La extraña historia de John Nobody

John Nobody era considerado el mayor crítico literario estadounidense de mediados del siglo XX. El halo perturbador de sus críticas era tan temido que se cuenta que autores de la talla de Truman Capote o Tennessee Williams habrían llegado a contratar a un asesino profesional para acabar con su vida. Algunos, más dados a las fantasías pedestres, afirman que el mismísimo Ernest Hemingway lo trompeó luego de que Nobody declarara que con “El viejo y el mar” el escritor había hecho un gran bien a la ciencia psiquiátrica, pues perfectamente podrían sustituirse los barbitúricos por semejante bodrio. Haya sido cierto o no, parece que la sangre no llegó al río, pues John Nobody un día cedió a la tentación de convertirse él mismo en escritor. Efectivamente, escribió una de esas -apenas disimuladas- autobiografías noveladas de principiante. Al final, todos -incluso sus más férreos enemigos- fueron unánimes al declarar que se había perdido un excelente crítico y ganado un pésimo escritor. John Nobody ni se ocupó en criticar a sus críticos. En verdad, nunca más volvió a criticar. Bueno, tampoco volvió a escribir.