasada, nos invade en muchas ocasiones; cada vez más, conforme van pasando los años.
ResponderEliminarEstupendo relato, y bello poema, que rebosa emoción y sentimiento.
Un abrazo.
Bueno, Carlos, muchas gracias por tus palabras, espero que la edad me traiga recuerdos, pero que no sean ni tristes ni nostálgicos como los del personaje.
EliminarUn fuerte abrazo.
Creo comprender en tu relato la resistencia a olvidar, a dejar en el pasado lo que fué y ya es ido. Ese hombre que todavía guarda dentro de si un adolescente enamorado, pero trató de escudarse detras de su varonil hombría para olvidar.
ResponderEliminarLo encontré diferente a otros textos tuyos, pero maravillosamente desarrollados.
Un abrazo.
José Manuel, creo que has sintetizado el alma del texto, se trata exactamente de eso: Un hombre que todavía guarda dentro de sí un adolescente enamorado, que trató (como pudo) de escudarse detrás de su hombría para olvidar.
EliminarNada más que decir.
Un fuerte abrazo.
No estaría mal reencontrarse a Guadalupe, ahora sin tanta pose varonil, eso creo yo que resulta mucho más varonil. Desde luego que eres un artista. ¡Olé!
ResponderEliminarCreo que ya no puede reencontrarla, bueno, sí, a través de otras mujeres, pero no de aquélla, la iniciática.
EliminarY tú eres una amor de persona.
Un beso.
Es rarísimo leerte en este tono! Pero los nichos de la memoria son curiosamente abiertos, lo suficiente como para poder volver a lo que se escribió hace tiempo y compartirlo antes de que se mezcle en las cenizas del olvido.
ResponderEliminarSaludos van, Dib!
¿Viste, Sandra? Hasta a mí me resulta raro, pero estoy encantado de haberlo subido, pues no siempre uno puede homenajear y despedir una parte de uno compartiéndola con otra gente.
EliminarAnoche pensaba: tenemos que hacer todo lo que nos plazca, lo peor que puede pasar es que a muchos no le guste, cosa que sucede todas las semanas.
Saludos vienen y van.
Qué bueno, Humberto ! Disfruté mucho de su lectura y relectura. Tiene poesía, más allá de la explícita, y también ternura. Es hermosa la imagen de los dos chicos, bancando el frio para disfrutar furtivamente de eso que nacía entre ellos. Y transmite mucha fuerza vital, la de los recuerdos atesorados por los años y la de ese recuerdo fuerte, central. A que el autor sigue aún evocando a Guadalupe en la mirada de otras mujeres! Abrazo !
ResponderEliminarLa imagen de los dos chicos sentados en la vereda es la que más me gusta del texto, bueno, es la que disparó el escrito. Creo que conocí a ese chico, después de esa noche se animó a decirle 'novia' a su Guadalupe, porque se sintió comprometido con ese acto de amor. No sé si hay chicos así hoy, espero que sí.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.
Otra de las formas de definir este texto atípico: Sí, Marta: asignatura pendiente.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasar, querida amiga.
Ay, qué cosa. Oportunísimo rescate, Humberto.
ResponderEliminarMuchas gracias, colega de letras.
EliminarUn abrazo.
A mi este relato me pareció uno de los mejores, imaginate que nunca comento porque no tengo cuenta gmail ni blog pero no quería irme sin decirte que sos groso, por favor seguí subiendo lo que te guste, yo lo voy a disfrutar MUCHOOO..
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias, Lilian, me alegro de que te haya gustado así. ¿Qué más puedo querer?
EliminarUn abrazo.
Lindo texto Humberto.
ResponderEliminarEvocando el primer amor, tengo la dicha de que mi primer amor fue tan bueno, que lo recuerdo y aun hoy seguimos sabiendo uno del otro, con un cariño entrañable.
Un beso.
Eso es magnífico, yo (lamentablemente) no recuerdo mi primer amor, no sé si sea por la edad (no soy tan viejo) o porque tuve muchos ;)
EliminarUn beso enorme y gracias por tu recuerdo.
Que lo parió, lejos está esa promesa vana de escribir algo choto...En fin, tendré que conformarme con lo muy bueno a excelente...Pero un par de aclaraciones:
ResponderEliminarPara empezar: Pero el tiempo pasó y me dediqué a hacer un hombre de mí, rechacé -como era la regla- todo lo femenino. Hablá por vos mismo, que yo tenía las Playboy todas pegoteadas...
Y por otro lado: y sí, si la alternativa es:
Bebo de tu vino como si fuese veneno,
Bebo de tu copa como si fuese de fuego;
y todo ese sufrimiento, obvio, sigo con el fútbol!
PD: Pegoteadas por el dulce de leche, porque las leía durante la merienda...qué mal pensados que son.
Parece que detrás de ese Atorrante hay un corazoncito tierno, eso es bueno, así no nos encasillan tan rápidamente.
Eliminar1. Rechazar lo femenino no es rechazar aquellas revistitas tan interesantes e instructivas. Las que yo conocí venían de Dinamarca, lo recuerdo muy vívidamente. Tal vez sí rechazar las Bricolage, las Para ti y esas otras.
2. El fútbol pasó a ser mi mayor sufrimiento, reconozco que estuve más de 1 semana amargado por lo de Boca, nadie lo podía creer, me decían 'pero vos sos de Brasil', pero qué me importa a mí el Corinthians, yo soy rubronegro, en todo caso.
3. No pensé mal, imaginé que se trataba de dulce de leche o mermelada de durazno... ¿pero lo hacías en la merienda? ¡Hay cada uno!
Un abrazo.
Y sí, las Parati, Gente, TV Guía, luqui..
EliminarSegún las etapas vío? Antes me tomaba las mujeres más en serio que al fútbol - Después al revés y ahora none of the above.
Rubro negro? Del rubro de los negros?
Y sí, a la merienda estaba más bien solo...Durazno? Mirá vos...Sos explorador :-)Ché, es un blog serio el tuyo, la seguimos en el mío! Abrazo!
Y sí... a veces se pone serio. Tal vez sea sólo una pose.
EliminarTe lo digo sin vueltas..
ResponderEliminarEl relato me dolió, me hizo emocionar por la carga afectiva que tiene.
Impresionante Humberto.
Gracias por compartirlo.
Stefi
No sé si decirte que está bueno que te haya dolido o no.
EliminarLo que sí puedo decirte es que te agradezco a ti por paras siempre por aquí.
Un beso.
Has hecho muy bien en rescatar este magnífico relato.
ResponderEliminarMagnífico, como siempre.
Un abrazo
Muchas gracias, Antorelo.
EliminarTe mando un gran abrazo.
Ni me acordaba de que otrora tuve un segundo amor, tras aquel fugaz primero.
ResponderEliminarY acoto como puedo cabos sueltos con este espléndido relato, mejor la segunda parte poética, con una paradita obligada en la sorprendente frase:"El tiempo pasó y me dediqué a hacer un hombre de mí, rechacé todo lo femenino. Preferí el fútbol, las peleas, el engaño de la insensibilidad varonil"
¿Esa era y es la regla de Oro? ¿Hacerse en fin hombre de provecho a costa de no admitir lo femenino?
Tu relato rompe la regla antedicha con la carga emotiva que rezuma.
Y así siempre, olé con 'el lobo y las ovejas'. Olé con la imaginación y la nostalgia de lo que fue porque acaso ni fue.
Abrazos, querido Humberto
Creo que te dije que últimamente tus comentarios están muy interesantes. Recuerdo cuando apenas te conocí (si es que se puede decir conocer) que tus mensajes eran escuetos y medidos, ahora dejas volar la imaginación y me haces disfrutar doblemente de lo que hago.
EliminarUn beso enorme.
Una historia de la juventud tejida con una prosa excelente y una manera de narrar que cautiva desde principio a fin; buenas metáforas en el poema que deja escapar el poeta en un momento en el que la carne se inquieta y el alma tiene una lágrima a punto de rodar a algún abismo. Hay aquéllos amores platónicos del pasado como nos rondan hoy en el presente.
ResponderEliminarUn muy buen relato amigo Humberto.
Muchas gracias, Gustavo, has llegado a la médula del texto, no hay mucho más que decir.
EliminarUn fuerte abrazo.
El amor que prevalece único, intocable en la memoria y se dispersa delicado entre tus palabras, fuertes, vitales, reales siempre Humberto, sobre todo humanas.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias, Mayte, un beso enorme.
EliminarLos años felices, de cuando se era joven. Los recuerdos se impregnan en las almas.
ResponderEliminarLas fotos que sacamos y que no dejan de pasar frente a nuestros ojos.
EliminarUn abrazo.
Y ahora se pega de cabezazos...cuanto nos gusta complicarlo todo.
ResponderEliminarBesos Hum.
Yo tengo la impresión de que el personaje no tenía otra salida, de una u otra forma iba a añorarla, era su esencia.
EliminarUn beso, mi querida.
Creo haber el sentimiento que nuclea tu cuento. Y, se agolpa ahí dentro, y duele no haberlo hecho en su tiempo, fuego y pasión...es que la nostalgia tiene el sabor del acíbar. Me atrapa, esa combinación de narrativa y verso, que valida el sentimiento del protagonista. Y en contexto de realidad, también los enamorados se hacen poetas, porque es el lenguaje más natural para expresar el sentimiento del amor. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarNos sucede algo muy particular con el tiempo, nunca es el adecuado, como si no nos sonase a todos las 6 al mismo tiempo.
EliminarY es muy cierto, la poesía es el lenguaje natural del amor. Una verdad que está a la vista y que, sin embargo, no suelo verla.
Un abrazo y muchas gracias.
correción. "haber vivido el sentimiento..."
ResponderEliminarMe encantó, Humberto!!!!!!!!!! Amor, descubrimientos, placer, dudas, inexperiencias -experiencias al fin- Películas almacenadas en nuestro disco duro, ese que tenemos por cerebro. Pero allí están y al hacerlas rodar a veces se disfrutan, otras se padecen o se recrean...
ResponderEliminarMe alegra que lo hayas compartido; me gustó el texto y la poesía -que aunque digas que no es tal, sí lo es (creo que es la primera que te leo) Por ser diferente a lo que hoy escribís no le resta belleza, en absoluto; al contrario, le suma!!! Etapas por las que todos pasamos. Y sí, es saludable y natural volver a mirarlo con los ojos del corazón y remontarnos a aquel momento. Creo que si ahora "repasamos" nuestra vida, seguramente cambiaríamos muchas decisiones. Es que con el diario del lunes los domingos serían distintos, dice el dicho.(o algo así... jejej)
Insisto, me encantó!!! Un beso enorme Sr. Escritor y Poeta...
Ahora sí puedo afirmarlo: me querés, no hay otra explicación para llamarme 'poeta'.
EliminarUn texto que quería traer del pasado, Diana, no suele pasar, pero le tenía un amor especial, ahora es una amistad de años que tenemos, pero cada cual va a seguir su propio camino.
Un beso enorme, querida amiga.
jaajajajjajaja
EliminarMe encantó volver a pasar por tu blog desde mi nuevo blog...
ResponderEliminarGracias por tu rápida visita.
Soy Anna Jorba Ricart.
Mis saludos.
Anna, sí, jamás me habría dado cuenta. Creo que un día de estos voy a abrir un nuevo blog con un nombre diferente, quiero saber qué se siente.
EliminarUn saludo y gracias por venir.
Olá Humberto,
ResponderEliminarO primeiro amor sempre é inesquecível, fica na memória. Os poetas sabem traduzir muito bem esse sentimento através dos versos.
Grande abraço!
Beijos!
É isso mesmo, Smareis, amores inesquecíveis retratados desde a literatura, que melhor parceria!
EliminarBjs.
Hay recuerdos que quedan como sellos grabados en el alma.
ResponderEliminarMuy buen texto.
Gracias Humberto por tu visita y tus palabras, es un placer recibirte en mi espacio, te sigo.
Saludos.
Muchas gracias por tu comentario, Betty.
EliminarUn abrazo.
Somos ilusos coleccionistas de imágenes, de recuerdos...
ResponderEliminarFundamentalmente eso: ilusos.
EliminarGracias, Anuar.
Poesia Humberto?? Eso si que me gustó mucho!!!
ResponderEliminarMe pasó algo similar con una poesía que escribí cuando tenía unos 18 y la herida del amor perdido sangraba a borbotones, pero aunque no volví a leerla sigue ahí, en tinta y en papel, dentro del cuaderno, será que en mi ancianidad volveré a ella. Esa maravillosa mezcla de realidad y fantasía deja sello imborrable...
Besos
Bueno, me alegro, mi querida Novia, pero fue un rudimento de poesía.
EliminarTenés razón, si fuera sólo realidad o sólo ficción no sacudiría como cuando es una mezcla, como nitrógeno y glicerina ;)
Un beso.
¿que hace ese gravatar?
ResponderEliminartragando sorbos amargos de una ausencia.
El lenguaje permite apropiarse de la realidad pasada,presente y futura.
la realidad contada es mejor que la realidad vivida.
creo que elegiste el mejor metodo para encontrarte con lo que fue,y con lo que no fue.
un abrazo.
Se agradece, concuerdo con que la realidad contada es mejor que la vivida, mucho mejor, diría.
EliminarUn abrazo.
Fantastico Humberto, saludos.
ResponderEliminarEs seguro que en la memoria, esa que dices que es para los bobos, siempre se conservará este explosivo recuerdo en letras brillantes... Y de paso en tu verdadera memoria, esa que nunca queda quieta cuando se trata de hacerte suspirar, llorar, reir, gritar o simplemente callar.
Felicidades.
Muchas gracias, Rodolfo, me gustó que resaltaras ese calificativo que hace el narrador de la memoria, pues no es agresivo, es poético.
EliminarUn abrazo.
Abrió el arcón de las emociones románticas, aunque cuando pienso en estas historias, comunes a todos en el inicio de la danza del amor, cuando las sensaciones novedosas nos pintaron el mundo más real, jamás imaginado; pero,no fueron suficientemente poderosas como para asirnos a ellas y no dejar ir a quien tuvo el privilegio de provocarlas. Entonces, cabe la duda y doy un giro a esos versos que canta Arjona, para plantear "no me enamoré de tí, sino de mí cuando estoy contigo"; por ello, esa primera persona se deja ir consigo misma, y se aleja llevándose comoun tesoro aquél recuerdo.
ResponderEliminarhttp://enfugayremolino.blogspot.com.ar/
Muy buen análisis, me gustó...
EliminarUn abrazo.
Aunque no soy nadie para opinar al respecto...yo no haría desaparecer este relato.A mí me gusta, es...iba a decir...distinto, pero recordé que todos los suyos lo son...sin embargo, este tiene algo especial. Tal vez porque parece muy cerca de la posibilidad de ser real. Y la parte poética me gusta. No lo tire...guárdelo...se alegrará.Mi cordial saludo.
ResponderEliminarTal vez deba hacerte caso, Paqui, veremos.
EliminarLo que sí está claro es tu amabilidad al pasar por este espacio.
Un fuerte abrazo.
Los recuerdos son en ocasiones llaves mágicas que te abren las puertas de ese palacio de sensaciones vividas.
ResponderEliminarTodos tenemos hermosos recuerdos, pero tu los cuentas de una forma magistral. Tanto si es inventado o cierto tu relato te felicito, por que lo interesante es mantener el interés del lector y eso tu lo consigues fácilmente.
Un besote
Pero qué amable, Alma. No podía ser menos de alguien que tiene tan bello nick.
EliminarUn beso.
Magníficoooooo!!!
ResponderEliminarUn mega abrazoo
Muchas gracias, Beatriz. Un beso enorme.
Eliminarun relato 'poético'
ResponderEliminarnostálgico y genial
un abrazo
Gracias, Omar, tus comentarios son muy valorados aquí.
EliminarUn abrazo.
Existen algunos recuerdos que persisten en la memoria. Que poseen algo que va más allá del impacto de una situación, de un sentimiento vigoroso. Recuerdos que no se borran porque hay alguna clase de sabiduría inconsciente en los mecanismos de la mente. Esos son los que más me gustan.
ResponderEliminarMuy bueno lo suyo.
Un saludo.
Así de cierto, Don Yoni, no los podríamos borrar ni aunque quisiéramos, están en la estructura de nuestro ser.
EliminarUn abrazo.
No hay duda que somos una búsqueda constante de todo aquello que creemos que nos pertenece.
ResponderEliminarDigerible relato.
Saludos Humberto.
Muchas gracias, Jorge, creo que 'digerible' es casi un halago.
EliminarUn abrazo.
Escribir ayuda a recordar, y rememorar, aquellos momentos que nos fueron dulces.
ResponderEliminarEscribir, en mi caso, me ayuda y me hunde, pero me quedo con la parte más positiva. Aclaro, me hunde porque no dejo de pensar en ello un segundo.
EliminarUn abrazo.
En la vida solemos correr cuando somos jóvenes y cuando serenamos el paso y ya andamos despacio aparecen ante nosotros aquellos momentos que hemos fotografiado en la memoria
ResponderEliminarEs un placer leerte amigo
Un beso