En una reunión tan secreta
que ni él mismo supo que se había realizado, Marco Benetti fue nombrado Líder
del Movimiento Postneomodernoclasicista de pintura. Nadie sabía qué significaba aquello, ni siquiera el propio pintor, pero estaba tan entusiasmado con
el mote que sus trabajos -antes anodinos- comenzaron a tener tal vigor y
frescura que enloquecían a marchantes y neófitos por igual. El lienzo en blanco
parecía atrapar su mano y sólo se la soltaba cuando la pintura quedaba terminada.
“Genio, Maestro, Virtuoso”, exclamaban todos en los vernissages,
y Marco sonreía cándidamente desde el Everest de su gloria. Sin embargo, después de un
tiempo, esos mismos que lo habían elevado, comenzaron a comentar que su obra
estaba volviéndose anquilosada, débil y enrevesada; que algo urgente tenía que
hacer para que Maurice Pontec no se convirtiera pronto en el nuevo abanderado
del Movimiento. No le pesó demasiado tomar la decisión: algunos kilos de
explosivo plástico escondidos entre sus ropas le bastaron para hacer volar la
segunda planta del Museo del Louvre.
Las partículas del
cuerpo de Marco Benetti pueden considerarse una perfecta manifestación del
Puntillismo Cruento, ahora plasmada sobre las pocas paredes que quedaron en pie.
Queridos amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por las visitas y comentarios para “El asesino porfiado”.
Feliz entre-semana, les dejo un gran abrazo.
Humberto.
PD: Subí un nuevo relato en “Cuentos Largos”, por si alguien tiene ganas de gastar algunos minutos en un verdadero cuento perdedor.
Humber... Impactante relato... y como siempre, con un final impredecible. Siempre sigo tus trabajos, fielmente, aunque a veces omita opinar para no resultar "figurita repetida" ...:) Un gran abrazo, para uno de los escritores que más admiro... Todo mi cariño, Vanuchy Fortinera
ResponderEliminarBueno, habría muchas "figuritas repetidas" entonces, yo incluido en mi visita a otros amigos. Sea como fuere, siempre muchas gracias.
EliminarJajaja... llegué en el momento en que le das clic a esta entrada. Qué cruel tan elegante eres. "puntillismo cruento"
ResponderEliminarMexican-Besos.
Casi, casi en el momento que lo estaba subiendo. No hay que perder la elegancia.
EliminarBrazilian-Besos
Y a todo esto Maurice Pontec lo fue a visitar?. Despues de todo el puntillismo cruento no tiene tantos seguidores.....¿O si?
ResponderEliminarUn gran abrazo.....va siendo hora de encontrarnos...no?
Yo creo que esa corriente la creo Marco, no le quitemos los méritos, quién sabe si no sea el movimiento del futuro.
EliminarYo estoy dispuesto, lo sabés.
Un abrazo.
El arte y sus cosas extrañas.
ResponderEliminarBuen relato.
Un saludo.
El arte, sus etiquetas y sus consecuencias...
EliminarMuchas gracias.
Y entre las explosiones se desviste una cruel realidad que tu bordas totalmente.
ResponderEliminarUn beso Humberto.
Dicen las malas leguas que soy realista, pero yo creo que soy plebeyo ;)
EliminarUn beso y muchas gracias.
Eso sí que fue una explosión de creatividad. Lo terrible es que sus obras hasta entonces más famosas pasaron de moda, ante el salto de avanzada de su arte.
ResponderEliminarY pensar, ¡cuánto de verídico se esconde en esta historia!
"Explosión de creatividad" era el título perfecto, pero arruinaba el final.
EliminarMucho de real. Un abrazo.
Finalmente logró alcanzar la inmortalidad quedando estampado en las paredes del Louvre...
ResponderEliminarLas mieles del"éxito" tienen consecuencias imprevisibles.
Puntillismo cruento... Jajaja!!! Estás fatalmente sádico, H.
Y la verdad lo celebro. ;)
Kisses my dear!!!
Bee Bee.-
No lo había pensado, pero es verdad, hace mucho que no escribo un cuentito naïf. Pensá que éste es el 2° para Ato, creo que me faltan dos para cumplir el reto.
EliminarUn beso BeeBee
genial como de costumbre.
ResponderEliminarSaludos, Nahuel.
Muchas gracias, Nahuel.
EliminarUn abrazo.
Humberto, el punto exacto entre la verdad y la tregedia que lleva atras...eso eres tu!!
ResponderEliminarMIL PUNTOS A TU ESCRITO...que no esparza en la pared!!
Un abrazo!
Se agradece enormemente tu puntuación, te prometo que no va a esparcirse en ningún lado. Besos.
EliminarEs difícil, para algunos, descender del Everest...
ResponderEliminarA pesar de ser pintor, cargaba su paleta con un sólo color: o blanco o negro (¡gloria o mierda! -hablando mal y pronto-) Y bueno.... optó por lo segundo. Me queda la duda si Marcos sería argentino porque mientras recorría la planta baja se le escuchó entonar el último verso del himno nacional: "¡Ohhh, juremos con gloria moriiiir! jajaja
Aunque sea como fuere, al final terminó siendo un creativo, siempre a la vanguardia!!!
Excelente historia. Un beso grande, Humberto!!!!!!!!
Fe de erratas: Léase... "Marco", jejej
EliminarCreo que era italiano, pero ni el documento pudieron encontrar. Y coincido, un vanguardista de los más sufridos.
EliminarUn beso enorme.
Brutal y excelente a la vez tu relato Humberto. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias. No es una pose, pero se ve que al releerlo tanto, para mí perdió algo de brutalidad.
EliminarUn abrazo
Hola Humberto!!
ResponderEliminarNo hay nada peor que creerse lo que a uno le dicen para gloria propia,se hinchan como globos,para después...explotar!!
Si basa su obra en los demás,esos mismos hacen que se hunda,mejor es seguir su propio camino,guste o no,pero seguirá siendo fiel así mismo.
Algo así como tú...(permíteme decírtelo)
Un abrazo!!
Has comprendido muy bien la metáfora, se infló hasta estallar, literalmente. Un abrazo.
EliminarGran ascenso a las cumbres del ego con las consecuencias generadas por la codependencia y la necesidad del alimento de elogios, así como la incapacidad de aceptar el reproche.
ResponderEliminarComo el globo que vuela poderoso y con una puntita de alfiler estalla.
Al final retrata a la masa informe que consagra su destrucción y a su capricho la reconvierte a dinámica del arte.
A pesar del concepto "No hay dibujo malo", me quedo con los grandes del arte figurativo tanto antiguos como presentes que dominan la forma y el chiaroscuro. éso, no cualquiera.
Pintarrajos hasta yo, y aunque aparezca una claque que los denomine arte; no lo son en su más excelsa maestría.
El arte exige, y es el reto que nos atrae a sumergirnos en la forma de expresarlo.
Nada más cierto, no hay que ser famoso para sentir cómo y cuánto exige el arte. Es tiránico, pero no podemos escapar.
EliminarUn abrazo.
Humberto: No hay como hacer lo que te gusta por el simple placer de hacerlo.
ResponderEliminar¡Que terrible sería un atentado a cualquier museo por más pequeño que este sea!
Por cierto, recordé un atentado simplón de uno de mis paisano: se orinó en una flama eterna que había en Alemania. ¡Tenía que ser un mexicano!
Un besito de Doña Ku
La pregunta es: ¿se apagó la flama eterna? Otro vanguardista, un Diego Rivera del orín. ;)
EliminarUn beso.
Desde luego!, eso sí, de que le atinan, ¡le atinan!
EliminarEste es un pretexto para mandarte más saludos desde acá.
Doña Ku
A propósito, la flama no era tan "eterna", jajajajaja.
EliminarNo sé si la palabra correcta para el cuento es la de "surrealista", pero en cualquier caso me ha gustado. Probablemente sea una buena explicación a lo que fue la creación del estilo del puntillismo, :P
ResponderEliminarMe gusta tus micro-relatos.
Muchas gracias, Icíar. En relación con las denominaciones, debe existir alguna para lo que hago, pero prefiero no saberla.
EliminarUn cariño.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarComo siempre sorprendiéndome. Pero esta vez puntillosamente me explotó el final.
ResponderEliminarEstás invitado a
"Palabras de amor"
http://nidaeldore.blogspot.com
un abrazo amigo
Y mira que estabas advertido con la imagen, que es el signo internacional de explosivos.
EliminarUn abrazo.
No es extraño,pues yo te lo doy:yo te lo quito, si se suve tan arriba con ayuda,no te quejes si te quitan esta ayuda(es lo de siempre) un abrazo
ResponderEliminarHay muy pocos artistas que pueden prescindir de os demás, Julio, todos los otros se mueven al ritmo de algún organillero.
EliminarUn abrazo.
Bueno en esta entrada veo que has dado un toque crítico al ego y a los que critican el arte en general, sorprendente como siempre pero un final menos sutil al que nos tienes mal acostumbrados. Me encantó la historia.
ResponderEliminarUn abrazo !!
Hay que modificar un poco las fórmulas, un día me gustaría escribir un final intrascendente, algo más parecido a la vida misma.
EliminarUn abrazo.
Qué bueno, arte nihilista llevado a las últimas consecuencias. Me recuerda a la polémica de los minimalistas acerca de si sus obras han de firmarse o dejarlas del todo en blanco, lo del relato sería Art Explosion.
ResponderEliminarMe gustaría mucho si quisieras pasarte a leer mi relato corto Clandestinos del 5 de abril. Saludos. Borgo.
En una época el subtítulo de este blog hablaba de nihilismo, será que no me puedo sacar cierta esencia, por más que lo intente.
EliminarClaro que voy a pasar.
Un abrazo.
Propongo que para entrar a ver esa "obra de arte", por llamarla de alguna manera (puag, qué asco) la gente no pague en dinero, sino en material de construcción. Miras la "obra" y tras ese rato de meditación contemplativa, coges unos cuantos ladrillitos, le echas cemento, y listo. El siguiente visitante, lo mismo. De esa forma se podrá restaurar lo que ese bárbaro que en paz descanse "con tós sus muertos" (como decimos en mi ciudad) destrozó. Ah, pero el pintado de la pared, que lo haga un pintor de brocha gorda, no vaya a ser que un artista de vanguardia ocasione otro estropicio.
ResponderEliminarEso, en las tareas de reconstrucción, que no entre ningún artista, jeje.
EliminarUn abrazo.
Ay, las etiquetas...elevarte o hundirte...por eso hay que ser más listo que todo eso.
ResponderEliminarNunca me gustó el puntillismo, pero después de este cuentito...buf, menos.
Eres la primera que hace una directa referencia a las etiquetas, me gustó, porque fue el disparador del relato, el Postneoblablablá...
EliminarUn beso.
Los artistas y sus locuras... Abrazos
ResponderEliminarCada uno tiene la suya, al menos que sean sanas, ¿no?
EliminarPrecioso relato¡me encanto¡.Besos inmensos de luz.
ResponderEliminarLos acepto y los recibo, qué mejor que un beso luminoso.
EliminarMuchas gracias.
Ni Seurat hubiera pintado mejor un atardecer en el Louvre.
ResponderEliminarMe ha encantado esta crítica a lo efímero del arte en nuestro tiempo, ya que si bien las vanguardias del XIX y XX se sucedieron casi atropelladamente, esto lleva visos de que el ritmo se ha desquiciado.
Por otro lado los falsos pedestales ahora ya no se elaboran de mármol de Carrara, sino de yeso de karst.
Besos, querido narrador. Magnífico
Has entrado de lleno en el mundo de la pintura y sus afectaciones, se nota que de eso sabes.
EliminarUn beso y muchas gracias.
Que dardo más elegante y fino has descrito en este relato. La fama es así, quién te ha ensalzado al segundo te hunde en la miseria, tienes que tener la cabeza muy bien amueblada y los pies en la tierra para no dejarte cautivar por esos ecos sonoros que pueden enmudecer al ritmo de la moda puntual.
ResponderEliminarBrillante querido mago!! besitos.amelia.
Muchas gracias, Amelia. Me quedé pensando que mi cabeza está amueblada con varias cosas, pero algunos de mis muebles más preciados son los amigos como tú.
EliminarUn besote.
Puntillismo Cruento???? eso suena a arma de destrucción masiva... ufff cuida no te vayan a buscar la CIA y compañía, jeje
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
Estoy paranoico desde que lo subí, no sea cosa que quieran acusarme de algo raro.
EliminarTe debo una visita, pronto estaré por tu increíble blog.
Un abrazo.
Magnífica entronización y descenso de este pobre artista de los tiempos modernos, pero sobre todo, los cartuchos de dinamita plástica... El último párrafo es excelente, de una magnitud tan incomprensible como la devastadora frustración que deben sufrir quienes han experimentado este tipo de éxito.
ResponderEliminarAbrazos
Desde que se inició el denominado postmodernismo, comenzamos una carrera loca de sinsentidos y frustraciones. Una pena, pero es así.
EliminarUn beso.
el éxito y un sinsentido que nos enorgullece, un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Tomás.
EliminarMaravillosa entrada...algo que suele pasar entre los escritores, 4 días de fama y una eternidad de...bueno, ahí depende,pero por lo general, en vida, se menosprecia...que vida.
ResponderEliminarUn placer leerte, mi adorado Humberto, besos gitanos
Es verdad, pero esta vez traté de no hablar de literatura, para abrir el panorama, pero sucede en toda manifestación de arte.
EliminarUn besazo
Hoy pasare de puntillas incruentas, aunque el juanete me molesta bastante.
ResponderEliminarCuando te lo propones eres muy graciosa, ¡mujer!
EliminarJeje.
Un beso
Esto es arte corporal, claro que sí.
ResponderEliminarY qué hicieron después, ¿una sala privada para su obra?
Un saludo.
Muy cierto, el tipo le puso el cuerpo a su arte.
EliminarUn saludo
Esto le sucede a cualquiera que decida elevar a categoría de verdad cualquier unión de palabras humana (tanto sea propia como ajena).
ResponderEliminarLos sobrevivientes se pondrán de que como puedan,,, y dando un poco de su sangre a borbotones dirán -casi como en un grito- "han nacido un nuevo arte, llamémoslo Pollock Al-Qaeda"...
Los curadores del arte suelen ser su peor enfermedad. Y luego de este juego de palabras bastante penoso me retiro, ;-)
Un fuerte abrazo desde el sur.
Quiero poner el énfasis en la primera parte de tu comentario. Lamentablemente, afortunadamente: Los humanos no tenemos otra realidad posible que la de las palabras.
EliminarY mirá que se puede hacer de todo con ellas.
Un gran abrazo.
Dios, se volvió un avanzado del radicalismo pictorico!
ResponderEliminarSaludos.
Un avanzado, Moderato, un vanguardista.
EliminarUn abrazo.
No me gusta ese tipo de pintura.
ResponderEliminarPero viste cómo se dice... sobre gustos...
EliminarGracias por el comentario. Un abrazo.
puntillismo cruento!?...
ResponderEliminareso es ser un artista comprometido...
Creo que ninguno de los que esamos aquí es tan comprometido, pero ¿está bueno eso?
EliminarUn beso.
El éxito lleva esas contradiciones.
ResponderEliminarSaludos.
Maripaz
El éxito verdadero hoy no existe, es un invento mediático. Bueno, es un tema muy largo...
EliminarSaludos.
La técnica de puntillismo es una de mis favoritas. Sangre! Sangre! Haaaaa!
ResponderEliminarEl traje de la crueldad nos queda a la perfección mi querido Dib.
Bueno, la crueldad es literaria, en la vida real soy un dulce ;)
EliminarBesos.
La creatividad llevada al máximo exponente. Al todo vale, mientras nos mantenga a flote.
ResponderEliminar¿Qué más hay que hacer para ser innovador? La creatividad se agota y se agot... y se ag....
EliminarESE TOQUE LO INMORTALIZÓ,Y RECUERDA,LOS MURTOS MALOS NO EXISTEN
ResponderEliminarUN ABRAZO
Eso dicen: ¡Era una persona tan buena! Dejemos de lado que haya matado a 2000.
EliminarMe ha gustado tu cuento,tiene buena creación.
ResponderEliminarEsun placer pasar por tu blog y aprender.
Pakiba:
EliminarEl proceso de aprendizaje es mutuo, te lo aseguro.
Un beso.
La expontaniedad en el arte esto es lo que vale aunque no se entienda.
ResponderEliminarUn saludo
Está bien, pero no neguemos que si uno es espontáneo y no te lee nadie, te sientes MUY mal.
EliminarUn saludo
Siempre pasa lo mismo, lo que para algunos es basura para otros es tesoro, no podemos dejar de reconocer la apoteótica obra maestra de Mario, y nada menos que en el Louvre!!! Y en definitiva uno es humano che!!! Yo misma tengo en este momento 4 telas en blanco que me putean todos lo días cuando paso por al lado y no les doy bola...
ResponderEliminarMe mató lo de "Líder del Movimiento Postneomodernoclasicista de pintura", fué la primer carcajada del día!!!!
Besos
Me gusta tu humor.
EliminarNovia:
EliminarSabés que pensé en vos cuando cree ese estilo, me dije, esto la va a hacer reír. Me gusta esta mancomunión.
Eso sí, son muy maleducadas tus telas.
Un beso enorme
Tracy:
Un humor que a veces no se entiende, ¿pero importa?
Gracias.
inesperado y explosivo final
ResponderEliminarsaludos
hasta a mí me sorprendió, eso es lo bueno de manener una distancia con los personajes.
EliminarUn abrazo.
Querido Humberto, Benetti poderia muito bem representar estes 'artistas' interneticos, que do nada se tornam algo de admiração por muita gente, sendo logo esquecido pela próxima atração. Meio bizarro isso, né ?
ResponderEliminarGosto muito de artes plásticas, não me importando muito com o material que é feita, mas o resultado.
ps. Meu sempre imenso abraço.
ps.2 São pequenas ficções, mas grande a reflexão que proporcionam.
Que lagal as tuas palavras, rapaz!
EliminarTem muito artista internético que deveria explodir... artisticamente, né?
Valeu cara!
No me termina de convencer este relato.
ResponderEliminarOpino que el Movimiento Microrelatista Bloguero que lidera el escritor Humberto Dib se encuentra en una fase declinante, luego de alcanzar el súmmun literario.
Ofrezco, para evitar la definitiva caída, que lleve adelante una solución similar a la del famoso pintor Benetti, pero eligiendo el edificio donde se desenvuelven los prestigiosos miembros de la RAE. Así tal vez veamos nacer el Letrismo Combinatorio Aleatorio.
Un saludo, Humberto :)
Pocas veces estuve tan de acuerdo con un comentario, voy a ver si consigo explosivos plásticos en algún bazar... ¿dónde se venden?
EliminarExcelente comentario, no me canso de decirlo.
Un saludo, Sergio.
Pul Gauguin, dijo que "El arte es revolucionario, o simplemente plagiador".
ResponderEliminarPero creo que no tuvo en cuenta las bombas.
Buen relato.
Un abrazo.
Muy cierto lo que dijo Gauguin...
EliminarMe quedé pensando si no podría crearse un arte a partir de explosiones de color... bueno, creo que ya existe.
Un abrazo.
Visto lo visto con el arte moderno, cualquier cosa es susceptible de ser arte, hasta un cadáver despedazado. De todas formas creo que es la muerte ideal para un pintor. En el Louvre y junto a los mejores cuadros del mundo. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas veces me cuestiono lo mismo, principalmente en las galerías de arte moderno.
EliminarEs verdad, en el Louvre quedó ;)
Un abrazo
"Antes muerto que ignorado..."
ResponderEliminarForma parte del ego de algunos artistas, ser reconocido como el mejor y no quedarse en la oscuridad, ni en el silencio.
Impresionante relato Humberto.
Un beso
Muchas gracias, Uxue. El ego es necesario para muchas actividades y los límites se hacen difusos.
EliminarBeso.
UUUUUUfffffffffff Humberto... hoy me ha hecho daño tu historia... y es que solo pensar que un loco te copiara me muero. Ando estos días muy triste porque están destruyendo antiguos emplazamientos en Siria y sobre todo Ebla... en fin... hoy me voy un poco "preocupada" y no me he reído pero de nuevo me has sorprendido.
ResponderEliminarUn abrazo querido amigo.
Es un relato, Beariz, aunque toque temas muy complejos.
EliminarUn beso.
Cuando las criticas no son bien recibidas y el ego es más importante que la obra pueden ocurrir estas cosas. Duro final para una vida incompleta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Ego y Obra. Dos ítems que suelen correr de la mano.
EliminarUn abrazo y gracias por la visita.
Que bueno!!!
ResponderEliminarHe tenido la suerte de haber estado el mes pasado en París, de visita en el Louvre con este texto me has transportado de nuevo allá.
Te felicito.
Un abrazo Humberto
Bueno, al menos te rajo recuerdos lindos, me alegro por eso.
EliminarMuchas gracias y un beso.
Hay competencia entre los artistas??? No creo...su ego es tan pequeño!!! Un abrazo...
ResponderEliminarYo compito con tu blog, sólo que lo cuanto a espaldas tuyas, así no te das cuenta de nada ;)
EliminarUn abrazo.
Vaya, vuelvo de vacaciones y te veo de un explosivo...
ResponderEliminarNo me esperaba el final, y se me queda una sensación de tristeza al pensar que el Louvre haya desaparecido. Te volviste maloso, maloso. Me ha gustado el término Postneomodernoclasicista, indica que tenía que agradar a demasiados matices como para que resultara bien ¿verdad?. Las cumbres no suelen traer nada bueno.
Un abrazo.
Te vas de vacaciones y se te extraña. Pero no te preocupes por el Louvre, está en pie, vivito y coleando.
EliminarUn beso.
Y ni aún así habrá podido calmar esa sed animal, ese agujero negro de la expectativa. Hay una delgadísima línea entre el arte y el titeriterismo, no? Me hiciste recordar que cuando empecé a publicar en mi blog yo solía pensar "y esto a quién c.. va a interesarle?"..después un buen amigo me dijo que mejor sería largarme a escribir sabiéndome no-multitudinaria, y aunque la inmunidad al otro (o más bien al Otro) sea imposible, siempre trato de escuchar los ecos de esa frase cuando el mundo amenaza a perderme de vista. Quién sabe..
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Veo que sabes de la diferencia entre el otro y el Otro...
Eliminar¿Crees que yo comencé con 2400 tipos como 'Dibinos'? Estuve un año escribiendo para mí, hasta que un día, de repente, comenzaron a aparecer personas amables que se interesaron por esto que hago, y así comenzó una vorágine que, a veces, me cuesta sostener. Sea como fuere, los números no indican calidad, mal que me pese.
Un abrazo.
Y sin embargo lograr hacer de la propia muerte una obra de arte tiene no poco mérito.
ResponderEliminarSorprendente y excelente, Humberto.
Es un gran mérito, Rob, se lo ganó.
EliminarUn abrazo.
EL arte también está incluido en este mundo depredador. No me extraña nada la decisión que tomó el pintor. Yo hubiera hecho lo mismo pero sin mí dentro.:):):):):)
ResponderEliminarUn abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Que no te escuchen los amantes de los museos, porque te van a odiar ;)
EliminarUn abrazo, Mos.
Un magnífico retrato de la banalidad que nos rodea, llevada al extremo. Me parece un relato espléndido.
ResponderEliminarMuchas gracias, Albert, viniendo de un 'analista' de realidades como tú, el honor se multiplica.
EliminarUn abrazo.
Excelente, bueno para meditar. Me hiciste recordar a Picasso cuando la crítica no fue de su agrado... Me ha encantado, amigo. Un abrazo.
ResponderEliminarLa relación de la crítica y el artista siempre es tensa... me refiero a los verdaderos artistas, no a los que cumplen los dictámenes de algún otro.
EliminarUn abrazo.
Por eso no hayáis federen lisonjas ni halagos, no despegar los pies de la tierra. Besos Humberto
ResponderEliminarYo leo, creo y no creo, es como nadar a media agua.
EliminarUn beso mi bienquerida.
Ja, ja, ja, muy bueno el final. Hay que ver lo que son capaces de conseguir las críticas de los "entendidos".
ResponderEliminarMuchas gracias, mi querida amiga.
EliminarEs increíble como hasta el pintor más Postneomodernoclasicista consigue C4 con tanta facilidad. Sin ir más lejos, hace unos meses lograron detener a un impresiosurrearomanticlásico con dos estuches llenos de ántrax. Vincent se debe estar retorciendo en su tumba.
ResponderEliminarPD: no te estás esmerando en escribir mal...Vamos, vamos, algo más pedorro Humberto...
PD1: ¿Dónde están los Cuentos largos? Contestame si podés via mail o en mi blog, pq con tanto comentario, ya no me encuentro...!!jaja!
Ato, te aseguro (ya sé que no vas a creerme) que este texto era un intento de aceptar tu reto. No es una postura falsa. El tema es que, una vez terminado, me dije 'ups, esto no está tan malo' y me dio no sé qué no subirlo.
EliminarAh, si querés C-4 o PE4 podés conseguirlos en la estación Liniers, del lado contrario a Rivadavia, en un puesto de medias y zolcilloncas ;)
Un abrazo.
Obviá la PD1, ya los encontré, dopo te cuento.
ResponderEliminarcuando a una persona no la quieren de chiquito, se aferra con todas sus fuerzas a cualquier tipo de reconocimiento -así no lo merezca-, cuando es adulto para sentirse valorado. es entonces cuando la susceptibilidad se acrecienta en proporciones geométricas cuando el en torno muda de opinión. ¡pobre louvre! ni la pirámide debió quedar en pie. saludos.
ResponderEliminarno, no, la pirámide quedo intacta...
EliminarUn gran abrazo.
Nada de personalidad, desde luego. (o)(o), así se me han quedado los ojos con ese final, jajajaja.
ResponderEliminarBesos Hum!
Un beso, mi querida amiga, gracias por tu cariño.
EliminarPor Diós, eso es tomarse mal las cosas. ¿Pretendía crear arte con su propia muerte? ¿o destruír el existente? Sea lo que fuere,desde luego él ya no estaría para verlo.
ResponderEliminarBesos desde mi mar,
Wonderful work of art Humberto!
ResponderEliminarThank you, Lisa
EliminarCheers!
Por favor, ¿Sería tan amable de indicarme por dónde se va al Everest de la Gloria?
ResponderEliminar-Es para sacarme un billete de ida y otro de vuelta...
Aquí ya no pinto nada, ¿sabe usted?
-Muchas gracias, muy amable.
jejejee
Tan ocurrente/recurrente
Abrazos, Dib
Tienes que tomar un avión hasta São Paulo, luego haces una conexión hasta Tinogasta, ahí te bajas y tomas un micro hasta el Everest de la Gloria, pero cuidado que estamos en temporada alta.
EliminarUn beso.
Hola Humberto, la ultima vez que visité el Louvre, encontré un cuadro que llamó poderosamente mi atención y no llegaba a comprender su significado, pero ahora y después de leer tu relato he comprendido que eran los restos de Benetti plasmados en el lienzo.
ResponderEliminarUn beso.
Bueno, ahora sabes la verdad, eso sí, no recuerdo el nombre del cuadro.
EliminarUn beso.
Por amor al arte!!!
ResponderEliminarBesos!!
Fabi
Por amor al arte, si señora.
EliminarUn beso.
Marco supo lo que era el èxito, no quiso verse relegado de nuevo, suele pasarle esta situaciòn a los grandes divos de las artes plàsticas, antes de hacer una genuflexiòn frente a un nuevo nùmero uno, prefieren el Puntillismo Cruento.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
fus
Fue una vida muy compleja la de Marco, no pudo soportar la presión y explotó.
EliminarUn abrazo.
Las etiquetas con que se clasifica y valora a veces vaya uno a saber con qué criterio. Pero por algo estarán los grandes, y por algo se destacarán algunos movimientos. Y dentro del arte seguro que encontramos belleza y desastre, y ¿por qué existirán esas INSTALACIONES espantosas que a veces casi me atropellan hasta gratuitamente en “Museos de Arte”, ¡horror! no pude encontrar el arte... Es muy subjetivo, es cierto, pero por algo te estoy leyendo a vos y no a otros. Y por algo me estoy riendo tanto de ese puntillismo cruento, de esas partículas Benettistas que fueron como una liberación para mí frente a tanta valoración idiota que a veces nos alcanza. No me gustan las etiquetas ni las "identificaciones" pedorras, pero ante todo para darse ese permiso, hay que ser un grande.
ResponderEliminarVoy a ver tu cuento GRANDE YA. Beso
Hay un punto en el que me identifico con las etiquetas: Todos mis relatos nacen del título, de la etiqueta. Es tan fuerte la idea del título que me genera un texto. Son estilos.
EliminarUn beso enorme y muchas gracias.
Las etiquetas con que se clasifica y valora a veces vaya uno a saber con qué criterio. Pero por algo estarán los grandes, y por algo se destacarán algunos movimientos. Y dentro del arte seguro que encontramos belleza y desastre, y ¿por qué existirán esas INSTALACIONES espantosas que a veces casi me atropellan hasta gratuitamente en “Museos de Arte”, ¡horror! no pude encontrar el arte... Es muy subjetivo, es cierto, pero por algo te estoy leyendo a vos y no a otros. Y por algo me estoy riendo tanto de ese puntillismo cruento, de esas partículas Benettistas que fueron como una liberación para mí frente a tanta valoración idiota que a veces nos alcanza. No me gustan las etiquetas ni las "identificaciones" pedorras, pero ante todo para darse ese permiso, hay que ser un grande.
ResponderEliminarVoy a ver tu cuento GRANDE YA. Beso
Hasta la realidad llega al arte. Tal vez podamos decir acá, como dijo cierto escritor argentino, que un artista tiene dos obras, su trabajo como tal y su propia vida. Acá han de unirse por completo. Lo otro es el miedo de las etiquetas, de los movimientos. De la moda. Abrazos. Está genial esa nombre que le has dado al movimiento artístico, nos demuestra que muchas veces inventamos primero para luego dar un concepto.
ResponderEliminarAcabo de comentarle eso a Ana, en mi caso, para escribir un texto, se me representa primero el título, luego lo lleno de contenido...
EliminarInteresante comentario, muchas gracias.
¿Por qué mi comentario salió 2 veces? Auxilio.
ResponderEliminarBueno, volvía para decirte que leí El Guardían de Identidades (cuento "largo" que tiene el link debajo de la foto /ilustración de Humberto). Te dejé un comentario allí.
Tu cuento es excelente y además me emocionó...
Porque tenés privilegios, jeje.
EliminarMuchas gracias.
Soberbia historia Humberto. Esa explosión fue el óptimo nivel que alcanzó su gloria. Me quedo con el comentario del Gaucho Santillán. Tu historia trae a mi recuerdo la de Max Beerbohm, titulada Enoch Soames, el nombre del protagonista, en este caso escritor, que tuvo un desenlace similar, aunque no una calidad similar a la de tu personaje.
ResponderEliminarUn saludo cordial
Muchas gracias por tu amabilidad, Rober.
EliminarUn gran abrazo.
El ego es más grande que la envidia. Y las esquirlas nos sangran.
ResponderEliminarBien, Humberto.
Creo que lo dije antes, la relación ego-artista es muy compleja. No sé si existe algún artista que no tenga conflictos con (en) su yo.
EliminarUn abrazo.
Por algo dicen que la fama no lo es todo... wow! me encantó!
ResponderEliminarBesos.
¡Pero cómo es buscada!
EliminarUn beso.
Uys, ya me has quitado las ganas de visitar el Louvre.
ResponderEliminarTe escribo en un momento para responder a lo que comentas en el otro post.
Biquiños!
Carmen
No te preocupes, está intacto, puedes visitarlo sin problemas.
EliminarUn beso enorme.
¡Hola Humberto! este cuento muestra una decisión muy dificil de tomar pero también muy grotesca, sin duda un pintor admirable :)
ResponderEliminarEs admirable, estuve buscando alguno de sus cuadros, pero están todos en mano de gente de mucho dinero. En fin... Besos.
EliminarTenía un buen rato sin leer tu blog, como siempre tus historias me fascinan
ResponderEliminar:D
Saludos, que estés bien
Muchas gracias, mi querida Ave, yo también tengo que visitarte.
EliminarUn beso.
Puntillismo cruento o cruento puntillismo??? je, je... Tiene que hacer mucho frío en el Everest!! Bss
ResponderEliminarEso es así, allá arriba te congelas, hay que saber soportarlo.
EliminarUn beso.
SABÍA que nunca tuve que pasarme a las letras.
ResponderEliminarYa es tarde, mi querido Alabama.
EliminarDespués de todo un artista debe crear. Los otros, ponen y quitan galones, transplantan egos y viven del festejo; en otras ocasiones suministran bombas. En cualquier caso los museos están llenos de cadáveres ¿?.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un abrazo.
Debería ser así, pero el artista se involucra demasiado en ese interjuego de galones y egos. Metafóricamente, llenos de cadáveres.
EliminarUn cariño.
No hay concepto absoluto del arte. Su puntillismo cruento es quizá una corriente más exclusiva, con un grupo de seguidores muy particular, seguramente andan por ahí regados por el mundo.
ResponderEliminarYa conozco varios seguidores, dos en España.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
El llamado arte contemporáneo actual es una estafa sustentada en el interès crematístico de algunos ( "creadores" que encima creen en su genialidad, galeristas, representantes y comisionistas).
ResponderEliminarLa necesidad de ganarse las lentejas de otros ( comisarios, directores y empleados de museos, críticos de arte y demás personal de revistas, suplementos y programas especializados).
Los clientes e inversores son:
la burricie y horterez de no pocos coleccionistas ( entre los que se incluye un selecto grupo de macarras multimillonarios, compradores del ultimo grito con un dinero mezclado muchas veces de sangre y petróleo,y para único fin de blanqueo de dinero de oscura procedencia).
El público y los incautos/ingenuos permanecen ajenos a todo este tejemaneje oculto.
El que quiera ser artista hoy en dia, debe valorar el estado actual de las cosas en el mundo del arte y saberlas de antemano.
Buena entrada, felicidades Humberto!
Una visión de Realismo Cruento sobre este relato. Muy acertada e inteligente. Has dicho todo lo que el texto esconde, o todo lo que el texto intenta esconder a través de palabras más "apaciguadoras".
EliminarMuchas gracias.
HOLA HUMBERTO: QUE FINAL...CASI EXTRAÍDO DE UNA PELÍCULA DE BRIAN DI PALMA.-
ResponderEliminarFELICITACIONES Y ADEMAS ME HE FIJADO QUE HAS RESUELTO ESCRIBIRLES A TODOS, MEDIANTE CONTESTACIÓN DE CADA COMENTARIO...BRAVO POR TI...PUES ERA UNA PREOCUPACIÓN MUY LATENTE EN TU PERSONA .-
UN GRAN ABRAZO Y MUCHA SUERTE.-
Di Palma lo habría hecho magnífico. Es verdad, estoy más tranqui con el tema de no poder devolver el afecto.
EliminarUn abrazo.
¡Tengo ganas de volver a visitar el Louvre, encontrarme con ese puntillismo cruento al estilo del mejor Seurat, y lanzarme al vacío espectral de los movimientos pictóricos desconocidos que tan hábilmente nos narras!.
ResponderEliminarUn abrazo Humberto.
Muy lindo comentario, Laura. Más que nada por la valentía que implica conocer un arte tan... cruento.
EliminarUn beso.
Ya sabes, Dios aprieta pero no ahoga, el hombre te alza pero te deja caer.
ResponderEliminarbesos,
No sé con cuál de los dos quedarme, porque Dios es bastante perverso apretando sin ahogar. Lo voy a pensar
EliminarBesos.
Para un hombre que había vivido ajeno a su propio triunfo y también a su caída, es un final bastante digno. Valiente. Protagonista de su destino por única y última vez.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un saludo.
Muchas gracias por su comentario, Don Yoni.
Eliminar¿Para qué un explosivo plástico? Se tomaba una botella de ajenjo como Manet y se olvidaba del problema. Además, con ese explosivo entre las ropas, ¿como pasó los controles de rayos X y el arco detector de metales del Museo? Y los fué a explotar a la segunda planta, justo ahí, donde están las mejores pinturas francesas de los siglos XII al XV? Creo que el loco de Marco se bebió la botella de ajenjo, se durmió y toda esta historia la soñó...
ResponderEliminar;-)
beijos
Es que... a ver. El C-4 no fue detectado por los rayos X, porque no lo llevaba entre las ropas, en verdad, sino en otra parte. El guardia creyó que se trataba de un vulgar "dildo".
EliminarBeijos mil.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl complejo mundo del arte.. entonces, ¿que es arte y que no?
ResponderEliminarUn abrazo, Humberto
Habría jurado que podías responde a esa pregunta mucho mejor que yo. Aún lo creo.
EliminarUn beso.
X Laura: después de visitar el Louvre,y para completar el itinerario artístico-conceptual, te recomiendo una visita realmente obligada al Centre Pompidou, Musée national d'art moderne. Allá te lanzarás, en doble salto sin red, al vacío espectral de los movimientos pictóricos desconocidos. Una experiencia única y reveladora, pero con la condición de no volver nunca más, ni a tomar un café. Buen viaje-:)
ResponderEliminarEsto está comenzando a gustarme, que de un texto simplón (es mío, puedo criticarlo), se genere una suerte de itinerario artístico. Apoyo la recomendación de Anónimo, pero cuidado, Laura, si eres susceptible, pues últimamente hay una especie de barrio rojo cerca del Pompidou.
EliminarAahhh! Pobre Marco! Lo que en realidad le explotó fué el consolador!!...
ResponderEliminarun beso doloroso
No quería ser tan rudo, pero tú lo has dicho sin ningún tipo de tapujo. Por otra parte, es lógico que Marco haya apuntado a la segunda planta, ¿no te parece?
EliminarBesos no tan dolorosos.
Sin dudarlo, un hombre con huracanes en el corazón.
ResponderEliminarSus admiradores eran como hojas llevas por las olas.
Un abrazo y gracias por tu comentario tan hermoso en mi blog.
X Laura: tiene razón Humberto, por de pronto, mi recomendación cultural guiado, ha sufrido un ligero cambio de rumbo, mil perdones a ambos. Ahora te recomiendo vivamente, después de la consabida visita a la segunda planta del Louvre, un pequeño salto al Musée du Sexe, pero solo para cargar pilas y recibir el Pompidou en condiciones adecuadas. El vacío espectral de los movimientos pictóricos desconocidos te resultará doblemente revelador. El barrio rojo, ni lo visites, és una copia conceptual (en bruto y pobre) de los primeros, pero con riesgos más fisicos que psiquicos ( la mona aunque se vista de seda, mona se queda.:-)
ResponderEliminarHumberto paso para decirte que te he dado un premio en mi última entrada :) Espero que te guste. Un abrazo
ResponderEliminarYa voy...
EliminarUf. ¡cuántos comentarios! no pude leerlos todos. Lo que yo pienso es que el tal maurice pontec es el nuevo líder del puntillismo cruento o putillismo cruento. Está haciendo muchísimo dinero con esto. ¿Dónde están los cuentos largos que preguntó ese otro?
ResponderEliminar¡Pero cuántas protestas, Fernando! Pero lo de Putillismo Cruento bien valió la visita, al menos para mí.
EliminarUn saludo.
El ego, demasiado alto para soportar las críticas. Caer imposible, mejor explotar.
ResponderEliminarPrefiero tus relatos cortos, atrapantes y con un final inesperado.
Un abrazo
Últimamente yo también prefiero los relatos cortos.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Todos somos héroes anónimos...
ResponderEliminarSaludos
J.
Es muy cierto, cuántos de nosotros experimentamos fracasos, triunfos, angustias y felicidades por las que nadie se interesa.
EliminarUn saludo.