Apenas llegaba de la oficina, José encendía el ordenador. Comía por obligación, mientras deambulaba por las salas de chat. Allí se encontraba con otras personas como él, con las que solía compartir conversaciones muy interesantes y amenas. No tenía otro objetivo que no fuera confraternizar, quitarse un poco el peso de sus casi seis décadas de soledad. Generalmente eran charlas cortas, de no más de media hora, porque le gustaba variar, conocer gente nueva, animada, inteligente. Pero si alguna vez aparecía alguna jovencita, no la despreciaba y se quedaba más tiempo discurriendo sobre frivolidades. Quién sabe, se decía.
El azar lo hizo toparse con una muchacha de 27 años. Él la saludó, ella le respondió y así fue todo por delante. José pensó que debía ser fea y que por eso le había dado bola, sin embargo, cuando ella le mandó una foto y le propuso encontrarse para cenar, José sintió que una flojera le recorría todo el cuerpo. Ni bien cerró la sesión, salió disparando al baño.
Fue una noche inolvidable, ennoblecida por un buen cabernet franc y por una cena servida en vajilla de porcelana tsuji en el mejor restaurante de la ciudad. Valió cada centavo de sus ahorros, incluyendo la abultada propina obligatoria que dejó sin protestar. Y cuando creyó que su sueño se esfumaba debido a la hora, para su alegría la muchacha le regaló el mejor fin de noche: le ofreció el postre más dulce y acaramelado. José lo degustó con la clase que el momento exigía… aunque fuera diabético.
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios dejados para “Idiotizado…”
Verán que ahora serán moderados los comentarios, algún día, tal vez no muy lejano, les cuente por qué. Por ahora no vale la pena.
Un saludo cariñoso.
Humberto.
No hay edad máxima, eh.
ResponderEliminarEsto es esperanzador.
Bueno, pues aquí lanzo el mío para que sea moderado...!
ResponderEliminarEn fin, Humberto, que las ilusiones, los sueños, que muchas veces no tienen ni visos de convertirse en realidad, de pronto, nos sorprenden; y en eso consiste la magia de la vida: en las sorpresas que nos depara, no se sabe ni dónde!
Muy alegre y esperanzador el relato de hoy!
Gracias por compartirlo con nosotros!
Un besote!
;)
Un relato lleno de esperanza. Muy bueno Humberto, felicitaciones. Saludos y buena semana.
ResponderEliminarRamón
Humberto:
ResponderEliminarEs un relato extraño, tiene momentos pesimistas y optimistas, me confundió los sentimientos, creo que me quedo con la alegría que le han dado a un hombre solo. pero era medio baboso, no? jeje
Besos.
Carolina
Me dio ternura, pobre hombre, y un poco de pena.. digo...su situacion de tanta soledad, pero por suerte tuvo un final feliz! Te leo siempre.
ResponderEliminarBesos, Rosario
quizás entró en coma, PERO QUÉ IMPORTA!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarQué viejo verde ese Carlos!!!
ResponderEliminarMe gustó el doble sentido del título y del final de la historia.
Bravo!!!
Sabri
Me alegra que este hombre haya encontrado su rico postre,muy lindo relato.
ResponderEliminarGracias por permitir que lo leamos.
Bso.
Bien por él! Sin duda supo ganárselo.
ResponderEliminarUn abrazo, Humberto.
Bien, dicen por ahí: "cuando menos lo esperas sale el sol". Bien por Don Carlos.
ResponderEliminarBuen relato Humberto.
Pues qué bien,
ResponderEliminarhay que aprovechar la ocasión
de ser feliz,
no importa la edad.
Un abrazo
Hay ocasiones que valen la pena para romper un poco la rutina, aunque postres como ese te puedan llevar directo a urgencias.
ResponderEliminarPero bueno, ya equilibrara la insulina.
Un abrazo Humberto!
Uyyy Dib!
ResponderEliminarAndamos con las neuronas sincronizadas!
Cuando tengas un ratito vení al blog y fijate el post que publiquè la semana pasada.
Don Carlos tuvo un lindo final y creo que el protagonista de mi relato tambièn. Ya vas a ver por què te lo digo. Las dos caras de la misma moneda: INTERNET.
Dib, nos estaremos leyendo el pensamiento? JAJAJAJA!
Kisses for you my dear!
See you soon!
Hola Humberto, esas alegrías no se reciben todos los días. Saber aprovecharlas pues te hacen sentir vivo, aunque te cueste la salud.
ResponderEliminarAcostumbrada a los zapatitos de cristal, esos zapatos me dan tristeza, pero hablan mucho de su Ceniciento.
Me encantó!
Besos
Precioso relato, me has dejado con ganas de más, es como un preludio a una historia preciosa, si algún día decides continuarla, házmelo saber, la seguiré gustosa.
ResponderEliminarBesines desde mi silla
Good for Carlos. Su eleccion : la del cabernet sauvignon ..la vajilla y demas !! ante
ResponderEliminartan valiosa decision de ir a su cita desde un frivolo chateo, habla de El como todo un Hombre que se atreve a vivir. No importa las diferencias ( edad en este caso ! )los sueños y la esperanza nunca deben ser postpuestas.
Carpen Diem
Todos los diabéticos saben que cada tanto tienen un día "permitido"... Parece que el de Carlos fué glorioso!!!!!!
ResponderEliminarBuen relato Humber, muy tierno...
Besote
(Puedo entenderte, cuando se impone la necesidad no hay que dudar, fué la razón por la que moderé los míos...)
Hola Humberto.
ResponderEliminarUn relato que nos trasporta un presente muy comun.
Quien diria hace unos pocos años un aparato llamado ordenador nos suministraria todo aquello que soñaron nuestros antepasados.
Aveces lo inimaginable esta mas cercano de lo que imaginamos. Incluso conseguiria tentar a morder una manzana de azucar al mas insano de los diabeticos.
Un abrazo y gracias por tu regalo textual.
Ricard
Ayyy Dib... Què sos un personaje especial... Cómo hiciste para ir al blog tan rápido? GENIO Y FIGURA.
ResponderEliminarEntre nos:
It´s great to find people who have things in common.
It is a mysterious and miraculous
pleasure.
Cheek to cheek! ;) xxx
Muy linda historia. Seguramente coincide con muchas reales.
ResponderEliminarCambia la forma de relacionarse y un medio tan impersonal tiene la capacidad de acompañar tanto.
Un gran abrazo.
Bueno!! He llegado hasta el final con el corazón encogido!(Esperaba alguna sorpresa de las tuyas...)Un final muy dulce.Me ha gustado.
ResponderEliminarUn beso,
Me ha gustado mucho tu hisroria, por el momento me encuantro en cama nada grave pero necesito reposo y tengo un tiempo para visitar a mis amigos
ResponderEliminarasi que te vine a dar una vueltecita desde mi blogg de Mariposas
Un abrazo
Esto es el principio de una historia de amor, un abrazo
ResponderEliminarnunca se sabe dónde se puede encontrar ese "dulce", jaja.
ResponderEliminargran relato, pero si él no era rico, quién era esa princesa? algo se esconde en esa relación... aunque tal vez el final signifique que murió verdad? por qué si no hablarías de la diabetes y del dulce?
como se lo cargó? jajaja
Un abrazo Humberto! siento pensar así ante tu gran relato!
¿Y a las doce se rompió el encanto?
ResponderEliminarSe conocieron con la última tecnología, pero su cita fue de lo más clásica...
Un relato optimista, me gustó.
Salud.
Como soy una "insatisfecha" ( poéticamente hablando, ejem...) no dejo de darle vueltas a la suerte que habrá corrido el pobre Carlos...
ResponderEliminarUn besazo grandote, Humberto*
A.
Seguramente valió la pena cada uno de esos centavos.
ResponderEliminarExcelente!
=) HUMO
No sé, no sé. Solo veo en ese encuentro, paliar la soledad, atracción física y elementos materiales y económicos, ni un solo sentimiento si dejamos aparte el de soledad. Creo que, como tu título indica, será un "Ceniciento", a las 12 todo se esfumará.
ResponderEliminarTu prosa es muy fluida y muy limpia, Humberto. Te felicito.
Un abrazo.
Ya imagino el postre muy merecido para para Carlos jeje.
ResponderEliminarBeso.
Estupendo relato. Soy de las que cree que en el amor y en la diversidad, por ello entiendo que la edad no es un obstáculo.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo Humberto
Bien por Carlos! Creo que el hombre esconde al lector algo que a su dulce,no. Abrazo grande, Humberto.
ResponderEliminarhola Humberto.
ResponderEliminarestamos llenos de sueños. ilusiones y esperanzas aunque sea por algunas horas, llenan en ocaciones esos vacios de soledad,para volver a empezar nuestra rutina diaria y estar con nuestra amiga la soledad. un realato extraordinario.
recibe un fuerte abrazo
Hola Humberto...
ResponderEliminarMuy bonita historia, siempre se puede esperar algo bueno de la vida, como demuestra tu relato.
Abrazos
La vida siempre nos sonríe en el momento en que comenzamos a empoderarnos, a desterrar el no es posible de las conexiones, porque, todo, siempre, es posible. Al menos el intentarlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué bueno, un post con final muy dulce.
ResponderEliminarMe alegro por él.
Besos
En general, suelo pensar en las 'cenicientas' y me olvido de los 'cenicientos', esas personas que esperan mientras los años pasan.
ResponderEliminarMe alegra que a Carlos le diera bola una piba de esa edad, no me gustaría que pasara con mis hijas, pero uno no es dueño de los sentimientos de los demás.
Saludos :)
Hola amigo Humberto.
ResponderEliminarPues sí que me ha gustado tu relato, en pocas palabras nos haces ver que siempre nos llega nuestra oportunidad, y no hay que desaprovecharla ,¡Bien pues tu chico de 6 décadas!!
Con ternura
Sor.Cecilia
Parece que nos ha dado por los cuentos clásicos... :)
ResponderEliminarYo escribí Caperucito rojo
http://reinadebuenosaires.blogspot.com/2011/04/caperucito-rojo-clasicos-agiornados-o.html
y El príncipe Batracio...
http://reinadebuenosaires.blogspot.com/2011/04/batracios-clasicos-agiornados-o-si-no.html
Tengo otrs más... pero a Ceniciento lo dejaré en paz... por un tiempo... ;)
Muy bueno tu cuento...!
bellisimo y esperanzador relato nos regalas magno Escritor y Poeta, muchisimas gracias por hacernos participes de tus sublimes letras, un besin muy muy grande de esta asturiana admiradora.
ResponderEliminarHola Humberto.
ResponderEliminarMe ha encantado tu texto pícaro y ese punto de ironía diabética.
He encontrado tu blog de pasada, cuando visitaba el de un amigo y no he querido dejar de verlo (curioso esto, pues según leí en tu comentario, tú hacías lo mismo jeje).
Invitado quedas a mi casa.
Recibe un saludo!
El azúcar es necesaria hasta para un diabético
ResponderEliminarUn beso
¡Ah!, se me olvidaba, estupendo como siempre
Más besos
Has dotado a los lectores de una inyección de positivismo con éste cuento del Ceniciento.
ResponderEliminarCreo que muchas personas en la vida llegamos a vivir algún momento así regalado por los Dioses.
Sobre todo si tal casualidad fortuita dá frutos de excelsa validez.
Hola Humberto Dib:
ResponderEliminarMe gusto el relato. Y el título le va perfecto.
Es mucha la gente que está sola y que busca conocer otras personas a través de Internet.
Esa chica me hizo pensar... quizás arrastrara un Complejo de Edipo no resuelto... 30 años de diferencia en una pareja no es muy común...
Un beso
Maribe
Muy bueno tu relato Humberto, una historia simple con una promesa en la vida del protagonista, y un final que da para muchas interpretaciones.
ResponderEliminarLo que uno "sacrifica" por quedar bien con alguien más jeje. Buen post.
ResponderEliminarCasi pareciera que todo salió bien... salvo por la última oración.
ResponderEliminarAmigo Dib, ese estilo que tiene para dejar meciendo una duda en quien lo lee, hace que me saque el sombrero. Gran abrazo!
Yo creo como Marisa que a las 12 todo se esfumará, por algo será un Ceniciento. Qué mala onda, pero no me gustó que dejara todos sus ahorros, cuando hay amor no hace falta.
ResponderEliminarEs muy simpático, me hace brotar una sonrisa "piadosa" desde el inicio.
No me esperanza nada, pero me encanta.
En cuanto al relato anterior, Idiotizado por el odio, excelente, soberbio, pensado genialmente y escrito increíblemente. Tan a fondo fue a las mentes que creo que muchos se sintieron de algún modo tocados. Excelentíiisimo.
Que tal Humberto
ResponderEliminarCon esto queda demostado que no importa que tal solos nos sintamos, siempre habrá alguien ahí para endulzar nuestros momentos.
Y me olvidé de los zapatos!!!!!! Muy bueno, muy bueno.
ResponderEliminarQue bueno que a Carlos le haya ido tan bien en su cena, no importa que fuera diabetico estoy segura que se disfruto ese postre mas que ninguno en toda su vida!!! Que pasaria luego de esa cena?? Se enamoraria de la chica, hirian juntos a otro lugar?? Wow que muchas preguntas quedan en suspenso.... a ver si algun dia sabremos la continuacion de la historia.. si es que la hay...
ResponderEliminarEspero que te encuentres muy bien amigo humberto, y te dejo mi blog ya que me encanta recibir comentarios de ti... http://abzurdahzenizientah.blogspot.com/ besos y abrazos!!!!
Me resulta interesante la intrínseca forma en que planteas el relato. La modernidad de la narración ha dado justo en el clavo, tanto en la diferencia de edad (prejuicios de muchos, rebeldía de otros) como en este sistema de citas online tan implementado en el hoy. Un tema fundamental es la soledad, una agobiante soledad y la presura del tiempo y la suma, desesperante y aventajada siempre termina de quitarle a una el sueño.
ResponderEliminarHaciendo honor a esas líneas de aquí arriba "...sin pudor", diré también que tus apartados me resultan de lo más intrigantes. Sobre todo aquel donde escribes "Mi inspiración nace de la insastifacción...". Creo que por casualidad me encontré con otro escritor "renegado", salvando las distancias, por supuesto.
Un placer recorrer tus letras Humberto. Rondaré, con perdón de la demora, en otro momento por aquí.
Natu.-
En fin... un postre es un postre.
ResponderEliminarMuy bueno.
Es tan fácil caer en las redes de internet (chat) cada persona se forma una imagen distorsionada de la persona que tiene al otro lado, y también se distorsiona uno mismo, porque al no verse la imaginación vuela ...
ResponderEliminarHumberto tu relato muy entretenido y siempre un halo de esperanza en ese final feliz.
UN beso. Amelia.
Queda el daño que hace para lo bien que sabe jejej asi que aunque sea diabetico...a disfrutar...no todos los dias se le presenta la misma oportunidad.
ResponderEliminarBesos,Vega Pasión.
Relato esperanzador para quien aún tenga esas ilusiones. Decía Sócrates (y escribía Platón)que si algo tiene de bueno envejecer es verse libre de la esclavitud del sexo. Verdad hasta cierto punto, pues la añoranza de tiempos pasados siempre vuelve.
ResponderEliminarSaludos, y un abrazo.
Pues, me encanta ese happy end; para finales aciagos ya está la vida diaria! Esa es mi máxima!
ResponderEliminarBesos
Gracias Humberto por pasarte por mi orilla, tu relato es como la vida misma, cargado de esperanza, de ilusión, este medio a veces suele servir para paliar esa soledad que a veces no deseamos buscar, y por que no....aquí tambien se encuentran sonrisas que te salvan, corazon tendidos y sinceros que aportan luz a nuestra vida.
ResponderEliminarMe gustó tu blog y si me lo permites seguiré pasando.
Un beso
Humberto, ¡qué inyección de ánimo has dado a los cincuentones y sesentones! Aunque mucho me temo que pocas historias como estas se dan en la vida. ja,ja,ja...
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno al menos logró paliar durante unos momentos esa soledad y además con postre incluido.
ResponderEliminarFelicidades por tu estilo a la hora de escribir relatos.
Espero que tengas un feliz día, a ratos en soledad y a ratos en compañía. Saludos
la soledad es muy triste, y que nuestro protagonista haya sido gratamente sorprendido indica que nunca hay que perder las esperanzas, quien sabe...
ResponderEliminarera diabético pero igualmente estoy segura que disfruto con sumo placer su postre dulce.
ResponderEliminarun saludo Humberto y un placer leerte.
www.elblogdeescarcha.blogspot.com
AMIGO HUMBERTO: QUE NOCHE LA DE CARLOS...ME IMAGINO ESE POSTRE AFRODISÍACO QUE LE BRINDO ESA JOVEN TAN APUESTA.-
ResponderEliminarME ENCANTAN TUS RELATOS, TIENES ARTE.-
UN GRAN ABRAZO.-
Ojalá todas las cosas en la vida salieran así. Cuando uno casi abandona la esperanza que se cumplan los mejores de los sueños, tan bonitos que casi no nos lo creemos.
ResponderEliminarUn relato que nos deja buen sabor de boca, para creer en la esperanza y en la ilusión de que no todo está perdido.
Un abrazo.
Me encanto tu historia.
ResponderEliminarHay historias muy interesantes, algún día les contaré una que termino en matrimonio
Un abrazo Humberto.
Al final se comió el postre que era de lo que se trataba. Cumplió su sueño, y lo hizo realidad. Durante la cena debió ser un gran seductor.
ResponderEliminarHay un refrán aquí que dice: “El que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe dulce”. Biquiños,
ResponderEliminarBuen relato. Y buena suerte la que tuvo Carlos! probaré, como tengo 27...
ResponderEliminarTe dejo un abrazo desde LA BELLEZA DEL AZAR
Cita
Jajaja espectacular!! a veces lo mas encantador es lo que mas nos lastima, nos prohiben algo y eso es lo que mas hacemos, el sentido de la vida misma, espero que lo de moderar no haya sido por mayor problema, un abrazo.
ResponderEliminarHola Umberto, muchas gracias por seguirme, tienes un blog muy interesante y lo iré mirando con tranquidad, para poder leer todo bien...me gusta tu pluma y tu forma de expresarte.
ResponderEliminarUn abrazo desde España para Argentina
Pili
Hmberto,tu historia totalmente actual y creible...El protagonista tuvo una oportunidad,que no esperaba...Podríamos decir ese refrán:NUNCA ES TARDE SI LA DICCHA ES BUENA.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo,amigo.
M.Jesús
Me transmitió dulzura, cual dulce que pudo saborear como postre, quizá con un final amargo, pero altamente exquisito…
ResponderEliminarPrecioso texto, me encantó amigo ;-)
Un placer siempre, visitarte
Muackss!!
Hola Humberto: Yo me quedo sorprendida y llena de dudas. No me pareció tan clara la historia. Como todo lo tuyo, "algo se mueve tras las bambalinas" Lo que no quita que haya sido un gusto leerte. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarContinúo, Humberto, tu historia tiene una doble lectura que precisamente revela las limitaciones del ser humano, culturales, funcionales,biológicas,espirituales. . .. la edad no juega aquí. Otro abrazo, amigo.
ResponderEliminar¡Qué alegre relato!. Me gustó mucho la magia de vida que desprende.
ResponderEliminarFelicidades.
Un abrazo muy fuerte.
Hola, he aceptado tu invitación y me he pasado a conocer tu rinconcito,me alegra haberlo hecho y con tu permiso me hago un hueco entre tus seguidores.
ResponderEliminarbesitosssss
Hola, he pasado un rato en tu blog e intuyo en tu mente una especie de esquizofrenia que te permite estar en muchos sitios y llegar por distintas direcciones.
ResponderEliminarVolveré por aquí.
Muy bueno. Me gustó mucho.
ResponderEliminarLa trama está muy bien lograda y es muy prolija.
Un abrazo.
Hola Humberto Dib, Muchas Gracias por pasar por mi Blog ó Blogs si son más de uno jaja... en justa correspondencia he pasado a saludarte y me ha gustado el Ceniciento, vaya con el dulce a pesar de ser diabético si es que ya lo dicen "lo que está rico ó está prohibido ó engorda" jaja.
ResponderEliminarUn Beso
Me encantó este relato. Ese "...aunque..." le da el toque de la esperanza.
ResponderEliminarUn saludo grandote.
Que pena lo de moderar. Es como quitarnos lo bello del instante de la visita.
A caballo regalado...., bien por el Señor, a cualquier edad , uno puede gastarse sus ahorros en una buena cena y dejar que Otro pague el postre.
ResponderEliminarSaludito
Cris//mujeresdesincuentay
Oi, Humberto.
ResponderEliminarUma bela estória.
Também gostei da foto.:)
Às vezes, moderação nos comentários é o melhor, evita-se coisas desagradáveis.
Beijos.
Ahí el riesgo de una hiperglucemia es lo de menos. El postre que década tras década nunca probó y ahora... sabe más que a miel :)
ResponderEliminarHola de nuevo, Humberto. Si quieres seguir mi blog como me has comentado, el icono "seguir" está arriba del todo, en la barra de información. Yo tambien te sigo. Un besito. Cita
ResponderEliminarSiempre al final del tunel hay una luz, excelente relato Humberto y mil graciass...un abrazo
ResponderEliminarCa me rappelle d'un journaliste qui a jeté ses chaussures sur George W. Bush
ResponderEliminarGrande blog
Je l'ai ajouter
Merci de visiter mon blog
QUE DULCE POST!!!
ResponderEliminarME ENCANTO.
Besos para ti.
mar
Muchas gracias por pasarte, y dejar tu comentario!
ResponderEliminarMe gusto lo que escribiste, y muchas veces creo en la ilusión de que realidad y ficción pueden formar parte de un mismo combo!
besos=)
Hola, me quedo por aquí. Soy diabético, pero... más que degustar, contentar a un muchacha de 27 años requiere mucho ejercicio...
ResponderEliminarUn saludo.
Ella había soñado con Carlos antes de que él se conectara al ordenador. Sabía que él no se resistiría a su juventud. Sabía que la soledad de él lo llevaría sin dusdas a sus brazos. Lo que él no sospechó, porque cuando se está más que solo no se mira, era que ella tenía reservada un bóbeda para ambos por mucho tiempo. Él, quizás, nunca se entere.
ResponderEliminarPor esta vez, le damoa un recreo a Carlos pero que recuerde medirse la glucosa con el Acucheck...
ResponderEliminarAbrazo!
Hola Humberto: te felicito por tus relatos y por tu blog.
ResponderEliminarUn abrazo desde la palabra escrita.
Norma
¿No tendrá una amiga tu veinteañera? Me encantó Humberto
ResponderEliminarNo hay edad máxima como dice El hombre de Alabama...
ResponderEliminarSaludos
En la adversidad una persona es salvada por la esperanza.
ResponderEliminarUn saludo
Estas cosas solo pasan en los libros, en los cuentos y en las carteras repletas de dinero... y mi cartera no tiene plata... como decís en Argentina.
ResponderEliminarUn excelente relato y además con final feliz.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Saludos.
Es que la vida de vez en cuando te da sorpresas, solo falta saber si fue una realidad o un sueño que creó para matar tanta soledad.
ResponderEliminarTodo depende del autor.
Un beso y se siempre muy feliz leyendo los comentarios de la gente que aprecia tu valor.
Feliz cuento.
ResponderEliminarHola Humberto, fue sorprendido por su visita en mi blog. Me gustó mucho del tu blog. Estoy siguiendo. Muchas gracias y hasta la vista.
ResponderEliminarSin duda la mayor virtud de Carlos fue la infinita paciencia, pues a pesar de sus años seguía buscando a su princesa. En su espera finalmente obtuvo recompensa. Agradable historia.
ResponderEliminarUn Saludo.
Que buena historia Humberto, muy usual en estos tiempos que la gente se conecta más virtualmente, a veces hay historias buenas otras malas, tambien cuando hay soledad las personas tratan de buscar algo que los devuelva a la vida, me gustó como siempre.
ResponderEliminarBesos
Se llevó demasiado premio el tipo patético... si lo de debe ser fea y por eso me hace caso es un pensamiento que define al personaje hubiera preferido que pinchara en hueso.
ResponderEliminarEl relato tiene ritmo, me ha gustado.
Estimado Humberto. Agradezco tus palabras, tu comentario, me alegro que te gusté el formato de mi blog y lo que escribo. Palabras que caminan con vida propia, Buen Texto. Saludos
ResponderEliminarNicolás Deker
Y que es la vida sin una pizca de emocion y mira por donde tu protagonista encontro algo que jamas penso que tuviera a su lado...que importaba que fuera diabetico, mañana bajaria la glucosa pero ese recuerdo jamas lo podria olvidar.
ResponderEliminarPrimavera
pobre ceniciento pero es precioso lo que se cuenta de el un beso muy fuerte
ResponderEliminarMuchos bloggers tenemos moderados los comentarios, ya que nunca falta la gente que disfruta molestando, por que esa, es su UNICA razón existir.
ResponderEliminarNo hacía falta la explicación!
Contra todo los demás comentarios, yo no veo nada de esperanza, por que para mi todo es posible.
Me parece también encontrale otro mensaje.
Un abrazo virtual!
Ceniciento por un día. La noche fue perfecta aunque quizás no terminó bien del todo, o quizás terminó del todo.
ResponderEliminarEsa frase final es impactante eh! y da para reflexionar mucho.
Un besote.
Paso a agradecer tu visita a mi blog de principiante.
ResponderEliminarEs un gran honor.
Un saludo
Ecelente!!! Me ha hecho sonreír, :0)
ResponderEliminarY qué, ¿era de su medida el zapato que llevaba la princesa?
ResponderEliminarRecibe mi cariño mexicano:Doña Ku
Preciosa historia que demuestra que no hay momento en desacuerdo para el amor.
ResponderEliminarParís, bien vale una misa!!!
Leyendo la cantidad ingente de seguidores y comentarios, entiendo tu frase de que no pasas a verme con frecuencia porque la fama tiene estas cosas...
Feliz fama!
Mil besos.
Qué suerte tuvo de degustar ese manjar!!!
ResponderEliminarEl mundo de los chats es distante pero a la vez cercano porque la pantalla el tamizar un poquito la expresión directa de los sentimientos nos ayuda a dar el primer paso.
Me ha encantado como siempre.
Un beso.
Hola Humberto Dib.… aciertas edades tenemos que tener cuidado sobre todo con el azúcar, un esperanzador micro relato, un saludo desde Valencia (España)
ResponderEliminarPuso en juego todo lo que tenía por vivir el presente, hacer realidad un sueño. Hasta puso en juego su propia vida. Tal vez pensó que hay oportunidades que no pasan dos veces.
ResponderEliminarExcelente relato...supongo que te costaría mucho decidir cuál escogerías para seguir desarrollándolo y escribir una novela. Un saludo.
Supongo que lo de la moderación de comentarios se debe a que, como hay gente para todo, alguien se ha pasado de la raya. Haces bien. Un saludo.
ResponderEliminarhola humberto, cómo estás.
ResponderEliminarpaso por aquí para invitarte a mi nuevo blog de tintes sociales donde podrás aportar tus ideas y comentarios.http://laotracaradelamineria.blogspot.com/
espero te resulte interesante!!
un abrazo.....patry
Ay qué bonito! No hay edad para el amor? Muy optimista y esperanzador. Perdón por no pasarme mas seguido, prometo hacerlo! Un saludo para vos y seguí escribiendo tan bonito =)
ResponderEliminarHumberto, hombre, me parece que esta vez he sido uno de los últimos en leerte, pero sucede que estoy con mucho trabajo.
ResponderEliminarLo bueno de esto, tío, es que me das una esperanza, pues tengo 57 años. Estoy casado, pero eso es un detalle muy superficial, jaja.
Un abrazo de tu amigo madrileño.
Pedro
Ocurrirán de verdad estas situaciones? o solamente es ficción, sea como sea prefiero pensar que si ocurren y que nunca se sabe que puede suceder.
ResponderEliminarYo les vi desde la mesa de al lado, entre copa y copa, la ilusión se hacía burbujas que nos salpicaban a todos.
ResponderEliminarSupongo que tu ceniciento no perdería uno de esos zapatos encantadores.
gracias por el relato.
Un beso, creador de sueños
salió disparado al baño? a pincharse insulina o a masturbarse :)
ResponderEliminarte devuelvo la visita, no me gusta frecuentar blogs multitudinarios (me siento pequeño jeje), pero tus relatos son muy buenos, me quedaré.
saludos
Bueno ya he llegado, casi se me vuelve loco el raton, que cantidad de comentarios jejeje, un bonito y curioso relato,se dice que el amor no entiende de edades, me alegro que haya tenido un final feliz, un fuerte abrazo desde Reinosa y feliz finde estimado amigo.
ResponderEliminarJo con carlitos, no puede ofrecer miucho pero, sin embargo...cómo pide!
ResponderEliminarBuenas noches Humberto.
ResponderEliminarUn relato con un Ceniciento encantador.
Mira está muy bien que aunque fuera por una noche encontrara a su princesa azul.
Ah y muy bonitos estos raidos zapatos de la fotografia.
Me gusta este relato, si señor, me gusta.
Un abrazo desde Valencia, Montserrat
" no soy nihilista... pero no creo que pueda explicarlo" te entiendo, un abrazo.
ResponderEliminarLo primero gracias por visitar mi blog, el tuyo me ha pareceido excelente. El relato ccomo dice Anrafera, lleno de esperanza. Yo también con tu permiso me quedo por tu blog.
ResponderEliminarUn saludo
Excelente, Humberto!
ResponderEliminarUna entrada muy positiva. Mientras hay vida, hay esperanza ... así que, a disfrutar y a creer en uno mismo.
Lo que tenga que ser, será.
Tengo nueva casa, por si quieres pasarte.
Abrazos
hola Humberto,me encantó tu cuento,que importa la edad y la apariencia física,si el alma siempre es una niña,hubo sedución de sentimientos,y lograron algo maravilloso,saborear los dos un exquisito postre, valió la pena el encuentro, felicidades
ResponderEliminarFlora
No le hará daño esta clase de dulce aunque sea diabético, al contrario le endulzará la vida hasta hoy solitaria...
ResponderEliminarBesitos.
Si te soy sincera: me ha gustado todo lo que he leído, es decir, la estructura de los párrafos, la idea de compartir con otras personas palabras, intercambiando opiniones aunque sea de un modo virtual y nada real; la idea de hallar a un señor de casi seis décadas de soledad... pero lo que más me animó fue la idea de que por fin, alguna historia aceptara un buen final; claro que sí, ¿por qué un señor de sesenta años no va a poder ligar con un chica de veintisiete? nos atraen (al menos a mi), la inteligencia, la facilidad para envolverme con sus ideas y palabras más que el físico y la fachada.
ResponderEliminarPor tanto, un placer leerte.
un abrazo y buen fin de semana.
...bueno...pues nunca es tarde...pero ojo!....cuidado con el azucar.....
ResponderEliminarun abrazo
Holla, Humberto,
ResponderEliminarSou brasileiro e cheguei a seu blog por acaso.
Apesar de não falar espanhol, consegui ler seus textos e gostei bastante. Voltarei outras vezes e já me adicionei como seguidor.
Aproveito para convidá-lo (e também os seus leitores) a conhecer o meu blog, o Jazz + Bossa, dedicado à música, em especial a esses dois estilos maravilhosos. O endereço é:
http://www.ericocordeiro.blogspot.com/
Um fraterno abraço, diretamente do Brasil.
Uh, parece que llego la última..En fin, bonito relato lleno de esperanza. Las relaciones cibernéticas (o como se llamen) apaciguan la soledad de muchos mayores y les hace sentirse menos solos, cualquier método es bueno para recuperar las ilusiones y las ganas de vivir.
ResponderEliminarSaludos
En primer lugar, gracias por tus comentarios a mi soneto. Pero, sobre todo....enhorabuena por esas dos noticias. En mi opinión, casi mejor la segunda. Pienso que podrías ser un gran novelista. La novela, cuando alguien es capaz de hacerla...es agradecida. Encumbra y se vende. Tus relatos son extraordinarios, pero, al menos aquí en España, se vende más la novela. Espero que tu libro digital tenga éxito y, sobre todo, que no abandones la idea de la novela.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
¡Excelente título! Es asombroso cómo en pocas palabras, le das vida a un personaje a tal punto que uno termina de leer teniendo en la mente una imagen casi concreta del mismo.
ResponderEliminar(apreciación válida para uno o más personajes =) Un placer leerte.
Abrazo,
Ana.
Hola Humberto, me ha gustado tu relato y también todas las presentaciones del blog, ahora vengo a descubrir, un poco tarde, que yo también escribo cuando algo falta. Lo que no sé, es "eso" que falta, jajaja
ResponderEliminarGracias por hacerme reir con ese final, es muy tierno al mismo tiempo, ¿sabés? y por invitarme a pasar por aquí, valió la pena.
QUE GRANDE HUMBERTO, ES UN CUENTO QUE MEZCLA LO TRISTE Y LO ALEGRE EN PARTES IGUALES, NO HAY UNA QUE PREVALEZCA, ME GUSTÓ MUCHO.
ResponderEliminarTE MANDO UN ABRAZO DESDE CÓRDOBA LA DOCTA.
CHRIS.
Que tal Humberto. Llego a vos navegando por otros sitios y comentarios y hoy amarro mi barquito por aqui.
ResponderEliminarCariños rioplatenses anclados en tierras de Wallace.
És muito querido. ABRAÇOS,
ResponderEliminarMery do Brasil/ Rio de Janeiro.
Si dejamos de volar, por la razón que fuese, siempre habrá un Ada que intentará generar nuevas alas. También estarán los dueños de los cielos, que no le interesa que volemos.
ResponderEliminarUn gusto leerte.
Un abrazo.
Miguel.