El poeta Vladímir Vladímirovich Mayakovski nació en Baghdati, un pueblito de la Georgia oriental, el 19 de julio de 1893 (o el 7 de julio, según el calendario juliano, queda a criterio de los amigos lectores). Estuvo muy metido en política, se embanderó en el movimiento Futurista, se enamoró de Tatiana Yákovleva, a quien le dedicó gran parte de su obra y blablablá. Pero como este no es un blog de Historia, pues ya hay muchos y -sobre todo- mejores, voy al punto.
Cuando este humilde poeta fue a registrar una de sus obras, que iba a llamarse La rebelión de los objetos, el empleado que estaba a cargo del trámite cometió un error de distracción y terminó anotándola como Vladímir Mayakovski, es decir, con el nombre del autor de esta genial idea de que las cosas se rebelan.
Si le prestáramos más atención a esas pequeñas rebeliones que nos hacen nuestros objetos, nos iría mucho mejor en esta vida. Los objetos, nuestras pertenencias, nos van trazando el camino por el cual deberíamos transitar, nos van indicando lo que tendríamos que hacer o no, con quién deberíamos estar o no. Sería todo tan simple.
Hace algunos años, me había enganchado con una tipa muy linda, sin embargo tenía un aura, un halo muy particular, algo que no era detectable a simple vista, pero que -así y todo- llegaba a hacerse manifiesto de forma notoria. Los efectos eran casi inmediatos: Cuando ella subía a mi auto, por alguna razón incógnita, dejaba de andar, o se desinflaba un neumático, o tenía algún inconveniente mecánico. Si la llevaba a mi casa, se cortaba la electricidad, o se rompían todos los platos, o se partía la pata de la cama. Si salíamos a pasear, perdía los documentos, o se me despegaba la suela del zapato, o me volcaba la bebida encima del mejor suéter. Ésas eran las señales que me indicaban que -por más que yo deseara estar con ella- mis objetos, mis pertenencias, querían que terminase con esa relación, pues todas esas cosas mías, en conjunto -como si se pusieran decididamente en contra de esa persona-, me hacían y me harían la vida imposible. Hoy ya no tengo ninguna duda de que los objetos tienen una cierta independencia. Y apenas digo “cierta” para no parecer exagerado.
Por cierto, Mayakovski se suicidó el 14 de abril de 1930 en un callejón mugriento de Moscú, se pegó un tiro en el corazón con un revólver. Claro... el mismo revólver que él había usado doce años antes para interpretar un personaje de la película No nací para el dinero.
Mis estimados amigos:
ResponderEliminar1. Muchas gracias por los comentarios dejados para “Pow!.. Clank!...”.
2. Quiero dedicar este “La rebelión de los objetos” a Blas, del blog www.pensierolibre.blogspot.com y a Ana del blog www.laignoranciaestumejoramiga.blogspot.com
3. Hasta ahora suelo subir dos textos por semana, pero por una cuestión de tiempo, voy a tratar de postear sólo uno o, como mínimo, uno cada 6 días.
4. Les deseo un muy buen fin de semana.
Un gran cariño.
Humberto.
¿Seguro que no era gafe la chica?
ResponderEliminarDe todos modos, entiendo la idea. La tecnología aborrece de mí.
Leáse "como máximo uno cada 6 días".
ResponderEliminarGracias Hombre de Alabama por ser el primero.
Abrazos.
siempre he creido en que había personas gafes, pero luego de leerte empiezo a pensar que es verdad eso de la rebelión de los objetos.
ResponderEliminarMuy buena entrada del día de hoy, sabes yo opino igual que las dos personas que te comentaron antes que yo, ¿¿será la chica gafe?? Pero como bien dice Alcudia de veo, después de leerte y pensar, cambia un poco la opinión y la forma de ver las cosas, un beso Ar@bia
ResponderEliminarHumberto, hombre, yo no creo que tenga que ver con personas gafe, como dicen tus lectores, creo que verdaderamente los objetos nos juegan una mala pasada cuando nosotros no nos sentimos cómodos con la otra persona. Es la energía negativa que al no expresarse en nosotros, se expresa en las pertenencias.
ResponderEliminarUn abrazo, Señor Dib, de este amigo madrileño.
Pedro.
Hola humberto: me dio mucha risa tu historia con esta chica. No te imagino preparandote para una cita con ella y en el bolsillo llevando una pata de conejo para la suerte jajajaja pero bueno, si tu teoria de los objetos es cierta, tal vez esa pata se hubiera ido corriendo lejos de ella
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Pues tal vez sea cierto eso de que losobjetos s enos rebelan...
ResponderEliminarDesde hoy me voy aparar a observarlo, en serio. Alo mejor ahí están muchas de las respuestas que no encontramos a cosas, a sucesos extraños, absurdos... que pasar, pasan, a mí al menos, me pasan!
Me has dejado intrigada y atando cabos... Vamos a ver!
Por lo demás, como texto, me ha parecido d elo más divertida la anécdota del protagonista con la chica.
Un abrazote!
;)
Has hecho bien en cortar con ella: la vida tiene suficientes complicaciones como para cargar encima con un gafe. Dale gracias a tus objetos por el servicio prestado.
ResponderEliminarUn abrazo
La verdad es que si nos parásemos a pensar en esa clase de cosas que suceden de forma "casual" y prestásemos atención, quizá nos evitaríamos ciertos conflictos.
ResponderEliminarVoy a hacer memoria, me has dado que pensar....
Un abrazo
Me imagino que Gafe es lo que nosotros llamamos Yeta. Digo por lo que comentan los amigos de la madre Patria. No creo que se trate de mala suerte sino de destino, de con este sí, con este no. Así muy simple.
ResponderEliminarQue mala vida tuvo ese pobre poeta!!
Un beso.
Sabri.
La idea es muy original, nunca pensé que varias acciones negativas, seguidas y continuas, en presencia de alguna circunstancia concreta fuera un mensaje concreto y fiable sobre lo que realmente necesitamos y precisamos...
ResponderEliminarMe sorprendió esta lectura, muy agradable y tal vez, algo pedagógica.
un abrazo.
PD: es todo un honor para mí, que incluyas una de mis frases en tu blog y le des ese reconocimiento. Muchas gracias.
También estoy convencida que, a veces, los objetos se rebelan; adquieren una inexiplicable entidad propia que los despega de sus dueños.
ResponderEliminarLa historia de la chica me suena ligada a los objetos. Tengo una amiga a quien se le resisten los aparatos electrónicos; su simple cercanía los hace dejar de funcionar de repente. Curioso pero cierto!
Besos
Los objetos...el destino, la vida...como le llamemos tiene sus avisos que solemos dejar pasar de largo...
ResponderEliminarUn abrazo Humberto,siempre.
Es una... "faena" que a uno le pongan su obra a nombre de otro, por muy Mayakovski que sea.
ResponderEliminarMe gustó lo que cuentas, porque a veces en la vida pasan "cosas" inesplicables, solo que tenemos que mentalizarnos y pensar que son circunstancias maravillosas que nos ocurren.
Un abrazo
Hola Humberto mil gracias por tu grata huella bloguera en el poema que he escrito de pinceladas de amor.
ResponderEliminarBueno Humberto es cierto que la negatividad se pega y la positividad también ,así que en el centro esta el equilibrio del Yin Y el Yang.
Es mejor juntarse con personas positivas, la vida nos ira mejor.y así no se rebelaran tanto los objetos cuando estemos conectados con buenas ondas.
Abrazos fraternales de MA para ti desde Granada.
Querido Humberto: honorado de la dedica de esta genial historia que tiene que ver con el espìritu con el que vivimos las cosas y con la magia de de alli deriva.
ResponderEliminargracias y felicidades
Blas
Un amigo de un amigo de un amigo tenía un sueter que lo alejaba sistemáticamente de las mujeres que conquistaba. Murió solo con un sueter deshilachado y sucio.
ResponderEliminarAbrazo......y si....tomemos algo.
(¯`•.•´¯) (¯`•.•´¯)
ResponderEliminar*`•.¸(¯`•.•´¯)¸.•´ ¡¡ Me gusto ¡¡
¤ º° ¤`•.¸.•´ ¤ º° ¤
Estoy convencida que los objetos nos observan...
Bueno, bueno, bueno. Ante todo, muchísimas gracias por dedicarmelo. Ahora bien, estoy muy intrigada por saber cual es la parte donde te has inspirado a costa de mis escritos *sonrisa*.
ResponderEliminarY vaya por Dios, que paradojas tiene a veces la vida ¿no? Lo que en su día fue un arma inofensiva, terminó con la vida de este poeta.
Muchas gracias y Carpe diem!
Yo soy muy de señales, atenta a todo lo que me rodea y no creo que existan los gafes, nada que ver con las personas con energía negativa, ese aura al que haces referencia.
ResponderEliminarUn abrazo
De quien os trae mala suerte
ResponderEliminarsiempre huir es lo inteligente
pues que muy posiblemente
pueda ser causa de muerte,
por lo cual sois avisado
para no ser enredado.
My buen amigo, un gafe, es un gafe. En Argentina y aquí. Saludos, y un abrazo.
Bonito giro... no son las personas las que tropiezan con los objetos sino los objetos los que tropiezan con las personas.
ResponderEliminarBuen relato.
¿y porque no han de hacerlo?, ahì estan ellos, hechos por el hombre sea idividualmente o en serie, lo que significa que han absorbido energìas diversas, llegan a la casa se plantan y se sienten dueños...tal vez, hasta un poquito encariñados con el que los adquiriò...y de repente...¡una metiche!...pues a darle duro! que se largue...
ResponderEliminarabrazos
Muy buen post!!! Coincido con un comment anterior, creo que los objetos etán a nuestra merced. En mi caso particular, tengo una relación fatal con el medioambiente. Soy torpe por naturaleza, me llevo las cosas por delante, suelo romper objetos...
ResponderEliminarMe hiciste pensar amigo. Què torpe soy! Excelente texto. Te dejo un abrazo enorme! See you soon! :)
Qué bueno que este blog se topo conmigo jejeje! EXCELENTE...
ResponderEliminarUn saludo!!
Que tal Humberto, yo me inclinaría más en decir que son las energías o auras de las personas, personalmente no creo en la independencia de los objetos, pero este mundo es tan incomprensible que en una de esas estás en lo cierto.
ResponderEliminarBuen fin :)
:O
ResponderEliminaresas si eran señales y muy claras xD
cuidate mucho, que andes bien
^__^
Humberto, hace días que leo tu blog; recién ayer he comenzado a seguirte.
ResponderEliminarHe llegado a entradas antiguas, y cada entrada me moviliza más que la anterior.
¡Lo que es tener la capacidad de hacer sentir tan vívidas las situaciones con "simples palabras" !
Todos los días se aprende algo nuevo, hoy, por ejemplo, aprendo lo que son las personas gafes. Y en este caso, no creo que ella hubiese sido una de ellas. A veces cada universo nos golpea un poco para decirnos lo que no.
En fin, gracias Humberto.
Abrazos.
Georgina.
No creo en los gafes, esas cosas que te habian pasado con esa chica, simple casualidad o tu torpeza, y lo de la cama es porque necesitabas un cambio seguro...chorradas lo de las malas influencias en ese sentido de otras personas...además, los objetos...son hechos por otras personas...un saludo y como siempre un placer leerte.
ResponderEliminarNinguna circunstancia o casualidad es casual, decía Paul Áuster. Cuando lo exterior se rebela puede ser una gran revelación interior.
ResponderEliminarMe gusta la lectura profunda de tu texto, Humberto.
Un abrazo.
Sí, es verdad. En cuanto nos damos la vuelta, los objetos se montan cada fiesta...Pero no solo eso. A veces sospecho que el fuego huye de mí. Los encendedores sueltan llamas flojas, las cerillas se me apagan a la más breve brisa, etc.
ResponderEliminarPara encender la cocina, lo paso muy mal. Mientras a la chispa de la pistola de encender, le da la gana de salir, el gas va circulando y a veces me sale una llamarada. El gas, seguro que no huye de mí.
Hola Humberto,lo siento pero no creo en los gafes,seguro que todo fue casualidad,prueba otra vez con la misma persona y veras como te va mejor,un saludo.LUZ
ResponderEliminarjajajaja, siempre sabes sacarme una sonrisa en tus letras!!
ResponderEliminares cierto que a veces ocurren esas cosas...a mi me pasaba con un chico, cada vez que paseabamos por la noche, siempre había una farola que se apagaba...ahora creo que era un aviso de que la llama del amor se esfumaba...
Un beso grande!! Y feliz semana
Los objetos claro que intervienen en el camino de nuestra vida pero más que ellos es el apego que nosotros tengamos a los objetos o a nuestras pertenencias. Cuanto menos importancia le demos a los objetos más libres seremos.
ResponderEliminarSomos seres influenciables.
La chica era un peligro, un gafe para los demás.
Un abrazo.
Esto es de lo más interesante,de verdad.
ResponderEliminarPudiera ser cierto eso de que los objetos se rebelan,nos indican el camino...pero ¿cuál?
Quiero decir...es el camino que ellos quieren a pesar nuestro???
Eso daría para hablar muuuucho más creo yo,pero no deseo hacerme pesada.
Terrible final para un hombre que utilizaba sus neuronas la mar de bien.
Un beso.
Precioso y hermoso lo que escribes, ¡no creo que la pobre chica sea gafe!, son circunstancias que nos ocurre en la vida cotidiana y que muchas veces lo achacamos a otros lo que nos pasa. gracias por compartir tú narración. Que pases un feliz fin de semana lleno de sensaciones positivas. Un beso desde la distancia de un amigo.
ResponderEliminargracias por tus visitas y recibo tus actualizaciones por mail con frecuencia. muy interesante. luego dime si has entendido algo de lo que escribi en las entradas anteriores jajajjaa
ResponderEliminarsaludos
nos seguimos
Epa! Alto ironia la de semejante muerte!
ResponderEliminarEn serio te pasó eso con una chica? jajaja que verguenza yo en su lugar, con la nube negra por la cabeza repartiendo desgracias..
La tecnología se rebela y se hace escuchar!
Saludos para voce, buen fin de semana!
Hola Humberto:
ResponderEliminarParticularmente a mí me gustan más esta clases de escritos, los reflexivos que te hacen pensar. Hacía mucho que no subías uno de estos, yo que te sigo desde hace mucho lo puedo asegurar.
No creo que hables de mala suerte, sino de la energía que hay en las cosas, pero esa energía se la pasamos nosotros, así que los objetos no tiene la culpa, es nuestra propia mala onda depositada en ellos. Besos. Caro
Hola Humberto, yo no creo en esta revelión de los opgetos,mas bien creo en el poder de la mente de las personas, y la que es gafe: no te digo nada.
ResponderEliminarArrastran las vibraciones negativas, por donde van, y es cuestión de salir de su harea de influencia, un abrazo
Los objetos... Pues sí querido Humberto. Como experiencia personal, le diré que en mi primera cita con mi ex- me robarón una mochila, mis pertenencias desaparecierón en un hurto que ni vi llegar.
ResponderEliminar¡tenía que haberles hecho caso!
¡Un abrazo!
Interesante e informativo, Humberto, por dos razones: Una, porque descubres un autor que desconocía y otra, porque nos encamina hacia una verdad que crece. De una vez por todas, debemos darnos cuenta que no somos el centro del Universo y que todo se relaciona con nosotros y depende de nosotros, colocando al hombre en un nivel superior.Aquello que el antropocentrismo ha proclamado va perdiendo cada vez más fuerza y debemos entender, que sólo somos una pequeñísima parte del Todo y en el Todo,bajo distintas apariencias de la misma energía, está la Naturaleza con sus distintas especies animales,vegetales, minerales,los humanos, los que dejaron de serlo, los que van camino a un cambio y por supuesto también los objetos. Demás está decirte que las señales existen, provengan de donde provengan. El Universo, por expresarme de otra menera, nos informa permanentemente, pero. . . nosotros continuamos siendo ciegos, sordos, indiferentes, individualistas. En fin H, comparto con "la rebelión de los objetos", texto que por otra parte está muy bien planteado a través de tu estilo tan particular. Perdón por la extensión. Un abrazo, compatriota.
ResponderEliminarMe gusta la sobriedad de tus líneas. Es quizás por ello que te permitas contar dos historias en un texto breve. Es un atrevimiento del que salis bien librado. Un abrazo.
ResponderEliminarcomo despediste a la chica especial con halo......interesante tu narraciòn...un saludo
ResponderEliminarPues claro ^^ gracias por pasarte, yo también me pasaré por tu blog y ya te dejaré alguna de mis sinceridades jeje, un saludo desde España ^^
ResponderEliminar~Soy sincera 100% :) y mi criterio nunca falla jejejejeje (:
Hola! Muchas gracias por pasar por mi blog,y dsesde luego aquí me tienes para quedarme también ^^
ResponderEliminarYo como tú,soy una persona a la que le gusta visitar todos los blog que sigue,así que de seguro nos iremos leyendo por aquí.
Me ha parecido muy interesante este relato y original! Como dices que subirás alguno cada semana,seguro que aquí me tendrás leyendolos,porque como trabajo no podría seguirlos todos más continuo.Bueno no me enrollo más,Un saludo y buen fin de semana!!
Es sumanete importante estar alerta de esas pequeñas señales; más vale prevenir...
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo.
Hola, Humberto,
ResponderEliminartu blog respira un aire místico que invita a quedarse retenido en él.
Te agradezco tu presentación y la oportunidad de poder conocer a alguien como tú.
Recibe un fuerte abrazo de quien es, a partir de ahora, un admirador de tus ideas.
Jordi Nogués
autor Tres Profecías
un interesante analisis frente a algunos eventos relacionados con siertas personas. Me ha pasado de sentir descargas electricas frente a objetos metalicos junto a ella y ambos sentimos la leve descarga. Excelente entrada!
ResponderEliminarAjajá, ya decía yo que se me perdían muchas cosas.
ResponderEliminarLamento no poder identificarme con alguien, según el cual, el poeta era un obrero y, menos aún, con alguien de escribir versos tan malos como estos:
ResponderEliminar¡Acabad de una vez!
¡Olvidad!, haced a un lado
rimas y romanzas, roseledas
y tantas otras merdancolías
Hoy necesitamos maestros,
no predicadores melenudos...
Camaradas, haced un arte
que saque del fuego a la República.
La rebelión de nuestras cosas, o nuestros objetos, son a veves sumamente inoportunas. Que le vamos a hacer.
ResponderEliminarUn saludo
Hasta ahorita ningún objeto se ha rebelado porque ando con alguien,
ResponderEliminarNo supe que era ¨gafe¨.
Saludines.
Querido Humberto, eu a muito, sei que os objetos tem vida meio próprias. Acho que deves ser por isso que coloco nomes em todos ou melhor quase todos. Recentemente chegou para fazer parte de minha vida um liquidificador que dei o nome de Nato, em homenagem ao nome de quem me presenteou (Renato).Heheheeh somos todos loucos não achas? HÁ! Eu os chamos pelos nomes. Beijos
ResponderEliminarHola Humberto.
ResponderEliminarSolo el fetichista sabe elegir entre el bien y mal de los influyentes objetos.
Un saludo
Humberto, genial tu texto...es verdad que los objetos están ligados a nosotros aunque no nos demos cuenta. Me gusta pensar que tienen vida propia, sentimientos, complicidad con nosotros.
ResponderEliminarMuchas veces me invento historias de objetos para darles vida.
Un abrazo
Lo de imaginar vida en los objetos siempre me ha gustado. Muñecos vivientes muchas veces han sido un tema para películas y por aquí hasta hay un comercial de seguros donde las columnas cobran vida para hacer que el conductor choque con ellas.
ResponderEliminarUn buen tema.
Un beso.
Curiosa anécdota la de tu amiga. Ya lo dicen: "algunas mujeres son una ruina" En cuanto al poeta ruso, pues no conocía la historia. Una historia con un triste final. A veces me pregunto por qué hay tantos poetas que deciden quitarse la vida. Es extraño, ¿verdad? Yo por si acaso me alejaré un poco de la poesía y me dedicaré a los microrrelatos.
ResponderEliminarBesossss.
Buenisimo!
ResponderEliminarMe hizo pensar en esas relaciones en las cuales, la propia vida individual pide a gritos expulsar esa persona que no quiere un par de caminos propios enlazados sino un solo camino, simbiosis, que le dicen.
Y como se sabe, la simbiosis es el pucho mal apagado de todos los incendios.
Abrazo dib
Es una manera de ver las cosas que nunca hace diferente la historia y eso es precisamente lo que más me gusta.
ResponderEliminarUn saludo
ResponderEliminarComienza la semana
y el canto y la brisa
de las encinas invitan
a visitar
las dolientes hojas
que yacen enmohecidas
por la tornasolada melancolía
que el invierno les ha dejado
para que se pose sobre ellas
una emoliente caricia engalanada
por el arco iris de la primavera...
Un beso y mil rosas trepadoras
te dejo, para que te guíen la alegría
los siete días de la semana
es el deseo de esta
que te visita con la primera
aurora de la madrugada...
María del Carmen
ES CIERTO!!!!!!!!
ResponderEliminarEstamos a merced de los objetos, los que nos dan señales, sin ninguna duda, pero... tambien nos condicionan????
Habría que ver...
Besote
Hola, muy buena entrada,en mi opinión creo que la vida nos envía mensajes que en ocasiones somos incapaces de poder descifrar ¿no?
ResponderEliminarUn saludo desde España.
Será que los objetos que te rodean te quieren, Humberto. Y no sólo eso, además son muy celosos.
ResponderEliminarSaludos.
JA! Muy bueno lo de la chica. A veces ocurren cosas como esas. Un abrazo Humberto y muchas gracias por tu gran mensaje en mi espacio.
ResponderEliminarTe he leído con mucha atenciòn, y me quedé enganchada de tus cuentos cortos porque son de maravillar a quien tenga la capacidad de entender cuan difícil es escribir y en pocas palabras decir tanto. Esa capacidad de resumir y saber decir lo preciso para dejar el impacto en la primera lìnea que hace que uno quiera llegar hasta el final es de aplaudirlo, por lo tanto, me pongo de pie, te doy mi aplauso y mis agradecimientos por la visita que hiciste a mi blog.... la tristeza ya no la tengo... sólo el recuerdo, aprendì a cerrar el círculo como se cierra el broche de un hermoso collar.
ResponderEliminarMis besos para ti, desde el otro lado de macizo andino.
Curioso
ResponderEliminarmadre mía cada cosa que leo tuya me parece que va dirigida a mí.... bonito relato y muy cierto!!!!!
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