Mientras estoy aquí sentado, medito sobre todo lo que pudo haber sido y no fue, tan reiterativo, tan vulgar. Pienso también en cómo hacerles entender lo del dolor lacerante, que corre por mis venas como un torrente de lava que ellos intentan apagar con lágrimas de memantina. No quiero eso. Porque cuando al dolor le quitan el dolor, todo se vuelve algo horrorosamente neutro que punza como una aguja clavada en la carne. No quiero pensar, entonces levanto los ojos hacia el cielo y fijo mi mirada en una estrella a la que me aferro con desesperación. Esa estrella azulada y movediza parece un animalito feliz que me hace creer que mis ojos están allí arriba, clavados sobre esta cosa inerte y babeante en la que me he convertido, de brazos laxos y rodillas frías, abandonada en una silla desvencijada de mimbre que no deja de rechinar. Temo caerme, así que me agarro del libro desgajado que descansa sobre mi regazo. Pero de repente mis párpados me guillotinan la luz y, sorprendido, ahogo el grito que sube como un vómito; lo detengo en la garganta porque me da miedo pensar que no sé muy bien quién mira y quién es mirado… dónde están mis ojos. Aprieto los labios hasta dejarlos blancos para que no salga el menor gemido, porque aún quiero mantener un lazo con este montón de seres perversos e inútiles que, vestidos higiénicamente, pasan tan cerca de mi cuerpo y me miran y tuercen la cabeza y entrecierran los ojos y esbozan una sonrisa y sueltan un “poooobre, hoy lo veo mejor a Don Enrique”. No saben que por dentro todo sigue siendo tormento y caos, caos y oscuridad, oscuridad y dolor, dolor sin dolor. Quiero pararme para escapar y apenas consigo que se caiga el libro. Entonces viene otro de los asépticos y me dice, “Enrique, se le cayó el libro” y lo coloca sobre mis piernas, sobre este pantalón de lanilla a rayas que me raspa las rodillas. Y cuando intento sostener el libro, ya alguien me levanta del brazo y me lleva hacia otro lugar, hacia un gran salón donde otros ex hombres están embebiendo sus panes gomosos en té con leche que luego llevan a la boca, y todo el lugar se convierte en un gran concierto de sillas crujientes y voces guturales e inarticuladas… y todo vuelve a repetirse, una vez más, en este mazacote intemporal.
21 de abril de 2011
Ex hombre sentado en silla que cruje
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Mis estimados amigos:
ResponderEliminarQuiero agradecer todos los mails, mensajes en facebook y comentarios en este espacio por “Anotaciones… libro”, mi mejor forma de retribuirlos es seguir escribiendo.
“Ex hombre…” está inspirado en La silla de Van Gogh.
Para los que son religiosos, Felices Pascuas, para los que no (entre los que me cuento), a disfrutar de los huevos de chocolate.
Ya les contaré algunas anécdotas.
Un gran cariño para todos.
Humberto.
La paloma de la paz trae la serenidad a los corazones
ResponderEliminarde aquellos que creen y una gran cantidad de luz que
ilumina aquellos en que la fe es ciega.
Te deseo paz y serenidad en esta Pascua santa.
•Happy Easter, Feliz páscoa, Buona Pasqua, Joyeuses Pâques, ¡Felices Pascuas!.
~Charo Bustos~
Humberto. gracias a vos por tanta literatura buena.
ResponderEliminarEste es un texto muy triste, pero te mete en la mente de un hombre enfermo, es maravilloso!!
Sabri
Cuántos ex-hombres y ex-mujeres sentados en sillas que crujen o no siguen viviendo como si no existieran? Hasta que un día aparecen sus cuerpos inertes tirados en cualquier rincón de sus no-casas o de cualquier otro no-lugar, y entonces los "hombres y mujeres" se dan cuenta de que ni se habían enterado de que estaban allí, y ahora es cuando los observan y se preguntan que cómo es que podían estar así, o que cómo era siquiera que eran o estaban... Las sillas crujen pero hay demasiados oídos sordos.
ResponderEliminarBiquiños!!!
Por cierto, la foto actual del cabecero del blog no es Bs.As. ¿verdad? ¿puede ser algún lugar de alguna isla británica...?
me encantó lo que publicaste!
ResponderEliminarFelices Pascuas!
hahaa humberto!!
ResponderEliminarme encantó el relato, será así estar loco e inerte? a veces pienso en cómo sería, y me dan escalofríos! te admiro por como entraste en la vida de ese hombre, que quizás ni sepa de tu historia, pero en el fondo si está reflejado! xd
Sobre tu libro WOOW! no he parado de leerlo! me encanta, he aprovechado cada tiempo libre para disfrutar de un cuento a la vez! porque cada uno deja ese mensaje que te hace refleccionar...
Cuidate mucho! y Felices pascua! ojalá que recibas muchos huevitos! xd ejje...
Beita :)
Vertiginoso. Asi sentí el relato. Vertiginosa es la vida. Definitivamente no quiero ser un ex-hombre. En mayo, nos veremos. Felices huevos!
ResponderEliminarPufff!!! Tremendo post.
ResponderEliminarCreo que tocaste un tema al que
le tememos todos.
El deterioro, el dejar de "SER" para afuera y seguir "SIENDO" dentro de nosotros.
El miedo a perder la dignidad de disponer de nuestra vida. Linda, fea, genial o mediocre, pero NUESTRA.
Impecable como siempre amigo!
Nos vamos mañana por unos días, y no podía dejar de pasar por aquí y volverte a felicitar por el libro.
Te dejo un beso enorme y nos estamos viendo a la vuelta.
P/D: No te vayas a dar un atracón de chocolate, vale? :)
Muy intenso tu relato, Humberto, de realidades escrito.
ResponderEliminarY con la maravillosa obra de Van Gogh,forman un complemento muy especial.
Abrazos!
Excelente relato!
ResponderEliminarGracias a vos y felicidades!
Un beso
Buenísimo tu cuento, como siempre, este tiene un dejo de amargo sabor a locura que a la vez que duele, asombra, asusta, enternece, y sobre todo invita a reflexionar si al final no deberíamos reflexionar tanto, si sólo se trata de un ex hombre y de una silla de Van Gogh...
ResponderEliminarAbrazo! Mañana me entero sobre tu libro y veo dónde se lo puede comprar. Estaré en el evento.
Excelente cuento como siempre, con un dejo amargo a locura, que duele, asombra, enternece y hace reflexionar, reflexionar que no debiéramos reflexionar tanto a ver si termino siendo una ex mujer (que en otro sentido ya soy jaja!!) y sólo por una silla... pero vale la pena! es la de Van Gogh...!!
ResponderEliminarMañana estoy en el evento y compro el libro. Beso. Melan.
Hace poco alguien me dijo que era agnóstico. Y creo que eso es lo que soy, aunque cuesta meterse en una "clasificación". Pero jamás voy a ser fanática de nada, ni de una religión ni de un dios ni mucho menos de un político!!! Comeremos huevitos, los que podamos comprarlos...
ResponderEliminarHumberto, conozco a Don Enrique, me lo hiciste conocer en unas líneas y es como si lo conociera de toda la vida. No a cualquier ex-hombre, sino a éste, al tuyo. Desde adentro, como vos lo intuiste. Desde su silla de paja, con pipa y tabaco. Me emocionaste. Papá fumaba en pipa y su silla sería de paja. Por suerte no llegó a ser un ex-hombre. Es excelente, Van Gogh te lo agradecería!
Esa silla me llevó a Vincent desde el primer momento pero tu relato me desgarró el alma. para mí hoy es día de repensar y los huevos de chocolate para el domingo. Gracias Humberto por hacer que este día haya cumplido mi objetivo. Abrazo y mucha Paz para vos.
ResponderEliminarla descripciòn de la decadencia de la carne y del espìritu es terrible , es magistral es verdadera;
ResponderEliminarme pregunto si el alma de un hombre es la misma que fue en pasado...
un abrazo y felicidades
Blas
Qué doloroso puede llegar a ser ése pensar lo que pudo ser y no ha sido que tan magistralmente relatas, tan doloroso, como poco recomendable ejercicio, pues depende de cómo, te puede hundir en la mayor de las miserias interiores.
ResponderEliminarSaludos, y buenas fiestas. Un abrazo.
"lo que pudo haber sido y no fue", me ha remontado a Italo Calvino...
ResponderEliminaramigo, este texto es muy fuerte y triste, descrito con la maestría que te es habitual.
un abrazo, que disfrutes, como yo, de los huevos de Pascua!
Realmente conmovedor. Has captado a la perfección esa atmósfera en la que un "ex hombre" está envuelto.
ResponderEliminarTriste reflexión, pero muy sabia.
Un saludo!
Si de algo estoy completamente segura es que Vincent estaría fascinado de haber inspirado estas letras...
ResponderEliminarMe encantó la definición del dolor sin dolor, cruda y real...
Muy bueno Humber...
Besote
Siento decirlo pero soy una persona, como dices en tu relato"aseptica". Ese es mi trabajo, el cual intento realizar con todo mi amor.Perversa no soy, pero si me siento inutil muchas veces ya que no hay quién le gane la partida a la muerte, solo puedo procurar que se sientan cómodos, y que no les gane terreno el abandono personal y mental en el que se sumergen la mayoría de los seres humanos en esas circunstancias de su vida.Otras veces pienso que por lo menos acompaño en sus últimos momentos a personas que están solas y en ese momento tienen una mano amiga que les acompaña en ese trance.
ResponderEliminarReflexiones personales a parte, me ha encantado tu relato y creo que expresas muy bien el sentimiento del ex hombre como tú le llamas.
Saludos
Siempre me he preguntado si la mente se dará cuenta y es capaz de sentir, lo que pasa a su alrededor , la alegría o la tristeza, cuando veo a la gente que está ”ausente” en su mundo que te mira pero que no te ve. Que pensaran? Espero que realmente estén tan “perdidos” en su mundo que no sean capaces de darse cuenta de nada…si no seria terriblemente injusto y triste.
ResponderEliminarGenialmente “loca” esta entrada. Un abrazo desde mi silencio. Esstrella
Querida Rosa:
ResponderEliminarSi lees en mi perfil, vas a descubrir que yo también soy un "aséptico" y tampoco soy "perverso", pero eso nada tiene que ver con la ficción del texto. No se trata de una crítica a nadie, sino de un hecho artístico... al menos eso intenté. Cada semana intento que no relacionen los textos con mi opinión o con la vida real, pero cada vez es más difícil.
Por suerte, digamos, esta vez no han creído que era el "ex hombre" (no todavía).
Muchas gracias por tu comentario.
Humberto
Solo tengo una palabra que expresa mi sentmiento hacia el protagonista "!Pobre!" Me apena de verdad...¿De dónde sacaste el nombre y porqué Enrique? ¿Tiene alguna explicación?
ResponderEliminarUn beso, Humberto, te deseo éxitos con tu libro.
Pat: Enrique fue el primer nombre que vino a mi mente... no, mentira, pensé dos antes, pero eran nombres de personas de suelen pasar por este espacio y tuve miedo de que pensaran que podía estar relacionado con ellos. ¿Has visto cómo es? Al menos esta vez nadie dijo "Humberto, deberías sentirte mejor en la clínica".
ResponderEliminarEspero que ningún Enrique se sienta tocado.
Besos.
Lo he disfrutado Humberto!...
ResponderEliminarFicción y realidad, a veces la línea es tan delgada...
Un fuerte abrazo!
Muy buena y desgarradora descripción del dolor. Tu uso de las metáforas y del léxico es excelente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Perdona mis palabras, no me he sentido atacada personalmente, entiendo muy bien que es un relato y que es una licencia del autor.
ResponderEliminarSolo quería expresar mi opinión sobre un trabajo que me encanta realizar.
Sigo diciendo que tu relato es muy bueno.
Seguire leyendote .
Rosa
Tremendo!! Qué bueno, Humberto, me heló el alma, sobre todo esta frase: "Porque cuando al dolor le quitan el dolor, todo se vuelve algo horrorosamente neutro..." Genial.
ResponderEliminarAbrazo
J&R
Excelente! y que triste Humber... Me hace pensar en lo inevitable, en el abandono, la antesala, las veces que repasaran la muerte en sus mentes.. lo que no controlamos, el destino común, lo que hay que olvidar para poder vivir..
ResponderEliminarMe encanto! Un abrazo grande!
Hola Humberto! un placer saludarle y le felicito por su trabajo. Desgarrador relato este.
ResponderEliminarQue pase unas Felices Pascuas.
Un abrazo.
Hola, Humberto:
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte por mi rincón de literatura :)
Aquí vengo a devolverte la visita. ¡Y me he encontrado con un blog estupendo!
Me gusta mucho como escribes :)
Un saludo,
El rincón de los sueños perdidos
Todos vamos camino de ser ex-hombres o ex-mujeres... sentados en una silla mojando magdalenas en té con leche.
ResponderEliminarEscalofriante relato.
Un beso azul
Solo se puede hablar de dolor si se conoce y cuando es permanente una oscuridad te persigue y te deja apartado de todo hasta de la vida.
ResponderEliminarPero el dolor que peor se puede soportar es el de ver a los tuyos sufrir por ti, sin saber que hacer, las demás personas pasan a tu lado y no entienden, no saben que pasa.
Es un placer leerte, muchas gracias.
Besines
Hola Humberto :
ResponderEliminarSiempre es grato venir a tu espacio y leer tu creatividad a flor de piel, esa foto bebiendo algo que no sé que es, inspira, y se me antojó también. Un beso felices días.
Hola. entrè por recomendaciòn de un amigo, me parece un blog que desborda creatividad, leì varios cuentos y cada unos se destaca por la idea. no tengo blog, pero puedo pasar cada tanto.
ResponderEliminarun abrazo amigo desde Uruguay.
Andrès
Me encantó el relato, en especial el el término "ex hombre" ¡Muy original!
ResponderEliminarAh, ¡¡¡felicitaciones por el libro!!!
Enternecedor y a la vez amargo.
ResponderEliminarNos lleva a la locura y al asilo...
Un besote.
Hagamos encuentro!!!!!!
ResponderEliminarPonemos una fecha, tipo viernes 20 de mayo o el 13, dá lo mismo y comunicamos, el que puede y quiere que venga... Un lugar céntrico y no demasiado caro para que puedan venir todos los que quieran sin tener que pensar si pueden pagar o no, y listo!!!!!!
Hola Humberto, cuantas sillas ha visto crugir! creo que este es nuestro destino: si llegamos ha oxidarnos tanto.
ResponderEliminarHa lo largo de la vida cuantas vezes nos hemos visto en esta silla,con las manos temblorosas cayendote la sopa de la cuchara,sondeado y con halor ha orina. El que ha sido orgulloso, sigue siendo orgulloso, el que ha sido humilde: sgue siendo humilde.
Supongo que cada uno ya tendra su medida. Un abrazç
Buenas Humberto! lo primero de todo, es un honor que hayas pasado por mi humilde blog y hayas dejado tu pluma allí, muchas gracias y es un placer tenerte como seguidor.
ResponderEliminarReferente a tu texto "Ex-hombre..." quiero decirte que me emocionó leerlo porque debe de ser terrible esa situación cuando tu cuerpo no te obedece pero tu cabeza esta intacta. En seguida me he trasladado mediante tu escrito en un asilo, donde un montón de personas mayores son ex-hombres sentados en una silla que cruje... gente con historias preciosas, con vivencias extraordinarias, con altisimos conocimientos pero que pasan sus últimos días con la sensación de vacio. uffff
Decirte Humberto que nuestra familia también es de chocolate,jeje.
Por el momento no me llegó tu obra, en cuanto la reciba tranquilo que te informo, así tu puedes calcular lo que se tarda.
Y bueno invitado quedas si vienes por España a mi casa, en Alicante.
UN besazo y hasta tu próxima entrada. Cuidate!
Profundo, tan sumamente real que asusta. Llegar a este punto en un ser es terrorífico y no se que será mejor si sentarse a esperar entre la cacofonía de los sonidos de iguales a tu alrededor o no llegar nunca.
ResponderEliminarBesos
Perdieron la razón temiendo perder el cuerpo sin darse cuenta que todo ya estaba perdido desde mucho antes.
ResponderEliminarSaludos.
A medida que iba leyendo, imaginaba la cara de Don Enrique. Quizás, en un futuro no muy lejano, vea algo así. El dolor propio no es bueno, pero es más soportable, al menos para mí, que el dolor ajeno. El que te hace sentir impotente, el que hace que te escondas para exprimir tus ojos, el que siempre nos rodea y muchas veces no sabemos o no queremos ver. El dolor más real. Aquel que sangra sin manchar....
ResponderEliminarGran relato Humberto!
Siempre logras captar nuestra atención.
ResponderEliminarUna persona que está en ese estado, pienso yo, que el mundo gira a su alrededor sin que le perturbe absolutamente nada.
Abrazos
El concepto de ex hombre me parece algo genial. Pocas cosas hay mas tristes. Y Van Gogh... y tu texto... muy linda combinación amigo Dib. Un abrazo!
ResponderEliminarSiempre es un placer pasar a leerte,
ResponderEliminardisculpa la ausencia,
deseo tengas unas felices fiestas.
un abrazo.
Estimado Humberto.
ResponderEliminarPaso a dejarle mi abrazo y mis mejores deseos para estos días.
Gracias por compartir su interesante texto.
Carmendy
Estoy llorando es que el hombre que amè va a ser papà y en definitiva fue una de mis deciciones no verlo nunca màs no escucharlo no hablarle y hacer cada uno sus vidas sòlo que èl si supo como y yo no. Y ahora pienso me robaron una parte de la vida o no? al fin y al cabo dicen que el amor verdadero es sòlo uno :/
ResponderEliminarHola Humberto.
ResponderEliminarFelicidades por tu nueva obra, que tenga una luz que alumbre y ayude a disfrutar de su lectura.
En cuanto al "Ex hombre..." Creo que es tan real que nos sucede a diario, tal vez, no en su totalidad pero ya sabemos que nada es completo, somos mitades. Comparto esa parte individualidad que nunca podemos hacer partícipe a los demás y son esos momemntos cuando los Enriques del mundo, nos sentimos solos con nuestras cuitas o sensaciones , a veces, tan reales que - valga la dedundancia- arañan la realidad.
Enhorabuena Humberto, muchos éxitos para ti, pero sigue contando lo que pase por tu mente. Te leemos.
Un abrazo.
Aloe.
Humberto, me ha encantado y me ha dolido hasta el alma, cuando hasta el libro se le ha cido.
ResponderEliminarMiedo me da solo de pensarlo, que un día pueda ser la ex-mujer.
Cuando estamos bien parece que a nosotros nunca nos van a pasar esas cosas.Que mentira mas grande, esta vida es una loteria , si te toca el boleto equivocado...... te ha tocado.
BESOS
Increible como nos llevas en este relato....
ResponderEliminarun abrazo
Es tan duro este relato y tan real al mismo tiempo. Cuantas personas sufren esa realidad horrorosa, sin tomar conciencia que todos y en su momento..no vamos a poder sostener ese libro.
ResponderEliminarCariños Humberto.
¿Qué peor cárcel que la de uno mismo?
ResponderEliminarTremendo texto, Humberto, y como siempre, de perfecta factura.
Un abrazo.
Humberto.
ResponderEliminarEs un relato de extremo realismo. Hay ciertas cosas que hay que tocar con cuidado, la vejez, la muerte, pero vos lo hacés con las palabras del profesional y del escritor unidas en una sola persona.
Te mando un besote. Caro
cada dia sorprendes más con tus textos enhorabuena
ResponderEliminarPobre D. Enrique, por dentro atormentado, por fuera a la vista de todos decrépito y desvalido. Parece la vejez o enfermedad hecha pesadilla. Esperemos que con nosotros sea benévola la decadencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si a ese dolor le quitan el dolor, él no podrá sentir, ese es el miedo que implantan las prácticas neuropastillas como las menciono en AMIGO ALEMÁN publicado en http://enfugayremolino.blogspot.com/search/label/x%20PSIQUIS%20Alzheimer%20Atenci%C3%B3n%20Dispersa%20Anorexia
ResponderEliminarNo es un ex hombre, es el resto del hombre que quieren ver y al que ponen de rodillas y degradan haciéndolo objeto. Disfrazan de casas de retiro a los depósitos de ancianos que, en la mayoría de los casos en Argentina son la sala de parto de la morgue, elegida por los parientes cercanos,léase herederos.
Todos miran para otro lado, entonces,escribí En silencio... http://enfugayremolino.blogspot.com/2011/02/en-silencio-el-dolor-de-un-padre.html
SALUDOS
Tuve ganas y me pase por acá
ResponderEliminarsaludos desde España
Humberto
El tiempo hace de todo ser un EX...
ResponderEliminarLa vida se convierte en EX...
El presente se pierde también en un EX...
Todo es así excepto la belleza, que cambia de lugar y de luz pero persiste aún en alguna sombra de la mente del ex hombre sentado en la silla que cruje.
Un gustazo leerte, hombre ocupadísimo y delicioso.
Un beso.
Bueno este relato a mi personalmente me produce tristeza y sentimiento de soledad....pero como siempre admiro tu forma de relatar y escribir...nunca hablas de tus premios literarios...un abrazo..fus
ResponderEliminarMuitas vezes a ficção se mistura com a realidade e a nossa mente se embaralha com alegrias e tristezas que nem sabemos de onde vêm. Ou pensamos que não temos consciência.
ResponderEliminarComo é fenomenal o seu talento com as palavras... um texto que encanta, apesar do conteúdo um pouco triste.
Um beijo enorme, Humberto.
E vida, muita vida!
( ),,( )
(=':'=)
(,,)♥(,,)
Hola me gusta tu blog, muy interesante.Te sigo.Saludos.
ResponderEliminarMuy hermosa entrada, me ha encantado. Felices fiestas y delicioso el chocolate. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarUn relato triste pero tan bueno como todos. Hoy en una de esas grandes librerias de Madrid ojeaba un libro de cuentos en tres lineas y pense en encontrar algún día tus cuentos en esos estantes.
ResponderEliminarEspero que sea pronto.
Un abrazo.
Duras palabras para un retrato no sé si de la enfermedad o de la vejez o de ambas cosas. Debe ser difícil adivinar cómo se debe sentir el que camina entre la vida y la muerte. Gran escrito.
ResponderEliminarUn saludo
La inspiración pasa desde unos a otros. Es genial sentir el arte de unos para crear el propio.
ResponderEliminarMe ha gustado el texto. Un gran abrazo Humberto. Sí, he vuelto a esto de los Blogs... estoy preparando algo un tanto especial.
el ex hombre.
ResponderEliminarbuenisimo.
hay caray... cuando al dolor le quitan el dolor, pero no creo que lo que yo pueda opinar aquí es importante, este blog me sorprendió desde que lo abrí y entonces vi tal cualidad, tu imagen en pantalla espectacular, sobre el nihilismo, me reí un poco y de pronto todas esas palabras, que me gustan y me causaron introspección, quizá sea una más que leeran tus palabras, pero... me gusta.
ResponderEliminar=)
Saludos y mucho gusto.
La vejez desgarra por dentro, sobre todo si eres consciente de ella.
ResponderEliminarQué buena entrada, qué real, casi pude ver a Enrique.
Besos Humberto.
Ay que dolor de corazón al leer hoy tu texto, me da lástima ese ex-hombre, yo creo que no deberían existir esos ex-hombres, esta sociedad debería hacer que jamás se perdiera la dignidad y no se sintiera ese dolor..., tenemos adelantos solo necesitamos colocarlos donde el ser humano más lo necesita.
ResponderEliminarBesitos.
Estupendo post el que nos has dejado. Un placer haberme pasado por tu casa.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Inquietante. Mucho para ser domingo.
ResponderEliminarcuando al dolor le quitan el dolor, todo se vuelve algo horrorosamente neutro.
ResponderEliminarEl dolor nos recuerda que aún estamos aquí, aunque solo lo sepamos nosotros, aunque para los demás sólos seamos un bulto que mover de una sala a otra.
Me llegaron tus palabras, me rompe pensar en tantos hombres y mujeres sentados en otras sillas, pero igualemente atrapados en cuerpos dolientes y almas desoladas.
Trepidante y circular microrrelato. Hay libros pretenciosos que no consiguen expresar tanto, Te felicito.
ResponderEliminarMi estimado Humberto: Esta semana has subido un texto hombre, pues, que a todos nos afecta, ya que algún día correremos el riesgo de ser ex hombres. Oye, espero que nuestra vida nos ayude a no llegar a ese punto.
ResponderEliminarDolió, tío, te lo aseguro.
Un abrazo desde Madrid.
Pedro.
Esa imagen en que se agarra del libro desgajado que descansa en su regazo es realmente impresionante.
ResponderEliminarTerrible imagen.
Me ha impactado.
Saludos.
Hola: los relatos en este sitio son excelentes pero me parece que todo está armado SOLO para los que tienen blogs, yo no poseo blog pero me gusta la buena literatura. Creo que deberías ampliar tus miras para los otros lectores.
ResponderEliminarRealmente, tendemos a situarnos en la mente y en el sentir de ciertos "desvalidos", más bien como válvula de escape, ya que solo ellos pueden saber lo que por sus mentes y sentimientos concierne. Interpretaciones de miradas perdidas, de gestos cansinos, de vidas agotadas a destiempo permaneciendo el cuerpo presente. Símbolo de lo material. Nos situamos en su interior como entreno a un futuro incierto. El peor de los horrores, el de la pérdida del pensamiento.
ResponderEliminarUn saludo Humberto. Seguiré leyendo con calma. Un gran blog, parece. Con muchos seguidores y comentarios. Síntoma de calidad (aunque no siempre vaya a la par)
esta asturiana admiradora te da infinitas gracias por concedernos el honor de ser testigos de tus bellisimas, profundas y sublimes letras nacidas de un alma magna y sensible de escritor y poeta, un besin muy muy grande.
ResponderEliminarEx hombres y sillas al unísono, meditaciones en el aire y una carga difícilmente soportable. Un duro final. Sin duda en este relato te has superado. Para mí de todos los que he leído, este es tu mejor relato.
ResponderEliminarun abrazo
Humberto, hoy he entrado a este blog a través de tu entrada en el blog de mi amigo Cormorán (foto-relatos). Yo garabateo poemas, o eso intento, pero me encantan tus últimos microrrelatos (de momento no he leído más...). Un placer saludarte.
ResponderEliminarUn buen relato para un buen cuadro.
ResponderEliminarSon muchos los que, aunque están vivos, no viven.
Un abrazo
Aupa Humberto!
ResponderEliminargran gran relato!!
por cierto, para decirte esto, he tenido que bajar mucho, no es que tengas muchos comentarios, sino que además son muy largos!! jajaja
Un abrazo!!
Me gustó mucho el relato :) Las sensaciones que transmite (a mí, por ejemplo, me provocó un... ¿cómo decirlo? ¿pánico? no sabría definirlo) y cómo está escrito :)!
ResponderEliminarMe gustó, aunque el hombre me dio bastante pena u_u
A mí también me ha encantado tu blog, gracias por leer el mío. Ser escritor es uno de mis sueños, y es lo que me inspira siempre para intentar escribir un poquillo. Por cierto, ¿de verdad eres neuropsicólogo? Estudio Psicología y esa es precisamente la rama que quiero estudiar al terminar :)
ResponderEliminarEl relato me ha tocado un poco, porque hace un par de semana tuve que estar un par de noches en el hospital también :S
Saludos!
todos nos convertiremos en exhombres, tarde o temprano pasaremos al estado vegetal, en el que alguno ya se encuentra y no lo sabe
ResponderEliminarDesde mi archivo, quiero expresar mis más sinceros augurios de felices pascuas.-
ResponderEliminarThony caro.-
(Medito sobre todo lo que pudo haber sido y no fue) Mi pan de cada día...
ResponderEliminarGrande, grande todo lo que he encontrado aquí.
Un abrazo.
Vuelvo para volver sobre un solo punto, te dije que me hiciste conocer a Don Enrique como vos lo intuiste. Intuir según el diccionario es: "Percibir íntima e instantáneamente una idea o verdad, tal como si se la tuviera a la vista".
ResponderEliminarYo me pregunto cómo hacés para percibirlo y transmitirlo de esta manera. Alguien dijo que es tu mejor relato, puede ser. Hay otros también increíbles como Na Vandru y muchos más. Pero éste es de los que van directo a los sentimientos, de los que te hacen meter adentro, muy adentro, no sé bien dónde.
Hola Humberto, excelente y desgarrador. Si bien tus relatos son de ficción, también son un reflejo de la vida real y has logrado hacernos ver a través de la mente de Enrique. Triste tal vez para nosotros, el enfermo se dará cuenta?.
ResponderEliminarBuena Semana!
Besos
Al final nos convertimos como la silla desvencijada... terminamos con los huesos crujiendo.
ResponderEliminarTe dejo muchos saludos.
Muchísimas gracias por visitarme y por tu comentario Humberto, siempre es un placer, la verdad es que tu blog también me ha gustado mucho, me encanta este tipo de lectura, voy a seguirlo desde hoy semana a semana, un saludo!!!
ResponderEliminarJorge Maseda
Gracias por pasarte por mi blog, y por comentar. Me ha gustado tu forma de narrar, es cuanto menos, curiosa. Te iré leyendo. Saludos.
ResponderEliminarHumberto, que duro es ser artista,¿ verdad ?
ResponderEliminarMe has emocionado, maestro.
Hola. Una pequeña dosis de humor con lo del nombre del protagonista del relato...jaja. Hiciste bien en desechar toda semejanza.
ResponderEliminarSe vive, si, puede una imaginarse al pobre señor. Tal vez fue un hombre sensible,que tuvo sus ilusiones y al que la vida no le deparó muchas satisfacciones. Tal vez el misterio de un suceso grave en su historial...
En fin, que este relato no desmerece de los demás. Un saludo.
Un estupendo relato, triste, desgarrador, pero muy humano.
ResponderEliminarUn abrazo
No se me ocurren muchas variantes de impotencia que sean tan terribles como esta que describes, querer hacer, seguir soñando, y depender de todos para todo, terrible futuro, uno que nadie quisiera.
ResponderEliminarMuy bien descrito, Humberto, un abrazo para ti y buena semana!
Humberto, la manera en la que escribes es como si tú mismo supieras lo que es vivir así, con tus palabras me llevas a imaginar lo que tantas personas llegan o llegaron a sentir, y es impactante.
ResponderEliminarsaludos
Me habría gustado decir más
ResponderEliminarpero tus numeros son mucho para mi.
Son como el anonimato.
AOC.
Hola Humberto, muchas gracias por pasarte por mi blog y quedarte, encantada de conocerte.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho lo que he leído, así que también me quedo y te iré visitando.
Saludos,
Bet
Llego por casualidad como todo en la vida a tu página, blog o como queramos llamarlo y me encuentro a un escritor que me gusta. He leido varios de tus post, capítulos o apartados...como diablos queramos entenderlo y me arrastra lo que escribes...motivo por el que te incorporo en mi blog a ese punto en el que cada vez que publiques te encuentre para leerte...Creo que eso satisfará tu vanidad de escritor...porque todos los que emborronamos papeles o pantallas, tenemos un punto de vanidad, injustificado, pero cierto...Un fuerte abrazo desde la vieja españa de -azpeitia-
ResponderEliminarImpresionante relato amigo, crudo y realista...
ResponderEliminarSiempre un placer visitarte...
Tienes un regalo en mi blog…
Muackss!! ;-)
No me imaginé a un loco, sino a un viejo. Después lo descarté porque cuando estemos viejos la naturaleza compasiva impedirá tanta claridad en los pensamientos.Sea viejo o sea enfermo, igual sigue siendo un hombre, no le quitemos esa dignidad. Quiero creer que la vejez y la enfermedad no nos hacen indignos, solamente confirman que somos humanos.
ResponderEliminarUn relato muy bueno, como lo son todos los tuyos. Un gran abrazo.
Me hacés pensar y eso no es bueno.
ResponderEliminarLe hago quiebre de cintura a la reflexión, doblo en una esquina oscura y me la vengo a encontrar por acá? y encima de la mano de la emoción, no es justo!
Un abrazo!
Hola Humberto, ya te sigo. Que blog tan magnífico que tienes. Te felicito. GRACIAS por seguir tmabién mi blog. Te invito a otro que tengo con el nombre de Magica Hilda, en ese tengo puestos, mis poemas y relato. Se llama magicahilda.blogspot.com. Ah, también me he hecho seguidora tuya con ese perfil, me veras por una muñequita pelirroja. Un cordial saludo.
ResponderEliminarI think this article is useful to everyone.
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