En las paredes de la habitación podían verse los agujeros que habían dejado las balas de la policía. Agujeros iguales a los que tenía el cuerpo del hombre que yacía en el piso. Había sido un homicida feroz, un sujeto que nunca tuvo compasión por nadie. En el bolsillo superior izquierdo de la chaqueta del muerto, un oficial encontró el libro Crimen y castigo. La “a” de castigo estaba atravesada por un proyectil, el mismo que había llegado hasta el corazón del asesino. El policía tomó la novela con dolor, pues se trataba de su libro preferido. Le causó un hondo pesar verlo así, mancillado. Tuvo la sensación de estar frente a los restos de un querido amigo. Sin dejar de acariciar la tapa, el oficial se agachó sobre el cadáver, lo miró con desprecio y le escupió la cara. Todos los demás policías siguieron su ejemplo.
Queridos amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por lo comentarios para “Los hilos del titiritero”.
(Y muchas gracias por el apoyo y las palabras de motivación, ahora a seguir con lo que importa: la Literatura.)
Nos estaremos leyendo.
Un gran abrazo a todos.
Humberto.
Hola Humberto Dib, no Did...jejeje. Con respecto a tu relato, creo que el delicuente abatido por la Policía no era merecedor de leer la obra de Dostoievski. Más bien debió haberse leído a Condorito o las historietas baratas 'made in USA' de policías y ladrones. Saludos desde Panamá.
ResponderEliminarA veces las personas más torturadas son las más incomprendidas son las más agresivas son las más desubicadas...
ResponderEliminarPero el libro también puede ser un mensaje.
Abrazos!
Acertado momento de la vida policiaca.
ResponderEliminarEl policía profesional acaba formando parte de una psicosis de grupo, desde donde contempla a los demás policías como los buenos y al resto de la humanidad como los malos.
De aquí origina la brutalidad policiaca.
Eso y pasar la vida viendo que el criminal cotidiano no es de torva caracterización como en el cine, sino con la apariencia de cualquier tipo de todos los días.
EXCELENTE !! En tus relatos utilizas el vehículo de tus palabras para describir las impresiones mas profundas que el ser humano puede captar, en las personas.. en la vida. ( es este el caso, en esta tragedia ).
ResponderEliminarCariños Humberto.
Que cultura la del asesino, o mejor, que mensaje la del escritor.
ResponderEliminarMe gusto muchísimo.
Un abrazo
Gino.
Yo no quiero ser buchona... pero el oficial se hizo el sota y le afanó el libro al chorro!
ResponderEliminar¿Por que no puede un feroz homicida, leer Tremendo libro? Sí que puede. Un intelectual y un criminal pueden, perfectamente, convivir en el mismo cuerpo.
Un besote!
Muy lindo texto.
Bravo, Humberto. El criminal tuvo su castigo. El libro, aunque haya resultado dañado, podrá restaurarse y llegará hasta que el tiempo quiera darle todo su tiempo, el que le corresponde, a pesar de las heridas.
ResponderEliminarRecibe un fuerte abrazo cargado de ánimos para seguir adelante. Ya sabes que tienes muchas manos a las que agarrarte si en algún momento lo necesitas, las mías entre ellas.
Biquiños...
Y ahora sí, dulces sueños en esta madrugada...
Carmen.
Olá Humberto, boa noite!, uma historia muito interessante. A indignação do policial em relação ao assassino foi de desprezo. Quando viu que o livro que estava no bolso era o seu preferido e estava destruído e manchado de sangue. Quando se gosta muito de um livro,a gente sente carinho pelo autor e pela história como que fosse um ente muito querido.
ResponderEliminarUm beijo grande no coração!
Smareis
me gusto el relato y eso me recuerda a que debo leer crimen y castigo... y me dejo que pensar, por momentos parece ser los mismos policías los que cometen crímenes, igual creo que esa es un sobre interpretación...
ResponderEliminarSi quieres pásate por mi blog
...llegaron a tiempo...rescataron el libro...
ResponderEliminarun abrazo
Este texto te salió redondo desde el título.
ResponderEliminarLo que más me gusta, es que le quitaste a los 2 personajes principales los motes clásicos.
La típica visión es que tanto el asesino como el poli "no" pueden leer. Uno por psicópata endiablado y el otro por policía bruto e ignorante.
Bravo por desmitificar ciertos clichés ridículos.
Está demás recalcar lo bien que resolviste la situación paradójica.
Gracias por postear pronto y sacarme el sabor agrio de la entrada anterior.
Esto es lo tuyo, Dib!
I`m team H! :D
Big big kiss darling!
Una entrada redonda, deja atrás cualquier oscuridad que por aquí haya pasado. Los escritores responden con talento, así me gusta Hum.
ResponderEliminarBesazos.
Stefi
Impresionante forma de mostrar la distancia que hay entre la literatura y la vida. A veces gigante, a veces ínfima. Me ha recordado a la familia Corleone, que lloraba al escuchar ópera. En algunos la sensibilidad es una característica orbital, no forma parte de su conducta diaria.
ResponderEliminarAbrazos.
Excelente. El final fabuloso.
ResponderEliminarEs que sensibilidad, creo, no es una característica objetiva y fácilmente limitable. Sensibilidad es la capacidad de sentir, no se siente sólo Mozart o Dalí, también se siente el odio, la crueldad y a veces todo junto en la misma persona casi al mismo tiempo.
ResponderEliminarPor otro lado, perdón el posible sentimentalismo, me impactó la conmoción ante un libro antes que ante una vida humana hecha trizas, haya lo que haya sido esa vida humana (y ese libro)
Este micro me ha llenado de disparadores, muchas gracias Humberto, un enorme abrazo desde el sur.
Quién sabe si el homicida buscaba autoperdonarse leyendo Crimen y Castigo, o se sentía un ser superior con derecho a matar. Quién sabe si el policía se creía el inspector protagonista de la novela y no le pareció digna de ese criminal que hasta osó dañarla. Situaciones, sujetos contradictorios, unidos en una suerte de absurdo. Y tal vez no tan diferentes, a pesar de todo... Algo de todo lo que sentí yo.
ResponderEliminarLo que imagino ahora es una maquinaria sensible y precisa como la de los relojes, incansable, que trabaja adentro tuyo y te hace un genial artesano que piensa hasta en la pieza más excéntrica. Chapeau!
En realidad a la novela la dañó el policía, pero por culpa de él.
ResponderEliminarBueno como pasa siempre, quién habrá tirado primero?
Creí que el policía escupiría a los otros policías buscando al culpable del disparo que "dañó" su fantástico libro ¿escupir a un cadáver? En fin, la brutalidad sigue disfrazada.
ResponderEliminarSaludos.
el libro herido -o muerto- se presentaba como una vìctima no reconocida.
ResponderEliminarsiempre interesantes tus relatos
felicitaciones
Blas
Dureza extrema nos traes hoy, Humberto.
ResponderEliminarLlegué por azar al blog, me ha gustado mucho el formato y sobre todo la facilidad en que se plasman las pequeñas historias acompañadas de las imágenes para darle una simbología complementaria.
ResponderEliminarSeguiré por acá leyendo. Saludos...
Creo que los valores son relativos...cada persona es un mundo. En ciertos casos no debería tenerse en cuenta lo que cada persona valore o no...sus motivos tendrá.
ResponderEliminarSaludos, Humberto!
¿Todo bien?
es un gran relato y una gran contradiccion!!! me gusto muchisimo y me ha dejado pensando mucho!!! pero es muy bueno... que gran cultura la de aquel libro perforado... un abrazo!!!
ResponderEliminarEl asesino era despiadado pero con buen gusto para la lectura. ¿O tal vez lo hubiera robado para venderlo?
ResponderEliminarMuy mal deja este "micro" a los policías. Entiendo que el asesino estaba buscando su castigo desde hacía tiempo , pero, el polícía, también ... era, protagonista del libro en cuestión, tal vez, por su manera de despreciar al ser humano y considerar que lo suyo no era un crimen.
ResponderEliminarConclusión: El criminal tuvo su castigo y el castigador cometió su crimen., luego el título de Biografia de Fiódor Dostoievski, es perfecto.
Un beso.
Aloe.
Crimen y castigo...¿Quién castigará al policía por el suyo?...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Ciao HUmbeto Dib sei stato tu che hai fatto questo commento nel mio blog?http://ilpeccatoveniale.blogspot.com/2011/09/windows-phone-7.html#links
ResponderEliminarNon ho capito nulla di quello che hai scritto.Ripetere grazie.
Cordialmente --Galadriel del "peccato veniale"
Qué profético el libro en su bolsillo. Me encantan los mensajes que encierran tus relatos y que luego cada uno interpretamos a nuestra manera :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Podrán gustar más o menos tus escritos, pero lo que siempre hacen es sorprender
ResponderEliminarSe puede apreciar mas a un libro que a una persona? Pues si en estas circunstancias parece ser que si, aunque yo al verle muerto, quizás me ablandaría.
ResponderEliminarCosas de policias y maleantes.
Besitos y sonrisas mil :-)
Buen escrito y bien escrito...
ResponderEliminarno me gustan las secuencias de violencia innecesaria y menos mal que los policias lo escupieron, que un poco más y lo rematan...
¿quién se queda el libro?.
Un saludo.
Un relato muy duro amigo humberto, la dureza de la situaciòn te hace salir rapidamente del relato para respirar aire fresco.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
paco
Mi sensación es que lo que le ocurre al policía es que al descubrir que aquel ser despreciable sentía el mismo amor que él por el libro se sintió equiparado, es decir, semejante a lo que más odiaba.
ResponderEliminarLos demás policías escupen por inercia, él por rabia.
Tremendo relato, deja ese poso que te invita a seguir pensado un buen rato después de leerlo, y, eso, querido amigo, es muy difícil.
Excelente una vez más.
Un fuerte abrazo.
Qué mal lo pasarán cuando, en vez de agujeros de bala, sufran los lanzallamas.
ResponderEliminarSólo sensibilidad y gusto por la buena literatura no hacen una mejor persona, ayuda, pero nada más.
ResponderEliminarBesitos.
No hay crimen impune…y no hay relato mi querido amigo que no me atrape…
ResponderEliminarUn placer caer en tus redes ;-)
Muacks!!
Hola
ResponderEliminarEstá claro el relato, pueden buscar las conexiones que quieran con Crimen y castigo, pero metaforicamente hablando, Humberto a elminado de un plumazo (mejor dicho de un disparo) a sus fantasmas.
Saludos
Roy
Vaya, tal vez no fuera tan malo el delincuente...
ResponderEliminarbesos
Al no entender el título creo que me pierdo. No le pillo. Problema mío, seguro.
ResponderEliminar(Noa del TLF)
ResponderEliminarla escena va tomando cada vez más relieve, pero lentamente y así uno llega a ese final...en la vida creemos que hay diferencias... ¿pero las hay? el policía y el asesino...¿en qué se diferencian? Muy bueno el mensaje Humberto!
Realidad y ficción unidas por el castigo y el crimen. Todos actores del mismo drama.
ResponderEliminarUn beso.
Realidad y ficción unidas por el castigo y el crimen. Todos actores del mismo drama.
ResponderEliminarUn beso.
Veo el retrato de la sensibilidad por lo que nos es afín y su ausencia cuando se trata de algo o alguien que rechazamos. A veces se llama intolerancia.
ResponderEliminarSaludos.
Bueno, con un mensaje fuerte. Chau, Arianna
ResponderEliminarCreo que la mayoría se ha dado cuenta de que todo el texto dice más de lo que dice... No sé si es el mejor mensaje, pero que es fuerte, seguro.
ResponderEliminarAbrazos.
Humberto, es que un libro es un amigo y si es el más querido casi de la familia. Me gustó tu relato y me alegro que siga la literatura andando.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo que a mi me sorprende esque un proyectil ograra atravezar Crimen y csatigo... de que tamaño eran sus bolsillos??
ResponderEliminara veces nos sentimos mas indignados por algo pequeño sin importar el entorno.
Que nadie mencille mi libro favorito. Me sumo al escupitajo de los policías.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me hace acordar un poco a la película Tropa de élite.
ResponderEliminarUna cosa es combatir la inseguridad y velar los por los derechos de la sociedad, y otra cosa muy distinta es rebajarse al nivel del que combatís... termina siendo una lucha de iguales, cuando nunca debería ser así.
Pues creía que la novela le iba a servir de chaleco de salvavidas, jaja, le dio en pleno corazón.
ResponderEliminarBonito relato
Algunas veces los policías tienen el raro privilegio, por decirlo de alguna manera, de ser juez, jurado y verdugo. Algunas veces por las razones correctas, otras no tanto.
ResponderEliminarEscupirle en la cara a un asesino, muerto, después de haberlo acribillado a balazos es para mí, síntoma de que sería mejor que renuncien a la fuerza. Se pasaron de la raya. Perdieron la capacidad de distinguir el bien del mal.
Es lo que me gusta de tus relatos
ResponderEliminarBreves e intensos, muy bueno!
Besitos en el alma
Scarlet2807
Menuda simbiosis concebida en el ser humano. Cada uno cree hallar su papel en este mundo, y es etiquetado por ello, moralmente. Pero siempre hay un albañal debajo de todo ese ascetismo y bondad, como detrás de la crueldad, alejado a los ojos puede haber un alma incomprendida.
ResponderEliminarExcelente micro, apreciado Hum.
-Bs-
¡Hola!
ResponderEliminarYo creo en la misericordia, a pesar de todo; un libro es mucho, un ser humano mucho mas; no le escupiria aun cadaver, en parte por respeto, en parte por temor a apariciones futuras, jaja :) Mi opinion,un saludo :)
Buee era un homicida con buen gusto para la lectura, es feo decir q algo bueno tenia, jeje...besos Humberto
ResponderEliminarNo todos los delincuentes, son incultos, sólo tienes que ver algunos políticos.
ResponderEliminarUn besazo.
Mi admiración por la puntería del francotirador, darle a la 'a' de Castigo es mucho mejor que al punto de la i de 'Crimen'.
ResponderEliminarEspero por el bien de esta historia que el presunto asesino realmente lo fuera, ventajillas de ser escritor y no juez.
Un abrazo !!
Me suena a los sucesos hoy cotidianos de mi tierra, sólo que en ella ni los criminales ni los policías leen novelas ni cualquier clase de literatura; a lo mucho, ambos grupos le echan un ojo a la prensa para después… ¡Qué voy a decir! Ya se sabe que México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.
ResponderEliminarP.D.
Estaba pensando que sería hermoso que dejaran las armas y leyeran poesía.
Mensaje fuerte??
ResponderEliminarPuede, pero podía ser más fuerte si hubiese hurgado con el dedo la herida... del libro, ¡Por supuesto! je ,je...
No veo pruebas que lo acusen, en todo caso el culpable es el libro por no detener el disparo al asesino.
ResponderEliminarUno es inocente hasta que no se demuestre lo contrario.
Saludos
ufff.. sin duda ese hombre se fué muy bien instruído, la muerte como castigo, fué el peor castigo que pudo haber tenido...comparto lo que dice por aquí una amiga, yo tambien me ablandaria al verlo muerto, lo de la escupida pues ya no tenia caso, pues ya ni siquiera se dió cuenta de eso.
ResponderEliminarUna buena postura, Emilio...
ResponderEliminarCon respecto al anónimo, está al caer, hay dos datos, con el feedjit de varios blogs vemos desde dónde entra y el otro es sorpresa.
Abrazos.
Salute a tutti voi! Vorrei rivolgermi all'autore del blog: Credo di essere stato frainteso da qualcuno a causa della traduzione che risulta poco efficente, e chiara. Non sò sè ho offeso( credo di si...)la persona che anonimamente e venuta nel mio blog a rivolgermi l'invito a seguire il suo! Non intedevo umiliare nessuno, e vorrei che Humerto Dib mi venisse in aiuto per riuscire a chiarire ogni equivoco: non sò sè mai ci riuscirò, ma non voglio offendere nessuno e sopratutto esere frainteso. Aspetto una risposta e nel fratempo Humberto ti ringrazio per il tuo eventuale aiuto.
ResponderEliminarLunga vita e prosperità.
¡Qué buen relato! Una atmósfera agobiante la que aquí nos ofreces. El abatido cometió el crimen y tuvo su castigo. Pero la brutalidad de su muerte, ¿está justificada? ¿Es, a su vez, el policía, también criminal???
ResponderEliminarDa que pensar...
Besotes!!!
Un escrito fuerte, de sensaciones contradictorias, bueno como dice el título. No sabría por quien tomar partido, pero el texto en si es impecable.
ResponderEliminarUn besote.
Caro
Bibliofilia en grado extremo, denuncia de una suerte de blasfemia antiliteraria, crítica feroz de la excesiva cosificación de los libros, los cuales muchas veces son más valorador por ser decorativos que por las sabias lecciones, morales y no morales, contenidas en ellos.
ResponderEliminarEl microrrelato tiene mucho de
exagerado, pero también de alegórico.
Enhorabuena, una vez más, al ilustre autor.
Un cordial saludo,
Rafael Ángel
Buen relato amigo, creo que tuvo mucha razon el policia, aunque con la "a" ya habia tenido su castigo, saludos
ResponderEliminarAunque creo qué este micro va por otros derroteros voy a comentar lo que he leído.
ResponderEliminarEso demuestra que no la gente inculta son malas personas, ni toda la gente culta buena, pero hay una parte del micro que es ficción absoluta en cualquier parte del mundo, y es que un grupo de policías se haya leído crimen y castigo.
Un relato muy bueno, amigo.
Un abrazo.
Humberto, un breve que es muchas páginas para mi gusto...
ResponderEliminarmuy bueno
saludos
humber tenes ese don,especial,de llegar a decir,con maestría absoluta,de escribir dejando en tus palabras un subtexto,precioso! es lo que leeo y lo que quieres decir!
ResponderEliminarun abrazo Hub dib gracias!
lidia-la escriba
huumm... tengo Crimen y castigo cogiendo polvo en la estantería de mi habitación. Has hecho que me entren ganas de releerlo. Sobre el relato, creo que el policía se pone un poco a la altura del criminal con ese gesto, pero bueno. Además, no sabemos cuales son las circunstancias personales del muerto, puede que tenga una enfermedad mental que lo empuje a matar y no sea consciente del daño que hace, o cualquier otra cosa. Quiero decir, a veces ni los malos son tan malos, ni los abanderados de la ley, son tan justos. Un abrazo. ¿Como consigues que un relato tan corto sea tan extraordinario?. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarOlá Humberto,
ResponderEliminarEstou ainda pensando sobre o livro escolhido, Crime e Castigo e ainda tentando desvendar o que esta leitura poderia ter influenciado o bandido morto...
mistérios!
paz e bem
bjs e bom final de quarta-feira, por aqui, interior de sampa, extremamente ensolarada.
hola humberto ya hacia tiempo si señor me a gustado mucho la entrada te mando un abrazo con cariño y espero verte mas amenudo amigo
ResponderEliminarHumberto, debo decirte que me han dejado un anónimo muy extraño en la penúltima entrada, la del día mundial del corazón. No estoy de acuerdo con lo que dice en su comentario, no creo que estés copiando y pegando comentarios, pero algo le has debido hacer o algo ha debido de ver porque ese comentario tan enorme contra ti, no es normal. Supongo que estabas al tanto en cuanto a este tema, pero te aviso por si acaso. Un abrazo
ResponderEliminarNo creo entender bien el mensaje, aunque coincido con algunos comentarios de por ahí de que es terrible el desprecio por la vida humana.
ResponderEliminarGracias por visitar mi espacio.
Esos criminales dañaron al libro, no creo que sea merecedor de tal castigo. Excelente texto.
ResponderEliminarTodos los asesinos en su día fueron niños inocentes...
ResponderEliminarEstupendo
Besos
Siempre sucede, que ni la víctima es tan víctima, ni el verdugo tan verdugo. Habría que escuchar los argumentos de ambos. Aunque en este caso escuchar a la víctima sería difícil. Me encantó este relato, Humberto, a pesar de su dureza.
ResponderEliminarPor cierto, tengo la sensación de que me he perdido algo, en relación a ese anónimo del que hablas. Aunque supongo que será mejor no darle importancia. Lo importante es que sigas como hasta ahora. Por eso te deseo, que todo te vaya muy bien. Un abrazo.
Rotundo y bien escrito.
ResponderEliminarFelicidades
No me gustan los libros sucios, y si es con sangre menos todavía jaja.
ResponderEliminarNo me gustan los criminales, su poco (nada) escrúpulo, deberían todos desaparecer de la faz de la tierra.
Un fuerte abrazo
El feroz homicida terminó su vida como debía terminar,recibiendo su castigo.El crimen a la larga se paga, el libro quedó en manos del policía.Un escupitajo colectivo es lo más despreciativo que puedo imaginar, debió haber una razón fuerte para hacerlo,aunque fuera merecido.
ResponderEliminarSaludos Humberto.
Es que asesinar un libro realmente es un crimen que se merece un castigo *
ResponderEliminarUn beso o 2 #
Pd: me alegro que sigas adelante y nos des la oportunidad de leer tus relatos a aquellos que te admiramos *
Ha recibido de su propia medicina. Impactante relato.
ResponderEliminarUn abrazo Humberto!
Pd.: gracias por tus palabras…
wow..!!! Fantastica narración con un final tremendamente bueno.
ResponderEliminarMi beso para ti Humberto, todo un placer leerte.
Era policía, los demás también eran policías, y quizá todos reciben en la Academia de Policía las mismas instrucciones: vestir el cuerpo, y el alma, de uniforme. Muy bueno el detalle del libro como "hilo conductor" entre el policía y el asesino, que ni siquiera así sirve para que el primero conceda una mínima duda sobre otros aspectos humanos de quien debía ser abatido.
ResponderEliminarSupongo que a veces es difícil separar los sentimientos del trabajo, pero, no se deben mezclar, aun así, era un homicida cruel, que tendría una historia, que de saberla, a veces nos haría tenerle hasta pena, pero seguramente, esa pena nunca llegaría a las familias de las personas asesinadas, un escupitajo sería poco para los familiares de las víctimas.
ResponderEliminarBesos.
En fin, la literatura siempre sobrevive.
ResponderEliminarA veces nos sorprende y molesta descubrir que tenemos algo en común con alguien a quien repudiamos. El resto de los policías actuaron "en masa"; sólo repiten lo que un "líder" hace -hasta sin saber por qué-
ResponderEliminarEn cualquier posición que nos encontremos nos terminamos topando con seres humanos: con sus miserias y bondades, con sus trastornos emocionales o sus aficiones.
Hasta quizás hubiesen coincidido en que a ambos les gustaban las papas fritas con huevo frito... (ni pensar qué hubiese hecho de haber encontrado un pan mojado en la yema ¡Le hubiese cortado los dedos!)
Gracias por pasar a visitarme (el delgado hilo sigue “flameando”... jajajaja)
En la novela original, el criminal es llevado por ciertas inequidades a los crímenes y pudiendo vivir en libertad, se autocondena.
ResponderEliminarEn esta obra, el protagonista recibe la muerte en el castigo. (Sin aparente defensa). A de castigo, ó A de asesinato?
El muerto ¿será un espejo? El crimen ¿quedará impune?
Un abrazo.
Miguel
Muchas preguntas, Miguel, me encantaría poder responderlas, tal vez me las ingenie para encontrar una salida a tantos entuertos.
ResponderEliminarUn abrazo.
:o realmente tu ingenio en cada narración me sorprende. Grandes finales.
ResponderEliminarSaludos, Nahuel.
Me encantó este escrito bastante particular
ResponderEliminarUn saludo
Con qué poco espacio sabe jugar, mi amigo. Gran habilidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tu relato muy interesante. Lo que me recuerda que tengo el libro por leer todavía
ResponderEliminarAbrazo
Perdón querido Humberto, estaba un poco ausente, pero he vuelto... sólo espero que me pueda leer, digo siendo la comentarista número 96 es un poco difícil que sepa de mi! jeje
ResponderEliminarUn abrazo!
Estoy con Eleanor: asesinar un libro merece su castigo. Como siempre hurgando mucho y más lejos de lo que queda por escrito. Bravo, Humberto!
ResponderEliminarbesos
La contradicciòn en la que vivimos por estos dìas...
ResponderEliminarExcelente!
LaLy
Hay pequeños actos mínimos, sutiles que definen, demuestran y conceptúan...
ResponderEliminarMe gustó, besos
¡Hola!
ResponderEliminarte deje un premio en mi blog :) Un saludo
También es uno de mis libros preferidos.
ResponderEliminarMe duele verlo mancillado.
Beso
Sr. Dib ya entré en 325 blogs para desacreditarlo y voy por mas pero el ENFOQUE verdadero soy yo no se deje Vd. engañar.. hay mucha gente que me necesita para lograr que no siga con su maniobra asi que voy a seguir hasta llegar a sus miles de seguidores y quitarselos todos pues ese esa es mi meta ya verá...ENFOQUE
ResponderEliminarBueno, está bien, enfoque-anónimo, es un buen proyecto de vida, después de todo. Gracias.
ResponderEliminara algunos en tiempos de la inquisición los mataron por leer ciertos libros...
ResponderEliminarmenos mal que los tiempos de tortura ya no quedan pero...
un balazo!??
dios... eso es drástico igual
He llegado a este espacio por casualidad. Me encanta este relato, porque Crimen y Castigo es uno de los libros que más me han impactado.
ResponderEliminarAl igual que el protagonista de Dostoyevsky, pienso yo que cuando no actúa la Justicia, se hace imprescindible la Venganza para restablecer el equilibrio.
Le envío un cordial saludo,
Antonio
Bienvenido Antonio y Viejex, es un placer tenerlos por aquí.
ResponderEliminarAbrazos.
Mientras que un libro sea arropado por unas manos no hay proyectil que lo desahucie.
ResponderEliminarMuy bueno¡!,un abrazo.
Es que mutilar un libro también es un crimen. Creo que a nadie se le puede negar el derecho a leer, sean criminales o policías que ejercen como tales.
ResponderEliminarBss.
http://melancora.blogspot.com
Vaya, vaya. En alguna parte leí que durante la 2ª guerra mundial, un sacerdote fue al frente a visitar a los soldados americanos. Al verlo, un soldado le dió una carta para que se la entregara a su familia. Muchos soldados hicieron lo mismo, y el sacerdote apenas podía moverse debido a la gran cantidad de cartas que tenía guardadas en el pecho. De pronto los alemanes se pusieron a disparar. El sacerdote cayó al suelo y al recoger las cartas que se le habían caído, vio una bala. Si no fuera por las cartas, que amortiguaron el impacto, estaría muerto.
ResponderEliminarSin embargo, Humberto, éste caso parece al revés. Diríase que el libro se desentendió de su naturaleza amortiguadora, y permitió a la bala cumplir con su labor de segar vidas.
Ojala más policías tuvieran inclinaciones literarias...
ResponderEliminarJajaja!
¡Saludos!
Bellis
Un libro vale más que todo! Cómo podemos dejar que mueran así??
ResponderEliminarSaludos Humberto!
Ahí queda tu pequeño y magnífico relato. Cada uno de nosotros podemos darle diferentes interpretaciones, pero lo importante es que detrás de esas letras hay un gran escritor que tiene el don de captar el interés del lector.
ResponderEliminarUn besote.
Permiso Humberto, como es más seguro que el Paladín Blogger pase por acá y no nuevamente por mi blog quisiera avisarle que le dejé una respuesta a su comentario...
ResponderEliminarPido nuevamente disculpas y si crees que es un abuso de mi parte por favor no lo publiques...
Gracias y besos