Olaf perdió el dedo índice de la mano derecha en un accidente con una sierra eléctrica, se lo cercenó cuando intentaba cortar un listón de madera para reparar los escalones de la entrada de su casa. Un mal movimiento y, zas, el dedo quedó reducido a un amasijo amorfo y macabro, no hubo forma de recuperar nada como para considerar la posibilidad de un reimplante. Sin embargo, en su vida la tragedia tuvo un impacto mucho menor del que imaginaron sus familiares, pues desde un principio -y por muchos años- Olaf negó que le faltase un dedo. Actuaba como si nunca hubiera sucedido nada. Cuando le preguntaban dónde estaba tal o cual objeto, solía indicar el lugar apuntando con su espectro inquietante, y hasta se lo llevaba a la nariz para rascarse cuando ésta le picaba. Decía que su índice estaba allí porque lo sentía, aseguraba que el error era de los que no podían verlo, siendo algo tan obvio. Psiquiatras, neurólogos y fisiólogos intentaron convencerlo de que se trataba de una ilusión de los sentidos, de una maquinación de la mente, en fin, de un miembro fantasma. Lo cierto es que el constante ataque de la Comunidad de los Completos acabó por desmoronar las convicciones de Olaf y lo abismó en una depresión fatal. Se sentía tan abrumado e inválido que no conseguía realizar la tarea más sencilla, como abrocharse la camisa o levantar un papel del piso. Al final, Olaf no pudo soportarlo, se disparó un tiro en la cabeza, jalando el gatillo con el dedo índice de la mano derecha, como era de esperar.
4 de septiembre de 2013
Miembro fantasma
Olaf perdió el dedo índice de la mano derecha en un accidente con una sierra eléctrica, se lo cercenó cuando intentaba cortar un listón de madera para reparar los escalones de la entrada de su casa. Un mal movimiento y, zas, el dedo quedó reducido a un amasijo amorfo y macabro, no hubo forma de recuperar nada como para considerar la posibilidad de un reimplante. Sin embargo, en su vida la tragedia tuvo un impacto mucho menor del que imaginaron sus familiares, pues desde un principio -y por muchos años- Olaf negó que le faltase un dedo. Actuaba como si nunca hubiera sucedido nada. Cuando le preguntaban dónde estaba tal o cual objeto, solía indicar el lugar apuntando con su espectro inquietante, y hasta se lo llevaba a la nariz para rascarse cuando ésta le picaba. Decía que su índice estaba allí porque lo sentía, aseguraba que el error era de los que no podían verlo, siendo algo tan obvio. Psiquiatras, neurólogos y fisiólogos intentaron convencerlo de que se trataba de una ilusión de los sentidos, de una maquinación de la mente, en fin, de un miembro fantasma. Lo cierto es que el constante ataque de la Comunidad de los Completos acabó por desmoronar las convicciones de Olaf y lo abismó en una depresión fatal. Se sentía tan abrumado e inválido que no conseguía realizar la tarea más sencilla, como abrocharse la camisa o levantar un papel del piso. Al final, Olaf no pudo soportarlo, se disparó un tiro en la cabeza, jalando el gatillo con el dedo índice de la mano derecha, como era de esperar.
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Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por las visitas y comentarios para ‘Voy Ayer’.
Como cada tanto, pido disculpas por no visitarlos con la frecuencia que querría, pero les aseguro que hago lo que puedo, muchos lo sabrán entender.
Les dejo un fuerte abrazo y, repito, mi mayor agradecimiento por considerar que este blog merece ser visitado.
Humberto.
Casi un chiste. Me encantó.
ResponderEliminarTal vez un mal chiste, pero siempre casi.
EliminarMe alegro que te haya gustado, Diana.
Un abrazo.
que triste historia Humberto
ResponderEliminarlas perdidas vinculares , corporales, son fantasmas que no se van ni se olvidan
solo quien ha perdido un miembro de su cuerpo sabe del verdadero tormento que pasa, nosotros solo podemos interpretarlo hasta que no nos pase
abrazos y buena semana
Haciendo un ejercicio de imaginación, algo podemos entender.
EliminarMe gusta pensarlo más como lo defines en las primeras líneas, pérdidas de todo tipo, no sólo físicas.
Un fuerte abrazo y una excelente semana para ti también.
Ya de vuelta de mis vacaciones.Triste relato, pero como siempre sorprendiendome muy gratamente.Besitos
ResponderEliminarReconozco que esta vez sentí en carne propia las vacaciones de muchos amigos, es que nadie es profeta en su tierra... ni en la que vive ;)
EliminarUn beso grande.
Estaba extrañando hacer estas cosas....como comentar en tu blog.
ResponderEliminarCuantos errores comete la Comunidad de los completos....
En buena hora que subsistas escribiendo en el blog. Sos ya un ícono de este medio.
Un gran abrazo!
A vos también se te extraña, Dany, qué épocas aquellas en las que nos bombardeábamos con entradas.
EliminarReconozco que cada vez me cuesta más mantener este espacio, mis objetivos literarios (si es que puedo llamarlos así) andan bastante lejos del mundo virtual. Esperemos que este icono no se borre ;)
Muchas gracias, Dany, es una alegría verte por acá, ya que la última vez...
Abrazos.
Estaba extrañando hacer estas cosas....como comentar en tu blog.
ResponderEliminarCuantos errores comete la Comunidad de los completos....
En buena hora que subsistas escribiendo en el blog. Sos ya un ícono de este medio.
Un gran abrazo!
Humberto... " Miembro fantasma "
ResponderEliminarAtrapante relato con un inesperado final.
¡¡ me encantó !!
un beso
Muchas gracias, Doris.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Un beso grande.
Hay pensamientos y actitudes de personas que deben ser respetadas, porqué de alguna manera son su sostén emocional. Olaf sucumbió cuando le hicieron creer lo que no quería creer.
ResponderEliminarEstoy en transición Humberto, pero ya llegaré a puerto.
Un abrazo, siempre un gusto visitarte.
Hay una realidad que se impone a la fuerza, desde muchas instancias, como si no bastara con la que cada uno tiene.
EliminarLas transiciones son importantes, Migue, implican cambios. Hasta los puertos pueden variar.
Siempre es un gusto recibirte.
Abrazos.
Si es que es mejor no hacer caso a nada que te digan, si tú lo sientes, lo vives y te es útil, qué importa lo que digan los demás. Que le fuera útil al final, ya es mala suerte.
ResponderEliminarAbrazos en la distancia Humberto.
Muchas gracias por tu comentario, Yashira, ya te dije que eres una de mis preferidas, aunque no haya demasiadas explicaciones al respecto. Es lo que siento, como tú dices hablando del texto.
EliminarUn beso grande.
Suele suceder que nosotros mismos ponemos la etiqueta de "discapacitado" y no conforme con eso tratamos de "ayudarles" a entender sus limitantes, cuando más podemos hacer si los tratamos como se debería, con respeto y tolerancia, si su estabilidad se basa en la negación de la realidad y se siente capaz, quién puede decir lo contrario?.
ResponderEliminarBesos y apapachos Humberto, te cuidas
Haces bien en destacarlo, etiquetar ya es grave, querer ayudar al que etiquetamos es un ejercicio de soberbia. Así suele ser en la comunidad de los completos.
EliminarYa sabes, me quedo con los apapachos, ahora que no subo una entrada cada por semana, me son muy necesarios.
Besos grandes.
Siempre pienso lo mismo, la presión de la gente hace q uno no pueda vivir con los fantasmas q uno desea tener cuando en definitiva son nuestros y no joden a nadie. Me encantó leerte desde la cama como siempre lo hago. Un beso
ResponderEliminarEs que muchas veces nuestros fantasmas despiertan los de otras personas, entonces hacen lo imposible por echarlos, eliminarlos, no sea cosa que el espejo les devuelva una imagen que jamás aceptaron.
EliminarMuchas gracias, Sil, un beso.
Siempre pienso lo mismo, la presión de la gente hace q uno no pueda vivir con los fantasmas q uno desea tener cuando en definitiva son nuestros y no joden a nadie. Me encantó leerte desde la cama como siempre lo hago. Un beso
ResponderEliminarSos tan original querido Humberto!! Exelente historia! Besos
ResponderEliminarMuchas gracias, Laura, te aseguro que me alegran tus palabras, con toda humildad.
EliminarUn abrazo.
Me gustaria saber que es lo que hace a tus escritos tan completos, tan llenos de imágenes y palabras que no se dicen.
ResponderEliminarEs un estilo, un género o algo personal??
Me gustó muchísimo.
Besos!!
Me pones en un aprieto, me dan ganas de decirte que acepto de buen grado el mote de 'realismo simbólico' y que lo personal debería ser aún más contundente. Estamos trabajando ;)
EliminarMuchas gracias y un beso.
Mi estimado:
ResponderEliminarGracias, primeramente, por habernos demostrado tu manera de contarnos algo. En verdad me impactó. Me gustó muchísimo. Por algún momento pensé en Duma Key de Stephen King, el hombre con el "miembro apuntado", pero tu relato es excelente.
Un abrazo.
Muchas gracias a ti, Ricardo. Confieso que nunca leí nada de Stephen King, apenas vi alguna que otra película basada en sus libros, lo digo como una falta, no como alarde.
EliminarUn fuerte abrazo.
Que bien Humberto, me has dejado agarrada del banco, te renuevas y siempre nos entregas algo para que nos sorprendamos!
ResponderEliminarMuchas gracias por todas tus historia inmensas.
Lupe de FB
Muchas gracias a ti, Lupe, hay una tendencia de la gente de facebook a decir algo allá, me alegro que algunos se animen aquí.
EliminarUn beso.
Primera desgracia: llamarse Olaf.
ResponderEliminarSegunda desgracia: no haberse cortado la esperanza.
Un abrazo hermano.
Es que era noruego, pero al menos no tuvo la desgracia de cortarse el pito, ¿o no es una desgracia?
EliminarUn abrazo, Sarco.
Yo le había puesto las fichas a la convicciónde Olaf... Ingenuidad, quizás? No me importa, hago como que no pasó nada y que sigue dándole cátedra a "la gentuza completa". Ok, algunos llamaran lo mío "Necedad", en este caso lo denomino "Tolerancia" para con el pensamiento del otro. Que quede claro, la intención no es boicotear el final -que por otra parte salió redondo- más bien es... no sé, me cayó bien Olaf y su certeza.
ResponderEliminarNegro, creo que detrás de la actitud de Olaf vislumbro la necesidad del escritor, que intenta conservar la ilusión y los principios. Y lo bien que hace, somos varios. Más de lo que el escritor imagina ;-)
Kisses for you, my dear!
P/D: Es necesario que te diga que me gustó? Jajaja!!!
A mí también me caía bien Olaf, pero ya estaba condenado desde que nació como personaje, así son las cosas el Literaland, BeeBee.
EliminarDetrás de Olaf está el narrador, y detrás de éste está el escritor, finalmente vengo yo, que intento mantener un poco de ilusión de que todo está bien. Sé que son muchos, pero la cantidad no alcanza. Mal de muchos...
A big kiss, My Dearest.
...seria ese su destino...y el dedo...el camino...?...?...?
ResponderEliminarun abrazo
Son muchas preguntas para un narrador que apenas sabe lo que intentó escribir. Sólo puedo decirte una cosa, tenía un final alternativo que decía: Ahora vive en paz.
EliminarUn abrazo. Mery.
Sorprendente final, me ha puesto los pelos de punta. Saludos!
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario, Rodoreda.
EliminarUn fuerte abrazo.
Sí, lo he visto por ahí... Jura que tiene la cabeza en su sitio (no como los completos, o los siquiatras...) y sin más agujeros que los de la nariz, boca y orejas. Hay tipos para todo.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Con tu permiso, yo agregaría que por suerte hay tipos para todo.
EliminarYa somos varios los que lo vimos.
Un abrazo, Amando.
Humberto, vuelvo por acá y me encuentro con un relato que me lleva a otro de Cortázar, cuando psiquiatras y psicólogos y más expertos analizan a un hombre que en una prueba de selección prefiere una banana en vez de una bella mujer y, así, le insisten en que algo en él anda mal.
ResponderEliminarLa relación está en eso que llamas la Comunidad de los Completos. Pero hubo venganza por parte de Olaf luego de creer lo que le decían: les demostró que sí tenía el dedo índice derecho. La gracia está cuando lleguen los oficiales a estudiar la escena del crimen y analicen las huellas dactilares.
Saludos
No recuerdo (o no conozco) el relato de Cortázar, pero voy a buscarlo.
EliminarEsta vez me inspiró mi 'profesión oficial', pues debo reconocer que pertenezco (o pertenecí) a la comunidad de los completos.
Lo más probable es que la huella también sea fantasma.
Un abrazo y muchas gracias, Eskimal.
La sociedad se empeña en poner todo en su sitio, en encajarnos y colocarnos como piezas perfectas de su puzle, en rechazar lo irreal o diferente, lo que roza sueños y fantasías, o ¿quién sabe?, tal vez sólo realidades diferentes, y las consecuencias de ello pueden, como en tu historia, derivar en actos irreversibles y fatales.
ResponderEliminarMe gustó tu historia. Siempre me gustan.
Un abrazo.
Hay una construcción muy personal del esquema del cuerpo, a veces es tan extrema que no podíamos menos que sorprendernos, pero es así: cada uno se 'dibuja' como le place y casi nunca ese dibujo coincide con la visión de los demás.
EliminarGracias por tus palabras, Yolanda, un abrazo.
Humberto, ha sido brutal!!!
ResponderEliminarNada como una prueba contundente para convencer a los que no pueden entender.
Un beso grande.
A veces se necesitan pruebas extremas, Ishtar.
EliminarOlaf aquí ganó, aunque parezca paradójico.
Un beso hacia el norte bien norte.
¡Buenísimo! Todos habríamos de tener un miembro fantasma aunque seamos compleros, un miembro de recambio.
ResponderEliminarMi tío abuelo perdió la mano izquierda en la guerra civil y decía que a menudo podía sentirla.
Saludos. Borgo.
Imagínate, Borgo, yo creo que tengo cerebro y ya ves...
EliminarLo del miembro fantasma es cierto, es uno de los tantos fenómenos neurológicos, así que tu tío tenía toda la razón.
Un fuerte abrazo.
Muy bueno Sr Dib. Al final son los demás los que se empañan y nos dicen lo que debemos tener o no, lo que debemos ser o no. No nos dejan tranquilos si no somos como ellos dicen que somos y es un problema demostrar a los demás que somos como queremos ser y tenemos lo que queremos tener.
ResponderEliminarEs evidente que ese miembro fantasma era imprescindible para solución que tomó Olaf, aunque los demás no se lo crean.
Abrazo
Y cualquier relación que encuentres con otras actividades es pura casualidad, ¿no?
EliminarEs que, ¿sabes?, pensé mucho en el mundo del arte para escribir este textito.
Muchas gracias, Antonio. Un abrazo.
Apuntas muy bien la fuerza de la voluntad y, a la vez, lo desastroso que resulta hacerles caso a los agoreros.
ResponderEliminarSalu2 con fastamitos revoloteando, de esos de sábanas blancas y cadenas, jajaja.
Recuerda que hay 5 horas de diferencia entre tu país y aquí, los ruidos de las cadenas de tus fantasmas me despertaron muy temprano, ¡qué cosa!
EliminarUn abrazo, Diego.
¿Y quienes son los incompletos? Los demás que se empeñan en ver la mota en el ojo ajeno... Es una gran realidad tu cuento Humberto, hoy
ResponderEliminarlos demás nos juzgan miserablemente a los que nos atrevemos a soñar a ser de otra manera. La palabra del "experto" esa sí que es la amenaza de la pérdida de la fantasía, tan esencial y válida siempre. ¡Qué pena que la educación no nos enseñe a crear fantasmas! Así nos va. Me gustó mucho, como siempre, tu cuento. Un abrazo, amigo.
¿Hay alguien que esté por fuera del sistema de creencias como para criticar objetivamente? ¿Hay alguien que no tenga su miembro fantasma?
EliminarHas captado muy bien el mensaje, Julie, me pone muy contento, con una de esas alegrías fantasmas.
Un beso.
Muchos lo interpretarán como suicidio. Pero en verdad es la defensa a ultranza de que decía la verdad. Lástima que por la razón haya que pagar un precio tan alto.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Humberto.
Con humildad digo que siempre se debe pagar un precio alto para sostener nuestras creencias, así es la vida, y yo acepto que sea así, nos hace más aguerridos, más tozudos.
EliminarUn abrazo, Antonio.
El dedo siempre estuvo ahí con el resto de dedos, pero los demás no supieron verlo. Preciosa historia.
ResponderEliminarSería muy triste entrar en los blogs, leer los relatos que a uno le parecen interesantes con el propósito que la visita o el comentario sean devueltos. Sería triste y poco sincero. Uno entra al blog de los que quiere entrar cuando puede, y ojala se dispusiera de más tiempo.
El placer es leer, aprender. Ser correspondiso es quizás el error (a veces).
Un abrazo
Es un tema MUY largo, Alberto. Creo que se trató en diversos lados, pero llevas toda la razón, uno debería leer lo que le place y dejar un comentario si quiere, sin embargo, deberías leer algunos mails que recibo, te aseguro que eso de los 3800 tipos no es algo que me juegue a favor.
EliminarDesde hace un tiempo hago lo que puedo, pero siempre pido disculpas, porque no todos ven la realidad de la misma forma, hay gente que necesita generar un vínculo permanente, cosa que trato de respetar sin ser falso.
Muchas gracias por tu comentario tan cierto.
Un abrazo.
Ser correspondido es quizás el error (a veces)
ResponderEliminarSe entendió, amigo ;)
EliminarEstoy de acuerdo con todo lo escrito referente a este tema.Leí alguna vez, que en el lugar que falta la materia, "en este caso el dedo" igual se tiene la sensación de tenerlo , debido a que el aura sigue intacta.Saludos Martha
ResponderEliminarLlamémosla aura o miembro fantasma o propiocepción, pero el apéndice no renuncia a su todo de manera tan fácil.
EliminarUn beso, Martha.
La propia Comunidad de los Completos es un espectro inquietante, solo que actúa en manada.
ResponderEliminar¡Excelente relato, como siempre!
Y hacen mucho ruido, no es que actúan en silencio.
EliminarMuchas gracias, Sícoris.
Un abrazo.
Goooood Morrrrrning!!!!
ResponderEliminarVoltarei com o tempo que você merece. Até logo.
Beijinhos Humber.
Flor
Good morning, my darling... I'm waiting for you, don't be late!
EliminarKisses.
Aqui estou de novo! Tem feito tanto calor que até o computador não escapa. Esta tarde desligou-se por sobre aquecimento. Agora estamos na varanda e já é noite.
EliminarMuito bom relato Humber. "Es más"! eu dar-lhe-ia antes o nome de morto vivo porque ele pensou que morreu mas não morreu. Já tinha ouvido falar que quando se perde um membro ou parte dele que se tem a sensação de que ele existe.
Mas porque sera que as pessoas não se metem na vida delas? O homem andava tão feliz...
Beijinhos e um abraço grande desde o Algarve.
Flor
Também poderíamos pensar que ele é um membro fantasma da comunidade dos completos, um membro que já não tem o seu espaço.
EliminarMas não só acontece com os sujeitos que não têm um membro, as pessoas se metem na vida de todos achando que só elas têm razão. Dizer o quê? Vão todos tomar... um cafezinho ;)
Beijinhos minha querida.
Lo que más me ha gustado de tu personaje es que siente a su "miembro fantasma" como algo positivo, útil; es decir, no nota su ausencia y por ello puede continuar con su vida. Mi madre estuvo muchos años parapléjica, y sentía dolor en las piernas continuamente, a pesar de que los médicos y fisiólogos le repetían que no podía ser, que no tenía sensibilidad en ellas. Lo que está claro que que hay una reticencia a perder lo que consideramos nuestro; ya sea un dedo, las piernas o esa parte del corazón que se llevan nuestros seres queridos cuando se van.
ResponderEliminarUn abrazo, Humberto. Eres mi cuentista preferido ¿lo sabes?
Venía leyendo muy seriamente tu comentario y sobre el final me desarmaste, me dejaste sin palabras y con una sonrisa en la cara. Muchas gracias, Sara, porque todas las opiniones valen, pero las de una persona tan talentosa como tú, tiene triple puntuación.
EliminarUn beso.
Bueno, cuando he leído que el dedo amputado fue el índice sabía que ese dato iba a ser relevante en la historia. Y lo fue!. Si hubieses amputado a tu personaje otro dedo en vez de ese, de ninguna manera se habría podido dar un tiro.
ResponderEliminarSúbita ficción, en efecto, y muy buena. Un placer, Humberto.
Un besazo, gracias por tu visita.
Y bueno, se trata de eso que llaman el elemento principal de la introducción, siempre está, a veces más o menos velado.
EliminarMuchas gracias, Sete.
Más besos.
La realidad es mejor aceptarla desde el principio, vivir con fantasma no es nada bueno. Como siempre, de una historia cotidiana, creas un texto literario magnifico.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Bueno, Paco... es que yo, eh, viví con un fantasma por varios años, pero por suerte decidí divorciarme.
EliminarMuchas gracias por tus palabra y por tanto tiempo de amistad.
Pobre Olaf, tenia sensacion de su dedo, ahora igual que nuestro rey Louis XVI,decapitado, tiene dolores de cabeza...
ResponderEliminarDa gusto volver para leerte!Abrazo.
No te imaginas el gusto que da volver a verte por aquí, ya lo dije antes, extrañé muchísimo a la gente del Norte, son mayoría en este blog.
EliminarDe Luis XVI algún día podemos hablar, fue un rey muy particular.
Un beso, Manouche.
¡Muy bueno Humberto!!!!!!! Con un giro que lleva a un final inesperado. Felicitaciones
ResponderEliminarMuchas gracias, Peregrino.
EliminarTe confieso que trato de escapar a los finales con sorpresa, pero de vez en cuando sale uno.
Y quiero contarte por qué trato de escapar, sucede que en ficción breve es un recurso DEMASIADO utilizado, ya era la clave de la literatura fantática del siglo XX. Sin embargo, no se puede negar que la gente todavía ama ese giro.
Un abrazo y, otra vez, muchas gracias.
Eso te iba a preguntar, si apretó el gatillo con el dedo fantasma.
ResponderEliminarLo que es una paradoja porque entonces... Ya me perdí.
EliminarUn beso, Tracy.
Las vacaciones me han tenido alejado de ti, de nuevo aqui me quedo sorprendido por el final que no esperaba de tu relato. un abrazo
ResponderEliminarBienvenido de vuelta, Icue.
EliminarToda una alegría volver a leer tus comentario.
Un abrazo y muchas gracias.
Como siempre excelente amigo, mas allá del humor, tocas un tema actual. Cuantas cosas pasan por alguien que no fue, puso el dedo. ¿Será ese dedo fantasma?.
ResponderEliminarUn gran abrazo amigo.
Hay muchas lecturas en este texto, al menos eso intenté, aunque sabes que no siempre se consigue.
EliminarEl humor es un buen recurso para desdramatizar, como dicen.
Un abrazo, Luis, y gracias.
Se você sorri eu do risada com você, se você chora eu choro com você, se você se joga de baixo de um ônibus vou sentir sua falta.
ResponderEliminarbeijos
Esses são os seus limites, minha querida, e os aceito, imagine, não vou pretender que você se jogue debaixo de um ônibus!
EliminarMas os beijo eu aceito, óbvio!
Afagos...
la fuerte presencia de la ausencia... y lo que se puede crear (y por qué no, creer) a partir de ella...
ResponderEliminarlástima que no todos estamos preparados y muchas veces gana la "comunidad de los completos"!
hay un cuadro llamado "Zapatos", para mí muy interesante, talvez lo conocés, sino te paso una entrada y algún día lo visitás:
http://trazasdemono.blogspot.com.ar/2013/05/espiritu-de-creacion.html
cariños
Ya voy a leer lo que me has dejado...
EliminarLa comunidad de los completos 4, los incompletos 1, al menos metimos un gol. Perdón por la referencia futbolística.
Un beso.
A vuelta de mis vacaciones me encuentro con este magnífico relato digno del mejor guión de cine. A ver si en realidad no llegó a cortarse el dedo (duda).
ResponderEliminarUn abrazo
Digo una vez más, el período de vacaciones del norte diezmó este blog, ¡cómo se sintió!
EliminarTal vez los equivocados fueron los que vieron el dedo destrozado, ya ni yo lo sé.
Un abrazo, José Manuel.
Muchas gracias.
Un microrrelato que bien podría ser analizado por un psicoanalista. Pero no era el protagonista el enfermo, lo eran los integrantes de la Comunidad de los completos por no saber entenderlo. Fantástico. Un abrazo.
ResponderEliminarlecturaalahoradelte.blogspot.com.es
Me alegro que hayas notado eso, pues en muchos casos 'uso' elementos de mi 'profesión oficial' para escribir relatos, pero no se lo digas a nadie.
EliminarUn abrazo, Aldonza, muchas gracias.
Muy profundo maestro!!
ResponderEliminarSiempre estoy con usted, gracias por compartir.
Sebas
Gracias a ti, Sebas.
EliminarUn abrazo.
La comunidad de los completos se equivoca el que siente su miembro lo tiene muy dentro en su mente, no es facil abandonarlo así que porque no pensar que sus ataques lo llevaron a la muerte real.
ResponderEliminarExcelente, Humber.
Besotes,
Los completos nunca están completos, pero ¿quién se los hace saber? Porque son completos, no necesitan de más conocimientos.
EliminarUn beso, Lula, muchas gracias.
Lo reconozco, me he partido de risa con el final. Muy bien buscado. Gran talento el tuyo. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Moisés, me alegra leer tu comentario.
EliminarUn fuerte abrazo.
Lo mismo sucede cuando te quieren convencer de que un amor ha sido desalojado de tu corazón. Que no existe, dicen. :p
ResponderEliminarUn abrazo, Humberto.
Bueno, me gusta tu razonamiento, esto es, que el amor tiene tanto peso y valor como cualquier parte del cuerpo.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Sensacional. Todo ingenio.
ResponderEliminar"La comunidad de los completos" es un gran hallazgo. En fin...
Vengo a deleitarme a tu blog, por tu suave ironía siempre presente, tu fantasía, y en este caso, por el delicioso juego de realidades enfrentadas.
Un abrazo
Por cierto, seguramente sabes que muchas personas "sienten" su parte faltante mucho tiempo después de haberla perdido, y la notan tan real como el resto de su cuerpo. Es un hecho hasta ahora sin explicación.
EliminarAlgo de eso sé, Volarela, soy doctor en neuropsicología. Hay una explicación, tiene que ver con la construcción mental del propio cuerpo, con la representación que nuestras redes neuronales hayan hecho de él, esas cosas. Pero lo importante aquí es la Literatura, perdón por la infatuación.
EliminarEsa comunidad, por cierto, está en todas partes (siento un cierto aroma), hay que tener cuidado de su sapiencia.
Un fuerte abrazo.
Excelente metáfora. A mí me sucede lo contrario: tengo dos piernas que, cada vez que intento jugar al fútbol, parecen haber sido amputadas.
ResponderEliminarAbrazo, HD.
Jaja, me gusta tu humor, que me imagino está basado en un hecho real, ¿no?
Eliminar¿No probaste de arquero?
Un abrazo y gracias.
Eres sorprendente, hombre!!!
ResponderEliminarEn España tenemos muchos tíos de esa comunidad, te lo aseuro Humberto.
Un abrazo.
No lo dudo, Pedro, hay de ellos en todas partes del mundo.
EliminarUn abrazo, falta poco para que vaya a España, un par de meses.
Genial. Me ha gustado mucho y es totalmente aplicable a lo cotidiano. No hay que dejarse convencer por los demás de lo contrarío de nuestras convicciones. Lo importante es lo tú crea y no lo que te dicen los demás. Una buen relato sobre la "Verdad"
ResponderEliminar¿Y cual es la verdad?
Bss
Enigmática pregunta, dicen muchos que hay tantas verdades como personas existen, cada vez creo más que tienen razón.
EliminarUn beso, Katy.
Yo estudié con un pintor conocido en la zona que le faltaban las dos manos, al haber explotado una granada de la guerra civil que había quedado oculta cuando era niño.
ResponderEliminarSu perseverancia fue tal que aprendió a pintar cuadros de una belleza increíble a pesar de esta amputación y, actualmente, expone por varias Galerias del País.
El Relato, como siempre, aporta Realidad y Reflexión...Como dicen aquí en España..."Una Gozada"
Abrazos.
Me encanta esa palabra, Pedro, gozada. Poco a poco voy apropiándome de términos españoles que tanto leo y escucho.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Creias que esta vez no iba a dejarte mi comentario, guapetón!
ResponderEliminarYo ya creo cualquier cosa, amiga.
EliminarQUE NOVELÓN NEGRO, JAJAJAJA
EliminarSi la pistola se disparó, "los completos" estaban equivocados.
ResponderEliminarGran imaginación en un relato conciso y bien escrito.
Un abrazo.
Muchas gracias, Spaghetti.
EliminarLos completos suelen equivocarse mucho, es que no dan un margen al error.
Un abrazo.
Cuando a alguien le quitamos la autoestima lo hundimos.
ResponderEliminarGenial relato.
Un abrazo, amigo
La muerte simbólica suele ser más cruel que la real, la que la Naturaleza nos tiene reservada.
EliminarUn abrazo, Antorelo.
El problema es que... bueno, aquí en el hemisferio Sur estamos en plena época de trabajo, aún nos falta mucho para las vacaciones, así que de renovado, al menos yo, nada. De todas formas, voy a hacer un esfuerzo para estar al pie y continuar con esta aventura.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Los malditos de La Comunidad se podían haber ahorrado el diagnóstico.
ResponderEliminar¿Y el Olaf, se guardó por lo menos los otros nueve dedos para usar y tirar?
(A mí se me está acabando la autoestima y 'La Comunidad' NO MUEVE UN DEDO por recuperármela, querido Olaff...)
Abrazos, Humberto
Con nueve se puede hacer mucho, pero ya eres un incompleto, lo cual es im-per-do-na-ble.
EliminarEn tu caso, tienes la estima de muchos, entre los cuales estoy yo.
Besos, Pilar.
Esta es una pieza que me parece brillante en su alegoría del mundo racional, Sr. Dib.
ResponderEliminarComo siempre, claro está, muy bien trazada; como disimulando la carga de profundidad a las conciencias que contiene.
Mis aplausos.
Un abrazo,
Muchas gracias, Pedro, eres uno de esas personas a las que no se les escapa ningún elemento de un texto, ni técnico ni emocional.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
HOLA HUMBERTO:CON MOTIVO A UNA FALLA TECNICA EN MI COMPUTADORA, QUE HACE TIEMPO SE INTALÓ , QUE ME ESTA MOLESTANDO BASTANTE; HE DECIDIDO ENVIARLA AL “DOCTOR “PARA LIMPIARLA Y DEJARLA EN CERO KILOMETRO.-
ResponderEliminarPOR ESO, LLEGO A TI, PARA DECIRTE QUE ESTOY SIEMPRE EN VUESTRA VENTANA , AUNQUE MIS VISITAS NO ESTEN MUY A MENUDO.-
TAMBIEN MIS ENTRADAS, SON BASTANTE DISTANCIADAS , POR LO QUE PIDO MIS DISCULPAS Y CON GANAS DE SOLUCIONAR EL INCONVENIENTE, PARA PODER ESTAR MUY PRONTO CON TUS ENTRADAS Y MIS COMENTARIOS.-
MUCHAS GRACIAS POR LA ESPERA Y UN BESO GRANDE.-
No te preocupes, Thony, podés venir cuando quieras o cuando puedas, que aquí todo va a ser igual.
EliminarUn fuerte abrazo y ojalá todo se resuelva pronto.
Partiendo de la base de que lo de la sierra/cortarse un dedo, "was too close to home" debo decir que me gustó mucho, porque hasta tiene ribetes políticos, sociales, psicológicos, etc. Me hizo recordar tb un carpintero "mocho" que me juró que me pagaría un préstamo, pero ahora que lo pienso, el signo de la cruz sobre su boca lo hizo con "el dedo del medio". De más está decir que aprendí la lección. Abrazo!
ResponderEliminarNo sé si fue casualidad, pero Olaf al revés es Falo...Digo, vos que andás en esas cosas...:-) No me fijé si alguien más se dio cuenta, pero con 120 comentarios...Otro abrazo!
EliminarNo, Ato, nadie se dio cuenta o al menos nadie lo dijo. Olaf, Comunidad de los Completos, cortar.... demasiadas señales para notar de qué se trata, sin embargo, como decís antes, hay otras lecturas (social, política, psi, etc.) que son muy válidas.
EliminarTe confieso que ya no me satisface contar algo unidireccional o de semántica simple, así que trato de 'cargar' de sentido al texto, pero también es mi intención no ser demasiado oscuro, por eso intento que haya diferentes planos y que todos confluyan en un contrapunto, un canon, un gran Tutti sinfónico.
Un abrazo, amigo.
HOLA. ME GUSTÓ MUCHO LA INTERPRETACIÓN DE A.TORRANTE, A MI SE ME ESCAPO, PERO TIENE TODA LA LÓGICA.
EliminarNEGRO, TU BLOG ME GUSTA POR LO QUE ESCRBÍS PERO TAMBIÉN POR LAS INTERPRETACIONES DE TUS LECTORES, UN BLOG DE LUJO.
UN TEXTAZO, ME PARTIÓ!!
ABRAZO DESDE CÓRDOBA LA DOCTA.
El suicida que no fué...
ResponderEliminarGenial
Muchas gracias, BB, eres muy amable con tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Jeje, ¡qué bueno y divertido! Me quedo con la parte formal, seria, esa en la que los defectos o carencias que podemos tener no nos afectan hasta que los demás insisten en que debe ser duro tener esa tara, y al final nos joden.
ResponderEliminarA veces somos tan débiles frente a esos ataques, creo que deberíamos tener una ración doble de coraje y de 'meimportaunhuevismo' y todo estaría mejor.
EliminarUn abrazo, Ximens.
Hola Humberto
ResponderEliminarOlaf, vivía en su feliz ingnorancia , sin hacer mal a nadie, simplemente se sentía pleno, completo, hasta que, como suele pasar con el ser humano, cuerdo y racional le abrieron los ojos y ahí comenzó su decadencia.
Decía François de la Rochefoucauld sobre la misma ignoracia Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.
A mi humilde manera de enterder no siempre es malo vivir en ella, en ocasiones es la mejor opción para ser feliz, pero como te he dicho antes siempre vienen unos cuantos que la cagan, con perdón
Y como buena española un refrán para concluir
ojos que no ven...corazón que no siente
Como siempre, un placer leer tus relatos
Un abrazo enorme
Hay una ignorancia positiva, la que te permite aceptar y reconocer que algo no sabes, pues es esta la única manera de aprender. Ahora bien, en el sentido que tú la mencionas, cada vez me cuesta más vivir fingiéndome ignorante de lo que sucede alrededor.
EliminarUn beso grande y muchas gracias por tus palabras.
vaya forma de suicidarse fantasmalmente... parece un chiste, pero lo ha convertido en algo muy bueno.
ResponderEliminarsaludos de este servidor que vos tienes abandonado aunque sepa entenderlo.
un abrazo
carlos
Carlos, cada vez me cuesta más visitar blogs, te aseguro que no es mi intención ser abandónico, pero mis actividades me tienen acorralado. No te imaginas las veces que pensé en cerrar la posibilidad de dejar comentario o de cerrar el blog, en verdad lo siento mucho. Valga como justificación muy débil que tú publicas MUY seguido y para el universo actual (saturado) de los blogs, es imposible seguir el tranquillo de tantos amigos. Yo, por ejemplo, decidí subir un texto cada 10 o 15 días.
EliminarEn fin, te prometo que entre hoy y mañana me doy una vuelta.
Un fuerte abrazo.
amigo, no tienes que prometer nada... era un chascarrillo, pero creeme que lo entiendo. A mi hay veces que me pasa lo mismo.
Eliminarte mando un abrazo
mucha suerte.
Carlos
Sé que lo tuyo fue una bromita, pero lo mío es muy cierto, yo siento culpa VERDADERAMENTE, uf...
EliminarMás abrazos.
Meu incrível escritor latino americano HDib, sensaional o conto, como de costume li de um só folego, aquele dedo de Olaf saltou de sua mão e ficou pairando nos meus olhos, enquanto lia, hipnotizado por tuas palavras. Às vezes, nem sempre o real que é bom, pois enquanto Olaf se iludia, tudo ia bem para ele, e não para os outros (engraçado, na vida os outros também tem forte influência no nosso quotidiano, e nem sempre é boa influência - divaguei...). Após o coitado ser convencido da sua triste realidade trágica, acabou o 'sonho' dele e as espectaivas de sua vida. Mas mantendo a tradição dos nossos maravilhosos escritores latinos e suas realidades fantásticas, Olaf se mata, puxando o gatilho com o dedo que pairou nos meus olhos o tempo todo da leitura deste conto. Bravo.
ResponderEliminarps. Meu carinho meu respeito e meu grande abraço.
Jair: As suas palavras são sempre tão carinhosas que fico meio sem jeito, agradeço muito os seus conceitos, acredito que você é um cara que sabe o que diz, adoro essa sua capacidade.
EliminarMas toma cuidado desse dodo não se meter dentro dos seus olhos!
Um forte abraço, rapaz!
La comunidad de los completos hace mucho más daño de lo que se cree y siempre están señalando con el dedo.
ResponderEliminarApretón de manos de esos que no duelen pero que tampoco dejan indiferentes
Deberían meterse ese dedo que señala en el... bueno, tú ya sabes.
EliminarGracias por el apretón potente.
Un abrazo.
Una frase trillada pero que se me ha venido al rompe una vez terminé de leer. "lo esencial es invisible a los ojos" que terquedad a veces de querer hacer notar a otros lo que nosotros no vemos.
ResponderEliminarGenial relato
Un gusto haberte vuelto a leer.
Gracias por la visita , un honor.
Abrazos
Gracias a ti por venir, Susana.
EliminarNo importa que sea una frase trillada, mientras exprese lo que sientes.
Un beso.
si tengo que decir algo sobre este cuento,aparte de gustarme es ¡demoledór!
ResponderEliminarMuchas gracias, es verdad, salió un poco fuerte, pero a veces pasa.
EliminarUn fuerte abrazo.
Paradojas de la vida, hay quien cree que está completo pero no tiene cerebro.
ResponderEliminarGenial Humberto
Un besito
Uf, de esos el mundo está lleno, Clara.
EliminarMuchas gracias y un beso enorme.
La personas con el nombre de Olaf se dice que Aman lo posible y lo imposible, creo qu buscastes el nombre correcto para tu relato. Alguna vez lei sobre "El síndrome del miembro fantasma" y analizando el final de tu historia " Olaf no pudo soportarlo, se disparó un tiro en la cabeza, jalando el gatillo con el dedo índice de la mano derecha, como era de esperar." Creo que el tiro fue a su corazon, a su autoestima, muchas veces estamos muerto en vida. La imaginacion tiene un poder increible. ...Siempre llego tarde pero llego y es que para leerte siempre necesito tiempo..
ResponderEliminarEse dedo fantasma no hizo más daño que las palabras oraculares de los sabiondos, una desgracia.
EliminarNo importa cuándo, lo que vale es que estés, y mira que lo digo con una gran dosis de egoísmo.
Un beso, Marylin.
el tal olaf tenía un dedo índice tan hiperactivo que lo utilizaba para todo uso y momento. hasta acusete debe haber sido.
ResponderEliminar¡bien cercenado que está aunque su alma en pena permanezca en su mismo sitio!
su castigo será el notar que nadie le hace caso por mas esfuerzos que haga en tratar influir en los acontecimientos.
un abrazo.
No me lo imaginé soplón, pero ahora que lo mencionas...
EliminarUn abrazo, Draco.
Qué gran final a modo de "Eppur si muove", muy Galileico. Bien por Olaf y su dedo, que a pesar de pagarlo caro demostró que tenía razón. Cuánto daño hace en demasiadas ocasiones la presión de la mayoría y qué afán de absorber como un agujero negro todo lo que la rodea aunque genere infelicidad.
ResponderEliminarGenial Humberto
Un beso
Me gustó esa referencia a Galileo, es tan apropiada que no hay demasiado más para decir.
EliminarBueno, agradecerte por venir a leer, por supuesto.
Un beso, Nurocas.
Siempre das a las historias un deje de subrealismo que no espero jejeje, me gusto y me llamó la atención también, mi nuevo libro el protagonista se llama Olaf, que casualidad, pensé que no era un nombre conocido. Un besazo.
ResponderEliminarVaya coincidencia, y mira que no leí tu libro... ¡todavía!
EliminarUn beso grande, Tamara.
Sobre todo curioso, el desenlace de Olaf.
ResponderEliminarAfectuosos saludos.
Rosi
Suele pasar, la vida es curiosa.
EliminarUn abrazo, Rosi.
Hola Humberto, acabo de regresar de mis largas vacaciones y ya me haces reír.
ResponderEliminarGracias por tus relatos.
Un abrazo.
Sor.Cecilia
Gracias a ti por venir a visitarme, querida Sor Cecilia.
EliminarUn beso muy grande.
¿Por qué hay ese empeño en la sociedad de meter a todos en el mismo saco: el de los normales y marginar a los demás señalándoles sus diferencias como taras?
ResponderEliminarUn abrazo Humberto.
Si pudiera responder tu pregunta, me llenaría de dinero...
EliminarEn fin...
Un beso grande.
Claro, Humberto; pero es la reflexión a la que me ha llevado tu relato y me enfurecen ciertos comportamientos socialmente admitidos. El protagonista de tu relato era feliz...
EliminarBesos y feliz jueves:)
Y te entiendo, querida amiga, lo que traté de transmitirte es que yo tampoco encuentro una respuesta para ese interrogante tan crucial.
EliminarMuchos de nosotros somos felices hasta que un completo viene a sacarnos de nuestra dicha.
Más besos.
Gran equilibrio entre verosímil e increible.
ResponderEliminarTal vez sea el territorio en el que me mueva más a gusto, Miguel Ángel.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Esta humanidad de perfectos y adictos a lógica y lo razonable, a normas y protocolos...todos esos cuerdos que nos quieren cambiar, convencer de aquello que no queremos.
ResponderEliminarTipos trajeados en bodas o celebraciones, con disciplina ferrea, relojes que controlan su vida, lecturas que tienen que ser best-sellers...
¡QUE NOS DEJEN EN PAZ¡ corremos el riesgo de volvernos perfectos y convertir nuestros sueños en ambiciones materiales, eliminar nuestra fantasía y olvidar nuestros sueños.
Análisis excelente de como se puede sucumbir a este lastre de sociedad sin identidad propia.
Besos muchos ♥♥♥
¿Y ahora qué digo yo, si ya lo dijiste todo?
EliminarPero prefiero esto, no hacer comentario de comentario y simplemente agradecer porque hayas leído con tanta atención el texto.
Un beso gigante.
Inteligentemente bueno. Una delicia de ficción. . .¿? o no? Un abrazo mi querido Humberto.
ResponderEliminarUn poco y un poco, Zuni.
EliminarMuchas gracias y un beso.
Festejo, entonces, que Olaf siga vivo. De la depresión se vuelve, no así de la muerte. ¿O sí se vuelve? ¿O será que la muerte no es más que error fantasmal? :)
ResponderEliminarUn abrazo, Humberto
La muerte es un error, como los nervios en los dientes, como el apéndice y otras cosas más.
EliminarOlaf está muerto para muchos, pero vivo para sí mismo, todo un dilema.
Un abrazo, Patricia.
La gente es muy mala, mucho.
ResponderEliminarBeso Humberto
Yo creo que todavía hay gente buena, aunque parezca difícil encontrarla, tengamos fe, Malque.
EliminarUn beso y gracias.
Wonderful post.
ResponderEliminarThank you, Denise.
EliminarCheers!
Siempre dicen que la gente que ha perdido algún miembro del cuerpo lo sigue sintiendo de alguna manera. Pero no tengo interés en comprobarlo empíricamente... Besotes.
ResponderEliminarCreo que nadie lo quiere, sin embargo, muchas pérdidas amorosas sirven perfectamente de ejemplo.
EliminarUn beso grande.
Hay una triste tendencia a hundir a la gente por cualquier peculiaridad, ya sea física o porque simplemente tenga otra concepción de la vida. Lo más curioso es que las "felices y completas" personas que se erigen baluartes de lo correcto y lo bueno suelen ser justamente lo contrario, insufribles tiranos con más taras en el alma que cualquiera.
ResponderEliminarEl pobre final de Olaf, pese a su reivindicación, es el peor de todos los imaginables.
Un abrazo
Yo prefiero un final como el de Olaf a seguir ciertos preceptos de la comunidad de los completos... Claro, lo digo desde acá, más o menos enterito.
EliminarUn fuerte abrazo.
Buenísimo, lleno de simbolismos, algo que siempre me atrae...
ResponderEliminarNo me extraña tu éxito!
Besos
Muchas gracias, Milena.
EliminarUn beso y bienvenida.
¿Sabes lo que más me gusta de tus escritos HUMBERTO? muuuchas cosas jajaja pero sobre todo, sobre todo... tu imaginación racional, eres la única persona que leo por estos mundos que consigue racionalizar lo más irracional y surrealista, por extraño y sin sentido que parezca esto que te digo ( tú lo entenderás seguro, eres muuy listo) es un don que pocas veces se da... los fantasiosos solemos perdernos en la estratosfera, los racionales suelen no creer en nada, en nada más que lo que no pueden comprobar y lo desprecian el resto... tú tienes lo mejor de los dos mundos...
ResponderEliminarY a tu mutilado... creo que le ha ocurrido que sintiendo a su manera era un hombre cuerdamente loco, pero feliz... en el momento en le que le obligaron a sentir a la manera de todos, enloqueció por exceso de cordura... lo que espero es que su suicidio fuera real en su mundo e imaginario en el de los cuerdos oficiales;))
Muuchos muuchos besos, siempre es un placer leerte... ojalá pudiera hacerlo siempre, graaaciaaass.
Es muy interesante lo que planteas, querida María, porque si lo pienso tienes toda razón, siempre fui muy racional, hasta con un espíritu científico te diría, pero jamás desestimé lo fantástico, pues muy a pesar de lo que la mayoría de la gente cree, hay un fuerte racionalismo en lo fantasioso, maravilloso, fantástico. Sin ir más lejos, Todorov tiene un libro magnífico donde analiza teóricamente lo fantástico.
EliminarPero yo creo, no lo dudes, es verdad, necesito muchas pruebas, pero todavía creo.
Ya veremos si Olaf murió o no, todavía no lo he visto.
Un beso muy grande, mi querida.
Perdón... jajaja quería decir... que los racionales no creen en nada que no puedan comprobar... me he liado... ya sabes los fantasiosos nos perdemos siempre ;)) menos mal que tú nos encuentras, como al dedo de tu mutilado;)) Muaaaakkks!!
ResponderEliminarSí,sí, se entendió... ;)
EliminarGenial. Una brazo.
ResponderEliminarUn brazo para ti también, Amapola.
EliminarUn beso grande... o mejor un eso ;)
Muchas personas no pueden seguir al rebaño.
ResponderEliminarY sienten culpa por no poder.
Culpa que hace que a veces deban disculparse.
Verdaderamente como leí en un comentario.
Otros desaparecen.
Un beso.
Desaparecer parece una buena salida, sin embargo...
EliminarEn lo personal, siempre tuve conflictos por no seguir al rebaño, culpa no, pero sí discusiones y problemas de todo tipo.
Por cierto, ¿cómo va la lectura del libro? Yo lo terminé y, excepto algunas anécdotas interesantes, en lo técnico me dejó con ganas, posiblemente sea porque esas lecciones tienen más de 30 años y todo cambió bastante.
Un beso y gracias.
Voy muy despacio en la lectura, me gusta conocer su opinión sobre literatura, sociedad.
EliminarYo no iba más allá de sus libros, de los cuales me siento fanática, entonces saber qué pensaba o qué buscaba en esa época me entusiasma.
Es verdad que todo cambió bastante pero una anécdota del principio me sonó tan actual! Esa que cuenta cuando le dio a leer un libro a su mejor amigo y éste se lo devolvió porque no podía con la literatura fantástica! Hasta hace unos años no encajaba ese tipo de literatura en la gente, al menos no popularmente.
Recuerdo que rechazaban muchos manuscritos de ese género cuando trabajaba en la agencia literaria.
No es la mejor salida, es la más fácil.
Sí sí, hay varias cosas que son actuales, ahora no me vienen a la mente, pero creo que tratan del concepto de 'lo fantástico'. Por casualidad, estoy leyendo otros dos libros relacionados: "Julio Cortázar: Perspectivas críticas. Ensayos inéditos" de varios autores, e "Introducción a la literatura fantástica" de Todorov. Ando más enganchado con cosas teóricas, en fin, son épocas.
EliminarMás besos.
Bien,eta historia,deja mucho que desear a los que entre comillas lo quieren controlar todo:incluso las c onviciones y sentimientos de OLAF.
ResponderEliminarPara mi entender, los que necesitavan sesiones de terapia eran los profesionales.Una abraçada
teràpia de xoc elèctric, diria ... Perdó, em s'extralimiti.
EliminarUna abraçada, Julio, i una salutació a la teva família.
En realidad se salió con la suya, demostró que sí existía por mucho que el resto del mundo insistiera en todo lo contrario. A veces es mejor darles la razón a todos (ejem...) así le dejan a uno-a en paz.
ResponderEliminarSaludos!
¡Tienes razón! ;)
EliminarUn abrazo y gracias.
No hay cosa peor que traten de convencerte de lo que tu sientes y ves no es cierto.
ResponderEliminarBesazo
Pero son insistidores, duros como el granito.
EliminarUn beso grande, Dolega.
Hay muchas personas que como Olaf, no son capaces de superar un traspié de la vida más que poniendo fin a ella. Cada merma, cada sufrimiento es una oportunidad para crecer y no para dejar de dar sobra sobre la superficie de la tierra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ojalá todos pensáramos así, querido Francisco, pero a veces la sociedad es tan influyente que hay personas que no logran superar las contradicciones que trae.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.