La función f tiende hacia el límite L cerca de c si se puede hacer que f(x) esté tan cerca como queramos de L haciendo que x esté suficientemente cerca de c siendo x distinto de c.
La bofetada le había dejado la marca de los dedos en la mejilla. Giró su cabeza y, al verla caminar en sentido contrario, quiso correr para alcanzarla y pedirle disculpas... rogarle, pero al punto le pareció que era inútil, ya que después de aquello algo se había roto ya sin remedio. Como cuando resucitan a un sujeto que cayó fulminado en la calle: el tipo se levanta, está aquí de nuevo, pero no terminamos de verlo como a uno más de nosotros, algo en él cambió, en su rostro lleva la cetrina marca de la muerte. Así que chasqueó la lengua, tiró el cigarrillo, volvió su cabeza hacia delante y, firme en sus pasos, se dirigió hacia las vías del tren.
La bofetada le había dejado la marca de los dedos en la mejilla. Giró su cabeza y, al verla caminar en sentido contrario, quiso correr para alcanzarla y pedirle disculpas... rogarle, pero al punto le pareció que era inútil, ya que después de aquello algo se había roto ya sin remedio. Como cuando resucitan a un sujeto que cayó fulminado en la calle: el tipo se levanta, está aquí de nuevo, pero no terminamos de verlo como a uno más de nosotros, algo en él cambió, en su rostro lleva la cetrina marca de la muerte. Así que chasqueó la lengua, tiró el cigarrillo, volvió su cabeza hacia delante y, firme en sus pasos, se dirigió hacia las vías del tren.
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios para “Trofeos”.
Con “Límites” intenté rescatar el espíritu de un viejo relato que se llamó “Geometría del desencuentro”, un espíritu matemático en el fondo.
Quiero dedicar “Límites” a la Malquerida, pues un texto suyo me dio la idea para éste.
De a poco los voy visitando a todos, pido paciencia, a mí ganas no me faltan.
Un gran cariño y buen fin de semana.
Humberto.
No entiendo mucho de funciones pero se que cuando algo se rompe aunque lo neguemos, está roto. Gran abrazo amigo!
ResponderEliminaruf... se ve que esa bofetada sonó fuerte por fuera y por dentro... Me gusto el texto, ya te dije, me gusta leerte.
ResponderEliminarY si a f le sirve L por c o para c... siendo que x es distinto de c y que cada uno rema como puede, incluso las funciones... en fin, con la señora matemáticas no remo ni un charco.
ún avrazo vig!
Me considero una total y absoluta discapacitada en matemáticas, lo reconozco, no me sé ni la tabla del ocho!!!!!!!
ResponderEliminarPero sí sé de cachetazos y de sueños rotos,lamentablemente...
Me gustó el relato, un poco fuerte para mi gusto, pero es una apreciación subjetica, claro...
Besote
uff! creo que no se de matemáticas ni de violencia... pero si se de la culpa y de que a veces, el daño es tan grande que no sobran las disculpas... que no se consigue nada!
ResponderEliminartambien se de esa sensación de dirigirse a las lineas del tren... yo me contuve! xd no pienses mal! pero digamos que este texto está entre mis preferidos tuyos!!
Humber:
ResponderEliminarEn un texto matemáticamente perfecto involucraste impulsos, desilusiones, desamor, abandono, orgullo... Todo en una armónica combinación, que nos lleva a ser partícipes necesarios de ese cachetazo impensado, que resonó fuertemente en cada uno de nuestros corazones.... Actitudes impensadas, tales como un golpe, o porque no un beso robado, están siempre latentes, esperando que nuestra inconsciencia le abra paso, para sorprender incluso a nosotros mismos.
Si siempre lo digo en estos casos: tenía que haber ido hacia las vías del tren antes de enfrascarse en la función matemática.
ResponderEliminarPero es que no aprenden...
Para colmo, resultará que se dará la vuelta, volverá a jugar con la f y los límites, y merecerá otra bofetada. Con un poco de suerte, de esa ya no se levanta del suelo.
Cambiando de historia, pero no de tema (límites siempre...), "chámalle equis" (es que en gallego se llama de otro modo), f(x)=increíble, en dónde x=internet, y sus límites tienden a acercar tanto las variables que algunas veces ellas mismas llegan a confundirse y creerse que L=longitud (o distancia, para los menos expertos) es igual a 0 (cero). Y cuando ya la sonrisa por la ecuación resuelta llega de oreja a oreja, aparece el profe de matemáticas y socarrón te suelta que se te ha olvidado un pequeño detalle. Entonces desenchufa el pc y caes de posaderas (iba a escribir culo, pero igual a alguna persona no le parece culto...) en la silla; en ese momento la pantalla negra del monitor te descubre que L=infinito. En la tele están dando "Toy Story" y el robot galáctico, que no se ha enterado de nada porque no es más que un muñeco animado, te grita "¡hasta el infinito y más allá!". Ahora eres tú quien desenchufa el televisor...
¡¡Buen fin de semana Humberto!! Un beso cómplice en la madrugada...
Soy de la opinión de Dany. Un fuerte abrazo Humberto.
ResponderEliminarAndri
Querido Humberto, con las ecuaciones no se puede discutir.. te llevan irremediablemente al resultado quieras o no..!
ResponderEliminarCiertamente esa bofetada obtuvo la ecuación que menos se esperaba.. aunque es bien claro que siempre limitada.. aunque por la separación.. nunca te esperas unas vías de tren..pero si ese es el resultado bien poco se puede buscar más. Las matemáticas mo fallan bofetada = (1:1)= 0 resultado total..
Y aunque sea triste se podría haber solucionado llegando a otro resultado sin la bofetada que lo divide.. Las relaciones en todos los casos siempre se deben respetar nunca hacer de menos y aún menos aporrearlas..
Feliz fin de semana Humberto querido amigo
Como siempre eres genial escribiendo!!!
Besossss
Hoy Límites me sugiere mil cosas, no sé si esta incipiente gripe me está afectando el cerebro...
ResponderEliminarLa geometría del desencuentro, aunque para interpretar fórmulas geométricas, nula. Veo límites que no hay que cruzar, porque no solo algo, sino TODO se rompe y se muere sin remedio. Ese límite que no había que cruzar, el otro límite que está aparentemente por cruzar... Sabés qué me pasó, lo sentí a esto último tan impersonal, tan autómata, que hasta me pareció necesario ese posible desenlace para el que ya lleva la marca de la muerte.
Un relato determinado por líneas, límites y caminos en sentido contrario que llevan de modo inexorable al límite L.
Muy geométricamente frío, muy perfectamente frío, así me llegó.
Amor, violencia y desprecio: un coctel explosivo que destruye sin remedio.
ResponderEliminarLo has explicado muy bien.
Un besote
HOLA AMIGO,TENGO UNA CURIOSIDAD,,,POR QUE MANDAS TUS NUEVAS ENTRADAS,POR EMAIL?TENES SEGUIDORES,UN MONTÓN,CURIOSA SOY...
ResponderEliminarBUEN PEMA BRAVO!
UN ABRAZO ENORME PORTEÑO,
DE LA PLATENSE
LIDIA-LA ESCRIBA
Esa bofetada no tiene vuelta atrás.
ResponderEliminarNo hay función que la elimine.
Saludos.
Que drástico.
ResponderEliminarNo se nada de matemáticas, lo poco que aprendo se me borra del cerebro en cuanto llegan las cuentas a las neuronas, mis neurotransmisores se atascan con los números.
ResponderEliminarPero si se que cuando algo se rompe no lo arregla ni el mejor pegamento.
Gracias Humberto por tus relatos.
Saludos desde el aire.
Sin duda, hay límites, que uno nunca debe sobrepasar. La función que rige toda relación, tiene su límite, en el respeto mutuo, si éste, no se cumple, nos adentramos en la variable cero, la cual, anula toda función y toda relación. Buen texto, amigo Dib. Una buena forma, de despertar las neuronas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Humberto:
ResponderEliminarYa se que es solo un relato.
Pero a veces la realidad supera la ficción.
Es tan simple, como la falta de respeto.
Ya no digo solo machismo, porque tambien hay mujeres maltratadoras.
Pero si esta persona hubiera respirado ants de caersele la mano, encima de su víctima aún viviríaPorque si ella se lo conciente una vez, luego se repite la misma historia y las personas, digo personas, no solamente mujeres, hemos de tener dignidad.
Las madres de los chicos somos las que hemos de educar en igualdad y respeto hacia los dos géneros.
Y no se debe consertir a nadie ni el chico peque a la chica o viseversa, pues cuando se pierde el respeto se pierde el amor.
Besos, Montserrat
Interesante introducción matemática para explicar la lógica de las relaciones humanas. Cuando la confianza se rompe, no la arregla ni el perdón.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el relato. Un abrazo.
Definitivamente esta situacion son de esas que lamentablemente no podemos echar atras...se tiene que aceptar las consecuencias.
ResponderEliminarun abrazo
Entiendo que soy un patán en matemáticas y sin embargo veo esto claramente.
ResponderEliminarHola, Humberto.
ResponderEliminarGracias por tu comentario por ser mi amigo número diez.
Genial relato. Yo también me quedaré por aquí.
Creo que lo que más me gustó es el final, para mí el verdadero principio de la historia.
Un cordial saludo desde Granada.
Una función inesperada en una vida al límite de una bofetada impredecible, donde la variable "c" u "x" ya nunca se volverán a encontrar.
ResponderEliminarSigo leyéndote siempre Humberto.
Un abrazo ^^
.__. Me ha gustado muchísimo. De hecho, creo que es la entrada de tu blog que más me ha gustado.
ResponderEliminarEl principio con los límites es curioso, y lo que dice el narrador de los cambios es completamente cierto. Y luego está el final, que te deja boquiabierto porque es inesperado...
Me gustó mucho.
Humberto la imagen de sombra excelente interesante su relato Feliz fin de semana
ResponderEliminarUn cordial saludo desde…
Abstracción textos y Reflexión que está de fiesta.
Problemas con Blogger está fatal en anónimo si puedo comentar
Soy de letras pero sé que las matemáticas son las matemáticas y las reglas son las reglas. Si te confundes en un número el resultado no es perfecto y si te saltas las reglas el resultado puede variar, desde las vías del tren a borrón y cuenta nueva. Final pelin fuerte, pero increíble micro como siempre. Un bessito
ResponderEliminarHumberto, la violencia rompe al ser humano, lo descuartiza; las culpas siempre se interponen...
ResponderEliminarUn gusto leerte, Humberto.Te felicito. Un abrazo.
Maria del Mar
www.flordelasedades.blogspot.com
Cuando algo entre dos se rompe ya nada vuelve a ser igual.
ResponderEliminarGracias Humberto por la dedicatoria y por acordarte de mi.
Un abrazo
Aupa Humberto!
ResponderEliminarmuy bien, muy bien, pero... por qué se dirige a las vías???
Ese tío se merecía el guantazo, seguro! jaja
Abrazos!!
Metafórica, sabia y correcta narración que denuncia violencia doméstica, dignidad, muerte en vida superada y expiación o no de una culpa que resulta más insoportable que la propia muerte.
ResponderEliminarTodo tiene su límite, menos mi admiración hacia Humberto Dib; por la fuerza y la inteligencia de sus escritos.
¡Salud!
Metafórica, sabia y correcta narración que denuncia violencia doméstica, dignidad, muerte en vida superada y expiación o no de una culpa que resulta más insoportable que la propia muerte.
ResponderEliminarTodo tiene su límite, menos mi admiración hacia Humberto Dib; por la fuerza y la inteligencia de sus escritos.
¡Salud!
Qué pedazo de imbécil… lastimar y pedir perdón como si las disculpas del que perdona repararan el daño.
ResponderEliminarEs tan fácil no lastimar a nadie… tan fácil…
D.
En donde esta el limite? Hasta donde debemos terminar la conversacion antes de llegar al abuso. Es que hay personas que disfrutan la adrenalina que les provocan las discusiones. No soy de esas por suerte. Ni soporto el abuso. Y si, creo que despues de una bofetada ya no hay nada mas que seguir los dos por caminos separados. Se rompe no solo el amor, sino la ilusion, el encanto y los suenos.
ResponderEliminarCierto algo se ha roto... Antes de dirigirse firme a las vías del tren tenía que haber guardado su mano en el bolsillo, ahorrarse la bofetada, ahorrarse el suicidio...
ResponderEliminarImpecable texto Humberto... Un beso azul-cielo
¡¡¡que pena que no vio a un psiquiatra antes !!!
ResponderEliminarCuando se traspasa la funciòn del respeto es imposible encontrar otra que defina la complicidad de la pareja....y este personaje opta por salir fuera de la funciòn, otros toman la ley de la fuerza y llegan a matar a su victimas...es un relato muy duro y un punto de partida para la reflexiòn personal de cada uno de nosotros....como siempre admirable tu destreza con las letras...un abrazo..
ResponderEliminarfus
ummmm... Supongo que Los cuentos de Borges me han entrenado para este tuyo que considero delicioso. De todas formas he de advertir que mis conocimientos en matemáticas son muy deficientes. Por esas casualidades de la vida, en la biblioteca pública ví esta mañana un título que me llamó la atención: "matemáticas para licenciados en humanidades". Me temo que al final tendré que leerlo...
ResponderEliminarUn abrazo Humberto.
BLOGGER: Y ahora... ¿dónde están mis seguidores y los de todos los blogs?
ResponderEliminar¿Cuánto más puede sostenerse esta situación porque sea un servicio gratuito?
Ese bofetón no hay matemática que lo arregle. La confianza se ha roto.
ResponderEliminarSaludos.
Un adulto tendría que saber controlar sus emociones...se matarían algunos sólo hablando de fútbol...imaginemos temas más complicados...después miramos hacia las vías del tren...otro extremo...Dios! que llegue la calma y la cordura!
ResponderEliminarSi f(x) > L para x->c, siendo x y c distintos, => bofetada y adiós. Ya no hay nada que hacer ni recuperar:
ResponderEliminarTraición => Confianza=0.
Beso
Maribe
Pienso como tú en lo que expresas. Felicidades por tu escrito. Un abrazo
ResponderEliminar¿Alguien nos enseñará en las escuelas a dialogar, a comunicar, a evitar (por lo tanto) la violencia?. ¡Qué cambio daría el mundo en tantas cosas!.
ResponderEliminarUn abrazo, Humberto.
(Veo que siempre te comento a los "postres", después de decenas de comentarios. Tienes muchos seguidores, enhorabuena)
A la ciencia de la cantidad, como la llamaba Galdós, nunca le tuve mucha querencia.
ResponderEliminarUn abrazo
Uff cuando se llega a esto, no hay vuelta atrás...crece la desconfianza, el irrespeto y se pierde el cariño... Buenísimo reflejo de la realidad en tus letras, un abrazo!
ResponderEliminarBea
Para mí, una bofetada es un resultado siempre erróneo...
ResponderEliminarNo hace falta que se despejen muchas incógnitas, porque el "cachetón" rompe la secuencia y lo roto, roto queda.
Un abrazo.
No sé Humberto, lo primero que he visto es la aliteración de función f y límite L, luego me han venido las letras de mi teclado y su disposición en él... pero cuando he leído el texto pensé en una regla de tres o también premisas propias de lógica. Total que me he vuelto loca tan sólo en unos segundos y al final me he dejado llevar por el relato viendo el desenlace desligado totalmente de los hechos dados, como si la bofetada fuera anecdótica, sin nexo de unión con el resultado fatídico. En fin.
ResponderEliminarTe agradezco el tremendo comentario que me dejaste y te mando un abrazo inmenso.
Gabriela.
Esa bofetada fue imperdonable, la violencia lo es. ¿Por qué se encaminaría hacia las vías del tren?
ResponderEliminarLo visualicé.
Me costó llegar a tu blog.
Besos.
Tremendo relato, Humberto, sobre todo ese final de los tuyos.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Humberto.
ResponderEliminarLa primera parte es demasiada matematica para mis pocas neuronas, pero la segunda esta calculada en la justa medida de mi entendimiento.
Un tragico final indiscutiblemente evitable.
La mente nos juega malas pasadas, pero si algunos no pueden evitar el tabaco, porque no... otros no pueden evitar la muerte.
Un abrazo fuerte.
Ricard
Humberto , muy , pero muy fuerte el final , la imagen camino al tren, tiene una lectura matemáticamente inequívoca !
ResponderEliminarBuen finde
Cris//mujeresdesincuentay
Hola Humberto
ResponderEliminarEs interesante observar como divaga nuestra mente a partir de una imagen, en este caso construída desde tu texto.
En mi caso, me pregunto ¿cuán rota estaba la relación antes de la bofetada?
O por ejemplo ¿Cuán cerca o cuán lejos de nuestras decisiones se encuentra nuestra Razón?
Saludos
Los golpes son duros las vías del tren mucho más y casi con seguridad irrevocables.
ResponderEliminarInteresante escrito.
Un cariñoso saludo.
Patricia.
UUfff, qué duro Humberto, qué buen texto, no hay que pasar los límites, esos límites que nos hacen humanos, no animales.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un besote.
Sabri
Uy, es cierto que no están los seguidores. A veces me da miedo a que todo desaparezca del espacio virtual. (Lo pensé ayer mientras vi un débito automático de mi cuenta. ¿Y dónde consta que se pagó?).
ResponderEliminarBueno, QUE TE DEVUELVAN YA A TUS SEGUIDORES. Eso cuesta más que el dinero, tenerlos, conservarlos. Es cierto que uno se siente indefenso.
Ah! Y seguí mandando invitación por mail, please, para los que no tenemos blog...
¡Humberto! ¡Ya puedo ver toda tu lista de seguidores! ¡Por fin!
ResponderEliminarBicos...
Hola Humberto muchas gracias por tu visita me has sorprendido ya que muchas veces habia comentado tus escritos pero tu nunca habia ido a mi espacio espero que vuelvas así seguiré visitándote.
ResponderEliminarUn gran escrito muy fuerte para mi gusto creo que despues de un acto así no habría ninguna posibilidad de disculpas,escribes muy bien me gusto mucho.
Un gran beso que tengas un feliz domingo.
GLADYS: Ayer tomé la determinación de subir menos entradas, posiblemente apenas una por semana, para visitar con más frecuencia a mis queridos amigos... En realidad, hay otros factores, pero uno de los principales es que con la cabeza puesta en escribir cosas nuevas (y que yo crea que valen la pena), no paso por tantos blogs interesantes.
ResponderEliminarBELLE: Has visto, volvieron los seguidores... Me parece que blogger está efectuando cambios grandes, pues mi google chrome no me aceptaba entrar a mi propio blog, tenía que hacerlo a través de mozilla. Pero ahora se solucionó, parece. Estoy a punto de ir a leer en la cama (me encanta), siempre con tu compañía cómplice.
HD
Humberto:
ResponderEliminarinteresante relato.
no hay formulas matemàticas para recomponer un acto de violencia.
los "lìmites" palabra tan subjetiva para algunos, y tan objetiva para otros.
me encanto leerte.
abrazos
Muy buena entrada Hd!!! me gustó mucho, y aunque tampoc sé mucho de matemáticas, lo importante es el mensaje.. que todo tiene su límite y algunas cosas ya no se pueden arreglar...
ResponderEliminarSé también de cachetadas y aunque uno diga que es pasado y perdonado, talvez... pero nunca olvidado... Esas cosas no se olvidan...
Un abrazo!!!
geomètricamente nos encontramos y desencontramos en estos espacios, muchas veces la bofetada nos la da Blogger o el mismo cyberespacio sobrecargado de buenos o malos humores que llevan tantos ojos a nuestras pocas imàgenes y letras..
ResponderEliminares fantàstico!
un saludo a todos y felicidades
Blas
¡Que bronca! ¡Y con matemáticas de por medio...!la verdad, que yo ya pasaba de la bofetada me iría directamente a las vías del tren...
ResponderEliminarBesitos
Puedes visitarme cuando puedas y te plazca, siempre tendré unas pastinas y un café preparado jejeej.
ResponderEliminarLas matemáticas eran mi fuerte, pero las bofetadas es algo que m i conciencia no permite, ni tan siquiera observar como se la dan a otra persona, no quiero, no, me niego, es romper un poco por dentro de ese concepto que se tienen de uno mismo.
Como ves me has hecho pensar un poquito, gracias :)
Besines enormes
Existen ya pocos temas que no estén ya muy utilizados, en la literatura. Pero, al buen escritor, se le conoce, además de por la perfección de la forma, por lo sorprendente de los giros que toma la historia, por lo inusual de las situaciones, de forma que la lectura se hace amena.
ResponderEliminarLa vía del tren...sorprende.
Un saludo.
¡Impresionante escrito! Cuenta y describe mucho con pocas palabras. Un saludo! :)
ResponderEliminarUna mezcla de sentimientos encontrados, expuestos y relatados con precisión matemática.
ResponderEliminarUn abrazo.
Holaa.. Muy buen post! Me quedo en tu blog! un bso
ResponderEliminarHola!!!!
ResponderEliminarLimites, son sin violencia, no puedo ver personas que se maltratan, es que sufrí los golpes de niña y gracias a Dios que jamás le levante la mano a mis tres hijos….
Por aquí domingo a la mañana, tomando unos mates amargos, buen domingo.
Un abrazo de oso
Llevo varios días con muchos problemas de blogger. Al fin puedo entrar a visitarte.
ResponderEliminarEsa bofetada duele, y no hay tecla que la elimine. No soy un as en matemáticas pero esta gramática de la emoción herida se entiende muy bien!
Besos
Humberto, hombre, otra vez nos has dado duro en nuestras mentes con este texto, no entiendo nada de matemática pero basta leer tu relato para comprender que el límite de todo es la violencia, antes de ella somos seres humanos, luego tan solo bestias.
ResponderEliminarUn placer leerte cada semana.
Un abrazo madrileño. Pedro.
hola humberto gracias por pasar y comentar. tu blog es interesante, voy a seguir leyendo :)
ResponderEliminarsaludos y un abrazo:D
Hola Humberto Las personas, somos buenas y malas, en nuestro modo de ser aveces no importa la educación ho estudios: es le ser.
ResponderEliminarSiempre que se rompe una relación, un matrimonio,en cada uno le queda su nudo ha dentro de el: ahunque se rompa la cuerda. Pues cuando se haga examen: siempre taponara una tuveria. Un abrazo
Una vez que se sobrepasa el límite las cosas no vuelven a ser las mismas. Hay una línea en las relaciones que si se sobrepasan rompen la confianza que ya no se puede restablecer.
ResponderEliminarUn abrazo.
..con lo de límites esperaba otra cosa..pero conjugar matemática y violencia no!,no para mi gusto...
ResponderEliminarbesos Humber..esta vuelta paso..
ooops..:en dirección a las vias!!.que se suicidó?
Las matemáticas van implicitamente aplicadas a nuestra vida. Me encantó la fusión, aunque desafortunadamente sea para plasmarnos algo que nos muestra le necedad del ser ... la violencia me provoca tanto desprecio..
ResponderEliminarGenial entrada.
Un abrazo Humberto.
Tarde pero seguro! Hola amigo! Regresè hoy a Buenos Aires y estoy poniendome al día. Blogger está peor que nunca!!! Espero que me permita comentar.
ResponderEliminarAl grano:
"Pass the point of no return"
Esa es la clave. Una vez que se cruzó el límite, nada volverá a ser igual.
Excelente texto my dear! Big kiss for you!
Espectacular similitud de la teoría con la realidad, y lo digo como "matemática" que siempre me creí... la vida es más que eso y sólo eso, la paradoja permanente.
ResponderEliminarY las bofetadas de la vida ilimitadas. Admiro tu capacidad de expresión literaria.
Te sigo y persigo.
Un abrazo
Des (Edith)
Cuando la violencia llega, se alcanza el limite en el que el amor se va al infinito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando se rompe el corazón y se quiebra la esperanza queda el enorme vacío que ni una fórmula matemática puede convertir en axioma.
ResponderEliminarLos sentimientos son testigos de vida y de muerte, de angustia y algarabía.
Es un placer leerte, querido amigo.
Mi beso.
Basta un gesto
ResponderEliminarque supone el límite
al que uno es capaz de llegar,
y todo se rompe.
Lo expresas perfectamente,
haces vivir al lector,
gracias
No existe función matemática que arregle una bofetada capaz de cimbrear el corazón
ResponderEliminarUn Besote
Por una parte el relato nos enfrasca en una operación matemática compleja, variables, límites,ecuaciones,funciones... qué se yo! soy de letras mejor mi marido que dice que todo en la vida tiene su explicación y su ser en el mundo matemático.
ResponderEliminarY la otra parte del relato es la consideración de que toda persona tiene un limite que no puede sobrepasar, él golpeo a una mujer, ahí sobrepaso su límite.
No hay marcha atrás, una vez sobrepasado el límite jamás volverá a ser igual.
Un besazo Humberto, me encantann tus relatosss!!!
Me gusta el texto. El límite al que nunca hay que llegar es a la violencia, nunca justificada y mucho menos por un abandono.
ResponderEliminarBss.
http://melancora.blogspot.com
Las limitaciones de acceso a Internet en mi país Cuba, hacia donde retorno luego de 15 meses, me privaran de leerte, así que quiero agradecerte el inmenso placer que me produjeron las lecturas de tus letras. Si alguna vez estas limitaciones, me lo permiten, no dudes que volveré con gusto a navegar por tu espacio.
ResponderEliminarUn abrazo, Mila Roldán.
NOTA: AUN NO HE CONCLUIDO TU NOVELA PERO DA POR SEGURO QUE EN CUANTO ESTÉ TRANQUILA EN CASA LO HARÉ Y TE LLEGARÁ MI HUMILDE OPINIÓN, DE APRENDIZ.
Sé lo justito de matemáticas, pero el texto me parece que lleva directamente al método cartesiano puro y duro, al final el punto de encuentro de los ejes "x" e "y" conduce directamente al punto y final, al menos eso me parece a mi. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, que la función que citas es muy importante. Ahora, sería difícil resolver la ecuación final en las vías del tren...Y siempre, siempre hay límites...
ResponderEliminarSaludos, Hiberto. Que tengas linda semana.
Coincido con Daniel: ¡tanto más fácil es no lastimar!
ResponderEliminarDespués no hay perdón ni arrepentimiento que valga. Las cosas nunca vuelven a lugar previo al cachetazo.
PD: ¿Se hizo la reunión? No pude contestarte antes, disculpame. Pero si me vuelven a invitar, cuenten conmigo :)
Tanático. ¿Será la muerte que inexorablemente habita en a y en b y en x y en z?... las relaciones humanas pueden ser muy fuertes, sin embargo siempre son tremendamente vulnerables al daño y la violencia. Por ello, siento, el amor muere en manos de trizaduras, quiebres y roturas fatales.
ResponderEliminarMi abrazo y mi contento por tu presencia en mi blog!
Este relato me gusta mucho, el desencuentro y el desamor, lo llevan hacia una situación límite, me gustan las historias que te llevan hasta un final decisivo, excelente relato, besos
ResponderEliminarGracias Humberto, tienes un blog muy interesante. (te sigo)
ResponderEliminarY la función es clara...cada acto tiene una consecuencia...y ante hechos así no hay perdón que valga.
Un besito
Una vez que se cierra el telón termina la función.
ResponderEliminarMuy bueno Humberto.
Un abrazo
Hizo bien en no volverse ¿para qué? Efectivamente estaba ya muerto, murió en el mismo momento en que su mano encontró la oposición que no era aire.
ResponderEliminarGracias por tus visitas y tus comment, los valoro enormemente.
Un abrazo. Creí que ya te había comentado pero me pasa muchas veces que salto de un lugar a otro y al final ni sé donde dejo mis huellas. Un placer visitarte.
Un placer visitarte.Un abrazo Humberto.J.R.
ResponderEliminarAl final la violencia solo lleva a las vias del tren, y despues de todo, tanto razonamiento matematico, no sirve de nada.
ResponderEliminarDespues de la bofetada, lo mejor es irte de cañas...
Un saludo
Azucena
A veces cuando morimos en vida quedamos marcados por el resto de ella...caminamos sin rumbo, perdido entre penumbras por el remordimiento de aquello que tal vez no debio suceder.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
La fragilidad de los seres humanos es a veces increíblemente delgada, tanto, que basta una acción, para que se rompa en un instante algo que creíamos sólidamente construido.
ResponderEliminarSaludos cariñosos:DK
La fragilidad de los seres humanos es a veces increíblemente delgada, tanto, que basta una acción, para que se rompa en un instante algo que creíamos sólidamente construido.
ResponderEliminarSaludos cariñosos:DK
HOLA HUMBERTO: ES PARA DECIRTE QUE ESTOY DE VUELTA...QUE ME ENCUENTRO NUEVAMENTE VIENDO TUS ENTREGAS Y A MEDIDA QUE LOS DIAS VAN PASANDO HARÉ MAS PROFUNDO MIS COMENTARIOS.-
ResponderEliminarESTA VEZ, TAN SOLO AGRADECER TU VISITA EN MI BLOG Y DARTE LAS GRACIAS POR ESPERARME.-
TE DEJO UN GRAN ABRAZO Y QUE NUESTRA AMISTAD, SIGA HACIENDO CAMINOS CIBERNÉTICOS INOLVIDABLES.-
HUmberto!! qué fuerte!!Hombre, el tipo pues vaya...pero se merece ese final?
ResponderEliminarUn beso,
Un texto fuerte Mr Dib, pero hay límites que nadie debe cruzar, después los arrepentimientos no sirven de nada.
ResponderEliminarCaro
primera vez que entro y me quedo como seguidor. excelente blog. Miguel
ResponderEliminarLas matemáticas no me gustan, pero si tu relato :) Es sobrecogedor.
ResponderEliminarUn abrazo.
OH, y que PASO después??
ResponderEliminarque enganche! ;-)
por fin
unas matemáticas
que entiendo,
un texto de justicia,
de razón, de evidencia y
aceptación
Humberto, gracias
por otro genial texto!
Maestro
¿Cerca? ¿suficientemente cerca?
ResponderEliminarTraspasar el límite , en este caso, avoca al fin...
Y la función de control o no control implica el límite.
Un texto profundo y desgarrador pues implica arrepentimiento.
Me ha encantado.
Un beso
VCM
Una función transcendente más que algebraica...con números irracionales en un matemático episodio terriblemente real.
ResponderEliminarHola Humberto, algunas cosas una vez rotas nunca vuelven a su primer estado aunque pongamos todas nuestras energias en tratar de arreglarlas.
ResponderEliminarTe encontré en otros lados y vine a conocerte.
Ahora que te lei soy otra Dib-ina más :D
Saludos.
Al leerlo me recordo este dicho: Uno puede cometer muchos errores, menos uno: aquel que le destruye.
ResponderEliminarUn beso :)
Las matemáticas mezcladas con el desamor?
ResponderEliminarGenial Humberto. Siempre me gustaron los límites, aquellas líneas asintóticas intenado converger hacia un destino vetado para ellas...
Un saludo
Vertiginoso, fatalidad, determinación de botar lo que se rompió. ¡Guau! Me encantas.
ResponderEliminarAbrazos.