En un bosque de Oxfordshire, una jauría
de trescientos perros mató a treinta y seis liebres. Los perros pertenecían a
ciento veinte cazadores, las liebres, a una pareja de ancianos. Los cazadores,
los perros y los ancianos (todos) tenían un nombre, las liebres, no sé, pero
estimo que sí.
Salí a dar un paseo para aclarar las
ideas, la vida estaba resultándome más difícil de lo que había imaginado desde que -aquella tarde de otoño- me hicieran saber de mi infortunio. Como si el camino de
la existencia y el propio hecho de recorrerlo no fuesen lo suficientemente
complicados, las roturas y las inmundicias de la acera me obligaban a
desviarme -una y otra vez- y se sumaban a los otros obstáculos de mi realidad en una sinfonía de metáforas incordiosas.
Quise regresar a casa de inmediato, pero esa intención me pareció que también reflejaba
mi actitud frente al Destino. Entonces, avancé, decidido a atravesar la calle sin mirar a los lados. Fui atropellado y morí en el acto -me gustaría decir-, pero no, ni siquiera me sucedió eso, no
todos tenemos el privilegio de ser las víctimas de nuestro propio drama.
Decía que los cazadores, los perros y los ancianos (todos, insisto) tenían un nombre, las liebres, no sé, pero supongo que sí. Me encantaría poder
enumerar los cuatrocientos cincuenta y ocho nombres y asociarles a cada uno de ellos una
acción encumbrada, para que esta charlatanería alambicada mereciese el mote de relato o para que todo quedase más claro y el conjunto resultara, al menos, armónico, como esos
cuadros en los que se destaca el rojo de las chaquetas de los
cazadores y el castaño dorado del lomo de los perros. Pero no tengo ganas de
tomarme semejante trabajo. Ah, lo olvidaba, los lebreles también destriparon a
Bambi que era un cervatillo muy dulce al que le gustaba comer hojas tiernas.
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por las visitas y comentarios para “Eso sí que es extraño”.
Confieso que hacía bastante tiempo que no subía un texto que me convenciera totalmente a mí, así que hoy me siento pleno, ya que pude dar un paso para salir de la comodidad de lo sólido.
Un fuerte abrazo y muchas gracias.
San Pedro en el cielo te va a poner de contable, en el infierno puesto vacante hay mucha entropia,
ResponderEliminarsaludos, todos somos victimas de nosotros mismos
Un puesto vacante en el infierno no es algo que yo vaya a rechazar así como así, pero necesitaría saber cuál sería exactamente el cargo, tampoco me gusta andar asustando viejecitas por las noches.
EliminarUn abrazo y gracias.
Filantrópico!!!
EliminarEl infierno esta lleno de bien-intencionados, jajaja
Un abrazo, y perdón por la broma, me gusta cifrar y descifrar.
De eso se trataba: cifrar y descifrar, no hay que pedir perdón por hacer lo correcto, Mente.
EliminarMás abrazos.
creo que fue un mal día, sobre todo a bambi. ¡pobre!
ResponderEliminarun abrazo.
Los cazadores opinan lo contrario, para ellos el día fue muy fructífero, lamentablemente.
EliminarLo de Bambi me conmueve, no te creas...
Un abrazo, Draco.
Comprendo que todos tenemos nuestro instante de autodestrucción,del tuyo me dí cuenta cuando apareció el odioso de Bambi. Sólo Santa Claus me resulta más repulsivo.
ResponderEliminarEntendido, Carlos, Santa Claus será la próxima víctima de los cazadores.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me haces visualizarte como si fueras una dulce liebre (no te ofendas vale), es solo que es lo que me proyectas, -estaré cansada seguro-, mañana más despejada te visito y analizo, mientras te dejo mis besos y apapachos.
ResponderEliminarTe cuidas
(Y bambi me encanta, aún llevo un pequeño cuadro colgado en el closet)
Bueno, una liebre corre rápido, pero a juzgar por este cuentito, las cosas no me irán muy bien si me consideras una de ellas.
EliminarMe quedo con los apapachos, eso sí.
Humberto..." La comodidad de lo sólido "
ResponderEliminarNo sé que decir he quedado mareada como una liebre entre tantos perros... no me agrada leer los comentarios de los demás, porque me desvirtúan a lo que quiero comentarte,si leo algunos luego de comentar para ver si estoy muy errada en lo que he entendido... pero esta ves los he leído, y nosé que decir jajajjaj todavía me están corriendo los perros jajaaj
Besoss una liebre con nombre jajajaj
¿Sabes qué? Eres muy honesta al decir esto, pues no sacas palabras de la galera para quedar bien, no todo lo que uno lee se entiende, y me parece loable decirlo. Y más loable es que me dejes tu cariño, a pesar de todo.
EliminarEnormemente agradecido, Doris.
Un beso.
Los cazadores deberían de ser una especie en peligro de extinción... Si fuéramos un poco menos humanos.
ResponderEliminarSaludos
J.
Ya lo decía Nietzsche, José...
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
¡Caray!
ResponderEliminarEs una genialidad. Así, 'a bote pronto', lo tiene todo. Creo que volveré dentro de unas horas a 'diseccionarlo'. Me encanta.
Un abrazo
Me das una gran alegría al notar que este cuentito podría tenerlo todo, yo creo que tiene mucho, lo principal es la sinceridad de un escritor que anda con ganas de expresarse 'de otra forma', no solo para agradar.
EliminarTe espero, entonces.
Un abrazo.
Hola!
EliminarMi opinión alocada: Es como una espiral de cuentos enlazados, podrías haber seguido como si fuese la historia de la evolución, aunque está bien rematado al final (todos a pensar).
El párrafo (cuento) central podría ser el espejo de la cacería (cuento) pero narrado desde un punto de vista más personal, con adverbios y modalizaciones, como si uno de los conejos fuese un gran escritor.
Sobre los números, desconozco si hay una analogía, pero podría ser también.
Enlazas la cacería con ‘casi la misma frase’, para que no nos perdamos. Y al final un poco de ironía, sonrisa, y ternura (bambi hojas tiernas).
Las ciudades son bosques también, llenos de trampas para algunos y depredadores que disfrutan. La vida es una cacería y todos somos protagonistas aunque los que perdemos siempre seamos casi invisibles.
¿Si me he pasado me lo dices, vale?
Me ha gustado mucho, mucho, para mí es una lección, gracias y un besote, Maestro
Jonhan:
EliminarHas hecho un análisis digno de mención, es excelente. Debería considerarme un tipo con suerte de tener lectores como tú, que lo hacen con interés y a conciencia.
Es así, la cacería, tanto en el sentido real como metafórico, es el catalizador del relato. Una caza un poco extraña y llena de números inconducentes (porque lo números y la falta de nombres indican el anonimato) que abre y cierra el texto, y en el medio, una caza más del día a día, la caza del hombre, la caza de su propio destino y no un destido de un otro depredador. Pero ¿es un hombre o una liebre? Da o mismo, pues ambos vivimos a salto de mata.
Puedo decir más o menos palabras, pero prefiero quedarme con tu excelente comentario y análisis.
En relación con la palabra Maestro, la acepto con cariño y humildad, pues nace de una persona sincera como tú.
Hay que animarse a decir de maneras diferentes, como dije en otro espacio, siento que todos estamos un poco saturados de que se traten los mismos temas y siempre de la misma forma, yo me propuse un objetivo: si no tengo nada interesante para decir, pues prefiero no decir nada.
Lo que venga después, es una cuestión de gustos, y allí ya no intervengo.
Un fuerte abrazo e infinitas gracias.
QUE BUEN ANÁLISIS DE JONHAN, FELICITACIONES!!
EliminarUN GRANDE
Vaya que te has puesto difícil amigo, he comprendido la fuerza y el momento crítico de tu escrito, como así también su profundidad. Me pareció alucinante.
ResponderEliminarAhora una pregunta: ¿Que quisiste decir?
Un abrazo despistado.
Luis:
EliminarTendríamos que sentarnos para conversar sobre lo que quise decir, tal vez por mail, pero es más importante que nos quedemos con el efecto inmediato: es un texto totalmente opuesto al arte figurativo, deberías alejarte para ver el concepto, abstraerte.
¿Estoy difícil? Bueno, en términos simples:
Por lo general, una vez por semana subo un texto que sé que (más o menos) puede gustar. El problema es que ahí se inicia el ciclo y entonces me siento como un hámster en su rueda, yo escribo, la gente comenta, devuelvo los comentarios y... siempre lo mismo: las demasiadas palabras.
Alguna vez quiero expresarme sin falsos velos, ser honesto con ustedes y conmigo mismo. Así escribo para mí: soy esto.
Un fuerte abrazo, amigo.
A ver, a ver si en este enunciado de problema escolar hallo la ubicación idónea pues llegados a contabilizar: trescientos perros, treinta y seis liebres, ciento veinte cazadores, una pareja de ancianos y un bambi, se me escapa la solidez, se me desperdiga el arca de Noé y no retorno al punto crítico.
ResponderEliminarInfiero que, en fin, todos predadores. Absolutamente y sin perdón para nadie. ¿O sí acaso?
Abrazos besos
Si se te ha escapado la solidez, entonces el texto ha llegado y entonces yo me alegro. Porque de eso se trata, Pilar. ¿No estamos cansados de decir más o menos lo mismo siempre?
EliminarNecesito un poco de abstracto, lo sólido me tiene un tanto cansado, ¿a qué negarlo?
Besos abrazos.
Es el mejor relato que leí en este blog, Humberto, sentí que estaba leyendo un cuadro de Jackson Pollock, me llevaste hasta donde quisiste, es maravilloso!!
ResponderEliminarVivimos en un mundo solido porque no ver o leer el mundo con otros ojos??
Que bueno, amigo, te felicito!!
Un abrazo de corazón.
¿Jackson Pollock? Qué honor, Sabrina...
EliminarMe alegra que hayas captado el mensaje, es decir, al menos que creas que lo has captado, con eso me basta.
Estoy contigo, aflojemos un poco con lo sólido, ¿o tenemos miedo de que el mundo se desarme debajo de nuestros pies?
Un beso y muchas gracias por tus palabras.
Jajaja!!! Como diría mi abuelita "manos a la obra!" y rompo todo! Is it clear??? Fresh air, milord! Tengo una visión: dos enfermos de la literatura, mientras degustan un café, hablan de que la única forma de parar la noria es saliendo de la zona de confort, que paradójicamente te regala un nuevo e impagable placer.
ResponderEliminarGreat work, darling! Big hug for you!
P/D: Era necesario destripar a Bambi???? Claro! Jejeje!!!
Mirar televisión en la sala es MUY cómodo, pero qué aburrido puede resultar, principalmente cuando el programa que dan siempre es el mismo... y tiene éxito.
EliminarYou got it, my BeeBee, and that's perfect!
Kisses.
Humberto, no lo entendí. Si perseguías despistar y que la solidez de una construcción literaria se conviertiera en arena entre los dedos... ¡lo conseguiste!
ResponderEliminarY no digo que esté mal, siempre hay que experimentar, también me gusta hacerlo, después me atengo a las consecuencias que produzco... (¡ja!) Hay que persistir en esas innovaciones, a pesar de la incomprensión de algunos lectores.
Un abrazo.
Seguí atentamente tu comentario, Mirella, pero me quedé con una parte. En lo que a mí respecta, ¿cuáles podrían ser las consecuencias?, ¿que haya 50 comentarios en vez de 300, entonces asumo esas consecuencias con todo placer.
EliminarCuando a uno lo 'comprenden demasiado, creo que hay que preocuparse... bueno, son puntos de vista.
Un fuerte abrazo y grcias por tu sincero comentario.
No, Humberto, el número de comentarios es lo que menos cuenta para mí.
EliminarHablaba de mí, y las consecuencias a las que me refería es que quien me lee no entienda lo que quise expresar.
Me ha pasado -y al principio me preocupaba- ahora ya no.
Eso nomás.
Otro abrazo
Creo que son riesgos que hay que correr, querida Mirella. Ese es el punto que me preocupa, cuando releo un texto que escribí pensando si van a entenderlo y entonces comienzo a retocarlo, a ponerle flechas, carteles con indicaciones y todo se distorsiona, pues parece la ruta 2.
EliminarTe aclaro que es una opinión, la Verdad no la tiene nadie o, lo mejor, la tenemos todos.
Más abrazos.
Me raye. ja ja.
ResponderEliminarSi yo no lo hubiera escrito, creo que también me habría rayado, pero no puedo escapar del monstruo. Por cierto, cómo me gusta, ¿me permites que lo diga? Gracias.
EliminarUn abrazo, David.
EX-CE-LEN-TE!!
ResponderEliminarJugado, desafiante, innovador, como todo lo que hacés, Dib.
Flor.
Muchas gracias, Flor, pero vos lo decís porque... ¿Por qué lo decís? ;)
EliminarBesos.
Existían dos ancianos con criadero de perros, tenían como defecto tener la cabeza inclinada, también la crianza de liebres y un venadito. Un escritor desahuceado llego de visita. Buscaba una cura increible, recetada por un hechicero. Sangre de perro, conejo y venado. Con eso salvaría su vida. Los ancianos por tratarse de salvar a un escritor famoso, también por ser humano (Eso era extra) decidieron sacrificar a su unico venado. Con los perros y las liebres no exitia problema, había muchas. Todo estuvo perfecto, el escritor, recuperado al noventa por ciento agradecio. Solo un pequeño defecto le quedo. Quedo con el defecto de los perros, la cabeza inclinada. Desde entonces escribe distorcionado. Saludos.
ResponderEliminarUna historia muy conmovedora e interesante, María, creo que no solo tendría que subirla como próxima entrada, sino que debería escribir una novela con ella, tiene todos los elementos para ser un best seller.
EliminarMuchas gracias por abandonar la comodidad de lo sólido, aunque haya sido por un rato.
Un abrazo.
Pues...sobre tu primer comentario algo debes estar haciendo mal cuando gustas a tanta gente...
ResponderEliminarUn beso.
Lo que sucede, Marián, es que no siempre gustar es estar haciendo las cosas bien. Es todo un dilema, contar historias 'sólidas' para gustar o dejarse llevar por el hermoso cosquilleo de lo abstracto y no gustar tanto. Me está generando conflictos está controversia, conmigo mismo, quiero decir.
EliminarUn beso y gracias.
Humberto:
ResponderEliminarQuizás también le quepa a tu escrito el título: "la rebelión del escritor".
Ya que la historia no llega a ser, se empantana en lo mismo de siempre, te rebelás y dejás un texto incoherente como producto final. Después de Bauman y su invento de lo del tiempo líquido, le tenía que tocar el turno a la Literatura.
En fin, es un grito salvaje, para descargar tensiones y poder seguir con la rutina.
O, podría ser todo lo contrario, ¿quién sabe?
Un fuerte abrazo.
Es que yo creo en el tiempo líquido y el amor líquido, estamos en el siglo XXI, pero no concuerdo que sea un texto incoherente. Quiero decir que tiene coherencia en sí mismo, en lo que quiere transmitir. Lo que sucede es que, en términos generales, la gente (y claro que me sucede a mí también) necesita el confort de una historia más... concreta, con una trama hasta previsible, entonces cuando se escribe un relato que sigue más bien la corriente de lo simbólico, lo abstracto, lo etcétera, lo que se tiende pensar en que es incoherente. No sé, tal vez tengas razón y sea la rebelión de un escritor, pero una rebelión contra sí mismo, contra su propia previsibilidad, nada más.
EliminarUn abrazo grande, amigo.
Intento darme cuenta hacia dónde apunta tu relato, voy a ver tanto cadáver repartido por el césped pero la muerte no habla...¿no habla Humberto?...dímelo, tú lo sabes, sé que tú lo sabes...¿habla la muerte Humberto Dib?
ResponderEliminarUn beso.
La Muerte habla en su particular idioma, no esperemos que nos diga "buenas noches", pero que se hace entender, de eso nadie tiene dudas.
EliminarY para no dejarte con ninguna duda, apunta al Sudsudoeste, como quien va para Neuquén.
Un beso mayor.
Y cómo no sentirte satisfecho con tu relato, si tiene todas las vertientes que desees, así como la afirmación a través de la negación, la metáfora dentro de la metafora, o la verdadera historia de Bambi... Pues no logro identificar de quien es la voz. Así como puede ser la ironización del mundo bizarro en que estamos inmersos, en que lo armónico es lo grotesco, lo inaceptable, lo que agobia y asi... Mucho hay que estudiarle a tu texto, porque te me has puesto de un surrealismo abstracto y hasta romántico, sin descartar el juego mental. Es extraordinario y para que cada quien entienda lo que desee o lo que pueda, jajaja! Fascinante y alucinante. De todos los colores, no lo narraste, ¡lo pintaste!
ResponderEliminarBesos mi buen Dib... en tu mente laberíntica remolineante.
Me llena de alegría tu comentario, Sara, pues hay mucho para encontrar allí dentro, es lo que traté de hacer, si bien no es tan fácil de detectar, pues, como bien dices, es pura metáfora.
EliminarSi tuviese que dar una recomendación, diría que se alejasen un poco de la pantalla y lo vieran como una pintura... o como el movimiento de una sinfonía, no como un escrito. Bueno, no como un escrito más.
O, tal vez, querida amiga, sea solo un delirio sin el mínimo valor, me arriesgo a ello.
Un besazo.
Es el caso Michael Robert Ryan de Berkshire?
EliminarNo vi este mensaje, Sara, perdón.
EliminarNo, ¡no llego a tanto como la masacre de Hungerford! Creo... Je.
¿De verdad crees que a las liebres les importaba tener nombre? Ellas lo que querían era librarse de los pérfidos perros, y los más pérfidos cazadores. Lástima que las liebres no fueran jabalíes. La cacería habría sido muy accidentada.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Accidentada pero más justa, si es que se puede hablar de Justicia en una caza en la que todos han perdido su identidad.
EliminarUn abrazo, Antonio, y gracias por estar siempre.
Eso de la escalera alimentaria : todo el drama del ser vivo.
ResponderEliminarPor la familia de liebres propongo: Lapinou, apellido carinoso posiblamente declinato mil veces.
Si me tienes amistad, por favor, cuidado cruzando las calles...
Lapinou, me encantó, en una próxima historia, le pondré ese nombre a un personaje.
EliminarTe prometo que voy a mirar a los lados, pero eso no impide que me caiga un piado de arriba ;)
Un beso y gracias.
458 nombres, podría haber estado bien...
ResponderEliminarBesos
Era demasiado trabajo, casi como escribir Cien años de soledad.
EliminarUn beso, Clara.
Relato reflexivo, Humberto. Me haces pensar aunque no sepa qué decirte. Por supuesto, la prosa impecable. El narrador, sin nombre, quizás como una liebre, ha recibido una tarde de otoño un disparo de cazador que le está doliendo, y se encuentra solo en el bosque de cemento, pero quizás con peor suerte que las liebres y Bambi, pues no acaba de morirse. Un saludo, Javier
ResponderEliminarJavier, te lo aseguro, entiendes mucho más de lo que crees, tu interpretación se suma a las voces de la metáfora, un hombre sin identidad que ha sido herido y busca morir, de alguna forma, pero no puede, porque no es tan fácil.
EliminarUn fuerte abrazo y gracias por dejar tu interesante opinión.
Una de las liebres pensaba exactamente lo mismo que el señor que cruzaba la calle pero quiso el destino que se encontrara con un lebrel. Maldijo su suerte.
ResponderEliminarUn abrazo Humberto
Tal vez la liebre haya tenido más suerte que el hombre de la calle, aunque uno no quería vivir más, la liebre, no sé, pero estimo que sí.
EliminarGracias, Jaal, un fuerte abrazo.
Te seré sincero; odio a los cazadores y a todo aquel que mata animales por placer. Es algo que en estos momentos de nuestra cultura, no puedo tolerar, por mucho que comprenda que tenemos nuestra parte animal viva dentro de nosotros, pero es que ningún animal mata por diversión y me siento humillado cuando otros de mi misma especie lo hacen.
ResponderEliminarHe hecho una sátira en lunfardo que tal vez te interese leer. Te lo digo por si puedes pasar por mi blog.
Un abrazo.
Claro que voy a pasar, te lo prometo, pues me va a encantar como todo lo que haces, Carlos.
EliminarUn abrazo y gracias por tu comentario.
Hola Humberto.
ResponderEliminarEsto es como cuando lees en un periódico el sueldo que tienen los ministros, las cenas que con tus impuestos pagas y las vacaciones que se toman ,a pesar de que el país se este hundiendo; te vas a otra página y lees los recortes que sufrirá tu sueldo por el bien de la economía, y entonces piensas, que coño haces levantado como un cabrón cogiendo el metro e las 6:30 de la mañana.
El caso es que tenías ganas de decirlo y como llevas cara de pocos amigos ... mandas a tomar por allí, al abusón que sin tener trabajo madruga, se mete en el metro a las 6:30, solo para tocar carne, le da igual el tipo...
Casi que no quería comentar, pero me ha gustado, hay tanta liebre y viejos... aunque como siempre los que más ruido hacen son las jaurías pero las que visten de chaqueta rojo cazador.
Un abrazo.
Como poeta que eres, sabes leer muy bien lo simbólico, la metáfora, así que nos habríamos perdido de un gran comentario si no lo hubieras dejado. Al abrir tu opinión con un "Esto es como cuando...", ya supe que habías hecho una lectura profunda.
EliminarMuchas gracias por renunciar al silencio.
Otro abrazo.
jajjja, hoy te has lucido, Humberto, Mucho.
ResponderEliminarBesos.
Yo lo veo todo muy claro, no se porque dices que no te has esforzado, abrazo grande desde España. Beso.
Es que, posiblemente, cada vez me cueste más esfuerzo decir lo que quiero decir, o cómo quiero decirlo.
EliminarUn beso, Amapola.
Bueno, Humberto, tu relato brilla hoy igual que un Sol, no se si eso es lo solido y Cómodo. Besos.
ResponderEliminarGracias, Amigo, por escribir así de Bien. Besos.
Gracias a ti por ser tan espontánea y auténtica, tu actitud tiene un valor incalculable.
EliminarSoy yo quien te da las gracias, una y otra vez, cada semana.
Es que eres ¡¡¡Genial!!! Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Maruja, qué amable eres.
EliminarUn fuerte abrazo.
Tienes motivos para sentirte satisfecho: interpolar un relato dentro de otro y que todo el conjunto sea un cuadro convincente como el que cuelga en salones con pretensión elegantes, no es para menos. ¿Felicitaciones!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Francisco, es que se trataba de eso, de un cuadro. Claro, al que no le guste la pintura pasará de página, como tiene que ser.
EliminarUn abrazo enorme, amigo.
Magistral, me enamore al primer párrafo.
ResponderEliminarAmor a primer párrafo, eso no se consigue tan fácilmente.
EliminarMuchas gracias por estar siempre, Miguel Ángel.
Los conejos son animalillos que siempre despiertan ternura aunque, contradicciones aparte, me gusta su carne. Los cerditos también me resultan simpáticos pero...
ResponderEliminarEn fin, propongo que los cazadores, en vez de conejitos, se dediquen a matar ratas, que hay muchas y sobran...
Salu2 conejiles.
Me gustó la imagen de un grupo de cazadores emperifollados con sus atuendos, listos para cazar... ratas.
EliminarTodo un hallazgo, Diego, gracias.
Pues no sé si es que todavía estoy medio dormida pero confieso que no lo he entendido mucho... Me han gustado las palabras, aunque me ha dejado una sensación de angustia (traumas infantiles por Bambi, columbro) pero realmente no sé muy bien qué decir del relato. No lo he entendido, lo siento... Un besote!!!
ResponderEliminarAmiga, si te han gustado las palabras y te dejo una vaga sensación de angustia, el resultado está logrado, no todos los relatos tienen que ser lineales.
EliminarNo tienes que pedir disculpas, a mí me sirve tu opinión sincera, más en una época en la que parece escasear.
Un beso enorme.
Yo también creo que esas liebres tenían un nombre y alguien debería contar su historia...
ResponderEliminarOdio las cacerías. Siempre me han resultado un espectáculo bochornoso.
Abrazos.
Entonces somos dos, Oski, va a ser difícil, pero de alguna forma podríamos averiguar sus nombres.
EliminarUn abrazo y gracias.
Con un nombre, las liebres tendrían menos posibilidades de caer en el olvido. Con nombre o pseudónimo (uno por liebre), sería más fácil contar las hazañas individuales de cada una de ellas.
ResponderEliminarHe de reconocer que me gustan las armas de fuego, pero dentro de un salón de tiro. En Dallas o Austin, no deben escasear en salones de tiro.
Un abrazo, Humberto.
Si esas liebre hubieran tenido un nombre o un apelativo, la historia se habría caído a pedazos.
EliminarGracias por tu comentario.
ResponderEliminar¡Cuanto tiempo sin "verte" Humberto! Veo que sigues con tus magníficos relatos y este me ha gustado especialmente. A pesar de que en mi familia, hay algún cazador, yo aborrezco la caza.
Cazar sin necesidad y por placer es una enfermedad del humano, y luego lucir sus trofeos. La comodidad de lo sólido.
Sin embargo cuando alguien mata algún animal furtivamente en el campo del señorito, para alimentar a su familia, ese es castigado y denunciado.
Parece ser que robots artificiales inteligentes, desplegados en el campo de batalla comprometerían inevitablemente a sus gobiernos en crímenes de guerra, y haría este mundo aún menos seguro de lo que es. A la caza del hombre.La comodidad de lo sólido.
Sinceramente estoy en contra. La caza significa una destrucción del equilibrio natural del ecosistema, ellos cuidan en todo caso de los animales que les interesan como botín...
Y yo entiendo que algo de esto has querido decir, al menos así lo interpreto, y me ha parecido genial y coherente.
Un beso muy grande Humberto y por aquí nos veremos.
Y lo has interpretado muy bien, Lore.
EliminarEs que has permitido que saliera lo primero que sentías al leer el texto, tú también has dado un paso para salir de la comodidad de lo sólido, como dije antes, aunque sea por un rato.
Gracias por acompañarme en esta aventura (pequeña aventura) literaria.
Un beso enorme.
Es probable que todos los cervatillos se llamen Bambi, que también, como los perros, todos vayan al cielo. Un abrazo.
ResponderEliminarNo lo dudo, lo que sucede es que nadie se preocupa por saber dónde queda ese cielo.
EliminarUn abrazo, Darío.
Todo tioene nombre...lo qeu pasa que muchas veces no lo dan bien a proposito...un abarzo desde Murcia...
ResponderEliminarPor supuesto, y con esos nombres creamos un mundo bastante artificial: el bueno, el malo, el perseguidor, la víctima y así andamos.
EliminarMe gustó tu interpretación, muchas gracias.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarVa de nuevo, es que comentar escuchando comentarios sobre el CEDIN me distrae.
ResponderEliminarUna cosa es licencia poética por decirlo de una manera, y otra tergiversar los hechos. Bambi no murió en las fauces de ningún lebrel. Bambi consiguió que Greenpeace le ofreciera asilo político en USA y fue la primer center fold de una revista que paradójicamente tenía como isologo la imagen de un conejo. Conejos/liebres, same difference. Dicen que Hugh se la comió cruda. Abrazo!
A mí me habían comentado que la habían usado para hacer la primera hamburguesa de McDonalds y que por eso tuvo tanto éxito. Las informaciones están cruzadas, pero lo cierto es que tuvo destino de estómago.
EliminarUn abrazo, Ato.
Tch tch, todo el mundo sabe que MCD usa lombrices y carne de caballo. Menos libro y más Yahoo Noticias my friend! Abrazo!
EliminarSu rre al is mo....A veces se pintan cuadros con los colores que hay...otras veces es mejor dejar el lienzo en blanco y caminar bajo la lluvia.
ResponderEliminarHermoso, Spaghetti, no tendría que agregar nada más, pero justamente aquí llueve, así que voy a salir a caminar y dejar mi próxima página sobre el escritorio, y en blanco, claro estás.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Me suena a reflexión mientras uno contempla un cuadro, Humberto. Pero una reflexión muy bien escrita, donde incluso compara la cacería que observa con el trajín diario de nuestras calles, ese donde caben atropellos a los desasistidos peatones (las liebres). Y Bambi surge de la memoria sentimental; el subconsciente que se manifiesta en contra de la caza.
ResponderEliminarEs mi opinión y no tiene que ser válida.
Un abrazo.
Isabel:
EliminarTodas las opiniones son válidas, en todo caso podríamos debatir si son correctas, pero he aquí que la tuya cumple con las dos categorías, así que yo me siento más que agradecido.
Dices (no sé si tú crees en ello) que para ser un gran escritor, primero hay que ser un gran lector.
Muchas gracias y un abrazo.
Esta vez nos has hecho pensar querido Hum, pero que bello es cuando uno atisba un aire de renovación en las letras, cuando leemos sin esperar un final complaciente.
ResponderEliminarTe felicito y por lo que leí en los comentarios creo que tienes que escribir lo que más te haga sentir pleno.
Un beso.
Intenté eso, una renovación, cambié los muebles de lugar y esas cosas, pero sigue siendo mi casa, gracias por entrar.
EliminarUn beso enorme.
¡Maldita sea!!!
ResponderEliminarAquí estamos regodeándonos en nuestras insípidas miserias y hay 36 de 458 cuyos nombres no conocemos; ni sus causas, ni sus penas, ni tampoco sus sueños.
Bambi ya tuvo sus 15 minutos de gloria.
Me gustó mucho.
Besos.
Leía tu comentario y podía escuchar tu voz, me encantó.
EliminarLa interpretación, impecable.
Muchas gracias por zambullirte en este texto abstracto para encontrar su sentido, pues se trata de una suerte de continuación del anterior. Solo que, esta vez, había que zambullirse más profundamente.
Un beso y gracias de nuevo.
Estoy practicando lo abstracto con Cortazar (llevaba posponiéndolo demasiado tiempo), ayer precisamente me quedé en la página donde un coche atropellaba a un hombre, ¡pobre! Uno decía “no tiene familia”, “es escritor” decía el otro.
EliminarA mi también me pareció oír tu voz.
¡Bingo!
Eliminar¿Has visto que podemos ser transparentes cuando queremos?
Humbertico só cheguei agora e vi que você tinha publicado. Voltarei porque o tema é interessante e não o posso ler correndo.
ResponderEliminarAté já.Beijinho.
Eu te espero, então, mas traga umas bolachinhas para a gente compartilhar com um café...
EliminarBjs.
Voltei, mesmo estando em feriado pessoal rsrsrsrs.
EliminarGostei do tema que me deixa pensativa e tentando perceber nas entrelinhas. Liguei-o à vida mesma em que tanto lutamos para sobreviver e que no fim de tudo somos só mortos-vivos e nem o mais indefeso se salva. Seremos aniquilados pelos "caçadores".
Bem vamos ao nosso cafézinho? Tenho um Bolo de Fubá acabadinho de fazer.
Beijinhos Humberto!
Flor
Tomara que os caçadores não sejam os que nos aniquilem, tomara que a morte chegue da forma que ela quiser, mas que nos encontre fazendo o que queremos e da forma que queremos. O mínimo que podemos reclamar dessa vida!
EliminarBolo de fubá? Virgem, Florzinha, e eu tão longe assim, pô!
Beijinhos, minha querida.
É, faço muitas vezes.
EliminarTem outro bolo que também gosto muito que é o de aipim, mas dá muito trabalho. Gosto muito da cozinha brasileira.
Beijokas.
Eu adoro brigadeiro, quero que você saiba, caso eu...
EliminarAinda mais beijos.
Brigadeiro de panela????
EliminarOs bolinhos, esses para comer junto com o chá ou café... ou sós!
EliminarÉ que no Brasil fazem brigadeiro de panela. Em vez de fazerem bolinhas comem directamente da panela. Que figura fazem a lamber a colher.
EliminarÉ melhor ficar por aqui, já estou cheia de brigadeiros rsrsrs.
Comer diretamente da panela seria um ABUSO! rsrsrs
EliminarTienes un blog de lujo, amigo, como no soy lector de blogs ni tengo uno, tampoco tengo la obligación de adularte. Es que eres la leche, prometo volver.
ResponderEliminarUn saludo.
La expresión "ser la leche" siempre me llamó la atención, es más, estoy escribiendo algo al respecto.
EliminarPerdón, me divagué.
Muchas gracias por tu valiosa (para mí) opinión.
Me encanta el comienzo me pareció una regla de tres de mates y me he estado preparando mentalmente para resolver la X . Pues eso o no se matémáticas fijo que es así (no me gustan) pero tampoco he resuelto el enigma:-)
ResponderEliminarSolo me e
he identificado con las pobres liebres con una jauría así, y pobres ancianos. Seguro que llegados a esa edad la mayoría tendremos mucho de liebres y nada de cazadores.
Me ha convencido, tiene tema.
Bss.
Si te ha convencido, no hay nada más que decir, Katy, pues no se trata de otra cosa.
EliminarEs cierto, hay una X que descubir, es cierto, comienza muy matemático, un territorio en el que los nombres no cuentan demasiado.
Creo que has entendido más de lo que te parece.
Un beso y muchas gracias.
Tener un nombre es lo que hace que un perro sea nuestro perro o el del vecino, creo que allí está el conflicto.
ResponderEliminarUna rapsodia de seres anónimos.
Brillante!!!
Besos.
Brillante es tu interpretación, Stefanía.
EliminarMuchas gracias.
La Vida es como esa multitudinaria cacería donde unos son presas y los otros depredadores. Los primeros serán recordados por sus virtudes, los segundos por sus fanfarronerías.
ResponderEliminarMuy buen Relato.
Abrazos.
Es así, Pedro, el recuerdo es imparcial, eso está claro.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Cierto es que nos cansamos de todo. Supongo que lo que has intentado hacer desde tu faceta de escritor, es salir de la zona de confort, buscar el placer del riesgo, so pena de arrancar un menor número de arrebolados"ayes" en tus leyentes. Por lo tanto, considero que el mensaje más importante que traslada este texto es que gusta mucho a su autor. Olé tú.
ResponderEliminarUn beso, Humberto.
Sete
Eres directa, sincera y contundente, Sete: sí, éste me ha gustado a mí antes que nada. Luego veremos, quién te dice que alguien entiende algo o hasta le gusta, para soñar siempre hay espacio.
EliminarUn beso y gracias.
Vine por el título, porque me llamó poderosamente la atención. Hay un sociólogo, filósofo y ensayista polaco, Zygmunt Bauman, a quien leo y admiro, que analiza en profundidad la liquidez de nuestros tiempos en contraste con lo que creíamos era la solidez de aquellos otros tiempos de cacería. Ahora hay que remarla, amigo, sin anclajes.
ResponderEliminarLo nuestro es la pesca y ya no la caza, y, como bien decís, una "sinfonía de metáforas incordiosas" en la cual "no todos tenemos el privilegio de ser las víctimas de nuestro propio drama." Me encantó.
Un beso grande, Humberto!
Fer
Leí dos libros de Bauman, Fer, y este texto se alinea bastante con su pensamiento, solo que aquí visto desde un lugar más literario que teórico.
EliminarPero es como decís, no es tan fácil habérnoslas con un mundo que, en gran medida, ha perdido la solidez, y con ella la comodidad.
Me alegra mucho que te haya gustado.
Un beso enorme.
Mi primera impresión tras leer tu relato, era la no comentar nada, porque no me gustan los cazadores ni las cacerías, y encambio me dan mucha pena los animales muertos por la mano del hombre. Pero aún así tengo que felicitarte porque una vez más has conseguido que todos nos sintamos tan anónimos como esos pobres animalitos sin nombre.
ResponderEliminarUn abrazo
Me pone contento que hayas decidido comentar, pues el texto apenas toma como justificación a los cazadores para mostrar ciertas cosas que no funcionan en nuestra realidad cotidiana.
EliminarCreo que al comentar, también diste un paso más allá de la comodidad de lo sólido y te animaste a transgredirte, que es muy sano.
Un fuerte abrazo.
Dos veces lo leí, la segunda con la sensación "gelatina" en el cuerpo.
ResponderEliminarNo todos tenemos el privilegio. Ni nombre, ni primera persona.
Que momento raro, digo, para que me llegue esta lectura.
Un beso
Como desconozco cuál sea ese tiempo en el que llego esta lectura, no puedo decirte mucho, pero creo que puedo imaginarlo, algo de sentido común y empatía me queda.
EliminarEs un cuentito gelatinoso, tenés razón.
Un beso y gracias.
Comodidad. Solidez. Agradar.
EliminarY viceversa.
Gracias.
Me encantó el viceversa... je.
EliminarMientras existan perros asesinos de liebres no estaremos comodos en la solidez!
ResponderEliminarGrande Maestro.
Y beso.
Muchas gracias, Luciana.
EliminarY cuidado con el perro ;)
UNA MUY BUENA REFLEXIÓN A PARTIR DE LA MIRADA DE CUADRO. UN CUADRO ATERRADOR PARA LAS LIEBRES, Y DE FIESTA PARA LOS PERROS Y LOS CAZADORES. TAL VEZ EN LA EPOCA QUE FUE CREADO ESTA PINTURA NO SE CONOCIAN LAS MATANZAS DE FOCAS, PERO ME LLEVASTE A ESAS IMAGENES...
ResponderEliminarUN GRAN ABRAZO
CARLOS
Esa contradicción es la que lanza el relato, luego todo se juega en terrenos más metafóricos, Carlos.
EliminarY seguro que ni se sabía de la matanza de focas en aquella época, pero las cosas no terminan ahí, ya veremos cuáles son las próximas víctimas.
Un abrazo, amigo.
Pues has dado un paso de gigante para salir de la comodidad de lo sólido, Humberto.
ResponderEliminarEntiendo que das otro paso más allá de lo "fácil" (sólido) y quieres incomodarte a ti mismo. O mejor dicho, innovar, experimentar nuevas formas, ensayar nuevos textos. Algo así como los buenos grupos de música que, de vez en cuando, experimentan nuevos sonidos más allá del éxito de ventas.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Me encantó la palabra "íncomodarte", pues llevas mucha razón al usarla, ya que tiene el sentido de salirme de la comodidad de los textos "pour la galerie", tal vez avanzando con paso incierto e desconcertante, pero seguro de lo que quiero.
EliminarY también es acertada la semejanza con la música, pues pensé mucho en ella en el momento de escribir el textito.
Un fuerte abrazo, Mos, y muchas gracias.
Humille Dib humille, jeje.
ResponderEliminar¿Qué?
EliminarReconozco que me apasiona el fútbol, pero de las aves que vuelan, la que más me gusta es el chancho.
Amigo Humbreto, la desproporción existente entre las partes agresoras y agredidas, en ambos casos, admite el paralelismo y mas en los tiempos que corren.
ResponderEliminarMe quedo en tu casa virtual y te ofrezco la mía, un abrazo
Bienvenido, muchas gracias por el acertado comentario y por quedarte, José María, ya constaté que tú eres un artista en serio, lo cual me llena de orgullo.
EliminarUn fuerte abrazo.
A esta edad ya me he acostumbrado a no entender, incluso cuando intuyo que no entender me traerá problemas. No entender este texto es una especie de pecado venial, a no ser que estés anunciando algún tipo de calamidad. Por las duda, voy a prender el noticiero.
ResponderEliminarUn gran abrazo
Estoy seguro que si abandonas la comodidad de lo sólido, lo vas a entender sin problemas. De todas formas, prendé la tele, es probable que muy pronto se abata una calamidad.
EliminarUn abrazo enorme, amigo.
Tal cual las liebres de tu relato hay, también, muchos seres humanos que mueren el el anonimato... Los N.N. dicen las autoridades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es así, Rafael, demasiados NN en el relato y más todavía en la vida real, lamentablemente.
EliminarUn fuerte abrazo.
Causalidad, la vida es un drama perfectamente orquestado, los buenos y los malos, los tiernos y los crueles, se quedan en la subjetividad del ojo que los contemple. justicia hubiera sido que a Bambi se lo hubiera comido un depredador natural, sin embargo adornará la pared del bar de uno de los cazadores.
ResponderEliminarInteresante comentario, Jota, una vez escribí acerca de la magnífica batuta de ese director de la orquesta de la vida. Mantengamos nuestros lugares, al que llegamos debido a nuestros nombres, no sea cosa que se ponga en jaque la solidez de la realidad.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.
Tal como la vida misma...
ResponderEliminarSaludos
La vida misma y sus endebleces...
EliminarUn abrazo.
El titulo està fantàstico,
ResponderEliminarpero con el contenido me quedè cortada, no tuve la agilidad de los cazadores sino la torpeza de las liebres. Volverè a releerte a ver si lo hago con mayor lucidez. Estoy segura que lo hiciste muy bien y muy bien.
Abrazos Humberto.
pd. (dicen que los escritores empiezan a tomar vuelo cuando sus lectores no llegan a entenderlo muy bien....)
¡Mira que las liebres son rápidas también!
EliminarCreo que deberías leerlo sin esperar un sentido 'establecido', leerlo con la libertad que mirarías un cuadro abstracto, luego me cuentas.
Puede que sea verdad que uno necesite tomar vuelo, pero también me gustaría no perder a los amigos de siempre.
Un beso enorme y muchas gracias.
Ay, Humberto, se ve que soy cortita, he dado tres vueltas a tu relato y nada, sólo puedo decirte que no me gustan los cazadores y menos los que cazan a caballo. Me quedo mal por no entender lo que quieres transmitir con este texto, cosa qué estoy segura de que algún mensaje oculto hay, uff que rabia me da. A ver si me aclaras algo.
ResponderEliminarUn abrazo
No es tan oculto, es abstracto, como lo decía más arriba. Un par de lectores hicieron comentarios muy atinados, lo que no significa que todos hayan dicho lo mismo.
EliminarTal vez te cuente algo por mail, por aquí sería como develar el truco.
Sea como fuere, te agradezco por estar siempre.
Un beso.
Humberto, te agradezco el que quieras escribirme por mail, pero no quiero que te molestes, voy a leer los comentarios y seguro que lograré entenderlo
ResponderEliminarBesitos
Muchas gracias por la comprensión, Mª Rosa.
EliminarMás besos.
Humberto,¡que flojo!, que te costaba decirnos los nombres de todos. Ahora me voy a quedar con la duda, y por tu culpa me regresará el insomnio.
ResponderEliminarOye, resulta que hice un pastel de kiwi, que me quedó para chuparse los dedos. A ver si te pasas por mi casa para que comas las porciones que quieras.Hace bastante tiempo que no me visitas.
Saludos desde hasta acá: DK
Tienes razón, hace meses, así que ya voy para allá...
EliminarAh, creo que uno de los ancianos se llamaba Don Ramiro, pero no puedo asegurarlo.
Besos, mi querida Dora.
Los ancianos propietarios de las liebres han quedado en el anonimato. Que habría pasado si hubiesen sido 120 ancianos y 300 liebres contra 37 perros?.
ResponderEliminarLa historia habría sido otra y Bambi estaría vivo, Marcos.
EliminarMuchas gracias por tu visita.
Un abrazo grande.
Mucha hierba mala habrá ahora en ese bosque, las liebres ya no están para podarlas...
ResponderEliminarPero había una, se llamaba Ofelia, que hacía una ensalada de espinaca y magnolias que era un contento. Larga vida a la ensalada!
Abrazos!
Ofelia se salvó porque se camufló entre las hortalizas, es que era (medio) una cruza de camaleón y liebre, y esa fue su bendición.
EliminarCosas que suceden en Oxfordshire.
Un abrazo, Etienne.
no me queda claro quién es más salvaje, si los perros por actuar en una desproporción abismante contra las pobres liebres... o los hombres actuando como jauría utilizando perros bravos mata conejos... o talvez fueron los conejos los culpables... las orejas y bigotes tiernos son altamente sospechosos (igual que el bambi, tiene demasiada ternura)
ResponderEliminarNo te queda claro porque no está claro. Algunos dirán que la culpa es de Bambi por creerse una estrella de cine.
EliminarEn el mundo de perseguidos y perseguidores, nunca queda claro demasiado.
Un beso, Quiltra, y muchas gracias.
Gran historia, como siempre, es un gusto pasarme por tu espacio. Un abrazo.
ResponderEliminarhttp://unasolapersona.blogspot.com/
Muchas gracias, Lizz.
EliminarUn beso.
Si la causa es acorde
ResponderEliminarsobrevivir en ausencia
pido abundacia de socorro
errante necesidad
afinidad a la practica
cargar conmigo tu caceria.
Saludos, escribes súper padre.
Muy bello comentario, María, artístico, innovador.
EliminarMuchas gracias y un beso enorme.
Qué suerte tienes Hum...puedes dejar a un lado la comodidad de lo sólido para perderte en las metáforas incordiosas, sinfonía de tus propios pasos. Normalmente puedo ver tus textos teñidos de colores, como si lo escribieses con pinceles de, incluso, distintos grosores, en esta ocasión veo brillo, me inquieta, me distrae y me atrapa. Es hermoso verte envuelto en esa tu propia tempestad de inquietudes y sentimientos. Lo mismo advierto tu carcajada como la propia nostalgia teñida de ternura.
ResponderEliminarQué suerte tienes Hum, por convertir en propio el drama del mundo para poder regalarlo así, a manos abiertas, en un relato que no lo es. Creo que es tu plenitud lo que me está haciendo sonreír. Gracias por tu brillo, por tu esencia. Besos mil!!!!!
Ya lo dije alguna vez, soy un pintor frustrado, entonces trato de basarme en corrientes o movimientos (expresionismo, realismo, simbolismo, impresionismo, etc.) para escribir los textos, no siempre lo consigo, pero la intención está. Los colores y la música están siempre presentes, lo que sucede es que hay momentos en los que me siento acotado a los colores (o notas) que solemos usar y entonces comienzo a buscar nuevas gamas por fuera de lo 'sólido' para crear climas tal vez más complejos, pero más personales.
EliminarNo te imaginas la sensación de placer que siento cuando digo algo de la manera que me gusta, porque -soy sincero- aunque siempre trato de subir textos con un cierto valor, no todas las veces me siento feliz con el resultado. Me refiero a feliz conmigo mismo.
Un beso enorme y muchas gracias por expresar tus sentimientos de manera tan sincera y espontánea.
OTRA GRAN LECTORA DE LAS TUYAS, AMIGO!!
EliminarDecir que cuando acabo de leer tu breve relato me quedo con ganas de mucho más.
ResponderEliminarEspero ya el próximo
Muchas gracias, Alberto, eres muy amable. Estoy de acuerdo contigo, este cuentito podría haber sido un poco más extenso, pero (a veces) respeto los tiempos de los blogs.
EliminarUn fuerte abrazo.
Magnífico relato. Se lo enseñaré a un aficionado a la caza y sin embargo amigo mío. Un día le acompañé como observador en una batida y estuve a punto de recibir un disparo al confundirme con un jabalí. Creo que escribiré algo sobre ello.
ResponderEliminarAbrazos. Borgo.
Que te confundan con un jabalí es digno de ser contado, seré el primero en ir a leer el texto, Borgo.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.
Siempre hay un inocente que paga, en este caso letocó al cervatillo.
ResponderEliminarUn abrazo
Creo que las liebres también lo eran, como el hombre del relato del medio, pero en Bambi resumimos toda la idea de inocencia.
EliminarUn fuerte abrazo.
Excelente relato, Humberto.
ResponderEliminarCualquier parecido con la realidad en Siria, o cualquier país en África que vive guerra civil, es mera coincidencia. O hasta en mi México, lindo y querido, que por ahorrar tiempo (trámites/papeleo) sólo se dice la cantidad aproximada de víctimas pero nunca se menciona el nombre. Muchas veces ni los familiares ubican a los caídos.
Un abrazo.
Muchas gracias, Carlos, me alegra que hayas captado la alegoría: importan los números, no los nombres.
EliminarUn fuerte abrazo.
Bambi tenia un nombre, las liebres supongo que igual pero nadie se molesta en preguntar su ¿Como te llamas? Si siendo muchos iguales el nombre es lo de menos.
ResponderEliminarBeso HD
Ese es el conflicto, si al ser muchos (en política, en arte, en etc.) el nombre sea lo de menos.
EliminarUn beso, Malque.
Siempre dicen la cantidad de víctimas que ha habido pero nunca se mencionan sus nombres.
ResponderEliminarAsí de cierto, Pakiba, es uno de los temas que trata este texto, muchas gracias por detectarlo.
EliminarUn abrazo.
Suponiendo que las liebres solamente fueran muertas, pero no destripadas por los abusones perros; 8,3 por liebre, podrían haber alimentado con un 1/3 de su carne a cada cazador en una merendola. Supongamos también, que a los ancianos, que conocían a las liebres por sus nombres, les abonaron religiosamente su costo. Una minucia para tanto caballero.
ResponderEliminarY si, como el cuento no es largo, deberías de ampliarlo con los nombres y hazañas que sin duda se dieron en aquella batalla.
Salu2
Veo que eres bueno para las cuentas, Alfredo, no había llegado hasta ese cálculo, pero me parece muy interesante, pues quita el problema de si la carne alcanzaba o no.
EliminarAhora bien, el narrador no tenía ganas de seguir el texto, yo también lo critiqué, pero él tiene su independencia, pobre hombre.
Un abrazo y muchas gracias.
Voy a responderte los dos comentarios en uno.
ResponderEliminarEn primer (y fundamental) lugar, la opinión de tu sobrina es genial, prácticamente no habría nada más para decir, pues se trata de eso, del momento exacto en el que el lector, tras haber leído el texto, expresa lo que siente... y punto.
Luego, que sea complejo no significa que sea bueno. En este caso a mí no me parece tan complejo, pero de antemano sé que la mayoría va a tildarlo así, pues son cosas de fácil pronóstico.
Finalmente, es cierto que el gran camino tiene que hacerlo el lector, sin embargo, sirve que uno le de unas coordenadas para que no se sienta tan perdido frente a este relato-Pintura o relato-Scherzo: habla del anonimato, de la violencia, de la identidad, de los que ni siquiera se sienten protagonistas de su propia historia, de lo que nos hace el Nombre a los humanos... y, fundamentalmente, de las demasiadas palabras. Esto es, cuando ya estamos englosados hasta la coronilla, cuando la palabra se ha vuelto un medio para decir y decir y decir siempre lo mismo sin llegar a nada nuevo, la mejor salida que encuentra el narrador es bajar los brazos y, en vez de contar tantas historias encumbradas, remitirse a informar que fue destripado Bambi, el único pobre infeliz que tenía un nombre: una risa paranoica final.
Postfinalmente, si has encontrado tu propio relato dentro de éste, me has hecho sentir muy feliz en estos días de óxido.
¡Y que viva el arte!
Un beso enorme.
¿Cuántos funestos cuadros conforman nuestra realidad? ¿Cuántos perros nos muerden durante el día y lamentablemente ya no los sentimos? ¿Dónde termina -en tu inmenso relato- la dimensión que denuncia el afuera y dónde comienza la que muestra tu "adentro", e incluso, a tu propia literatura? Yo no tengo respuestas, pero me has colmado de maravillosos interrogantes. Gracias. Abrazo grande, Maestro.
ResponderEliminar¿Y vos que crees que yo tengo una respuesta, César?
EliminarSi se me ocurre algo que valga la pena, te aseguro que te lo digo por mail.
Un fuerte abrazo y muchas gracias.
Humberto, eres muy grande, hombre!
ResponderEliminarMe has hecho pensar en una noche de insomnio, no se si agradecerte o si maldecirte porque no creo que pueda dormir despues de esta enorme muestra de arte.
Un abrazo desde Madrid
Ve a dormir, Pedro, olvídate de esto... por unas horas ;)
EliminarUn fuerte abrazo.
LAS LIEBRES SOMOS NOSOTROS Y LOS PERROS SON ESOS QUE NOS PERSIGUEN CON SUS MALDADES Y SUS MENTIRAS.
ResponderEliminarUN CUENTO QUE LA ROMPE TE LO JURO.
ABRAZOS DESDE CÓRDOBA LA DOCTA.
Muchas gracias, Chris.
EliminarSos muy amable siempre.
Un abrazo.
Musito a tu oído, pieso una sola cosa...cuando escribes, lo qué importa es sentirte bien contigo mismo, si le llega a otra persona que bueno, gracias, pero, de lo contrario, no pasa nada, venga otro escrito y otro y otro. Saludos
ResponderEliminarEs muy cierto, María, un relato puede ser rotundamente 'popular', pero tristemente insatisfactorio para mí. Desde hace mucho que no hago números aquí, mientras me sienta satisfecho yo, lo que venga después será más que un regalo, como pasa con este texto.
EliminarYo sigo tan pleno y contento como el día en que lo subí.
Te agradezco tus palabras.
Obrigado pela visita e consequente comentário. Embora não tenha o blogue alojado no blogger, tenho uma conta Google e vou-te seguir.
ResponderEliminarAbraço!
Valeu mesmo, Lynce, sejas bemvindo!
EliminarUm forte abraço.
Humberto.
ResponderEliminarA algum tempo acompanho suas postagens
hoje fiquei feliz em ler que esteve no meu blog.
Vejo seu alto conhecimento em muitas áreas fico pouco a vontade
para estender meu comentário.
Humberto.
Moramos bem próximo isso faz a confiança crescer entre amigos.
Em Setembro estarei na Bienal quem sabe não nos encontramos por lá.
Tudo pode acontecer desde já deixo meu convite será uma honra conhecer você.
Abraços carinhosamente,Evanir.
Minha querida, não precisa se estender, já com o carinho das suas palavras serve para eu ficar muito feliz pela sua visita.
EliminarGostei da ideia, logo escrevo um e-mail.
Bjs.
Cuando te leo es como si te escuchara hablar y se me paralisa el corazón!
ResponderEliminarTe sigo siempre...
Es "paraliza", amiga, el "amor" podría venir acompañado de algo más, ¿no?
ResponderEliminarPor otra parte, ¿es necesario usar el espacio de otra persona? Creo que no y lo sabes.
Disculpa Humberto, pero esta vez no he comprendido tu relato.Desde niña sufro dislexia para entender textos, lucho siempre para superarme, leo despacio separo ideas e intento relacionarlas poco a poco, pero hoy no he sido capaz de entender tu mensaje entre la cacería y tu aparente muerte.
ResponderEliminarAcepta al menos mi interés por entenderte.
Con ternura te dejo un beso
Sor.Cecilia
Querida Sor Cecilia, no es necesario que te disculpes, tus palabras de afecto valen tanto o más que un análisis profundo, así que acepto de corazón ese interés y lo valoro muchísimo, no lo dudes.
EliminarUn beso enorme.
A veces entender un relato es sentir la angustia que transmite, o el amor o lo que fuera, las palabras son siempre complicadas, ay de aquel que crea que el rojo es el mismo para todos.
ResponderEliminarMe gustó mucho Humberto.
Muchos besos y buen fin de semana.
Muchas gracias, Carolina, estoy de acuerdo en que las cosas no son iguales para todos.
EliminarUn fuerte abrazo y buen fin de semana.