Eran las 2.15 de la madrugada, aunque bien podrían haber sido las 2.50 o las 3.40 o... Había tenido un sueño intermitente.
-Doctora Leiva, domicilio- chilló el parlante dentro del cuarto de los médicos. Se quitó las mantas de encima y se levantó con presteza, pues ya estaba vestida. Tomó el tensiómetro y el estetoscopio, y fue hasta la recepción.
-Deberían poner sonidos diferentes para cada uno de nosotros, me despiertan cuando llaman a la obstetra, me despiertan cuando llaman a la radióloga, mierda… bueno, ellas también se despiertan cuando me llaman a mí- monologaba por el pasillo de la clínica.
La doctora Leiva odiaba las guardias de fin de semana. A los 55 años sentía que ya no estaba para esos trotes, pero el dinero extra le vendría muy bien. Esos ahorros serían el símbolo de una nueva etapa que iba a comenzar ese mismo día: Cumplían siete años de… Y él le había prometido que tal vez…
Nadie podía decir que ella no tuviera paciencia, el tamaño de su paciencia sólo era comparable con el del amor que sentía por ese hombre.
-Ya van siete años que estamos en esta situación, si éste se animara de una vez por todas…- murmuraba -además, esa Leonor, ¿qué le encontrará a esa Leonor?, si debe ser una bruja… una bruja neurótica.
-¿Qué?- le preguntó la recepcionista.
-Nada, nada, estaba hablando sola.
-Perdóname que te haya despertado, pero parece que es bastante grave, hay que apurarse, la ambulancia ya está esperándote. Es en la calle Venezuela al 1100.
-¿Venezuela al 1100?
-Sí, Venezuela 1132, 4º D, ¿por qué?
-No... por nada, está bien- pero algo no estaba bien, era Leonor o era él, no había otra opción -Por Dios, ¿cómo diablos pueden darse así las cosas?- iba mordiendo las palabras mientras se dirigía al vehículo.
Cuando llegó al lugar, ya había fallecido. Fue ella quien tuvo que constatar su deceso. Fue su letra la que completó el certificado de defunción. Ni siquiera pudo llorar, tuvo que resignarse a ver cómo lo acariciaba su esposa. Entonces quiso tener las manos de Leonor, esos dedos, para arrancarle la alianza que, con su brillo dorado, parecía burlarse de su desgracia.
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios dejados para “Sueños verdes”, les aseguro que muchas de las interpretaciones que hicieron, superaron mi imaginación. Nunca deja de maravillarme cómo la última palabra la tiene el lector. Cuando lo escribí, no supuse que hablaba de un sueño, ni que ‘ella’ fuera un gato… y menos aún que yo fuera el sujeto del sillón. Estoy sorprendido y eso me agrada.
Les deseo un muy buen fin de semana a todos.
Un cariño.
Humberto.
Hola Humberto. Gracias por tus amables palabras respecto a mi blog. Por supuesto que visitaré el tuyo. Tiene muy buena pinta. Un saludo
ResponderEliminarEs una historia muy triste, Humberto, me dejó un poco afectada, creo que es porque como mujer no me gustaría ser esa doctora.
ResponderEliminarMagnífico relato.
Caro.
Estoy de acuerdo con Carolina.Qué impotencia.
ResponderEliminarMuy buen relato, Humberto!
Terrible Dib. Insisto, tus escritos no nos hacen leerte, nos llevan de paseo.
ResponderEliminarMuy bueno!
Hola! un placer leer tus escritos, te invito a conocer mi blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
Uyy...qué fuerte este relato de la médica, corto pero fuerte. Qué bien escribís Humberto, unas pocas líneas y armaste enseguida algo que atrae y no deja irse hasta terminar. Muy bueno. Un abrazo.
ResponderEliminarPerfecto el desenlace. Todo encaja como en un puzzle.
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces el papel "de la otra" es muy còmodo, incluso da cierta sensaciòn de libertad, pero para ello, se necesita no ambicionar ser la esposa, porque se pasa mal...
ResponderEliminarexcelente...pero eso ya lo sabes...
saludos
hola humberto.
ResponderEliminarexcelente historia, como medico ha de ser triste que se muera el paciente. asi es la vida.
recibe un fuerte abrazo
Hola Dib, qué triste historia. Cómo lográs que me enganche en todas tus historias. Me encantan! Te felicito. Un beso.
ResponderEliminarHola Humberto, que triste y cuanto sentimientos juntos, no me gustaría estar en sus zapatos.
ResponderEliminarGracias por honrar mi humilde sitio con tu visita y tus palabras!!
Te sigo leyendo!!
Hasta pronto!!
La amante siempre se queda en segundo plano y no puede demostrar su dolor porque las buenas conciencias se lo impiden.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vaya palo Humberto. Muy bueno el relato, eficaz e impactante. Por un momento esperas que sea ella... En pocas palabras consigues que el lector empatice con la doctora Leiva.
ResponderEliminarUn saludo.
Excelente relato, impactante. Nos mete prontamente en una historia de vidas cruzadas, amor einfidelidad.
ResponderEliminarBueno bueno.....salimos de los sueños y nos vamos a la realidad cruda. En mi opinión es uno de los mejores que leí por acá. Es menos poético, menos sugerente pero tiene una potencia increíble.
ResponderEliminarAbrazo Humberto.
Hola Humberto! Sabès que es lo que me gusta de los buenos escritores? Que a pesar que en algunas ocasiones uno puede intuir el discurrir del texto, el placer reside en degustar la forma en que el autor elije enlazar los eslabones de la cadena. Por eso te considero uno de los mejores orfebres que tengo la suerte de conocer. Great Mr Dib! See you soon! xxx
ResponderEliminarMuchas gracias a todos, con toda sinceridad.
ResponderEliminarBee: Acabo de responder un mail al respecto. Desde el momento en que comencé a escribir el relato, quise que el final fuera previsible, para que, esta vez, mi propósito, mi desafío fuera lograr que toda esa previsibilidad cayera, con todo el peso, sobre esas manos, sobre esos dedos, sobre ese anillo.
Si lo logré, no sé, eso es otra cosa...
Un beso.
Humberto.
Desgarrador. Como una punta de lanza que ahonda en el alma.
ResponderEliminar¡Un fuerte abrazo te sigo leyendo estimado Humberto!
Eres recontra fenomeno Humberto, que estilo para narrar, me sorprendes cada dia, felicitaciones, un abrazo
ResponderEliminarBravo Humberto. Sin duda la belleza de tu relato reside en su tristeza y en la esperanza de la doctora que ahora se convirtió en un suspiro.
ResponderEliminarPor cierto me gustó la frase de los colegas de esta semana, de ese tal Antonio, jejeje. Me alegro te gustara mi fragmento 29.
Un abrazo.
Me encanta la forma de decirlo. Escribes muy bien Humberto, es un placer adentrarse en la lectura de tus narraciones. Me encantó. Felicitaciones por ello.
ResponderEliminarMuy bueno y con un desenlace a toda orquesta, me encantó.
ResponderEliminarSaludos
J&R
Que buen relato he quedado sin aliento, tienes muy buena pluma!
ResponderEliminarHOLA HUMBETO : UN RELATO SIN DESPERDICIO Y GRATIFICANTEMENTE BELLO, GRACIAS POR VISITARME Y DEJAR TU CÁLIDO MENSAJE.-
ResponderEliminarUN GRAN ABRAZO
Humberto:
ResponderEliminarCada semana 1 o 2 veces disfruto de tus textos. Lo que más me gusta de tu literatura es que no es repetitiva, hay blogs que siempre hablan de tristeza o de terror o de sexo, vos hablás de todo eso y mucho más, pero siempre se nota que son tuyos, que es tu estilo.
Un besote de tu fiel seguidora. Sabri
Te prestas a muchas interpretaciones. En eso nos parecemos, salvando las distancias, porque tú ya eres un consumado y yo un advenedizo. Buen día.
ResponderEliminarBuen relato. La vida te da sorpresas... Abrazos
ResponderEliminarHumberto como medica , la angustia y el dolor que se apodera de Ti.. ante la inevitable muerte de un paciente.. te aseguro que no hay lugar para tus pesares ni tus
ResponderEliminarimpaciencias. Cuesta mucho desprenderte del desgarro de tal perdida y del dolor de sus seres amados.. cuesta mucho !!!
Cariños Amigo. Emy.
En qué pocas líneas se puede armar una historia de un matrimonio que no va a deshacerse, de una amante que lo comprendió pero no quiere alejarse y de un hombre al que tal vez la irresolución llevó a la muerte.
ResponderEliminarQue historia más sensible...
ResponderEliminarCada uno por su lado. Cada quien con parte de la historia, con parte de una verdad.
Y has tratado el tema bastante respetuosamente.Eso me ha gustado mucho. El respeto.
Pasa un buen fin de semana,Humberto.
Un texto contundente. Un texto para una taza de café, un cielo despejado y mucho tiempo para pensar
ResponderEliminarPerdona mi sinceridad, pero no la puedo evitar, y mucho menos con alguien a quien aprecio. El relato en en exceso ficticio y poco elaborado, muy lejos de que acostumbras, y que tanto admiro (opinión personal).
ResponderEliminarSiento ser tan duro, pero es porque me gustan mucho tus relatos, y éste me ha defraudado. Creo que puede llegar más lejos.
Saludos, y un abrazo.
Humberto, amigo, has pintado un cuadro de tristeza esta semana, sin dudas que hay mucho dolor en tus letras, por suerte sabemos que es ficción, sin embargo tú sabes que la realidad supera a la ficción y que estas situaciones se dan.
ResponderEliminarPues, tío, que nos has dejado con un sabor un poco amargo este viernes.
Me ha sorprendido algo de los comentarios y quería decirlo, si me permites. Acabo de leer que Carlos considera que tu relato no alcanza tu nivel y unas personas atrás Dany te dice que es de lo mejor que ha leído aquí. Eso sí que está bien tío, es una cuestión de gustos y es excelente que lo respetes. Lo que me ha quedado claro es que hay de todo en tu viña, Señor!
Un abrazo desde Madrid.
Pedro.
Hola!!!
ResponderEliminarAhh me gusto, ha de ser feo estar en esa situacion, una mezcla de emociones D:
Cuidate mucho que andes bien
byE
Buenas noches
ResponderEliminarPaso solamente para darte las gracias por tus bellas palabras en casa y a la vez, desearte un bello fin de semana.
Una historia triste amigo..
Un abrazo de lindos sueños.
De una dureza terrible,pero es la realidad¿verdad?
ResponderEliminarBesos.
Tremendo relato...
ResponderEliminarBRAVO!!!!!!
Besazo
Triste historia, aunque a veces la realidad supere la ficción.
ResponderEliminarMe gusto la entrada. Buen fin de semana. Saludos.
Tremendo relato, Tremendo final...
ResponderEliminarQué pluma la tuya, para quitarse el sombrero. Un Beso.-
Coincido con Maritza, sensibilidad y respeto. Lo disfruté mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
Te felicito, no se puede describir más en tan pocas lineas...un saludo y reitero mi enhorabuena.
ResponderEliminarTriste y frustrante historia, pensar que hay muchas así, muchas más de las que nos gustaría saber.
ResponderEliminarHumberto, he editado en mi blog una de tus historias, espero que te guste.
Cariñosamente: Doña Ku
Excelente relato...son de los que llegan al interior. Enhorabuena, Huberto, por tus escritos. Que tengas un estupendo fin de semana. Saludos desde España.
ResponderEliminarRamón
Wow!!! pero asi es la vida...nos ponen en situaciones increiblemente casuales y dificiles!
ResponderEliminarun abrazo
Fue su letra la que completó el certificado de defunción...
ResponderEliminarUn beso
Una vez mas la realidad se impone en tus escritos amigo mio, increible!!
ResponderEliminarTe deja con un nudo en la garganta..
Pero magnífico como siempre Humberto!!
Un beso y feliz fin de semana
Hola mi bueno amigo, pasé por aquí por tú hermoso espacio para saludarte y también agradecerte tus bonitos comentarios que siempre me dejas cuando me visitas. Bonito post, precioso y hermoso lo que escribes, me ha encantado mucho tú bonita historia, gracias por compartir. Que pases un feliz fin de semana lleno de sensaciones positivas. Un abrazo desde la distancia de un amigo.
ResponderEliminarMe gustó también la forma en que tu relato hilvana los procesos mentales de la dra. Leiva, muy vívido y real. Quizás esperaba otro final - brusco, como a veces son los caminos en la vida, que serpentean un montón para desembocar en un embudo infinitesimal. Me quedo esperando la 2a parte. A qué sí hay 2a parte ? Mando besoooo
ResponderEliminarDolorosamente real, cuantos no se encontrarán instalados en esos sentimientos
ResponderEliminarUn placer amigo
Un beso y buen finde
triste final
ResponderEliminarbeso
Madre mía Humberto, se me ha hecho un nudo en la garganta...impactante. Cuando leí ella se asombraba con la dirección, me imaginé el desenlace.
ResponderEliminarUna historia de ficción, pero desgraciadamente muchos son los casos, a veces la realidad la supera.
Mis saludos y un lindo fin de semana.
A veces el destino juega con nuestras vidas cerrando un círculo sobre nosotros mismos.
ResponderEliminarLa paciencia de la doctora no tuvo recompensa, todo lo contrario, la espera por la espera sin decisión final. Ni siquiera le quedó ese consuelo. Triste espera y triste vida le queda.
Un abrazo.
Terrible ser la otra, pero mas que ocurra una desgracia asi, en fin cuantos casos son asi...
ResponderEliminarPrimavera
Un buen relato, con una forma de abordar bastante interesante, sigo insistiendo en que a veces estos momentos dan para formar un mosaico mas grande, no se si estes pensando reunir los cuentos en una obra que los abarque pero quedaria bastante bien
ResponderEliminar¡Menudo chasco se llevó la buena mujer! ¡Qué bien sabes mantener la intriga desde el principio del texto! Muy buen relato.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Un abrazo
Humber , me ha gustado muchísimo , diferente a los leídos por mí en tu espacio hasta ahora , igualmente impactante,
ResponderEliminarSaludito
Cris//mujeresdesincuentay
Lo siento, Humberto, me me has jodido cantidad sin querer. No obstante, te disculpo primero porque sé que no ha sido tu intención, y segundo porque a mí no me va a pasar lo mismo. He dicho.
ResponderEliminarUn saludo
Un relato muy bueno, de esos que enganchan porque llegar al final es todo un camino lleno de incertidumbre.
ResponderEliminarAplazar decisiones puede traer consecuencias como las de los protagonistas.
Un abrazo.
Tus post son tan reales que se puede vivir y disfrutar de las realidades de la vida y de los sueños. Contigo siempre se disfruta y queda un buen recuerdo en el pensamiento.
ResponderEliminarmuchisimas gracias por regalarnos tus sublimes letras y hacernos el honor de ser participes de ellas, esta asturiana te manda un besin muy muy grande.
ResponderEliminarHOLA HUMBERTO BIENVENIDO!!!
ResponderEliminarCÓMO NO VOY A QUERER PASAR POR TU BLOG SI YO HAGO LO MISMO QUE VOS.
CUANDO COMENTO EN OTROS SITIOS, POR AHÍ ALGUIEN ME DESPIERTA CURIOSIDAD Y VOY A VER DE QUE SE TRATA.
CUANTOS SEGUIDORES QUE TIENES!!!
ME QUEDÉ ASOMBRADA. TE FELICITO.
BUENO, YA CON TIEMPO VOY A VENIR A LEER COMO HAGO CON LOS MÍOS.
CONTESTO A TODOS LOS MENSAJES, ME LLEVA TIEMPO. VOS SABRÁS MEJOR QUE YO.
TE MANDO UN BESO, HASTA PRONTO Y GRACIAS POR ACERCARTE A MI LUGAR DE ENCUENTROS.
HOLA HUMBERTO, VI TU MENSAJE EN MI ESPACIO, Y POR SUPUESTO QUE ERES MUY BIEN RECIBIDO, GRACIAS POR TU VISITA.
ResponderEliminarRECIÉN ESTOY EMPEZANDO CON ESTO, Y DE A POCO LE VAMOS DANDO FORMA. SALUDOS.
SI GUSTAS TENGO OTRO BLOG EN WORDPRESS QUE ES EL SIGUIENTE:
http://emapucci.wordpress.com/
PARA QUE LO VISITES CUANDO QUIERAS. GRACIAS POR TODO, SALUDOS!!!
Hola humberto, muy bueno tu nuevo relato!!
ResponderEliminarhttp://dibujosdegerardogc.blogspot.com/
Tuve que poner el filtro ya que varios colegas mios en la profesión de dibujantes han tenido problemas con blogger por dibujar desnudos artísticos, así que antes de que me lo ponga blogger y ahuyente a los visitantes prefiero hacerlo yo para que vean que parte del material es solo para adultos (hay algunas tiras de humor negro, desnudos eróticos y esas cosas). Gracias por tu visita, es un honor para mí. =)
ResponderEliminarHola Humberto
ResponderEliminarEs relato fuerte y dramático, un médico que no solo siente la pérdida de un paciente, sino de algo más, y ni si quiera poder llevar su duelo delante de esa mujer que por llevar la alianza siempre le llevó ventaja....
Bonito fin para ti también Humberto.
El final me impactó. Y bueno, confieso, soy una mala lectora, siempre comienzo por el final. No sé de dónde salió esa costumbre... La historia es atrapante.
ResponderEliminarUn placer pasar por tu blog.
Saludos y bonito fin de semana.
O_O
ResponderEliminarUna vez más consigues que me atrape por complet tu lectura.
Una historia corta, pero fuerte y contundent en cuanto a sentimientos se refiere.
Excelente!
Me gusta, me gusta !! te sigo leyendo muchas gracias por pasar :D
ResponderEliminarcomo siempre sorprende tus relatos aunque este es cruel....es como quitar una carta de la base de un castillo de naipe....en un segundo todo se desmorona....y a empezar de nuevo sino quieres morir en el intento....un abrazo
ResponderEliminarfus
Ya es tener mala suerte, un magnífico microrrelato. Me sentiría encantado de que escribieses sobre una foto mía, no te cortes si te entran ganas. Un saludo.
ResponderEliminarJa ja!! Y vos tenés tantos comentarios en tus entradas que yo tampoco alcanzo a leerlas a todas, eso es mucho mejor Humberto!
ResponderEliminarVengo a decirte que quizás de mis blogs haya uno que te interese más y es Vida y Obra, allí publico párrafos de libros o pequeños cuentos y luego la biografía de su autor, lo adorno un poco con una imagen del escritor, la tapa de uno de sus libros y alguna cita que tenga publicada. Se ha transformado en uno de mis blogs más visitados, aunque nunca llego a tener muchos comentarios como vos,
Si te interesa y me lo permitís armo algo con lo que tenés aquí o si tenés algo publicado me lo enviás a normapretti@hotmail.com y entonces aparecerás en mi blogs de los grandes escritores. ¿Te parece? No quiero presionarte, miralo cuando puedas y si te interesa la idea lo hacemos si? Bueno Humberto, gracias por pasar por uno de los míos y el tuyo siempre bueno, volví a leer la historia de la médica y me sigue pareciendo fuerte, impactante, pobre mujer ¿cómo hacés para imaginar semejantes situaciones que bien pueden darse en la vida, aunque no son comunes? Qué grande sos! Te mando un inmenso abrazo y que tengas un hermoso domingo. Melan.
Puedo imaginarme el dolor de sus facciones... puedo imaginarme incluso adonde iba a meterse ahora su enorme paciencia...
ResponderEliminarMuy bueno Humberto!!
ResponderEliminarme ha gustado mucho la forma de llevar la historia, presumible quizá, pero genial.
Nunca hay que tener el amor encerrado por tanto tiempo, luego pasa lo que pasa y es tarde. Eso y vivir entre dos mujeres...
Abrazos!!!!
Mal día para comentarte una historia de amor inacabada, me han vuelto a romper el corazón.
ResponderEliminarPero decirte que es bella, tiste...pero el amor no es en el fondo triste?
Un petó
pedazos de historia de vida, de la vida real, fuente de ideas para telenovelas, ya quisieran un poco de tu inspiracion y talento.
ResponderEliminarun saludo
Blas
Humberto agradezco tus palabras en mi blog.
ResponderEliminarMe retiro un tiempo por motivos de salud.
hasta pronto.
Besos.
Hola Humberto ! gracias por tu visita y comentario amigo mio, un placer leerte y visitarte.
ResponderEliminarEs una historia triste, pero bien contada- no es lindo ser la "otra" es lindo vivir el amor de primera mano con toda intensidad y libertad, el amor solo se comparte con el amado- Me encanta como escribes amigo mio.
Un beso y un fuerte abrazo
Aurora
Murio sin dejar a su mujer, "cosas del destino" :) Me gusta mucho
ResponderEliminarIronías del destino! Excelente relato.
ResponderEliminarVine a devolver y agradecerte la visita a mi blog.
Me gustó lo que leí hasta ahora en tu blog. También voy a seguirte.
Saludos
Maribe
uffff, que tremenda situación y que impotencia !!! muy buen relato.
ResponderEliminarun saludo.
Hola.
ResponderEliminarSi comento la forma, magistral, como siempre.El tema....pues algo que...en verdad, pudiera formar parte de la realidad de alguna doctora..o doctor.
Es muy de admirar cómo captas los más interesantes temas para convertirlos en tus escritos...vestidos de ese estilo tan personal.
Un saludo.
Me gustó mucho lo que escribiste! Gracias por haber pasado por mi blog.
ResponderEliminarxoxo
Es una historia muy triste me imagino que hubiera dado la vida por estar en las manos de Leonor.
ResponderEliminarQué dolor!
ResponderEliminarMuy triste, muy.
Besos
Muchas gracias por la visita. Agradezco tu sinceridad. He ojeado tu blog y lo cierto es que me parece realmente interesante. Da gusto ver blogs como el tuyo.
ResponderEliminarUn saludo :)
que triste relato Humberto.
ResponderEliminarNo me gustaría estar en la piel de la doctora, menudo trago, aunque también pensandolo bien él le prometía que dejaría a su mujer y nunca lo hacía así que tenía que compartirlo y al final alguno se hubiera cansado.
cris
besicos
Un cuento redondo, totalmente.
ResponderEliminarCertificó su muerte y quizás recuperó una vida siete años hipotecada.
Un gusto leerte a deshoras;)
(¯`•.•´¯) (¯`•.•´¯)
ResponderEliminar*`•.¸(¯`•.•´¯)¸.•´ ¡¡ Muy buena semana ¡¡
¤ º° ¤`•.¸.•´ ¤ º° ¤
Cuanto dolor... pero un relato de vida al fin y al cabo el dolor es parte de esta vida.
Humberto, primero que nada, un placer devolverte la visita.
ResponderEliminarPlacer, que si el tiempo lo permite, intentaré repetir.
Respecto al relato mis felicitaciones. Atraé y despierta incertidumbre en el que lo lee y eso siempre es importante e inteligente. Pero ten en cuenta que cuando alguien que escribe despierta a un médico en una guardia nada bueno puede ocurrir, jamás.
Un abrazo, desde este lado del charco.
Por cierto, yo tampoco soy nihilista, pero cuendo alcance el Super hombre supongo que ya no me preocupará.
Ese tipo de relatos, en los que te corre un escalofrío y te das cuenta que todavía estás viva. Me encantó, Humberto.
ResponderEliminarUn placer leerte, como siempre.
Un beso,
Georgina.
Duro y triste relato, a veces la vida nos juega malas pasadas, sin más, a la vuelta de la esquina
ResponderEliminarMe ausento por motivos de salud
ResponderEliminarCuídate un mundo.
Besos.
Morgana, ojalá vuelvas pronto, muchos en este mundo bloguero vamos a extrañarte.
ResponderEliminarCuídate también.
Humberto.
Hola Humberto,
ResponderEliminarMe ha gustado mucho como escribes...jajaja...Es todo un lujo. Gracias por dejarme conocerte...
Un abrazo.
Que triste este post Humberto, cuanta impotencia no poder hacer nada en una situación extrema...
ResponderEliminarte mando un beso grande, como siempre un placer pasar por aca
Precioso relato, donde toda la capacidad de amar, se contiene en las manos de Leonor, y en quien suspira por poseerlas en ese instante.
ResponderEliminarAbrazos Humberto
OTRA VES LAS MISMAS HISTORIAS DE PAREJA Y TU FATALISMO INUTIL NUNCA HARAS ALGO QUE VALGA LA PENA SI TE SIGUES REPITIENDO Y SIGUES SIENDO TAN INTRASCENDENTE MIRA TODO LO QUE PASA A TU ALREDEDOR BEBE DA ALGO DE VOS PARA LOS DEMAS ESFORZATE UN POCO
ResponderEliminarHola soy yo otra vez...
ResponderEliminarTu historia me transmite tristeza en estado puro...
Es la ansiedad de amar algo que sabes que no va a ser tuyo, por lo menos en esta vida. El deseo de ser la manos que acarician el pelo...un pelo que no puedes tocar...es absolutamente arrebatador.
Gracias de nuevo, un placer leerte.
!Jesús! !Qué horror y qué mala suerte...haberse enamorado de ese hombre de promesas eternas incumplidas! Uf!De buena se ha librado.
ResponderEliminarun beso, Humberto
Humberto:
ResponderEliminarEs una historia en verdad conmovedora, muy triste para mí como mujer, quien no se siente identificada frente a semejante espectáculo. Te leo cada semana y cada semana me admiro de tu talento.
Un beso. Luciana.
HOLA Humberto, que relato triste muy triste pero dices verdades,se lo que es ver brillar una alianza en un dedo de la mano acariciando al amor que ha partido,eres un maestro en pocas palabras llegas hondo amigo,
ResponderEliminarun abrazo Floria...
¡Que relato tan bonito! pero muy triste ,espero que en la realidad no suceda nunca.Un abrazo,LUZ.
ResponderEliminarTiene una cierta gracia, por lo casual,aunque un fondo amargo.
ResponderEliminarLa resignación...que mal rollo me da.
Salud.
Que historia más triste.
ResponderEliminarEs increible como con pocas palabras lo dices todo.
Saludos
Muy bueno. A veces el destino juega malas pasadas. ¡Que mala suerte! Biquiños,
ResponderEliminarCuando el tiempo no espera y el amor se recoge de poco en poco... No sé por quien siento más pena. Por el hombre fallecido, la doctora que no pudo dar todo lo que tenía para él o la esposa, que vivió engañada y se queda sin nada.
ResponderEliminarMuy buen blog, por supuesto que también te sigo ;)
Lo había leído, Humberto, pero no tuve tiempo de comentar. Mi sorpresa, con 55 años era muy duro el golpe para sostenerlo y no abalanzarse sobre Leonor. Estas historias son parte de la vida del Mundo y aparecen cuando no hay amor verdadero, ni en uno ni en otro lado. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarP/D: Discúlpame pero¡que casualidad! estoy por publicar un micro cuya protagonista se llama Leonor.
Me gusta que no contestes a Anónimo.
La vida tiene sus rarezas. Curiosa construcción del relato.
ResponderEliminarDolorosa situacion, Humberto. Es triste, pobre mujer. Pero de alguna manera ella lo eligio.
ResponderEliminarSaludos.
Un relato que te atrapa desde el principio y te tiene en suspense. Ampliandolo sería una bonita obra. Felicitaciones
ResponderEliminarcomo vien dicen los compañeros muy triste el relato pero ala vez muy interesante , pobre leonor ""
ResponderEliminar"No concibo que existas y que no estés a mi lado" le dijo a él la Dra Leiva alguna vez a él...o me las susurraron?
ResponderEliminarEmotivo!
Besos!
Guau!
ResponderEliminarUn relato que nos mantiene ahí en la punta de la silla...