Trabajaba como crítico gastronómico en el New
York Times, pero, debido a una reducción drástica de personal en el periódico, fui asignado a la
sección de Literatura. Acepté, claro, porque no tenía otra salida.
Ayer por la tarde, al salir del Metropolitan Museum, me encontré con el escritor Paul Auster. Después de intercambiar unas palabras, muy amablemente me invitó a cenar, me propuso que fuéramos al Dressler, un elegante restaurante de Brooklyn al cual yo jamás habría podido acceder con mis exiguos recursos, así que acepté de buen grado. Todo el personal del establecimiento conocía al autor, por supuesto, así que nos consiguieron una mesa a pesar de que no habíamos hecho la reserva. Al ver la carta, me sorprendió que los únicos platos que se sirvieran en el lugar fuesen sus libros, Auster fue fiel a su estilo: me había hecho una jugarreta. Animado, me recomendó que pidiéramos un Sunset Park, ya que -aseguró- con un solo ejemplar podríamos comer los dos. En realidad, yo habría tomado un Mr. Vértigo, pero como era él quien pagaba, no quise importunarlo. Cuando el camarero trajo la orden -una edición especial del libro en salsa de champiñones-, dejé que mi estimado Paul cortara una buena porción y la depositara en mi plato. La novela estaba sosa y demasiado dura, pero me pareció descortés no comer hasta la última página. Apenas salimos del lugar, y después de agradecerle con efusividad la invitación, me dirigí a un drugstore para comprar un frasco de sales digestivas. Pude aguantar el malestar hasta que, ya en casa, cuando me disponía a escribir la reseña en el ordenador, sentí tantas nauseas que no logré contener el vómito. Me parece un hecho fisiológico de lo más natural, sólo lamento que los lectores del periódico tengan que ser testigos de este desagradable espectáculo: a nadie le resulta atractivo leer los restos de una vomitona de novela.
Ayer por la tarde, al salir del Metropolitan Museum, me encontré con el escritor Paul Auster. Después de intercambiar unas palabras, muy amablemente me invitó a cenar, me propuso que fuéramos al Dressler, un elegante restaurante de Brooklyn al cual yo jamás habría podido acceder con mis exiguos recursos, así que acepté de buen grado. Todo el personal del establecimiento conocía al autor, por supuesto, así que nos consiguieron una mesa a pesar de que no habíamos hecho la reserva. Al ver la carta, me sorprendió que los únicos platos que se sirvieran en el lugar fuesen sus libros, Auster fue fiel a su estilo: me había hecho una jugarreta. Animado, me recomendó que pidiéramos un Sunset Park, ya que -aseguró- con un solo ejemplar podríamos comer los dos. En realidad, yo habría tomado un Mr. Vértigo, pero como era él quien pagaba, no quise importunarlo. Cuando el camarero trajo la orden -una edición especial del libro en salsa de champiñones-, dejé que mi estimado Paul cortara una buena porción y la depositara en mi plato. La novela estaba sosa y demasiado dura, pero me pareció descortés no comer hasta la última página. Apenas salimos del lugar, y después de agradecerle con efusividad la invitación, me dirigí a un drugstore para comprar un frasco de sales digestivas. Pude aguantar el malestar hasta que, ya en casa, cuando me disponía a escribir la reseña en el ordenador, sentí tantas nauseas que no logré contener el vómito. Me parece un hecho fisiológico de lo más natural, sólo lamento que los lectores del periódico tengan que ser testigos de este desagradable espectáculo: a nadie le resulta atractivo leer los restos de una vomitona de novela.
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por las visitas y comentarios para ‘El profesor de español’.
Quiero aclarar que Paul Auster está en el panteón de mis escritores preferidos, me permití esta humorada delirante justamente por eso, no lo habría hecho con un autor que me pareciera malo.
Estoy muy agradecido y orgulloso de tener tanto apoyo y cariño, pero debo reconocer que no hay forma de que pueda pasar a visitarlos con la misma asiduidad con la que lo hacía en otra época. Aquí no se trata de fanfarronerías ni mariconeadas, en verdad que son muchos.
Un buen fin de semana y muchas gracias.
Humberto.
Oh Dios! jejeje no imagino una escena asi! Yo hubiera preferido algun libro ligerito y digerible! jajajaja Hay cosas que definitivamente no deben mezclarse!!
ResponderEliminarun abrazote! Una entrada genial como siempre!
Mejor no des nombres de libros ligeritos, así el peso recae sólo sobre mí ;)
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Te cuento he dejado de leer.
EliminarSolo leo blogs y a pesar de estar en un periódico ni me entero lo que pasa a mi alrededor del mundo...
Me gusta leer asi.
un beso entre vos y yo.....
Total... nadie nos mira
LOL...
Es verdad, aquí nadie se entera de nada, a darnos besos, entonces.
EliminarMuchas gracias por tu comentario (que lo vi de casualidad, te confieso).
¿Seguro que no es una crítica velada a alguna de sus novelas? ¿Seguro? Mira que no te vamos a crucificar por el simple hecho de que no te guste el autor de moda...
ResponderEliminarSaludos
J.
Te aseguro que no, en realidad Auster está entre los dioses de menor categoría de mi panteón, pero está. Como Kundera, por ejemplo.
EliminarEs más, el último de Auster me causé mucha ternura.
Un abrazo.
Ciertamente, el arte se come y se vomita. Y hay arte en comer y en vomitar. Quizás porque la abstracción absoluta, quees e arte absoluto, es un paquete calórico en un cerebro que saborea. Un abrazo de aromática con pan, F:
ResponderEliminarConcuerdo que hay algo de vómito en la expresión más pura de arte, pero hablamos de ése que no se pule, del que queda como sale, ¿no?
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.
Pues sí, hablamos de ese. También aveces de aquél arte cuyo propósito es escenficar la deconstrucción y la entropía. Yo diría que también ahí funcionaría. Un abrazo H. F:
Eliminar¡¡¡Cuánta grandiosa imaginación, Sr. escritor ....qué bárbaro !!!!...no se aflija....yo seguiré molestándolo...seguiré visitándolo siempre...seguiré zambulléndome en sus maravillosos relatos...y de este, tan delirante, tan alucinante de tanta fantasía...jajaja...saldré ilesa !!!!...mentira...es que son tan variados los argumentos, unos de otros....que me atrapan...sí, lo hacen...y siempre que pueda, lo visitaré...tendrá, entonces, que 'soportarme' jaja...ya lo elegí, hace tiempo...y de mí , no se librará tan fácil...
ResponderEliminar...¡ Gracias, una vez más....gracias por tanta lectura amena...por tanta genialidad ....y por hacer de estos momentos , hoy ,de reposo forzado, algo más llevadero ....porque la vida , a veces, sabe dar....gracias!!!!
Mariana.
Nunca serías una molestia, Mariana, imagínate que me pueda molestar alguien que se hace un tiempo para leer y dejar palabras siempre tan amables.
EliminarYo te doy las gracias... (sonó medio religioso)
Besos y que te mejores.
Esta indisgestión: le ha pasado por no saber decirle que no a tiempo-Ve este es el precio que se paga por la admiración;(
ResponderEliminar-Aquí decimos que sarna con gusto no pica...
Pero que le quiten lo bailao...El buen momento es lo que le alimenta su ego.
Un abrazo Humberto.
Debería haberse pedido un Mr. Vértigo a las finas hierbas y listo.
EliminarUn abrazo, Bertha.
Vaya cena...y vaya culminación de la cena! ;)
ResponderEliminar(qué mal agradecido!)...
Abrazos grandes, Humberto!.
Tus textos siempre derrochan creatividad.
¿Cuál será el límite de esa creatividad? Si es que hay tal...
EliminarUna pregunta que puede dejarme con insomnio por meses.
Un abrazo, Maritza.
Aunque la novela sea suculenta, la celulosa puede ser indigesta.
ResponderEliminarPero seguro que merece la pena una cena con Paul Auster...sobre todo pagando él.
salud-os
Es verdad, la celulosa es bastante pesada, no el libro...
EliminarYo aceptaría con gusto una cena con Auster, hasta pagando yo.
Muchas gracias.
¡Hola Humberto! ¡Que gusto poder saludarte! :) Me gusta tu relato, no lo entendí a la primera, pero ahora con la segunda lectura ya voy avanzando ;)
ResponderEliminarMirá... lo leí tantas veces para pulirlo que en un momento yo también le perdí el hilo, tuve que dejarlo en reposo por un rato para volver a entenderlo. Es preocupante.
EliminarUn beso.
La imaginaciòn al poder, creo que te superas cada dia. Y gracias que no pagaste la cena que te trajo esa indigestiòn....jajajaa
ResponderEliminarun abrazo
fus
Imagínate, Paco, si encima la hubiera tenido que pagar él, uf.
EliminarLa imaginación al poder, la mente necesita jugar, la mente necesita Libertad.
Un abrazo, amigo.
Ahora entiendo lo que le ocurrìa a un compañero de secundaria cuando tenìamos que leer y memorizar Romeo y Julieta para la obrita de fin de año, siempre terminaba en la enfermerìa, decìa que se le revolvìa la panza.
ResponderEliminarEs que hay tanta variedad gastronòmica... y el Chef de Literatura que tenìamos te hacìa comer sus preparaciones a la fuerza! el muy villano ademàs nos evaluaba la actuaciòn para el promedio final jaja.
Cariños Humberto.
Me gustò mucho el relato.
¿No me digas que te tocó hacer de Julieta?
EliminarHablando en serio, hay una diferencia abismal entre leer por obligación o por placer. Cuánta gente detesta la literatura por esas obligaciones que les ponían. En fin...
Un beso enorme.
Humberto:
ResponderEliminarUn maravilloso y ácido relato, que cabe a más de un pretendido "best seller".
Más de uno de nosotros se ha atragantado con algún libro muy promocionado. Nadie está a salvo de ello.
Un gran abrazo.
Tan ácido que el protagonista tuvo que tomar sales digestivas y no le alcanzó.
EliminarY sí, encima yo padezco del mal de no dejar libros por la mitad.
Un abrazo, querido Arturo.
Me pongo de pié y me saco el sombrero!!
ResponderEliminarPodran decir cualquier cosa de ti, Humberto, pero jamás que no eres CREATIVO, vaya imaginación, por dios!!!
Entiendo que paul auster es una analogía de tantos y tanto escritores que dieron un mal paso.
Felicitaciones amigo, sigue creando para que podamos abrir un poco esta cabecita mia, jiji,
Besotes!!!
Repito algo que dije antes: no sé hasta dónde se pueda ir con eso que llaman 'creatividad'. Ojalá que muy lejos.
EliminarMuchas gracias.
En cuanto al relato decir que creo que es una metáfora en la que la curiosidad por conocer, por saber, es el HAMBRE que todos tenemos necesidad de saciar. El plato que se comió, su receta : la NOVELA, y que se tragó hasta la última miguita por educación ( eso que a veces no sirve para nada ), vamos por no desagradar. Y por lo visto no le sentó muy bien cuando se refiere a este escrito como vomitona.
ResponderEliminarVamos que tal vez , si este señor era crítico gastronómico, lo suyo, desde luego no es la literatura (digo yo).
Exactamente, Marien, el relato, hasta el mismo Paul Auster es una metáfora, una justificación para expresar una realidad de otro nivel... ¿qué decirte? Si ya lo has expresado tú muy bien. Un fuerte abrazo y gracias por este comentario en el FB.
EliminarIngenioso relato... Auster es uno de los buenos autores gringos actuales... junto con Philip Roth
ResponderEliminarsaludos
VH
Sí señor, en una época (Leviatán, La trilogía de Nueva York, Tombuctú) era mi ídolo contemporáneo absoluto, ahora no tanto, pero sigue siendo un maestro. De Roth no leí mucho, pero lo llamativo es que los dos autores que nombras, ambos viven en Newark, New Jersey.
EliminarUn abrazo.
Jajaja!!! Cuando empecé a leer no imaginaba para donde iba a parar la historia. Cuando descubrí el rumbo, pensé: "Qué será cabrón! Se mete hasta con lo que le gusta!" Creo que ahí radica el no tener techo para la creatividad. Es permitirse ironizar hasta con nuestros propios gustos. Y todo sazonado con una buena dosis de hilaridad y con la imaginación puesta al servicio del texto.
ResponderEliminarGreat work, milord! Está superando los objetivos!
Have a nice weekend! :)
P/D: Estoy pensando en todos los atracones de libros que me pegué y que luego terminaron como tu historia. En fin, todo sea por la literatura... Jejeje!
Meterse con los que no nos gustan, es fácil, desacartonar a uno de los preferidos es un desafío a la propia subjetividad.
EliminarDos secretos:
1. El relato tenía como protagonista a otro escritor que me gusta aún más, lo cambié sobre la marcha.
2. Éste me llevo media hora, estoy experimentando algo que bien podría llamar flash writing o algo así, lo que sale queda.
Como me está gustando jugar este juego, ya no me interesa si gusta o no, o si se entiende o no.
Fuck it all, fuck this world, fuck everything that you stand for,
Don't belong, don't exist,
don't give a shit, don't ever judge me.
Cheers, my BeeBee!
Surpinzătoare una parábola. ¡ Felicitaciones! Opción interesante para hablar de un autor. Aunque es más difícil comprender la esencia de la traducción. Un hermoso día!
ResponderEliminarCristian, me maravilla y agradezco el esfuerzo de traducción, pues el texto tiene sus vueltas.
EliminarHubo una época en la que subía un texto por mes en 5 o 6 idiomas, lo llamaba 'Proyecto Babel', pero era muy sacrificado.
Un abrazo.
A mí también me gusta Paul Auster, así que me alegro de que el texto esté escrito en clave de humor.
ResponderEliminarLa verdad es que son muchos autores los que se nos pueden indigestar. Ante esta amenaza, yo he aprendido a ser descortés y no me los como si, tras unos bocados, no me saben bien. Más vale prevenir...
Un abrazo, Humberto.
Es verdad, Isabel, yo debería aprender a ser más descortés, a veces, hay dos autores (un él y una ella) con quienes lo intenté con varios libros y no hay forma de digerirlos. Cuestión de gustos, nada más.
EliminarUn abrazo.
Hola Humberto:
ResponderEliminarLibertad de pensamiento,continuidad en lo imaginado que al final suele asemejarse bastante a lo real. Paul Auster reconocido merecidamente, puede, porque no, atragantarse, suele sucederles a muchos grandes. En la vida cotidiana siempre acude a nuestra mente algún insolente pensamiento, que no para en su libertad de pensar.
Me ha encantado, por su fluidez y por que, no hay censura en tus palabras, son libres. Un placer leerte querido amigo.
Abrazo.
Muchas gracias, Moon.
EliminarNo sé si decir 'lamentablemente', pero sí es muy predecible cuando una entrada va a gustar o no, ésta es de las que no, pero ¿importa? Claro que no, si tengo que escribir siempre lo mismo para 'tener éxito', prefiero el malogro de los libres.
Un beso y muchas gracias.
¿Así que por ustedes casi me hacen esperar, a pesar de que yo si tenía reservación y soy mucho más asidua que él? Me alegro, me alegro muchísimo por lo que te sucedió después. Y fíjate que casi creí reconocerte, pero luego dude, pues ya me había bebido un leviatán y un Brooklin follies.
ResponderEliminarHoy no podría besarte así.
Sabía que le habían quitado la mesa a alguien, pero nunca imaginé que era la tuya, te pido disculpas. Al menos sabes que no terminó bien la noche.
EliminarNo mejor el beso lo dejamos para cuando me haya recuperado ;)
Muchas gracias por tu humor.
Muy interesante y original comida. La lectura es alimento para el espíritu, pero jamás pensé que lo pudiera ser también para el estómago.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dice una canción: la vida te da sorpresas...
EliminarUn abrazo, querido Francisco.
Espero que no me invite a comer Frank Herbert pues comerme su "Dune" lleva a una indigestión segura con sus cientos de páginas. ¿Tenían sopa de letras en ese restaurante? Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarUna vez estuve más de 4 horas en un restaurante tratando de terminar Guerra y Paz de Tolstoi, pero lo logré.
EliminarTenías sopa de letras, pero todas de Paul Auster.
Un abrazo, Borgo.
Esta humorada como tú la llamas es genialidad tuya Humberto...¡Me ha encantado! Un abrazo
ResponderEliminarMe alegro mucho, porque no es de fácil digestión, je.
EliminarUn abrazo.
¡Que no falten el buen humor y la capacidad creativa! Por aquí se dice a leer un libro, tragarse un libro, ¡pero tener que comérselo, masticando y todo, es demasiado!
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Es que el invitado de Paul Auster era El Literal.
EliminarAbrazo, Carlos.
Yo hubiera pedido un Brooklin Follies simplemente a la plancha, vuelta y vuelta. Casi crudo por dentro para deleitarme de nuevo con el jugo cada una de sus líneas.
ResponderEliminarAhora le debes una invitación a tu blog para que se lo coma enterito.
Un abrazo
No, pobre Auter, a ver si se indigesta él también. Bueno, tampoco quiero que me lo coma, hasta diciembre al menos.
EliminarUn abrazo.
Seguro tendrás la absolución divina.
ResponderEliminarLa próxima, procúrate otro comensal más ligerico.
Y dile, ¡anda, díle! que "de grandes cenas están las sepulturas llenas".
Nada nuevo bajo las tapas de un libro.
Cuídate de lecturas, porfa.
Abrazos hasta allá
Por un tiempo voy a tomar sopa de Danielle Steel y ensalada de John Grisham, nada más.
EliminarUn abrazo, mi querida Pilar.
Recuerdo que con catorce años se me indigestó el profe de Literatura
ResponderEliminarque después de hacernos comer enterito "El Quijote" soñaba todos los días con infinitos molinos de viento, hasta que el chico
de la segunda fila se fijó en mí.
Un abrazo
Bueno, te llevaste algo en concreto, al menos. Yo cambio un amor por 300 libros.
EliminarMuchas gracias, Marisa.
Hola amigo. Yo solo quiero que sepas que eres ¡¡¡Genial!!!
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias por la palabra, es un poco exagerada, producto más del cariño, Maruja, pero la acepto con humildad.
EliminarBesos.
Sigues con la fase de literalidad de tu anterior texto, si. Supongo que algunos sinestésicos deben sentir algo parecido. Desde luego es una experiencia, poner en juego nuestros sentidos de manera extrema para valorar algo. Una cosa queda clara, que las apariencias engañan y por muy plato de oro, no siempre lo que contiene brilla. a mi me brilló esto tuyo, me sorprendió y ya sabes que las sorpresas son la esencia de una vida emocionante.
ResponderEliminarUn abrazo norteño.
Estoy de acuerdo contigo, Citizen, los textos tienen algo en común: fueron escritos entre 15 y 30 minutos. Descubrí algo en mí que no conocía, no puedo decir que sea la conocida técnica de fluir de conciencia, más bien es un fluir de inconciencia. Lo estoy disfrutando, posiblemente la semana que viene vuelva a la... ¿normalidad?
EliminarUn abrazo sureño.
Olá Humberto! Gostei imenso do teu texto e na verdade há livros que nem com muita boa vontade se conseguem digerir. Fez-me lembrar a Firmin de Sam Savage que es un ratón sem abrigo que vive com a mãe e os irmãos num sotão de uma biblioteca e fazem dos livros as suas refeições diárias. Alguns também lhe dão más digestões. Ele ás vezes exagera.
ResponderEliminarBeijos querido Humberto, tenha un óptimo fim de semana.
É verdade, o famoso rato de biblioteca, não tinha pensado nisso, mas aqui vale a comparação. Imagino vários livros que são mais pesados que comer só gordura, mas não vou dizer quais.
EliminarUm beijo, minha querida Flor, e bom fim de semana para você também.
Vou estar uns dias fora, de férias a apanhar sol, mas levo o pc, não me posso separar dele rsrsrs.
EliminarBeijuuus
Flor
Que bom, Flor, eu estou esperando minhas férias com grande ansiedade, só faltam... 3 meses :(
EliminarTudo de bom para você, desfrute hem!
Genial Humberto, simplemente soberbio. A mi también me gusta Auster (lo digo sin vergüenza, al igual que Murakami, por mucho que la moda ahora sea atizarles) Sin embargo el personaje de tu brillante relato todavía tuvo suerte, por lo menos no lo obligaron a comer un "Invisible" o "Un hombre en la oscuridad" aunque claro, habiendo en la carta delicatessen como ese "Míster Vértigo" que citas, "Tombuctú" o "El Libro de las ilusiones" lo cierto es que el tipo salió mal parado.
ResponderEliminarUn abrazo, no te preocupes por lo de las visitas, yo ando más o menos igual y no tengo ni la mitad de seguidores que tú, o sea que en tu caso me volvería loco.
También me gusta Murakami o Mankell, quienes están en la segunda línea de mi panteón de preferidos.
EliminarEs verdad, Invisible fue un poquito pesado, menos mal que no lo comió.
Un abrazo, Clochard, gracias por la comprensión y el comentario.
Desde que tengo gastritis sólo leo Gaturro. Leí uno de Galeano, Espejos, pero de a poquito. Una historia a la vez. Muy pasable. Me recomendaron un tal "Staedler", pero me dicen que hay que leerlo en ayunas...Va a Mejores por lo bueno y por lo original. Abrazo!!
ResponderEliminarPD: Paul Auster, Austin Morris y Jane Austin...Nada que ver ¿no?
Le tenía ganas a Galeano, pero aún no me le animo. Gaturro no le cae mal a nadie, eso sí.
EliminarSí, son todos parientes de Austin Butler, pero es el hermanito no reconocido.
Un abrazo.
Que no se diga que amilana con Galeano! Son cuentos cortos... jaja!
EliminarHay un poco de prejuicio, debo reconocerlo, pero voy a probarlo, ¿alguno de sus libros que me recomiendes?
EliminarTodos familia de Austin Powers.
EliminarJe...
EliminarPor cierto, estoy seguro que al bueno de Auster le encantaría este relato, no en vano estamos hablando del autor de la maravillosa "Trilogía de Nueva York" en la que en un momento dado no tiembla en colocarse a él mismo como personaje secundario en una metatextualidad autocrítica o chascarrillo cómplice pa los que no hemos estudiao.
ResponderEliminarExactamente por eso lo elegí, porque es un escritor que no duda en reírse de sí mismo, al igual que Michel Houellebecq.
EliminarOtro abrazo.
Ingenioso y muy digestivo Relato.
ResponderEliminarLigero, pero con mucha sustancia.
Un abrazo.
Muchas gracias, Pedro.
EliminarUn fuerte abrazo.
GENIAL como siempre, ¿por qué no le mandas el relato a Paul?
ResponderEliminarMe encantaría, ¿por qué no? Es uno de esos escritores que apoya a los no famosos.
EliminarBesos.
Esto es lo que llamo una buena critica literaria. No he leido Auster aun asi que no se si la comparto, pero la manera en que está escrita me parece justa, habla de lo que te provocó y punto. Es leal y sincera. Los demás criticos, llenandose la boca con comparaciones y metiendose en terrenos que al rato ni entiendo de que hablan, me recuerdan, salvando las distancias, a los programas de tele que hablan de otros programas de tele y lo que en el fondo tienen ganas es que hablen de ellos.
ResponderEliminarasi que bueno, muy buena, me gusto y particularmente la foto me parecio buena. Adios.
Pues me alegra mucho, Garriga, ya que hasta la foto la elegí especialmente para que estuviera de acuerdo al 'clima' estético del texto, son sutilezas que, muchas veces, pasan de largo.
EliminarUn abrazo.
Estimado amigo: entrar por tu ventana siempre es instructivo, intenté leer Tomboctú, sigue en la estantería para mejor ocasión, es como leer a Kafka mejor después del desayuno y con ganas de echarle valor, para la cena prefiero algo más ligero, será que mi estómago en este momento no soporta las salsas con demasiados condimentos.
ResponderEliminarPerdona que mis vuelos no sean frecuentes pero intento vivir momentos reales con la ilusión de algo muy esperado.
Un abrazo afectuoso
Hermoso objetivo el que tienes, Alondra, la vida real es la verdad, allí está la verdadera felicidad, esto es... puro cuento.
EliminarAsí y todo, siempre eres bienvenida.
Besos.
A veces las letras por mas que nos gusten, se indigestan jeje
ResponderEliminarComo siempre todo un placer
Un beso
Me ha pasado, claro. Je.
EliminarMuchas gracias, 40añera.
Realmente, todo escrito no es más que el vómito de su autor. Ahora, que otro lo coma y lo re-vomite sin duda le da más matices cítricos y amargos. No deja de ser una alegoría de la deformación de un mensaje al paso de la cadena comunicativa.
ResponderEliminarUn abrazo, HD.
Es una metáfora... o alegoría si quieres de varias situaciones, pero decirlas es como revelar que los Reyes Magos son los padres. Porque son los padres, ¿no?
EliminarUn abrazo.
(Noa, Del Taller Literario Del Face)
ResponderEliminarRealmente, si hablamos de críticas, esta es la mejor que he leído! y en su punto justo, como debe ser!
Sencillamente muy bueno!!!!
Tal vez deban hablar de Literatura los especialistas en culinaria, uno nunca sabe qué es mejor.
EliminarMuchas gracias, Noa.
Seré repetitivo, Humberto, pero es cierto: derrochas ingenio a docenas. Me encanta este relato lleno de fina ironía.
ResponderEliminar¿Qué esperaban los lectores? Al fin y al cabo es un crítico gastronómico y, qué se le va a hacer, se le indigestaron los libros.
Puro ingenio, sí.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Por supuesto, Mos, el tipo no sabía nada de Literatura, él lo explicó como podía... o como sabía.
EliminarSiempre son muy amables tus palabras, amigo, muchas gracias.
Este artículo esta genial, es ideal para nosotros los que pretendemos ser escritores. Te imagino en terapia intensiva por haber leído "Atreverse" (Mi libro) y luego comentarlo.
ResponderEliminarAmigo tu imaginación trasciende más allá de tu propia creatividad.
Gracias por regalarnos tu genialidad.
Un abrazo.
Ahora quiero leer Atreverse, ya el título es un desafío. Lo digo en serio, eh, si andas por aquí, dime dónde puedo conseguirlo.
EliminarMuchas gracias por tu aliento.
Me quedé admirando tus letras.
ResponderEliminarRealmente todo arte y todo escrito es un poco de vómito, generalmente de buen gusto cuando sale y a veces de mal gusto cuando es percibido, en ese juego nos movemos.
Un abrazo.
Lo dije un poco más arriba, estoy 'utilizando' una técnica de escritos vomitados, es una forma de experimentar, y me está gustando mucho, te digo.
EliminarUna obra de arte es un vómito del alma.
Muchas gracias, Genessis.
Cuando a las 4:36 de la madrugada me llegó el aviso de tu publicación, me entraron unas ganas de vomitar...(jajajajaja, broma)
ResponderEliminarHumberto, me encanta leerte, siempre me sorprendes, siempre me tienes en vilo hasta el final, y siempre es diferente lo que escribes...
Gracias por compartir tanto arte ya sea de entrante, primero, segundo o postre...el digestivo es sublime!! No dejes de vomitar letras!!
Un beso, a digerir!
Es cierto, aquí serían las 23.30 cuando mandé el aviso de entrada nueva. Éste no es un texto para leer a las 5 de la mañana, es mejor dormir con el estómago (y la mente) liviana.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, Laura.
Es una muy recursiva manera de poner de manifiesto el asco que a uno le puede producir la obra de un determinado autor; la "gastronomía literaria" ofrece en el mundo de hoy toda suerte de extravagancias casi que o indigeribles, todas ellas, apoyadas con una muy buena dosis de recursos publicitarios...en verdad, son miles de miles que tienen un estomago a prueba de indigestiones y logran asimilar cualquier cosa pero, en el caso de esta historia quien la narra, no soporta el aderezo y termina vomitando (rechazando) ese Sunset Park, abundante y sin gusto.
ResponderEliminarEstupendo Humberto y me lamento que por problemas, quizá de google, mis dos comentarios a “El literal” y a “El profesor de español” no hayan aparecido en tus respectivas entradas.
Un abrazo.
En primer lugar, quiero decirte que sí aparecieron, sólo que después de los 200 comentarios hay que ir hasta abajo del cuadro de comentario y hacer click donde dice 'cargar más' y veras aparecer hasta los 250, luego otra vez, hasta los 300 y así. En el mejor de los casos, je.
EliminarDeberíamos decretar la 'gastronomía literaria', pero quiero mi parte como derechos de autor.
Un abrazo, Gustavo.
Jajajajaja, por supuesto que la tienes Humberto.
EliminarUn abrazo.
Pactado, entonces. Un abrazo, Gustavo, buen fin de semana.
EliminarAuster... está entre los autores pendientes, pero veo que no te ha gustado. Igual me gusta esa idea de vomitar aquello que no nos satisface.
ResponderEliminarAbrazo
No, Horacio, Auster me gusta, lo aclaré en el 1° comentario, es una alegoría escondida bajo la forma de una broma delirante.
EliminarSi tuviera que vomitar todo lo que no me gusta, ya tendría el tracto digestivo hecho llagas.
Un abrazo, Horacio
Jajajaja, buenísimo !!!
ResponderEliminarImaginación, creatividad, sarcasmo, ironía, que más se puede pedir ?
Menos mal que hiciste la aclaración en el primer comentario :)
Es cierto eso de que a algunos es preferible leerlos siempre con un "Uvasal" a mano.
Uhhh, se podían nombrar marcas en este blog ? :P
Un abrazo.
Se puede nombrar y decir todo, T. Rex, Uvasal, Coca Cola, Kenzo... Lo que no quedaría bien mencionar son esos autores pesados que no sé quién lee. Por una cuestión de ética, digo yo que cada vez la pierdo más.
EliminarUn abrazo.
Menos mal, hay literatura muy sabrosa.
ResponderEliminarSin dudas, Manouche, por suerte.
EliminarUn abrazo.
No conozco a Auster...es más, tengo tiempo de no leer no se que me ha pasado. Leo a los blogeros y de allí, he querido empezar un libro y siempre lo dejo en la tercera página. Pero sí, he leído alguna vez algo que me provoque náusea.
ResponderEliminarSaludos.
Bueno, hay blogueros muy buenos, has tomado una buena elección. Y todos nos comimos cada cosa, uf.
EliminarUn abrazo.
Qué bueno dejar que la imaginación vuele,
ResponderEliminarel resultado es maravilloso que sonreí de satisfacción.
Excelente Humberto, te felicito.
Muchas gracias, Soledad.
EliminarTe agradezco tus palabras.
Una amiga me recomendó venir y estoy muy agradecida, leí toda la pagina y creo que tienes mucho talento. Tengo 0 experiencia en blogs creo que debuté con uno muy bueno.
ResponderEliminarEsta metáfora es irónica y está tan bien construida que ni el autor criticado se sentiría molesto.
Un saludo
Luz Valdez
Bienvenida, Luz, me gustaría saber quién es tu amiga.
EliminarUn abrazo.
I always find your posts humorous and interesting and beautiful. You are a great writer :)
ResponderEliminarThank you very much, Lea, I appreciate! Moreover, how d'you get the story despite being written in Spanish?
EliminarCheers!
Hola Humberto,lo que no dejas muy claro es si el menú lo tomaste con cuchara o cuchillo y tenedor`¡por favor sácame de esta duda inquietante.
ResponderEliminarUn saludo.
No puedo dejar a un lector con una duda, Luz, comí el libro con palillos japoneses.
EliminarUn abrazo.
Todas sus novelas me han gustado.
ResponderEliminarHubiera pagado por ir a esa cena y darme un buen atracón de sus libros.
Saludos.
Bueno, Toro, cuando estés por New York me avisas y arreglamos algo.
EliminarUn abrazo.
Bueno, Humberto, quién sabe, ¡a lo mejor los que te sentaron mal fueron los champiñones!
ResponderEliminarMuchos besos.
No lo había pensado, los hongos son MUY peligrosos.
EliminarMuchas besos, también.
Excelente Dib!
ResponderEliminarLo sigo de cerca y nunca me falla, veremos si sus "dibinos" entienden esta historia..
Abrazos patagónicos
Sos como mi sombra, entonces.
EliminarPor cierto, yo no menospreciaría así a la gente.
Eres muy creativo Humber, soy de las que tienen que leer varias veces el texto cuando es tan imaginativo. Me gustó, a la tercera vez jaja
ResponderEliminarBesotes
Bueno, yo leí un cuento unas 12 veces para entenderlo, después resultó que no tenía sentido. Fue increíble.
EliminarUn beso y muchas gracias.
Hoy estoy fresca para comentarte, pero se hace difícil ser original con los comentarios aquí, ya que todos destacan tu enorme caudal de creatividad y originalidad y no puedo decir nada más original. Me refiero a esta entrada y a lo que pude leer de tu blog: lo tuyo va muy en serio. Aquí hay verdadero talento. Celebro el haberte encontrado en la ruta blogueril que vengo andando hace tiempo, más como seguidora que como autora.
ResponderEliminarCon respecto a este relato, te diré que no me gustan los críticos, ni gastronómicos ni literarios. Me parece que un crítico gastronómico es un chef frustrado y un crítico literario, un escritor frustrado. Y lo que hacen en general es buscarle el pelo al huevo, hacer notar la mosca en la sopa, o la falta de sabor o consistencia del plato que se les sirve.
Honestamente, no soy una gran fanática de Paul Auster: me parece muy rebuscado. Esta novela en particular no la leí. No sé si vomitaría como el crítico, pero seguro que la dejaría por la mitad como me paso con algunos de sus libros. Será el complejo del crítico literario, que vomita también por la acidez que le produce el sentirse infinitamente inferior al autor del plato que se le ofrece. A mí también me pasa que no lo termino de digerir a Auster porque me hace sentir infradotada en varios sentidos.
Preferiría una cena en Nueva York con Salinger, definitivamente, o simplemente un rato a solas con él y un grabador en un banco del Central Park. Además, si pudiese publicar una nota sobre un encuentro de ese calibre en el New York Times, (¡eso sí sería una vida de novela!) podría cenar en cualquier restaurante de Nueva York sin necesidad de que me invitara un Paul Auster que se me hace un poco amargo para compartir una cena. Pero todo va en gustos, tanto en gastronomía como en Literatura.
Excelente lo tuyo.
Acá me quedo yo también por muchos más platos como este.
Un beso y buen fin de semana.
En primer lugar, si consiguieras estar apenas unos segundos con Salinger, serías la persona más extraña del planeta, ya que nadie (al menos no está comprobado) habló con una persona muerta.
EliminarMuchas gracias por tu dedicado comentario, Fer. Estoy de acuerdo con vos (¿sos de Argentina,no?), ya que los críticos nunca evalúan el factor vanguardista o novedoso de una obra, siempre intentan encasillar, etiquetar y así.
No sé si siempre puedas comer los mejores platos aquí, pero voy a intentar cocinar unos muy buenos. Tampoco sé si haya talento, pero hay algo muy cierto: esto va muy en serio.
Un beso enorme.
Sí, Humberto. Sabía que Salinger murió en el 2010, pero fantaseaba. Después de todo esto es ficción.
EliminarAdemás, siempre concedió pocas entrevistas y fue reacio a mostrarse públicamente después de su bella novela The Catcher in the Rye y algunos cuentos cortos.
Soy argentina y aquí vivo.
Un beso y gracias por tu respuesta: ¡qué trabajo contestar tantos comentarios!
Te respondo por mail...
EliminarComo la riquísima tortilla de patatas, comerla como plato único durante días, imagino que debe causar la misma reacción que leer solamente a Paul Auster ¡y mira que me gustan ambos!...
ResponderEliminarEn la variedad está el gusto,...mm... creo que se dice.
Me gustó mucho este post.
Saludos
Me has hecho recordar, Pilar, que hace mucho que no como una tortilla de patatas.
EliminarEs verdad, la variedad es fundamental, por suerte mi biblioteca rebosa de autores... y tenemos blogs muy variados ;)
Un abrazo y muchas gracias.
Jajaja me imagino el malestar que provocó, que hasta tuviste que ir por una sales para hacer la digestión
ResponderEliminarSaludos, me gustó... como siempre tus escritos muy buenos
Muchas gracias, mi querida Ave. Siempre es grato verte por aquí.
EliminarUn beso enorme.
La imaginación al poder. No nos has contado el postre. Saludos
ResponderEliminarNo tuvo la oportunidad de comer postre, estaba hastiado, je.
EliminarUn abrazo, Marcos, muchas gracias.
Yo me hubiese pedido de primer plato un INVISIBLE, de segundo un Broklyn Follies y quizás de postre Un hombre en la oscuridad. No todo lo que tiene me gusta, estas obras en concreto y quizás alguna más como El palacio de la luna, me gustaron mucho. En cuanto a los críticos estoy de acuerdo con un comentario realizado por ahí arriba, de Fer. Nunca hago caso a los críticos, sean culinarios o de arte, porque el arte es subjetivo.
ResponderEliminarY tú escribes de maravilla, que lo sepas.
Ángela, lo llamativo es que las novelas que mencionas, son las que menos gustan a los fans de Auster, pues dicen que a partir de 'La noche del oráculo' comenzó a declinar. Hablo por boca de ganso, pues no soy especialista en Auster. Creo que el libro que más me gustó fue 'Mr. Vértigo'.
EliminarMuchas gracias por el comentario y el halago.
Un beso.
Hola Humberto siempre despertas mi interes.Sigo con mis cosas que vos sabes pero bueno hay que apechugar ya no lo escribo...
ResponderEliminarUn abrazo.
María:
EliminarSólo espero que tus cosas mejoren, sinceramente.
Un abrazo.
Cada cual aprehende la realidad segun sus canales de recepcion desarrollados.
ResponderEliminarEl critico gastronomico siempre se comera la realidad.
El forense diseccionara la realidad.
El ladron la robara
El hambriento se comera los acentos,
El despistado se le olvidaran
El tonto no sabra ponerlos
gracias,un abrazo:
m.i.
Muchas veces me pregunto cómo la aprehendo yo... Es un enigma que no podría responder, no ahora, al menos.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
En mi humilde opinión, respecto a la lectura, al cine y a la música, de vez en cuando es saludable variar el menú, el organismo lo agradece. Como siempre Humberto, genuina entrada. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Claro que hay que variar, Pepe, si no, la vida sería MUY aburrida.
EliminarUn abrazo.
Hola querido Humberto!!
ResponderEliminarLo primero decirte que desconozco la obra de Auster, entonces para mi, sería igual una novela que otra, pero si tuvo necesidad de vomitarla...sería que no le gustó y su cuerpo no lo toleró, como cuando te "obligan" a comer algo que no es de tu gusto.
De todas formas sobre gustos...ya se sabe, y ni los críticos ni nadie tiene todo el saber en sus manos, ni toda la verdad sobre un escrito, pues ellos suelen verlo desde otro prisma, tendiendo a diseccionar, etiquetar y echar por tierra, si no es de su gusto, aquello de lo que tiene que escribir en una columna.
Yo no sería buena crítica, pues nunca se me ocurriría hacer una crítica mala sobre lo que leo, me puede gustar o no, pero eso solo es una apreciación personal, la mía y no intentaría convencer a nadie sobre lo que tienen que leer, eso sirve igualmente para las críticas sobre gastronomía, cine, arte...
Lo que sí te puedo decir es que a mí me gusta lo que escribes y de buen grado comería contigo cualquiera de tus relatos, siempre me quedaría con un regusto muy agradable y placentero.
Quería darte las gracias por lo del correo,sí, fue un error mío,jaja,me equivoqué de dirección.
Lo dicho, Humberto, un placer siempre leerte, amigo mío!!
Un enorme abrazo, con una buena digestión, jaja!!!!
Igual no es necesario que conozcas la obra de Auster, Estrella, pues podría haber usado cualquier autor para transmitir las ideas: desde el simple 'zapatero a tus zapatos' hasta la técnica (manera, forma, posibilidad) que cada persona tiene de conocer, de incorporar el mundo.
EliminarUn fuerte abrazo y gracias por tu presencia en este espacio.
Maravilloso Humberto, me sorprendes cada semana!
ResponderEliminarMuchas gracias, Lalo.
EliminarUn abrazo.
Uno de mis preridos, jaja, creo que Paul debería leer este blog!
ResponderEliminarLa creatividad y el ingenio a la orden del arte.
Felicidades!!
Me encantaría que lo leyera... y que entendiese el idioma, je.
EliminarMuchas gracias, Stefanía.
Genial, como siempre. Yo soy incapaz de comer una novela si al primer bocado no me gusta y viendo que ocurre creo que seguiré así.
ResponderEliminarEnhorabuena un relato muy divertido.
Es lo mejor, yo voy a lograrlo.
EliminarUn abrazo.
Humberto: Me gustaría poder leer algo de Auster y saber si en realidad es comestible.
ResponderEliminarDe hecho yo, que soy una admiradora de Vargas Llosa,un día me lancé a comprar el único libro que no había leído de él: "La casa verde" (obra que cierto crítico compara con "cien años de soledad", de Gabo).
Tardé muchísimo en leer dicha maravilla, y al final me pasó lo que a ti después de la cena.
No sé si soy irreverente, pero eso me sucedió, sorry.
Ufff! y pensar que has leído mis bodrios.
Mi maternal cariño: Doña Ku
Es muy comestible, Dora.
EliminarNo eres irreverente, Dora, es que sobre gustos no hay nada escrito. En mi caso, 'Cien años de soledad' me pareció uno de los libros más pesados que leí, mientras que el Ulises de Joyce fue muy ameno. Lo digo porque a muchos le pasa lo contrario a mí... en este caso, bueno.
Siempre eres muy esperada en este espacio.
Un beso enorme.
No podrías haber expresado mejor esa sensación de "incomible" que tienen ciertas novelas, y que encima te "las tienes que tragar" literalmente aunque tu prefieras otra cosa, no he leído nada de Auster ( ya sabes soy una inculta total tengo ese "defectillo") pero me a pasado en varias ocasiones, con otras obras, aunque ya he aprendido (debe de ser la edad) a no comer aquello que no quiero, ya sabes, a veces es mejor comer un plato de gelatina, que te sienta de maravilla a la mejor "Creme Brulee" del París de la Francia. Un abrazo, amigo, te lo digo siempre pero es cierto " nunca dejas de sorprenderme".
ResponderEliminarBueno, no sé hasta dónde creerte que eres inculta, pues en tus blogs muestras muchos conocimientos.
EliminarHay un escritor que QUIERO que me guste, se llama Le Clézio, fue premio Nobel de Literatura en 2008, leí dos libros y estoy con el tercero. No hay vuelta, no me llega.
Un abrazo, Jota.
Eres único, pero en esta ocasión no estoy de acuerdo contigo (alguna vez tendría que ocurrir, :-)))
ResponderEliminarUN fuerte abrazo
Muchas gracias, Víctor, por el comentario, pero no veo en dónde estamos en desacuerdo.
EliminarTal vez lo digas por la supuesta crítica a Auster, no sé, lo importante es que siempre se sepa que mis textos son pura ficción, tanta que en el primer comentario de la entrada, aclaro (hay mucha gente que cree que cuando escribo en 1° persona soy yo el protagonista) que soy fan confeso de Paul Auster y que por eso me permitía este delirio humorístico.
La verdad es que me dejas MUY intrigado sobre nuestro desacuerdo.
Un abrazo.
Jaja, genial. Comer, junto con alguno de nuestros escritores preferidos, alguna de sus obras. Pero tenés mucha razón, un peso de semejante calibre no le cae bien a ningún estómago humano.
ResponderEliminarPuede ser pesado para cualquiera, uf.
EliminarUn abrazo.
más interesantes hubiesen estado bukowsky o henry miller. él primero te hubiera invitado en algún bar de mala muerte la cantidad exacta de las botellas que necesitó para escribir factótum y el segundo te hubiera cedido algunas de las mujerzuelas, en algún hotelucho de tercera categoría, que le sirvieron de inspiración para escribir alguno de sus trópicos. (of course, después de follársela)
ResponderEliminarlástima que estén muertos.
saludos.
Podrían escribirse varias historias con varios escritores y todas serían interesantes. Un buen ejercicio.
EliminarUn abrazo, Draco.
Creo que tu imaginación desbordante no deja de sorprendernos en cada entrada. En este texto jugaste con el hambre y las ansias de apegarse a quien uno admira, nos llevaste a cada uno la "sensación" de la boca pastosa y la garganta lastimada ante hojas que se resistian a ser tragadas... Nos hiciste ver que a veces podemos actuar de manera patética simplemente por quedar bien. Graciassssss, mil graciasssss por tanto talento volcado en unas pocas palabras!!
ResponderEliminarUn gran abrazoooooo,
Vanuchy Fortinera
Muchas gracias por estar siempre, Vanuchy, tus palabras son siempre de gran valor para mí.
EliminarUn beso enorme.
Una brillante vuelta de tuerca al Quijote: los libros no sólo pueden llevarnos a la locura, también a la indigestión.
ResponderEliminarSaludos, Humberto.
Una indigestión es más leve que la locura, Rob, no hay dudas.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Una nueva demostración de que somos seres humanos y estamos sujetos a todos estos "accidentes"
ResponderEliminarUn abrazo
Así de cierto, Icue.
EliminarUn fuerte abrazo.
No se si usas la metáfora, si es asi, mejor no leas mas a Auster...jajajajaj
ResponderEliminarEs metáfora, Pluvisca, en este blog es todo ficción, hasta yo.
EliminarUn beso.
Pues como no he leído nada de Paul Auster no sé si me resultaría indigesto o por el contrario se convertiría en mi plato preferido.
ResponderEliminarY podrías probar un bocado, quién sabe...
EliminarGracias y un beso.
¡Qué austero era Auster!...
ResponderEliminarabrazo
Literalmente, Lucrecia. Pero digamos 'es' así no lo matamos antes de tiempo.
EliminarUn abrazo.
Eleştirilerinizi merakla bekliyorum...
ResponderEliminarZiyaretiniz için teşekkürler, bir kucaklama...
Eliminar¿le vas a contestar en turco a siyahkuğu?...
ResponderEliminarPor supuesto ;)
EliminarMe queda una duda...¿el relato transcurre en "Invierno"? ...hubiese sido una excelente ocasión para comenzar un "Diario".
ResponderEliminarMe ha gustado tu humor, y el bueno de Paul seguro que reiría con esta ocurrencia tan bien contada. Me has picado, puede que relea el "Palacio de la Luna". O mejor no ...que tengo muchas lecturas por iniciar y ese ya lo he leído. ;) Mejor ...voy a cenar con él y que me cuente su Diario de Invierno, a partir de la mitad del libro más o menos, que es donde lo dejé.
Un abrazo.
Estoy seguro de que le gustaría esta humorada. Hace poco leí 'Palacio de la Luna', sólo me falta leer 'El país de las últimas cosas', pero siento que tengo que retrasar la lectura, pues después ya no habrá nada nuevo.
EliminarUn abrazo.
Interesante ...y creo que es verdad eso que hay ciertos libros que apestan!...No se si el autor será de esos pues no lo conozco...tus razones tendrás de verlos de esa manera...
ResponderEliminarsaludos!
No, Meulen, es una humorada, Auster me gusta. Por otra parte, no soy yo quien habla, sino un personaje... jamás fui crítico gastronómico ;)
EliminarBesos.
¿Cómo puedes tener tanta imaginación? Y menos mal que no pagaste, si no, la indigestión hubiera sido mayor...
ResponderEliminarBesotes!!!
Imagínate tener que entregar unos U$300, me agarro una gastritis de novela.
EliminarUn beso, querida Margari.
Por un momento llegué a pensar que lo suyo era una revancha de un lector decepcionado, Sr. Dib y lo hubiese entendido, creame. Mi relación con la prosa del Sr. Auster ha ido perdiendo pasión con el paso de los años; algo así como un matrimonio en el que se murió el amor al nacer el quinto hijo.
ResponderEliminarAún así, por ser fiel a la admiración que le he profesado, compro sus novelas y las leo. Al menos las leo hasta que no puedo más.
Un abrazo,
Me sucede como a ti, Pedro, me gustaban mucho más los primeros libros de Auster, pero con varios autores fui fiel a pesar de su... declive. Kundera es otro al que le compré todo lo que publicó, más antiguo, Henry Miller.
EliminarUn fuerte abrazo.
Menos mal que no se encontró con Ken Follet y asi no terminó devorando "Los pilares de la tierra". El atracón hubiera resultado desmedido.
ResponderEliminarTal vez unos 10 días de dieta estricta ;)
EliminarUn abrazo.
Genial,
ResponderEliminares un relato magnífico,
un abrazo
Muchas gracias MTeresa.
EliminarUn beso.
Menudo atracón y si encima no era digerible ni digestiva, el final era de lo más lógico. Fantástico Humberto, hay un genio dentro de tí además de tener unas musas excelentes. Ya podías compartirlas:-)
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana
Andan seguido por casa, Katy, espero que sigan viniendo y no me abandonen.
EliminarMuchas gracias por tu visita.
negro se asoma por la ventana después de leer la reseña y piensa mostrarsela a blanco para que se deprima un poco. amarillo, mientras tanto, telefonea a negro y siente en las tripas un tirón, como si sintiera que algo anda mal, como si la música del azar, una vez más, le hiciera una jugarreta.
ResponderEliminarA también estaba enojado porque B había escrito algo que no le había parecido correcto, por suerte C lo redimió con una crítica excelente.
EliminarUn abrazo, Juan Camilo.
Vaya, qué crítica más sutil y afilada me ha parecido leer entre líneas. Me he sorprendido, porque hasta ahora me consideraba una fan del excéntrico autor, aunque he de reconocer que siempre quise tener una buena conversación con él para recordarle algunas cosillas.
ResponderEliminarEn fin, en mi defensa, tengo que alegar que siempre preferí "The book of illusions".
Un abrazo,
No es una crítica mía, sino del personaje, a mí Auster me gusta y creo que no habría vomitado Sunset Park... bueno, eso creo.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
bastante malo el libro entonces... porque si te cae tan mal y ademas lo sirven en un restaurant tan exclusivo ... solo me queda imaginar que es un libro lleno de idioteces... bien por ti que lo vomitaste sino directo al hospital para un lavado intestinal!!!
ResponderEliminarEl personaje... no llegó a tanto, sólo con un vómito rápido y espontáneo le bastó ;)
EliminarUn beso y gracias.
Vomitada gratuita... Es falso lo que dicen: gratis lo que sea!
ResponderEliminarCreo que le costó cara, porque lo que no se paga con dinero, se paga con carne.
EliminarUn abrazo.
Todas las semanas me preguntan: ¿qué pasa que no aparecen mis comentarios? Bien...
ResponderEliminarAprovecho el comentario 200 para decir que a partir de aquí, para poder ver los que siguen (si es que dejan más) hay que hacer click debajo de cuadro de comentarios, donde dice 'cargar más', y entonces aparecen todos.
Es un problema de blogger, sin dudas.
Un abrazo.
A veces Auster es muy poco digestivo.
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