Mi primer impulso fue tender la cama para intentar poner el cuarto en orden. No digo limpiarlo, apenas tender la cama, pues la sola visión de la cama arreglada podría corregir un poco la imagen decadente que esa habitación en ruinas devolvía de mí… de nosotros. No quería sólo acomodar las mantas, sino tenderlas bien, por eso saqué todo el ropaje haciendo una pila sobre el suelo. Sólo dejé la sábana de abajo, la estiré, comencé por introducirla prolijamente de mi lado y cuando fui al de ella, al extender el lienzo, sentí que algo se resquebrajaba. Vi allí, desplegada sobre el ángulo superior de la sábana, una mancha seca y brillante como un rastro de babosa. Descubrí así los restos de noches de llantos y mocos que, como huellas incriminatorias, me delataban por la vida desdichada y confusa que le había estado dando. Supe, entonces, que había tenido razón en irse y dejarme solo.
Estimados amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios para “Aquella mañana”, pocas veces disfruté tanto de una entrada como esta vez, me alegro de haberla subido.
Esta semana no tuve mucho tiempo para visitarlos, pido disculpas por ello, trataré de retribuir todas las muestras de afecto.
Un gran abrazo y que tengan un feliz fin de semana.
Humberto.
Sábanas afónicas, torpes y delatadoras, no tan torpes como nosotros y no tan delatadoras
ResponderEliminarcomo sus lágrimas.
Que GRANDE eres Humberto.
Un saludo desde Asturias (aquí ya es bastante tarde) escribo a pesar de las sábanas frías.
jorgemaseda.blogspot.com
Humberto una entrada sencilla pero de lujo, increíble, fuerte llena de sensibilidad.
ResponderEliminarLa separación siempre duele y deja huellas invisibles y otras en muchos lados donde hubo amor, me quedo en tus palabras, hermosa entrada, besos
Humberto una entrada sencilla pero de lujo, increíble, fuerte llena de sensibilidad.
ResponderEliminarLa separación siempre duele y deja huellas invisibles y otras en muchos lados donde hubo amor, me quedo en tus palabras, hermosa entrada, besos
Me encantó la escena, los detalles, los tiempos y me dio una tremenda tristeza la soledad de dos personas tan cercanas, la incomunicación.
ResponderEliminarSaludos y buen finde
Pobre tipo. Tuvo que llegar a ver una sábana para darse cuenta de lo mal que vivió e hizo vivir. Pero es así los restos hablan más de lo que creemos. Un fuerte abrazo H.
ResponderEliminarYo estaba esperando que en cualquier momento aparecía "el pituto" de María Marta...!!!
ResponderEliminarEpa! No había visto todo el blog.
ResponderEliminarMe siento halagado por tu mención.
Tardá en subir una nueva entrada así dura más, jaja. Abrazo
A veces buscando orden se encuentran respuestas... sacando basura sacamos realidades... es tan triste la indiferencia, la rutina, cuando se pierde la audición... Muy linda entrada... Un abrazo!
ResponderEliminarA veces, en viernes como hoy, me parece que toda historia triste tiene una habitación desordenada, pero sobre todo, una maldita cama que la depresión no nos deja arreglar...
ResponderEliminarLa mía (tanto cama como habitación) solo son un desastre por pereza (o eso creo yo jaja)
Muy buen relato, Humberto. Siempre es un placer leerte
Cuanta indiferencia para no notar lo obvio...
ResponderEliminarSi fuera solo ficción no sentiria esta entrada tan triste.
Me gusta tu forma de contar trozos de realidades.
Saluditos Dib- inos ;)
Have a SUPER weekend !
ResponderEliminarUna arqueología de la miseria, triste, e irremediable.
ResponderEliminarEl abandono puede tener tantas caras y tantas sábanas. Me encantó lo de la babosa.
ResponderEliminarUn abrazo,
Ana Rosa
Qué buena idea poner en una mancha en la sábana el descubrimiento de tanta infelicidad. Otras manchas hablarán de buenos momentos, en ésta "seca y brillante como un rastro de babosa" no se me había ocurrido nunca pensar. El llanto en silencio, sí que existe eso.
ResponderEliminarMe entristeció esa habitación en ruinas, símbolo de tantas miserias compartidas o no. Trato de pensar en que siempre se puede intentar una habitación mejor.
Y me quedo como siempre maravillada por tu increíble inteligente sensibilidad y tu manera de decirla!
Holaa
ResponderEliminarya tenia rato sin visitarte (u.u)
jajaja me dio risa eso de que quedaran las señas de las lagrimas y los mocos pero a la vez no es tema de risa
excelente el texto
cuidate
Ufffff! Què ceguera la de este tío!
ResponderEliminarMe provoca una sensación espantosa en el espíritu. Què manera de desperdiciar la vida de los demás y la propia...
"MUY BUENO" Escrito así, con imprenta mayúscula.
Big kiss for you darling! :D
La nostalgia,la culpa... pero creo que sobre todo la soledad.
ResponderEliminarEs tan duro quedarse sin amor de un día para el otro...
Muchos saludos Sr! Como siempre, muy lindo lo escrito
Las respuestas siempre están cerca, al alcance de los sentidos, hablando sin palabras...
ResponderEliminarMuy bueno.
Cuando perdemos algo es cuando apreciamos su valor real.
ResponderEliminarBesos y feliz fin de semana Humberto.
Planteas un intenso drama y expones la inconciencia del narrador que advierte lo que causó hasta que vé las huellas del daño.
ResponderEliminarUf.
Pobre hombre Humberto...
ResponderEliminarEl detalle de la sábana es impactante, pero creo que necesario para darse cuenta de que los restos también son nuestros pedazos...
Abrazo!
Nunca es tarde para darse cuenta de los errores o averiguar un porqué..
ResponderEliminarTristes letras pero intensa la historia. Enhorabuena por tu corto es genial como siempre. Un bessito
Impresionantes detalles que te hacen vívida una escena tan desgarradora como la culpabilidad y el abandono.
ResponderEliminarFeliz fin de semana Humberto
Un beso y un fuerte abrazo querido amigo
Que pena es no tener nada mas que miseria y descubras que asi pocas o nadie estara a tu lado.
ResponderEliminarfeliz fin de semana
Con un simple vistazo se descubre lo desdichada que puede ser una persona, pero como no se mira, cuando se hace es demasiado tarde.
ResponderEliminarMagnifica entrada, siempre haces que piense cuando te leo y no sabes lo que te lo agradezco, iré a ves mis sábanas por si acaso :)
Besines y sonrisas :)
Hola Humberto:
ResponderEliminarSentimiento, tristeza, arrenpentimiento del personaje de tu relato.
Pare como si hubiera querido haber hecho mejor las cosas.
De todas formas, siempre se puede volver a empezar.
Un magnífico relato.
Besos, Montserrat
Nada más volver, este fue el primer blog que visite, no me defraudó, todo lo contrario, como consigues en textos tan cortitos decir tanto y lo más importante decirlo de manera que se mete en el alma haciendome sentirlo con tanta fuerza, a lo mejor es por que llega hasta nosotros el corazón con el que fue escrito.
ResponderEliminarUn besazo.
Triste manera de reconocer la realidad... por su rastro.
ResponderEliminarHermosa y triste.
Saludos desde el aire
Una gran metáfora Humberto. Me ha encantado. Un abrazo.
ResponderEliminarSe acostumbra a saber el auténtico valor de las cosas...cuando se han perdido, e igualmente solemos ser más conscientes de lo que hemos hecho mal.
ResponderEliminarSaludos, Humberto!
Un abandono siempre es triste, pero a veces conviene. Felicidades por tu escrito. Un abrazo
ResponderEliminarPrecioso y hermoso todo lo que escribes, muchas veces buscando orden lo que encontramos es desorden, en mis tiempos de estudiante jajjajajaja ya son muchos, me decía el profe de psicología, una mesa con libros y bien arreglada, era una mente enferma... cuanta verdad tenia. Que pases un feliz fin de semana lleno de sensaciones positivas. Un abrazo desde la distancia de un amigo.
ResponderEliminarcomo siempre simple redacciòn con alto contenido simbòlico .. y biològico en este caso.
ResponderEliminarhumanos biològicamente sìmiles
un abrazo
Blas
¡Demoledor! Muy bueno, Humberto. Como siempre, un gusto leerte. Un abrazo.
ResponderEliminarTendriamos que darnos cuente antes del daño que nos hacemos y hacemos a la persona que queremos. Buena idea la de la foto.
ResponderEliminarSaludos
(Noa. TLF)
ResponderEliminarMe emocionó... tal vez sea el hecho de verme un poco reflejada en él...
Que bueno que entienda algo del porqué, hay muchos que todo les pasa desapercibido, que no hacen mea culpa de nada. Un relato muy triste.
ResponderEliminarBesos!
=) HUMO
Luis
ResponderEliminarque descripción perfecta...si...esos rastros o restos que quedan que uno no los ve hasta que el otro ya no esta....Wau! te aplaudo amigo.
Pobre tipo, que trite y tardía revelación...
ResponderEliminarMe gustó mucho...
Besos
Sandra.
ResponderEliminarMe llegó al alma y me emocionó, ese vacio ante la ausencia del otro suele "tragarnos" vorazmente... a veces se puede recomponer, otras veces son las fauces de la muerte las que arrebatan y entonces, al hacer la cama del otro lado, la inmensidad de lo no dicho, de lo no hecho es aniquiladora. Realmente es conmovedor Humberto... gran capacidad para llegar donde un escritor debe llegar y anclar: al alma!
Me gusta como empleas el simbolismo de la sábana y como haces evidente que a veces la distancia es abismal entre dos personas que comparten una cama, sólo eso, una cama.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nahir.
ResponderEliminarno solo lograste plasmar simbólicamente una situación, sino que este escrito habla de lo singular de cada uno...¿a quien no le paso???? Te felicito Humberto, TE FELICITOOOOO!!!!!
El abandono es muy duro, pero contemplar la evidencia es casi peor.
ResponderEliminarBravo!
Duele...porque los recuerdos viven duele...
ResponderEliminarun abrazo
Este al menos ha sido capaz de ver la realidad, de aceptar lo que se merece.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ver las lacras del pasado del pasado en el vuelo de una sábana es un paso inteligente para ser capaz de seguir sendas y rutas más humanas y menos "faunísticas".
ResponderEliminarSigo admirando la intensidad narrativa de tus relatos breves, Humberto. Bravo.
Un beso y buen fin de semana.
Simples restos delatan una vida desgraciada; recuerdos que se posan en nuestra retina como si se tratara del único retrato de nuestro pasado.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Saludos Humberto.
Un retrato perfecto de la incomunicación y el dolor entre esas dos personas. No sabía echar culpas a él por su descuido porque ella tampoco supo hacerse entender. Como siempre magistral en todos los estilos.
ResponderEliminarSabri
Es maravilloso como del relato de un hacer simple y cotidiano llevas hasta el desenlace profundo, que abre mil sensaciones.
ResponderEliminarMe encanta como escribes. Te felicito.
Un abrazo y buen fin de semana!!
Te sigo.. gracias por pasarte !
ResponderEliminarBuen blog ! :)
Es increible cómo con unas pocas palabras logras transmitir tantas cosas, tantas emociones. Que tengas buena semana.
ResponderEliminar¿Porqué siempre las evidencias de algo tan importante nos llegan demasiado tarde?
ResponderEliminarHumberto: me gustaría escribir como tú.
Un beso!!!
parece que tardaste un buen tiempo en decidirte a tender la cama!!!! jajaja...
ResponderEliminarbuenisimo!
aunque ella bastante mugrienta parece tambien!!!
nunca se le ocurrio cambiar la sabana???
creo que te salvaste de una mujer tan sucia!
besos!!!!
cuantas cosas se pueden entender viendo unas sabanas arrugadas de varios dias,verdad?
ResponderEliminaraunque me parece bien en este caso, cambiar de sabanas, de mujer,y de forma de tratarla,claro!
que si estuvo llorando y moqueando alguna responsabilidad te cabe,no?
buenisimoooo!!!!
besos!!!!
No te culpes siempre de todo. La gente es egoista y hoy en día hacer eso es políticamente muy, muy correcto.
ResponderEliminarHola Humberto, como cambiaste de tema en las tres entradas últimas, me sorprende, esa imaginación trabaja a mil. Bien mostrado los efectos del desamor y la autocompasión, tu personaje debió prestar más atención de la personaja jeje.
ResponderEliminarUn toque de humor a un post duro.
Besotes. Stefi..
"Uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde"
ResponderEliminarTu y M. Me han hecho llorar con sus entradas!!!
Apenas lo leí, sentí la voz en off de una persona a quien ame hasta lo huesos.
Es duro cuando los "restos" nos demuestran lo duro que fuimos con quien alguna vez nos amo.
Un abrazo!!!
Te pasaste Humberto...
Me ha encantado un mundo tu post!!
Al menos fué consciente de la vida tan falta de amor y entrega que vivió e hizo vivir.
ResponderEliminarMágnifica entrada.
Un abrazo.
me encanta!
ResponderEliminarno se... es tan melancolico y triste, pero a la vez hermoso!
se siente el dolor y la resignación del hombre... :)
que versatil que eres humberto! :D
besotes!
Hola Humberto.
ResponderEliminarMe fascina comprovar tu modo de contar algo grande, que podria ser un extenso libro y consigues resumirlo en un breve texto.
Como siempre, felicito tu trabajo.
Comprendemos que no siempre se dispone de tiempo para dedicarlo al blog y a los amigos.
Te mando un fuerte abrazo desde Alemania donde estoy pasando unos dias.
A la vuelta espero que coincidamos en algun momento y podamos conversar por el skype.
Ricard
Un relato muy triste, amigo.
ResponderEliminarUn saludo
podía haber visto la sábana antes y así poder enmendar las cosas malas que ha hecho para no hacer sufrir a nadie.
ResponderEliminarhasta que no perdemos no nos damos cuenta de lo que tenemos.
cris
a veces las escenas son más explícitas y directas que en este caso más oscuro, y el actuar de la pareja es el mismo; y sólo se reacciona cuando el desenlace se da. saludos.
ResponderEliminarHay ciertas huellas que las vemos solo cuando abrimos el alma...
ResponderEliminarSaludos enormes, Humberto, que pases lindo domingo.
Buenas noches Humberto.
ResponderEliminarVengo a saludarte; mi opinión sobre el texto y tu blog ya la sabes,ya la he escrito; no voy a jugar con ello.
Gracias por tus consejos, y a cambio un pequeño regalo, que sé que encontrarás sin necesidad de que te escriba cómo hacerlo. "Cuatro", es mi número. Quiero que seas el primero en saberlo.
Un abrazo!!
Carmen.
Hola Humberto para mi es muy grato tenerte en mi blog y leer tus comentarios.
ResponderEliminarMi beso, que pases una buena entrada de semana.
PD: Una fotografía impresionante, como amante de la naturaleza que soy, me apasionan todas las fotografías basadas en ese bello mundo sin quitarle la importancia al texto que me ha gustado mucho.
Cuántas más cosas una quisiera dejar en el comentario, más difícil se hace. Son tantos los calificativos que uno pudiera darle a tus obras que encontrar uno que no se haya dicho es imposible. Me quedo con una palabra: ¡adictivo! así es tu blog.
ResponderEliminarUn abrazo
asu que triste historia, la vida nos da más oportunidades.
ResponderEliminarQue ternura y sensibilidad al descubrir su rastro, lástima que no se diera cuenta antes; cuando ella todavía yacía a su lado.
ResponderEliminarUna entrada bellisima. Que tengas muy buen domingo.
Triste y amargo escrito que deja el alma en soledad abraza a la amargura.
ResponderEliminarSi alguien entiende ese por qué, tiene que sentirse muy culpable...
Mi beso y mi afecto.
Las savanas siempre han sido delatoras, y mas en la adolescencia
ResponderEliminarde lo acontecido, el porque: el descubridor, deberia de saberlo; un abrazo
Que pena me dá ese tipo, no pena de él, porque el muy inépto tuvo que toparse con los restos del sufrimiento de la otra para entender el motivo de haberlo abandonado.
ResponderEliminarLa pena me dá de esa mujer, que para tomar la decisión de marcharse antes se marchitaron sus ojos.
Nada ni nadie merece que otra persona derrame una lágrima por él.
Lo que no quieras para tí no lo quieras para nadie.
Un besazo HUmberto DIB o como yo te rebauticé en mi última entrada Humberto Lab jajaja, si erás tuuu!!
el motivo: un descuido y las prisas que son malas consejeras.
ay ¡¡¡ si las sábanas hablasen ¡¡¡
ResponderEliminarA veces es el propio desorden físico de las cosas es lo q te dá la respuesta al desorden de la mente y es entonces cuando uno se empieza a dar cuenta de el porqué de ciertas cosas.., los puzzles acaban encajando y el orden se restablece.
me ha gustado mucho.
un abrazo
Ahora soy yo la que he venido a visitarte, me gusta lo leido, sabes me ha llegado mucho lo de creencias(carencias), me ha hecho pensar. Son muy bellas tus entradas y creativas.
ResponderEliminarUn saludo.
Excelente, me ha encantado por su trasfondo, porque reflejas en tu escrito de que manera tan inimaginable nos llegan las respuestas más grandes y esperadas sobre algo.
ResponderEliminarEs triste relato pero me gusta, escribes incríble!!
Un abrazoo enorme Humberto!!
Bea
Nos damos muchas veces cuenta tarde de nuestro comportamiento con las personas queridas, cuando ya no tiene remedio. Que pena no poder reparar el daño que hemos hecho.
ResponderEliminarUn abrazo.
No todos son capaces de comprender el dolor que infringen a los demás.
ResponderEliminarSe me heló la sangre, Humberto.
ResponderEliminarPor qué somos tan memos?... por qué cuando amamos nos relajamos tanto que pensamos que ya está todo hecho?
Pero sobre todo... por qué no vemos el daño que estamos haciendo?
Me encantó la brevedad e intensidad a partes iguales..
Me dejaste KO... reflexion obligada la que nos dejas..
Un besazo.
Muy buena metáfora esa sábana, para describir una relación rota.
ResponderEliminarSaludos.
Me encanta, haces algo maravilloso con palabras tan simples. Relatos cortos, con tantos detalles que tengo la impresion de verlo todo al leerlo!
ResponderEliminarUn saludo :)
¿Como es posible que la imagen de un pequeño reflejo nacarado consiga delatar, alcance el núcleo de la conciencia humana?
ResponderEliminarAlguién dijo un día que "no hay placer más complejo que el pensamiento" y yo añado, con su permiso, que "no hay nada más torturador e incriminatorio que el pensamiento humano", (al margen de sus actos, por supuesto)
Una entrada genial e inteligente, como todas las que publicas, Humberto, y con infinitas lecturas, pero me quedo con ésta.
Un abrazo.
Gostei muito do teu blog.parabens.beijos achocolatados
ResponderEliminarVaya, has hecho que piense en una cama.
ResponderEliminarTriste historia.
Un abrazo
Cuantas veces las sabanas muestran indicios de tristezas y soledades, pero hay quien no tiene tiempo ni de mirarlas a ellas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una entrada triste, como mi estado de ánimo de hoy.
ResponderEliminarHecho en falta algún comentario tuyo, Humberto. Sé que soy muy repetitiva, pero aún así me hace ilusión leerte. Espero tener la suerte de poder hacerlo...
Besos, Humberto.
Las sábanas hablan y dicen.también y sobre todo las almohadas.
ResponderEliminarQué pena no haber tendido la cama a tiempo
Besos
..uf..tarde se dió cuenta..por lo menos hizo mea culpa!
ResponderEliminarbuen comienzo de semana..
Muy buen relato, y estúpido aquel que necesita ver en las sábanas sus actos.
ResponderEliminarUn abrazo
No se puede organizar una vida, ordenando solo la parte más visible. No obstante, cuando lo intentamos, a veces, encontramos los detalles que provocaron el desorden.
ResponderEliminarUn saludo.
Siempre nos damos cuenta de lo que queremos o necesitamos cuando no lo tenemos. Que bonita historia, aunque sea de algo normalmente doloroso como una separación.
ResponderEliminarBss.
http://melancora.blogspot.com
La grandiosidad de lo cotidiano cuando repara en ella una mirada prodigiosa.
ResponderEliminarMuy bueno.
Cuantas cosas dice esa sábana, Humberto, las sábanas son testigos del amor y el desamor, una hermosa metáfora del silencio culpable.
ResponderEliminarUn beso. Caro.!
Me ha encantado tu blog, cuando tenga más tiempo le echaré un mejor vistazo, pero escribes con el alma, y eso es algo muy bonito.
ResponderEliminarYa me hice seguidora. Un abrazo.
http://tamaravillanueva.blogspot.com/
HUMBERTO, QUE QUIERES QUE DIGA...EN ESTA ENTRADA EXPRESAS LO MAS INTIMO DE UNA RELACIÓN QUE NO SUPO PLASMAR EL AMOR.-
ResponderEliminarEXCELENTE.-
UN ABRAZO GRANDE.-
¡Que duro!, llegar a descubrir por una mancha los años de actuación errónea es muy duro
ResponderEliminarComo siempre, un placer amigo
Ah! que te he dejado un premio en mi blog pasa si gustas es tuyo
Un beso
Cuando un suicida decide ejecutarse, deja rastros de espuma y baba en su ropa y en los alrededores, dicen que es un reflejo inconsciente , una rebeldía del cuerpo contra la mente; por aquí ha pasado el suicidio del amor.
ResponderEliminarhttp://enfugayremolino.blogspot.com/
¿Sabes qué? Si me hubiera pasado a mí, después de haber "escuchado" muy atenta a la mancha... La lavaría.
ResponderEliminarSi aún pudiera hacer algo, lo haría.
Si ya no puedo, no me quedaría mirándola, se que así no se borra...
En cualquier caso, la lavaría.
Voy a darme una vueltecita por tu casa a trastear ¿O.K?
Un besito.
María
Solemos valorar , cuando perdemos !así somos los seres humanos.
ResponderEliminarHumberto te dejo un FELIZ DÍA DEL ESCRITOR ! (Junio 13). Sólo a quienes se lo merecen de verdad.
Saludito
Cris//mujeresdesincuentay
Como siempre, un placer leer tus entradas, bastante interesantes :)
ResponderEliminarComo siempre, un placer leer tus entradas, bastante interesantes :)
ResponderEliminarLa ceguera egoista nos hace estar ciego ante el mundo que nos rodea...un saludo...muy buen post
ResponderEliminarMuy bueno. Muy descriptivo. Casi real. Saludos!
ResponderEliminarespectacular! a pesar de lo triste... la historia es preciosa... o lo es acaso la forma de narrarla?
ResponderEliminara veces entre las sabanas se pierde el control y se olvida... el orden que debemos guardar al despertar....
ResponderEliminarTenés un premio en mi blog :)
ResponderEliminarSaludos!!!
Guau! que lindo lo que encontre por aca! Me quedo! Beso y gracias por pasarte por el mio.
ResponderEliminarHumberto,
ResponderEliminarUna entrada sencilla, pero muy simbólica... Es agradable y evasiva la lectura.
Un saludo
Una separación es siempre triste , pero la cama es el lugar donde se notan las ausencias.
ResponderEliminarBesos
Que duro es darse cuenta de que realmente nos equivocamos terriblemente y lo nublabamos con ideas tercas y sin razon.
ResponderEliminarSon las lecciones mas duras que nos toca aprender, hasta que perdemos lo anhelado.
Genial reflexion, abrazote, Humberto!
Intesante blog... Un saludo.
ResponderEliminarEncontró la prueba tangible en el momento que puso algo de orden en la cadencia de su decadencia.
ResponderEliminarDe los restos se averiguan las procedencias.
Un abrazo.
hola Humberto, me encantas como escribes, es tan sencillamente hermosa tu estilo, de dan soltura y cuerpo a tus letras.
ResponderEliminarSi tienes tiempo, pasa por mi blog para escuchar mi voz recitando un poema mío, creo que te gustará
Con ternura
Sor.Cecilia
Sor Cecila, a pesar de no ser cristiano (o católico) nunca supe bien la diferencia, tus visitas y mensajes son recibidas con devoción religiosa. Eso me alegra mucho.
ResponderEliminarUn beso a ti... y a todos.
HD
Humberto: Muchos de tus personajes hablan de separación, es triste, pero muchos hemos aprendido a estar solos,porque nuestra pareja ha muerto y otros por no hacerla infeliz.
ResponderEliminarMi cariño de siempre:Doña Ku
Y después de continuar pensando en ello..., al final los restos en una sábana se pueden lavar, o si no salen, con sustituir la sábana por otra ya está pero ¿y qué pasa con los restos que se quedan en el alma? A esos ni la lejía, ni el aguarrás, ni unas tijeras de podar los quitan de allí. Y el alma no la podemos cambiar por otra...
ResponderEliminarBueno, si al final ¡serán más largos mis comentarios que tus escritos!
No me cansaré de repetirlo: algún día quisiera llegar a escribir como tú.
Me vuelvo a mi rinconcito. Estoy esperando una foto que me han prometido...
Un beso y un abrazo enormes para ti.
Carmen.
Ay, Humberto FELIZ DIA DEL ESCRITOR atrasado... (Olvidos que pasan por vivir corriendo).
ResponderEliminarEse sí es un lindo día para que festejen:los que se animan, los que no torturan demasiado a quienes los leen, y ESPECIALMENTE ESTE GRAN ESCRITOR HUMBERTO DIB a quien no me canso de leer!!!!!!!!!!!!!
Y 364 otros días del escritor para que sigas escribiendo... Beso
Humberto:
ResponderEliminarla realidad duele, el darse cuenta.
la ausencia habla por sì sola.
hay situaciones que exceden nuestra propia naturaleza.
¡me encanto el texto¡
besos
No pude dejar de estremecerme al ver la babosa de tu escrito, me dan tanto miedo.
ResponderEliminarmuy buena la entrada de hoy señor Dib, disfruto mucho de sus relatos! saludos!
ResponderEliminarSiempre hay restos de naufragio, que transitan a la deriva, hasta que, un día, de repente y sin capacidad de reacción, te topas con ellos. Las sensaciones y los pensamientos, que se generan esos momentos, son ciclópeos e inverosímiles. Buen texto Humberto. Un abrazo.
ResponderEliminarEse acierto cotidiano te demostro
ResponderEliminaruna dura realidad.
Como siempre amigo desde tu simpleza en el decir, nos atrapas
en cada relato.
Cariños.
Gracias por tu visita y por tus palabras. Es evidente que yo me quedo como discípula.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Humberto, sentí mucha tristeza, lo describiste bien, muy bien, mis sentimientos de nostalgia, me hace que te de las gracias, por tus escritos.
ResponderEliminarUn beso .
A veces hay que airear las sábanas para ver con claridad las huellas que quedaron…
ResponderEliminarFantástica manera de narrar esos momentos de nuestra realidad…
Un placer pasar a visitarte amigo ;-)
Muackss!!
Tremenda bofetada de realidad.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo ordenado
Olá, meu mais novo amigo!Teu blog é o máximo! Gostei muito de passear por aqui. Teu poema descreve as cenas de uma forma muito detalhista e realista, gostei muito! Meus parabéns!
ResponderEliminarabraços
muchisimas gracias insigne y sensible poeta por concedernos el privilegio de sumergir nuestra alma en el bellisimo manantial de tus letras, un besin muy grande de esta asturiana amiga y admiradora.
ResponderEliminarJolín! Si cada comentario en tu blog fuera un euro!!
ResponderEliminarEn fin, Humberto, yo ya te he comentado, no he cambiado de opinión; pero tengo a Carlita en la espalda, no sé con qué me está empujando pero ni me atrevo a mirar... Me ha dicho que tenía que venir aquí urgentemente y que ya tú sabías el porqué. (Yo , la verdad, no entiendo nada, pero creo que mejor le hago caso)
Un abrazo muy fuerte querido amigo.
(Ay! me ha vuelto a empujar! me dice que te diga que ella ya había visto las sábanas, pero que no te dijo nada porque no era de su incumbencia [mira que es una cotilla esta Carlita!])
hola, seu blog é fantástico, estou seguindo, obrigado pela visita, saludos desde Brasil!
ResponderEliminarEsa sensación de culpabilidad, es una importantísima reflexión para darse cuenta que tenemos que valorar mucho mas lo que tenemos al lado, y no nos damos cuenta hasta que la perdemos.
ResponderEliminarInteresante post Humberto.
que tengas una buena semana.
un abrazo.
Amigo, passei aqui pra dizer que me apaixonei por seu blog e estarei sempre por aqui, bjussss
ResponderEliminarAndreia Fargnoli
Belo Horizonte/MG
Un rastro que marca la huella de una relación vacía y desdichada. Probablemente el mejor desenlace y el único rastro que quede sea ese.
ResponderEliminarMaravillosas líneas
...y gracias por seguir mi espacio.
:)
Lo importante es que ese rastro sólo sea pasado, que para ambos no se repitan huellas así en la nueva vida.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo, la descripción muy real, Saludos
Tu pluma nos lleva bien en el recorrido de las acciones y los pensamientos de él.Esta ficción, es una realidad, que muchos tardan en tomar conciencia de la infelicidad que proporcionan a quien les ama. Porque no escuchan,ni ven,ni sienten, al otro/a,solo están ensimismados en ellos por puro egoísmo.No hay que esperar en dejar solo/a, a quien hace sufrir tanto.
ResponderEliminarUn gusto visitarte y leerte, unos problemitas de salud me tuvieron este año lejos del mouse. Vuelvo despacio.
Un abrazo Humberto.
que triste... que cierto y liberador en el fondo :)
ResponderEliminarSorpresivo final, para culminar eso que va creciéndose desde un inicio más descriptivo. Me gusta.
ResponderEliminarLa simplicidad tiene su encanto. El autor "se deja ir", contempla al protagonista y organiza escrituralmente la dicha observación, de ahí somos informados, enterados del drama del personaje. Simpleza erigiendo la grandeza.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Wauuuuuuuu me la imagino alli llorando cada noche abrazando las sabanas :(
ResponderEliminarEstoy feliz en tu sitio Humberto. Ya me agregué, que no me había permitido antes. Tengo mucho que aprenderte.
ResponderEliminarun abrazo.