Como todas las noches desde
hacía 37 años, José fue hasta el baño para quitarse la ropa de calle. Allí se puso el viejo pijama de algodón y salió casi tan limpio como había entrado, era una
pena que se le hubieran formado esos grumos blancuzcos en las
comisuras de los labios.
-Espero que hoy estés más tranquilo, hace varios días que lloras y te revuelves en la cama mientras duermes- le dijo la esposa ya dentro de las sábanas.
-Espero que hoy estés más tranquilo, hace varios días que lloras y te revuelves en la cama mientras duermes- le dijo la esposa ya dentro de las sábanas.
-Lo siento, últimamente no estoy descansando bien.
-Ya vamos a conseguir ese dinero, no te preocupes…
-No es por eso, mujer, son
sólo pesadillas- gruñó él, acomodando la manta.
Se metió en la cama, se quitó los lentes y los dejó sobre la mesilla de noche. Le echó un vistazo a la foto de sus hijos (le sonreían, o eso imaginaba él) y luego apagó la luz. Como si lo hubieran pactado de antemano, cada uno se dio vuelta hacia el lado opuesto del lecho, culo contra culo. Pasados más de 3.600 tic-tacs, ya estaban subidos sobre la ominosa cornisa de la medianoche, pero ninguno de los dos conseguía dormirse, ella: por las penurias del día anterior, él: porque le intrigaba saber quién encontraría sus cuerpos al día siguiente.
Se metió en la cama, se quitó los lentes y los dejó sobre la mesilla de noche. Le echó un vistazo a la foto de sus hijos (le sonreían, o eso imaginaba él) y luego apagó la luz. Como si lo hubieran pactado de antemano, cada uno se dio vuelta hacia el lado opuesto del lecho, culo contra culo. Pasados más de 3.600 tic-tacs, ya estaban subidos sobre la ominosa cornisa de la medianoche, pero ninguno de los dos conseguía dormirse, ella: por las penurias del día anterior, él: porque le intrigaba saber quién encontraría sus cuerpos al día siguiente.
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por las visitas y comentarios para ‘El examen’.
Para la próxima entrada, les tengo reservada una sorpresa, sólo puedo anticipar que será un texto más largo, de ésos considerados ‘impropios’ para el mundo de los blogs. Pero me estoy adelantando demasiado.
Un fuerte abrazo.
Humberto.
Me imaginaba un final truculento, y lo he tenido...
ResponderEliminarGenial el texto, como todo lo que he leído tuyo. Estaré esperando el texto impropio para el mundo de los blogs entonces.
Saludos
Muchas gracias, Eva, NECESITABA escribir un final así: no sorpresivo, donde el pulso lo marcara el texto... creo.
EliminarBesos y muchas gracias.
Genial ! Mi corazón se detuvo por un instante...
ResponderEliminarBueno, que siga latiendo, por favor...
EliminarMuchas gracias, un abrazo.
al final resultó inútil tanta limpieza personal de su parte, porque sea quien sea que lo encuentre, notará que se ha ensuciado él y las sábanas de la cama. una lástima por la doña que de seguro la pueden encontrar con los ruleros y las cremas antiarrugas en su cara. ¡vaya espectáculo!
ResponderEliminarun abrazo.
Es lo que yo pensaba, Draco, una pulcritud innecesaria, al menos que fuese veleidoso hasta para la muerte.
EliminarUn abrazo.
HASTA LA ULTIMA PALABRA DABA LA SENSACION DE OTRO FINAL,LO LEIA ,Y TAMBIEN OBSERVABA QUE EL RELATO TERMINABA PRONTO PARA CURIOSIDAD,EXCELENTE CIERRE,MUY BUENO
ResponderEliminarUN ABRAZO
Bueno, yo me imaginaba lo que iba a pasar, ya cuando terminé el primer trecho ;)
EliminarUn fuerte abrazo, Horacio, muchas gracias.
humberto... siempre logras un par de cosas. Por lo pronto me intriga quien los encontrará
ResponderEliminar¿Y tú crees que a mí no me intriga?
EliminarCreo que no hay persona que me deje con más dudas que yo mismo.
Un beso.
oooh! Dios! Bueno, todos nos vamos a morir algun dia! Pero que certeza tenia de que sucederia aquella noche?
ResponderEliminarMuy buena historia!! Como siempre!
Tan cierto como que él tenía un arma en el cajón de la mesilla de noche... bueno, eso imagino yo, sabes cómo son estas cosas.
EliminarUn abrazo, Gary.
Siento decirte que te atrasaste un poco, hoy salió la nota en los diarios hoy. Por los lentes y la marca del pijama de él los reconocieron... quedaron abrazos y al fin sonrieron.
ResponderEliminarBesillos de susto.
Eso sí que es encontrarle un final sorprendente a la historia, Sara, ¡lo digo muy en serio!
EliminarUn beso enorme.
Los tres son tristes trechos. Pero curiosamente...para el mi el más triste es el primero. Voy a leer los anteriores....no creas que va a faltar mi comentario.
ResponderEliminarAbrazo!
Creo que concuerdo con vos, Dany, al menos el 1° es el más patético.
EliminarUn fuerte abrazo.
No solo era limpio también le gustaba compartir..hasta la muerte, ja ja.
ResponderEliminarHablando en serio, es el temor de los que vivimos solos, al menos yo me relaje cuando vi el lado positivo: acostarse y dormir....que mejor (igual trato de estar siempre limpita y arregladita, ja ja)
Besotes limpios....
Compartir la muerte no es algo que me atraiga. Yo creo que la muerte es el hecho más individual, el más solitario.
EliminarBesos de los que quieras, Oriana.
¡Hola Humberto! No me gusta el final del relato porque es triste, pero está muy bien construido, personas singulares en un mundo plural. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarHacía mucho que no escribía uno de estos, María, hay que variar, y los tristes cuentan.
EliminarMuchas gracias y un abrazo.
Impactante tu texto Humberto !! Como siempre, único y maravilloso. Mi humilde comentario solo refleja una frase que escuché hace poco en la radio, el periodista, remarcaba la tendencia necrológica de su abuelo quien acostumbraba decir todas las noches: chau, me voy a morir por un rato !!! .... Leerte es una excelente manera de empezar la semana Humber !! Un gran abrazo !!!!!!!!!
ResponderEliminarVanuchy Fortinera
Es una frase interesante, más de uno dice (no sé si Borges también) que el sueño es un ensayo de la muerte.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias por las amables palabras de siempre.
Ja Ja, cuantos maridos soñaron ese final, (pero ellos vivos, claro)
ResponderEliminarIntrigante tu texto amigo, muy bueno.
Te dejo un fuerte abrazo.
Bueno, hay de todo en el mundo. Espero que no muchos maridos piensen así ;)
EliminarUn fuerte abrazo.
interesting..
ResponderEliminarDo you think? I found it a bit dull...
EliminarCheers
Si de a trechos se construye la vida, cosa que así creo, algunos podrán ser tristes y otros no tanto y de todos podemos aprender.
ResponderEliminarEso si, algunos aprendizajes quedan para el manual de generaciones venideras, mientras que para el presente el obituario suele ser la firma del autor.
Muy buen texto Humberto, y esperamos lo impropio para la próxima entrada!
Abrazos!!
De acuerdo con vos, Etienne, me refiero a los trechos de vida y a que, muchas veces, el aprendizaje queda para el que viene. Creo que éste es uno de esos casos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Dib, después de leer este texto sólo me resta decirte que me encantaría irme de copas contigo, pero creo me emborracharía un 7% menos que tú.
ResponderEliminarAbrazos.
Yo no sabría decir qué porcentaje, pero concuerdo con que tendrías que emborracharte menos que yo, si no, ¿quién me llevaría de vuelta a casa?
EliminarAbrazos.
Esta bien preparase para el encuentro con la muerte. Yo lo haría si supiera cuando llegará o eligiera mi final.
ResponderEliminarPor ahora siento temor del más allá y por eso me quedo más acá
Buen texto como siempre
un abrazo
Con el paso del tiempo, cada vez me preocupa menos ese momento, pero ojo, aclaro, todavía -y por mucho tiempo- quiero estar con los de este lado.
EliminarUn abrazo.
leer estas cosas... a esta hora de la noche.. ussshhh!!
ResponderEliminarbeso escalofriante
Bueno, la muerte, después de todo, es un hecho de lo más natural. Ahora bien, que te mate tu marido mientras dormís, no.
EliminarPerdón, la próxima te aviso si es oscurito ;)
Besos de los que quieras.
yo por las dudas... no tengo marido. No sé si más feliz, pero al menos tendré una vida más larga
EliminarNão foi edificante, melhor um bom namorado e a serem felizes ambos os dois!
Eliminarobrigada pelo desejo! :)
EliminarPero como estamos!!!
ResponderEliminarEsos grumos blancuzcos en las comisura de los labios... Cianuro? Arsénico? (Uyyy, hacía mucho tiempo que no utilizaba esta palabra)
Me sonó la alarma con ese detalle, pero luego lograste distraerme con el relato. Y eso me gusta! Ahí está el secreto. Mostrar y no mostrar.
Y guiar al lector y luego dejarlo acabar la historia como quiera. Estimular la imaginación. Porque si bien los mataste, quedan tantas cosas dando vueltas...
Directo, letal. Y asi son las cosas nomás. Porque nos deliramos haciendo rulos, pero todo es más simple de lo que parece.
Big hug for you, milord!
P/D: Ya sabés que soy ansiosa. No avises que vas a publicar una sorpresa. Ahora cómo hago para bancarme la curiosidad????
Mal hombre!!! :)
Siempre te tuve en alta estima como lectora, pero aún me sigue sorprendiendo cómo lees esos trazos tan sutilmente dejados.
EliminarEsta semana matamos gente, parece.
Tal vez el sábado suba el otro, falta poco, pero te aviso que NO es para blog... Anyway, does it really matter? No, of course, we need to make a change, once and for all!
Big kiss, my BeeBee.
Dejar a la imaginación .....
ResponderEliminarAy, estoy a punto de ir a dormir y leer esto me impacta
Te prometo, Pato, que mañana te levantas sana, salva y feliz. Vas a ver ;)
EliminarBesos.
Lo más importante de un cuento es lo que no se dice..... Dib, muy bien lo has mostrado, me voy a dormir con mal sabor de boca.... literalmente.
ResponderEliminarAbrazos.
Gus
La técnica de Hemingway, Gus, el famoso 'cuento iceberg'.
EliminarEspero que no se te hayan formado grumos.
Un abrazo.
Hacía mucho que no te caías con uno así Humber, ya me lo veia venir.
ResponderEliminarMe encantó la imagen TAN ADECUADA al relato. 3 de 3.
Besos
Stefi.
Yo os extrañaba, hubo una época en donde todo era oscuro aquí, después se iluminó, no sé por qué.
EliminarBesos y gracias.
Pobre mujer.
ResponderEliminarSaludos
David
Es la más inocente, digamos.
EliminarUn abrazo.
Un micro con muy buen ritmo y final cortante. Nada hace suponer que ese hombre maquinara el final conjunto de la pareja, pero es que la desesperación puede llevar a cualquier lado, incluso la misma muerte.
ResponderEliminarUn abrazo, Humberto.
No hay persona a la que le tenga más miedo que a aquella que esté desesperada, te lo aseguro.
EliminarUn abrazo, Isabel.
Humberto..." Tres tristes trechos "
ResponderEliminarMe hizo cosas leer esto, nosè que pensar...sobre todo tengo sueño,son las 1.01 am...y me haces reflexionar humm
quien ha de encontrar mi cuerpo mañana ?...durmiendo jajajja
¡¡ intrigante
un beso
No reflexiones por esto, Doris, simplemente tienes que ir a dormir y rezar:
EliminarNow I lay me down to sleep
pray the lord my soul to keep
if I die before I wake
pray the lord my soul to take.
Besos ;)
Por desgracia, la desesperación de muchas personas les hace cometer esas locuras,(lo más facil) al no tener atisbo de esperanza...aunque yo los catálogos como: ¡¡¡cobardes!!!...muy buen texto como siempre...un abrazo.
ResponderEliminarNo sé qué haría si me encontrara en una situación de desesperación, pero lo seguro es que no arrastraría a otro en mi decisión.
EliminarUn abrazo.
Hola Humberto!!!!!
ResponderEliminarSiempre me sorprendes...dejas que la historia se vaya desarrollando por sí sola, creo que te sale natural, te pones a escribir y piensas...haber qué sale esta vez,jaja, no en serio, tú tienes esa facilidad, tienes la idea y lo que quieres mostrarnos, pero luego es la historia la que se forma con vida propia como si tú ya no la manejaras, bueno en realidad sí claro, tú eres el dueño y señor de la palabra.
Quién sabe qué cosas le preocupaban...qué dinero necesitaban, qué vida matrimonial llevaban, porqué esas manchitas en los labios y ella?? también las tenía? o la muerte le vendría por sorpresa?
Espero no perderme tu próximo relato, (y si es largo mejor, pues hay historias que merecen la pena extenderlas más) ya que para entonces estaré ya de vacaciones, aunque todavía sin irme fuera, así que en los siguientes si no me encuentras aquí,no te preocupes, que no será por olvido, en cuánto pueda reanudo mis charlas contigo, jaja!!!!
Un enorme abrazo, maestro!!!!
Siempre lo digo (y sé que es un cliché de muchos, pero debe ser cierto), muchas historias me van sorprendiendo a mí mientras las escribo, ésta es una de ellas, no había un plan previo, sí tal vez una idea difusa, pero así llegó.
EliminarBueno, espero que estés para el próximo.
Un beso enorme.
Desconcertante, has logrado impresionarme, no me esperaba este final
ResponderEliminarBesos Humberto
¿Eso es bueno, Ame? Espero que sí, ya que todo es puro cuento.
EliminarUn beso.
Me as tenida boca abierta hasta el final, bravo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Manouche.
EliminarUn abrazo.
Tus finales son tremendos. Es como si nos llevaras por un caminito con musica inquietante, hasta que al final del mismo está el monstruo que se come a los niños... Bravo.
ResponderEliminarUn abrazo, Humberto,
Muchas gracias por la analogía, Miguel Ángel.
EliminarUn fuerte abrazo.
Un texto donde la soledad y el abrazo con la muerte estan mas que cantado,Triste relato de una cotidianidad sin esperanza,un saludo Maestro,
ResponderEliminarGracias por haber captado ese monótono e insidioso dirigirse a la muerte.
EliminarUn abrazo, Agustín.
Sehr lesenswert und es macht hungrig auf weiteres...
ResponderEliminarServus und so long
CL
Ich warte auf eine andere Geschichte, dann...
EliminarEine Umarmung.
El final me ha encogido el corazón. Excelente Humberto! Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Winnie0, no hay mucho más para decir.
EliminarUn fuerte abrazo.
¡Romper con la rutina puede hacerse de tantas maneras!Me gusta ese final pactado y contundente. Muy bueno
ResponderEliminarSiempre hay una salida, pero es verdad que cada uno vive las desgracias de manera diferente.
EliminarUn cariño.
Qué escelente final para rematar una historia que avanza poco a poco hasta ese desastre inesperado, pero que cuando es leído, aunque triste, se comprende.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo. Muy bueno, de verdad
Muchas gracias, Luisa, es verdad, yo sentí que la historia avanzaba hacia... un final final.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.
Detesto cuando -después de teclear un comentario con el que uno queda satisfecho- Blogger lo hace desaparecer con alguna excusa numerada.
ResponderEliminarAcababa de escribir algo como esto:
¡Redondo, Sr. Dib!
Un micro que condensa la intensidad de su efecto en lo soterrado por el autor. Es lo elidido lo que condensa la intensidad de efecto, dado que dominas el movimiento del péndulo narrativo de su progresión dramática con tu pericia para situar los espacios de indeterminación y seleccionar las palabras con gran potencia semiótica. El final sólo juega el papel de despejar dudas al lector.
Mis aplausos.
Un abrazo,
Ya te lo dije, Pedro, vas a ser la persona que elija para prologar mi próximo libro. Haces que uno sienta más ganas de leer. Ah, y ya tengo ilustrador también. ¡Bingo!
EliminarMuchas gracias.
"Como si lo hubieran pactado de antemano, cada uno se dio vuelta hacia el lado opuesto del lecho, culo contra culo."
ResponderEliminarHola Humberto! Sonrió de este pasaje conyugal. Un final digno de alabanza.Gracias por el texto. Esperas el futuro texto. Suena emocionante.
Veremos con el próximo, a ver si termino desilusionando a todos :(
EliminarUn fuerte abrazo.
Humberto, relato de intriga y negro en estado puro. Esa resolución final deja tanto a la imaginación...
ResponderEliminarMe gusta como plantas la semilla y dejas el fruto crecer hasta arrancarlo.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Nicolás, siempre eres muy amable. Me gustan tus interpretaciones.
EliminarUn abrazo, amigo.
Humberto consigues mantener al lector en vilo, expectante. Me gustas siempre, jajaja.
ResponderEliminarAl borde de la silla, Icíar, je.
EliminarUn beso y gracias.
¡Qué bueno! Me encantan los finales sorprendentes.
ResponderEliminarUn besote.
Qué suerte, Marina, ambos contentos, entonces.
EliminarBesote.
¡Vaya!
ResponderEliminar'Vaya', mi querida pseudosocióloga, aquí era para que usted se pseudoexplayara con su pseudosaber ;)
EliminarBesos y gracias.
Un final sobrecogedor, cierre perfecto de unos personajes asombrosamente redondos para un texto tan compacto.
ResponderEliminarAbrazos
Personajes redondos y deprimentes, ¿no?
EliminarEs lo que quedaba en mi cajón de personajes, Susana, esta semana estuvieron todos de licencia.
Un abrazo.
Los grumos blancuzcos esos, con los 3600 tic tac, o los tres tristes tigres del trigal...
ResponderEliminarBajada de telón y me desapunto de detective. Caso resuelto.
(Hoy estoy de Fiestas, literalmente)
Abrazos 'maña'neros, Humberto
Sí, no queda mucho para los detectives, es cierto, no serviría como Thriller.
EliminarMe dejas con la intriga, ¿cumples años?
Un abrazo a toda hora, Pili.
Siempre con esos finales sorprendentes, que consigues mantenernos en vilo hasta el final. Eres todo un maestro en el relato negro y es un placer cada día más grande leer tus narraciones.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Es un honor viniendo de ti, Carlos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Bravo, Humberto, me ha llegado seco y directo como el primer trago de un martini helado. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarEra como un match de box de aficionados, en tres rounds había que definir.
EliminarUn abrazo.
estas transitando una etapa en la disolución de los grises, colorando la inmensa realidad en historias ignotas no por infrecuentes, un abrazo
ResponderEliminarSabes qué, Tomás, éste se iba a llamar 'Gris', después me pareció muy cursi.
EliminarUn abrazo.
¿él le puso veneno en la comida? A lo mejor ella se la preparó con antídoto, lo conoce de años.
ResponderEliminarEs muy probable, las mujeres tienen un sexto sentido... o séptico, lo que fuere, pero se nos adelantan siempre.
EliminarUn abrazo.
Excelente relato en tres párrafos.
ResponderEliminarEn esa frase de "grumos blancuzcos..." ya empieza el misterio y el posible final terrorífico de la escena. Pero artísticamente supiste alivianar la situación, sólo hay una preocupación de quién encontraría sus cuerpos....
Admiro tus letras señor.
Un abrazo de martes.
Muchas gracias por el análisis, Genessis, me gustó más que el relato, creo.
EliminarUn abrazo.
Curiosamente, se despiertan?
ResponderEliminarY... queda a criterio del lector. ¿Tú crees que yo lo sé?
EliminarUn abrazo.
Y lo más probable es que seas vos, el autor. Decí que hoy amaneció con frío. Hacenos un favor, ventilá un poco antes que caigamos los de la morgue. Un café? Gracias, paso. No tomo café en tu blog ni el de Bee. Demasiado cianuro..:-)
ResponderEliminarDale, Ato, aceptá un cafecito, no te hagas rogar...
EliminarBee es Yiya Murano, ¿sabías? Jaja.
Abrazos.
No me cabe la menor duda!! jaja! Tenés que buscar algún gadget que le sirva al lector para encontrar su comentario. Onda: Piso 3, Sector J - Cada vez que entro me siento como en el parking del Unicenter...jaja!
EliminarMe hiciste reír... yo también me pierdo, hay veces que alguien deja una respuesta en el comentario de otro y ahí me mató. Es un laberinto. Por ahora, lo puedo sostener.
EliminarA propósito, un pelotudo te rayó la puerta del comentario, quedó escrachado en la cámara de seguridad.
Historia Real.
ResponderEliminarBarcelona.
Hace un mes.
Muere una mujer.
Unos días más tarde su marido lleva al hijo (tetrapléjico) al cementerio.
Y delante de la lápida de su mujer le pega un tiro en la cabeza al hijo.
Después se suicida.
Deja una carta desesperada diciendo que no podía cuidar de su hijo.
Saludos.
No lo dudo, Toro, más de un escritor busca sus historias en los periódicos, Truman Capote fue el más conocido por ello.
EliminarUn abrazo.
¿Un arma? Yo me imaginé que habían cenado (ella sin saberlo, claro) un poco de arsénico, cianuro, quién sabe. Como sea, ya no despertarán, si es que se duermen. Con 37 años en la casa espero que los hijos vivan fuera, imagina que se los encuentra un chico de 14 años. Muy tétrico todo, como a mí me gustan. :-)
ResponderEliminarSegún me dijeron, pero no tengo la certeza, los hijos ya están casados y viven en otra ciudad.
EliminarUn abrazo, amigo.
Me apasiona el tema del insomnio. En mi caso particular, me resulta devastador, desesperante, aunque intento amigarme con él. Es la expresión más agobiante de los problemas de la vida adulta que rumiás en la cama los que no te dejan pegar un ojo: la enfermedad de un familiar querido o propia, un despido, la falta de dinero, una entrevista laboral, algún examen de esos que siempre andamos rindiendo en la vida, no sólo del tipo que describías en tu escrito anterior, aunque esos también me desvelan. El insomne tiene una actitud preocupada frente a la vida que es muy difícil de modificar, tanto como el insomnio una vez que se instala.
ResponderEliminarPero jamás fantaseé con la idea del suicidio a pesar de haber llegado a pasar cinco noches seguidas sin dormir, y te aseguro que se pierde claridad y foco. También me pasa a veces de acostarme junto a un insomne. Entonces nos abrazamos y nos ponemos a charlar para ver si podemos encontrar consuelo o contención compartiendo el desvelo, ya que aunque quieras, la solución no llega durante la vigilia nocturna.
Creo que el rasgo de pulcritud del personaje tiene mucho que ver con el desenlace de la historia. Hay algo de pulcritud y detallismo patológicos en los suicidas, y hay momentos y edades en la vida en los que es más difícil ver la luz al final del túnel, sobre todo de noche. Me resulta imposible emitir juicio sobre los suicidas: me dan mucha pena.
Buena historia. Me quedo a la espera de lo prometido.
Un beso.
Hay dos tipos de insomnio (no, no me voy a poner teórico, dejo al Doc fuera), pero para mí el más terrible es el de mantenimiento, es decir, ese que hace que te despiertes a mitad de la noche y ya no puedas recuperar el sueño.
EliminarY has detectado un rasgo fundamental en el suicida de la 3° edad: la pulcritud, la sistematicidad de las conductas.
Muchas gracias por tu aporte en este texto.
Besos.
interesante cierre para esa cotideaneidad.
ResponderEliminarsaludos!
Interesante pero no el mejor...
EliminarYo habría gastado mis últimos cartuchos en una ronda de putas y con mucho alcohol. Son estilos, siempre lo digo.
Abrazos.
Intrigante historia, solemne acto de cobardía el de nuestro protagonista, efectuando un suicidio y un asesinato con premeditación y alevosía. No está bien ir por ahí quitándose la vida a causa de problemas económicos y mucho menos la del cónyuge. ¿ Qué pensarán esos hijos que parecían sonreírles en esa foto ? . Una triste y descabellada historia marca de la casa jejej, ya veo que los finales felices no te van mucho a tí, mi querido escritor jejeje. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMe dejas pensando... En este hay muerte, en el anterior hay un un cero en una hoja, en el previo hay un vomito de libro, en el otro la muerte de un Literal... Uf, ahora me preocupo.
EliminarUn abrazo, Bosón.
Un dramón con final feliz para los herederos que supongo seguirán sonriendo (o son imaginaciones) esta vez desde la realidad.
ResponderEliminarUn abrazo y como siempre me sorprendes gratamente.
Muy buena vuelta de tuerca, los herederos felices... pero, ahora que lo pienso, esta gente estaba mal de dinero, no, no sé si van a estar tan felices, piensa en los gastos de entierro multiplicados por dos...
EliminarBesos.
Adorei o teu blog...
ResponderEliminarExcelentes contos.
Obrigada pelo carinho.
Um abraço e uma boa semana
Xana
Valeu, Xana.
EliminarSeja Bem-vinda.
Bjs
Que fuerte el último renglón.
ResponderEliminarY sí, Marcos, no es muy alentador.
EliminarUn abrazo.
Que arte: para mantener en vilo al lector en un trecho tan cortito...-Esto solo lo pueden hacer los que dominan este género tan "negro".
ResponderEliminarUn abrazo Humberto.
Bueno, muchas gracias, Bertha... es que yo soy muy moreno ;)
EliminarUn abrazo.
Me tuviste con los dedos en la boca, comiéndome las uñas porque sabía que hoy había un texto fuerte. Igual no pensé que iba a matarse y a matar a la mujer, pobre!!
ResponderEliminarGrande, Humber!!
Sabri
¡Onicofagia! No, quítate ya esas manos de la boca...
EliminarBesos.
Oh, Oh. Ese final me ha "matado". Un final triste, truculento y tramposo, porque acortar así el camino por pasar dificultades en el trayecto es bastante cobarde, y más si afecta también a los que amas.
ResponderEliminarSiempre fabulosos e inquietantes tus finales.
Un abrazo, Humberto.
Muchas gracias, Sara, te aseguro que esta vez busqué que se intuyera el final, quería poner el acento en el clima de final inevitable... veo que no lo logré :(
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Hoy en mexico ya se ha publicado la nota. APARECEN DOS CUERPOS SIN VIDAS, CULO CONTRA CULO... ELLA DIBUJABA UNA SONRISA, EL PORTABA UNA MONT BLANC CON LAS INICIALES HD.
ResponderEliminarExcelente final
Pero yo no fui, aclaro...
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Solo se descubrió que la historia salió de tu pluma jajajaja
EliminarPero no te meten en prisión por eso, ¿o sí? Je.
EliminarQue pena que a cierta edad el momento de la muerte no se aparte de la mente.. lo mas triste es que todos vamos para allá...ayyy. cruz..cruz!!! jajaa.
ResponderEliminarBuen día Humberto
Besitos.
Es para algunos una obsesión, total de esa nadie escapa.
EliminarBesos, Diazul.
Espeluznante Humberto, es verdad que el final no me lo imaginaba feliz conociéndote un poquitín, pero… jo, es que vas a destroza mi corazón a fuerza de sobresaltos. Que patético el tío, pero pulcro y coqueto hasta el final. Me intriga como fué el suicidio y el crimen, pero… mejor déjalo, que me vas a matar a sustos.
ResponderEliminarDime Humberto, ¿tu piensas que el suicidio es una cobardía?
Espero uno de tus increíbles y hermosos… pero terribles relatos, con un final feliz ¿sería una cursilada, de esas que nada te gustan o podría ser posible? Yo lo esperaré.
Besos y cariño.
Mi idea del suicidio es muy... extraña. Creo que deberíamos ganarle de mano al destino o como se lo llame, la muerte debería ser una decisión de cada uno, en ese sentido estoy a favor del suicidio. Pero no arrastrar a otros en semejante idea.
EliminarEso sí, no creo en el 'suicidio show', es decir, habría que hacerlo en el último rincón del planeta, para que ni se encuentre el cuerpo.
Aclaro, por las dudas, es una idea, ni siquiera lo pensé a conciencia.
Puede haber con final feliz, claro, de hecho si lees creo que vas a encontrar varios, tal vez no sea a lo film norteamericano, pero hay.
Un beso.
Me contaron que una persona conocida por la familia de toda la vida, siempre dormía con los labios pintados... por si acaso. No sé cómo quedarían las sábanas al día siguiente; la cuestión está en que cuando murió, a plena luz del día, iba sin maquillar. Está visto que la muerte no tiene consideración :)
ResponderEliminarSiempre me propongo que tus relatos no me pillen desprevenida, pero no hay manera.
Un beso.
Es increíble la vida real, si uno lo contara, no nos creerían, dirían: mira que pintarse los labios para morir coqueta, eso sólo pasa por la mente de un escritor... y no muy bueno.
EliminarEn fin... Muchas gracias y un beso.
Creo que el trecho más triste es el cuarto…ese que va desde que suena el despertador hasta el final de la vida de sus hijos.
ResponderEliminarSiempre es especial leer-te.
Un saludo.
Es verdad, hay un cuarto trecho oculto, pero es ese cuarto trecho el que le preocupa al hombre, puedes constatarlo.
EliminarUn abrazo.
Triste final, imprevisible, sorprendente, sobrecogedor, absolutamente genial.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sergio.
EliminarUn fuerte abrazo.
No esperaba ese final
ResponderEliminarUn abrazo
Yo lo presentí, ya lo dije, pero tampoco lo esperaba... lo recontrajuro.
EliminarUn abrazo, Icue.
Quedo sin palabras, realmente impactada, morir ella sin siquiera sospechar.
ResponderEliminarMorir es parte de la vida, pero sea Dios quién decida.
Tremendo escrito poeta amigo.
Un abrazo.
La vida es muy extraña, Soledad, por lo general supera a la ficción.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Humberto, pintas el retrato de un ser egoista.
ResponderEliminarHay que ser muy egoista para suicidarte y matar a tu compañera sin pensar en las consecuencias.
Imaginaos lo que van a sentir sus hijos (esos que le sonríen desde la foto) cuando descubran lo ocurrido.
Les ha cargado con una culpa de por vida sin ni siquiera darles una razón.
Un final ciertamente inesperado.
Un beso.
Sólo espero que mis personajes no se reúnan a decidir sobre mi vida.
EliminarUn beso, Belén, muchas gracias.
JODER!
ResponderEliminarEs exactamente lo que yo decía...
EliminarInfelizmente casos como este estão acontecendo muito devido à crise económica. Sempre pensei que como ele tinha vestigios de veneno nos lábios só ele se suicidaría. Pelo que entendí ele resolveu por fim à vida da familia toda.
ResponderEliminarSão situações bem tristes que você uma vez mais conseguiu plasmar num texto excelente!
Beijinhos Humberto.
Flor
Ah! obrigada pela companhia no café.
Aqui há muito da situação econômica da vida real, minha querida Flor. Muito triste mesmo!
EliminarUm beijo.
FULLLL EXCELENTÍSIMO RELATO.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Muchas gracias, ReltiH.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Humberto me encanta como te expresas mediante la escritura, es un placer leer tus cuentos. Tremendo y abrupto final. Besos
ResponderEliminarMuchas gracias, María Ailen. Sí, fue un poco abrupto... después de 37 años.
EliminarUn beso.
Me dejaste fría, Humberto no puedo reaccionar frente a esa tragedia!
ResponderEliminarPero está escrito de maravillas
Besos
Muchas gracias, Lula.
EliminarUn beso.
Muy interesantes cuentos escribes Humberto, a partir de hoy
ResponderEliminarme tienes como un nuevo seguidor tuyo. Enhorabuena claro
y hasta la próxima vez
Bienvenido, Marek.
EliminarMuchas gracias por tu comentario y hasta siempre.
Una vez visto el cuadro se comprende el final.Precioso cuadro.
ResponderEliminarEn tres tristes latigazos cuentas la historia.Preciosa historia.
Hace tres meses yo hice lo mismo pero solo causó daño a mi parienta, ahora está en la cama y ,todavía,se cree que está viva.Un abrazo.m.i
No hay peor cosa: cuando los muertos se creen vivos, los tienes rondando todo el tiempo, con sus historias deslustradas.
EliminarUn abrazo.
Muy bueno, pero me angustia.
ResponderEliminarMe da miedo.
Prefiero los finales felices, mi amigo.
Un abrazo.
Para no causarte angustias, el próximo viene más alegre, Gaucho.
EliminarUn abrazo.
37 años juntos y ¡zas!, desaparecidos en un momento.
ResponderEliminar¡Qué putada!
Duro final pero pulcro, eso sí.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
37 de casados más 10 de novios... ;)
EliminarUna putada, me encanta esa palabra.
Un abrazo, Mos, muchas gracias.
Estaba yo sentado con mi mokaccino caliente y con muchas ganas de leerte, y me encontré con un final inesperado, de esos tan clásicos tuyos, que te hacen indagar en los primeros párrafos en busca de las señales que desencadenen tan abrupto desenlace. Jajaja creo que eso es increíble.
ResponderEliminarEspero contar con la tranquilidad suficiente (no tengo internet propio) para poder disfrutar tu próxima publicación. Un saludo!
Si tienes 15 o 20 minutos disponibles, vas a poder leerlo, el tema es que va a ser largo.
EliminarQué bueno un mokaccino, me vendría muy bien uno en este momento.
Un abrazo.
Lo peor es siempre, tener ese tiempo extra para pensar...Un abrazo.
ResponderEliminarInevitable, hay una 'previa' en esas acciones que son de terror.
EliminarUn abrazo.
Hay que ser valiente para suicidarse y cruel también, pero llegado el segundo "yacer en la cama y ser calvo es una metedura de pata que sólo dios podría cometer" (G.Corso)
ResponderEliminarUf, has metido el dedo en la llaga con esa frase. Lo importante es no degradarnos.
EliminarUn abrazo.
decis que alguien los iria a buscar?
ResponderEliminarYo creo que sí, pero van a pasar unos cuantos días... uf...
EliminarAbrazo.
Ese final inesperado e impactante me ha encantado, no como siempre, más aún. Es uno de esos relatos que acaban "en punta", los mejores, gracias, Humberto.
ResponderEliminarUn besazo.
Muchas gracias a ti, Jana.
EliminarUn beso enorme.
MMMM que decision terrible... cuando uno se ve tan atrapado qe no ve salidas quiza esa sea la unica en esos tremendos y tristes momentos.
ResponderEliminarCariños Humberto.
Es un relato María, no pensemos en la vida real. Por las dudas.
EliminarUn beso.
Qué buen final! Sorprendente!
ResponderEliminarMuchas gracias, Lunática.
EliminarUn abrazo.
Espero que la gente deje de suicidarse por adeudos.
ResponderEliminarEs un caso que acba solucionándose y el afrontarlo nos enseña que el humano poseemos una magia que rebasa la economía.
En mi caso, las deudas no me llevarían a semejante final, prefiero vivir debajo de un puente, pero vivir.
EliminarUn abrazo, Carlos.
Buffffffffffffff, que fuerte Humberto.
ResponderEliminarSuerte que se trata de un relato.
Muy buen redactado.
Pobrecicos les faltaba esperanza, si al menos uno de los dos hubiera sido positivo.
Pero intuyo que fué el quien puso el veneno, claro igual ella no quería morir pues bien le dijo que no se preucupara por el dinero.
Bueno Humberto, vosotros estáis en primavera y en España en Otoño, pero hace un calor...
Besos, Montserrat
Y aquí en Buenos Aires hace un frío...
EliminarEs verdad lo que dices, ninguno de los dos era positivo, una vida bastante gris.
Un beso enorme.
Excelente y misterioso relato Humberto. Triste final que acompaña a muchas parejas que pasan por situaciones extramadamente desesperadas.
ResponderEliminarBesos!
Me enteré de varias, pero mejor dejarlo así, en el plano de la ficción.
EliminarUn beso.
¿Indiscreta la pregunta Humberto?
ResponderEliminarMe interesaba tu opinión como profesional y maestro, gracias.
Pienso exactamente como tú al respecto.
Lo del bonito final, ha sido un poco en broma, un poco en serio, es lo que desearíamos todos en la vida.
Besito.
No fue indiscreta...
EliminarNo te respondí como profesional, Lore, tampoco como maestro (je), lo hice desde lo más sincero de mí, sorprendido por la pregunta. Me gusta el diálogo, aunque no estuviéramos de acuerdo.
Yo creo que 'un final bonito' en literatura es 'un final logrado'. No siempre se consigue.
Más besos
Impactante relato Humberto y dolorosamente ocurre más de lo que pensamos, al menos por estos laditos del mundo se entera uno en los noticieros de suicidios múltiples, homicidios múltiples, locuras múltiples y es que quienes de momento pierden todos sus bienes materiales no se dan cuenta que por difícil y triste que pueda ser, siempre existe la posibilidad del mañana, lo más doloroso de todo, es esa sonrisa de los hijos que quizás hace mucho tiempo no la hacen desde un portaretratos.
ResponderEliminarMi siempre saludo
Una buena reflexión, Alborada. La sonrisa de la foto es un factor importante, para bien o para mal, no sé si me explico.
EliminarConcuerdo contigo, mañana se verá.
Besos.
Increíble final del relato, esos son los finales abierto que valen la pena.
ResponderEliminarHace rato que no me pasaba por acá, pero es un gusto volver a leerte.
Un abrazo!
http://laotramediaveronica.blogspot.com/
Qué bueno verte de nuevo, Verónica.
EliminarMe alegro de tu visita y gracias por el comentario
Un beso.
Te sere sincera no esperaba ese final aunque la desesperacion puede llegar a hacer que hagas cosas que en otras circustancias ni pensarias,me da pena la señora que no sabe de que va la cosa, por otro lado quizas sea mejor asi la muerte inesperada supongo que sera menos temida.Un intrigante relato Humberto, abracitos
ResponderEliminarLa desesperación puede dar lugar a cualquier conducta. Igual es puro cuento, Shantal.
EliminarBesos.
La desesperanza, la desiluciòn, las crisis personales.... son los verdugos de una sociedad decadente. Me ha gustado mucho tu relato.Enhorabuena.
ResponderEliminarun abrazo
paco
Así de cierto, Paco, pero por más que hagamos, parece que las cosas ya tienen un rumbo establecido. Hagamos poco, pero hagámoslo bien.
EliminarUn fuerte abrazo.
A veces me preguntó por qué está mal visto el suicidio.
ResponderEliminarUna vez más felicitaciones por los escritos.
Yo creo que es por una cuestión religiosa, principalmente.
EliminarMuchas gracias por la vista. Un abrazo.
Cuánta intriga, Humberto.
ResponderEliminarSaludos.siempre tan ingenioso.
Muchas gracias, Amapola.
EliminarUn abrazo.
Bueno yo creo que todos somos libres de suicidarnos o lo que nos venga en ganas, pero a la señora la podía dejar que siguiera soñando.
ResponderEliminarUn saludo.
Es así, ella es la más... inocente, digamos.
EliminarUn beso, Luz.
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Gracias.