Hacía varios días que la temperatura no aflojaba, las calles parecían un paisaje del planeta Marte, o incluso peor, parecían las puertas mismas del Infierno, la gente no quería abrirlas ni para ir trabajar. La culpa era del maldito cambio climático, un verano así podía enloquecer a cualquiera, decían todos. Eran las 2 de la tarde y el calor no permitía respirar, el termómetro ya marcaba 38 grados, pero la humedad lo haría llegar hasta los 43, como mínimo. En menos de una hora volverían los padres, después de una semana de vacaciones, y allí, en la casa, la abuela no estaba ni en condiciones de mover un dedo, así que alguno de los dos hermanitos tendría que limpiar todo ese desastre que habían hecho en la sala. ¡Ana!, gritó Diego desde su habitación en la primera planta, sin soltar el joystick de la PlayStation, ve a ayudar a la abuela. El niño había aprendido muy bien, era el varón y era el mayor, tenía sus privilegios. Sin embargo, la niña hizo como que no lo había escuchado, total, qué le importaba si esa inmundicia quedaba allí o no, ella estaba tranquila mirando la televisión, donde un ratón con cara de trastornado corría a un gato con un hacha. ¡Anaaaa, te dije que bajaras a ayudar a la abuela!, insistió Diego, pero Ana no levantó su culo transpirado de la silla, tenía los ojos clavados en los espejismos de la pantalla, en la que una musiquita pegadiza y repetitiva acompañaba las acciones. Ahora el gato ya no tenía cabeza, pero el ratón iba por más. Estaba decidido, Ana no iba a moverse y Diego no pensaba bajar, nadie iba a limpiar aquella asquerosidad que ambos habían dejado en el medio de la sala: un cadáver en estado de descomposición le daría la bienvenida a los padres.
Diego acaba de marcar un gol con su Neymar virtual y Ana sigue inmersa en los dibujos animados, pero ahora ha comenzado a canturrear la musiquita de la tele, lo hace en voz muy baja, they fight, they bite... Esa musiquita insidiosa se mantendrá por mucho tiempo en los oídos de la familia, y quedará asociada para siempre a este verano tan raro.
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por las visitas y comentarios para “Película”.
Mientras en el hemisferio Norte están disfrutando del frío, por aquí abajo nos estamos derritiendo, entonces la mente trabaja… y trabaja mal.
Un fuerte abrazo.
Humberto.
Las abuelas no saben contenerse
ResponderEliminarLas nietas, como sordas
Los Diego que tampoco se enteran.
Llegará el frío friísimo no acontentaremos ni a los del norte arriba ni a los del Sur, que siempre se salen con la suya...., ay!!!
Besos 😘, Humberto
Ni el invierno podrá contentar a esta familia, Pilar. Y vaya uno a saber lo que pasará de aquí a unos años.
Eliminar¿Realmente crees que nos salimos con la nuestra?
Un beso enorme, mi querida.
Bendito cambio climático. Benditas abuelas. Benditos nietos. Bendito HD. Abrazos y buen fin.
ResponderEliminarCarlos.
Benditas sean las Letras, mientras no nos abandonen, Carlos.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
El calor es que deja a la gente que se le va la pinza Humberto. Y el espabilado del niño lo que se merecía eran dos bofetadas; una que se la diera la niña, y la otra bofetada la abuela. Aunque quién sabe, lo mismo los padres de ese viaje vienen también zumbados y dejan un muerto liado en una alfombra en la cochera.
ResponderEliminarUn abrazo Humberto y que esas calores remitan.
Yo creo que, algún día, ese niño recibirá una bofetada más fuerte que la que puedas imaginarte, Rafa.
EliminarCarne de diván, marchen dos psi.
Un fuerte abrazo.
y llegarán los padres, que después de tomar conciencia de toda la situación, dirán: "menos mal que los niños no se dieron cuenta de nada."
ResponderEliminarun abrazo.
Yo creo que no sólo se dieron cuenta de todo, sino que lo provocaron... Bueno, en realidad lo provocó el calor.
EliminarUn fuerte abrazo, estimado Draco.
Calentito y real el tema de esta historia, cada día nos sorprendes amigo. Pero nos dejas con ganas de más...
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Más, Luis? Vamos poco a poco, recién comienza el año y mis neuronas están MUY aletargadas.
EliminarVamos por esos niños, amigo, yo los banco ;)
Un gran abrazo y muchas gracias por estar.
Me encantó esa pista escondida que nos das de "la abuela no estaba en condiciones ni de mover un dedo", al menos yo asumí que era por el calor, luego sobre el final comprendí tu intención. Un relato excelente, en un verano insoportable donde reina el egoísmo y la dejadez tan típicos en esas edades. Creo que todos se llevarán una buena sorpresa, y ojalá de ella aprendan algo.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Eres una muy buena lectora, Sindel, condición sine qua non para escribir bien.
EliminarSí, van a aprender, pero (lamentablemente) ya será muy tarde.
Un beso y muchas gracias por la lectura.
Muchas gracias Humberto, me encanta leerte y lo hago siempre con atención y dedicación, sé que siempre me vas a sorprender. Un abrazo enorme.
EliminarNo me metas tanta presion, puedo fallar, y haata es mas sano que no te sorprenda, que falle.
EliminarSea como fuere, muchas gracias por tu confianza.
Mas abrazos.
E antes de entrarem em casa os pais já se deram conta do cheiro nauseabundo que saía pelas janelas. Gostei muito. Chapeau!!!!
ResponderEliminarBeijocas e bom fim de semana. <3
Flor
Acredito que o cheiro bateu no rosto deles assim que eles abriram essa porta, melhor teria sido eles ficarem sob o raio do Sol!
EliminarBeijocas dos que você quiser, minha querida.
Quero de todas a que eu tenho direito rsrsrsrsrs.
EliminarSem sombra de dúvidas que você o tem!
EliminarEu pensava que ia ouvir a sua voz e afinal só deu os acordes de introdução????? Plim
EliminarSurpresa!
Eliminar:(
Eliminartremendos padres, se merecen ese cadaver descompuesto y mas"como si los ninos y la abuela no tienen su corazoncito, pobre abuela" pobres nin~os "........hechemole todo al calor!! ... genial Humberto Dib, como siempre!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu opinión, Aura.
EliminarUn beso y nos "vemos" por FB.
Al mejor estilo de I Know What You Did Last Summer , necesitamos una segunda entrega y saber que pasó en ese verano tan raro.... me encantó leerte , como siempre.
ResponderEliminarusted es un duro, ;) Un abrazo-te
Podría escribir cómo estarán esos niños 20 años después, pero no creo.
EliminarNo, Susana, no soy duro, ¿por qué?
Un abrazo grande y muchas gracias.
Bueno, un duro es mi país tiene varias connotaciones , pero ya sé como se interpretó aquí. Cuando dije eres un duro , qyise decir, eres bueno escribiendo, eres crack, eres un teso, sabes hacerlo. :)
Eliminar¡Ay, el español y sus diferentes interpretaciones!
EliminarAhora lo sé, aprendí algo nuevo.
Un beso grande.
Eres único Humber te sirves de todo para mostrar tus ideas!!
ResponderEliminarEsta fue dura y horrible pero genial.
No sabes lo que es el calor aca en centramérica!!
Besotes.
Hay que aprovechar esta época en la que contamos con tantas posibilidades, es mucho mejor que decir que todo tiempo pasado fue mejor, ¿no?
EliminarUn beso grande.
NO NO, lo mejor es ahora, jaja, antes yo no estaba.
EliminarEh... dicen que no se le pregunta la edad a una dama, así que mejor no lo hago, ja.
EliminarMás besos.
No veo que necesariamente haya habido un desenlace trágico, que todos parecen entender menos yo. Explicación alternativa: la abuela se tomó una bebida para refrescarse el calor, no agua mineral, ni gaseosa, sino una alcoholica. Y se quedó dormida, quedando los pequeños sin supervisión.
ResponderEliminarYa sospechaba quienes eran el ratón y el gato, una ficción dentro de una ficción.
Ana y Diego se comportan parecido a Lisa y a Bart. Tampoco veo la necesidad de que Diego reciba una cachetada.
Al final no lo convence nada, estimado Demiurgo, sólo falta que me diga que en la casa había aire acondicionado puesto en 17 grados y adiós ficción.
EliminarAsí y todo, ¿de quién era el cadáver, entonces?
La segunda parte de su comentario me gustó más, mucho más, pero usted acuérdese que lo que yo piense es lo que menos importa acá.
Un fuerte abrazo y muchas gracias.
Es que soy un demiurgo. Tal vez no haya sido un buen lector, para captar las pistad del relato. Pero me quedó claro que no había aire condicionado.
EliminarLo de afirmar que la abuela no estaba condiciones de ayudarlos en desastre, desentona con la posibilidad de que la abuela sea parte del desastre. Obviamente, no puede ayudar con su propio cadaver.
La explicación de que haya un muerto no me parece tan inevitable.
Tal vez la abuela, de quien no se sabe la edad, podría sólo haberse golpeado. Entonces Ana y Diego se encontrará con retos severos, aunque la culpa sería de sus padres.
Te invito a leer, tal vez a participar, de los relatos jueveros que presentaré en unas horas. O tal vez quien los presente sea...
Agradezco la invitacion, apenas vuelva a BA paso por tu blog, de lo otro hablamos mejor despues del miercoles.
EliminarOtro abrazo.
Una historia de cálido humor negro. ¡Qué bien escribes, Humberto!
ResponderEliminarY tú eres tan buena América.
EliminarMuchas gracias.
los padres crían a sus hijos y cuando éstos crecen deben de cuidar a sus padres y no los nietos
ResponderEliminarpero ya se sabe hoy la gente prefiere dejar al cuidado de otros extraños a su raíz, o simplemente abandonarlos
la vuelta de mano al parecer no existe en esa familia, ya que los padres de vacaciones ...
en fin es lo que hay
triste realidad de los viejos , y todos vamos pa'viejos
besitos y feliz san Valentín Humberto
Elisa, has detenido toda una cadena de comentarios más o menos graciosos para meternos en la "realidad" del relato, en la parte crítica, digamos. Pues sí, hay todo tipo de padres, y aunque esta ficción sea una exageración con ciertas notas de humor, los hijos van a copiar y hasta perfeccionar sus defectos.
EliminarUn momento, yo no voy para viejo, desde hace unos años estoy haciendo un tratamiento de medicina ortomolecular ;P
Feliz San Valentín, Elisa, un beso grande.
Veo que le haces una fuerte crítica a los Simpsons y a todo lo que representa este dibujo nefasto. Excelente, no dudas en usar cualquier técnica para expresar tu arte.
ResponderEliminarUn abrazo y te sigo leyendo siempre.
No sé si es exactamente una crítica a los Simpsons, lo dices por lo de Itchy and Scratchy, pero es un guiño, hay muchos otros dibujos animados que son violentos.
EliminarSea como fuere, muchas gracias por tus palabras.
Un fuerte abrazo.
Maravilloso relato...desalentadoramente actual! Imagina que trabajo con niños y por consiguiente con las familias hace tantos años!! Y esto que escribes es asì , realidad y ficción...unidas...a diario, en las cosas que vamos dejando de lado por nuestras ocupaciones y nuestro egoísmo, centrado en una carrera materialista y loca. Ya no les queda a los niños mas que la Play o la musiquita pegadiza de un dibujito o de la canción de moda que repetirán incesantemente. El fin de la historia... atrevernos a juzgar a futuro los comportamientos y las capacidades de los niños. Por suerte, algunos pocos que escapan al calor insoportable, no encontraràn cadáveres descompuestos en su living. un placer leerte!!
ResponderEliminarCon lectoras así es más fácil...
EliminarEs que yo no creo que haya una división entre la ficción y la realidad, ni siquiera una división delgada, para mí ambas categorías se entrecruzan y se separan, según las acciones de la gente. Nada me sorprende, bueno, algunas cosas sí.
Lo del cadáver descompuesto es una (pseudo)metáfora que has captado muy bien.
Un placer tenerte acá y en FB también, todos los días.
Un beso.
Hola Umbeto!
ResponderEliminarUn placer volver a estar por aquí y disfrutar de tus excelentes relatos.
Critico y actual, me ha parecido muy bueno.
Un abrazo desde Mérida - España -.
Que te vaya bien.
Ramón
Hola Ramón, me alegra mucho que te gusten estos relato.
EliminarTe mando un abrazo desde Buenos Aires, con calor.
Lo mejor para ti.
Vaya calor!!!! jajajaja!!!!
ResponderEliminarEl cadaver no me lo esperaba jajaja
Pero por muy creativo, también muy espejo de realidad
Entre juegos de PayStation , T.V alienante y smartphones, pueden aparecer muchos cadáveres o muchos vivos, y la gente ni se entera...
Feliz día de San Valentín!!!!
Besotesssss ESCRITOR!
Es cierto, querida Gisela, puede haber un elefante muerto que nadie se entera.
EliminarSí, Feliz San Valentín.
Un beso grande y muchas gracias.
La vida es un "comics" dramatico...
ResponderEliminarLos creadores de los comics pensaron muy bien en la faceta violenta, ridícula y apocalíptica del ser humano para crearlos, no podían fallar nunca.
EliminarUn beso y gracias.
Ante este deprimente panorama mundial de hipnotismo colectivo de pantallas debería hacer más calor.
ResponderEliminarUnos cien grados más.
Una vez más, estamos de acuerdo.
EliminarUn abrazo, Toro.
Las madres quieren un chico "moderno" para sus hijas, pero a los suyos los educan a la antigua.
ResponderEliminarSi me mandas un poco de ese calor insoportable te lo cambio por un poco de frío insufrible. La cosa es quejarse.
Un abrazo.
Estamos en una época "a mitad de camino" para las madres, es difícil para ellas lidiar con el cambio, por eso se confunden tanto.
EliminarPor mí, llévate todo este calor, encantado ;)
Un abrazo, Chema, muchas gracias,
Hermosa descripción Humberto, de una desidia compartida que no la genera el cambio climático sino el mal hábito…
ResponderEliminarUn abrazo
El cambio climático es una gran excusa para muchas conductas, pero yo no creo que tenga la culpa de todo, si te contara...
EliminarUn abrazo, Dionisio.
Muchas gracias.
Pobre abuela era a ella a quien le tenían que haber puesto una cuidadora. Pues los niños ya se sabe, ellos a lo suyo, por eso son niños. . Una vez más nos deleitas con tus escritos. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarPobre señora, cuidando a esos críos y con un calor así, hasta yo abandonaría esta vida ;)
EliminarMuchas gracias por tus palabras y por estar siempre conmigo.
Un beso grande.
¿Y quién pedirá cuentas a los niños? ¿Cómo averiguar quién le rebano la vida? Pero ya para qué.
ResponderEliminarDesidia del mundo real, en el que muchos anhelos habitan en entornos virtuales.
Yo no tengo una respuesta, G, apenas puedo escribir relatos.
EliminarEspero que este entorno virtual favorezca actos en la vida real, doy fe de que algo así ya ha sucedido.
Un fuerte abrazo.
MADRE MIA! inesperado,tremendo.De repente, se enfrió todo! sorprendente!
ResponderEliminarHay un momento en el que todo se hiela, para después volver a calentarse, como el Averno. Y así seguirá.
EliminarMuchas gracias, Luna Roja, un abrazo.
Uff un relato espeluznante en el que casi lo que menos miedo da es la muerte de la abuela.
ResponderEliminarMe encantó.
Salud.
Me alegra que te haya gustado, Miguel Ángel.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.
Se acabaran los juegos con la Play, se acabarán los dibujos animados y no tendrán mas remedio que enfrentarse a la vida y entonces repararán en que nadie les avisó que, para aprender a vivir no hay libro de instrucciones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, sea la época que fuere, todos tuvimos que aprender a vivir sin manual. Lo difícil para mí es evaluar si nuestros padres tenían razón al decirnos que sus tiempos era mejores o si es la edad la que nos hace ver que todo va en un franco deterioro.
EliminarUn abrazo.
Me impactó de verás... Más aún cuando oí la musiquilla...
ResponderEliminarImpresionante, es el retrato más feroz que he leído de esta triste infancia actual.
Muchos besos
(añado... Infancia dominada por TV y compañía...)
EliminarSon muy pocos los que pueden escapar a la TV, pero no sé si es bueno escapar de ella, tal vez sólo verla en su justa medida, pero ¿cuál es?
EliminarUn beso grande, Volarela, y muchas gracias.
Escalofriante relato que nos transporta del egoísmo al crimen y con el agregado juvenil. Que shock tan horrible debe ser algo así. Desde luego aún peor que el que hemos sentido con la ficción. Una muestra más de lo horrible que pudiera ser la realidad. Ve la diferencia. En tu ficción hasta disfrutamos la lectura. Pero ha de ser una joda vivir el proceso que les espera a toda ésta familia.
ResponderEliminarGracias por tu comentario de ayer, pero mi relato que te recomendaba está en el otro blog gemelo themicrostories. Tiene el link en el microrrelatista y se titular "Final Bang."
Y sí, Carlos, en la realidad siempre es peor, pero tengo la impresión de que, a pesar de la exageración, no estamos lejos de esta ficción. En relación con los padres, bueno, son personajes, pero creo que ellos tienen su dosis de responsabilidad.
EliminarEn estos días paso a leer "Final Bang", amigo, te lo prometo.
Un fuerte abrazo y muchas gracias.
Tremendo relato Humberto y tan real que eriza el pelo.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias por tu opinión, Fernando.
EliminarUn fuerte abrazo.
¡Y que lo digas, verano raro pero raro! Yo aconsejaría a esos padres que no volvieran de sus vacaciones. Me huele a cadáver de abuela, vamos con los niños ya no tan niños, jjjjj.
ResponderEliminarHola querido Humberto, me encanta como escribes, me quedo enganchada al texto y llego al final sabiéndome a poco. Precioso tu relato.
Un abrazo. Feliz día del amor y de la amistad.
Lola Barea.
Estoy de acuerdo, Lola, que se queden una semana mas o un mes mas, para que volver si...
EliminarMuchas gracias por tu comentario y por las palabras de afecto.
Un beso grande.
Humberto ya te paso unos grados de frio a condición que tu me los pases de calor y así disfrutamos los dos el buen clima que raro se hace en nuestros tiempos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Trato hecho, Mari-Pi, necesito un poco de fresco para escribir cosas menos... truculentas.
EliminarUn fuerte abrazo.
En lo primero que pensé fue en Itchy and Scratchy y veo que no me equivocaba. Jajaja. Por lo demás, el cuento es de lo más truculento. Yo soy más de volverme loca con el frío pero dicen que el calor puede lograr los mismos resultados. A ver si va a ser que el clima es sólo una excusa. Besotes!!!!
ResponderEliminarQue bien que hayamos estado en la misma sintonia.
EliminarMira, del frio puedes escaparte abrigandote, del calor no hay manera en la calle.
En cualquier momento van a echarle las culpas al clima de todo.
Muchos besos.
¡No hay nada como el calor del hogar!
ResponderEliminarComo siempre, magnífico relato. Un beso.
Me encanto tu reflexion, corta pero picante.
EliminarMuchas gracias, Sicoris.
Un beso grande.
Un verano raro, sin duda. Aquí es invierno. Buena historia
ResponderEliminarSe que alli es invierno y les tengo una envidia sana, si es que eso existe.
EliminarUn abrazo grande.
Humberto ¡Feliz San Valentin! Saludos
ResponderEliminarFeliz San Valentin, amigo.
EliminarUn gran abrazo.
Uno de esos estíos de calor bochornoso, inaguantable, en los que te sientas toda la tarde frente al frigorífico abierto con el sonido de un viejo transistor revoloteando entre las moscas a tu alrededor... uno de esos veranos en que las suegras mueren y los perros aúllan sofocados al amanecer.
ResponderEliminarGrande, amigo.
Un fuerte abrazo desde el Otro Lado.
Una gran descripcion de la escena estival, Borja, me encanto.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.
ResponderEliminarPues dicen, comentan, sugieren, afirman, que tras ese calor infernal llegara la glaciación, cosas del cambio climático. Eso sí, con el frío se conservan mucho mejor los cadáveres y no huelen tanto.
Salud, Humberto.
Muy cierto, Bipolar, el frio evita muchas cosas desagradables, si hasta sirve para conservar la carne para despues...
EliminarUn gran abrazo.
El calor es solo la excusa, lo transcendente es la apatía, ese no mover un musculo, la falta de incentivos, aplicar un roll y dejarse ir...
ResponderEliminarEl calor o el frío estaran presentes en cada estación, y no son excusa para el inmovilidad, tal vez si, esa falta total y absoluta de motivación a la que estamos todos abocados.
Un gusto leerte.
Reme.
Muchas gracias por tu opinion, Reme. Es muy cierto que la temperatura termina siendo una justificacion frente a la imposibilidad, frente a la desidia general.
EliminarTe mando un fuerte abrazo.
ACÁ TAMBIÉN EL VERANO ARRECIA. FULLL TEXTO COMO SIEMPRE.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Y tambien aparecen cadaveres por todos lados?
EliminarUn abrazo grande, amigo, muchas gracias.
que relatobtan terible l q hace el exceso de calor y el poder de la mente!!!!!
ResponderEliminarcreo q losnniños imaginaron cargarse a la abuela y lo hicieron es asi o es demasiado terrible mi pensamiento????
Yo creo que estas muy bien encaminada, querida Sara, muy bien...
EliminarUn beso grande y muchas gracias.
Tremendo relato.... me has puesto la piel de gallina ja ja ja.
ResponderEliminarHace poco que te sigo......
una lluvia de besos
Muchas gracias por el comentario y por la lluvia de besos, Maduixeta.
EliminarEspero que sigas viniiendo.
Un beso enorme.
Relato con perspectiva psicológica, bien ambientado, y cierto grado de crítica social.
ResponderEliminarMe recordaste a Edgar Allan Poe.
Un abrazo amigo
Es un honor que el relato te haya traido a la memoria al maestro Poe.
EliminarUn abrazo muy grande, Alondra.
Lo dicho, los niños ya no son como eran antes.
ResponderEliminarBeso Humberto
Ni un poco, querida Malque.
EliminarUn beso muy grande, muchas gracias.
Cada generación parece peor que la anterior
ResponderEliminarEsperemos a ver qué nos trae la próxima.
EliminarUn fuerte abrazo, Odiealex.
Ainsss.... si es que el calor nunca ha traído nada bueno! :D
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte por mi blog.
Un besito.
Muchas gracias a ti por venir, Marie.
EliminarUn beso grande y gracias por el comentario.
Hola Humberto, algo difícil que un ratón se coma al gato, pero en relatos todo puede ser. Cierto que ante ese calor pegajoso nos deje sin ganas de movernos, pero así son algunos niños, no se mueven por nada, ya están acostumbrados a hacer lo que quieran, pero lo que más los atonta es estar horas frente el televisor.
ResponderEliminarUn abrazo
Es que, querida Sor Cecilia, en el reino de la ficción (y de la no tan ficción) todo es posible.
EliminarEl televisor es un medio de transmisión de valores de gran alcance.
Un abrazo grande.
¡Qué tendrá el calor que fomenta la violencia! Aquí en verano aumenta siempre el número de asesinatos. Debe enloquecer a la gente.
ResponderEliminarUn saludo.
En lo personal, Cayetano, yo me pongo muy alterado en verano, pero no tanto como para... ;)
EliminarUn fuerte abrazo.
Humberto los hechos son contundentes,diáfanos y reveladores del perfil de los personajes es algo que siempre me satisface al leerte, sin describirlos a mi me quedan nítidos sus perfiles y en esta ocasión mientras leía (vivía tu relato) me enojó leer la "gran realidad" que transmites y confieso que esta dejadez en que se vive actualmente en muchos hogares me sobrepasa y asusta ¿que está ocurriendo? , ¿vivimos ensimismados? y ¿en que?, sería demasiado fácil hablar del consumo, manipulación mediática...no se, Humberto me resulta tan paradójico y similar a aquel relato tuyo que no recuerdo el nombre, en que el alto cargo alemán se bañaba con el jabón realizado con la grasa de "su odio".
ResponderEliminarSi pudiera hacerte llegar mis aplausos por tu visión tan amplia y la excelencia de tu escritura inquisitiva ...
Un enorme abrazo, mi querido escritor
tRamos
Son las reglas del siglo XXI, querida tRamos.
EliminarEs una respuesta muy largo la que podría darte, y no estoy seguro de que sea la más correcta, pues, como escritor, trato de retratar lo que sucede, pero me da un poco de miedo ver el deterioro sin poder hacer nada más que contarlo. Ojalá sirviera como advertencia, pero ¿quién soy yo para que hagan caso?
No sé si los aplausos (los que agradezco), pero sí me llega tu cariño.
Un beso muy grande.
Un relato con crítica social, los niños están acostumbrados a no hacer nada y la culpa la tienen sus progenitores que se lo consienten y claro luego se quejan de que no pueden con ellos. Es difícil ser padres en estos tiempos,bueno en casi todos los tiempos, lo que pasa es que antes los hijos le tenían respeto a los padres y ahora de eso nada de nada.
ResponderEliminarBesos Humberto.
Puri
Es muy cierto, Puri, siempre fue difícil ser padres, principalmente buenos padres, porque nadie nace sabiendo, pero la desestructuración de ciertos valores complica el aprendizaje, y eso se nota en las conductas de los niños.
EliminarUn beso grande y gracias,
Hola Humberto , la verdad es que con ese calor no me extraña , que la abuela la palamara , y lo peor que la pobre murio allí en el comedor , si tardaban mucho los padres en volver , yo creo que allí encuentran a los hijos también secos como la mojama , un relato muy bueno .
ResponderEliminarTe deseo una feliz tarde , besos de Flor.
Muy buen razonamiento, creo que esos niños son tan desidiosos que ni podrían satisfacer sus propias necesidades básicas.
EliminarMuchas gracias por tu opinión, Flor.
Muy actual! un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, querida Mery.
EliminarUn abrazo.
Impresionante relato. Muy bueno.
ResponderEliminarTe mando un beso.
Impresionante relato. Muy bueno.
ResponderEliminarTe mando un beso.
Muchas gracias, Amalia.
EliminarAcepto tu beso y te mando dos.
Muy buena historia.
ResponderEliminarHay calores que lo pudren todo... y queda un recuerdo de mal olor por largo tiempo!!!.
Un abrazo.
No puedo agregar nada a lo que dijiste, en pocas palabras, todo.
EliminarAlgo huele podrido en el Estado de Dinamarca.
Un fuerte abrazo.
¿Quién cuidaba a quién? Se supone que la abuela a los nietos, pero ellos a lo suyo y la pobre abuela a ahí ignorada hasta el extremo.
ResponderEliminarLo del calor ha sido para hacer más tétrico lo del cadaver, porque igual podía estar haciendo un frío del "carajo" y estar perfectamente conservado hasta que llegasen los padres.
Un abrazo
El calor es un elemento técnico que podría estar o no, pero es bien cierto que le da mayor crueldad.
Eliminar¿Y quién cuidará a quién en el futuro, José Manuel?
Un fuerte abrazo, amigo.
Por qué limpiar la casa se convierte en un suplicio, cuando nadie lo hace. Y un trabajo, nada reconocido por cierto, cuando hay una madre, o abuela de por medio. Desde que nacemos cada uno debía limpiar lo que mancha, bueno, desde pequeñitos. Todos iguales nenes y nenas. menudo patatús le dará a la madre cuando llegue a la casa. Perdón (Se me ha ido el rol materno de las manos).
ResponderEliminarMuy bien ambientado, el relato. Teniendo en cuenta el frío que hace por aquí, he sentido el calor agobiante que no te deja mover.
Un abrazo.
Te cuento un secreto: yo limpio mi casa y puedo asegurar que no hay tarea que lleve más tiempo, cada día.
EliminarEl padre también quedará de piedra, ¿no?
Muchas gracias por tu opinión, Pamisola.
Un beso.
En un mundo de locos todo es posible con calor o con frío. En este relato la ficción se superpone y es la realidad que importa porque es la que mueve conductas, lo irreal es seguir utilizando las palabras padres, abuela o hermanos cuando no hay núcleo familiar, ni lazos afectivos, ni nada.
ResponderEliminarBesos Humberto
Un comentario con mucha reflexión desde lo social, María Pilar, muchas gracias.
EliminarPero por aquí nos queremos, te aseguro.
Un beso grande.
Espeluznante, Dib.
ResponderEliminar¿Ya no has vuelto a grabar tus relatos? Me encantaron tu entonación y tu voz.
Salu2 simpsoneros.
Muchas gracias, Diego. En este caso me pareció que la musiquita repetitiva de Itchy and Scratchy iba a ser MUCHO mejor que mi vos. Próximamente voy a volver a grabar, seguro.
EliminarUn fuerte abrazo.
En España, en el doblaje de los Simpson, los llaman "Rasca y Pica". Pero no sabría decirte quién es quién.
Eliminar:)
Salu2 sin picar.
Y claro, es la traducción. Creo que Rasca es... no, en realidad es Pica, porque... Me perdí.
EliminarMás abrazos, querido amigo.
Tremendo relato que está tan alejado de la realidad como pudiera parecer.Los medios y los juegos virtuales desumanizan a los tiernos infantes,sdemás de idiotizarlos.
ResponderEliminarUn placer volver por tu blog Humberto
Saludos.
Muchas gracias por volver, Joaquín, y muchas gracias por tu opinión.
EliminarUn fuerte abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYo, que era carne de abuelos en verano, te garantizo que antes me hubiese llevado un capón que dejar desaguisado sin recoger, igual es porque en Ávila esos niveles de calor no se daban ni en el mas caluroso verano que siempre obligaba chaqueta nocturna.
ResponderEliminarMe temo que cada vez se les exime mas y mas de responsabilidad y se valora por encima de todo su disfrute, caiga quien caiga, que el niño no vaya a traumarse por no tener la última consola, o no ver el programa idiotizador de turno…imagino a los padres entrando en la casa y escondiendo las pruebas de que alguna vez existió una abuela…
Hay que ver lo dramáticamente crítica que me he puesto, debo estar haciéndome mayor.
Qué gusto leerte Humberto, qué maravillosa imaginación la de nuevo mil gracias por compartirla.
Un gran beso
Valoro mucho tu opinión y anécdota, pero realmente valoro tu agradecimiento, porque sé que es sincero y que realmente consideras que cada relato es un regalo para los que pasan por este lugar.
EliminarUn beso grande y que vaya el calor al Norte, pero no tanto.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa paradoja es que con tanto calor exista tanta frialdad y que la inmundicia no esté descomponiéndose en una sala sino sentada frente a una Play o mirando TV. Habrá que ver qué parte tuvo el ADN de la abuela en la gestación de tan terrible familia. Bad Karma.
ResponderEliminarEl relato tiene una serie de opuestos para generar sensaciones ambivalente, pero qué mejor que los menciones vos. Juira el bad karma, Ato.
EliminarUn fuerte abrazo.
Un verano así podía hacer enloquecer a cualquiera, el calor el viento sur, la luna, la guinda puede ser una abuela entrometida.
ResponderEliminarUn abrazo Humberto
Por las dudas, yo ni me acerco a esa casa, no quiero ser otra guinda, pues con una sola no alcanza.
EliminarUn beso grande, Ishtar, cómo se te extraña, joderrrr.
Yo también te extraño, últimamente no hay manera de conseguir encoger el tiempo.
EliminarMuxuxxx
Ya lo encontraremos...
EliminarEn estas familias donde cada uno está por un lado y hace oídos sordos al resto no es extraño que aparezcan cadáveres.
ResponderEliminarEstupendo. Un beso
Siempre hay alguno debajo de la alfombra.
EliminarUn beso, Angie, muchas gracias.
¿A qué viene tanta prisa? Tranquilos. Ya se comerán el cadáver los gusanos. Es cuestión de saber esperar un poco.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Humberto.
Y los gusanos irán por lo niños, ¿o crees que se salvará alguien en esta historia?
EliminarUn fuerte abrazo, Antonio.
Con el calor es fácilmente imaginable el estado de descomposición de la abuela, ex encargada de poner orden en un casa donde los nietos no le prestaron la suficiente atención, hasta que llega el momento de hacer limpieza, la cual no interesa excesivamente, pese al olor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y si pensáramos esta historia desde un punto de vista macrosocial, ¿qué nos daría por resultado? Me parece que lo mismo.
EliminarUn abrazo grande, Alfred.
Muy inquietante este estupendo relato, Humberto, ambientado en un día de calor axfisiante todavía se torna más espeso y negro.
ResponderEliminarHumberto creo entender que nos hablas de la indiferencia, de la desidia, algo muy de nuestros días, nada parece más importante para muchas personas que su porpio "placer" aunque a veces ese placer sea puro aburrimiento.
Empiezan por ir todo el día conectados a su celular o con sus orejas taponadas escuchando "música" y ya no son capaces de discernir entre su vida real y la virtual.
A veces me gustaría interrumpirlos y preguntarles, ¿sabes como suena el viento colándose entre los árboles? ¿A qué huele antes de llover? ¿Te has fijado si hay alguien triste o alegre a tu alrededor?
Has conseguido angustiarme y vivir ese momento con un buen final. De paso es que no soporto el calor y eso también me influye.
Un beso,
Hablo de eso que exactamente mencionas, Tesa.
EliminarMejor no les preguntes nada, pues la respuesta que vas a recibir, me parece, no te va a gustar.
Con relación al calor, a los dos nos pasa lo mismo.
Un beso grande, gracias por tu comentario.
Tanto el calor extremo cómo el frío, desgraciadamente afectan de manera desmesurada a los ancianos.
ResponderEliminarLa actitud de los niños sobrecoge más por la falta de sentimientos sobre su abuela (que suelen ser las debilidades de los niños) que por la dejadez que acostumbran manifestar.
Un abrazo
La falta de sentimientos hacia su abeula revela la dejadez, como otras cosas que quedan esbozadas.
EliminarUn abrazo, Abril. muchas gracias.
Los niños aprenden rápido, pero las niñas nunca se quedan atrás, para eso están las abuelas.
ResponderEliminarSaludos!
J.
Lo que me querés decir es que las abuelas les enseñan a las niñas lo que después...
EliminarUn abrazo grande, José.
Qué giro tan inesperado al final, impacta... Buenísimo tu escrito.
ResponderEliminarMuchos besos
Muchas gracias por tu opinión, Carmen.
EliminarUn beso grande.
Humberto, justamente hoy leía un artículo sobre el fenómeno de la obsesión con los electrónicos, particularmente en público y el problema de la muerte de la conversación. He aquí una perfecta ilustración.
ResponderEliminarDraco, me muero de la risa con tu comentario.
Abrazos!
Qué coincidencia, Taty, me gustaría saber dónde lo leíste, si volvés por acá, decime.
EliminarDraco es un amigo de años.
Un beso grande.
Bien, Humberto, tal vez más que un artículo, es un discurso basado en la imagen:
Eliminarhttp://www.demilked.com/death-of-conversation-smartphone-obsession-photography-babycakes-romero/
Ya le di a Draco una visita.
Besos.
Muchas gracias, Taty, otro beso grande.
EliminarUff vaya panorama. Los chicos de ahora son bastante autistas porque o virtual les come el cerebro a muchos.Impactante tu genial inventiva. Yo que asocio el verano con alegría...
ResponderEliminarMe has dejado planchada con el frío que tenemos aquí todavía. Bss
Si hay algo que nunca deja de llamarme la atención es la diferencia de gustos, yo te cambio 10 inviernos por un verano, en fin...
EliminarY sí, Katy, los chicos están así, pero siempre me pregunto si no decían lo mismo nuestros padres de nosotros.
Un beso grande.
¡Pobre abuela! ¡Cuánto yo quería a la mía!
ResponderEliminarSin que nadie me tuviera que decir nada, correría a su lado para ayudarla, para que ella no se cansase.
Esta nueva generación está en otro mundo, con el cuento de esas maquinitas, que ya no saben vivir sin ellas, se evaden de tal manera, que todo les resbala y lo único que les interesa es matar marcianos, meter goles, disparar al malo y perseguir al asesino, lo demás...
Yo me pregunto: ¿Qué tipo de personas serán estos niños cuando se hagan adultos?
Cariños y buena semana.
kasioles
Hay respuesta que no puedo dar, querida Kasioles, pero siempre les digo a mis amigos: a pesar de que no me considero una persona vieja (todavía no lo soy), por suerte no voy a tener que padecer demasiado las costumbres del siglo XXI, hay muchas que me están costando.
EliminarUn beso grande, buena semana.
Yo tampoco soporto el verano...
ResponderEliminarSon varios los que lo defendieron, me alegra saber que hay otro como yo, uf.
EliminarUn abrazo.
Pienso que hay quien con lo virtual mata a lo real. Ambos se pueden usar, pero ninguno se debe desestimar. Hay personas (no quiero generalizar por épocas ni generaciones) que lo virtual les ha robado el sentimiento. Buen escrito Humberto, yo me quedo con el veranito. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
ResponderEliminarCoincido totalmente, Pepe, uno puede hacer un buen uso de las nuevas tecnologías, hasta hacer buenas amistades, además del gran conocimiento que te abren.
EliminarFíjate que en algún que otro comentario me cuidé de no demonizar ninguna generación, ya me tocó ser víctima de ese prejuicio cuando fui adolescente.
Un fuerte abrazo y muchas gracias.
Aquí el calor separó a la familia conformada con abuelita incluida hasta el momento de vacacionar donde los juguetitos de los niños poco o nada cambia el trato que se estaba con tiempo dando a una persona anciana ignorándola y dejándola en pleno abandono en ese horroroso tiempo de calor ....por qué ella no pudo ir en familia a vacacionar?.....los padres decidieron , los padres enseñaron la indiferencia entre ellos mismos, ese individualismo egoísta, y peor aún con un ser débil ....los niños siguen las pautas ...qué importa con qué encontrarse ...acaso ...no era eso lo que estarían esperando ?????...que hablar de afectos ....de comunicación...de relaciones interpersonales...cero, cero...y el calor sigue quemando corazones egoístas, .....
ResponderEliminarDiscúlpame Humberto por la extensión....de repente se me olvida que es un relato ...pero un muy buen relato social, cruda realidad ...
Mis felicitaciones lograste quemarme con "Calor"
Fuerte abrazo
Gracias por visita a mi blog
No tengo nada que perdonarte, Cristina. Es verdad, es un relato, pero también es cierto que uno puede filtrar sus propias ideas en lo relacionado con la sociedad al hacer arte. Es más, muchas veces me pregunto si es posible hacer un tipo de arte políticamente neutro.
EliminarUn abrazo grande, muchas gracias por tu vehemencia.
Cada uno enfrascado en su pantalla,la abuela molestaba...y hacía tanto calor...
ResponderEliminarBesos
Es lo que yo imaginé... era inevitable.
EliminarUn beso.
Que fuerte! enfrascada en la lectura , no imaginé tal desenlace...
ResponderEliminarPero así es, el imán que tienen las tecnologías, que se pasan horas y horas...
A veces tienes que cortar por lo sano y ver mas lo que te rodea.
Un gusto... ;)
Sería lo mejor.
EliminarLo bueno es no hundirse totalmente en un mundo tan irreal, salir a ver el sol, por ejemplo, ya que no hay nada que se compare con una real y bella mañana de sol.
Un placer, un abrazo.
Comprobado, el calor puede volver loca ala gente.. y lo de los aparatitos... eso ya no tiene ni nombre!
ResponderEliminarPobre abuelita!
Me dejaste así, no esperaba yo semejante desenlace, pero bueno, ahora, leyendo hacia atrás, se entiende!
Muxuak, lagun!
;)
En algún momento me pareció que el desenlace era obvio, hasta lo consulté con alguien de mi entorno, pero me parece que el "secreto" estuvo bien guardado hasta el final.
EliminarMusu handia, Edurne.
Me encanta el verano estoy deseando que llegue, en cuanto a los nietos creo que hoy día tienen una relación mucho más estrecha que antes pues los abuelos ejercen de padres e muchas ocasiones. Bueno, no se porqué digo esto cuando quiero decir que como ficción tu relato es estupendo y tus finales siempre sorprendentes.
ResponderEliminarBesos Humberto
Me lo dices porque es lo que piensas, y eso me encanta.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Mía.
Un abrazo.
Aprecio el carácter cinematográfico en tu narración, y me voy con una sensación de complicidad autoral para exculpar a los ¿niños? ¿En qué nos hemos convertido -como sociedad-? En fin. Un placer leerte. Abrazos.
ResponderEliminarTodo cambia, Julio, y lo que siempre sucede es que las generaciones anteriores critican a las posteriores, desde el principio de los tiempos.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, Julio.
Una abuela muerta en medio de una casa extraña y sin empatía. Uno no puede evitar preguntarse si niños así no son otra cosa que el espejo de sus padres y si sus padres, al volver a casa, harían algo más que castigarles sin tele ni videojuegos durante unas semanas. Pero esa pregunta se queda corta, el relato causa un extraño efecto al transcurrir en una casa familiar, al ser la abuela la que no está en condiciones de mover un dedo y al ser los niños incapaces de sentir nada, pero la naturaleza del hombre no es fácilmente categorizable -si se me permite el palabro- y lo cierto es que la insensibilidad humana no es ninguna rareza estadística y su causa se divide en infinitud de posibilidades. Como de costumbre, Humberto, tus textos dan que pensar y soy de los que creen que si la literatura es grande, es precísamente por las variadas lecturas y enfoques que una misma obra puede suscitar.
ResponderEliminar¡Un abrazote, Humberto! ^_^
Hay un concepto psicoanalítico, propuesto por Freud, que se denomina "lo ominoso". Es muy interesante (aunque muy largo de explicar por aquí), pues trata justamente este tema: no hay nada que cause más terror que cuando lo más familiar se vuelve extraño, horroroso, indecible. Sobre esta base, escribí este textito. Claro, también hago preguntas sociales que yo no puedo responder. O, como suele decirse, los escritores nos respondemos con nuestros propios escritos, pero siempre nos respondemos mal, por eso seguimos escribiendo.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias, Jorge.
Buen comentario el de Jorge, felicitaciones.
EliminarJorge es un gran pensador, Ricardo, te recomiendo su blog.
EliminarHumberto, tremenda sorpresa cuando lleguen los padres y la pobre abuela medio descompuesta, te imaginas?...
ResponderEliminarUn gusto leerte amigo
Besos desde Caracas
Medio podrida, diría. ¡Perdón!
EliminarY sí, puedo imaginarlo.
Un beso grande hacia Caracas.
No hay moral. El Fifa 2012 vale más que la dignidad de la abuela... Un abrazo.
ResponderEliminarEs que... bueno, ¡es el FIFA 2012!
EliminarUn abrazo.
Qué buen tema, lamentable situación, la educación de los niños corresponde a los padres y lamentablemente hay muchas abuelas que están supliendo esa función, esos niños son victimas de esta forma de vida que tenemos ahora y la abuela ya ni te cuento. Me preocupa y mucho la educación que estamos dando hoy a nuestros niños que serán los adultos del mañana. Como siempre es un verdadero placer leerte. Un abrazo grande
ResponderEliminarEs un tema complejo, yo apenas puedo afrontarlo como padre o como escritor. después quedo tan sin respuesta como todos.
EliminarUn beso grande, querida Mª Rosa.
Un trocito de vida cotidiana y corriente, que sin embargo da mucho que pensar. Siempre tú Musa handi, Dib
ResponderEliminarMi querida, Soco, tu presencia aquí es paraíso en palabras.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Un beso enorme, mi querida.
Tus textos, relatos y el caminar de tu mente ingeniosa, siempre nos provoca hay que reflexionar y pensar sobre lo que escribes, que la mayor parte de las veces dice más de lo que parece.
ResponderEliminarLa juventud cambia con los tiempo, se hace más libre, independiente y hasta estoy por decir insensible, encerrados en un mundo de tecnología, que si bien hace la vida más fácil en algunos asuntos en otros como el núcleo familiar en vez de unir separa, se pierde la comunicación y con ella también el control del tiempo, respeto a uno mismo y a los demás.
Esas maquinitas mantienen la mente ocupada cada minuto del día y excluye las prioridades, las personas mayores es raro que se cuiden en casa, por lo general en este tren de vida que viaja la sociedad de hoy, se llevan o se recluyen en residencias y los niños de temprana edad en guarderías, los adultos necesitan su tiempo para trabajar y porque no, vacaciones, YA NO RECUERDO CUANDO TUVE UNAS.
Un abrazo
Ambar
Trato de que sean como extractos, poco, concentrado, pero con mucho dentro, realmente me alegraría de poder conseguirlo.
EliminarSobre lo que pueda hacerse en la vida real, ya poco puedo decir, para eso están ustedes, que tienen opiniones mucho más acertadas que las mías.
Un beso grande, Ambar. Muchas gracias.
ufff, yo no soporto el calor, a mí también me hace enloquecer, jajajaaja
ResponderEliminargracias por tu comentario, fue una alegría volver a leerte
un gran abrazo, Humberto
Somos muchos, pero creo que hay más que lo adoran, ¡buh!
EliminarUn fuerte abrazo, Marga.
Esta ha sido una entrada muy dura pero me parece que no todo es color de rosa y que los escritores tienen que estar comprometidos.
ResponderEliminarMuchas lectura y todas duelen.
Un abrazo
Me cuesta pensarlo así, Ricardo, pero no es que quiera llevarte la contra, me parece que no cualifico para considerarme un escritor comprometido, no todavía, al menos.
EliminarUn fuerte abrazo y muchas gracias.