Desde hacía más de dos siglos que solo me levantaba para ir hasta la cocina a prepararme algo para comer o cuando necesitaba ir al baño, nada más, ni siquiera me acostaba en una cama, pues mi cama, mi habitación, mi casa y todo mi mundo era una silla de mimbre en la que me sentaba. Sin embargo, una mañana algo me hizo ver que mi vida se había vuelto demasiado rutinaria, me pareció que en otro lugar debía haber una existencia muy diferente -y sin dudas mejor-, entendí que había llegado el momento de ponerme de pie y comenzar a caminar, pero no quería ir a cualquier sitio, mi ilusión era llegar hasta la frontera y luego -muy lentamente- cruzarla, entrar en ese país en el que vivían unos seres a los que llamaban Los Otros. Intuí que el viaje sería largo, pero no me importaba, tenía tiempo y quería andar. Guardé algunas cosas indispensables en la mochila e inicié la aventura. Entonces caminé sin detenerme, sí, caminé durante días enteros, pero los días también trajeron noches que eran frías y duraban muy poco. Con las décadas, esos días enteros y esas noches frías que duraban muy poco se fueron confundiendo, mezclándose tanto entre sí que todo se volvió una tarde continua e insulsa. Y aunque no divisara la frontera yo seguía marchando porque quería llegar, por suerte mis pasos iban quedando grabados en la tierra, a veces llenándose con el agua que la lluvia derramaba cada tanto, agua que servía de hogar a los renacuajos. En mi trayectoria, subí montañas, atravesé valles, eludí hondonadas, hasta que una tarde descubrí unas huellas secas que ahuecaban el camino, huellas ancestrales de cuando los días eran enteros y las noches eran frías y duraban muy poco, de cuando aún las tardes no se habían vuelto eternas. Entonces comprendí que por fin había llegado a la frontera, donde, unos metros más allá, me esperaba la silla de mimbre, ahora desvencijada.
Este relato originariamente lo escribí junto con una de las mejores escritoras que conocí a través de este medio, quien decidió
dejar (ojalá que por poco tiempo) su actividad literaria. El texto está bastante modificado, ¡perdón por el atrevimiento Sonia!
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por las visitas y comentarios para “Yesterday”. Me sorprendió que, después de mucho tiempo, volviera a aparecer gente que creyera que lo que escribo se trata de realidades. Una cosa es un chisme, otra cosa es un chisme inventado, pero algo muy diferente es la ficción de un chisme.
Quiero contarles que estoy en pleno proceso de escritura, selección y corrección de material para un nuevo libro, lo cual me tiene bastante alejado de todas las demás actividades, pero feliz.
Un fuerte abrazo a todos y muchas gracias por ser siempre tan amables conmigo.
Humberto.
Exitos tambien con este nuevo libro,vengo de lo de Katy y Cantares y creo que tambien de lo de Sara.
EliminarSaludos
Sí, toda gente que quiero mucho, yo también te vi por allí, bienvenida, Abuela Ciber, y muchas gracias por tus deseos.
EliminarUn abrazo grande.
Tenemos suerte que el planeta sea circular, siempre nos esperará una silla desvencijada, al final del círculo
ResponderEliminarSi no es una silla al menos, nos esperará un pasado, o un recuerdo, o una historia...
Un abrazo, MI
Yo todavía no constaté que fuera circular, pero ya oí a muchos que dices que es efectivamente así, como una gran pelota de tenis azul, en ese caso, es bueno que exista, al menos, una silla donde descansar los pies después de tanta caminata.
EliminarUn fuerte abrazo, MI.
Este por fortuna o despecho, vaya usted a saber, no consumó el paradigma del caminante. Ni tan siquiera 'hizo camino al andar'.
ResponderEliminarEl surrealismo acababa de ver la luz sin paso fronterizo... Muy bueno, Humberto.
Besos
Yo creo que, a su forma, hizo camino al andar, que todos lo hacemos, aunque no siempre dejemos huellas... es una pena.
EliminarUn beso muy grande, Pilar.
Afortunadamente, mi silla siempre me espera al final de la órbita por una estrella, de una galaxía que no es mi casa, pero sí mi vida.
ResponderEliminarEl retorno, a través de ese viaje infinito. Me gustó.
Me consta que tienes varios universos como vida, eso me alegra, me emociona y me une a ti, como te dije una vez: cómo no amar a quien ama las letras.
EliminarY retorno a mi casa, con pasos muy cortos.
Un beso, Albada.
Me gustó mucho tu texto. Me hizo recordar muchas cosas esa silla de mimbre. De hecho, el mimbre me recuerda cosas de mi niñez, y convoca (en lo personal) soledad, ignoro la razón.
ResponderEliminarSaludos hermano.
Tus razones tendrás, Ricardo, y como tuyas, íntimas. Me alegra que te haya "resonado" en algún aspecto.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias,
Me gustan esos relatos que podrían llamarse circulares, esos en los que el tesoro que se salió a buscar por tierras lejanas resultó estaba enterrado en la cocina. Sea tal vez que la vida misma sea eso, un transitar en círculos para aprender lo que ya se sabía, para llegar al mismo lugar desde el que se partió.
ResponderEliminar"No hay cosa que no sea una letra silenciosa
de la eterna escritura indescifrable
cuyo libro es el tiempo. Quien se aleja
de su casa ya ha vuelto
Nuestra vida es la senda futura y recorrida..."
escribió el gran Jorge Luis.
En resumen, me ha gustado mucho
Claro que son circulares, Rick, en este caso yo diría "vergonzosamente circular", pero el eterno retorno me puede, a veces quiero dejar ironías y frases capciosas de lado para centrarme en un texto que diga nada más que lo que dice.
EliminarGracias por Borges, amigo.
Un abrazo.
Al inicio me hiciste recordar mucho a Forrest Gump, con esas ganas súbitas de salir de la silla, de ir más allá, de cruzar fronteras...
ResponderEliminarLuego sólo he pensado en lo "redondo" de la Tierra; y el destino, que no es otra cosa si no lo que nosotros mismos vamos tejiendo y enredando... (según mi visión, claro, que ese tema ya es otro...)
Un gustote volver a leerte!
Saludos :)
El Caminante es una figura mítica, esencial, así que nos trae recuerdos de muchos caminantes, entre ellos, el muy famoso Forrest Gump.
EliminarLo del destino es muy particular, en mi caso, a veces pienso que ya está escrito, en otras, que lo voy escribiendo mientras vivo, pero siempre se trata de escribir.
Un fuerte abrazo, Nicky.
El eterno retorno... caminó , caminó y caminó, sin darse cuenta que podía llegar al mismo sitio.
ResponderEliminarMe gustó mucho este texto. Encierra eso que me gusta, imaginar cuantas cosas hay encerradas y dicen mucho más del texto que lo propiamente dicho.
Un abrazo mi estimado amigo HD.
Carlos
Creo que fue Oscar Wilde quien dijo que el nivel de profundidad que le busquemos a un texto corre por cuenta y riesgos propios del lector, creo que es bueno (de vez en cuando, solo de vez en cuando) escribir un relatito que se entienda de la manera más simple, pero que, sin embargo, si nos metemos más, se encuentren otros significados.
EliminarMe has hecho pensar en una frase muy simple: "Yo te amo", la cantidad de significados que pueden sacarse de ella.
Un fuerte abrazo, Carlos.
(Todavía sigo sin internet, van 16 días)
Tremendo amigo! Tus relatos siempre desconcertantes desde que empiezan y hasta el final.
ResponderEliminarSaludos!
Muchas gracias por tu opinión, Fernando.
EliminarUn gran abrazo.
La imagen del hombre que busca su camino es muy fuerte para mi porque me toca en lo personal, me parece que siempre se busca lo que se encuentra y a veces pasa despues de mucho tiempo, de mucho andar.
ResponderEliminarUn abrazo Humberto.
Dicen que lo importante es buscar, yo creo que lo importante es encontrarlo, qué embromar...
EliminarMuchas gracias, Fede, un abrazo.
Me gusta leerte, pero durante tanto tiempo comenté y sentí que solo yo sabía que había opinado que dejpe de venir
ResponderEliminarEste cuento me encantó
saludos
Ana
No terminé de entenderte, Ana. Yo le respondo a cada persona que viene, y le respondo de manera personal. Tal vez no puedo retribuir la visita, a veces pasan meses hasta que doy toda una vuelta y llego a cierto blog, es todo muy complejo con tantos amigos. Ahora bien, si se trata de otra cosa, yo te aseguro que no solo tú sabías que habías comentado, yo también lo sabía... y me arriesgo a decirte que muchos más.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.
El viaje interior de uno mismo a veces no lleva a ninguna parte si no se abren ventanas al mundo. No basta caminar y caminar, dar vueltas y vueltas como la tierra al sol. La elíptica también existe. Me has puesto a filosofar y esto abre horizontes, porque el que busca siempre encuentra.
ResponderEliminarBss
El que busca encuentra, aunque muchas veces no sepamos exactamente qué, más de una vez me encontré con monstruos o flores que no pensé que estaban en mi camino, pero fue solo porque me decidí a moverme que me topé con ellos.
EliminarUn beso muy grande, Katy.
Me acostumbré tanto a leer textos tuyos con tantos guiños y trampas que me sorprende haber entendido todo apenas lo lei. Creo que lo entendí, y me encanto.
ResponderEliminarEres un caldero lleno de talento, felicitaciones. También para Sonia ;)
Un beso
No hago trampas... son solo guiños e ironías, pero no estoy tan seguro de que aquí no las haya, léelo de nuevo, mira si...
EliminarUn beso, Estrella.
De alguna forma siempre se regresa.
ResponderEliminarSaludos
Es así, en lo físico o en lo mental, allí volvemos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Bonito homeneje a Sonia.
ResponderEliminarComo siempre atrapan tus letras Humberto.
Enhorabuena,Un beso,
Muchas gracias por ser siempre tan amable, Azzul.
EliminarUn beso grande.
PD, la silla de mimbre tal vez no tuviera tantas ganas de viajar como ese protagonista tan aventurero...
ResponderEliminarHabra que preguntárselo... a ...( a quien ?, a los otros?)
;)
En general a las sillas no les gusta mucho trasladarse, son así de aquerenciadas. ;)
EliminarEs que sn unas vagas.
EliminarEstán todo el día sentadas...
Un beso.
( azzul),
EliminarUn saludo desde aquí.
:)
Muy vagas, Azzul...
EliminarMás besos.
Nos vamos y volvemos pero seguimos en el mismo camino.
ResponderEliminarQue tus escritos se iluminen con buenas publicaciones, saludos.
Muchas gracias por tu opinión, pero mucho más por tus buenos deseos Mari.
EliminarUn beso grande.
Al final volvemos al sitio de donde partimos.
ResponderEliminarSuerte con el nuevo libro Humberto
Un abrazo
¿Y qué sucede cuando nos olvidamos de dónde partimos? Es una pregunta retórica, no importa.
EliminarMuchas gracias por los deseos, Malque, el libro está en proceso, así que aplico tus deseos al proceso de selección de textos.
Un beso grande.
A mi me recordó textos de Kafka, sobre viajes interminables, tan lejanos que no alcanza una vida para terminarlos.
ResponderEliminarMe pareció curioso lo de viajar durante decadas para llegar al lugar al principio del viaje.
Y si tu textos parecen reales, es que manejas bien el tema de lo verosimil.
No sé si décadas, pero yo estuve como cuatro siglos fuera de mi lugar, me costó volver, Demiurgo, te lo aseguro.
EliminarNo deberían creerme tanto ;)
Un fuerte abrazo y muchas gracias.
Precioso relato ... Hace reflexionar ... Muchas veces lo que deseamos o anhelamos està ahí mismo y no sabemos verlo con claridad
ResponderEliminarGracias Humberto
Soy yo el que tiene que agradecerte, Sara.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un abrazo grande.
Acabo de recibir tu aviso en mi correo... Llego, dejando mi silla de mimbre.
ResponderEliminarLlego, miro y pienso que he de volver.. cuando esté algo más lúcida.
La vida es puñetera a veces, y no deja que nos movamos de nuestra silla.
Muxuak eta besarkada erraldoiak, Humberto!
;)
Me alegra mucho saber que estás recopilando material para deleitarnos con otro libro. Ánimo, maestro!
;)
Tú ven cuando quieras o cuando puedas, este será siempre tu lugar, y también estás en mi corazón.
EliminarVamos a tratar de que el libro sea mejor que el anterior.
Musu asko, maitea.
Sentí que era un viaje circular, excelente el texto, un abrazo Humberto!
ResponderEliminarY claro que fue circular, pero no exacto. Ojalá me entiendas.
EliminarUn abrazo fuerte, Carmen.
Éxito por esos libros que están por nacer....
ResponderEliminarSeguí ese recorrido , obscuro , lodasales , noches sin dormir ....tenía que llegar a los Otros ....que esperaba ver ? ...o encontrar ?.....sería mi soledad encadenada a una silla ...de lo que quería inconscientemente huir ?.....Nunca llegué ....sólo fue una vuelta de un sueño pareciera ....le silla de mimbre fué lo unico que encontré....
Me habría gustado conocer a los Otros ....y poder abrir mis propias fronteras
Excelente relato, motivador, me involucra en su pasar.
Cordial saludo
Cuántas preguntas, Cristina, te aseguro que yo no podría responder ni la mitad, pero me gusta que asumas la 1° persona y te involucres en el relato.
EliminarGracias por los deseos, aún está en pañales, pero ya nació.
Un beso.
Excelente trabajo, el círculo se cierra tontería es bregar.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Me pregunto qué sucede con las personas que no volvieron a encontrarse en algún momento, en algún lugar.
EliminarUn beso muy grande, Tracy.
LA VIDA, SIEMPRE EN SINFÍN.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Una Banda de Moebius, propiamente.
EliminarUn abrazo y muchas gracias, ReltiH.
Humberto Me gustó mucho este relato es la vida misma Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, José Ramón.
EliminarUn fuerte abrazo.
Dib:
ResponderEliminarEl eterno retorno. Pero, mientras, durante el camino, hemos vivido, hemos visto cosas,hemos experimentado, hemos gozado,hemos sufrido. La silla de mimbre ya nunca más será la misma. La veremos con otros ojos. Nos levantamos hartos y llegamos deseosos a sentarnos. Hemos vivido. Ojalá,vivamos.
Salu2 de mimbre, Dib.
Eso, Diego, ojalá vivamos... y agrego algo, ojalá vivamos para conocernos en persona, porque el nuevo libro también se va conmigo para España.
EliminarUn fuerte abrazo.
Todo un mundo de fantasias y de aventuras, tan lejano y tan cercano.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
paco
En estos tiempos que corren, a veces, no hay nada más alejado que nosotros mismos, hasta un desconocido está más próximo de nuestro afecto.
EliminarUn fuerte abrazo, Paco.
Hola Humberto , un msgnifico relato., me a gustado mucho..... Sabes amedida que iba leyendo , me hizo recordar cuando a « Fores gum » le dio por correr por medio mundo para llegar al final al mismo sitio .
ResponderEliminarDespues de estar un mes y 4 dias ingresada me a gustado encontrarme con este interesante relato , besos de tu amiga flor .
Flor, no sabía que estuviste ingresada, ojalá que te hayas recuperado totalmente, te lo deseo de todo corazón.
EliminarMuchas gracias por tus palabras en este blog.
Un beso grande.
"“Dicen que uno siempre vuelve a los sitios en los que fue feliz.” No? No, aqui creo que no fue por eso. Podia dizer que foi porque a Terra é redonda. Também não. Penso que por vezes por muito que se busque para encontrar algo que por vezes nem se sabe muito bem o que é, mas tentamos. Se não encontramos temos que ter a coragem de regressar ao ponto de partida. Mas tudo será diferente.
ResponderEliminarGostei muito do texto com a pintura a condizer. Sabe de quem é??
Beijinhos <3 <3
Flor
Adorei sua reflexão minha querida, concordo com você, não temos que sentir vergonha por regressar quando o que amamos ficou atrás.
EliminarDepois te conto do pintor, agora estou respondendo rapidinho desde um bar,
Muitos beijos, minha querida.
Chama-se Stephen Koek-Koek, foi um pintor inglês-argentino, já faleceu, mas foi muito importante, o quadro se chama (logo) "El caminante".
EliminarMais beijos.
Não nos devemos envergonhar das nossas opções.
EliminarVou-me informar melhor sobre o pintor. Obrigada.
Mais beijos!
¡Bravo!
ResponderEliminarAsí pasa.
Muchas gracias, Silvia.
EliminarUn beso.
Hermoso......... a la vuelta de la esquina, dicen, esta lo que se busca cuando sabemos llegar o por lo menos hacemos el intento...........muy bueno
ResponderEliminarLeonor
Ya salgo para la esquina.
EliminarMuchas gracias, Leonor.
Esta vez has apuntado al sentimiento, al corazón. Deberías explotar mucho mas esta veta, te sienta muy bien, no digo que mejor que los cuentos sarcásticos que son tu especialidad, pero estos llegan al alma.
ResponderEliminarUn besazo.
Muchas gracias, Sabrina, trato de subir un poco de todo, pero no todos gustan por igual. Sea como fuere, siempre vuelvo a lo que más me atrapa, que son los relatos con muchas vueltas y caminos laterales.
EliminarUn beso grande y gracias por venir.
Entonces si te gustan los caminos laterales no podrías ser el personaje de tu cuento...!!
EliminarPensándolo desde ese punto de vista, seguramente que no, no me gusta volver al punto de partida, pero a veces es necesario. Un tema muy largo.
EliminarMás besos.
Me hace pensar en que, por más vuelta que demos, siempre regresamos a aquel lugar donde nos sentimos a gusto. También me hizo recordar a mi perra, Daira (que hace un par de años dejó de mover la cola...) cuando cada noche, como rutina obligada, daba vueltas y vueltas sólo para echarse en el mismo lugar de siempre. En fin; a mi me gusta "mi silla de mimbre" y confieso que me da temor -y pereza- cruzar la frontera.
ResponderEliminarExcelente como siempre, Dib.
Un cálido abrazo.
Yo trato de cruzar mi frontera personal, pues hace tiempo me di cuenta de que son las peores, las que nos colocamos a nosotros mismos.
EliminarUn beso grande, Laura, muchas gracias.
La lectura que me aparece es de alguien que regresa, y cuando regresamos nada está igual.
ResponderEliminarTambién ésto nos hace pensar que mirar hacia atrás lo puede convertir a uno en estatua de sal.
O podemos matar lo que amamos, como le paso a Orfeo.
EliminarUn fuerte abrazo, querido amigo Carlos.
Durante tiempo crees que avanzas, es más te lo propones y decididamente pisas con más fuerza para llegar a esa meta , si hay otros que lo consiguieron ¿por qué tu no? y continúas día tras noche en ese camino que a veces es empinado y otras llano y de pronto ves que no te movisté del mismo sitio, ahora eres unas decadas mayor y aún no llegasté y puede no llegues nunca por muy harto que estes de una vida estancada o tal vez no importe que no llegues si tu te sientes mejor.
ResponderEliminarLos pasos de la vida día tras día te hacen perder mucho la cordura. Actualmente estoy pasando por un tiempo en que no se ubicar tiempo, lugar y tardo "en acordarme de mi", cuando por fin creo saber lo que tengo delante de mi tampoco estoy segura si eso es cierto, incluso los sueño parecen más reales que el conocimiento de estar despierto, tu historia me hace cosquillas en mi mente y me río de mi.
Humberto como siempre un placer escucharte, este en ese lugar que ignoro donde se encuentra.
Besos muchos,
tRamos
tRamos
La vida real es muy dificil, por eso muchas veces nos hace perder la cordura, pero cada tanto aparecen oasis (mas chicos, mas grandes) que nos hacer ver que todo vale la pena. Cuando estamos atravesando un momento duro lo bueno es saber que no sera eterno, que todo puede mejorar.
EliminarEste es tu espacio y es el mio tambien, aqui podemos encontrarnos.
Perdon por la falta de tildes, pero estoy escribiendo con un teclado muy precario.
Un beso enorme, querida tRamos.
Te dejo este magnifico homenaje e igual encuentras la relación que encuentro con tu narración, no siendo así tampoco es importante, lo significativo es que un relato quede en la memoria y la cantidad de asociaciones que luego puedes encontrar.
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=Ei0ThYOY0_4
Ah lo más importante dices que vendras con tu nuevo libro eso es un lujo muy grande.
Besos
Una magnífica canción para acompañar a un genio.
EliminarLas relaciones son las tuyas, las de todos.
Muchas gracias por el vídeo, tRamos querida.
Algunas veces hay gente que se atreve a despegarse de su silla ergonómica, apagar la PC o dejarla en standby y salir a tomar aire fresco, inclusive caminar por la calle. Los más osados tomar un transporte público. Algunos mitos urbanos hablan de lugares donde hay pájaros de metal que engullen gente. A mi de mi silla me sacan varias cosas, una tiene que ver con los bueyes. Y cuanto a tu disculpa con Sonia y relacionado con el texto: La que se fue de Sevilla...Abrazo!
ResponderEliminarMe imagino que te referis a eso que tira mas que una junta de bueyes, es una muy buena razon.
EliminarEn la epoca de este hombre no habia pajaros metalicos, pero pronto surcarian el cielo.
Sonia no es de Sevilla, pero pegaste en el palo ;)
Un abrazo, Ato.
Magnífico, Humberto. Una persona afortunada, por otra parte, ya que al final estaba la silla...Podría no haber encontrado nada, como la mayoría de los seres humanos. Un abrazo
ResponderEliminarEs muy cierto, siempre se puede estar peor.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.
Veo que más o menos coincidimos con los comentarios. En un buen texto con doble interpretación que me hizo pensar, porque al principio me vino la idea de esas personas sin techo que pierden la orientación de la vida, que se fuerzan a ignorar su origen, su vida, su idiosincrasia, su todo y se quedan como alelados en una especie de niebla, generalmente etílica.
ResponderEliminarLuego pensé en la cantidad de gente de a pie que se siente igual que tu protagonista pero se avergüenza de mostrarlo abiertamente.
Luego me irrité pensando en los políticos, gobernantes o grandes fortunas, porque viven así, aunque anden y anden, su fortuna hecha sin remordimientos les espera, no ven más allá de su ensoñación grata, mefasta para los demás por otro lado...
Y así volví a mi silla de mimbre.
Un cafelito y mis gracias por el estímulo.
Me alegra que hayas visto esas dos interpretaciones, pues esa era mi intención, bueno, también hay una tercera, pero esa es muy personal, un guiño a mí mismo, digamos.
EliminarGracias por el cafelito, voy a disfrutarlo.
Un beso grande.
ResponderEliminarEn tu novela encantadora por fin no encontraste al otro ?
Ficcion por el gran comunicante que eres.
"Voyage autour de ma chambre" Xavier de Maistre.
En mis libros y también en los demás escritores he encontrado a muchos Otros.
EliminarGracias por la bella frase de Xavier.
Un beso grande.
Escribir en conjunto con otro autor es una dificultad añadida a lo escrito, yo lo he hecho un par de veces. Debo decir que me ha gustado. Hay que darse cuenta de una curiosidad, cuando hablamos de fronteras queremos hablar de límites, de cierres, sin embargo este relato habla de aperturas.
ResponderEliminarUn abrazo, Humberto.
Sete.
Yo lo hice varias veces, siempre salieron textos muy productivos, principalmente porque me sacan de mi propio lugar, me desorientan y eso me gusta.
EliminarClaro que habla de aperturas, no todos lo ven.
Un beso grande, Sete.
Interesante narración, como no, escrita por uno de los mejores escritores de nuestro tiempo con una prodigiosa imaginación que nos hace disfrutar de su lectura. El argumento (de libre interpretación) me hace pensar que después de caminar y caminar, atravesar fronteras rutinarias… al final uno siempre encuentra lo mismo, la cotidianidad y, el inexorable paso del tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo creo que eres exagerado, pero acepto esa exageración nacida del cariño, José. Muchas gracias.
EliminarTe mando un abrazo muy afectuoso.
Estoy algo confusa porque por un lado tiendo a pensar que dio toda la vuelta para volver al principio. Algo así como "como en casa, en ningún sitio" pero por otro me da por pensar que realmente pasó a otro plano de existencia. No sé. Rayadas mías. Jajajaja. Sea como fuere, me ha encantado el relato, como siempre. Besotes!!!
ResponderEliminar¿Y no podría ser que hubieran ocurrido ambas cosas? Recuerda que en la Literatura todo puede pasar... como en la vida real.
EliminarUn besote, Álter.
Magnífica narración circular. Admiro tus dotes narrativas. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo Antorelo.
EliminarUn gran abrazo.
Buscando a los otros encontró fantasmas, o sombras, o nada... Un abrazo.
ResponderEliminarEncontrar nada no es lo mismo que no encontrar nada, ¿no te parece?
EliminarUn abrazo, Darío.
Traumhaft schön!
ResponderEliminarLiebe Grüsse von Bea
Vielen Dank, Ich mag, dass Sie gern.
EliminarEinen dicken Kuss, Bea.
De una u otra manera casi siempre volvemos al pasado, quizás para intentar cambiar aquello que pudo ser y no fue, y por supuesto no lo será.
ResponderEliminarUn abrazo Humberto.
Dentro del abanico de las cosas que pudieron no ser, una más ya no nos afecta, creo.
EliminarUn abrazo y muchas gracias, Rafa.
Humberto, impecable como siempre tus relatos.
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo.
Gracias, Roberto.
EliminarTe mando un abrazo fuerte, también.
Un maravilloso relato que me ha encantado. Esas fronteras que uno mismo se pone por cualquier razón. Unas veces por pereza y otras por un miedo de cualquier tipo.
ResponderEliminarMe gusto mucho leerte.
Un abrazo.
Eres muy amable, Elda.
EliminarMe alegra que hayas visto la faceta de colocarse las propias fronteras, porque básicamente se trata de eso.
Un abrazo y muchas gracias,
Lo mires como lo mires, en la frontera está el principio y el final. Ahora cada uno verlo según las circunstancias de su vida.
ResponderEliminarUn maravilloso y profundo relato.
Un abrazo
Cada uno tiene sus tiempos, pero también depende de cómo y cuánto podamos ver.
EliminarMuchas gracias por tu opinión, José Manuel.
Yo solamente sé de una frontera que por ahora no quiero ni siquiera vislumbrar. Lo demás son solo bardas que se pueden saltar o bordear.
ResponderEliminarSalu2.
Creo que sé a qué te refieres, espero que esté bien lejos, yo ni la diviso.
EliminarUn fuerte abrazo, Alfredo.
Llegar a esa frontera es el gran paso para encontrar nuestra silla de mimbre. Tan sorprendente como maravilloso. Toda mi admiración, Humberto. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarNo todos se dan cuenta, o no se dan cuenta en el momento indicado...
EliminarUn fuerte abrazo, Alfredo, y muchas gracias.
Gracias por tu tiempo,lo valoro
ResponderEliminarCon un poco de jardin y fondo basta pero..... todo tiene su momento.
Ahora al igual que mis hijos estas en plena etapa de produccion y siembra,de metas,ideas,proyectos......mis deseos es que todo sea para bien tuyo y de tus seres queridos.
Tiempo vendra,el de la cosecha,algun dia la serenidad primara y los frutos de hoy cosecharas, deseo sean buenisimos.
Saludos
Yo soy el agradecido, Abuela Ciber.
EliminarVoy a tomar en cuenta tus palabras, no lo dudes.
Más abrazos.
Es importante poner todo el empeño en buscar lo que necesitas para sentirte bien, aunque el viaje sea largo y se haga pesado. Bien por tu protagonista, aunque después retornara a el sitio de partida, pero lo vivido en ese caminar seguro que jamás lo olvidará.
ResponderEliminarMe gustaría que cuando vengas a España trajeras ese libro que estás escribiendo, estoy segura de que estará interesante de leer.
Un fuerte abrazo
Es un protagonista valiente, otro se habría quedado sentado y se habría "desvencijado" junto con la silla de mimbre.
EliminarEn relación con el libro, si todo va bien, también voy a presentarlo en España, como el anterior, pero esta vez me voy a tomar más tiempo y voy a visitar más ciudades, lo de "La comodidad" fue demoledor en tan poco tiempo. Y... yo creo, que el nuevo va a estar mucho mejor.
Un beso grande, María Rosa.
Echó a andar con la determinación de llegar a alguna parte para darse cuenta de que al final del camino no había nada, para darse cuenta de que era el reflejo de una vieja silla de mimbre desvencijada.
ResponderEliminarInteresante y triste historia. Mucha suerte con tu nuevo libro.
Un abrazo.
No sé si por una vieja silla de mimbre desvencijada, pero yo me he puesto de pie y he andado por el mundo tras lo que me parecía lo mejor, muchas veces lo era, otras no, pero así es la vida, y me gusta que sea así.
EliminarMuchas gracias por tu deseo, Angie.
Un fuerte abrazo.
Si el destino esta escrito, escribimos nosotros sobre las letras, si no lo esta, escribimos unas letras que se esfuman en nuestra libertad. En cualquier caso no parece muy relevante (y lo puede ser absolutamente tambien) y, al fin y al cabo, la pregunta por uno mismo tambien es circular, como la libertad o el destino. Descubrir lo que siempre hemos sido es como levantarse para sentarse, como sentarse para levantarse. Ambos lados de una frontera desaparecen cuando deja de haber una linea ilusoria entre ellos, no? Gracias por hacerme pensar, para estas cosas casi es mejor dejar que las palabras se deslicen ellas solas que intentar imponerles un hueco...
ResponderEliminarUn abrazote, Humberto! ^_^
Como dije más arriba, hay épocas en las que creo que todo está escrito, otras en las que me parece que escribimos en la medida en que andamos, pero siempre está relacionado con escribir, con dejar que las letras cumplan su objetivo... que todavía no lo descubrí, pero no pierdo esperanza.
EliminarUn fuerte abrazo, Jorge, muchas gracias.
Fucking Blogger!!! Escribí y zas! desapareció el comment!!! Te decía que es genial leerte en mi break de trabajo. Es como sacar un boleto y pasear por la historia. Andar caminando con el prota y llegado un momento no reconocer la diferencia entre el día y la noche, o si el cielo está arriba o por debajo de los pies. No sabés cuánto te agradezco que este tío se haya animado a caminar, sin importar el resultado. Ya sé que el pretendía algo, pero creo que descubrir su desvencijada silla tiene que haber sido todo un aprendizaje.
ResponderEliminarMe mata de curiosidad tu libro... Y voy a tener que hincharte y llamarte, nomás...
;-) Big hug for you, my dear!!! xxx
Pero no está mal pretender, no le quita valor a su caminata, yo creo que todos tenemos una pretensión al hacer cualquier cosa, lo que sucede es que, a veces, esa pretensión es demasiado banal, o peor, demasiado obvia, entonces pierde un poco de valor.
EliminarY sí, vas a tener que llamarme o hablar por Skype, mejor, porque se terminó mi relación con telecentro, es decir, con el TE fijo.
A big kiss, my Dearest.
Siempre volvemos al mismo sitio, nos mueven las inquietudes y el burlar a la rutina, y vaya si lo conseguimos al contemplar que, llegando a "la frontera", ya nada está igual.
ResponderEliminarDesvencijado y hermoso, así es este nuestro hogar.
Un abrazo de muchísimo cariño y ánimo en tu nuevo libro. Eres grande mi querido Hum.
Muchas gracias por tu comentario, querida Raque, pero más por tus deseos, trataré de no decepcionar ;)
EliminarUn beso muy grande.
Es mágico, onírico, hermoso,
ResponderEliminarMe ha encantado leerlo, gracias.
Un saludo
Muchas gracias por tus palabras, Barrincoia.
EliminarUn fuerte abrazo.
Son siempre sinuosos los caminos por los que nos lleva tu pluma Humberto, felicitaciones amigo, siempre nos haces reflexionar. Pienso que las fronteras, los límites, están siempre en nuestra mente, hay situaciones extremas que nos pueden haber llevado a permanecer encerrados en ella, y, tengamos la seguridad de que cuesta mucho salir y dar un mínimo paso. Aunque sea el necesario para llegar a nuestro lugar anterior, en contacto con el mundo de los otros que alguna vez fue el nuestro.
ResponderEliminarUn abrazo.
En ningún otro lugar peor que en nuestras cabezas, es verdad, Migue.
EliminarMuchas gracias por tus palabras siempre amables, Migue.
Un gran abrazo.
Después de tanto comentarios resulta difícil no repetir lo que han dicho. Pero estimado amigo, me sigues sorprendiendo y disfruto nueva entrega tuya.
ResponderEliminarMe encantó.
Un abrazo.
Yo disfruto de tus vistas y palabras, Luis.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Al leer esta presentación , me deja la idea que apreciamos nuestro entorno
ResponderEliminarcuando nos alejamos de el....es como la pintura , que la vemos de lejos
pero en realidad , somos nosotros mismos..
Muy filosófico , me agrada !
Me gustó tu forma de entender este texto, Eva: alejarse para ver con mejor panorama.
EliminarMuchas gracias por el comentario.
Un abrazo.
Salimos al mundo con el deseo viajar y descubrir lo diferente, pero pronto el cansancio y la monotonía del camino rutinario nos hace añorar encontrar la señal que nos lleve de regreso al hogar, y a veces ese hogar ya no es como antes.
ResponderEliminarNA: Es como cuando estás largo tiempo fuera de casa de vacaciones nómadas y deseas volver para descansar. O cuando te alejas de los amigos y tiempo después de volar con otros te das cuenta que los añoras y decides volver con ellos, pero ya no es lo mismo, ellos tienen otra vida en la que ya no encajas.
Me gustó el relato.
Un abrazo.
Nada es como antes, pero a veces cuesta tanto entenderlo. Yo soy de los que apuntan todo el tiempo al cambio, en eso le doy la derecha a Heráclito.
EliminarMuchas gracias por el comentario.
Un abrazo grande.
Hola Humberto, está muy bien tu relato, me gusta la idea de que la gente cruce fronteras para saber que existen los demás.
ResponderEliminarUn abrazo-
Amapola Azzul.
Tú sí que tienes diferentes personalidades, pero en todas está el cariño de Amapola Azzul.
EliminarUn beso.
Maravillosa imagen esa de la silla de mimbre.
ResponderEliminarMuchas gracias, Miguel Ángel, eres muy amable.
EliminarUn fuerte abrazo.
Es importante caminar, por donde nunca nadie antes haya caminado. Y dejar las marcas de nuestro pasos, para los demás...
ResponderEliminarHumberto, un afectuoso abrazo.
A alguien les servirán, me gusta que destaques eso.
EliminarUn beso, Cristina.
Como en una bicicleta, sólo moviéndonos siempre evitamos la caída (en un mortal aburrimiento).
ResponderEliminarAbrazo, Humberto.
Un corredor como vos puede hablar mucho de caminos, Rob, no lo dudo.
EliminarUn abrazo, amigo.
para descubrir el sentido no hace falta moverse en distancias físicas y materiales
ResponderEliminarsolo basta con echar a andar la imaginación
buen trabajo Humberto, reflexivo relato
pd
la idea de mi comentario tiene relación con el diálogo entre las gárgolas de mi blog
y que sincrónicamente tu relato lo deja más que claro
enhorabuena !!!
mil gracias por tu huella en Donde Perderse
(es el único blog abierto)
besitos
La gente siempre suele confundir la distancia espacial con la espiritual, por decirlo de alguna forma, ¿cuántos han hecho miles de kilómetros para escapar de un amor que está enterrado en el propio pecho?
EliminarAhora lo sé... solo Donde Perderse.
Un beso grande, Elisa.
Es un relato que hace pensar como todos los tuyos.!
ResponderEliminarPerdon, abrazos.
EliminarFacu.
Muchas gracias por tu comentario, Facu.
EliminarUn abrazo.
Gracias a ti Humberto.
EliminarFacu de nuevo, ja.
Caminar para avanzar, siempre con mucha ilusión para estar atentos a las huellas por otros dejadas y marcar las nuestras, por si les pudieran servir a alguien.
ResponderEliminarProfundo texto .
Si me lo permites Humberto, me quedo por aquí.
Un abrazo
Muchas gracias por tus palabras, Armando.
EliminarY claro que te lo permito, es todo un honor.
Un abrazo.
Un buen texto que da pie a tantas interpretaciones como imaginación del lector.
ResponderEliminarSería pobre pensar sólo en que así es la existencia, caminar, luchar por encontrar la senda correcta y llegar siempre al punto de partida, dejando en el tiempo sólo la huella de nuestro paso..... sí, muy pobre pensar eso.
Besos
Creo que cada cual lleva su vida como puede, y también se hace su propia película, algunos están quietos creyendo que avanzan y otros corren creyendo que escapan.
EliminarUn beso grande y muchas gracias.
Hola Humberto, podíamos fundir tu prosa y mi poesía y el complemento sería acorde dado que en ambos casos surtamos los caminos que el latido se predispone a realizar con todo el ansia y la inquietud de alcanzar la meta que conduce al origen..., sorteando las dificultades inherentes... Un abrazo
ResponderEliminarMe gustan esas asociaciones de prosa y poesía, principalmente porque yo soy incapaz con la poesía, así aprendo algo.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, un fuerte abrazo.
La irresistible atracción por la frontera, lo otro, lo distinto... para llegar al mismo sitio. Todo es como una espiral que era el símbolo sagrado de los laietans, los primitivos habitantes de Barcelona y desde esta ciudad te envío un abrazo.
ResponderEliminarBorgo.
Me interesó lo de los laietans, Borgo, no sabía de ellos, y mira que fui varias veces a Barcelona.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Encantada por tu comento...muy lindo..
ResponderEliminarYo soy felis ,muy felis de tu escripçion en mi blog, yo le hice la misma cosa..
Muchas graçias y desculpame por mi idioma porque non intiendo muy bien l'espagnil!
Besitos!
Yo e salvato tu blog entre mi preferidos!
Muchas gracias por tu visita, Nella, bienvenida, se te entiende perfectamente, no te preocupes.
EliminarUn fuerte abrazo.
Maldito sea el tiempo que puede convertir la mayor de las aventuras en rutina.
ResponderEliminarMuy bueno Humberto.
Un abrazo.
El tiempo, una materia para hablar (o escribir) por... ¿horas?
EliminarUn fuerte abrazo.
Después de tan largo viaje, la tierra la habían heredado los simios, tanto nadar para ir a morir a la orilla... en cierto modo es como el "principio de incertidumbre", no podemos saber lo que ocurre en nuestro periplo y al mismo tiempo conocer como sigue lo que dejamos atrás... es una de las tragedias de la vida, cambiamos mientras todo permanece igual o viceversa. Interesante querido Humberto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Carlos.
Me ha encantado que hayas nombrado el "principio de incertidumbre", desde hace un año mi libro de cabecera es "La rebelión de las formas", de Jorge Wagensberg, no sé si lo conoces.
EliminarMuchas gracias por tu opinión, Carlos, un fuerte abrazo.
Mi querido Humberto!!!
ResponderEliminarSinceramente, me has hecho llorar, no sé si porque esperaba un final feliz o una puerta abierta a la esperanza, pero llegar al mismo lugar del que partió, es tan triste, tanto caminar por el mundo, tantas ilusiones y sueños...para volver a su ya vieja silla.
Quieres decir que no es posible cambiar, abrirse a nuevos horizontes, que no merece la pena intentarlo, que los sueños, son escollos que tienen que desaparecer???? te escribo tal y como lo siento, es que me ha impresionado mucho.
Es tannnnnn bueno el relato, jolín, qué bueno es!!!!!!!
Felicita a Sonia por favor de mi parte, mi enhorabuena a los dos!!!!
Ah, y un abrazo enorrrrrme, que se me olvidaba, jajaja!!!!!!!
EliminarQuerida Estrella, yo puedo darte apenas mi opinión, que no es más importante que la tuya en relación con el cuento, pero otra cosa es en relación con la vida real. Prefiero que la interpretación del texto la has tú, en lo que tiene que ver con la vida, sí creo que es posible cambiar y abrir nuevos horizontes, pero eso tiene que ser más que una intención, tiene que ser un hecho. Muchos dicen cambiar cuando en realidad no hacen más que expresar una moción de deseo, lo difícil es decir y hacer, pero sí creo que hay esperanza y sueños que se cumplen.
EliminarMuchas gracias por tu comentario tan auténtico, tan sentido.
Seguramente Sonia también lea esto.
Un beso muy grande.
Gracias por tu sinceridad, me alegra saber lo que piensas.
EliminarUn Abrazo enorme de cariño!!!!!
Más besos, Estrella.
EliminarQuizá el camino como una espiral
ResponderEliminarQué tal tratar de disfrutar de alguno de sus recodos viviendo las pequeñas cosas?
O por qué ponernos una frontera? qué buscamos? quizá lo tenemos delante y nos empeñamos en caminar sin tregua...
No sé,igual empiezo a desvariar del tema.
Besos
Desvariar no está mal, hay temas que favorecen esta acción, yo desvarío mucho, tal vez demasiado.
EliminarGracias por tus preguntas... que no puedo responder, claro está.
Un beso grande.
Como siempre una invitación clara a la reflexión... siempre llegamos a donde nos esperan, es una frase que me digo casi todos los días cuando siento que no avanzo y sin embargo me siento cansada de caminar. Un abrazo fuerte y gracias por leer mi poesía.
ResponderEliminarSiempre avanzamos, en ocasiones es difícil verlo, pero lo estático no existe.
EliminarUn beso grande y muchas gracias, Susana.
Cada persona es libre de marcar sus propias fronteras.
ResponderEliminarHe pasado bastante tiempo sin ver más allá de mi ventana, como no me interesaba, tampoco había ningún estímulo que me moviese a investigar más allá.
Siempre girando en el mismo círculo, no conduce a nada. Un día descubres que aún tienes fuerzas para caminar, y ahí radica lo más importante, no se trata de recorrer ni alcanzar grandes metas, lo que cuenta es emprender un camino y no permanecer como un vegetal.
Agradezco mucho tus letras en mi espacio.
Cariños y buena semana.
kasioles
Hay muchas formas de ver la vida, yo la veo siempre en movimiento, no me interesa retornar al mismo lugar, pero si me importa no detenerme.
EliminarMuchas gracias por tu lectura atenta.
Un beso grande.
Parece que la vida se siente así, vamos haciendo círculos sobre nosotras mismas, a veces más amplios, otras de menos diámetro. Parece que una silla donde retomar fuerzas y pensar es un buen lugar para volver a empezar.
ResponderEliminarIremos dejando huellas.
Humberto, tu nombre me lleva una sonrisa a los labios, un abrazo.
Dejar huellas es lo que nos hace únicos, huellas artísticas, huellas afectivas, así...
EliminarUn beso grande, querida Ishtar.
El cuento del que cree que va, pero en realidad sólo regresa :)
ResponderEliminarMe gustó mucho la imagen de la huella que se llena de agua con las lluvias: es una huella viva.
Abrazos!
¿Y no es así?, filosóficamente hablando, digo.
EliminarGracias por el comentario, Taty.
Un abrazo grande.
Me has hecho pensar en el horizonte, ese lugar inalcanzable, y también en la búsqueda de un mundo mejor que no existe. Un abrazo.
ResponderEliminarYo todavía busco las monedas de oro en el caldero al final del arcoíris,
EliminarUn fuerte abrazo, Ximens.
Ayer dejé mi comentario, pero parece que algo hice mal, y no se quedó. Se fue a dar un paseíto como el tío de la silla ;) .......Si hubiera tenido un espejo cerca, tal vez notaría que la silla no fue lo único que cambió. Y si mirara su teléfono móvil se encontraría con que está descargado. Un fuerte abrazo, Humberto..
ResponderEliminarTener un comentario caminante te hace diferente, querido Antonio, espero que no se encuentren aquel con este, porque no sé lo que pueda suceder.
EliminarEs cierto, el espejo le habría mostrado otros cambios drásticos.
Un fuerte abrazo, amigo.
Hola amigo...me ha gustadomucho tu relato,es muy interesante por lo poco corriente ,yo pensaba al ir leyendo qu el personaje se trataria se un Dios o un nuevo Dios aun desconocido para nosotros.
ResponderEliminarGracias por tu visita a mi pequrño hogar.
Un abrazo
Marina
Aquí no hay dioses, o mejor dicho hay un solo Dios: la Literatura.
EliminarUn abrazo grande, Marina.
Me ha encantado el relato Humberto. Me hace dar cuenta de que al final volvemos de donde partimos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :)
En alguna medida siempre sucede.
EliminarUn abrazo, Gumer.
Hola Humberto,
ResponderEliminarme gustò mucho, el final me hizo reir porque no me lo esperaba esa circularidad...
Eres genial, te admiro mucho.
Te mando un abrazo grande
y feliz finde....
Hola, querida Genessis.
EliminarMe alegro que te haya gustado y muchas gracias por tus palabras siempre tan amables conmigo.
Un beso grande.
Se ha cerrado el círculo y ahora puede descansar tranquil@ en esa silla de mimbre, más allá no hay nada que merezca la pena.
ResponderEliminarUn saludo Humberto.
Más allá hay otro ciclo, que lo iniciará o no, de acuerdo a lo que él decida.
EliminarUn beso, María Pilar.
¡Hola, Humberto!
ResponderEliminarHe leído tus dos últimos relatos; el de “Yesterday” me ha parecido interesante tu fantasía; de hecho la canción me encanta.
En tu último escrito el protagonista llegó a la frontera, pero podría ser simplemente de sus límites, de sus capacidades. Siempre existe algo que marca un antes y un después; todo depende de qué lado queramos estar. Te dejo mi huella ;)
Deseo que pases un maravilloso fin de semana
Me gusta que lo interpretes así: llegó al límite, a la frontera de "sus" capacidades, es buena esa forma de entenderlo.
EliminarTu huella aquí es muy valorada, muchas gracias.
Un beso y buen fin de semana.
!Esto que escribo, está descolgado,pero mientras leía, sentí´la sensación de cobijarse dentro de la cama ,bien arrolladito ,como único lugar en el mundo,,,,diría el vientre materno!!!!!Cariños Matha
ResponderEliminarEs una manera de sentirte segura frente a la devastación de este hombre, Martha.
EliminarUn beso grande.
Me encantó tu escrito
ResponderEliminarMe gusta ese redondel que haces
Abrazo
Muchas gracias, Gla, me alegro que te haya gustado.
EliminarUn fuerte abrazo.
Escribí tres veces el comentario, decía.
ResponderEliminarTus escritos siempre me hacen pensar, desde lo mas divertidos como yesterday hasta los serios y profundos como la frontera.
Solo tengo una queja, me gustaría que subieras mas seguido.
Un abrazo.
No sé qué está pasando, Ricardo, a varios les sucedió, perdón,
EliminarMuchas gracias por tu opinión, yo también pienso mucho al escribirlos, principalmente si valen la pena ;)
Un fuerte abrazo.
Al final esperaba la cama en la frontera, pero me has sorprendido con la silla de mimbre Humberto. Buen escrito. Un fuerte abrazo y buen fin de semana amigo.
ResponderEliminar@PepeLasala