3 de abril de 2010

Segundo Tiempo (segunda parte)

Domingo 29 de junio de 1975. Era una de las primeras veces que iba a la cancha solo, le dije a mis viejos que iría con Ricardo, el mecánico del barrio, pero era mentira, iba solo. Recuerdo que en Liniers subí a un micro con un cartel que indicaba "a Avellaneda" y que a la hora ya estaba comprando mi entrada para menores. Nadie preguntó nada. Era una tarde hermosa de sol, sin embargo, a los 24' todo se oscureció para mí y para otros miles de fanáticos que estábamos en el anillo superior del estadio de Racing: gol de la Academia. Por suerte, dos minutos después, el árbitro cobró un penal a favor de Boca, pero Nicolau lo erró. Las desgracias no viene solas: 31' gol de Racing, 38' otro gol de Racing. Así terminó el primer tiempo: Racing 3, Boca 0. En el entretiempo, la hinchada se dedicó a alentar como si estuviéramos ganando, una bravuconada, pero en el fondo todos sentíamos el sabor amargo de la derrota, como se suele decir. Sin demasiados ánimos, vimos que comenzaba el segundo tiempo. A los 5' hubo otro penal para Boca, pero esta vez Nicolau la mandó al fondo de la red. Lo gritamos porque era un gol de nuestro equipo, nada más. A los 17' vino otro gol de Boca y ya hubo alaridos entusiastas. Muy pronto la alegría se diluyó, penal para Racing, pero lo pifió, lo pifió, increíble. Si alguna vez había creído que iba a emocionarme de tal forma, no pensé que fuera en una cancha de fútbol y rodeado de desconocidos: 40' gol de Boca, 3 a 3 y todo era un delirio. Tengo la impresión de que todavía estábamos festejando el tercer gol cuando -en tiempo de descuento- vino el cuarto de Boca. Hasta el día de hoy recuerdo cómo me abrazaba y besaba, emocionado, con unos tipos que estaban a mi lado, como si fuéramos hermanos, más que hermanos. Todos llorábamos. El partido terminó enseguida. Resultado final: Racing Club 3, Boca Juniors 4. Esto sucedió un frío domingo de invierno, el 29 de junio de 1975. Yo tenía 14 años.
No entiendo por qué los adoradores de truismos continúan con su cantinela de que los segundos tiempos nunca fueron buenos. Creo que lo hacen por eso, porque adoran las perogrulladas.
¿Que el fútbol y el amor no pueden ser comparados? Bueno, no estoy tan seguro, porque a Seguro, ja, a Seguro se lo llevaron preso.

11 comentarios:

  1. Es hermoso, negro, me emocionaste y me hiciste pensar. ABRAZOOOO.
    Nico

    ResponderEliminar
  2. que te puedo decir que ya no te haya dicho? En tus textos hay sentimiento, técnica, variedad, sorpresa. MUY bueno. Me llegó y eso que soy mujer!!!
    Sabri

    ResponderEliminar
  3. Ahora sí, Dib, ahora está yendo por el buen camino, un texto con todos las variantes, el 10 es difícil de alcanzar, pero usted va a poder.
    Anónimo

    ResponderEliminar
  4. Hay algo de tu texto que me conmovió mucho, pero no sé explicar que fue. Tal vez la aventura del chico de 14 años o la forma como lo contás, pero esta vez se notó que lo de nihilista es un poco una máscara tuya, un personaje. Se ve que el post lo creó una ser con una ferviente fe en la vida y sus vueltas. Excelente, movilizador, tierno y cierto. No sé si creo en los segundos tiempos amorosos, pero ahora que lo decís lo voy a pensar. Besos y felicitaciones.
    Agus

    ResponderEliminar
  5. HUMBERT: yo te voy a criticar, no te acordás del boca 2 racing 6 en la bombonera? jejejeje
    Hablando en serio, muy buen escrito, te leo siempre. Ramiro

    ResponderEliminar
  6. Encontré tu blog en un link de un aviso por clases de portugues y me colgué. Es MUY bueno, me gustó la variedad de temas y la forma como escribís. Este último me pareció magnífico, porque usas el futbol como excusa para hablar del amor, pero la anécdota futbolera tiene en si mucho amor. No soy de Boca pero eso no importa porque lo que transmitís llega sin que los colores de la camiseta sean importantes. La vuelta final es excelente, la entendí del todo cuando vi un post anterior que se llamaba Segundo Tiempo y lo que te comentaban ahí. Un honor ser tu lector. Manuel Giménez

    ResponderEliminar
  7. Qué bien transmitís las sensaciones, puede uno imaginarse en esa situación que narrás con sentimiento y sin conflictos. Y por supuesto que las segundas partes pueden ser buenas y que la tercera no será la vencida... Ahora sí, si narrás un segundo tiempo amoroso así con tanta emoción, seguro que me voy a emocionar más que con Boca en la Academia.

    ResponderEliminar
  8. Un blog de putamadre Dib, puede gustarme un post más que otro, pero nunca me desilusionás, un mago de las palabras que no sólo saca palomas. Chapeau!!!
    Marcos

    ResponderEliminar
  9. Me hizo acordar a los relatos futboleros de Fontanarrosa, pero le das esos toques tan tuyos entre sarcásticos y divertidos que se meten con la filosofía del amor. Me gustó mucho. Stefanía

    ResponderEliminar
  10. Un saludo afectuoso a mi ex profe de psicología!! Grande lo suyo siempre!!!
    Vanesa

    ResponderEliminar
  11. "Si alguna vez había creído que iba a emocionarme de tal forma, no pensé que fuera en una cancha de..."
    Yo? En una cancha de Básquet Humberto!!!

    ¿Que el fútbol o el básquet y el amor no pueden ser comparados?
    No sé si comparados, pero que se entrelazan seguro, goles o tantos son "amores"...

    Abrazo!

    Zinia.

    ResponderEliminar

Cualquier comentario será bienvenido, hasta puedes insultar gratuitamente, ¿o encima quieres que te pague?