Leticia está cómodamente arrellanada en el sofá de su apartamento, con mucho esmero y un pedazo de algodón embebido en acetona trata de quitarse hasta el último resto de esmalte de sus uñas, ese que siempre queda atrapado debajo de las cutículas y que se ve tan desprolijo. Recién acaba de pintarse, pero no hay caso, el Burgundy Kiss le parece un color espantoso, gótico, no entiende cómo pudo habérsele ocurrido elegir ese tono tan demodé. Mientras reflexiona sobre estas naderías, de fondo escucha la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvořák, no es que a ella le guste la música clásica, al contrario, pero el día anterior, Andrea -una compañera de trabajo- le dijo que a ella le encantaba, que la emocionaba, entonces Leticia quiso copiarle esta afición para ver si podía mostrarse tan inteligente y sensible como la otra, de acuerdo con lo que comentan por los pasillos todos los demás empleados de la empresa, incluso el mismísimo señor González, Jefe de Sector. Pasan los minutos y… taaa, ta ta taaa tatá, taaa taaa tatatá. Ay, esos violines, esas trompetitas, qué horror, la música de Dvořák la aburre mortalmente, por eso enciende el televisor sin quitar la música del equipo de audio, entonces los dos sonidos se entreveran de manera inarmónica, chirrían, así que decide hacer zapping hasta dar con una escena más silenciosa, cambia cinco, nueve, dieciséis veces de canal y por fin la encuentra en Film&Arts. Allí, en una vieja película en blanco y negro, hay un niño sentado a la mesa de una cocina tomando la leche y mirando los dibujos animados que están en color. La incoherencia la sorprende. Vaya, un truco cinematográfico de un director posmodernista, piensa Leticia, pero ese desajuste de imágenes la angustia y hace que se ponga de pie, justo en el mismo momento en que lo hace el niño de la película para dirigirse al televisor -el de él- y girar el tosco botón para cambiar de canal. Lo gira una, dos veces y en la pantalla dentro de la pantalla aparece una orquesta en la Konzerthaus de Berlín, está tocando la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvořák, ahora las dos melodías se ajustan a la perfección, nota con nota en un magnífico tutti, y Leticia siente que la asalta un pánico incontrolable, porque, a todas luces, lo que sucede no es normal. Cree que tiene que hacer algo urgente para mantener la calma. Mejor voy a pintarme las uñas, dónde habré dejado mi esmalte preferido, se pregunta en voz alta; ah, sí, allí, sobre el alféizar, se responde, entonces todo se precipita rauda y definitivamente en un abismo incógnito y aterrador, pues se da cuenta de que nadie jamás en la puta vida diría alféizar en una frase cotidiana, como nadie diría arrellanada, ni embebido, ni naderías, ni entreveran, en un segundo percibe que su realidad se ha vuelto más inestable de lo que podía suponer, teme que ella misma no sea otra cosa que el pelele de algún escritor afectado, de esos que creen que para ser un gran estilista hay que narrar con términos tan rebuscados como extravagantes, pretendidamente cultos. Desesperada, Leticia se arroja sobre el control remoto y -en un movimiento que a ella le parece límite- consigue apagar el televisor. La música, entonces, vuelve a ser una sola y ahora sus uñas están pintadas de color Urban Turquoise, un tono coqueto y muy innovador.
Dedicado a Carlos de la Parra.
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por las visitas y comentarios para “Boutade”.
Este texto nació en otro blog, por lo tanto algo le debe al propietario del mismo, Pedro, pero quiero aclarar que no es una crítica a su estilo, sino un guiño entre colegas, digamos, yo le prometí que iba a escribirlo.
Más que nunca quiero agradecer a las personas que pasan por aquí aunque mis visitas se hayan vuelto muy escasas, no es falta de voluntad, en menos de un mes tengo que presentar nuevo material a una editorial y mi vida ha estado acotada a seleccionar y corregir escritos.
Un fuerte abrazo a todos, cada vez somos menos, pero quién duda que estemos quedando los mejores.
Humberto.
Y con sus uñas pintadas, seguro que esa hermosa música le habrá transmitido lo que quizás le faltaba en ese momento.
ResponderEliminarUn abrazo, Humberto.
Querría yo saber qué le faltaba...
EliminarUn abrazo grande, Armando, muchas gracias.
MUY AGRADECIDO, POR LA DEDICATORIA DE ÉSTE RELATO TAN SINERGÉTICO CON LA REALIDAD CANALERA QUE NOS ATRAPA Y SE APODERA DE NOSOTROS EN ÉSTOS TIEMPOS EN QUE CUESTA DIFICULTAD DISTINGUIR LO FICTICIO DE LO REAL.
ResponderEliminarComo te dije por allá, quería dedicarte un texto que estuviera a tu altura, exactamente la altura de un gran amigo generador de emociones y fuente de inspiración.
EliminarMuchas gracias a ti por la creatividad.
Que todas las criticas hacía otros fueran como estas, aunque ya lo has dejado bien claro. Muy bueno Humberto, y no te preocupes por comentarios ni nada de nada. Primero son lo deberes y quehaceres de uno.
ResponderEliminarUn abrazo Humberto.
Es un juego... sólo un juego, Rafa.
EliminarMuchas gracias por tu visita, un fuerte abrazo.
Gostei muito mas... eu pensava que a Leticia ia encontrar um homem nu no parapeito da janela... Ocê enganou-me rsrsrsrs. Estou a brincar. Acho que o pintar as unhas e a ouvir música clássica é o melhor que há para relaxar e não é preciso ser inteligente. Bem digo eu!!!
ResponderEliminarBeijocas Humber! <3
Bom, "parapeito" em português não é tão esquisito ou excêntrico ou estapafúrdio quanto "alféizar" em espanhol... Apareça ou não esse tal homem nu.
EliminarUm beijo enorme, minha querida.
Voilá y ella sigue siendo sofisticada...vamos más moderna impo...sible:)
ResponderEliminarSi que existe ese complejo y creo que más de lo que pensamos:leer lo que esta de moda te guste o no lo entiendas,colorearte como una puerta con colores que te quedan fatal,comer en restaurante comida que después te deja el estómago echo unos zorros, etc etc etc.
Cuando lo que de verdad llena, es la cercanía en todos los ámbitos.que cada uno tenga su estilo.Sino todo aburre y en la variedad esta el gusto.Y a original no le gana nadie mi querido Humberto.
Tu amigo tiene que estar encantado porqué mira que te gusta rizar el rizo jajaja.
Un abrazo Humberto feliz día.
De tanto rizarlo ya perdió todo el encanto, mi querida Bertha, vamos a tener que aplicarle una buena dosis de acondicionador para cabellos rizados y volià.
EliminarEso, cada cual con su estilo y cada mujer con su color de esmalte, siempre hay un roto para un descocido.
Un beso grande.
Siempre te queda un conejo en tu chistera Humberto, enhorabuena...
ResponderEliminarNicolás
O una paloma ;)
EliminarMe has hecho recordar un truco que le salió MUY mal a un mago, pero mejor dejémoslo ahí.
Un abrazo, Nicolás.
Es como las muñecas rusas, una dentro de la otra y yo no sabía cuando iba a ser la última.
ResponderEliminarPor la magia de tus textos la muñecas pueden llegar al infinito.
MAGISTRAL
Un besazo, Humber.
Una nanomuñeca rusa... O algo así.
EliminarMuchas gracias, Sabrina, eres siempre muy amable.
Ayyyy ... esas idas y venidas son tan reales !!!
ResponderEliminar(La Sinfonía del Nuevo Mundo la he estado practicando estos días en mis clases de piano) Besicos.
Esto no es coincidencia, hay fuerzas ocultas... ;)
EliminarUn beso muy grande, muchas gracias,
¡Muy bueno! Atrapante. Una mixtura de música, TV, psquis y gran conocimiento de marcas y colores de esmaltes de uñas (jaja). Un deleite leerte, mi amigo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAhhh me encantó la dedicatoria ya que yo aprecio, valoro y respeto mucho, artísticamente hablando a nuestro común amigo californiano
Es un gran tipo, sinceramente.
EliminarSí, algo se de esmaltes, pero no me pinto, ja.
Un beso grande, Zuni.
Love it.
ResponderEliminarThank you, Rick
EliminarCheers!
ciertas realidades paralelas las cuales sentimos que no están bajo nuestro control nos terminan aterrando.
ResponderEliminarno siempre vamos a tener el botón de "apagado" a la mano.
interesante relato.
un abrazo.
Me dejaste pensando, Draco, porque no lo pensé como un relato de realidades paralelas, es más, si lo hubiera imaginado así creo que no lo habría subido, pero después de releerlo, sí, algo de eso hay, la realidad realidad y la realidad literaria pueden ser paralelas.
EliminarUn abrazo grande y muchas gracias,
Es verdad, con arrellanada me quedé parada, pero al llegar al final lo he comprendido.
ResponderEliminarMe parece que sigue siendo tu estilo, aunque se trate de un guiño (del lenguaje) a un colega, porque das ahí... a tu manera, haciendo pensar.
No te imaginas cómo me costó poner ese "arrellanada" al principio, pero sabía que el desvelamiento estaba al final y eso me tranquilizaba, en realidad hay otras palabras que me chocan, pero suelo usarlas, así que mejor no digo nada.
EliminarPor las huellas se reconoce al animal, dice.
Un beso grande, Jonhan.
Pobre Leticia. Cómo eres. Qué mal rato le has hecho pasar. Qué poco te metes con Andrea.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y tienes razón, qué puedo decirte, no sé si el próximo, pero te prometo que a esa Andrea le voy a hacer la vida imposible en otro relato.
EliminarUn abrazo y muchas gracias, Chema.
Hola Humbertito.
ResponderEliminarTe dejo la música, no la mezcles con la tele, ni la escuches cuando decidas pintarte las uñas. https://youtu.be/GxvlcKnmgh0 como para pintarse las uñas…como que no, en algún altibajo se pinta la yema de los dedos, claro que con tanta mezcla de tele, música, colores azules y berenjena, es para volverse medio loca, y si se asoma al “alféizar” y ve lo que cuelga según la imagen, se queda (arrematada) del todo.
Siempre he dicho que tu ingenio no tiene fin, mira que unas uñas inspirarte tanto y también, me has tenido enzarzada esperando el final y pensando, me decía para mis adentros seguro que va al trabajo llamando la atención, pero no, el señor Gonzales seguro que ni la mira.
Una buena semana y un abrazo.
Ambar
Tú eres muy mala, Ambar, no ves que Leticia ya no quiere escuchar más esa sinfonía, que le ha hecho mucho daño...
EliminarY sí, de un color de esmalte puedo volar hasta el Ártico, no sé si eso sea bueno.
Puedes creerme que en muchas ocasiones yo tampoco sé cómo va a terminar.
Un beso grande, muchas gracias.
Muy ingenioso, creo que quieres decir mas de lo que dices pero seguramente sea un guiño con tu colega, a mi se me escapa. Te lo digo porque uno se da cuenta cuando el texto está cargado de sentido. Los nombres de esmalte y demás son como tinta de calamar.
ResponderEliminarOjalá no haya dicho cualquier cosa-
Un abrazo!
No has dicho cualquier cosa, has dado en la tecla en varias cosas, pero que yo las cuente le quita la magia, si es que la tiene ;)
EliminarUn abrazo, Manuel, gracias por tu lectura atenta.
Gracias a ti, Humberto.
EliminarOtro abrazo...
Eliminar¡Muy bueno!! Sí querías sembrar angustia, yo la coseche jajaja!!
ResponderEliminarMe voy a pintarlas uñas, me acabo de percatar que no brillan , Pero ¡ni de vaina!, pondré música y la T.V jajajaja
Besossssss ESCRITOR!
Tenerte aquí tan seguido puede convertirse en un hábito, pero es de los buenos, eso sí.
EliminarMuchas gracias, Gizela, ten cuidado con el color del esmalte, algunos provocan alucinaciones.
Besos.
Espero que me cuentes entre esos menos, MAESTRO.
ResponderEliminarAl relato de hoy has vuelto a dar una vuelta de tuerca al argumento, el summun del ingenio y la perfección.
Claro que sí, mi querida, te aseguro que en este espacio menos es más y menos también es mejor.
EliminarTanta vuelta de tuerca ya estoy mareado...
Un beso grande.
Tus relatos siempre me dejan pensando, imaginando más allá. Por un momento creí contarías como en realidad Leticia se estaba viendo a si misma... ya lo sé, me deliré.
ResponderEliminarBueno... muy bueno, como todo lo que leo que sale de tu tinta.
Un beso.
P.D.: no sé si es el modo adecuado o correcto de preguntarte, pero lo hago porque realmente me interesa... ¿existe una versión e-book de tus libros?
No deliraste, es el camino que te marcaba tu cabeza, como dije más arriba, muchas veces yo mismo dudo cómo va a terminar, pero un ángel salvador me rescata a último momento y me da una salida que a mí me parece más interesante.
EliminarEs así, si todo sigue así, en noviembre-diciembre sale un nuevo libro, en formato papel y formato e-book, en esa movida, la editorial también va a digitalizar dos libros anteriores.
La pregunta fue adecuada y te agradezco mucho que la hagas.
Un beso.
Humberto te pido compartas la noticia obviamente con bombos y platillos porque a veces la que parece vivir en una realidad paralela soy yo, (por no decir que lo hago en las nubes!) y me interesa de verdad conseguir las copias de tus libros...
EliminarOtro beso.
No lo dudes, voy a saturarlos de información cuando salga el nuevo, pero a pesar de que estés interesada en la versión digital, me imagino que vas a venir a la presentación en Buenos Aires, lo único que me falta es que me falta la Alma Baires... ;)
EliminarMás besos.
Humberto me encantaría, sinceramente... pero esta Alma tan de Buenos Aires, vive en Italia! ...eso sí, cuando llegues por estos rumbos me avisas... hasta me ofrezco de traductora!
EliminarUn besote enorme y un guiño.
Te tomo la palabra...
EliminarMe he reido mucho Humberto, es una genialidad, hasta hay una pizca de Hitchcock en el ambiente, y el esmalte es lo que pega todo, eres increíble amigo, adoro tu cabeza!!
ResponderEliminarEs verdad, querida Carmen, hay algo de Hitchcock, no lo había notado hasta que lo mencionaste.
EliminarMe alegra mucho que te haya reído, valió la pena escribir este texto, entonces.
Un beso y muchas gracias por tu amabilidad.
Excelente Humberto!! no caben más comentarios, tu pluma siempre está muy afilada. Un abrazo.
ResponderEliminarA ver si un día me pincho, Migue, jaja.
EliminarMuchas gracias, amigo.
!Supeer amigo,super!!!! }cariños Martha
ResponderEliminarMuchas gracias, Martha, te mando un beso grande.
EliminarTe he leído atentamente como siempre, pero esta vez se me escapa el significado de este relato. Tal vez todo él sea un guiño a Carlos de la Parra como señalas al final.
ResponderEliminarAbrazo y muchos éxitos en tus empresas como escritor.
¿Y tú crees que yo lo entiendo 100%?
EliminarMira, el día que diga que entiendo en un todo lo que escribo, en ese mismo momento dejo la literatura.
Hay muchos guiños, pero también puede leerse así como es.
Te agradezco mucho tu sinceridad y tu afecto, María Pilar.
Me encantó. Como siempre la imaginación de uno vuela o trata de hacerlo acompañando a la tuya que es maravillosa. Gracias.
ResponderEliminarQué comentario más alentador y afectuoso, Daniel, muchas gracias.
EliminarUn fuerte abrazo.
Humberto ...es como dices..a veces queremos imitar a otro en sus gustos para cambiar y no lo aceptamos....me pasa como a Leticia .... me llama la atención de como sabes que al quitarnos el esmalte de las uñas, nos queda algo, ese que queda atrapado debajo de la cutícula, y a la vez buscando que de bueno hay en la tele a la madrugada para ver mientras me pinto las uñas...pero no óperas ¡¡ me encantó tu relato !!
ResponderEliminarRecibe mi cariño desde Rosario.
Después de tantas mujeres en mi vida puedo hablar de esmaltes, sombras, delineadores y lápices labiales como un profesional del maquillaje.
EliminarMe alegra mucho que te haya gustado, Doris, un beso grande.
Si no entendí mal, una mujer un tanto trivial, con deseos de aparentar inteligencia, intuye que es un personaje, y que su realidad puede ser alterada por el capricho de un escritor. Y entonces decide desentenderse del tema.
ResponderEliminarNo es menor las maniobras que hace para no aburrirse con la música, cuando lo que podría haber hecho es dejar de escuchar.
Buen relato.
Hay trivialidades, hay apariencias y hay intuiciones, pero algo contiene y supera esas categorías (me puse dialéctico hegeliano), creo que hay algo más..., sin embargo, como te dije una vez, si el mensaje no termina de llegar la falla es mía, nunca del lector.
EliminarClaro que sí, qué tanta música clásica si lo que le gusta es el pasito cordobés ;)
Un abrazo, mi estimado Demiurgo.
Este personaje se merecía ese escarmiento de las "leyes del Universo" y poco me parece...
ResponderEliminarLo encuentro muy muy interesante y aleccionador, hallo un profundo miedo al otro mundo de la belleza y exquisitez.
¿Lo vulgar se puede reeducar? .
El "emborregamiento" está perfectamente relatado, por otro lado grandes personajes de renombre que apreciaban esta música , podían estar firmando sentencias de muerte.
Genial, bravo por ese guiño a tu amigo.
Un enorme abrazo,
tRamos
¡Que mejor que siempre pasear mi mente de tu mano¡
EliminarRecorto una frase: "un profundo miedo al otro mundo", y la dejo así, porque con ella dices todo.
EliminarMi mente y la tuya hacen una linda dupla, eso creo.
Muchas gracias por ser siempre tan alentadora, tan afectuosa y perceptiva.
Un beso enorme.
Como siempre dando lecciones maestro, como pseudoescritor que me considero, a veces se me escapa alguna palabreja de esas que suelo utilizar. En cuanto a demostrar inteligencia no es fácil. Pobre Leticia el que nace para pito no llega a corneta y si te llega la música no vale perder el tiempo.
ResponderEliminarMe gusto tu manera de llevar el relato y lo bien que eliges los colores de esmalte.
Un abrazo amigo.
Yo uso varias palabras extrañas también, Luis, porque no está mal tampoco, lo importante (creo) es saber en qué contexto y según el registro que estemos usando.
Eliminar¿Te gusta cómo elijo colores de esmalte? Después te cuente sobre pintalabios, jaja.
Un fuerte abrazo, mi querido amigo.
es curioso eso de los cutex para uñas, yo no uso , a excepción del color negro a veces , otros colores se me pierden o será que yo no me hallo...
ResponderEliminardicen que los detalles delatan personalidades, o será que en los detalles nos evadimos
buen trabajo Humberto, uno podría echar a volar más elucubraciones a partir de un detalle ,y en tu relato hay miles de detalles como para quedarse mil horas
besitos y buena semana :D
En lo personal, los detalles me pueden, a veces paso horas decidiendo una sustantivo o un verbo, en los otros ámbitos, soy más "casual".
EliminarMuchas gracias por tu visita, Elisa, buena semana para ti también.
Un beso grande.
Buen relato. Me ha dejado un sabor metálico. Tendré que revisar al "escritor" que llevo dentro...o se fue....o se encuentre a medias, en el alféizar. Un abrazo
ResponderEliminar¿Por qué metálico? Me dejas con la duda.
EliminarTú no tienes que revisar nada, ese escritor que eres está donde tiene que estar y hace las cosas muy bien. Doy fe y comprometo mi palabra en ello.
Hoy un gracias doble.
Un fuerte abrazo.
Pintarse las unas,un gesto Zen, que apacigua las dolores...
ResponderEliminarNo sabía, es interesante, pero no me veo pintándome las uñas para calmar mis dolores ;)
EliminarUn beso, Manouche.
Precioso y metalingüístico relato. Me ha encantado, felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias por tu opinión siempre amable, Francisco.
EliminarUn abrazo.
«Quiero y no puedo» eso le pasa a tu personaje vacío de su realidad.
ResponderEliminarUn saludo
No diría jamás que no, creo que tú tienes un gran conocimiento del alma humana.
EliminarUn abrazo, mi estimada Sor Cecilia.
Me sorprendes al leer todo lo que has montado partiendo de una simple laca de uñas.
ResponderEliminarEres único. Me has tenido enganchada hasta el final.
A mí me encanta la Sinfonía del Nuevo Mundo.
Mi intención, ahora que acabo de regresar después de un largo periodo de ausencia, era agradecer el comentario que has dejado en mi blog durante mis vacaciones, es gratificante ir visitándoos y volver a sentirme arropada con vuestras letras.Mil gracias.
Cariños en el corazón.
Kasioles
A veces mi cabeza se va tan lejos que temo que un día no regrese, uf.
EliminarNo tienes nada que agradecer, mi querida Kasioles, soy yo el que disfruta de tu blog y agradece por que exista.
Un beso grande.
Me pareció ver por completo lo que en España llamaríamos una "Choni". :-)
ResponderEliminarSiempre me resultan curiosos los nombres que dan a los colores para uñas y labios.
Un abrazo.
Choni, puedo imaginarlo sin ir a buscar el término a google, ya el sonido dice mucho.
EliminarLos nombres son inspiradores, aunque ridículos.
Un abrazo grande, muchas gracias.
Espero no darme cuenta nunca de que en realidad soy la invención de alguien porque la sensación tiene que ser de lo peor...
ResponderEliminarEso sí, yo digo alféizar habitualmente. Jajajaja. Besotes!!!
Si dices alféizar creo que deberías mirar hacia arriba, tal vez llegues a ver la mano del autor que te está escribiendo... o dibujando, jaja.
EliminarUn beso grande.
No he podido observar si el niño lleva las uñas pintadas y le sonríe maliciosamente, o si era un reflejo desde la ventana.
ResponderEliminarUn saludo.
Yo tampoco lo observé, pero de pensarlo ya me da miedo, mejor pasemos a otro texto ;)
EliminarUna abraçada, Alfred.
"...Todo se precipita rauda y definitivamente en un abismo incógnito y aterrador".
ResponderEliminarPara mí ésta es la esencia de tu genial relato. "Miedo". Miedo a perder el control de nuestra realidad, a percibir cosas que no están acordes con nuestros prejuicios, con lo aprendido, con lo establecido, con lo lógico dentro de nuestro limitadísimo y vulgar mundo. Miedo a que tus pensamientos no te pertenezcan... a que el universo se aproxime a ti y te toque con su infinitud plagada de sorpresas... nunca imaginadas... En fin... El maravilloso color de uñas no dará nunca problemas. Tocas un tema muy, muy profundo.
Sobra decir que me encantó.
Un abrazo muy cordial :)
En muchas ocasiones, leo más de una vez tu comentario, porque me sorprende y me agrada que alguien entienda tan bien lo que quise expresar. No digo que otros no lo entiendan, lo que me llama la atención es que usas palabras que yo habría usado si fuera el lector.
EliminarDesde hace un tiempo estoy volcado a tocar temas profundos o complejos, no sabría cómo llamarlos, puedes notarlo por la cantidad de comentarios, la reducción es notable, pero, sinceramente, no puedo escribir lo mismo que hace 3 años, o 2 o el año pasado, algo tiene que cambiar y, por ahora, esta es la dirección que más me gusta.
Muchas gracias por tu lectura tan dedicada.
Un abrazo, Volarela.
Me parece estupendo. Es la inquietud de todo artista... su búsqueda íntima y única.. Es duro, pero el gozo de encontrar-se lo merece.
EliminarFeliz y próspero encuentro :)
Así de cierto...
EliminarOtro abrazo.
Mientras no dejemos la vida colgada del alféizar... Me fascinó, Humberto
ResponderEliminarMuchas gracias, América, un beso grande. (este relato a mí también me gustó, cosa rara)
EliminarHola Humberto , vamos que si no apaga la tv y quita la musica , un poco más y acaba suicidandose o tirandose por la ventana no ? por un momento pense que el pinta uñas saldria disparado por la ventana , jajajajajaa
ResponderEliminarBesos de flor .
Estoy de acuerdo contigo, querida Flor, apagar el televisor le salvó la vida.
EliminarUn beso muy grande, muchas gracias.
Una muestra innegable de nuestra realidad... vivimos por inercia intentando imitar aquello que nos dices ser lo ultimo en tendencia, tu texto siempre con dos o tres lecturas, con ese matiz de inquietud que deja flotar en el aire y ese sacudir conciencias...
ResponderEliminarUn placer leerte.
Reme.
Muchas gracias por tu lectura, tus palabras y tus muestras de compañerismo, esas cosas te hacen enorme, mi querida Reme.
EliminarUn beso grande.
Uno de los pocos personajes de ficción -si exceptuamos los de Pirandello o el propio Augusto Pérez- que cae en la cuenta de que es objeto de manipulación por parte de su autor. Pero se da cuenta de la trampa, se rebela y opta finalmente por la zafiedad en libertad. Una pena porque salía ganando.
ResponderEliminarUn saludo.
Es cierto, Cayetano, habría ganado, pero para eso tenía que renunciar a su realidad, no sé cuántos se animarían a hacerlo.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Creo que a las Leticias de este mundo todo escritor -sea de palabras rebuscadas o no, deberían dejarlas tranquilas- no provocarle ataques de pavura (epa) y dejar que sigan con su pintada de uñas. Pigmallion ya se escribió y también sigue habiendo abultada (epa) evidencia que "Por más que la mona se vista de seda..." En otro orden de cosas me causó cierta curiosidad saber cómo escribiste Dvořák con ese firulete (yo corté y pegué) Estimo que vos habrás hecho lo mismo. Abrazo!
ResponderEliminarPor si acaso, los epa se refieren a mi refinada manera de expresarme. Estos ejercicios de neurociencia parecen compensar con creces el tiempo destinado a ellos. epa...:-)
EliminarEs cierto, nos metemos demasiado con señoritas que hacen su vida y la pasan muy bien, siempre con ese vano orgullo de creer que las ayudamos... y después nos enamoramos, verbi gratia (epa) Miss Doolittle.
EliminarNo, Ato, yo soy de los complicados, usé el código Alt + números, ya lo conozco de memoria (bueno, más o menos) por las traducciones.
Un abrazo grande.
Miedo a perder el control quizá...Increíble tu forma de escribir, me encanta a pesar que rara vez dejo comentarios, soy muy mala para ellos. Mis disculpas.
ResponderEliminarBesos
No tienes que pedirme disculpas por no dejar comentarios, Musa. Como siempre digo, en lo único que me "afecta", digamos, es que no puedo saber cuántos amigos pasan por aquí para agradecerles como es debido.
EliminarMuchas gracias por tu opinión, un beso grande.
Estoy muy seguro que este tipo de "coincidencias" musicales-televisivas-vivenciales se dan bastante seguido. Es decir, habiendo tanta gente, tantas canciones, tanto canal de cable, uno podría pensar que la estadística está en contra; sin embargo hay cosas fuera de nuestro control y el alféizar llama cada vez más insistentemente...!
ResponderEliminarLa vida misma, sus circunstancias, no siguen una línea definida. Nosotros construimos nuestras coincidencias y nuestras miserias. Una forma geométrica, un color de moda, un aroma sensual, una mirada sugerente, una Leticia a medida, son coincidencias de nuestro gusto con la realidad.
Mis saludos por este (otro) gran relato!
Abrazos!!
Hace unas semanas me pasó algo extraño, no tan delirante, pero me mostró eso que decís, hay tantos elementos en la vida real que es raro que no se den más coincidencias, o que no nos demos cuenta de ellas.
EliminarMe dejás pensando si no estamos hechos todos a medida de nosotros mismos, es decir, una ficción más.
Un abrazo grande, Etienne, muchas gracias.
Felicitaciones. Había leído sobre mundos paralelos pero no de presentes paralelos, muy importante porque el presente es o único que nos pertenece, el pasado son recuerdos y el futuro sueños.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Eres el único que ha notado ese presente simple que recorre todo el texto y que es más que un tiempo verbal.
EliminarMuchas gracias, querido Borgo.
Felicitaciones. Había leído sobre mundos paralelos pero no de presentes paralelos, muy importante porque el presente es o único que nos pertenece, el pasado son recuerdos y el futuro sueños.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Sencillamente: buenisimoooooo!!!!! un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, querida Mery.
EliminarUn beso grande.
¿Y si no usamos alféizar, qué palabra usamos, poyete, tal vez? No me atrevo a hablar por los españoles de la península, pero yo diría que al menos por allí es una palabra muy corriente, imagino que la herencia árabe seguirá muy presente en el léxico de Iberia. Pero dejando esta reflexión tan tonta de lado, el juego del relato siempre impacta, el marco, que más que un marco es un mundo que empieza y acaba y con él empieza y acaba la existencia del personaje, que no su profundidad. Y el doble juego de espejos, de hecho, que te marcas con la televisión en blanco y negro y la pantalla en color en su interior. Por otro lado, tenemos la lucha de encajar, de intentarlo al menos, de pretender ser quien no somos, y uno se pregunta, ¿dónde exactamente podemos trazar la línea? ¿Qué cosas hay de las que les gusta a Leticia que realmente le gusten y no sean imposiciones que, al contrario que la música clásica, ha conseguido tragar? Aunque pueda ser una pregunta interesante desde un punto de vista psicológico, ¿tiene valor pragmático? Es decir, en el fondo la publicidad sólo puede solaparse con valores preexistentes, no puede modificar la conducta, por otro lado, ¿tienen la conformación de una cultura y el desarrollo del marketing una estructura similar? Disculpa si me pierdo yo solo entre las preguntas…
ResponderEliminar¡Un abrazo, Humberto! ^_^
Por cierto, o lo he soñado o he creído que dejabas un comentario en la última entrada de mi blog, pero ahora no lo veo, mira que te iba a responder… =)
Recuerda que yo escribo desde una realidad latinoamericana, por estos lares nadie diría jamás "alféizar", se diría "marco", "borde", "reborde, en casos ridículos "antepecho". Alféizar es una palabra que por aquí representa el colmo de la afectación literaria, como cuando los nuevos ricos muestran sus cadenas con crucifijos de oro.
EliminarEn lo demás, me haces siempre demasiadas preguntas, pero algún día, te lo juro por esta, que voy a responderte ;)
Yo, no, yo no pasé por tu blog, debe ser una alucinación, jeje.
Un fuerte abrazo, Jorge.
Un relato que te atrapa desde el principio al final, yo, al igual que la protagonsta, me habria aterrado ante tantas coincidencias, pero como las mujeres somos así, encontramos una vía de escape en algo tan sencillo como pintarse las uñas, para que los miedos se marchen y una se sienta divina.
ResponderEliminarAbrazos
Los hombres tendríamos que aprender muchas cosas de las mujeres, fíjate que cada vez hay más señores que se pintan las uñas... y otros maquillajes.
EliminarUn fuerte abrazo, muchas gracias por el comentario.
Este relato me gusta por la coincidencia de azares y esas reflexiones tan cotidianas como novelescas.
ResponderEliminar¡Bravo, maestro Dib!
Salu2 alfeizareños!
(A mí me gusta decir "vestíbulo" y la gente me mira raro...)
Hay algo que es el patrimonio de palabras personal de cada sujeto, yo los respeto todos... mientras lo entienda.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo Diego.
Qué curioso. Durante un tiempo yo confundía a Dvorak con Beethoven. Será por el nº de la sinfonía. Leticia, la protagonista de esta historia, se complicó la vida, innecesariamente ¡El mando! Esa era la solución. Antes, los romanos usaban una gruesa rama de árbol como bastón de mando para intentar hacer entrar en razón a la tropa indisciplinada o cobarde ¡Es el mismo cuento de siempre! Este mundo es sota, caballo y rey. El gran sustituto del duro mando romano es una colorida caja que pone todo en su sitio...si nos le faltan las pilas, claro está. Gran relato.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Humberto.
En algún punto no evolucionamos, como algunos creen.
EliminarMuchas gracias por tu presencia de siempre, estimado Antonio.
Un abrazo grande.
El miedo a lo desconocido a veces nos crea inseguridades, somos tan vulnerables…
ResponderEliminarMe ha encantado el relato, siempre es un placer pasearse por tus letras.
Un abrazo grande
No sé por qué tanta gente se defiende y hasta se avergüenza de la vulnerabilidad...
EliminarUn beso grande, María Rosa.
Me gustó mucho tu relato muelle, de ida y vuelta, que juega con el lector y con las letras. Te sobran tablas...
ResponderEliminarSaludos
Con las tablas que me sobran me construiré una casa ;)
EliminarMuchas gracias por la visita y el comentario.
Un abrazo.
ResponderEliminarEs una historia muy interesante, me tuviste enganchada hasta el final. El miedo puede tener muchos matices, y único que te lleva es a perder el control.
Un abrazo.
El miedo es necesario...
EliminarUn abrazo, Cristina.
A veces los colores dan vida a quien los lleva , si hacen las paces con el propio corazón.
ResponderEliminarBesos.
Qué linda frase, Amapola, muchas gracias.
EliminarUn beso.
Humberto, ¿Leiste mi cuento "Entrenamiento"?
ResponderEliminarNo, Anuar, no tuve el placer, ¿por qué?, ¿debería leerlo? Indícame dónde puedo encontrarlo y lo haré con gusto.
Eliminar"Entrennamiento" es una de las entradas de mi blog. Del 6 de julio del 2015. Aquí va el enlace:
Eliminarhttp://talvezquisedecir.blogspot.com.co/2015/07/entrenamiento.html#comment-form
Allá voy...
EliminarSiempre he pensado, siempre he sentido que lo que me llega , lo que me hace sentirme cercana a un escrito son las palabras de "a pie", las que se utilizan en la calle, en el día a día, vale hay que ser cultoy conocerlas, impregnarse de otros matices, de expresiones que se utilizan en otros lugares y comprender lo que significan .
ResponderEliminarPor poner un ejemplo sin ejemplos ( giro de tuerca) si me pongo a leer un libro ( ya no te digo poesía) y tengo que tirar de diccionario para entender lo que una palabra o un giro lingüistico ... se me corta la magia del libro ...
Si entiendo que es mucho más poético y culto utilizar términos específicos .. sobre todo más culto ... así sucede en todo .. y una con tanta metáfora, con tanto anglicismo y con tanto de tanto siente que la raíz de la lengua .. se está escurriendo por el retrete
divagué ? ta vez siempre lo hago
besos tangueros y gracias por tu huella ...o mejor por tu comentario
Todo tiene su momento y su lugar, cuando leo una novela del siglo XIX me encanta encontrar ese lenguaje alambicado, creo que busco exactamente eso, pero si alguien me presenta una situación bien siglo XXI, el registro DEBE modificarse, si no generas una contradicción interna en el relato y se ven demasiado los hilos del (mal) titiritero.
EliminarHas nombrado los anglicismos, es increíble como los traductores guían nuestra forma de escribir.
Gracias a ti por pasarte.
Un abrazo grande.
Los traductores y la sociedad en general Humberto
Eliminarun vestido con lunares siempre fue un vestido de lunares, luego se es llamó topos ( supongo que haciendo metáfora a los huequitos que esos bichitos dejan en la tierra) ahora no busques un traje con un estampado de lunares .. oh my good!! son Dots!
No me imagino leyendo La Celestina en el lenguaje actual .. la esencia es la esencia del momento en el que se ha creado ... modificarla es como matarla .. socavarla ... a eso me refiero .... cada vez nos "complicamos" más la vida ... creo que nos aburrimos en lugar de disfrutar lo que nos ofrece
daría para mucho y no soy lingüista ni quiero provocar un debate .. que me conozco y no saldría bien parada del jardín !
Concuerdo, si te hablé de los traductores en particular, es porque instalan un discurso irreal extraído de otras lenguas, casi literalmente, ese lenguaje de ellos pasa a los lectores de libros que luego lo llevan a la vida real y se esparce como un virus.
EliminarPero también están los "embellecedores" del idioma, los nuevos ricos de palabras, las modas, etc., etc.
A mí me gustan los casamientos nuevos de palabras, esas metáforas logradas que admiras, pero cuando un nuevo casamiento se repite y repite, se vuelve cursilería.
Es un tema largo, claro que sí, pero no estoy seguro de que salieras mal parada de un debate.
Otro abrazo.
El episodio narrado Humberto… se sucede con intención, intentando confundir con el intercambio de secuencias que se prenden…, dejando que aun en lo rebuscado (vocablo o música) lo esencial permanece…
ResponderEliminarUn abrazo
http://dialtri.blogspot.com.es/
Me alegra que hayas captado esa intención, Dionisio.
EliminarUn fuerte abrazo, muchas gracias.
Muy ingenieso el juego de palabras alambicadas con esta historia.
ResponderEliminarEn un momento vi a la protagonista tapándose los oídos y la sinfonía sonando a toda mecha...
Creo que no me pintaría nunca las uñas de Urban Turquoise...
Buen fin de semana y besos.
Y con lo bien que te quedaría...
EliminarBuen fin de semana, amiga.
Un beso.
Entre el Burgundy Kiss y el Urban Turquoise, un personaje en busca de autor y todo un mundo de dualidades... Pero ahora que caigo, creo que ni Pirandello ni Unamuno se pronunciaron nunca acerca de cuál de los dos esmaltes de uñas es el más apropiado. Ni siquiera estoy segura de que alguno de ellos escribiera la palabra "alféizar".
ResponderEliminarComo siempre, un gran relato abierto a múltiples interpretaciones.
Un beso.
En algo tengo que ser original dentro de este mundo de plagios involuntarios.
Eliminar¿Sabes?, estoy tentado a ponerle como título "Plagios" al nuevo libro, pero no creo que suceda, me parece... eh, no sé, no me convence, aunque mi idea es la misma de George Orwell y tantos otros: está todo escrito.
Un beso grande, mi querida.
Original y estupendo relato
ResponderEliminarSiempre agradable visitarte
Muchas gracias
Un beso
Muchas gracias a ti, Amalia.
EliminarUn beso y buen fin de semana.
Guau!, Humberto, genial, lo he leido con ritmo desenfrenado. Conectando mi mente con la de Leticia, tratando ambas de discernir (quien dice discernir en una conversación cotidiana) Algo me ocurre, porque mientras leo me angustio y sonrío...
ResponderEliminarUf, llega la calma. Entiendo porque sonrío mientras te leo con el corazón desbocado (quien dice desbocado en una conversación normal), cuando me ocurren cosas extrañas me da por reír. Me río.
Me ha encantado. Un beso,
Cuando veo que has dejado un comentario sé que voy a encontrarme con las palabras de una persona que se involucra y que entiende de qué va todo, por más complejo que pueda parecer. Entre nosotros se establece un lindo pacto ficcional, no hay mayores secretos.
EliminarMuchas gracias por esa atención.
Un beso grande, Tesa.
Que delicia es leerte. Como siempre me encantó leer tu escrito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tú eres muy bonita, Josefa.
EliminarCuando este año vaya a España voy a encargarme de conocerte en persona, te lo aseguro.
Un abrazo grande.
Está bien, yo continúo formando parte de todo, pero ¿qué te pareció este texto? ¿Te ha gustado...,, no te ha gustado? ¿Lo has leído acaso?
ResponderEliminarLas cosas no funcionan así, mi estimada Violeta.
Un saludo.
Simplemente quería que leyeras ese cuento. Quizás la relación yace enlos giros inesperados de los finales.
ResponderEliminarUn abrazo, también vendré más seguido por acá.
Eso me pareció, te agradezco que me hayas llevado hasta tu texto, ya te dije lo que pensaba.
EliminarNos veremos más seguido, entonces.
Otro abrazo.
SIEMPRE NOS DEJAS PERPLEJOS CON TUS RELATOS!!
ResponderEliminarABRAZOS
Espero que sea para bien, mi estimado amigo.
EliminarMuchas gracias, un fuerte abrazo.
¡Que bueno!
ResponderEliminarAhora me acordaré de ésa situación cada vez que oiga la sinfonía.
Muchas gracias por la visita, mi estimada Pseudo.
EliminarUn beso.
Muy bueno, Humberto, me recordó aquello de Clarice Lispector, diga lo que tenga que decir, sin literatura. Pienso en las veces que queremos "adornar" los textos con palabras que no utilizamos y como se nota, a la hora de releer lo escrito.
ResponderEliminarAbrazo
Se nota mucho, claro. Yo no creo que esté mal usarlas, todo depende del registro que estemos trabajando, y cuando es neutro, bueno, no mostrar los adornos como nuevos ricos.
EliminarUn fuerte abrazo, Horacio.
Cada vez me gustas más, HD, en tu escritura, claro, de lo otro por ahora no.
ResponderEliminarAparte de la puya que nos metes a los escritores (si es que lo fuera yo) que efectivamente usamos sobre todo en los inicios (cuando crees de las palabras cultas son las buenas, así como las figuras literarias que hay que usarla quieras o no), no descarto haber utilizado alfeizar en vez de pollete que es como lo llamamos en mi pueblo, aparte de esa puya me gusta mucho la otra parte del relato, la que como dos vasos comunicantes se van pasando "el líquido elemento literario (jeje)", ese fluir de las historias paralelas, la de la televisión, la música, el pintarse las uñas y el querer ser culta como las compañeras de trabajo. Me encanta esa doble secuencia, la normalidad de una chica al pintarse las uñas queriendo ser más culta y el uso del color en películas en byn. Esa interferencia que le produce a ella, ese malestar. Me encanta la sincronización de las bandas sonoras y el apagar la tele, ese dejar de usar palabras "cultas". En fin, me lío, pero es que cada vez me gusta más lo que escribes, jodio.
Pues me alegra enormemente que te guste, querido Ximens, tú eres una persona que respeto mucho en sus opiniones porque no las expresas con el objetivo de agradar, sino que dices libremente lo que te provoca un texto.
EliminarEntre dos colores de laca, uno cursi y el otro refinado, pueden pasar muchas cosas, ya lo ves.
Te agradezco tu comentario, me gusta que tengas sentido del buen hacer sin perder el buen humor.
Un fuerte abrazo.
Un texto desasosegante que me devuelve a mi pensamiento fijo discontinuo de si realmente algo es real. De hecho, ¿quién dice desasosegantee n una conversación real?
ResponderEliminarSalud.
Das en el clavo con tu respuesta, esa excentricidad de escribir palabras "cultas" muchas veces se ve más en los comentarios que en los propios escritos, quién no ha leído una opinión del estilo: tu relato es sobrecogedor, descollante, me deja atribulado. Los seres humanos, a veces, somos muy graciosos.
EliminarMi consejo es que, cada tanto y sorpresivamente, te des vuelta para ver si las cosas están cuando no las miras, enseguida descubres si son reales ;)
Un abrazo, Miguel Ángel.
El esmalte tenía efluvios alcohólicos.
ResponderEliminarO no...
Saludos.
U otras cosillas...
EliminarUn abrazo, Toro.
Hoooooola humberto, no hay como caer en un blog, leer una entrada y q te entren ganas de leer mas. Eso me ha pasado con esta entrada. Y de paso muchas gracias por comentar en el mio la entrada de escribir en lápiz
ResponderEliminarAbrazos
Muchas gracias por tus palabras amables, a mí me pasó con tu blog, así que el placer es compartido.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hay textos que al leerlos hacen de nosotros lo que su autor nunca pensó que harían.
ResponderEliminarTe invitamos a participar en nuestro reto de Halloween, a ver si logramos que las palabras crezcan dentro de alguien como nunca imaginamos.
Un besazo.
Voy a tratar de participar, Tamara, porque me cuesta escribir con un objetivo, pero te prometo que voy a leer la propuesta.
EliminarUn beso grande,
Creo que la próxima vez que tenga que pintarme las uñas pondré esta música https://www.youtube.com/watch?v=PVT_ueus5U4
ResponderEliminarasí las imágenes serán las de un piano y una solista que embelesa a un público entregado a una dulce melodía. Buenas noches.
Con esa música que has compartido conmigo, seguramente la protagonista tendría unas alucinaciones MUY bellas.
EliminarBuenas noches, muchas gracias por la visita y la música.
Placer con placer se paga. Y el placer siempre es mío de leerte.
EliminarGracias, otra vez...
EliminarEeeehhhh
EliminarNo se pueden hacer varias cosas a la vez, o te pintas las uñas acompañada de una buena música o es la tele, las dos juntas no casan bien, puedes perder el esmalte o la cordura.
ResponderEliminarCuanta imaginación Humberto, que bárbaro. Me encantó todo el proceso que pasó tu protagonista y la próxima vez que me pinte las uñas procuraré hacerlo tranquilita, sin pensar en otra cosa.
Besos
Puri
De todas formas, no creo que a ti te suceda nada extraño, no te preocupes.
EliminarUn beso grande, Puri, muchas gracias.
Me gustan los escritos fáciles de leer, las palabras grandilocuentes suelen usarlas aquellos que como nadie les da importancia intentan dársela ellos mismos. Un escrito no sirve de nada si quien lo lee no se identifica con él.
ResponderEliminarPor supuesto no es tu caso, siempre mantienes la intriga hasta el final
Un abrazo afectuoso
Muchas gracias por tus palabras siempre alentadoras, Alondra.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me gustan los escritos fáciles de leer, las palabras grandilocuentes suelen usarlas aquellos que como nadie les da importancia intentan dársela ellos mismos. Un escrito no sirve de nada si quien lo lee no se identifica con él.
ResponderEliminarPor supuesto no es tu caso, siempre mantienes la intriga hasta el final
Un abrazo afectuoso
El uso de palabras poco usuales, no quita para que con quitaesmaltes uno al final consiga escuchar música, ante una tele parlanchina, y recomponer el color de las uñas , mientras el gato en el alfeizar persigue moscas de Octubre, las más rebuscadas y molestas, ahora las miro!!!
ResponderEliminarUn beso, color multifuncional :-)
No vayas a caerte por la ventana, por favor...
EliminarMuchos besos.
Biforme lectura: una existencia. Esa necesidad de Leticia de buscar estar, de asirse a la vida. La otra: esa sensación de que no somos. Aquí no es el dios de BOrges, que juega con nosotros, en un tablero de ajedrez, sino un escritor, que no mueve a su capricho. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarMuy buen análisis, Carlos, muchas gracias.
EliminarUn abrazo grande.
¡Muy bueno Humberto! será cuestión de encender el televisor para cambiar el color de esmalte... Me atrapó mucho como lográs entrar y salir de la realidad al realismo mágico. Es verdaderamente imperceptible y está muy bueno
ResponderEliminarMuchas gracias por tu opinión, me gusta verte por acá también.
EliminarUn fuerte abrazo.
¡Muy interesante relato! Me ha encantado especialmente tu forma de describirlo, me sentía como si yo fuera Leticia. Solo que a mí si se me sincroniza la tele con el reproductor de música lo disfruto, lo grabo y saco provecho de ello jajaja
ResponderEliminarSaludos y yo me seguiré pasando por aquí aunque tú no tengas tiempo pasarte por el mío, aunque ya sabes que estás siempre invitado :3
Qué bueno que puedas sacarle un provecho, yo querría tener esa habilidad.
EliminarY sí, es muy difícil pasar con la asiduidad que me gustaría, pero el blog me consume más tiempo del que dispongo.
Un beso, pronto paso por allá.
Maravilloso Humberto. Una narración cinemática que nos pone en primera fila.
ResponderEliminarSaludos!
Muchas gracias, Roberto.
EliminarUn fuerte abrazo.
Está huyendo la pobre Leticia, tratando de borrarse el esmalte, colocando música y tele, todo al mismo tiempo, sintiéndose juzgada y sin saber muy bien cómo salirse del meollo. Debe ser duro. Sí, mejor no pensar en ello (¿à la Scarlett O'Hara?)
ResponderEliminarAbrazos.
Y sin embargo, yo todavía estoy tratando de analizar qué significa ser "uno mismo".
EliminarUn beso grande, Taty.
Por razones a que me ocurra algo similar a lo de ésta pobre ninfa es que desisto cotidianamente a encender ese vetusto aparatejo evitando que sus rayos catódicos inunden hasta la sofocación mi habitación con sus colores estrambóticos...
ResponderEliminarLo dicho.
Suerte
J.
Hay cosas interesantes, José, te enseñan lo que no hay que hacer.
EliminarEso, suerte para todos.
Un abrazo.
Y ... Resulta que ...
ResponderEliminarNos vestimos en colores que en el fondo no reflejan nuestra esencia, evitamos desnudar nuestra alma abrazados (nosotros, y no viceversa) a una sensación que ocupa todo aquello que otras cosas vacío dejan.
Un abraz✳
Y ... Resulta que ...
ResponderEliminarNos vestimos en colores que en el fondo no reflejan nuestra esencia, evitamos desnudar nuestra alma abrazados (nosotros, y no viceversa) a una sensación que ocupa todo aquello que otras cosas vacío dejan.
Un abraz✳
Un comentario muy acertado, AtHeNeA, me gustó.
EliminarUn abrazo grande.
Llegado al séptimo renglón, tope con la música, y ....ahhh! , me dije: ponla y mientras lees, te acompañará, por si surgiera algún sobresalto, la música te habrá calmado de antemano.
ResponderEliminarMe ha encantado toda la trayectoria... y ese arrebato de locura-pánico q sintió cuando todo se le acoplaba don doble potencia y no pudo resistirlo. Lástima q no supo disfrutarlo.
Ye sonrío con el Alma.
Agradezco tu sonrisa y tu comentario.
EliminarMuchas gracias.
Un beso.
Como siempre un lujo leerte, tienes tanta creatividad.
ResponderEliminarMuchas gracias, Boris.
EliminarUn fuerte abrazo.
Es un cuento especial para esta época del calendario.
ResponderEliminarManejas muy bien este género.
saludos
Lo subí el 6 de octubre, no recuerdo qué se festejaba en esos días, pero ya me daré cuenta.
EliminarSea como fuere, muchas gracias por tu comentario, Karin.
Un abrazo.
Dime Humberto?
ResponderEliminarDe donde sale tanta creatividad?
Eres admirable y un placer para el alma el leerte!!
Gracias por compartir amigo
Besitos mi niño
Muchas gracias, Victoria, qué amable eres, le has dado luz a mi corazón.
EliminarUn beso grande.
Me alegra que te haya gustado, Julio. Ven cuando quieras.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Que creativo eres, y cuanta imaginación le pones a tus relatos. Es un gusto leerte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias por tus palabras, Cristina.
EliminarUn fuerte abrazo.
Y apagó el televisor y de nuevo volvió a su mundo anodido, de contenido superficial, aunque cool y de modernidad fácil. Y lo que se perdió por el miedo a innovar entre los clásicos y la inteligencia culta. A mi modo de ver. Yo hubiese actuado de otra manera, porque quizá haya distintos tipos de personas que dedican el tiempo a culminar sus propios intereses determinados por su particular practica social, unas pueden pintarse las uñas y otra gente huye de lo convencional.
ResponderEliminarRelato reflexivo, me encanta que llegues a hurgar mi subconsciente, amigo Humberto. Nada fácil cuando se escriben relatos no demasiado extensos en formato bitácora, impacta desde un principio y aviva el interés creciente. Excelente.
Besos
Y apagó el televisor y de nuevo volvió a su mundo anodido, de contenido superficial, aunque cool y de modernidad fácil. Y lo que se perdió por el miedo a innovar entre los clásicos y la inteligencia culta. A mi modo de ver. Yo hubiese actuado de otra manera, porque quizá haya distintos tipos de personas que dedican el tiempo a culminar sus propios intereses determinados por su particular practica social, unas pueden pintarse las uñas y otra gente huye de lo convencional.
ResponderEliminarRelato reflexivo, me encanta que llegues a hurgar mi subconsciente, amigo Humberto. Nada fácil cuando se escriben relatos no demasiado extensos en formato bitácora, impacta desde un principio y aviva el interés creciente. Excelente.
Creo que mi comentario anterior no se cargó
Besos
Algunas veces empleo la palabra alféizar para referirse al alféizar. No conozco otra mejor.
Escucho poco la Sinfonía del Nuevo Mundo. Cuando lo hago, no me aburre.
Escribes muy bien.
saludos
· LMA · & · CR ·