Comienzo a contarlo así, pausado y reticente, como si se tratara de la Sonata en La Menor de
Albinoni, como si todavía no hubiera renunciado a ser lo que siempre fui: un músico
que -eventualmente- toma un portaminas e intenta tocar su canción más silenciosa, con
corcheas apretadas, ejecutadas staccato en el violín.
Estaba en París, hacía frío, llovía y quería tomar un cappuccino.
Entré en Les deux Magots y me senté en un sillón cómodo de
pana verde, era la oportunidad ideal para comenzar a escribir ese cuento policial que me rondaba.
Un hombre delgado y alto está parado en el umbral de una casa de Saint-Germain desde hace más de tres horas, golpea los pies contra el piso y fuma nerviosamente. Cuando por fin ve que se aproxima la persona a la que esperaba, arroja el
cigarro. Con la mano izquierda se ajusta el abrigo a la altura del cuello y lleva
la derecha al bolsillo. Encuentra el arma, amolda la culata a la palma
y coloca el dedo índice en el gatillo. Camina en dirección a la víctima, mira hacia ambos lados, no hay nadie: el desenlace parece inevitable.
-I’mhummwellehmmwanttoarrrsaymmthateeeh…
-¡Pero la puta madre, carajo!- dije por lo bajo.
A pocos metros de donde me encontraba, sentada a una mesa con dos
tipos, había una chica rubia que no sé si trataba de hablar inglés o si
-en ese preciso momento- estaba sufriendo un accidente cerebrovascular.
Las pausas sonoras estiraban tanto su discurso que cuando terminó de armar la
frase, ya todos habíamos desaparecido, incluso los dependientes, el bar, el
mundo: su verba inconducente había borrado el universo y quedó flotando en el
silencio políglota de una Nueva Nada.
En fin... el hombre alto y delgado mató sin ningún motivo. Tenía un arma en el bolsillo, el arma
estaba cargada, la víctima estaba al otro lado de la calle, era un blanco perfecto. Qué sé yo, disparó y la mató... Ya está. La ocasión hace al ladrón al asesino y al escritor, aunque los
resultados no siempre son los que esperamos.
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por las visitas y comentarios para “Pretérito Imperfecto”.
Un fuerte abrazo a todos.
Humberto.
C´est magnifique!!!
ResponderEliminarMe chifla la ilustación, Hum, ¿de quién es?
Un abrazo.
Mayte, la ilustración es de un trabajo que me pasó un amigo, hace 'dibujo absurdo', te prometo que averiguo su nombre en estos días.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Y un beso grande.
Se llama Russ Mills..
EliminarHope you are doing well.
ResponderEliminarI'm doing pretty fine, Denise.
EliminarThank you.
Cheers!
La ventaja de que esto sea una creación de su imaginación, es que, la puede matar ;el motivo no se sabe pero...(...): puede seguir el relato hasta que le de una construcción para que todos los que lo lean queden impresionados...o intrigados?.Todo depende del color que nos lo pinte el escritor que es el artífice de la obra...
ResponderEliminarUn músico, metido a escritor, un escritor asesino...y, de la victima que se sabe...?
Un abrazo Humberto.
Yo ya me perdí, no sé quién escribió qué o quién mató a quién, pero mejor no profundizar, no sea cosa que nosotros también seamos responsables.
EliminarEl escritor siempre quiere sea algo más, me parece que allí radica su esencia.
Un beso, Bertha,
Humberto...iba a responderte el otro comentario y me encuentro con este fresquito, mejor dicho frío como dices que hacía....yo que tu para redondear el relato y hacerlo más extenso, haría de detective, investigar cuál ha sido la razón de lo ocurrido, pero que el asesino no lo note porque no tendríamos más para leerte si te descubre y hace otro tiro al blanco perfecto jajjaja
ResponderEliminar¡¡¡ me encantó !!
un beso
No... este tiene la extensión que merece, ¿para qué estropearlo más? Jeje.
EliminarMuchas gracias por tu calidez.
Un beso grande.
Está visto que somos incapaces de centrarnos en más de una cosa a la vez y al personaje París... le distraía ...
ResponderEliminarApretaos
Hay otra posibilidad... dejar de hacer lo que nos proponíamos y escribir sobre lo que sucede alrededor, ¿no?
EliminarUn beso grande, Yeste, y muchas gracias por las bellas palabras que has dejado en el blog de Dolega.
Es muy difícil concentrarse en un bar. No me explico cómo pueden hacerlo los escritores.
ResponderEliminarMe ha recordado la canción de "Pedro Navajas".
Salu2 parisienses, Dib.
Espera que no puedo leerte... es que acá están haciendo mucho barullo, ¿Diego, estás allí?
EliminarUf... qué mierda.
Un abrazo.
De todos modos, creo recordar que dijiste en una entrada que necesitabas absoluto silencio para escribir...
EliminarSalu2 silenciosos, Dib.
Eso es lo peligroso de los buenos lectores, se acuerdan no sólo de lo que dicen los relatos, sino de alguna que otra intimidad que se me ocurre contar... ¡Ay Dios!
EliminarMás abrazos.
En este caso te asesinó el cuento. (Por lo menos esta vez a vos te dictamos la falta de mérito jejej)
ResponderEliminarCon la falta de mérito me conformo, Garriga, no sea cosa que...
EliminarTengo la impresión de que siempre los cuentos acaban asesinándome, algún me dejan más muerto.
Un abrazo, amigo.
Très bon mon ami ... je suis à Paris, il faisait froid et il pleuvait et j'ai commencé à vous lire... y mientras lo hacía pensaba en que cuando sea grande quiero escribir con tú.
ResponderEliminarMuy alejado del color del sillón de pana verde, y de lo verde de tus letras, el relato me ha dejado un super buen sabor de boca... cómo lograr el resultado que esperamos... estoy seguro que tú siempre lo logras.
Amigo... un abrazo desde la eterna primavera.
Carlos
Hay guiños que escribo para mí mismo, no espero que los descubran, pero tengo que reconocer que cuando alguien se da cuenta de ello (el color del sillón y de las letras del blog) hay que destacarlo. Magnífico.
EliminarPor cierto, ¿no te gustan mis letras?
Un fuerte abrazo, Carlos.
jajajajaja Bueno después de lo que puse en el Blog de Dolega, espero que creas que sí.
Eliminarabrazos
carlos
Ahora tengo que pasar por allí, sólo espero que no haya pasado nuestra amiga en común, a ella sí que no le creo.
EliminarMás abrazos.
Olá Humberto, vejo que o relator não escolheu bem o sitio nem a hora para começar a escrever o tal livro policial. Esta foi a primeira ideia que eu tive. Voltarei para ler nas entrelinhas rsrsrsrrsrsrss.
ResponderEliminarBeijinhos Humber!!!
Ou sim, escolhi o melhor local para que apareça este conto. Bom, é verdade, policial não foi! ;)
EliminarUm beijinho, minha querida, você volte quando quiser!
Me gusta esa frase inicial que, a pesar de los obstáculos trata de expandirse hasta convertirse en un relato. El desarrollo del policial quedó un pelín abrupto, es cierto, pero el relato macro quedó muy Dib! :-)
ResponderEliminarMuy bueno, Humberto
Un beso
ps: también me gustó mucho la ilustración
¿Un pelín abrupto? Quedó absolutamente abrupto, pero sin ese final intempestivo y forzado todo el texto se habría venido abajo.
EliminarA veces me pregunto qué querrá decir 'muy Dib', incluso me pregunto si no se trata de una cosa mala y contagiosa.
Un beso grande, Betina, hace unos días me hablaron de ti.
Ja, sí, lo de "un pelín" era en chiste. Muy "Dib", para mí, quiere decir que se reconoce un estilo personal en tu escritura, y eso es bueno! (y capaz que contagioso :)
EliminarBesos Humberto
ps. ¿te hablaron bien o mal?...
Muy bien, fue en una reunión de blogueros, todos coincidieron que eras muy amable y que dejabas comentarios en serio, nada de palabras vanas.
EliminarMe alegro, te soy sincero.
Gracias por hacérmelo saber, Humberto, también me alegra.
EliminarEs así, no me gusta comentar por comentar, ni para quedar bien, ni para adular. Menos que menos para hacer sentir mal a nadie (qué perdida de tiempo mutua). En realidad, aplico la conocida fórmula "no le hagas a otros lo que no te gustaría que te hagan a vos".
Te mando un beso
Ojalá todos pensaran así...
EliminarMás besos,
Me pareció excelente Humberto, jugamos contigo a participar de la construcción del relato o del asesinato... ¡Muy bueno! Abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias por tu presencia y por tus palabras amables, Osvaldo.
EliminarNi que decir sobre el honor que siento que se lean mis relatos en tu programa.
Un fuerte abrazo.
El instante justo es clave. A no ser que seamos pacientes y creamos en el eterno retorno de Nietzsche.
ResponderEliminarUn saludo.
Bueno, para mí cuando un suceso pasó, ya no hay vuelta atrás... tal vez pueda volver a ocurrir, pero en muchos años, cuando ya no pueda ni enterarme.
EliminarUn beso.
Vaya tipo tan especial. Espero no estar en el punto de mira de un señor de esos, al menos en unos cuantos años.
ResponderEliminarUn abrazo
Pero mira si te escribe un cuento maravilloso o te toma como su Musa, no sé, deberías pensarlo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Algo me dice que el asesino volverá. No merece un final interruptus. :P
ResponderEliminarBesazo
A mí se me ocurre que va a mudarse a tu blog y que va a acosar a tus amigos, deberías tener cuidado con quien te relacionas, ya te dije que hay un tal HD que me cae bastante mal ;)
EliminarMuchas gracias por lo que me has regalado, querida Dolega.
Guapa, venga, joderrrrr...
Pero el relato lo terminó...o lo dejó en suspenso?
ResponderEliminarEl molesto reaccionar ante el padecimiento de otro, aunque el resultado sea el que uno espera.
Un beso
¿Y vos crees que yo sé si lo terminó o no?
EliminarJusto estoy leyendo un libro de Orhan Pamuk que habla del tema de identificar al personaje con el autor, dice algo con lo que muchos no concuerdan: que es un honor que suceda eso, pues muestra que en cierto punto te creyeron.
Cada acción genera una reacción (una obviedad), lo interesante es que sea literaria.
Un beso, Dana.
No, creo que no sabes. En realidad estaba jugando con el título del relato.
EliminarY lo de la acción-reacción es así aunque sea una obviedad, hasta en quien escribe el relato. Todo literario obvio.
Entre nosotros, hace mucho tiempo, cuando estudiaba francés, aprendí esa frase (en souffrance) y lo primero que dije fue que iba a escribir algo al respecto, por los diferentes sentidos que tiene. Lo cumplí, pero no sé si le hice honor a la frase.
EliminarSegún mi precario uso del francés, sí, de ahí mi comentario primero.
EliminarMñlufrresjhyuvrresabdelanación!!!¿Te acordás de la tira cómica del gordo Villanueva?jaja...¡Son años!!!!! y hablando en serio,si no te dirigís en perfecto francés ,no se molestan en entenderte- Cariños Martha
ResponderEliminarAlgo sé del comportamiento de los franceses para con los turistas, al menos de los parisinos. Es preferible hablarles en rumano que en inglés, peor si es tan malo.
EliminarUn fuerte abrazo, Martha.
intentar escribir en un bar con tipos y tipas que entran , beben, hablan ,disparan y salen y hasta los dependientes se van como que complica un pelín la cosa
ResponderEliminarmejor ir de sombra e intentar impregnarse de todo el ambiente y luego en el rincón del cuarto propio dejar asomar los aromas y sensaciones que en el cuerpo se traen
besitos y buena jornada Humberto
Hay veces, la mayoría, que por más vueltas que de por un lugar, no se me pega ni un miserable aroma, por eso me gusta recorrer lugares, países, en algún lado mi Musa debe andar escondida.
EliminarUn beso grande, Elisa.
Excelente relato, nos mantiene todo el tiempo esperando el inevitable desenlace, que al final no se da. La terrible duda me acoge...
ResponderEliminar¿Te tomaste el capuchino?
Un abrazo maestro.
No, porque la camarera se equivocó y me trajo un latte macchiato, ¿podés creer?
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Vaya lío sonoro más bien montado. Solo le falta que suene el disparo. Estupendo. Gracias por tus letras, Humberto. Despertan la imaginación...
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por tus palabras, Javier, cuando vienen de una persona que tiene tanta experiencia en leer relatos, el orgullo es enorme.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me da Humberto que te estás superando. esto pues¡de ser el inicio de una novela negra:) Muy bueno, un cuento dentro dentro de otro como si si de un sueño se tratara.
ResponderEliminarMatar sin motivo, igual era para estrenar la pistola o entra dentro de la novela directamente junto a los dos tipos. ¿¿¿¿ Podemos seguir????
Bss
Yo querría seguir, pero el personaje me amenazó, dijo que si se me ocurría levantar un dedo para contar algo más, venía y me ahorcaba, pues aseguró que era más silencioso. Uf...
EliminarUn beso grande, querida Katy.
El buen escritor nunca sabe cómo va a terminar un relato...el buen escritor, simplemente, siempre encuentra un buen final para su relato. Excelente, como siempre, Humberto. ¿Que tal las presentaciones del su libro?. Saludossss
ResponderEliminar¿Y los malos escritores qué hacemos? ;)
EliminarHasta abril está todo tranquilo, las últimas presentaciones las hago en la feria del libro de Buenos Aires, después ya tengo que ir pensando en otro libro.
Un fuerte abrazo, Paqui.
Buen rrlato. Rico el capuchino? Cariños
ResponderEliminarEl café estaba un poco quemado, pero se dejó tomar.
EliminarMuchas gracias, Norma.
Seguro que el escritor acaba por cepillarse a todo bicho viviente, y al pistolero el primero, y termina sentado en el sillón de pana verde, con un cigarro en la mano, y en la otra degustando su cappuccino.
ResponderEliminarUn abrazo Humberto.
Aquí 'cepillarse' significa algo muy particular, pero no entra en contradicción con lo que dices, sólo que tendremos que tener cuidado de tener calzones de lata ;)
EliminarUn fuerte abrazo, Rafa.
¿En París? Más bien diría, en Chicago, en los años 30. Y la frase incomprensible, sería una de esas largas y soporíferas que sueltan los italianos cuando están llenos de entusiasmo. El capuchino va bien en la historia. Me pregunto por qué es el dedo índice el encargado de apretar el gatillo ¿Por qué no lo hace el corazón, que es más largo? Cosas de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Antonio.
Me dejas pensando, creo que el dedo índice ya dispara por sí solo, si no fíjate cómo señalan algunas personas, parecen que fueran a matarte.
EliminarChicago, Paris, Buenos Aires, en todos lados hay un asesino listo para acabar con un buen relato.
Abrazos, Antonio.
Inesperado desenlace, se mantiene la tensión hasta el final. Un cálido saludo.
ResponderEliminarImagínate que hasta yo estoy intrigado de qué demonios vaya a suceder, lo peor es que estoy seguro de que ese escritor no va a buscar una continuación.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
El escritor desaprovechó la oportunidad de escribir una historia de terror sobrenatural o una historia de terror suspenso. La rubia podría ser de una manera insolita su musa.
ResponderEliminarPodría haberla incluido como personaje, como una reina del grito, una rubia llamativa, no necesariamente lúcida, que intenta huir, para tropezarse mientras corre.
Después de leerte me pregunto, y lo hago muy en serio, ¿por qué no le encontrás un final vos? Veo que tenés muchas ideas, principalmente relacionadas con la rubia, pero ojo, te aclaro que me contaron que es bastante fulera ;)
EliminarUn abrazo, Demiurgo.
Bueno, ya te debo la del relato del vecino ruidoso, con una mujer, de belleza notable. ¿En serio es fulera? Pero un escritor puede transforma la realidad para que se acomode al relato. Claro que también podría tener algo irónico que una rubia se ofenda porque no la tengan en cuentan para ser una reina del grito, una víctima, porque la consideran fulera.
EliminarUh, debo dos relatos entonces. Salvo que los unifique. Pero mi inspiración es caprichosa.
Es fulera para mis ojos, pero vos podés armarla a tu modo.
EliminarNo sigas dando datos, simplemente escribí algo, si siempre te veo enganchado con alguna propuesta de otros blogs, ¡no me abandones en esta! ¡Con uno solo me basta, eh!
De momento ya tenemos un asesinato...y el cuerpo del delito. Por ahí empieza casi siempre Hitchcock, enseñando al muerto y al que,,,¿culpable o inocente?
ResponderEliminarQuien bien empieza bien acaba, creo.
Un besazo, Humber.
Estoy de acuerdo, pero me gustaría saber si el muerto es un hombre o una mujer, leí el texto cien veces y no puedo determinarlo. En fin...
EliminarBesos grandes, Marián.
Resulto mas facil apretar el gatillo que concentrarse en la construccion del relato, el lugar no era el sitio mas indicado para hacerlo, o tal vez si.
ResponderEliminarUn abrazo
Es así, José Manuel, se encabronó y no quiso saber nada más del relato, decidió que alguien tenía que morir, por suerte no fue la rubia de la mesa de al lado.
EliminarUn abrazo y gracias.
Sos genial Humberto, tenes una voz única tu voz propia, podria reconocerla entre miles..!
ResponderEliminarUn abrazo desde Mendoza.
Fede.
Gracias, Fede, sos muy amable.
EliminarUn abrazo hacia Mendoza. (mandá vino)
So unusual.
ResponderEliminarWow.
Well, thank you Rick!
EliminarCheers!
Eres un crack!
ResponderEliminarCualquier relato tuyo suena genial y consigues que imagine a cada uno de los personajes, en tan breve tiempo te metes en la historia...
Simplement magnifique!!
Un abrazo!
Tal vez un día se descubra que soy apenas un gran mentiroso, que es más o menos decir un gran escritor, ¿o no?
EliminarMuchas gracias por el aliento, Norita.
Un beso.
Calculo que un escritor de novelas policiales es básicamente un tipo o mina que no se anima a empuñar un fierro y ejecutar lo que piensa. Algunos suelen llamarlo "leyes de convivencia" otros "Falta de huevos". En Irak, hasta donde se, te cagan de un tiro por escuchar Iron Maiden, en Guantánamo en cambio lo usan durante los interrogatorios-Anyway, en otro orden de cosas, es curioso como el término "To go postal" se usa para describir una persona enajenada que le dispara a sus colegas de trabajo - Originariamente se debe a que algunos de estos empleados parecían olvidarse de las "leyes de convivencia". On another note, recuerdo un episodio narrado en una cena sobre un vecino que se propasó. Me pregunto cómo terminó. Abrazo!!
ResponderEliminarEstoy del lado de los que consideran una tortura escuchar Iron Maden, y mirá que no soy de los que les gusta Luismi.
EliminarLa mentalidad de un escritor de policiales es un pozo muy oscuro, lo peor es que, a veces, parecen tan normales. Sin ir más lejos, pensá en Dany que le gusta matar a tantos personajes, mejor no profundizar.
Lo de la cena terminó bien, es más, ahora se toman el tema para la joda, poco falta para que esos hagan un triplete, uf...
Abrazos.
Mirá vos, lo que menos me esperaba. Me alegro. En cuanto a Dany, un Oscar Wilde comparado a la BB - Esa sí que no dejaba títere con cabeza. Ahora se la nota un poco más atenuada. Debe ser la edad. Si llega a leer este comentario I'm up shit creek without a paddle! jaja! Abrazo!
Eliminar¿Dany o la BB? Je...
EliminarAhora estoy al dia, ya leí todos los ultimos cuentos, pero este es especial, tiene algo raro como si uno estuviese en el bar de Paris y viviese la escena con el escritor-músico.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu forma de contar historias y no lo digo para quedar bien porque no me conoces.
Un saludo.
No, la verdad es que no te conozco, pero confío en ti, si no para qué habrías venido hasta aquí a dejar un comentario. Pero quiero aclararte algo, yo te vi en Paris y fuiste la víctima. Lamento decirlo ;)
EliminarUn abrazo.
Quiero saber que pasó??
ResponderEliminarMurió el escritor o el escritor mató a la chica rubia, jaja.
Me tome el trabajo de traducir lo que dijo la señorita
I’m well I want to say that… lo hago porque ella sabía a quien iba a matar el hombre.
Ahora tienes una colaboradora!!
Besotes.
No te imaginas lo cerca que has estado de decir algo MUY importante, no sé si para el relato, pero sí de la idea que me lo generó. Pasan cosas extrañas aquí.
EliminarEs así... Un beso grande y muchas gracias.
!Hola,Humberto!
ResponderEliminarMal momento para empezar una historia,sobre todo en París,con lluvia y frio.
Me has hecho reír con la rubia señorita nada jajajaja.
Me ha gustado tu relato,ha estado genial.Muchos besos,Humberto.
Muchas gracias, Cristal, me alegro que te sacara una risa.
EliminarParís no es un mal lugar para escribir una historia, después de todo.
Un beso muy grande.
!Hola!
EliminarLeyendo mi comentario me he dado cuenta que lo que quise decir es que París es un buen sitio pero que con lluvia y frio esta mas triston.A mi es que esos días me ponen tontorrona jajaja.Aunque para un escritor cualquier lugar es fuente de inspiración,haya el clima que haya.Me gusta París,lo conozco.
Estos despistes me ocurren por hacer los comentarios con nocturnidad y alevosía jajajaja.
Muchos besitos,gracias por tu paciencia.
Pero no me pareció mal tu comentario, tampoco un despiste, creo que donde hay personas que ven una maravilla otras ven una cotidianidad, esa diferencia es lo mejor de esta vida.
EliminarY que quede claro que no es que te tenga paciencia, paciencia se tiene cuando alguien molesta, tú estás muy lejos de incomodarme, por el contrario, agradezco tu opinión.
Más besos.
Pero, finalmente, la única que no muere es tu inspiración.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchas gracias, Rafael, con palabras como las tuyas uno desea escribir más y crecer.
EliminarUn fuerte abrazo.
Cada uno cumplía lo que consideraba su misión, ¡que se yo¡.
ResponderEliminarEl asesino mató y eso quedo claro, no así el resultado del escritor ...él ha de esperar si quiere saber, él sopesará y al final él mismo emitirá su propio juicio.
Besos muchos ♥♥
tRamos
El destino de todos aquí está bastante enmarañado, pero creo que el escritor ya emitió su juicio: esta historia no daba para más.
EliminarUn beso muy grande, querida Tramos.
Lo leí varias veces y siento que es una canción completa. Viste esas que vienen con todo y de golpe se terminan? Pero curiosamente el final es suave (paradójico porque termina el relato a los cuetazos) Es como un chan, cha, chan, cha, cha chaaann, y... plin. Se acabó, como se acabó la paciencia al escritor.
ResponderEliminarMe gusta la búsqueda. Seguís jugando, Negro y eso se agradece SIEMPRE.
Kisses for you, milord!
Muchas gracias, BeeBee, sabés que probar te permite saber si X herramienta sirve o no como medio de expresión propio, creo que se trata de eso, aun en contra de subir un texto 'popular' y tener los halagos habituales.
EliminarEstuve a punto de subirlo con audio, ya lo tenía grabado, pues es para escucharlo más que para leerlo, por eso me alegra que te hayas dado cuenta de su musicalidad.
A big kiss, my BeeBee.
Pues me ha encantado ese desenlace precipitado y la manera de explicar el por qué. Me ha parecido ver al escritor en el café: me lo he imaginado vestido de negro, con algunas canas en el pelo, con su libreta garabateando... y la rubia, seguro que estaba bien buena, y por eso al escritor se le fue el santo al cielo.
ResponderEliminarMe has descrito a mí, Rita, sólo falta que digas que tenía una barba candado, je.
Eliminar¿Tú quieres decir que tenía celos de los otros dos... o que porque estaba muy buena el se enojó? Bueno, suele pasar.
Un fuerte abrazo y muchas gracias,
A quien no le ha pasado? comenzar a escribir con una idea, y terminar leyendote algo totalmente opuesto a lo que intentabas al inicio? pero, al menos para mi, eso es parte de la belleza de escribir, aunque al final no lo entienda nadie mas que tu mismo jejeje.
ResponderEliminarPobre rubia, yo me sentiria igual en Paris.
Abrazo, amigo.
Ahora que lo pienso, creo que fueron muy pocas veces las que el resultado de un texto era igual a la idea que lo generó, eso es lo mejor, como bien indicas, yo me doy cuenta de que los escritos que más me convencen son aquellos en los que me sorprende saber que lo escribí yo. ¿Cómo diablos se me ocurrió esto? Más de una vez dije esa frase.
EliminarEn fin... no te imaginas como hablo francés yo, me echarían de cualquier bar.
Un fuerte abrazo, Syd.
"Il ne faut pas vendre la peau de l'ours avant de l'avoir tué".
ResponderEliminarEscribes : "Camina en direccion a la victima". Victima aun no hay sino el pobre escritor tartamudeando bajo lluvia parisiana...
Mil besos gitanos.
Es que él ya intuía que iba a haber una víctima, al final fue él mismo, víctima de no poder escribir lo que le apetecía. Suele pasar.
EliminarUn gros bisou, Manouche.
Ja, ja, ja....me encanta.
ResponderEliminarMe alegra mucho, Pseudo.
EliminarUn abrazo.
París es perfecto para hacer cualquier cosa, inspira.
ResponderEliminarLo que le encaja peor es lo de matar, yo creo que el hombre alto y delgado que espera en San Germain a su víctima, le ha faltado escuchar las notas relajantes de la sonata para violín y clavicordio de Albinoni, estoy segura de que le hubiese relajado y evadido de su intención.
Antes de que se me olvide, quiero decirte que ya tengo tu libro, mil felicitaciones por tu ingenio.
Tengo que agradecerle mucho a mi amiga Ámbar por habérmelo proporcionado y a ti por esa dedicatoria, aún no lo he acabado, pero siempre que lo leo, me doy cuenta de la cantidad de kilómetros que ha recorrido antes de llegar a mis manos.
Repito, gracias a los dos.
Cariños.
kasioles
Me parece que ese hombre que mató no se hubiera calmado con nada, ya estaba condenado por el escritor a ser un asesino.
EliminarMe alegra mucho saber que el libro ha llegado a tus manos, es cierto, hizo muchos kilómetros y llegó a su lector ideal. Ambar fue muy amable, realmente la aprecio mucho.
Un fuerte abrazo, Kasioles.
Me encanta eso de que no quede muy claro qué parte es realidad y qué parte es ficción. Bueno, lo mismo sí queda claro y yo soy un poco lerda, que también puede ser... Jajaja. Besotes.
ResponderEliminarEstoy estudiando un trabajo sobre realidad y ficción el Literatura, es muy interesante, porque las relaciones no son tan simples como uno tiende a pensar.
EliminarNo, no eres lerda, la estructura profunda del relato tiene como sostén esa duda, de allí el nombre.
Un beso grande.
Me ha gustado mucho,Humberto, ese juego que hoy nos propones.
ResponderEliminarEl escritor que a la vez que se inspira se desconcentra y acaba haciendo una macedonia entre la realidad y la ficción con mucho ingenio.
Me ha encantado y me ha hecho arrancar una sonrisa.
Un beso,
Una sonrisa, cuando el texto la busca, es el mejor premio para quien lo escribió.
EliminarMuchas gracias, Tesa.
Un beso grande.
Qué excelente combinación de broma, juego, guiños... y maestría para atrapar al lector hasta el punto final. Un placer leerte, como siempre.
ResponderEliminarAbrazo, Humberto.
Muchas gracias, Rob, probando estructuras y estilos se llega a resultados inesperados, me gusta experimentar, creo que a esta altura ya lo sabés.
EliminarUn fuerte abrazo.
Gran historia que se dispara a sí misma dentro de su propio universo.
ResponderEliminarEl lector queda en agradable shock de pararealidades repentinas.BRAVO.
Gracias Carlos, es un texto que se explica a sí mismo, el lector (y yo) quedamos como simples espectadores de lo que sucede.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Maravilloso Humberto, me encanta la mezcla que hacés, empezás de una manera y luego llevás el relato para otro lado... Además me hizo reír. Lo tiene todo.
ResponderEliminarCada vez escribís mejor, de verdad te lo digo (y eso que te vengo leyendo hace tiempo).
Un beso grande, espero que estés muy bien
Estoy muy bien, Eva, muchas gracias.
EliminarLo que noto es que por fin estoy logrando salir de ciertas estructuras 'conocidas', en una eterna búsqueda de eso que llaman el 'estilo propio'.
Tus palabras me ayudan mucho, muchas gracias.
Muchos besos hacia Madrid.
Me ha gustado mucho el ambiente que has creado y el cambio narrativo dentro del texto. El fondo que querías reflejar sólo lo sabes tú, pero me ha gustado la imagen mental que he (has) hecho.
ResponderEliminarUn abrazo!
¿Tú crees que yo sé qué quise decir? Esa es la maravilla de esto, el sentido profundo, si es que lo hay, queda en cada lector. Una imagen mental bien armada es todo un elogio.
EliminarUn abrazo y gracias.
Me encantó tu crónica, Humberto. Cuantas veces me senté en un bar a tomar un café con leche, o un cortado, con la libreta en la mano, o un libro, y me dejo llevar por las conversaciones de las mesas linderas, termino a veces con los nervios crispados cerrando el libro o la libreta.
ResponderEliminarGenial.
Un saludo
Para eso está la música y los auriculares, pero no sé si te molesta escribir con música de fondo, hay de todo. En lo personal, si salgo a cazar conversaciones, las escucho y anoto alguna cosa que me haya llamado la atención, después en mi casa, en el más absoluto silencio, escribo algo al respecto. Finalmente, cuando está terminada y si me gustó, pongo música a todo volumen.
EliminarNo sé por qué te conté todo esto, debo estar hablador.
Un abrazo y muchas gracias.
Qué suerte para el escritor poder matar a un personaje que incomoda, siempre, en última instancia podemos matar al que está demás. Bueno, como en la vida, pero con otras texturas. Un abrazo.
ResponderEliminarY con sangre en forma de tinta, me parece mejor.
EliminarUn abrazo, Darío.
Hola, estos son finales felices y no lo que ponen en los telediarios...Me ha gustado tu blog, con tu permiso, iré fisgando por el ojo de la cerradura...Besos (por cierto, mi blog ha sufrido un desbarajuste, por mi culpa, he borrado más de mil entradas por error. Espero que lo encuentres divertido aunque sea a medio gas...estoy trabajando en ello)
ResponderEliminarLeí que algo habías hecho y que se desbarajustó tu blog, espero que puedas recuperar lo que borraste, siempre hay que tenerlo un back up.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, y bienvenida.
Este relato, bueno ya sabes que me gusta la música, pero considero que es escuchar de fondo Sonata en La Menor de Albinoni, , esa cadencia melancólica, ese lento pasar de tiempo, en el que al final de la noche vacía lleva como compañía el taconeo de un hombre discreto que sin dudarlo se acerca a esa mujer rubia y porque no entre lenguas y lenguajes seguir creando nuevas historias
ResponderEliminarBeso loco Humberto
Un mensaje ensoñado, María, muchas gracias.
EliminarBesos locos para ti también.
Me ""comí" literalmente alguna palabra, disculpa ando mal de los OjOs
ResponderEliminarsuena raro pero si , ando mal jajaja
mas besos
No te preocupes, amiga, para mí quedó muy bello.
EliminarMás besos,
Pasear escuchando música con auriculares, aislarse de tu entorno, es lo más parecido a vivir dos realidades paralelas. Recuerdo cuando paseaba por París escuchando "Space Odity" de Bowie una y otra vez. Me ha recordado mucho tu relato.
ResponderEliminarSaludos. Borgo.
Cuando ando de viaje, cosa que hago todo el tiempo, siempre voy con los auriculares clavados en los oídos, me encanta relacionar un lugar con una música, porque luego la música sola me trae recuerdos asociados mucho más vívidos que si no la hubiera escuchado.
EliminarUn fuerte abrazo, Borgo.
Y... ¿el café? Espero que haya estado delicioso. Jajaja!
ResponderEliminarMe encantó.
Muchos besos y anises a granel.
Estaba un poco quemado, pero ya en ese momento nada importaba.
EliminarUn beso muy grande.
Y luego están los ladrones de palabras, incluso los asesinos de palabras, cada uno hace lo que puede.
ResponderEliminarBesos
Es llamativo venimos de un texto de ladrones de palabras y pasamos a uno de asesinos, ¿no estaré queriendo decir algo más?
EliminarVoy a pensarlo.
Un beso y muchas gracias.
Querido Humberto esos giros melismáticos son una delicia, a votre sante!!
ResponderEliminarTu comentario me transmite que has sabido encontrar la esencia de este texto, esas cosas me alegran mucho, Carmen, muchas gracias.
EliminarUn beso grande.
Estaba en París, hacía frío, llovía y quería tomar un cappuccino mientras intentaba escribir un relato, creo que el relato llego primero y el café quedo frío como el día, o no?.
ResponderEliminarLa ocasión hace al ladrón al asesino y al escritor, aunque los resultados no siempre son los que esperamos, pues estoy de acuerdo contigo, cualquiera de los tres busca un momento oportuno, para cualquiera de esas cosas, solo que el escritor, le roba a su ingenio, para amar, matar, robar o cualquier razón o motivo que le inspire un relato, sea ficción o basado en la realidad.
París, ciudad romántica, la ciudad del amor donde puede pasar, de todo y porque no un crimen, solo el escritor y el estado de ánimo en que se encuentra en ese momento, pueden cambiar o decidir, cada pasaje del relato, es su creación propia.
Un abrazo.
Ambar
Qué comentario más detallado, Ambar, me gustó mucho, es llamativo que la ocasión genere tres tipos tan diferentes de personas, el escritor puede generarlos todos, eso es lo maravilloso.
EliminarUn beso enorme y muchas gracias,
Hola Humberto
ResponderEliminar-¡Pero la puta madre, carajo!- dije por lo bajo.
Expresión del escritor o de quien ve llegar una situación…
Bueno, ya sabes andar con prisas no es bueno, acabo de llegar y aún no me he quitado los dolientes zapatos, esa frese-pregunta se me quedó fuera del comentario.
Mi amiga vuelve en ocho días de sus vacaciones y entonces podré volver a disfrutar de la comodidad de mi sofa y mi libro.
Otro abrazo.
Ambar
Yo creo que del escritor que ve frustrado su relato policial por un sonido que le parece gracioso y molesto a la vez.
EliminarNo, no es nada bueno andar con prisas, tu sofá y tu libro te esperan.
Más besos.
Mató sin motivo??...vaya, si hay algo que creía tener claro es que, fuesen los que fuesen, justificantes/ados o no, motivos tenía.
ResponderEliminarLo que me gusta a mi un toquecito de novela negra!!, con sus lícitos actos de dudosa moralidad por motivos solo admitidos en sus líneas...mmm...
Ocasiones que son capaces de hacernos... qué interesante...acabo el día rumiando la idea, me gusta.
Un besete Humberto
Me parece que ese 'mató sin motivo' es lo único que podía decir cuando ya estaba totalmente falto de concentración, y no quería esperar para finalizar el relato.
EliminarUsted rumie (¿se dice así?) porque algo bueno puede surgir.
Un beso grande, Nurocas.
Y en aquel momento llegò el cappuccino con su corazòn rebosante de espuma y qué mejor que deshacerse cuanto antes de la vìctima... Y ahora que se revele al autor porque merece una explicaciòn, o al menos una palabra, o mejor nada.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato negro en el sofà verde de un café de Parìs. Un placer conocerte HD.
Saludos desde Venecia :-)
Bienvenido, Chusa, muchas gracias por tu comentario tan literario.
EliminarUn abrazo hacia Venecia.
Nada como un buen cafè en unos de los bulevares parisinos para que la creación del artista se reanime.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
paco
Europa en general tiene buenas locaciones para escribir relatos, aquí en América salen otro tipo de escritos, por ejemplo, me parece casi imposible escribir una historia de fantasmas en Brasil, error mío, claro.
EliminarUn fuerte abrazo, Paco.
Que difícil se me hace, a veces, comentarte. La escena del escritor me recordó a Humphrey Bogart y lo demás (pienso yo) instantáneas, por el enojo, ya que tú escribes en silencio. Y como soy de las que leen los comentarios, fui al blog de Dolega. De ahí, me llamo la atención que dentro de un comentario tuyo dices “…… “vendo humo” y curiosamente cuando me preguntan de que trabajo contesto “vendo ilusiones”. No tiene nada que ver con el texto, pero me enganche con eso y solo quise comentártelo.
ResponderEliminarComo ves de una forma u otra logras engancharnos.
Cariños…..
Lo de vender humo intentó ser un vendo ilusiones, es decir, era como decirle al oficial 'vengo a vender nada, pero parece que esa nada gusta'.
EliminarEn relación con los comentarios, muchas veces sé de antemano que un texto no va a gustar o no va a ser entendido, pero no permito que eso me frene para subirlo, porque, sabes qué, estoy un poco aburrido de los textos con estructuras conocidas o esperables, necesito recrearme y divertirme con la variedad. Entonces sí, cada tres o cuatro, subo uno de esos que se entienden sin ningún esfuerzo.
Pero no quiero que me malinterpretes, no es que menosprecie la capacidad de entendimiento del lector, es que en verdad son muy... retorcidos.
Un abrazo y muchas gracias por tus palabras.
Realmente una buena secuencia para un relato, tan simple que no lo es, sin mencionar el giro inesperado que termina con una ovación de pie.
ResponderEliminarSaludos , un fuerte abrazo!
Muchas gracias, Morbid.
EliminarUn fuerte abrazo.
Eres genial!!!! Un beso
ResponderEliminarSiempre se agradecen las palabras de aliento, Mery.
EliminarUn beso grande.
La casualidad siempre es un factor importante en el desarrollo de las historias, vivir o morir penden de un hilo tan fino como el trazo del bolígrafo que escribe la historia.
ResponderEliminarSalud.
Así de simple, Oski, nada más que agregar.
EliminarUn fuerte abrazo.
Bang, bang y bang, la rubia de la casa de Saint-Germain no volverá a molestar nuestros afrancesados oídos con su dialecto normando.
ResponderEliminarBuen fin de semana al sol Humberto.
Un abrazo.
¿Mataron a la rubia? Quéhijosde...
EliminarUn beso grande, mi querida Ishtar, un buen fin de semana para ti también.
Logras que viva la historia de una manera que aún oigo los disparos y huelo la muerte a través del cristal de este café.
ResponderEliminarComo siempre un placer Sr. Dib.
Besos de gofio.
Al menos no recibiste ninguna bala perdida, uf...
EliminarMuchas gracias por tus palabras, Gloria.
Un beso grande.
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ResponderEliminarI didn't get you, twat.
EliminarYo creo que los resultados, del asesino, del escritor o de quien sea, rara vez son los esperados. Pero lo lindo es el mientras tanto. Imaginar la historia, fumar un cigarrillo en una esquina, tomar un cappuccino.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo.
Me convenciste, o lo decís de una forma que me atrapa o es que soy un facilongo.
EliminarLo del cigarrillo, paso, pero se puede reemplazar con otra cosa.
Un abrazo, Yoni.
Eso de saber juntar misceláneas es cosa de los que saben escribir. Muy bueno Humberto. Para escribir no hace falta grandes argumentos, sino saber contarlos y lo lograste.Un abrazo de viernes.
ResponderEliminarMuchas gracias por las palabras, Genessis. Es que, como le decía a una amiga ayer, cada vez me gusta más el cómo, el qué me está resultando aburrido.
EliminarUn beso muy grande.
Genial, Humberto, admiro tu capacidad para crear historia. Yo no sé hacerlo, se me agolpan las ideas y me sale un engendro, por eso opto por la poesía: pura sugerencia y allá cada uno con lo que interpreta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Me encantaría escribir poesía, Francisco, porque me gusta que el sentido se lo dé el lector, y en prosa eso es bastante difícil.
EliminarUn abrazo grande.
gracias humberto, por pasarte por foto grata. un saludo
ResponderEliminarGracias a ti, amigo.
EliminarUn abrazo.
Humberto ¿no será Manuel, el del violín? La verdad es que esta historia me ha parecido una continuación de la otra; un violinista que tiene el deseo de escribir un cuento y a demás policíaco, en el final creo que está todo el misterio, en el ladrón, el escritor y el asesino. Como verás sigo pensando en Manuel jajaja. Me encanta que me hagas pensar con tus historias, lo disfruto mucho es algo que le viene muy bien a mis neuronas que ya andan un poco atrofiadas, pero hoy me he rendido ya, no sé porqué será, pero no dejo de pensar en tu anterior historia, la veo tan conectada a esta, que veo a Manuel liquidando a su ladrón a través de su cuento, uf que lío tengo ya jajaja esto me supera.
ResponderEliminarUn abrazo, feliz fin de semana.
Es muy interesante lo que propones, María Rosa, porque los textos tienen una época, y tanto éste como el anterior pertenecen a un mismo momento mental, digamos, así que no andas nada errada.
EliminarUn beso muy grande y buen fin de semana.
Si trataba de hablar en algo que pareciera inglés en un bar de París y se la oía por encima de todo, entonces era española seguro. Cierta vez me encontraba comiendo en un restaurante del barrio latino junto a mi pareja cuando le dije que notaba algo extraño y que no sabía muy bien qué demonios era,,, se oía el hilo musical y eso en mi tierra es impensable, estando el restaurante abarrotado... imposible. Llegaron dos parejas ibéricas, pero no de Portugal, y se acabo la paz, hablaban a gritos para todo el mundo. ¿Habrá mejor lugar que un café de París para escribir un cuento policial?.
ResponderEliminarUn saludo Humberto.
Otro buen lugar es el East Side de Londres, cerca del alma de Jack el destripador, o por la zona de Baker Street, cerca del espíritu de Sherlock Holmes.
EliminarNo sé si era española, pero si alguna vez vuelvo a cruzarme con este personaje (cosa que dudo) se lo pregunto sin falta.
Un abrazo, Al.
La historia de asesino, clara, rotunda y breve tiene la fuerza necesaria para parecer real como si el autor lo estuviera viendo a través del ventanal del café.
ResponderEliminarFeliz fin de semana :)
Muchas gracias por el comentario, María Pilar.
EliminarUn feliz fin de semana para ti también.
Por eso
ResponderEliminarlo mejor es ir sin expectativas
pero no es fácil...
Besos Humberto
No concibo una vida sin expectativas, hay gente que sí, es raro.
EliminarUn beso muy grande, Milena.
Me hizo recordar al final de una peli de Truffaut. Solo que en la peli, lo alucinante es que era una mujer que mataba a su infiel marido.
ResponderEliminarSaludos
David
Bueno, podemos darle una vuelta de tuerca para que se amolde ;)
EliminarUn abrazo, David.
¡Genial Humberto! Me he reído mucho, el final del relato policíaco está perfecto.
ResponderEliminarEscribir en cafeterías está bien, pero yo por lo menos nunca consigo concentrarme, siempre acabo prestando más atención a conversaciones (o situaciones) ajenas que al papel.
Un abrazo.
Muchas gracias, Jon, siempre es un placer saber que has estado por aquí
EliminarUn fuerte abrazo.
PARÍS, EL FRÍO, LA LLUVIA, EL CAFÉ; TODO INSPIRACIÓN. FULLLL CREACIÓN.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Muchas gracias, amigo.
EliminarUn fuerte abrazo.
un relato breve y vertiginoso lleno de espejismos y laberintos.
ResponderEliminarsaludos
Fue el intento, muchas gracias por hacerlo notar.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hay que cargarse a la rubia.
ResponderEliminarAntes de que vuelva a hacerlo.
Saludos.
Yo creo que se van a aencargar muy pronto de ello.
EliminarUn abrazo, Toro.
Un buen relato, como nos tienes acostumbrados.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Muchas gracias, Antorelo.
EliminarUn abrazo grande.
Me ha gustado! Uno de los que más me ha gustado... adoro tu manera de empezar, explicar, dominar, hacerme seguirte, dejarme en suspense y sobre todo, concluir.
ResponderEliminarGracias por hacerme sentir!
Me alegra mucho saber eso, Beatriz, porque este relato me parece bastante experimental para mi estilo habitual.
EliminarUn beso grande.
Estaba en París, hacía frío y llovía cuando precisamente el momento se tornó casualidad, los sucesos se volvieron inesperados y un disparó rasgó el aire al tiempo de sesgar una vida. Continuaba lloviendo pero la ocasión por una vez no se dio a la fuga por que a todos les salió redondo, bueno, a la rubia no, que aun está intentando traducir lo que quiere decir....(disculpa la broma)
ResponderEliminarGenial tu relato, en serio que sí.
Un beso!
No hay que pedir disculpas, FG, para mí es un halago que la persona que lee deje una continuación u otro punto de vista, en serio que sí :)
EliminarUn beso grande.
Me dejas intrigada, que resultados querrías tú?
ResponderEliminarUn beso.
Yo querría que el pobre escritor lograse contar el mejor cuento policial de su vida, pero no depende de mí, lamentablemente.
EliminarBesos, Amapola.
Genial Dib, en todas sus acepciones. Enorme placer leerte siempre. Qué envidia!!!
ResponderEliminarDisfruta el domingo. T'abrazo y t'extraño.
Qué linda eres, María Socorro, siempre tan amable conmigo, tengo muchas ganas de volver a darte un abrazo.
EliminarMuchos besos.
Me encanta la ambientación parisina, y qué decir de esas dos realidades conjugadas. Genial.
ResponderEliminarUn abrazo admirado.
Sete
Humberto, sigo diciendo que eres genial y es un placer leer tus relatos tan originales y estupendos.
ResponderEliminarUn beso. Feliz domingo.
La sincronización de compases, con el café, y ese saludo, si lo era, en un idioma estrenado, me deja las ganas de escribir sobre un asesinato sin ton ni son.
ResponderEliminarDe apretar gatillo... alguno no. Que siempre me quedará París.:-)
Un abrazo, Humberto.
Me siento en ese bar de París. Así lo recuerdo. Esas estufas y los cafés con leche humeantes. Tras los cristales se ve la lluvia. Yo mientras leo a Humberto. No sé ya si es París o me equivoqué y estoy en Berlín. Pero sí sé que tengo entre mis manos las palabras de Humberto.
ResponderEliminarBueno tratar de unir realidad con ficción...podría decirse el cad´aver de un escrto asesino. UN abrazo desde Colombia. Carlos
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